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negativa “a”) que el ritmo normal cardíaco se ha perdido de manera parcial o total.
reemplazar excelentes textos en los que el lector podrá profundizar en los aspectos
solamente de tipo general con el objeto de que queden fijados aspectos conceptuales que
por entender que la misma cumple con eficacia nuestros objetivos pedagógicos (15).
una patrulla de un ejército. El que detenta el mando en esa patrulla será, por lo menos
desde lo teórico, aquel que esté más capacitado para el arte de la guerra. Las
organizaciones militares han creado una serie de categorías que intentan reflejarlo: el
que detenta el mando, siguiendo con nuestro ejemplo, podría ser un capitán; luego
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Supongamos que, en una misión, nuestro capitán es herido o muerto. ¿Quién lo
reemplazará?. Aquel que esté en las mejores condiciones, algún teniente, sargento, cabo
por un simple cabo o soldado?. Fácil es entender que, salvo circunstancias de excepción,
“revoluciones de sargentos”, esto es que los inferiores se rebelen contra los superiores,
organizaciones.
al Nódulo sinusal (cuya actividad será inferida por la ubicación espacial, voltaje y
(denotados por ondas P con otras características a las normales), los sargentos a las
ECG, y por otro con la de generar las propias) y los cabos a las vías paraespecíficas (sin
QRS del ECG). Cabe la aclaración de que hemos de plantear como originados en la
zona nodohisiana ritmos que, en realidad, se originan en las regiones vecinas al nodo
AV: auriculares bajas y tronco común del haz de His. Mantendremos esta nomenclatura
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transmitir sus órdenes (Bloqueo sinoauricular). Y si el capitán no puede mandar (por
sargentos u otros miembros de menor capacidad de mando. Una situación sin demasiada
individuo nervioso y emitiera órdenes con gran rapidez, por arriba de los 60 a 100 lpm
Si los que toman el comando son los tenientes, al no reconocerse diferencias jerárquicas
anarquía, dando lugar a una fibrilación auricular, donde por efecto de esa anarquía
habrá un pulso irregular, con una frecuencia cardíaca variable (por causas que veremos
más abajo) y sin que podamos reconocer la actividad normal del capitán (la onda P).
Si los que tomaran el mando fueran los sargentos (ritmo nodal), nuestras estructuras
hacia los otros puestos militares y, como están más “cercanos” a la tropa se ubicará
antes del QRS, a menos de 0,12 seg., el pulso será regular aunque podría tener alguna
irregularidad causada por algún teniente que reclame su derecho a conducir al grupo y
onda P normal, la que aparece cuando las órdenes son emanadas por nuestro capitán (el
Podría ocurrir que algunos tenientes se impusieran sobre los demás y establecieran
algún tipo de acuerdo, de tal manera que les llegaran a los sargentos (nodohisianos) dos,
tres o cuatro estímulos, por ejemplo, que ellos transmitieran a los niveles inferiores. Ese
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aleteo auricular. Si en lugar de algunos tenientes fuera sólo un teniente el rebelde
entonces, para imponerse, desarrollará una frecuencia del orden de los 180 a 250 lpm y
la cual, dada la capacidad de mando mostrada por ese oficial se caracterizaría por una
llamativa regularidad.
También podría producirse lo que más arriba llamamos “la revolución de los sargentos”.
Piense el lector en lo que ocurriría si los que se declaran en rebeldía fueran los militares
de esta graduación. Ya no sería el capitán (nódulo sinusal) el que diera las órdenes sino
que el comando de la actividad cardíaca estará a cargo de la zona nodal (ritmo nodal),
con una frecuencia en relación a las condiciones causales: si están “alzados” contra el
orden es evidente que deberán tener condiciones de mando que así se lo permitan, habrá
una alta frecuencia (ritmo nodal activo); si, en cambio, han tenido que hacerse cargo
por ineptitud o incapacidad de los mandos superiores entonces lo harán con la menor
son capaces, 40-50 lpm (ritmo nodal pasivo). Si las órdenes son emitidas desde otro
nivel jerárquico, en la analogía militar, o desde otro nivel anatómico en nuestro ejemplo
médico, es evidente que las mismas tendrán otra configuración. La onda P se orientará
origen en el nódulo sinusal (el capitán de nuestro ejemplo). Como, por otro lado, hay
mayor cercanía con la tropa, esa cercanía se expresará con una actividad ventricular
La situación más crítica que podrían vivir nuestros militares sería que murieran en
combate todos los niveles superiores (oficiales y suboficiales). Los soldados rasos
quedarían librados a su suerte, mostrando su actividad con la poca frecuencia de que son
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También podría ocurrir que nuestro capitán diera órdenes que los sargentos
frecuencia en valores normales, sin la mostración de que los soldados reciban las
órdenes de los niveles superiores, liberados de su influencia con un QRS con una baja
Más arriba hablamos de que los sargentos fueran los que se rebelaran (ritmo nodal).
Ahora pensemos en lo que ocurriría si los que se rebelaran fueran los soldados. Antes
dijimos que, sin la conducción superior, los marcapasos inferiores están condicionados a
frecuencias entre 150 y 200 lpm o fibrilación ventricular, en la que existe una marcada
irregularidad tanto en lo relacionado con la frecuencia como con los voltajes, hay un
ECG caótico, que rápidamente termina en paro ventricular, donde los pobres soldados
También podría ocurrir que algún soldado aislado se mostrara rebelde liberándose de la
temporal con el latido normal precedente. O bien que la expresara, en respuesta a una
Hasta aquí hemos referido las situaciones que pueden presentarse, acentuando nuestra
influencias que esa capacidad puede establecer. Pero antes mencionábamos que la
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actividad de nuestro capitán y sus tenientes se puede inferir del aspecto morfológico de
las ondas P resultantes. La zona nodohisiana, metaforizada por nosotros como los
Pero, con frecuencia, los diagnósticos se dificultan ante la presencia de complejos QRS
prolongados, más allá de los 100 mseg, considerados el límite máximo normal. Aquí
cierran al unísono, el tiempo de duración de esa acción será de un valor menor que si, a
Por analogía, si equiparo mis manos a mis ventrículos, resultará evidente que la
duración de un QRS será normal (estrecho, de menos de 100 mesg) si se mantiene ese
sincronismo y resultará prolongada (120 mseg, por ej.) en aquellas condiciones una de
dijimos que los cabos de nuestro ejemplo se podían homologar a los haces
paraespecíficos, aquellos que llevan el estímulo desde las aurículas a los ventrículos sin
diera órdenes al cabo, con una onda P normal, sin tomar en consideración a los
sargentos, y éste las transmitiera con rapidez (PR corto) a un grupo de soldados (uno de
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los ventrículos), y no a todos, provocando el asincronismo que intentamos ejemplificar
Luego de esta elemental analogía comprenderá el lector que las dificultades pueden no
ser mayores cuando exista una fibrilación o un aleteo auriculares con conducción
Los problemas aparecerán cuando estemos frente a una arritmia con un QRS prolongado
permitiera identificar lo que ocurre a nivel auricular, esto es cómo actúan nuestros
Otra de las estrategias será observar la relación temporal entre el QRS ancho, con una
duración mayor a los 0,12 seg, y alguna onda P: si la ubicáramos después del QRS se
deberá medir cuidadosamente cuánto tiempo después aparece, si es menor a 0,10 seg el
estímulo no es conducido y abona a favor del origen supraventricular si, en cambio, está
daba el capitán y las transmitía un cabo, como decíamos arriba, estaremos frente al
electrocardiograma típico. ¿Qué ocurre cuando se produce una arritmia?. Pensemos una
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aberrancia o de preexcitación, con o sin regularidad, dependiendo de los mecanismos en
los que nos extendimos más arriba. Si, en cambio, la transmisión de las órdenes fuera
diferentes diámetros. Fácil será entender que, en la salida de las esferas, no será posible
con fenómenos de anulación y suma entre los múltiples frentes de onda que la penetran,
células.