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La familia es la principal responsable del desarrollo del niño/a.

Proporciona la
estructura de socialización que une entre sí a padres y madres, hermanos/as y
otros miembros familiares, dentro de la que se construyen los cimientos más
sólidos (vínculo emocional positivo).

Los/as bebés utilizan señales no verbales de las que obtinen información sobre
cómo actuar, son señales de referencia social. Desarrollan estas señales a partir
de los 6 meses cuando empiezan a experimentar con las posibles consecuencias de
los hechos, imitan comportamientos complejos y distinguen y reaccionan a
diversas expresiones emocionales.

Las relaciones con las personas que les cuidan, especialmente las figuras de apego,
son especialmente importantes para el desarrollo de la afectividad.

Desde el nacimiento, el niño/a posee capacidades perceptivas relativamente


organizadas, está preorientado/a socialmente y posee gran capacidad de
aprendizaje.

Esta preorientación social tiene un doble sentido, por un lado, manifiesta


preferencia por los estímulos sociales (rostro, voz, tacto…), y por otro, tiene
una necesidad primaria de establecer vínculos afectivos, estrechos y duraderos,
con personas adultas. Estos vínculos afectivos mediatizan la socialización a lo
largo de la vida.

A medida que el niño/a va creciendo, las figuras de apego comienzan a darle


mayor independencia y autonomía a la vez que le dedican menos tiempo. Todos
estos cambios hacen que la relación, además de afectuosa, sea conflictiva.

Los/as hermanos/as influyen entre sí de muchas maneras, tanto de forma


directa, a través de cómo actúan unos/as sobre otros/as, como indirecta, a
través de la relación de cada uno/a con los padres/madres. Una de las influencias
directas más importante es el modo en que los hermanos/as se ayudan
mutuamente en el desarrollo del autoconcepto. Mediante la comparación se
forma un sentido más fuerte de uno/a mismo/a como individuo.

De los 3 a los 6 años, muchos niños/as forman sus primeras amistades reales,
que pueden durar más allá de periodos breves de juego. A través de las primeras
amistades y de otras interacciones más casuales, aprenden a congeniar con
otros/as, aprenden la importancia de ser un/a amigo/a para tener un/a
amigo/a, a solucionar problemas en las relaciones y ponerse en el lugar de los/as

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otros/as (empatía), así como a aprender de otros modelos de comportamiento.
Aprenden también valores, actitudes morales y roles de género y pueden
practicar papeles de adultos/as.

Vigotsky señala la importancia de la interacción con los/as iguales, ya que


favorecerá el desarrollo afectivo, cognitivo y social del niño/a. A la discrepancia
que existe entre lo que el/la niño/a puede aprender solo/a y lo que aprende con
su grupo de iguales o con un/a adulto/a, lo denomina zona de desarrollo
próximo.

Las características más importantes de la amistad son:

- Las actividades comunes.


- El afecto.
- El apoyo.
- La cercanía.

Los niños/as mayores le dan más valor al afecto y al apoyo y un valor más bajo
a las características físicas que los/as más pequeños/as.

En nuestra sociedad, el grupo de amigos/as tiene una influencia particularmente


fuerte.

Entre los aspectos positivos de esta influencia se encuentran:

- Contribuyen al desarrollo del autoconcepto y la autoestima.


- Ayudan a escoger valores para conformar la conducta.
- Se confrontan opiniones, sentimientos y actidudes.
- Se cuestionan valores aceptados previamente como incuestionables de
sus padres/madres.
- Contrapesan la influencia de los padres/madres, abren nuevas
perspectivas y liberan para construir juicios independientes.

Entre los aspectos negativos se encuentra la conformidad. Los niños/as son muy
susceptibles a las presiones de sus iguales, sobre todo en la infancia intermedia.

En la escuela, los niños/as enriquecen su dominio intelectual y adquieren


habilidades comunicativas satisfactorias para poder compartir sus experiencias con

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los/as demás. Descubren relaciones, tanto con los/as iguales como con otros/as
adultos/as (figuras de apego posteriores), los/as educadores/as. Se desarrollan las
habilidades sociales básicas como la escucha, el respeto o la tolerancia.

6. LA AFECTIVIDAD EN EL CURRÍCULO DE EDUCACIÓN INFANTIL.

Según el texto refundido de la LOE (Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de


Educación) y la LOMCE (Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la
Mejora de la Calidad Educativa), las referencias al desarrollo afectivo son:

- ARTÍCULO 12. PRINCIPIOS GENERALES.

- 2.La educación infantil tiene carácter voluntario y su finalidad es la de


contribuir al desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de los niños.

- ARTÍCULO 14. ORDENACIÓN Y PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS.

- 3.En ambos ciclos se atenderá progresivamente al desarrollo afectivo,


al movimiento y los hábitos de control corporal, a las manifestaciones
de la comunicación y del lenguaje, a las pautas elementales de
convivencia y relación social, así como al descubrimiento de las
características físicas y sociales del medio en el que viven. Además se
facilitará que los niños elaboren una imagen de sí mismos positiva y
equilibrada y adquieran autonomía personal.

Atendiendo al Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se


establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil, las
referencias al desarrollo afectivo son:

- ARTICULO 2. FINES.

1. La finalidad de la Educación Infantil es contribuir al desarrollo físico,


afectivo, social e intelectual de los niños.

2. Se atenderá progresivamente al desarrollo afectivo, al movimiento y


los hábitos de control corporal, a las manifestaciones de la

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