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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERU: 200 AÑOS DE

INDEPENDENCIA”
Universidad Tecnológica de los Andes
Facultad de Ciencias De La Salud
Escuela Profesional de Enfermería

Tema:
PIRÁMIDE NUTRICIONAL
Asignatura: Nutrición y Dietoterapia
Docente: COPA RIVERA, Luz Hermelinda
Alumna: POLO LUZA, Betsy Vanessa
Código: 201914028b

Cusco – Perú
2021
Índice

Capítulo I 1

1. Introducción 1

Capitulo II 2

1. Desarrollo del tema 2

Capitulo III

1. Conclusiones 10

Bibliografía 11
Capítulo I

1. Introducción

El estilo de vida es definido por la Organización Mundial de la Salud como una forma general de
vida, basada en la interacción de las condiciones de la misma y los patrones individuales de
conducta, determinados por los factores socioculturales y las características personales asociados
a las ideas de comportamiento individual y a los patrones de conducta, los cuales, hacen
referencia a la manera de vivir y a una serie de actividades, rutinas cotidianas o hábitos.

Actualmente no hay ninguna duda de la importancia que tiene los conocimientos en Nutrición y
Alimentación para la salud, los hábitos dietéticos de una población constituyen un factor
determinante de su estado de salud y nutricional. Los hábitos alimentarios, bien sea por
deficiencia o por exceso o por ambos, se relacionan con numerosas patologías de elevada
prevalencia y mortalidad, como son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la obesidad,
Hipertensión Arterial.

En el Presente Trabajo hablaremos sobre la pirámide nutricional y el uso como herramienta muy
útil a la hora de seguir una dieta equilibrada. Esto nos permitirá distinguir fácilmente cuales son
los alimentos que debemos consumir en mayor cantidad, los que componen la base de nuestra
alimentación.
Capítulo II

1. Desarrollo del Tema.


Conocimientos

La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo.
Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico) es un
elemento fundamental de la buena salud. Una mala nutrición puede reducir la inmunidad,
aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental y reducir la
productividad.

Alimentación. Una buena alimentación solo se puede lograr a través de la llamada dieta
balanceada, la cual permite satisfacer nuestras necesidades reales de energía y nutrientes o
nutrimentos. Etimológicamente la palabra dieta significa "higiene de la vida", pero en su concepto
más amplio es sinónimo de régimen, método o modelo alimenticio.
Una dieta no es más que un conjunto de alimentos que, además de llenar los requisitos del
paladar y la satisfacción, deben contribuir con los nutrimentos requeridos por el hombre para que
este pueda cumplir sus funciones fisiológicas de crecimiento y desarrollo.
Esta debe ser:
Suficiente. Los diferentes componentes de la dieta deben estar en las cantidades que garanticen
la satisfacción de las necesidades reales de energía y de nutrientes o nutrimentos.
Variada. Incluye diferentes alimentos en cada comida, y que un mismo alimento sea preparado
de diversas formas a través de distintas técnicas culinarias, con buenas prácticas higiénicas de
preparación y conservación.
Completa. Es aquella que contiene nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del
organismo.
Armónica (equilibrada). Los nutrientes responsables del aporte de energía deben mantener el
equilibrio.
Debe corresponderse con el recomendado:

- Proteínas 10-15 % de la energía diaria total. Su equivalente energético es alrededor de 4 kcal/g.


- Grasas 15-30 %. Su equivalente energético es alrededor de 9 kcal/g. La ingestión de ácidos
grasos saturados no debe exceder el 10 % de la energía total, los Mono insaturados el 15 % y los
poli insaturados 16 el 7%. Se recomienda una relación entre ácidos grasos omega-6 y omega-3 de
5:1.
- Carbohidratos 55-60 %. Su equivalente energético es alrededor de 4 kcal/g. Sus componentes
deben estar presentes en cantidades proporcionales.
Adecuada: debe considerar sexo, edad, nivel de actividad física y estado fisiológico del individuo
de acuerdo con los requerimientos nutricionales.
Inocua: es la dieta cuyo consumo habitual no implica riesgos para la salud (exenta de
microorganismos patógenos, tóxicos y contaminantes). En la utilización metabólica de la energía
de los alimentos no solo es de importancia la cantidad que se ingiere, sino también la distribución
que de ella se hace en las diferentes comidas del día. Esta distribución garantiza una íntima
asociación con el logro de un buen estado nutricional y con un rendimiento físico y mental
adecuado.
Se recomienda la ingestión de alimentos en una frecuencia de 5 veces al día, con una distribución
de la energía total de: 20 % en el desayuno, 10 % en cada merienda, 30 % en el almuerzo. El
desayuno debe constituir una de las comidas principales, porque brinda al organismo la energía
necesaria para comenzar las actividades del día. La comida de la noche no debe sobrepasar el 30 %
de la energía, pues una ingestión excesiva en este horario favorece el desarrollo de la obesidad y
puede constituir un factor de riesgo de aterosclerosis y las enfermedades cardiovasculares.

Importancia de una alimentación saludable.

Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así
como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la
producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han
dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más
alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no
comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales.
La composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada
por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el
contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios. No obstante, los
principios básicos de la alimentación saludable siguen siendo los mismos.

Recomendaciones según la OMS para una alimentación saludable.

Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así
como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. La OMS recomienda comer al menos
400 g, o cinco porciones de frutas y verduras al día, reducen el riesgo de desarrollar enfermedades
no transmisibles y ayuda a garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética. Es muy
importante reducir el consumo total de grasa a menos del 30% de la ingesta calórica diaria
contribuye a prevenir el aumento insalubre de peso entre la población adulta. La mayoría de la
gente consume demasiado sodio a través de la sal (una media de 9 g a 12 g de sal diarios) y no
consume suficiente potasio (menos de 3,5 g).
Un consumo elevado de sal e insuficiente de potasio contribuye a la hipertensión arterial que, a
su vez, incrementa el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular. El consumo de
azúcares libres aumenta el riesgo de caries dental. El exceso de calorías procedentes de alimentos
y bebidas con un alto contenido en azúcares libres también contribuye al aumento insalubre de
peso, que puede dar lugar a sobrepeso y obesidad.

Prácticas alimentarias.
La práctica alimentaria corresponde al término genérico que reúne el conjunto de las prácticas
sociales relativas a la alimentación del ser humano. Influenciadas por la cultura, la religión o las
tendencias, las prácticas alimentarias evolucionan con el tiempo. En Francia la alimentación ha
conocido en estos últimos decenios profundas modificaciones atribuidas a los progresos de las
técnicas de producción y de distribución.
La intervención del marketing y de la diversificación de los productos propuestos a los
consumidores han cambiado las prácticas alimentarias individuales, contribuyendo al mismo
tiempo a un incremento de la obesidad en el seno de las sociedades modernas.

Hábitos Alimentarios
Los hábitos alimentarios definidos como el conjunto de acciones en donde se pone de manifiestos
nuestras costumbres al alimentarnos, es decir, el ser humano se satisface consumiendo todos los
alimentos que nos da la naturaleza, pero al hacerlo de una manera equilibrada y balanceada es
cuando dichos hábitos son de calidad. En este sentido podemos decir que al consumir alimentos
ricos en nutrientes, vitaminas y minerales nos estamos alimentando sanamente y esto constituye
un factor importante en la salud y bienestar de nuestro organismo y los cuales pueden ser
transformados. Implican una secuencia aprendida de actos que han sido reforzados tras el paso
del tiempo a través de experiencias gratificantes internas o brindadas por el medio ambiente
dando lugar a un comportamiento que en gran medida está más allá de la conciencia y que se
activa automáticamente por señales específicas.
Los hábitos alimentarios incluyen más que el ingerir alimentos, implican una sucesión de hechos y
pensamientos que, si bien culminan en el momento de la ingesta, tiene una serie de antecedentes
que llevan a ese desenlace: la selección y compra de ingredientes, la preparación culinaria, la
cantidad que se ingiere, la frecuencia con que se ingiere, e incluso la fisiología del apetito y la
saciedad. Por otra parte, los hábitos alimentarios en toda la complejidad que implican desde la
selección y compra de los alimentos hasta las porciones que se ingieren, están determinados por
aspectos familiares, culturales y sociales, a los cuales se agrega el nivel económico en función del
poder adquisitivo y la oferta y demanda de productos.
Todo lo anterior posiciona a los hábitos alimentarios como procesos complejos tanto para su
cambio como su desarrollo por la manera en que han sido interiorizados por el sujeto que los lleva
prácticamente a respuestas automáticas.

Consumo adecuado de agua para el cuerpo.


Según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), es recomendable beber entre 1’5L/2L de agua
al día. Por ello, debes tener en cuenta esta recomendación sobre el agua que se debe beber al día
para mantener tu cuerpo correctamente hidratado. Algunos de los síntomas más comunes de no
estar bien hidratado son la fatiga, la confusión e incluso los calambres. Este conjunto de síntomas
lo podemos padecer en momentos de mayor esfuerzo, cuando estemos realizando tareas pesadas,
ejercicio o por el solo hecho de estar a pleno sol sin protección alguna, incluso podemos llegar a
saber el estado de hidratación de nuestro cuerpo a través de la piel, es tan sencillo como
pellizcarnos la frente, entre el pulgar y el dedo índice o el dorso de la mano. Si nos pellizcamos
estas zonas y la piel tarda más en volver a su estado, significará que necesitamos hidratarnos más.
El agua no solo nos mantiene hidratados y preserva la salud de nuestros órganos vitales, sino que
también nos proporciona una serie de ventajas o beneficios que debemos tener en cuenta, como,
por ejemplo: Regula la temperatura corporal.
La regulación de la temperatura de nuestro cuerpo es una función que gracias al agua es posible.
Esto nos permitirá sentirnos con más energía y ayuda al mantenimiento de los músculos y
articulaciones.
Evita que se sequen las membranas mucosas, gracias a la hidratación sobre la piel.
Facilita el riego sanguíneo: como hemos mencionado, el 83% de la sangre contiene este elemento,
por lo tanto, con agua se mejora el transcurso de la sangre.
Ayuda a eliminar toxinas. Principalmente cuando mezclamos el ejercicio con una buena
hidratación.
Alivia los dolores de cabeza: principalmente debido a la hidratación de la sangre, que circula por
todo nuestro cuerpo.
Mejora el rendimiento y la productividad.
Previene el estreñimiento, gracias a la hidratación de los alimentos que ingerimos

Consumo adecuado de sal para el cuerpo.


La OMS recomienda reducir la ingesta de sodio para reducir la tensión arterial y el riesgo de
enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y cardiopatía coronaria en adultos.
La OMS recomienda consumir sodio en los adultos a menos de 2g/día (5g/día de sal).
Estas recomendaciones complementan las directrices de la OMS sobre el consumo de potasio y no
deben interpretarse en el sentido de que las sustituyan o reemplacen. Las intervenciones de salud
pública deberían tratar de reducir la ingesta de sodio y al mismo tiempo aumentar la ingesta de
potasio a través de los alimentos.
El sodio en la dieta (llamado sodio dietético) se mide en miligramos (mg). La sal de mesa contiene
40% de sodio. Una cucharadita (5 mililitros) de sal de mesa contiene 2,300 mg de sodio.
Los adultos sanos debieran limitar la ingesta de sodio a 2,300 mg por día.
Los adultos que sufren de presión arterial alta no deberían consumir más de 1,500 mg por día.
Las personas que padecen insuficiencia cardíaca congestiva, cirrosis hepática y enfermedad renal
pueden necesitar cantidades mucho más bajas.
No hay restricciones de sodio específicas para bebés, niños y adolescentes. Sin embargo, se han
establecido ciertos niveles de ingesta diaria adecuada para un crecimiento saludable.
Bebés menores de 6 meses: 120 mg
Bebés de 6 a 12 meses de edad: 370 mg
Niños de 1 a 3 años de edad: 1,000 mg
Niños de 4 a 8 años de edad: 1,200 mg
Niños y adolescentes de 9 a 18 años de edad: 1,500 mg

Estilo de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los estilos de vida saludables como una forma
general de vida basada en la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los
patrones individuales de conducta determinados por factores socioculturales y características
personales. Actividad física. Según la Organización Mundial de la Salud, Se considera actividad
física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de
energía. Se ha observado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a
la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo). Además, se estima que
la inactividad física es la causa principal de aproximadamente un 21%-25% de los cánceres de
mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de
cardiopatía isquémica.
Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos: reduce el riesgo de hipertensión,
cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión
y caídas; mejora la salud ósea y funcional, y es un determinante clave del gasto energético, y es
por tanto fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.
La "actividad física" no debe confundirse con el "ejercicio". Este es una variedad de actividad física
planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el
mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física.
La actividad física abarca el ejercicio, pero también otras actividades que entrañan movimiento
corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, del trabajo, de formas de transporte
activas, de las tareas domésticas y de actividades recreativas.

Horas de Sueño.
La OMS recomienda descansar al menos 6 horas diarias. La alimentación y la cantidad de actividad
física que se realice en el día son factores que determinan el sueño. La falta de descanso puede
producir problemas gástricos, incremento del apetito.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que dormir no es un placer sino una
necesidad. La reducción de los reflejos, capacidad de concentración disminuida y problemas de
apetito y gástricos, son algunas de las consecuencias de dormir poco. Estas consecuencias alteran
el funcionamiento general de nuestro organismo, además de aumentar el riesgo de accidentes en
la vida cotidiana y ocasionar un desequilibrio en el rendimiento.

Grupo de Alimentos:
Los grupos de alimentos fueron creados por el programa de Educación en la Alimentación y
Nutrición (EDALNU) en los años 60, esta clasificación era necesaria para disponer de una guía que
ayude a conocer cómo realizar una dieta equilibrada a toda la población. Los grupos de alimentos
están realizados según las funciones que cumplen y los nutrientes que proporcionan, es decir,
están agrupados por su similitud en el aspecto nutricional y composición.

Grupo 1: Leche y derivados. Función plástica. Participan en la formación y mantenimiento de las


distintas estructuras del organismo. Son alimentos proteicos y su poder energético depende de la
grasa que acompañe a las proteínas.

Grupo 2: Carnes, pescados y huevos. Función plástica. Son alimentos que incorporan proteínas de
alto poder biológico, hierro y vitaminas del grupo B. Son igual de necesarias las proteínas de la
carne como la de pescado, aunque el pescado se considera más saludable por su contenido en
grasas omega 3. Los huevos también son ricos en nutrientes esenciales.

Grupo 3: Patatas, legumbres, frutos secos. Función plástica y energética. Energética en el sentido
de que aportan energía gracias al contenido en hidratos de carbono. En cuanto a las legumbres
aportan proteínas de origen vegetal de alto contenido biológico y fibra. Los frutos secos aportan
ácidos grasos Mono insaturados y poli insaturados, y vitaminas del grupo B.

Grupo 4: Verduras y Hortalizas. Función reguladora. El Código Alimentario Español indica que las
hortalizas son cualquier planta herbácea hortícola que se puede utilizar como alimento, ya sea en
crudo o cocinado y las verduras son las hortalizas en las que la parte comestible está constituida
por sus órganos verdes (hojas, tallos, inflorescencia). Aportan grandes cantidades de vitaminas,
minerales y oligoelementos, fibra (especialmente soluble), además de un alto porcentaje de agua y
pocas calorías de su baja proporción en hidratos de carbono, proteínas y grasas.

Grupo 5: Frutas. Función reguladora. Su importancia en la dieta es similar a la del grupo 4,


verduras y hortalizas, además son ricas son azúcares del tipo de la sacarosa, fructosa y glucosa,
pero con un aporte calórico bajo.

Grupo 6: Cereales y derivados, azúcar y dulces. Función energética. Aportan calorías de sus
carbohidratos (los de los cereales más densos y nutritivos que otras fuentes de hidratos de
carbono). Importante también la aportación de vitaminas del grupo B.

Grupo 7: Grasas, aceite y mantequilla. Función energética. El aporte calórico debe proceder tanto
de este grupo como del anterior, por la diferencia de elementos que tiene cada uno. Este grupo es
rico en vitaminas liposolubles.

Pirámide Nutricional
Es una herramienta de educación y promoción de salud que se muestra de manera gráfica y
sencilla a través de dibujos o fotografías de los alimentos e indica qué cantidades han de
consumirse para seguir una alimentación saludable
Los organismos oficiales utilizan la pirámide nutricional para trasladar las recomendaciones
nutricionales en mensajes fáciles y atractivos para la población. Para elaborar estas guías
alimentarias se basan en la pirámide de la alimentación saludable de la OMS.

¿Cómo se interpreta?
La forma triangular de la pirámide nutricional nos orienta sobre la frecuencia y las cantidades que
debemos consumir de diferentes alimentos. En los primeros eslabones, se sitúan los alimentos que
más peso han de tener en la alimentación diaria. A medida que vamos subiendo de niveles,
aparecen otros alimentos que hay que consumir en menor cantidad.
En el vértice e sitúan alimentos de consumo opcional y que en caso de consumirse, ha de ser
ocasionalmente.
Niveles de la Pirámide de Alimentos (o Pirámide Alimenticia)
1º Nivel: Pan, Cereales, Arroz y Pastas
En el primer nivel, es decir, en la base de la Pirámide, encontraremos alimentos del tipo cereales,
pan, arroz, harinas, patatas y legumbres frescas. En su mayoría se caracterizan por
proporcionarnos carbohidratos complejos tipo almidón y fibra. Mediante su consumo lograremos
aportarle a nuestro organismo las calorías que necesita a diario para el desarrollo de sus
funciones. Se recomienda controlar la cantidad de calorías consumidas, puesto que ésta ha de ser
proporcional al esfuerzo energético de cada individuo, siempre en función a su estilo de vida. De
esta forma, las personas más activas, debido a que van a necesitar más cantidad de energía,
deberán consumir a su vez más alimentos de este tipo en comparación con aquellas que
acostumbren a llevar una vida sedentaria.

2º Nivel: Frutas y Hortalizas


Entre los alimentos situados en el segundo nivel se encuentran las frutas y las hortalizas. Este tipo
de alimentos frescos nos proporcionará fibra y son muy recomendables por su bajo contenido
graso, además son los responsables de aportarnos elementos tan importantes como los minerales
y las vitaminas (principalmente las vitaminas A y C).

3º Nivel: Carnes y Pescados, Lácteos, Huevos y Legumbres


Respecto a los alimentos situados en este nivel, justo en el centro de la Pirámide Alimenticia,
encontraremos dos tipos, por una parte aquellos que engloban a los lácteos y de otra, las carnes,
pescados, mariscos, huevos y legumbres. Respecto a los lácteos es importante enfatizar su
aportación de calcio y proteínas de alto valor biológico. En referencia al segundo grupo, decir que
es muy recomendable el consumo de pescados, por la cantidad de proteínas, hierro y grasas
saludables que pueden aportarnos. En cuanto a las carnes, destacar que son preferibles las
denominadas carnes blancas, como conejo, pollo, pavo, etc., dado que tendrán menos grasas.
Entre las carnes rojas, son más recomendables las magras. La carne de cerdo ibérico está entre las
que más grasas tienen. Al grupo formado por las carnes se le atribuye nuestro principal aporte de
proteínas de alto valor biológico, zinc, hierro y minerales esenciales.

4º Nivel: Aceites y Grasas


En el 4º nivel de la Pirámide de Alimentos, casi en la parte superior, encontramos los aceites, las
grasas, las mantequillas, las margarinas y en general todos aquellos alimentos que contengan
importantes cantidades de grasa, como es el caso de los frutos secos. Es en este apartado donde
se hallan los aceites vegetales, el aceite de oliva y aquellos alimentos, tipo aceitunas, que nos
aportarán los ácidos grasos esenciales necesarios para nuestro organismo. Como recomendación,
decir que es más saludable consumir más grasas de origen vegetal y menos de origen animal, ya
que éstas últimas tienen una alta cantidad de ácidos grasos saturados y colesterol.

5º Nivel: Azúcares
En este grupo, el más pequeño de todos y que está situado en la cúspide, es donde localizamos
el azúcar, la miel y aquellos alimentos que contienen este tipo de sustancias en gran abundancia.
Aunque su consumo es recomendable, destacar que las cantidades a ingerir deben ser muy
moderadas, procurando consumirlas durante el día, de manera que se logren gastar mediante algo
de ejercicio físico, no deben utilizarse como alimentos para cenar.

La pirámide alimentaria según la OMS


La OMS (Organización Mundial de la Salud) es quien establece las directrices principales sobre una
alimentación saludable, sobre las que se basan las diferentes entidades encargadas de diseñar las
guías alimentarias, entre las que se encuentran las Pirámides Alimentarias.
Estas recomendaciones de alimentación se resumen en:

 Basar la alimentación en alimentos de origen vegetal: frutas y verduras principalmente,


legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas. Se recomienda incluir verduras en cada
ingesta, siendo un mínimo de 400 gramos diarios, y tomar al menos 3 piezas de fruta al día (unos
200 gramos por toma).
 Limitar el consumo de grasas, sobre todo las de procedencia de productos ultra procesados, y
tratando de que la mayor proporción de las grasas que se ingieran sean instauradas (de origen
vegetal en su mayoría).
 Limitar el consumo de azúcares libres y añadidos. El consumo máximo de azúcares no debe
superar los 25 gramos diarios, preferentemente, para un adulto sano. Para ello se deben evitar los
refrescos y productos ultra procesados.
 Limitar el consumo de sal y sodio. Su consumo debe estar por debajo de los 5 gramos diarios
(cifras que se duplican en España). Para ello se deben evitar las salazones y los productos ultra
procesados.

Estas son las bases que se deben transmitir a la población, sea en forma de pirámide o de
cualquier otra figura geométrica.

Es difícil decidirse por una pirámide de los alimentos de tantas como podemos encontrar en
cualquier buscador. Lo importante es saber cómo interpretarla. En la cúspide están los alimentos
que no debemos tomar o que se pueden consumir de forma ocasional. A continuación nos siguen
los alimentos proteicos básicos, cuyo consumo debe ser semanal: carnes, pescados, huevos y
legumbres. En la base de la pirámide están los alimentos de consumo diario: cereales, frutas y
verduras y lácteos.
Capítulo III

1. Conclusiones

En algún momento de nuestra vida, todos hemos leído o escuchado acerca de la pirámide
nutricional, una herramienta gráfica que sirve para educar y orientar a la población sobre la
frecuencia y las cantidades que debemos consumir de diferentes alimentos.

En nutrición, la pirámide alimenticia es una referencia a la proporción que nuestro cuerpo necesita
para mantener una dieta sana y balanceada. Se recomienda la ingesta diaria de 55% de
carbohidratos, 30% de grasas y 15% de proteínas, vitaminas, minerales y fibras.

En los primeros escalones se encuentran los alimentos que más peso han de tener y, conforme
vamos subiendo de niveles, aparecen otros que debemos consumir en menor cantidad.

Entonces podemos concluir diciendo que el buen manejo de esta información junto actividad física
adecuada a nuestra edad nos ayudara a llevar una vida más saludable.
Bibliografia

https://www.efesalud.com/la-piramide-nutricional-educacion-en-nutricion/

https://repositorio.unan.edu.ni/15618/1/15618.pdf

https://www.manipulador-de-alimentos.es/blog/piramide-de-los-alimentos/

https://nortesalud.com/la-nueva-piramide-alimentaria-la-piramide-saludable/

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