Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SeguridadSocial Jurisprudencia 2023 Moyano Sarmiento, - Aportes y Contribuciones
SeguridadSocial Jurisprudencia 2023 Moyano Sarmiento, - Aportes y Contribuciones
Voces Jurídicas:
INDEM NIZACION POR DESPIDO PRIM ACIA DE LA REALIDAD EXTENSION DE LA RESPONSABILIDAD
En la ciudad de San Salvador de Jujuy, a los trece días del mes de julio de dos mil veintitrés, reunidos los
señores vocales integrantes de la Sala I del Tribunal del Trabajo de la Provincia de Jujuy, Dres. Daniel
Horacio Camú, Alejandro Hugo Domínguez y Ricardo Rubén Chazarreta, bajo la Presidencia del primero de
los nombrados, vieron y analizaron las constancias del Expte. Nº C-072509/ 2016, caratulado: “DESPIDO:
MOYANO SARMIENTO, María Regina y MOYANO SARMIENTO, Paula Cristina c/ PALUE S.R.L.”, y luego de
deliberar;
Tercera cuestión:
La demandada opone defensa de prescripción de todo reclamo anterior a dos años desde la fecha de
interposición de demanda (9/9/ 2016). Anticipo mi opinión adversa a la defensa opuesta; obra en autos
interpelación fehaciente mediante telegramas Ley Nº 23.789 (CD 659327171 y CD 659335544) de fecha
1/ 6/ 2015 que tienen la virtualidad de suspender por un año el curso de la prescripción a tenor de lo
expresamente prescripto por el art. 3986 del Código Civil (vigente en la oportunidad); si suspendió por un
año, el plazo de cómputo se reanudó el 1/ 6/ 2016 y si tenemos en cuenta que la demanda se interpuso el
9/ 9/ 2016, el reclamo por las eventuales diferencias salariales por el período comprendido entre el
1/ 4/ 2014 (fecha de ingreso) al 11/ 6/ 2015 (fecha de cese), no se encontrarían prescriptas, esto porque la
prescripción de las acciones relativas a créditos provenientes de las relaciones individuales de trabajo
opera por el transcurso de dos años (art. 256 LCT) y en el caso de rubros salariales el diez a quo del plazo
de prescripción comienza desde que el pago de cada período se torna exigible (art. 137, 128 LCT)
momento a partir del cual nace la acción para su cobro. “La causa fuente de una obligación de tracto
sucesivo no puede valorarse con prescindencia del momento a partir del cual se produce la exigibilidad de
la prestación correspondiente a cada período mensual. Por ello corresponde ubicar el punto de partida de
la prescripción referida a las diferencias salariales que pudieron haberse originado en cada período, en el
momento en el que resulta exigible el crédito reclamado (transcurridos cuatro días en función del plazo
con el que cuenta el empleador para pagarlos de acuerdo con el art. 128 de la LCT) que es aquél en el cual
el derecho respectivo puede hacerse valer, porque los créditos reclamados se vinculan a diferencias
retributivas que se generan a partir de una prestación laboral periódica”. (CNAT Sala II Expte n° 3215/ 06
Sent. Def. Nº 96.131 del 22/ 10/ 2008 “Pérez Porta, Sergio c/ Telefónica Móviles Argentina A y otro s/
despido”).
Cuarta cuestión:
De acuerdo a lo expresado y resuelto al tratar las anteriores cuestiones, la acción deberá prosperar por
los siguientes rubros: indemnización por despido (antigüedad 1 año); indemnización sustitutiva de
preaviso; integración mes de despido; indemnizaciones arts. 1º y 2º Ley Nº 25.323; diferencias salariales
período 1/ 4/ 2014 al 11/ 6/ 2015 conforme categoría “ayudante de cocina” CCT 389/ 04 con jornada reducida
de 6 horas 30 minutos; SAC prop. 2015; vacaciones prop. 2015. También resulta procedente la
indemnización prevista por el art. 16 de la Ley N° 25.561, vigente a la fecha del distracto.
En lo que atañe a las indemnizaciones de los arts. 8 y 15 de la Ley N° 24.013 me voy a pronunciar por su
improcedencia. Es cierto que quedó acreditado que la relación laboral no fue registrada, pero para la
procedencia de la indemnización del art. 8 resulta necesario el cumplimiento de los requisitos que exige el
art. 11 del referido cuerpo normativo, que establece: “Las indemnizaciones previstas en los artículos 8°, 9°
y 10 procederán cuando el trabajador o la asociación sindical que lo representen cumplimente en forma
fehaciente las siguientes acciones: a) intime al empleador a fin de que proceda a la inscripción, establezca
la fecha real de ingreso o el verdadero monto de las remuneraciones, y b) proceda de inmediato y, en todo
caso, no después de las 24 horas hábiles siguientes, a remitir a la Administración Federal de Ingresos
Públicos copia del requerimiento previsto en el inciso anterior…”. En el presente caso, surge de las
constancias acreditadas en autos, no haberse cumplido los extremos contemplados en el art. 11, ya que en
fecha 1/ 6/ 2015 (fs. 65) y 2/ 6/ 2015 (fs. 6) las actoras intimaron a Palue SRL la regularización de la relación
laboral ante los organismos nacionales; luego y sin haber remitido copia de la intimación a la AFIP, en
fecha 15/ 6/ 2015 se consideran injuriadas y despedidas, oportunidad en que comunican a la AFIP la
extinción de la relación laboral. Está a la vista que los actores no cumplimentaron con la normativa. Más
allá de ello, la indemnización del art. 8 de la Ley N° 24.013 resulta incompatible con la indemnización
prevista por el art. 1 de la Ley N° 25.323. Tampoco procede la indemnización del art. 15 de la Ley N° 24.013
por cuanto el contrato no se extingue ni se presume su extinción como consecuencia de la intimación de
correcta registración.
Tampoco resulta procedente la sanción conminatoria del art. 132 bis LCT, ello por cuanto no se aplica a
contratos no registrados, ya que si no hay retención, no puede haber incumplimiento de la norma. Lo que
genera la sanción del art. 132 bis LCT es todo tipo de retención que el empleador efectúe al trabajador y
no ingrese al organismo al que está destinado. Debe quedar claro que la norma no sanciona la falta de
ingreso de las contribuciones a cargo del empleador.
En cuanto a la entrega de la constancia y certificado de trabajo del Art. 80 LCT, me voy a pronunciar por
su improcedencia, por cuanto la persona jurídicamente responsable en base a una vinculación de
solidaridad que, como en el caso, no ha sido empleadora en sentido estricto, no puede ser condenada a
hacer entrega de certificados de trabajo porque carece de elementos necesarios para confeccionarlos. El
deber de otorgar el certificado de trabajo es una obligación intuitu personae del empleador, que no se
encuentra comprendida entre las obligaciones laborales a las que se extiende la responsabilidad solidaria
de terceros no empleadores. Al respecto la jurisprudencia ha dicho: “la solidaridad prevista en el art. 30
LCT no se hace extensiva a la entrega del certificado de trabajo, pues dicha solidaridad no constituye a los
empleados de los contratistas en empleados directos de la principal, motivo por el cual mal podría estar
obligada a entregar certificaciones de trabajo. Al no haber sido la principal empleadora del actor en
sentido estricto sino solo responsable en virtud de un vínculo de solidaridad, no puede hacer entrega de
los certificados de trabajo, pues carece de los elementos necesarios para su confección” (s ala 3°,
19/ 5/ 2008, “Herrera Vicente Ceferino c. Edenor SA y otros”. En igual sentido: “El responsable solidario no
sustituye ni reemplaza al empleador directo, siendo éste quien por otra parte posee o debería poseer los
medios instrumentales para dar cumplimiento con la obligación de hacer en cuestión. La hipótesis
aprehendida por el dispositivo del artículo 30 de la LCT no supone, más allá de la extensión de
responsabilidad que codifica, constituir al dueño del establecimiento contratante en empleador de los
agentes bajo las órdenes del concesionario a cargo de algún segmento de la actividad específica propia de
aquel. Al no haber asumido las codemandadas ni haberse acreditado en la causa su calidad de
empleadoras, no corresponde condenarlas a la entrega del certificado en cuestión, pues carecen de los
elementos necesarios para la confección de dicho instrumento. Ello sin perjuicio de la responsabilidad que
les compete, de conformidad con lo dispuesto en el último párrafo del art. 30 LCT y de las eventuales
sanciones o multas derivadas de los incumplimientos en que pudieren incurrir al respecto” (CNAT, sala II,
15-3-2007, autos “Quinteros, Adrián y otros c. Argen Express SRL y otros s/ Despido”, SD 94.849).
Ahora bien, si la solidaridad fundada en el art. 30 LCT no se hace extensiva a la entrega de los
certificados del artículo 80 LCT a quien no fue empleador, en tal inteligencia tampoco resulta procedente
el pago de la multa allí prevista.
Se aclara que al no condenarse a la demandada por tales rubros (obligación de hacer e indemnización
Art. 80 LCT), los terceros citados tampoco resultan responsables. Al hacerles extensivo el fallo recaído a la
demandada, sólo responden por los rubros que integran la condena, no por otros.
Tal como lo he manifestado con anterioridad, la condena se les hace extensiva a los terceros citados al
sólo efecto de evitar un inútil dispendio de actividad jurisdiccional, no pudiendo ser condenados por
rubros que no le fueron reclamados, más aún teniendo presente que las accionantes optaron por no
En lo que respecta al daño moral que reclaman las actoras, corresponde señalar que la reparación del
mismo vinculado al despido se admite cuando deriva de hechos ilícitos adicionales a la extinción del
contrato y que resultaría indemnizable aun en ausencia de una relación laboral; de esa manera lo precisa
Julio Grisolía: “Para que se configure daño moral, la jurisprudencia entendió que es necesario que exista
una conducta adicional del empleador ajena al contrato, de naturaleza dolosa, es decir, un ilícito adicional
al despido. La ilicitud se refiere a la antijuricidad de la conducta que se califica de injuriante, oprobiosa y,
por ende, nociva para el trabajador. La prueba de la configuración de estas circunstancias recae en el
trabajador.”
Al mencionar la conducta adicional dolosa, se refiere a aquella que menoscabe al trabajador en sus
sentimientos, dignidad y afecciones legítimas, más allá del acto de despido y con independencia del
mismo. Para ello debe existir una clara violación al principio de buena fe del empleador, actuando con
abuso del derecho o bien adicionar conductas ajenas al contrato que constituyen verdaderos actos ilícitos.
Para que proceda la reparación, el daño moral causado debe tener la entidad suficiente como para
afectar la personalidad del trabajador en cualquiera de sus manifestaciones, debe existir conductas lesivas
a la dignidad, honor o reputación del dependiente por aseveraciones temerarias, descalificantes, ofensivas,
de mala fe, divulgación de datos íntimos o situaciones penosas, extremos éstos no advertidos en éste
proceso; el daño moral reclamado por las trabajadoras no tiene tal entidad que merezca una reparación
adicional a la legal, por ello debe ser desestimado.
Conforme lo expuesto y de ser compartido este voto, se hace lugar parcialmente a la acción deducida
por las Sras. Maria Regina Moyano Sarmiento y Paula Cristina Moyano Sarmiento en contra de Palue S.R.L.,
haciéndose extensiva la condena a la Sra. María Belén Alvarez García y al Sr. Raúl Esteban Aguirre,
difiriendo su monto, ordenándose al perito contador designado en esta causa, C.P.N. Raúl José Gómez,
proceda a liquidar todos y cada uno de los rubros por los que prospera la demanda: indemnización por
despido (1 año); indemnización sustitutiva de preaviso; integración mes de despido (fecha despido
11/ 6/ 2015); indemnizaciones arts. 1º y 2º Ley Nº 25.323; diferencias salariales período 1/ 4/ 2014 al
11/ 6/ 2015 conforme categoría “ayudante de cocina” CCT 389/ 04 con jornada reducida de 6 horas 30
minutos, teniendo presente la remuneración mensual percibida y declarada en escrito de demanda ($
1.000); SAC prop. 2015; vacaciones prop. 2015; indemnización art. 16 de la Ley N° 25.561; monto que se
incrementará con el interés de la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a treinta
días del Banco de la Nación Argentina, desde la fecha del presente fallo hasta el día de su definitivo y
cancelatorio pago.
Dicho cálculo pericial deberá ser presentado en un plazo no mayor de diez (10) días de quedar firme la
presente sentencia, bajo apercibimiento de remoción y pérdida a percibir honorarios.
Quinta cuestión:
En relación a las costas, no existiendo motivos por los que deba apartarme del principio general (Art. 95
del CPT), las mismas deben ser impuestas a la demandada vencida.
En cuanto a los honorarios profesionales de los abogados y peritos actuantes, se difiere su regulación
hasta tanto exista base cierta para establecerlos.
Aclaro que conforme lo dispuesto por el art. 20 del CPT sólo se ha considerado las cuestiones
conducentes y que estrictamente contribuyeron a resolver el fondo del asunto.
Es mi voto.
EL DR. DOMINGUEZ, dijo:
Viene a consideración del suscripto, el Voto que emitiera el Dr. Daniel Horacio CAMU, del que, con el
respeto y consideración que me merece lo opinado por mi distinguido colega, me voy apartar
parcialmente de sus conclusiones, específicamente, en cuanto a la procedencia de los rubros
indemnizatorios que se reclaman en la demanda, por los argumentos que seguidamente expongo.
I.- Una de las cuestiones que ha sido controversial en la presente causa, es si las actoras eran empleadas
de la demandada Palue S.R.L. o de los terceros citados, Raúl AGUIRRE y María Belén ALVAREZ GARCIA.
Como muy bien concluye mi colega de Sala Dr. CAMU, luego de hacer un análisis concienzudo y
minucioso de la prueba testimonial, confesional y documental incorporada a la causa, las actoras eran
dependientes en los términos del art. 23º de la LCT, de los Sres. AGUIRRE y ALVAREZ GARCIA y no de la
razón social Palue S.R.L..
Además de compartir lo analizado por el Sr. Presidente de Trámite en su primer voto, respecto entre
quiénes se configuró el Contrato de Trabajo, agrego las siguientes consideraciones.
Está suficientemente probado en la causa, que Palue S.R.L. le otorgó en concesión a la Sra. María Belén
AGUIRRE el salón comedor que funcionaba en el Complejo Educativo José Hernández para que lo
explotara como confitería, restaurante y servicio de catering; siendo el plazo de concesión desde el 1º de
mayo de 2014 hasta el 31 de diciembre de 2015; el canon locativo se pactó en la suma de $ 6.000,00 con
un incremento a partir del mes de marzo del 25%; agregaron que por razones de seguridad el
Concesionario debía presentar la lista de personal para que la guarida que existe en el establecimiento
controlara el ingreso de los mismo (fs. 79/ 80). Ello además se encuentra corroborado con la carta
documento que la Sra. ALVAREZ GARCIA le envía al Complejo Educativo José Hernández en fecha
26/ 05/ 15, reclamándole flagrante incumplimiento del vínculo comercial que regía entre ella y el Colegio,
haciendo referencia en esa misiva, enviada por la propia ALVAREZ GARCIA, al contrato de concesión de
fecha 21 de abril de 2014 (fs. 68). Finalmente, la propia Concesionaria, publicitaba en su página de
Facebook (prueba que se encuentra correctamente incorporada a la causa según auto de apertura a
prueba de fecha 24/ 08/ 17 – fs. 138/ 138vta.), las diferentes actividades que realizaba en el comedor del
colegio, indicando los números telefónicos a los cuáles los potenciales clientes se debían dirigir (fs. 46/ 51).
Además, de la prueba testimonial -y como muy bien lo señala el Dr. CAMU-, surgió en forma clara,
concreta y sin que exista duda, al menos en el suscripto, que el contrato de trabajo de las actoras era con
la Sra. ALVAREZ GARCIA y el Sr. AGUIRRE, más no con Palue S.R.L.. Así la Sra. María Regina MOYANO
SARMIENTO al absolver posiciones reconoció expresamente ante el Tribunal que quién decidía los menús
que se servían en el comedor, el precio de los mismos y quién le daba instrucciones de sus tareas u
ocupaciones, eran el Señor AGUIRRE o la Sra. ALVAREZ GARCIA; también reconocieron que les pagaban
con la recaudación que salía de la caja, el encargado de pagarles era el cocinero Jorge Ermindo LLANOS, lo
que fue posteriormente ratificado por éste en ocasión de declarar, también reconocieron que no fueron
contratadas por las autoridades del colegio sino que por AGUIRRE, esto último también lo ratifica LLANOS,
quién dijo que lo convoca AGUIRRE para trabajar en el comedor; que él era el encargado de la
recaudación, el cajero le rendía a él lo recaudado y él se lo rendía a AGUIRRE; esto último además, es
conteste con lo señalado por el testigo VARGAS, quién dijo estar a cargo de la caja, que lo recaudado se lo
daba a LLANOS y éste a AGUIRRE.
Además de lo analizado por el Dr. CAMU referente a éste tópico, está claro de la prueba existente en la
causa y analizada, que el vínculo jurídico de las actoras era con ALVAREZ GARCIA y AGUIRRE ya que la
dependencia técnica, económica y jurídica era con estos y no con Palue S.R.L.. Así, la dependencia técnica
de las accionantes con ALVAREZ GARCIA y AGUIRRE se manifiesta que eran estos quienes tenían el poder
de dirección del comedor, daban las ordenes e instrucciones al personal (así lo reconoce María Regina al
absolver posiciones, como así también lo reconoce LLANOS cuando dice que ellas para pedir algún
permiso se dirigían a RAUL –por AGUIRRE-), entre otras características; en cuanto a la dependencia técnica,
en el caso, eran ALVAREZ GARCIA y AGUIRRE quiénes organizaban la jornada de trabajo, indicaban cual era
el menú (LLANOS, se hacía una comanda y se la presentaba a AGUIRRE), eran quiénes convocaban al
personal (ello en el caso particular de las actoras y LLANOS) AGUIRRE era el encargado de realizar las
compras; y finalmente la dependencia económica, se configura con el hecho que con la recaudación se le
pagaba al personal, entre ellos las actoras, y de existir saldo favorable, se le rendía ese dinero sobrante a
AGUIRRE. No hay un solo elemento que ni siquiera me haga dudar que el lazo laboral de las actora
hubiese sido con Palue S.R.L.; el único vínculo del Colegio José Hernández con las accionantes era, que el
comedor se encontraba dentro de sus instalaciones y que la guardia del colegio controlaba el ingreso de
las mismas; y ello era obvio, por razones de seguridad y teniendo en consideración que dentro del mismo
hay niños, niñas y adolescentes. Es más, se alega que Palue era el empleador porque sus guardias no
permitieron el ingreso de las trabajadoras; ello también fue un proceder correcto por parte de Palue, ya
que el contrato de concesión que este tenía con ALVAREZ GARCIA había sido rescindido.
Así de la prueba testimonial analizada por el Dr. CAMU como por el suscripto, podemos observar, que
todos esos testimonios han sido claros, contestes, dando suficiente razón de sus dichos y teniendo un
amplio conocimiento de los hechos, que nos permiten concluir que el contrato de trabajo de las actoras
era con ALVAREZ GARCIA y AGUIRRE, más no, con Palue S.R.L..
II.- Determinado entre quiénes se encontraba perfeccionado el contrato de trabajo, previo a ingresar sobre
la procedencia de las indemnizaciones por despido injustificado y demás rubros que derivan del acto
rupturista, corresponde que me detenga a analizar, si los despidos indirectos se encuentran correctamente
configurados en la especie.
En mi opinión, la situación de despido indirecto en la cual las actoras se colocaron, no se encuentra
perfeccionada con su empleador por los argumentos que seguidamente expongo. En primer lugar, el
intercambio epistolar, se realiza entre las accionantes y la demandada Palue S.R.L. (fs. 04/ 10 y 61/ 76),
cuando no era ésta su empleadora; ello independientemente de las responsabilidades que le caben en su
calidad de cedente de parte de su explotación comercial (art. 30º y cctes. de la LCT), en el caso, la
concesión del comedor ubicado en el Complejo Educativo José Hernández.
Es más, si nosotros observamos detenidamente el intercambio epistolar, podemos ver que el Colegio en
oportunidad de responder a la primera epístola que las accionantes le envían, no sólo que niega todo
vínculo laboral con las mismas, sino que además, les informa que el comedor se encontraba concesionado
a la Sra. Belén ALVAREZ GARCIA (fs. 4/ 5); no obstante ello, las mismas insisten en su postura y hacen
efectivo el apercibimiento (se ponen en situación de despido indirecto) con Palue S.R.L.. En mi opinión y
por el principio de buena fe, ante la respuesta de Palue, debieron mínimamente dirigir también sus
comunicaciones e intimaciones a quién se les estaba informando que era el concesionario del comedor, y
no insistir en una postura, que a sabiendas del real empleador, pretendían configurar un despido con
quién no lo era.
Para que la comunicación rupturista tenga efectos, se debe producir entre los sujetos del contrato de
trabajo, y estos no son otros que el trabajador y el empleador. Habiendo concluido en el punto anterior
que el contrato de trabajo que unió a las actoras era con ALVAREZ GARCIA y AGUIRRE, era a ellos a quién
debieron dirigir las notificaciones. Es conteste la doctrina y jurisprudencia, que el despido, sea éste directo
o indirecto, para que surta efectos debe llegar a la esfera de conocimiento de la otra parte de la relación
jurídica contractual y no a un tercero como en el caso de autos. Así el profesor ACKERMAN nos enseña
que “…El despido es recepticio, pues cobra eficacia cunado la comunicación entra en la esfera de
conocimiento del destinatario. Se concreta el día en que se recibe la notificación receptiva. Al decir de
Monzón “la declaración de voluntad reviste carácter recepticio porque ella se perfecciona e integra y
adquiere relevancia y sentido jurídico pleno, cuando en cumplimiento de su función comunicativa llega a
la esfera jurídica del destinatario… Para que sea eficaz, no basta con que se emita sino que ha de llegar al
destinatario interesado en su contenido y es por ello que tendrá virtualidad la que llegue en primer
término. Como no requiere aceptación del denunciado, lo único que importa es que la declaración llegue a
conocimiento del mismo…” (Conf. Mario A. ACKERMAN –Director- Diego M. TOSCA – Alejandro SUDERA –
Coordinadores- “Tratado de Derecho del Trabajo”, Tomo IV, 2da. ed. ampliada y actualizada, 2014; pág.
260).
En el caso particular de autos, el despido indirecto en el cual se pusieron las actoras no se encuentra
perfeccionado, ya que la comunicación rupturista jamás llegó a la esfera del conocimiento de sus
empleadores, es decir, los Sres. ALVAREZ GARCIA y AGUIRRE; y reitero porque no me parece una cuestión
menor, el colegio les informó quiénes eran los empleadores y ellas hicieron caso omiso.
No hay duda que existían incumplimientos contractuales por parte de los empleadores, pero si bien, le
podían dirigir notificaciones a Palue poniéndola en conocimiento de la situación, debieron como
obligación sustancial y por el principio de buena fe, enviar aquellas a sus empleadores. En igual sentido el
Profesor ACKERMAN nos señala “…Frente a un incumplimiento contractual el trabajador debe intimar a su
empleador a fin de obtener de éste la observancia de las normas laborales y de la seguridad social, pues es
con él con quién ha entablado la relación laboral. De todas formas y aunque no es obligatoria, el principio
de buena fe impone comunicar tal circunstancia al empresario principal, en virtud de la eventual
responsabilidad que recaerá sobre el mismo… Se puede demandar conjunta o indistintamente, en caso de
que así corresponda, al empleador y al contratante o principal, aunque sí diferenciando la distinta situación
jurídica de ambos, pues uno es el obligado directo, mientras que el otro es el deudor solidario…” (Conf.
Mario A. ACKERMAN –Director- Diego M. TOSCA – Alejandro SUDERA –Coordinadores- “Tratado de
Derecho del Trabajo”, Tomo II, 2da. ed. ampliada y actualizada, 2014; pág. 291).
Por los argumentos expuestos, concluyo que en la especie, no se encuentra configurada la situación de
despido indirecto en el cual se colocaron las actoras, ya que las notificaciones llegaron a la esfera de
conocimiento de quién no era el contratante, sino a quién había concedido parte de su negocio al
empleador. En sentido similar nuestra jurisprudencia ha expresado que “…La acción por despido indirecto
debe rechazarse, pues el trabajador demandó exclusivamente a quien indicó que era el titular del local en
el que se desempeñó, pero en ningún momento lo emplazó personalmente ni le efectuó requerimiento
alguno como producto de la supuesta relación laboral, sino que solo lo hizo respecto de la sociedad que
explotaba el comercio…” (Cámara 5ª del Trabajo de Mendoza “M enoyo Rafael Agustín c/ Mc Argentina S.A.
y ot. p/ despido”, 27/ 12/ 2012; TR LALEY AR/JUR/71800/ 2012).
III.- Como corolario de la conclusión a la que arribo, entiendo que deben rechazarse los rubros
indemnización por despido, indemnización sustitutiva de preaviso, integración mes de despido,
indemnización art. 1º y 2º de la Ley 25.323 e indemnización art. 16 de la Ley 25.561.
En relación a los rubros salariales que se demandan, no obstante que los empleadores nos forman parte
de la relación jurídica sustancial, corresponde condenar a Palue S.R.L. en su calidad de deudora solidaria
(art. 30 de la LCT) y por los fundamentos que brindara el Dr. CAMU en su primer voto a los que me remito
en honor a la brevedad.
Por lo expuesto, corresponde acoger parcialmente a la demanda en contra de Palue S.R.L. por los rubros
diferencias salariales por el período 01/ 04/ 14 al 11/ 06/ 15 según categoría “ayudante de cocina” CCT
389/ 04 con jornada reducida de 6 horas 30 minutos, SAC proporcional 2015 y vacaciones proporcionales
2015, difiriéndose el monto de condena para cuando el Sr. Perito Contador proceda a practicar nueva
liquidación conforme el voto que resulte ser mayoritario.
IV.- Finalmente, comparto las conclusiones a las que arriba el Sr. Presidente de Trámite, en cuanto a la
procedencia de hacer extensiva los efectos de la sentencia condenatoria (en mi voto sería únicamente
sobre los rubros salariales por los que entiendo que procede la demanda), en contra de los terceros
itados Raúl AGUIRRE y María Belén ALVAREZ GARCIA, por los argumentos que cita el Dr. CAMU en éste
aspecto y a los que adhiero.
También comparto los argumentos dados en el primer voto, que los terceros, ALVAREZ GARCIA y AGUIRRE,
no obstante ser los responsables únicos y directos, de entregar la certificación de servicios y
remuneraciones como así también de la indemnización del art. 80 de la LCT, no incumbe condenarlos por
dichos rubros. Y no corresponde, porque si bien se les extiende los efectos de la condena del
solidariamente responsable, al no haber sido ellos demandados sino traídos al proceso como terceros
obligados, únicamente se le puede hacer extensiva los efectos de la sentencia dictada contra el
solidariamente responsable, más no, por aquellos rubros que se le rechazan aquél.
V.- Respecto a las costas, si bien la demanda procede parcialmente, teniendo en consideración que las
trabajadoras se han visto obligadas a litigar para el reconocimiento de su derecho y que en materia laboral
la imposición de costas debe ser interpretada a la luz del principio protectorio, es que propicio que en el
presente caso las mimas sea impuestas a la demandada vencida. En sentido similar nuestro Superior
Tribunal de Justicia ha expresado que “…Asimismo, este Alto Cuerpo tiene sentado que en materia laboral
las normas sobre asignación de costas deben interpretarse según los principios esenciales del derecho del
trabajo, principalmente el protectorio del trabajador contemplado en el artículo 103 del CPT. En efecto, en
los reclamos indemnizatorios las costas deben ser soportadas por la demandada para no afectar el
principio de integridad de la indemnización, a pesar que algunos rubros sean desestimados, más aún
cuando el trabajador se vio obligado a litigar para que se le reconocieran sus derechos, criterio que
también debe utilizarse en la resolución del caso de autos…” (LA Nº 3 Nº de Registro 155).
En cuanto a los honorarios de los letrados actuantes, propicio que se difieran hasta tanto exista base cierta.
Así voto.-
Que de conformidad al acuerdo que antecede, la Sala I del Tribunal del Trabajo de la Provincia de Jujuy;
RESUELVE:
I.- Hacer lugar parcialmente a la demanda promovida por las Sras. María Regina Moyano Sarmiento y
Paula Cristina Moyano Sarmiento en contra de Palue S.R.L. haciéndose extensiva la condena a la Sra. María
Belén Alvarez García y al Sr. Raúl Esteban Aguirre, quienes por decisión en mayoría deberán abonar
indemnización por despido; indemnización sustitutiva de preaviso; integración mes de despido;
indemnizaciones arts. 1º y 2º Ley Nº 25.323; indemnización art. 16 Ley N° 25.561; y por unanimidad,
diferencias salariales período 1/ 4/ 2014 al 11/ 6/ 2015 conforme categoría “ayudante de cocina” CCT 389/ 04
con jornada reducida de 6 horas 30 minutos; SAC prop. 2015; vacaciones prop. 2015; según lo indicado en
el primer voto.
II.- Diferir el monto de condena hasta tanto el perito contador presente los cálculos conforme lo
indicado en el primer voto.
III.- Imponer las costas a la demandada y terceros citados.
IV.- Diferir la regulación de honorarios profesionales, hasta tanto exista base cierta para su
determinación, conforme lo expresado en el primer voto.
V.- Registrar, protocolizar, hacer saber.
Firmado: Dr. Daniel Horacio Camú; Dr. Alejandro Hugo Domínguez; Dr. Ricardo Rubén Chazarreta,