Está en la página 1de 2

Según la intensidad requerida, el apoyo puede ser:

- Intermitente: el apoyo es ocasional, se ofrece sólo cuando es necesario.


- Limitado: se aplica de manera continua, pero durante un tiempo limitado.
- Extenso: supone la necesidad de apoyo de forma regular o continua en algunos
ámbitos y entornos.
- Generalizado: se produce cuando la necesidad de apoyo es constante y de alta
intensidad.

- Atención a las necesidades de autonomía:

o Personas con limitaciones visuales: la falta de visión impide la


percepción del espacio y la orientación afecta a la realización de la práctica
totalidad de las AVD y también de la deambulación. Mediante el
tratamiento especializado, un entorno accesible y el uso de productos de
apoyo, la mayoría de las personas con problemas visuales severos se
desenvuelven con soltura y seguridad.

o Personas con limitaciones auditivas: si bien estas personas no


presentan demasiados problemas de autonomía, es de gran ayuda la
adaptación de un entorno más accesible, por ejemplo, acompañando o
sustituyendo los mensajes sonoros por los visuales (señales luminosas
para timbres o móviles, subtítulos, etc.)

- Atención a las necesidades de comunicación:

o Personas con limitaciones visuales: la falta de visión no suele ser un


problema significativo para el aprendizaje y la expresión del lenguaje
verbal, aunque suele haber dificultades derivadas de la falta de
aprendizajes por imitación e inexpresividad facial. En la expresión escrita
precisarán sistemas aumentativos (lupas o telescopios) o alternativos
(braille) de comunicación.

o Personas con limitaciones auditivas: presentan dificultades para la


comunicación hablada, además, la audición es la vía de adquisición del
lenguaje y éste es imprescindible en la configuración del pensamiento. La
lengua de signos es la lengua de la comunidad sorda y configura un sistema
de lengua con su propia gramática y un medio de comunicación. La otra
alternativa incluye un amplio grupo de modalidades oralistas que persigue
restituir la competencia en el lenguaje oral, aunque acompañado del
lenguaje signado.

- Atención a las necesidades socioafectivas: las personas con diversidad


funcional suelen presentar experiencias limitadas, perdiendo la oportunidad de
adquirir aprendizajes y experiencias para establecer relaciones adecuadas con su
entorno, lo que supone una desventaja para su desarrollo socioafectivo y
emocional.

11
Además, sus necesidades socioafectivas han sido desatendidas tradicionalmente e
incluso menospreciadas por la aceptación de ciertos mitos, como que ya disponen
de mucho cariño en su hogar, que no pueden vivir con una normalidad en la
sociedad al requerir una protección especial al igual que los niños, que son
personas asexuadas dando por asumida la idea de que no tienen necesidades
afectivo-sexuales, etc. Estas ideas tienen arraigo en una tradición con un fuerte
componente moral en cuanto a las relaciones y la sexualidad, y las refuerza una
falta de habilidades por parte del entorno familiar, incluso del profesional, para dar
una respuesta adecuada a estas necesidades.

Es importante facilitar a estas personas entornos lo más normalizados posibles


para que desarrollen sus propias experiencias socioafectivas y así puedan
establecer contactos con personas del mismo o distinto sexo, facilitar que
adquieran una imagen de sí mismos sin prejuicios y educarlas y orientarlas sobre
los recursos necesarios para disfrutar de una sexualidad satisfactoria.

- Atención a las necesidades educativas y sociolaborales:

o En la intervención educativa es necesaria la detección temprana de NEE


y la elaboración de un diagnóstico. Siempre que sea posible, se dará
prioridad a la escolarización, en las modalidades que se estime más
adecuadas, en la escuela ordinaria proporcionándoles los apoyos
necesarios o realizando las adaptaciones curriculares pertinentes. Si se
considera que sus necesidades educativas no pueden ser atendidas con la
especificidad que requieren, se procederá a su escolarización en centros de
educación especial, donde se incidirá de manera más especializada para
que adquieran las competencias básicas que les aporten la mayor
autonomía posible y favorezcan su incorporación a la vida adulta.

o En cuanto a la inserción sociolaboral es importante la orientación y


formación en habilidades sociolaborales, el apoyo a la contratación y el
seguimiento para garantizar su continuidad, lo que tendrá efectos
decisivos en la integración y calidad de vida de estas personas.

El/la asistente personal: la Ley de Autonomía Personal reconoce esta figura como el
soporte necesario para que las personas en situación de dependencia tengan una vida con
la máxima autonomía posible. El/la asistente personal puede realizar u ofrecer soporte en
las siguientes tareas:

- Personales: higiene y tareas relacionadas con la vida cotidiana, como vestido,


comida, atender el teléfono, o atender las necesidades fisiológicas.
- Del hogar: son las relacionadas con la vivienda, como limpiar, hacer la colada,
cocinar o regar las plantas.
- De acompañamiento: acompañar a la persona en sus desplazamientos, compras y
gestiones.
- De comunicación: relacionadas con la interpretación del lenguaje de signos u
otros sistemas alternativos de comunicación.
- De coordinación: relacionadas con la planificación del día a día y el soporte en la
toma de decisiones.
- De conducción: acompañamiento mediante la conducción de un vehículo.
- Excepcionales: soporte excepcional ante una crisis física o psíquica.

12

También podría gustarte