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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE

FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN Y ECONOMÍA


DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓ

DOCUMENTO N° 2.

LA EMPRESA
Narciso Contreras Lisboa
Año 2008

DOCUMENTO DOCENTE. Preparado por el Profesor Narciso Contreras Lisboa para uso de los
alumnos de la Facultad de Economía y administración de la Universidad de Santiago de Chile.
Versión 2008.
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LA EMPRESA.

La mayoría de las personas tienen una imagen relativamente precisa acerca de lo qué es
una empresa. Se la tiene como un lugar de trabajo, donde se encuentran edificios, equipos y
mobiliario, en el que hay actividades de taller y de escritorio; en fin, que todo lo que allí se hace
es para producir y vender un bien o suministrar un servicio requerido por la comunidad.

Se concibe a la empresa, por antonomasia, como la "empresa-con-chimenea", es decir la


que produce algo muy tangible y concreto. Se acepta que existen empresas diferentes de ésta,
pero a veces no se marca la diferencia, porque a las otras no siempre se las considera como
representativas de la especie.

Este concepto común y popular sobre el significado de la empresa es adecuado y


suficiente para los fines prácticos. Sin embargo, tropieza con dificultades cuando se desea
precisarlo y, más aún, cuando se pretende definirlo con fines más académicos.

También presenta inconvenientes cuando es necesario intentar una clasificación de las


empresas, pues no resulta fácil acotar el universo de éstas, ni los subgrupos que sean pertinentes.
¿Se incluirán en el conjunto los productores individuales, o las pequeñas unidades artesanales?
¿Se considerarán como empresas algunas instituciones que proporcionan servicios intangibles,
no susceptibles de ser vendidos? ¿Se tomarán en cuenta las corporaciones sin fines de lucro?

Estas mismas dudas surgen cuando se plantea la necesidad de dictar normas legales o
reglamentarias cuyo sujeto de aplicación sea la empresa. En este caso se suele utilizar una
definición convencional, de carácter operativo, que deslinda el campo de aplicabilidad de la
norma. El problema está en que éstas son definiciones ad-hoc, útiles y prácticas, pero que
difieren unas de otras, sin que ninguna tenga una validez general. Por ejemplo, el Código del
Trabajo chileno establece una definición de empresa que es válida para todos los efectos de la
legislación laboral, pero que no se aplica en otras circunstancias.

En el terreno académico se hace necesario fijar conceptos y definiciones más precisas, ya


sea para una adecuada comunicación docente, para la redacción de documentos y trabajos o para
fines de investigación. Por estas razones, en los párrafos siguientes se pretende llegar a una
conceptualización más clara y precisa, que permita juzgar y captar el significado y alcance de las
muchas connotaciones del término empresa que circulan en el medio económico, social y
político.

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El concepto de empresa se usa con diversos grados de amplitud

Observando el uso corriente del término empresa, es posible distinguir cuatro grados de
amplitud con los que se emplea. Con el fin de dar una visión simple de estos grados se presenta a
continuación una denominación relativamente arbitraria de ellos.

1. Concepto genérico (muy amplio): En general, corresponde a la primera acepción del


diccionario, "(1) acción ardua y dificultosa que valerosamente se comienza". Incluye, por lo
tanto, una muy vasta gama de actividades a partir de la iniciativa humana, ya sea ésta individual
o colectiva, de interés público o particular, de mayor o menor envergadura. En el terreno que
aquí nos preocupa, cubre una extensión amplia que incluye tanto al taxista, al suplementero
dueño de su pequeño quiosco de diarios y al manicero, tanto como a la fábrica mediana, a la gran
corporación y al servicio público.

2. Concepto orgánico - social (relativamente amplio): Aquí se incorpora una primera restricción,
con respecto al significado anterior, la que aminora su amplitud. Esta consiste en considerar a la
empresa como una entidad organizada. Se introduce entonces el concepto de organización,
humana y social, por lo que quedan excluidas las entidades individuales. Pero el concepto
permanece amplio, pues todas las organizaciones o grupos humanos que se dedican a una
actividad específica serían empresas. No importa su tamaño, si son de carácter público o privado,
ni la función que cumplen. Así, aplicando este concepto, se puede decir que un servicio público
(p.e. Impuestos Internos), la Universidad, una rama de las Fuerzas Armadas y, aún, una entidad
de religiosa serían "empresas".

3. Concepto económico - social (relativamente restringido): Esta categoría se puede distinguir


por una restricción significativa en relación con la anterior. Esta consiste en considerar que la
"empresa" constituye una especie, un tipo diferenciado, dentro del género de las organizaciones
sociales, que se distingue entre éstas por su pertenencia al sector o "subsistema" económico de la
sociedad. Lo anterior significa excluir de este tercer concepto a entidades que vemos con cierta
claridad que pertenecen a otros sectores o subsistemas, tales como el de seguridad (FF. AA.), el
de protección (Salud Pública), de administración de Estado, religiosos, etc.

El punto clave para comprender este concepto restringido acerca de la naturaleza de la


empresa está en los elementos que se tomen en cuenta para delimitar el sector o susbsistema
económico de la sociedad. Y esto no es fácil, pues es frecuente encontrar diversos puntos de vista
o enfoques de la cuestión. Una forma simple de lograrlo es considerar a la empresa como una
organización destinada a la producción de bienes y servicios de carácter económico, con lo que
la delimitación del concepto se traslada a la discusión de lo que se pueda entender como bienes
o servicios de esta clase.

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Los bienes (o servicios) económicos tienen un valor derivado de su capacidad de
satisfacer necesidades y de su escasez relativa. Por lo general, aunque no siempre, este valor se
expresa en un precio, el que constituye una medida de ese valor. Y como los precios de la
mayoría de los bienes y servicios se determinan por las transacciones que se realizan en el
mercado, podríamos considerar que son realmente empresas aquellas organizaciones productoras
que transan sus productos en el mercado. Este enfoque restringe el concepto de empresa y lo
limita a aquellas organizaciones que generan un bien o servicio con precios determinados en el
mercado. Dicho de otro modo, esta restricción del concepto de empresa, deja fuera de él a las
organizaciones cuyos productos, por no ser objeto de transacciones, se consideran ajenos al
sector o subsistema económico de la sociedad. Ejemplos de organizaciones que bajo este
concepto no serían empresas son la policía, los servicios públicos de la administración central del
Estado, las organizaciones culturales, de beneficencia y religiosas, etc.

4. Conceptos específicos o puntuales (muy restrictivos). A veces el término empresa se emplea


con carácter muy específico o restringido. Los criterios para plantear esta restricción son
variados y disímiles, por lo que dan origen a significados muy determinados y dentro de marcos
circuntanciales, particulares en cuanto a su aplicación.

Uno de estos criterios se refiere al tamaño de la organización. A menudo, usando este


criterio, se niega el carácter de empresa a unidades productivas pequeñas, excluyéndose del
concepto a los talleres artesanales, los obrajes familiares, los puestos de venta que ocupan pocas
personas, etc. Esta posición tuvo mucha acogida en el período en que las empresas más
caracterizadas mostraban una gran acumulación de capital, numeroso personal y gran
complejidad tecnológica.

Otro criterio de exclusión es la consideración del régimen jurídico en que ellos se sitúan.
Así, se dejan fuera del concepto de empresa a las organizaciones productivas del Estado,
reguladas por leyes y reglamentos públicos. El concepto de empresa se reserva entonces sólo a
las privadas. La dificultad que presenta esta concepción de la empresa es que es muy difícil
negarle el carácter de tal a empresas públicas que también suministran un producto transable en
el mercado (p. e. CODELCO)

Finalmente, en algunas ocasiones se restringe el concepto de empresa a aquellas


organizaciones que tienen fines de lucro, es decir, que el resultado de su operación contiene
definitivamente elementos que remuneran el uso del capital patrimonial y el riesgo que éste
asume. 1 Considerando esta restricción al concepto de empresa, quedarían excluidas de él todas
aquellas instituciones denominadas genéricamente "Corporaciones sin fines de lucro", ya sean
éstas privadas o públicas.

1
Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 20ª Edición, Madrid 1984.
6ª acepción del término empresa.

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Los cuatro grados o niveles de amplitud del concepto de empresa enumerados aquí se
encuentran y se utilizan tanto en la vida práctica, como en la literatura administrativa y en los
medios de comunicación masivos. La diferenciación podría considerarse a primera vista sutil y
sin mayor importancia. Sin embargo, muchas veces resulta significativa en la discusión
académica, para la elaboración de informes y para la formulación de disposiciones
reglamentarias o legales. Por lo tanto, cuando se lee un texto o alguien se refiere a la empresa, es
muy conveniente situar el concepto en el nivel en el nivel en que, implícitamente, se la está
situando. En el cuadro siguiente se muestra esquemáticamente el ordenamiento de estos
diferentes conceptos de empresa.

SENTIDO AMPLIO: TODO LO QUE SE EMPRENDE 1.

GRUPO HUMANO ORGANIZADO 2.

ORGANIZACIÓN PRODUCTORA DE BIENES Y 3.


SERVICIOS

ORGANIZACIÓN CON FINES DE LUCRO 4.

CUADRO Nº1: LA EMPRESA. DIVERSOS SIGNIFICADOS DEL TERMINO EMPRESA

Definiciones de empresa.

En los textos especializados y en otros documentos es frecuente encontrar múltiples y


variadas definiciones de la empresa, que, por lo general, corresponden a diversas categorías en
cuanto al grado de amplitud que se ha examinado anteriormente. La mayoría de estas
definiciones se ha formulado para atender a un requerimiento determinado, sea éste académico,
jurídico o práctico. Fácilmente se podría citar una docena de ellas y realizar un análisis
comparativo, para fijar su ubicación y alcance, pero basta una pequeña muestra para tener una
visión de todas.

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Para Peter F. Drucker, famoso consultor administrativo contemporáneo, "la empresa es la


actividad económica organizada, dirigida a la producción de bienes y servicios para el
mercado". 2

El Profesor de Administración de la Universidad de Chile, Oscar Johansen entrega la


siguiente definición: "Es la unidad que combina el trabajo, esfuerzo o energía humana, con
ciertos recursos (materiales, tecnológicos, financieros y administrativos), con el fin de producir
un bien o servicio". 3

Una definición operacional, establecida con carácter legal para una finalidad específica,
es la contenida en el Código del Trabajo chileno: "Para los efectos de la legislación laboral y de
seguridad social, se entiende por empresa toda organización de medios personales, materiales e
inmateriales, ordenados bajo una dirección, para el logro de fines económicos, culturales o
benéficos, dotada de una individualidad legal determinada".4

Si se analizan estas definiciones es fácil observar que presentan diferencias en cuanto al


concepto de empresa y que tienen diferentes ámbitos de cobertura. Y lo mismo sucede con las
muchas definiciones que se encuentran en los textos de administración, en las normas legales y
en los medios de comunicación.. Sin embargo, también es posible observar que la mayoría de
ellas quedan comprendidas en las dos categorías centrales, es decir, son relativamente amplias o
relativamente restringidas. Dicho en otros términos, prácticamente existiría un consenso en
considerar a la empresa como una organización social destinada a producir y entregar a la
comunidad bienes y servicios con valor económico. Los matices de diversidad se refieren, entre
otros, a la calificación económica de estos bienes o servicios, al carácter público o privado de las
empresas y al papel que cumple el beneficio económico del capital o lucro.

2
Peter F. Drucker, La Gerencia: Tareas, Responsabilidades y Prácticas. Ed. El Ateneo,
Buenos Aires, 1975.
3
Oscar Johansen B., Nociones elementales de administración. Editorial Universitaria,
Santiago, 1977, pag. 13.
4
República de Chile, Código del Trabajo. D.F.L. Nº 1/94, Publicado en el Diario Oficial
el 24.01.94

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Clasificación según tipos de empresas.

Así como abundan las definiciones de la empresa, también es usual clasificarlas desde
diversos puntos de vista. De esta manera se establecen tipos de empresas, cuyo objetivo es
permitir referencias particulares, aplicables a un tipo determinado. Por ejemplo, al distinguir las
empresas productoras de bienes de aquellas que entregan servicios se atiende a la materialidad
del suministro, tangible y con cierta durabilidad en el primer caso - un televisor - e intangible y
de consumo inmediato en el segundo - un viaje en bus. Como este criterio de clasificación en dos
grandes tipos de empresas existen otros, según diferentes criterios y que a veces incluyen más de
dos tipos o clases.

Considerando los diversos puntos de vista o criterios de clasificación es posible ofrecer


una tipología de empresas, la que es útil y necesaria para formarse un cuadro completo y claro,
tanto de la variedad de empresas existentes, como de los múltiples factores que las afectan,
provenientes éstos del medio o entorno en que desarrollan sus actividades. A continuación se
describe esta tipología, de acuerdo a los criterios de clasificación más frecuentemente utilizados.

1. Según la materialidad del producto. Esta clasificación considera la usual distinción


entre las empresas que entregan un bien tangible (p.e. alimentos, vestuario, etc.) y aquellas que
prestan una cooperación a las actividades de otros (p.e. transporte, intercambio comercial,
educación, etc.)

• Empresa productora de bienes


• Empresa productora de servicios.

2. Según el carácter de la tecnología empleada. En este caso se distingue el grado o nivel


de las técnicas de producción utilizadas por la empresa, dando origen a las siguientes categorías:

• Empresa artesanal (utiliza herramientas simples, apoyadas por la habilidad del


operador).
• Empresa con tecnología intermedia (dispone de maquinaria y equipos convencionales)
• Empresa con tecnología avanzada (emplea equipos y maquinaria de última
generación, con inversiones cuantiosas y basada en adelantos recientes, como la
computación, la robotización, etc.).

3. Según el sector económico al que pertenecen.

• Empresa primaria (implica la extracción de recursos naturales: Agricultura, minería,


energía, forestal).
• Empresa secundaria (implica la transformación de insumos en productos terminados:
industria de bienes intermedios o finales).
• Empresa terciaria (Servicios: Comercio, transporte, intermediación financiera,
utilidad pública, etc.)

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4. Según actividad económica. Este criterio de clasificación es utilizado en los informes
y estadísticas de carácter económico. Los tipos de actividad son los siguientes:

• Agropecuaria
• Minera
• Construcción
• Industria manufacturera
• Comercio, mayorista y minorista
• Servicios.

5. Según tamaño o dimensión de la empresa. La dimensión de las empresas puede ser


establecida de acuerdo a diversos criterios de medición, de los cuales los más frecuentemente
utilizados son los siguientes:

a) El volumen de las entradas (ingresos) o ventas totales en un período, a veces denominado


"cifra de negocios".

b) El número de personas ocupadas.

c) El valor total de su activo.

d) El valor de su equipamiento industrial (maquinarias e instalaciones directamente productivas).

e) El valor de su patrimonio o capital social.

Desde luego el empleo de uno u otro de estos criterios de medición podrá hacer variar el
juicio acerca del tamaño de la empresa y por lo tanto cambiar su ubicación dentro de una
clasificación. Por ejemplo, una empresa que entrega un producto sofisticado y que emplea una
tecnología avanzada, podría aparecer pequeña si se utiliza el criterio relativo al número de
personal, o grande si se la mide con alguno de los otros. Por esta razón las clasificaciones de las
empresa de acuerdo a su tamaño deben ser utilizadas con precaución.

Un ejemplo de clasificación según tamaño es el utilizado por la Corporación de Fomento


de la Producción (Chile)5, el que se muestra en el cuadro siguiente:

5
Corporación de Fomento de la Producción, PYME, un desafío a la modernización
productiva. CORFO, Santiago/Chile, 1994.

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TAMAÑO VALOR DE LAS VENTAS ANUALES EN


UNIDADES DE FOMENTO (UF)2

MICROEMPRESA MENOS DE 2.400

PEQUEÑA EMPRESA DE 2.401 A 25.000

MEDIANA EMPRESA DE 25.001 A 50.000

GRAN EMPRESA MAS DE 50.000

CUADRO Nº2: CLASIFICACION DE LAS EMPRESAS SEGÚN TAMAÑO, POR


VOLUMEN DE VENTAS.
Fuente : CORFO (Nota 5)

También es frecuente usar un criterio de dimensionamiento de las empresas según la


cantidad de personal empleado, como el contenido en un estudio del Ministerio de Economía,
Fomento y Reconstrucción (Chile)6:

• Microempresas, aquellas que dan empleo a menos de 9


trabajadores.

• PYME, aquellas que emplean entre 10 y 200 trabajadores, y

• Grandes empresas, aquellas que emplean más de 200 trabajadores.

CUADRO Nº3: CLASIFICACION DE LAS EMPRESAS CHILENAS SEGÚN


TAMAÑO, POR NUMERO DE TRABAJADORES EMPLEADOS.

Fuente : CORFO (Nota 6)

6
Citado en trabajo consignado en Nota Nº 5. Pag. 13

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A veces la tipología de las empresas se hace combinando dos o más criterios de


clasificación por tamaño, con el fin de subsanar algunas distorsiones que pueden producirse al
utilizar un criterio único.

6. Según los participantes en el control de la gestión. Se entiende el control de gestión como la


capacidad de adoptar las decisiones de nivel superior, especialmente las de carácter político y
estratégico, las que afectan a la empresa, como un todo, en lo que se refiera a su operación dentro
del medio y a su destino futuro. De acuerdo a este criterio es posible distinguir los siguientes
tipos:

• Capacidad decisoria en los representantes de la propiedad del capital: Dueños, socios,


accionistas, comuneros, el Estado, etc. A menudo se designa a estas empresas como
heterogestionadas.

• Capacidad decisoria en todos los trabajadores, o en representantes designados por ellos.


En este caso se habla de empresas autogestionadas.

• Capacidad decisoria en órganos o representantes del poder político, en virtud de ese


poder, y no como representantes de la propiedad del capital. Por ejemplo, una empresa
pública de transporte, en la que el control de la gestión reside en el Ministerio
correspondiente.

• Capacidad decisoria en dos o tres de los elementos antes considerados. Si reside en


representantes del capital y de los trabajadores, se habla de cogestión. Sí, además, se
contemplan representantes del Estado se dice que hay participación tripartita.

• Capacidad decisoria en asociados, en virtud de un interés o conveniencia particular de


ellos y no como propietarios de un capital. Es el caso de las cooperativas, de
productores, trabajadores o consumidores.

• Capacidad decisoria en individuos u organismos colegiado, por una delegación amplia


de autoridad, de los propietarios el capital, del poder político o por mandato judicial.
Consejo de administración autónomo, interventores, fidei-comisarios, etc.

7. Según régimen jurídico. Esta clasificación se refiere al marco legal dentro del cual se originó
o fue creada la empresa. Existen dos tipos:

• Empresas de derecho privado: Son aquellas que nacen de la asociación, mediante


contrato, de capitales y personas. (Dueño único, sociedad de personas, sociedad
anónima)

• Empresas de derecho público: Son aquellas creadas por disposición legal.

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8. Según propiedad del capital. Este criterio distingue entre las empresas según sea la naturaleza
de los aportantes del capital propio o patrimonio de ellas. Estas pueden ser personas naturales o
jurídicas de carácter privado (individuos o sociedades) o entes públicos (el Estado u organismos
dependientes de él). Aparecen tres tipos:

• Empresas privadas
• Empresas del Estado
• Empresas mixtas.

En Chile, estos tres tipos se ilustran con los siguientes ejemplos: La Compañía
Manufacturera de Papeles y Cartones, S.A. (CMPC); cuyo capital pertenece a accionistas
privados; la Empresa Metro de Santiago cuyas acciones pertenecen prácticamente en su totalidad
al Estado; las Empresa Aguas Andinas S.A. (ex EMOS) y Línea Aérea Nacional, S.A. ( LAN)
que son mixtas, con propiedad mayoritaria de sus acciones por el Estado.. Nótese que todas estas
empresas están organizadas bajo la forma de Sociedad Anónima y, por lo tanto, de acuerdo a la
clasificación anterior, corresponden al régimen de derecho privado. Es por esta misma razón que
las sociedades anónimas cuyo capital es estatal requieren un mínimo de acciones en poder de
privados, más bien con carácter simbólico.

9. Empresas de derecho privado, según forma de sociedad. Una clasificación simple es la


siguiente:

• Individuales. (Dueño único, no hay asociación)


• De personas. (Con responsabilidad ilimitada y solidaria).
• De personas. (Con responsabilidad limitada al monto de sus aportes)
• De capital.. (Sociedad Anónima o sociedad por acciones)
• Comanditaria simple. (Socios gestores y comanditarios)
• Comanditaria por Acciones. (Socios comanditarios con responsabilidad limitada
al monto de sus acciones)

Usos y limitaciones de la tipología de empresas

La clasificación anterior tiene valor explicativo, de carácter académico, pero, también en


términos de la práctica de la administración, es muy útil para definir con claridad la posición de
una empresa en el medio económico, jurídico, social y político en que se encuadra. Todos los
criterios de clasificación que se han examinado tienen origen preponderante en alguno de estos
entornos y se refieren a las relaciones de la empresa con ellos. De ahí que todas las diferencias
que existan entre tipos de empresas incidan en las decisiones orgánicas y operacionales que ellas
deben adoptar e implican cambios en las relaciones con elementos del medio. Éstas, a su vez,
pueden tener diferentes repercusiones, según sea el tipo a que pertenezcan.

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No siempre es fácil discriminar cuando se trata de situar a alguna empresa en un tipo
determinado. A veces los criterios se entrecruzan creando situaciones dudosas; en otras, existe
una situación tan especial que parecen escapar a cualquier esfuerzo de clasificación. Tampoco es
fácil hacer un ordenamiento en un cuadro explicativo simple, pues la variedad y el objetivo de
los enfoques produce entrecruzamientos que lo dificultan.

Por otra parte, la multiplicidad de tipos de empresas aquí observados demuestra la


flexibilidad de esta institución para adaptarse a diversos contextos y regímenes económicos,
sociales y políticos. La empresa no constituye un patrimonio particular de ninguno de éstos, sino
que es un instrumento de carácter económico y social, destinado, en último término, a satisfacer
las necesidades humanas, con un máximo de efectividad y eficiencia. Por lo tanto, su régimen
jurídico, su tamaño, la propiedad de su capital, su sistema de gestión y otras particularidades
accidentales, no menoscaban su carácter y cometido sustancial. En realidad, no existe evidencia
alguna de que estas características definitorias de un tipo empresarial determinen genéricamente
la eficacia y eficiencia de la empresa respectiva. En casos particulares, es decir en una empresa
determinada, en un entorno también concreto, alguna de esas condiciones, por ejemplo el
tamaño, sí puede favorecer su éxito o alimentar su fracaso. Pero esto no es posible generalizarlo
diciendo que las empresas grandes son poco eficaces, o que las pequeñas son eficientes. O
cualquier otra cosa parecida.

Conjuntos de empresas.

En todos los tipos de empresas mencionadas anteriormente, se las ha considerado como


organizaciones unitarias, que conforman un todo diferente de sus partes o elementos
constituyentes (trabajo, capital, administración), y cuya dirección superior compete a quienes
ejercen el control de su gestión. Aparecieron también como entidades claramente diferenciadas
de otras empresas situadas en su entorno, existiendo prácticamente una demarcación de fronteras
entre unas y otras. Por lo tanto, su objetivo operacional es específico y se constituyen como
unidades de negocio, claramente distinguibles e identificables. Así, por ejemplo, Luchetti, S.A.
podría aparecer como una empresa, cuyo negocio básico es la elaboración de pastas alimenticias,
que tiene individualidad y personalidad jurídica propia y que sus relaciones con otras empresas
son simples transacciones comerciales.

Sin embargo, en los sistemas económicos modernos la situación no es tan simple, pues
muchas empresas están interrelacionadas con otras, por vínculos de diversa naturaleza, nexos que
las llevan a conformar especies de "redes" o "cadenas", en las que la individualidad de cada una
ya no es tan nítida. Existen diversas formas de interrelación empresarial, de las que se
mencionarán a continuación las más significativas.

1. "Conglomerado" o grupo empresarial. En este caso existe una empresa matriz, denominada
generalmente sociedad de inversiones u "holding", la que posee participación en el capital de
diversas empresas, conocidas como "filiales". En teoría, si la Empresa Matriz posee el 50% +1
de las acciones de algunas empresas filiales, puede hacer efectivo un control de la gestión de

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éstas, pues podría designar la mayoría de los miembros de sus Directorios. De esta manera
impondría sus decisiones en materias políticas y estratégicas, buscando obtener el resultado de
conjunto más favorable para sus propios intereses.

Como un holding puede tener inversiones mayoritarias en algunas empresas y


minoritarias en otras, se pueden presentar situaciones diversas, las que se ilustran en el cuadro
siguiente:

EMPRESA MATRIZ
OMEGA
(HOLDING)

EMPRESA EMPRESA EMPRESA EMPRESA


ALFA S.A. BETA S.A. GAMA S.A. DELTA S.A.

95% 70% 45% 30%

Participación de OMEGA en el capital de las empresas pertenecientes al grupo.

CUADRO Nº 4: DIVERSOS GRADOS DE CONTROL DE UNA EMPRESA MATRIZ RESPECTO A SUS


FILIALES.

La empresa matriz u "holding" no necesariamente asume la forma de sociedad anónima, sino


que, a veces, es una sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L) o, aún, podría ser un dueño
único. En ciertas ocasiones, una empresa del grupo puede tener el doble rol de ser a la vez
"holding" y también una empresa operativa más del conjunto. Un caso especial lo constituyen los
entes del Estado que actúan como sociedades de inversión. Es ésta la posición de la Corporación
de Fomento de la Producción (Chile), la que posee una cartera o portafolio de acciones de
aquellas empresas en que hay participación estatal.

Esta forma de integración de empresas es particularmente importante en la actualidad. En


el ámbito nacional es posible mencionar algunos grupos, frecuentemente conocidos ya sea por el
nombres del principal inversionista ("Grupo Angelini", "Grupo Luksic", "Grupo Errázuriz", etc.)
o por la denominación de la empresa matriz ("Grupo C.A.P.", "Grupo CB”, etc.). También es la
forma de organización utilizada por las empresas transnacionales, cuya matriz se encuentra en un

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determinado país y las filiales que conforman el grupo están repartidas por el mundo. (Por
ejemplo, la Telefónica Española tiene inversiones mayoritarias en la Compañía de
Telecomunicaciones de Chile S: A: (CTC). A su vez, diversas empresas chilenas tienen
importantes inversiones en empresa argentinas y peruanas.

2. Consorcio de empresas. Consiste básicamente en una asociación pactada entre empresas para
un fin particular. Por ejemplo, se pueden asociar para enfrentar unidas sus exportaciones, y así
lograr ventajas administrativas y de costos en todo lo que se refiere a las complejas operaciones
del comercio exterior (Consorcios de exportadores de maderas, de frutas, etc.). Otros casos
serían la formación de consorcios para operar el abastecimiento de insumos, el transporte o la
publicidad genérica.

Algunas veces, esta asociación para fines específicos se hace bajo la forma de
cooperativas; en otras se llega a constituir una sociedad anónima, filial de las empresas
asociadas.

3. Cártel. (Alemán: Kartell) El "cártel" consiste en un convenio entre empresas similares para
evitar o limitar la competencia mutua y regular los volúmenes de producción y venta y los
precios de sus productos. El ejemplo tal vez más famoso de este tipo de asociación sea la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (O.P.E.P.), que agrupa a un importante
grupo de naciones productoras de este recurso energético y que, en un momento histórico (1973),
logró fijar condiciones que produjeron enormes trastornos a la economía mundial.

4. Truste. (Inglés: Trust) Consiste en una combinación o acuerdo entre empresas para plantear
de hecho una situación de monopolio. A diferencia de las anteriores, este acuerdo tiene, por lo
general, carácter informal y confidencial, sobre la base de la connivencia entre propietarios o
miembros de los consejos o directorios de las empresas comprometidas. Muchas legislaciones
nacionales consideran a esta colusión como asociación ilícita y, por lo tanto, penalizada (Leyes
anti-monopolios).

5. Sistema de franquicias. (Inglés: Franchising). El sistema de franquicias es una de las formas


en que se relacionan empresas diferentes. Una definición de este sistema es la siguiente:
"Franchising es un sistema de colaboración entre dos empresas diferentes, pero ligadas a un
contrato, en virtud del cual, una de ellas concede a la otra, mediante el pago de una cantidad y
bajo condiciones bien determinadas, el derecho de explotación de una marca o fórmula comercial
representadas por un símbolo gráfico o un emblema y, asegurándole al mismo tiempo, una ayuda
y servicios regulares destinados a facilitar esta explotación".7

7
Comité Belga de Distribución. Citado en Juan Hernández B. Franchising: Alternativa
para el crecimiento de las PYME, Revista Contabilidad y Auditoría, Nº 17, Agosto 1993.
Santiago, Chile.

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Con este sistema, una empresa, que es propietaria legal de una marca o procedimiento,
se constituye en otorgante (franchisor), y otra u otras empresas se convierten en concesionarios
(franchisees). Estos últimos deben efectuar un pago por la franquicia, de acuerdo a una fórmula
pactada (Suma fija periódica, % de las ventas u otra).

Ejemplos muy conocidos de uso de este sistema, en el ámbito internacional, son algunos
servicios de comida rápida (Mc Donald, Pizza Hut, etc). Empresas chilenas que utilizan el
sistema son, entre otras, COPEC S.A. y Farmacias Ahumada.

6. Externalización. (Inglés: Outsourcing). Como se dijo anteriormente, hasta mediados del


presente siglo existió en la empresa una tendencia hacia su crecimiento. Uno de los mecanismos
utilizados fue el de la integración, que consistía básicamente en la incorporación a una empresa
determinada de actividades diversas, lo que le permitía funcionar con mayor autonomía. Así, se
incorporaban actividades de suministro de materias primas, de prestación de servicios de apoyo o
de distribución de sus productos (integración vertical). También se practicó la integración
horizontal, consistente en la fusión empresas cuyos productos eran similares o complementarios.
Últimamente esta tendencia al gigantismo se ha revertido, principalmente por razones de
eficiencia.

El mecanismo generalmente más empleado para realizar el decrecimiento y lograr una


dimensión manejable es el de la Externalización. Consiste en que la empresa se desprende de
actividades que pueden ser realizadas en forma más eficiente por empresas autónomas. Esto
beneficia a la empresa que externaliza actividades por varias razones. En primer lugar, le es
ventajoso simplificar su estructura, que se hacía compleja por el recargo de funciones diferentes.
Además, existe la posibilidad de obtener el mismo bien o servicio por un costo menor, al ser
producido por una empresa especializada.

Este mecanismo ha sido ampliamente utilizado por los grandes productores de


automóviles y de artículos electrónicos. "En 1990 Chrysler Corporation produjo en forma directa
sólo el 30% del valor de sus automóviles; Ford, cerca de un 50%. General Motors adquiere la
mitad de sus servicios técnicos y de diseño de 800 compañías diferentes".8

En general, en estos casos se establece entre la empresa de origen y la externalizada una


relación de subcontratación, es decir, se crea un vínculo más o menos permanente entre las dos
empresas, que resulta beneficioso para ambas. Este tipo de relación ha favorecido además la
creación y desarrollo de pequeñas y medianas empresas (PYME), algunas altamente tecnificadas
y con un gran potencial de creatividad e innovación.

Todos estos conjuntos de empresas interrelacionadas que se han examinado, con diversas
variantes y combinaciones, juegan un papel destacado en las economías modernas. Más aún, se
han extendido al ámbito internacional, formando verdaderas redes de empresas situadas en

8
Robert B. Reich, El trabajo de las naciones. J. Vergara Ed. S.A., Buenos Aires, 1993.

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diversos países. Por eso, hoy es difícil decir que un determinado producto, p. e. un
computador, está elaborado en cierto país, por un fabricante y con determinada marca. Es posible
que la marca se utilice con franquicia por una fábrica situada en otro país y que las múltiples
partes de que se compone el producto hayan sido elaboradas por diversas empresas, en países
diferentes. Muchas veces, estas redes mundiales establecen sus casas matrices en países que les
ofrecen ventajas tributarias o de otro tipo. Es por eso que en estados muy pequeños, como
Luxemburgo, Lichtenstein o Mónaco, se encuentren las sedes de importantes empresas
transnacionales.

La existencia de estas redes de empresas, que han superado, tanto los límites de la
empresa unitaria y compacta como las fronteras nacionales, ha significado el logro de
innumerables ventajas de orden económico y de eficiencia administrativa, pero también han
originado problemas nuevos en el terreno político, legislativo y social. Dentro del último de estos
aspectos, encontramos el aprovechamiento del trabajo barato en países subdesarrollados, que en
ocasiones lesiona principios de derechos humanos (por ejemplo. el trabajo de menores).9
También la interrelación financiera en estas redes se torna muy compleja y a veces se presta para
manejos incorrectos. Así, nos encontramos con una problemática nueva, que constituirá un gran
desafío para los administradores del Siglo XXI. Ello implicará conciliar las nuevas modalidades
en la organización empresarial con las estructuras políticas, sociales y jurídicas. Además, que la
nueva organización de las empresas se ajuste a los valores éticos y a los derechos de las
personas, en general, y muy especialmente a los de sus trabajadores.

Cambios en la estructura de la empresa moderna

Los grandes cambios ocurridos durante la segunda mitad del Siglo XX tanto tecnológico
como social y económico tuvieron y siguen teniendo una fuerte repercusión en la estructura
organizacional de las empresas. Entre los que se refieren a la tecnología hay que destacar
especialmente los referidos a la informática, las telecomunicaciones y la automatización de los
procesos industriales. La economía y el comercio se han modificado por la extensión de los
mercados, más allá de las fronteras nacionales, y por la masificación del consumo de muchos
productos. Como consecuencia de lo anterior, las empresas deben enfrentar hoy la creciente
competencia en su sector industrial y una mayor exigencia en cuanto a calidad, precio y entrega
oportuna de parte de los clientes que consumen sus productos.

Además hay que considerar los cambios ocurridos en el elemento trabajador, de todo tipo,
que entrega su esfuerzo para el logro de los resultados perseguidos por la empresa. Cada vez más
se exige al personal conocimientos y habilidades especializadas, compatibles con el desarrollo
tecnológico. Pero en la misma medida, los trabajadores son más exigentes en cuanto a sus

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Martha Nichols, CASO: Familias del tercer mundo en el trabajo. Harvard Business
Review, enero-febrero 1993. (Compendio curso de Desarrollo Ético, Tomo III)

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compensaciones monetarias, a sus derechos y beneficios contractuales y al reconocimiento de
su aporte en la obra común.

Los cambios aquí someramente descritos han repercutido en la forma en que las empresas
organizan su trabajo, es decir, en la conformación de su estructura, tanto en lo que se refiere a la
división del trabajo y asignación de las tareas, como al ordenamiento y régimen jerárquico de la
autoridad.

Así, la empresa tradicional se caracterizó por una acentuada división de las tareas con la
consiguiente especialización en un campo reducido de cada trabajador, como una forma de
optimizar su eficiencia en el trabajo. Esto daba origen a una multivariedad de “puestos de
trabajo” en que los respectivos ocupantes hacían de su labor una rutina, que dificultaba la
posibilidad de realizar otros trabajos. La tendencia hoy se ha revertido y en la empresa se busca
la “multifuncionalidad” de los trabajadores. En otras palabras, se amplía su horizonte de trabajo
y se les dota de capacidades que les permitan asumir una diversidad de tareas, al mismo tiempo
que esto les facilita un mejor desarrollo de sus potencialidades.

Otra característica de la empresa tradicional, el crecido número de niveles jerárquicos,


como consecuencia de la dificultad para coordinar puestos de trabajo muy diferenciados, de la
insuficiencia y falta de oportunidad de la información y de la restringida capacidad de tomar
decisiones de los operadores. En estas condiciones era frecuente encontrar en las empresas de
cierta magnitud alrededor de 5 o 7 niveles de autoridad. En cambio, la empresa moderna reduce
drásticamente sus niveles jerárquicos.

En síntesis, las empresas tienen hoy una estructura más flexible por el mayor radio de
acción de sus trabajadores, con menos niveles de autoridad y con ésta atenuada por la mayor
capacidad de personal para tomar sus propias decisiones operativas.

Caracterización convencional de la empresa.

Vista la amplitud del concepto de empresa y las variantes en su definición, es fácil


deducir que existe una gran dificultad para precisar el concepto y establecer una definición que
deje satisfechos a todos los interesados en esta materia, tanto en el campo académico como en el
de la práctica de los negocios.

Por esta razón, aquí no se intenta una definición, adicional a las muchas que existen, sino
más bien una caracterización abierta, que deje a juicio del lector el encasillamiento de los casos
marginales o dudosos que se presenten para su examen. Esta caracterización tiene solamente
como finalidad constituir una referencia para el uso general del término en este texto
introductorio. Se busca, entonces, una caracterización estrictamente operacional, para fines
prácticos.

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Elementos que caracterizan a la empresa.

1. La empresa está constituida por un grupo humano, es una organización social, lo que
excluye al trabajador individual libre.

2. Está inserta en un medio económico, social y político, con el cual se relaciona. En


términos de la teoría general de sistemas, constituye una entidad perteneciente al
subsistema económico del sistema social.

3. Utiliza recursos que obtiene del medio en que está inserta: elementos materiales, fuerza
de trabajo, tecnología.

4. Constituye un objeto de aplicación de técnicas, de acciones administrativas y de


proyecciones de carácter político y estratégico.

5. Su objetivo central es la producción-suministro de bienes o servicios, con un flujo


regular de éstos hacia el medio.

6. El carácter de los bienes o servicios que entrega es económico, y su valor medible. En


la práctica, dicho carácter se expresa concretamente por ser bienes o servicios transables
o negociables en un mercado.

7. La entrega de los bienes o servicios genera un flujo regular de ingresos, que constituye
la base del financiamiento de sus operaciones.

La caracterización anterior corresponde en sus líneas generales al concepto relativamente


restringido de empresa, consignado anteriormente. La restricción más importante es la que se
refiere al carácter económico, transable, negociable, de los bienes y servicios que ella produce.
Esto, naturalmente, excluye a todas aquellas entidades que prestan servicios comunitarios, cuyo
valor es muy difícil de medir desde el punto de vista de los usuarios. Ejemplos significativos de
esta situación son los servicios públicos del gobierno central, las fuerzas armadas y de orden, las
entidades religiosas, las asociaciones o corporaciones con fines específicos de recreación,
culturales u otros, etc. Todas éstas, bajo este concepto, no son empresas.

Por el contrario, quedan incluidas todas las organizaciones productivas, cuyos bienes y
servicios tienen un precio y compiten en el mercado, no importando si éstas pertenecen al sector
público o privado de la economía nacional. Así, son empresas, tanto una tienda comercial, como
un servicio sanitario municipal que cobra una suma fija por cada metro cúbico de agua utilizada.

Como se ha insistido, la caracterización aquí presentada es abierta y no pretende agotar el


amplio espectro de los casos particulares, ni delimitar en forma tajante fronteras que muchas
veces son ambiguas o dudosas.

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Entre los casos dudosos es posible señalar, por vía de ejemplo, dos que se destacan por
su importancia: los Servicios de Salud, del sistema público nacional y las universidades. Los
Servicios de Salud cumplen funciones de atención médica que claramente constituyen servicios
transables y competitivos con los similares de los hospitales y clínicas privados, pero,
paralelamente, tienen funciones epidemiológicas, de protección y otras relativas a la salud
pública, sin retribución económica directa, que los alejan de una asimilación simple a los entes
empresariales.

Lo mismo ocurre, tal vez con mayor grado de complejidad, con las universidades, que en
el campo de la docencia pueden competir en el mercado de la enseñanza profesional, pero que,
en el de la investigación y de otras funciones académicas, entregan aportes con valor no
mensurable, en cuanto a sus efectos económicos, sociales y culturales indirectos. Con mayor
razón, si estos aportes se proyectan hacia épocas futuras indeterminadas.

La dificultad para encasillar a estas y otras instituciones en la categoría de empresas se


agrava cuando los costos comprometidos en sus diferentes productos o servicios son de difícil
imputación o asignación. Nuevamente se puede citar aquí a la universidad, en la que las
funciones de docencia e investigación están tan estrechamente ligadas, que cualquiera
discriminación o asignación de los costos respectivos puede resultar errónea.

Dado que se admite la existencia de muchos casos fronterizos o dudosos, queda a la


prudente discriminación de los interesados la inclusión o no inclusión de ellos en la categoría de
empresas. Muchas veces este juicio responderá a condiciones prácticas o de conveniencia
circunstancial.

Por otra parte, la exclusión definitiva de algunas entidades del campo de las empresas,
no significa que ellas carezcan necesariamente de todas las características antes señaladas. En
algunos aspectos, muchas pueden constituirse y funcionar "como empresas". Esto es
especialmente importante en lo que se refiere a ser objetos de aplicación de técnicas, de manejo
administrativo y de sistemas de control de gestión.

En efecto, la administración y la tecnología son aplicables y necesarias en todas las


organizaciones, pues son una condición para la efectividad y eficacia de ellas, ambas exigibles
para el logro de un objetivo y el aprovechamiento óptimo los recursos disponibles. Dicho esto en
términos directos y simples: los costos de producción y operación son tan importantes en
cualquier organización como en la empresa.

Hasta aquí se ha presentado una visión general y sintética de los que es la empresa como
una entidad clave en el mundo moderno, su ubicación en sistemas más globales y su importancia
como instrumento productivo. También se ha mostrado su rol social como generadora de fuente
de trabajo y como integradora del esfuerzo cooperativo de un grupo humano. En capítulos
siguientes se examinarán con mayor amplitud y precisión los aspectos que más contribuyen a
configurar sus características específicas: Sus relaciones con el medio o entorno, su estructura
básica y su funcionamiento global.

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