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Introducción
Una de las características de importancia de los alimentos, so bre todo desde el punto de
vista sensorial, es el color. A través de éste el consumidor puede intuir que una fruta
está lista para comerse, que es dulce, que está podrida. En otros casos, los colores se
asocian con el valor nutritivo del alimento, es el caso del color amarillo de la yema de
huevo donde se piensa que entre más amarillo es más nutritivo.
Desde el punto de vista culinario, el presentar los platillos con una combinación de
colores los hace más atractivos para el comensal, provocando un placer el observar esas
mezclas que deleitan a los ojos, y si el amor entra por la vista, siempre es bueno utilizar
esta característica para deleitarnos al comer. Los alimentos y productos procesados
tienen colores ya sea definidos o estandarizados o con ambas características. Sobre todo
los productos industrializados tienen que homogenizar el color, de tal forma que es
común el uso de colorantes.
El presente capítulo ha sido estructurado de tal forma que inicia con las definiciones de
palabras que se emplean como sinónimos: pigmentos y colorantes; se establece tina
clasificación de los pigmentos de acuerdo con su fuente de origen y a partir de esto se
agrupan bajo una perspectiva química. Se establecen conceptos relacionados con sus
características químicas, físicas, cuáles alimentos los contienen, su relación con
aspectos nutricionales y, con algunos de ellos, la posibilidad de ser considerados como
fitoquímicos que pueden prevenir algunas enfermedades, así como la generación de
colores a través del empleo de técnicas culinarias o con la combinación de alimentos
que ayudan a generar productos y platillos coloridos. Se complementa con una breve
reseña sobre los métodos empleados para medir el color.
Definiciones
El color se define como la parte de la energía radiante que el humano percibe mediante
las sensaciones visuales, que se generan por la estimulación de la retina del ojo. El
humano percibe los colores provenientes de una longitud de onda entre los 380 y 780
nm (Calvo y Duráji, 1997; Badui, 1996).
El color se debe a la emisión que realizan algunos compuestos químicos con
características específicas debidas a su estructura.
Los diversos colores se observan tanto en alimentos provenientes del reino animal como
del reino vegetal, y en menor medida de los minerales. Son de gran importancia los dos
primeros. A partir de éstos adquirimos los nutrimentos indispensables para la vida,
aunado al aspecto que llegan a tener los alimentos y productos alimenticios cuando los
consumimos.
Se ha definido el término pigmento como la sustancia que sc encuentra en estado natural
en el alimento y es el responsable del color de los tejidos animal y vegetal, así como de
diversos microorganismos. Participan en algunas funciones biológicas de importancia,
como el transporte de oxígeno y la fotosíntesis, o se encuentran presentes como
metabolitos secundarios de la bioquímica celular (Badui, 1997). De acuerdo con el
Diccionario de la Lengua Española (2001) cl pigmento se define como "la sustancia
colorante que, disuelta o en forma de gránulos, se encuentra en el citoplasma de muchas
células vegetales y animales". A diferencia, el término colorante se define en el mismo
documento como "la sustancia que añadida a ciertos alimentos sirve para darles color o
teñirlos". Por lo que se refiere a los compuestos químicos extraídos de una materia
prima o a los productos sintetizados en el laboratorio, desde luego proporcionan color y
cumplen con los reglamentos de inocuidad establecidos por los organismos
internacionales.
En el área de desarrollo de alimentos, se emplean ciertos alimentos para que
proporcionen color y en otros casos se adicionan los colorantes naturales o sintéticos.
Origen vegetal
Son más abundantes y se han clasificado, de acuerdo con su estructura química, en:
Flavonoides, antocianinas, taninos, betalaínas, carotenoides y clorofila (Badui, 1997;
Von Elbe y Schwartz, 2000).
Flavonoides:
Son compuestos químicos de la familia de los fenoles. Son glucósidos formados por una
aglucona, principalmente derivada de la 2-fenilbenzopirona. Las agluconas presentes en
mayor cantidad son el flavonol y la flavona (figura 8-1); otros compuestos derivados de
ellos son isoflavonos, flavonoles, flavanona (figura 8-2), charconas y los biflavonilos.
Los carbohidratos de mayor importancia que pueden combinarse con estos compuestos
son la glucosa, ramnosa, galactosa, arabinosa y xilosa. Algunos de ellos son
responsables de la astringencia de productos como las hojas para té.
Los flavonoides de mayor importancia son la hesperidina, presente principalmente en
limones, mandarinas y naranjas; naringina, en toronjas y naranjas amargas. La naringina
es la responsable del amargor en estas frutas.
Cabe mencionar que las chalconas y dihidrochalcotas de la naringina y la
neohesperidina tienen un poder endulzante de aproximadamente 2000 veces el de la
sacarosa, por lo que su uso puede verse bajo otra perspectiva.
Otra acción de importancia con los flavonoides es la actividad estrogénica de algunos de
ellos, como es el caso de las isoflavonas, sobre todo la genisteína, la daidzeína y la
gliciteína. Recordemos que estos compuestos están, principalmente, como glucósidos en
la soya.
De la cáscara de cítricos se han obtenido bioflavonoides que ayudan a la permeabilidad
capilar del sistema circulatorio, por lo que ayudan a la protección contra enfermedades
virales. Si se combina con la vitamina C el efecto benéfico se incrementa.
El color generado por los flavonoides está en la gama do los amarillos. Están presentes
en frutas principalmente. Son hidrosolubles, tienen un efecto protector hacia la vitamina
C, ya que reducen la oxidación de ésta. Esta capacidad antioxidante tiene un efecto
neutralizante de los radicales libres. Forman complejos con jones como el hierro y
estaño, por lo que hay que tener control con el tipo de agua que se emplea y las
características de las latas donde se conservarán los productos. Este hecho es de
importancia con alimentos como los espárragos.
En el caso de los cítricos, son varios los flavonoides que la están presentes. Sobre todo
se localizan en el albedo y en menor cantidad en la pulpa.
En la actualidad se ha difundido extensamente los beneficios que se obtienen al
consumir vino tinto. Esto se vincula con la presencia de antioxidantes del grupo de los
polifenoles como los flavonoides, por ejemplo apigenina (flavona), miricetina y
quercetina (flavonoles), catequiza (flavanol) y malvidina (antocianidinas), así como el
ácido gálico (ácido fenólico) y procianidinas (taninos condensados) (Leighton y
Urquiaga, 2000).
Los flavonoides son estables al calor y a las reacciones de oxidación por lo que los
tratamientos térmicos empleados en la preparación de alimentos o en los procesos
industriales los alteran menos que a las antocianinas.
Son pigmentos hidrosolubles que pertenecen a los flavonoides y que están formados por
el grupo flavilio (Wong, 1995, Badui, 1996). Consta de dos grupos aromáticos, el
benzopirilo y un anillo fenólico. A esta estructura base se unen carbohidratos simples
como la glucosa, ramnosa, galactosa, xilosa y la Arabinosa o complejos como la
rutinosa y sambubiosa. Puede estar en la molécula un solo carbohidrato o dos de ellos.
En la naturaleza se encuentran aproximadamente 150 antocianinas, principalmente en
flores, frutas y hortalizas. Las antocianinas de mayor importancia son la pelargonidina,
la delfinidina, la cianidina, la petunidina, la peonidina y la malvidina (figura 8-3). Son
responsables de colores como el rojo, anaranjado, azul y púrpura de frutas y flores. Se
pueden localizar en la piel o cáscara y en algunas ocasiones en el mesocarpio del fruto
(Badui, 1996).
Al ser hidrosolubles se disuelven en el agua de lavado, desinfectado y cortado del
alimento (lixiviación). Si se emplea agua caliente se acelera la solubilidad de estos
compuestos, por lo que a simple vista se observa una decoloración (Von Elbe y
Schwartz, 2000).
Los factores que influyen en la estabilidad de la molécula y, por lo tanto, del color, son
la acidez y alcalinidad (PFI) del alimento, por ejemplo el ion flavilio es rojo a pH ácido,
cuando éste se incrementa (pH mayor a 5) el color se modifica hacia la gama de azules
(cambio del ion flavilio a la forma quinoidea), mientras que a un pH entre 4 y 5 no hay
color (cambio de estructura a un carbinol). La presencia de vitamina C, así como la
presencia de azúcares reductores como la fructosa favorecen la destrucción de
antocianinas. Esto debe considerarse al adicionar la vitamina C como aditivo o cuando
se endulzan las bebidas con ese edulcorante. El problema con la fructosa es que en
condiciones ácidas y a altas temperaturas se descompone en hidroximetil-furfural y
furfural, dañando significativamente a las antocianinas.
El oxígeno es otro elemento que afecta la estabilidad de este grupo de pigmentos
(Kuskoski, et al., 2004). Es en los productos derivados de la uva donde el efecto es un
indicativo de baja calidad en el producto. Un ejemplo de esto es en el vino tinto. Para
evitar esta degradación se llega a emplear la glucosidasa (se genera ácido glucónico),
aunque la opción de dejar espacios de cabeza muy pequeños o envasar con atmósferas
inertes ha dado buenos resultados en la estabilidad del color durante el almacenamiento
del producto.
En la conservación de frutas se emplean los sulfitos y el anhídrido sulfuroso ya que
tienen un efecto antimicrobiano.
Estructura Principal antocianinas:
Betalaínas
(Badui, 1996; Von Elbe y Schwartz, 2000) Es un grupo de pigmentos formado por
aproximadamente 70 compuestos hidrosolubles, con una estructura de glucósido
derivada de la 1,7-diazoheptametina (figura 8-5). Se dividen en dos grupos: los rojos o
betacianinas y los amarillos o betaxantinas.
Alimentos del orden Centrospermae son los que contienen betalaínas, por ejemplo el
betabel, la tuna roja y las hojas del amaranto. Específicamente en el betabel se encuentra
la betanina formada por la aglucona betanidina unida a una molécula de glucosa. A
nivel celular se encuentra en las vacuolas. La be. taxantina presente en este tubérculo es
la vulgaxantina I.
Los factores que afectan a estos pigmentos, sobre todo a la betanina, son el pH, las altas
temperaturas, el oxígeno, la luz, la presencia de iones como el cobre y la actividad
acuosa, Es estable a pH entre 4 y 6 y a altas temperaturas, siempre y cuando no esté
presente el oxígeno. La peroxidasa actúa sobre los pigmentos provocando su
desnaturalización; esta reacción se realiza a un pH de 3.4.
Las especies de la familia Cactaceae sintetizan betalaínas a diferencia de otras familias
de plantas con flores que contienen pigmentos del grupo de las antocianinas.
Se han empleado como colorantes de productos alimenticios que tienen una vida corta
de anaquel y que no reciben un tratamiento térmico prolongado. La betanina se emplea
en productos con alto contenido proteico, ya que protege al pigmento y lo vuelve más
estable. Este es el caso de productos con proteína de soya, postres con gelatina,
productos lácteos como el yogur y el helado.
Carotenoides
Comprende un gran número de moléculas presentes en plantas, bacterias, hongos, algas
y animales,
Son hidrocarburos liposolubles que existen en la natura leza formados generalmente por
ocho unidades de isopreno, es decir, tienen una estructura de 40 carbonos; en el centro
de la cadena se invierte el arreglo de las moléculas de isopreno (Badui, 1996, 1997). Se
han dividido en dos grandes grupos: los carotenos son hidrocarburos solubles en éter de
petróleo y Doco en etanol, y las xantofilas u oxicarotenoides son derivados Oxigenados
de los carotenos, con características de alcohol, aldehído o ácido, solubles en etanol y
éter de petróleo (Gordon y Bauernfeind, 1982).
El largo de los dobles enlaces en la cadena de hidrocarbonos, así como la
estequiometría de la molécula afecta el espectro de absorción y determina el color. Un
mínimo de siete dobles enlaces conjugados se requieren en la molécula tetraterpenoide
para poder emitir un color. Por su instauración son sensibles al oxígeno, a la luz, a los
metales, a la acción de algunas enzimas (lipooxigenasas) y a los hidroxiperóxidos
lipídicos (Badui, 1997). Desde el punto de vista nutricional, los carotenoides se
clasifican como provitaminas y carotenoides inactivos. La actividad de provitamina A la
presentan aquellos carotenoides que tienen, al menos, la mitad de la molécula del B-
caroteno, por ejemplo, un anillo de B-ionona sin sustituir, con una cadena lateral
poliénica de 11 carbonos. Los carotenoides (figura 8-6) que con mayor frecuencia están
presentes en los alimentos y que tienen actividad de provitamina A son: B-caroteno
(100%), a caroteno (50 a 54%), B zeacaroteno (20 a 40%), -caroteno (42 a 50%). ß-
criptoxantina (50 a 60%) y B-apo-8'-carotenal (72%); las xantótilas (figura 8-7)
zeaxantina, luteína, licopeno y violaxantina son inactivas. El alto nivel de sofisticación
y refinamiento en el establecimiento de la estructura ha permitido la identificación de
más de 600 carotenoides que existen en forma natural. Afortunadamente, para los
analistas de alimentos el número de carotenoides presentes en alimentos es muy
restringido. Aproximadamente de 4 a 20 carotenoides pueden encontrarse en cualquier
alimento (Rodríguez-Amaya, 1997).
Los factores que influyen en la producción de carotenoides durante la maduración de los
vegetales son el oxígeno, la luz y la temperatura. Durante el procesamiento y
almacenamiento, la oxidación por el oxígeno del aire y los cambios estructurales por
calor son los principales factores que los alteran. Los carotenoides son estables en
sistemas que tengan un "contenido reducido de oxígeno". Las operaciones unitarias
empleadas en el procesamiento de alimentos, en general, tienen poco efecto en el
contenido de carotenoides. El escaldado y congelado causan una pequeña degradación.
El empacado de alimentos congelados y alimentos esterilizados en atmósferas libres de
oxígeno ayudan a mantener el contenido de carotenoides.
El ß-caroteno es el más abundante de los carotenoides y se encuentra en vegetales
anaranjados, frutas y vegetales foliares de color verde oscuro. Se emplea como aditivo
en productos lácteos, pasteles, pastas para sopa y productos de confitería. Se sabe que
tiene propiedades antioxidantes, así como algún efecto benéfico en la prevención de
enfermedades como el cáncer, por lo que se emplea en la fabricación de alimentos
funcionales o nutracéuticos.
Otro carotenoide de importancia por la cantidad en que está presente en los alimentos y
su efecto en la salud es el licopeno. Está presente en jitomates o tomates y sus
derivados, melón, uva y guayaba. Es estable durante los procesos industriales. Se
emplea en bebidas, productos de confitería, pan y pasteles y en jarabes.
La criptoxantina está presente en mangos, chile, pimiento morrón, calabazas, naranjas
(Rodríguez-Amaya, 1997; Gartner, et al., 1997; Halliwell, et al., 1995).
Estructura química de los principales carotenoides
Origen animal
Dos de los pigmentos de mayor importancia en alimentos de origen animal son la
mioglobina y la hemoglobina (Badui, 1996, Guerrero, López y Armenta, 2006, Von
Elbe y Schwartz, 2000).
Mioglobina
es una proteína globular formada por una cadena polipeptídica (globina). Contiene un
grupo hemo responsable del color, por lo que se considera como una porción cromofora.
Está formado por cuatro anillos heterocíclicos pirrólicos (anillo tetrapirrólico) unidos
por puentes metileno y en el centro se localiza un ion Fe++ (ferroso). Éste tiene seis
puntos de coordinación, Culatro ocupados por los nitrógenos del anillo tetrapirrólico
unido por dos enlaces covalentes y dos valencias de coordinación, El quinto punto está
unido al aminoácido histidina de la proteína (globina) y el sexto está disponible para
formar complejos con atomos electronegativos donados por otras moléculas (figura 8-9)
(Badui, 1996, Von Elbe y Schwartz, 2000; Guerrero, L6-- pez y Armenta, 2006).
Representa del 80 al 90% de los pigmentos de la carne. Su función biológica es
almacenar y transportar el oxígeno. La cantidad de mioglobina depende de diversos
factores, entre ellos, el animal del que procede la carne, tipo de músculo e intensidad de
irrigación de sangre que recibe, actividad física del animal, edad y pH. La estabilidad de
los pigmentos se ve afectada por la luz, temperatura, humedad relativa, pH y presencia
de ciertas bacterias. Cuando hay oxigeno presente se forma la oximioglobina de color
rojo muy brillante que se asocia con Irescura; cuando no hay oxígeno en cantidad
suficiente se forma la metamioglobina porque el hierro se oxida. Esto genera una
coloración café. Sin embargo esta reacción es reversible. Si la carne se vuelve a colocar
en un medio con una alta presión de oxígeno se genera la oximioglobina.
El color de la carne fresca se debe a la presencia de los tres pigmentos antes
mencionados: mioglobina (rojo púrpura). metamioglobina (café) y oximioglobina (rojo
brillante).
Si se almacena en empaques donde no hay oxígeno, la carne tendrá un color café, de
igual forma sucede al dar un tratamiento térmico a altas temperaturas ya que se
desnaturaliza la globina y se destruyen los compuestos reductores.
Otros pigmentos que se forman en la carne son la sulfomioglobina y la colemioglobina.
La primera se forma cuando se combinan la mioglobina o metamioglobina con sulfuros
o ascorbatos. La tonalidad es verde y se puede observar cuando hay una fuerte actividad
microbiana en la carne. Este mecanismo puede ser reversible, pero si continúa la
oxidación se forman porfirinas libres oxidadas que generan desde compuestos incoloros
hasta amarillos y cafés. En el caso de la colemioglobina, se obtiene de la mioglobina o
metamioglobina donde hay compuestos reductores y una oxidación; se forma también
una coloración verdusca. Este pigmento es inestable por lo que rápidamente se rompe la
molécula para generar la globina, el anillo tetrapirrólico y el hierro. Esta coloración
verdosa se ha asociado a la presencia de niveles elevados de bacterias que liberan
peróxido de hidrógeno y sulfuro de hidrógeno.
En la industria de los embutidos se han desarrollado una serie de formulaciones y
tecnologías que han permitido la generación de colores en diversos productos. Un
ejemplo característico es el proceso empleado en la elaboración de jamón. Se emplean
sales de cura que contienen nitratos y nitritos. La primera acción de los nitritos es la
oxidación de la oximioglobina a metamioglobina. En este punto la metamioglobina
puede continuar reaccionando con los nitritos para forinar la nitrito metamioglobina. La
otra reacción que tiene lugar es, a partir de los nitritos, generar el óxido nítrico, el cual
reaccionará con la metamioglobina y la nitrito metamioglobina para generar
nitrosilmioglobina. Este mismo compuesto se forma por la reacción de la mioglobina
con el óxido nítrico. Con la cocción de la carne se forma el nitrosilhemocromógeno. El
color de éste es el rosado característico de estos embutidos (Badui, 1996).
Hemoglobina
La hemoglobina pertenece al grupo de las proteínas conjugadas con el grupo hemo o
cromoproteínas. Se caracteriza por tener una estructura cuaternaria formada por cuatro
unidades proteicas globulares (mioglobina) estabilizadas por un átomo de hierro cada
una (figura 8-10). Se encarga del transporte del oxígeno de los pulmones a diversos
tejidos, en los que queda retenido temporalmente por la mioglobina hasta que, a través
del metabolismo aeróbico, se consume.
Cuando se somete a calor, la estructura cuaternaria de la proteína se fracciona
provocando la desnaturalización y precipitación de ésta. Esta característica se ha
empleado en la elaboración de un embutido llamado morcilla o moronga (Muñoz,
2000). La morcilla es una extensa familia de embutidos españoles que están elaborados
principalmente con sangre y grasa de cerdo; dependiendo de la región se puede
adicionar arroz, pasas, pan, azúcar, canela, etc. Se pueden encontrar morcillas blancas
que no contienen sangre. En México la moronga o rellena es un embutido que utiliza
como funda la tripa del puerco. Se elabora con sangre de cerdo, borrego, chivo o pollo
mezclado con grasa, condimentos y especias. Se somete a cocción desnaturalizando la
hemoglobina, de tal forma que se puede presentar en rebanadas que se fríen para
consumirse como parte de un guisado o en tacos.
Colorantes
(Badui, 1996, Guerrero, López y Armenta, 2006, Von Elbe y Schwartz, 2000) Se define
con este término a cualquier compuesto químico que imparte un color al reflejar la
radiación de ciertas longitudes de onda y absorber la de otras. Este término también se
emplea para referirse a las sustancias naturales o sintéticas empleadas para colorear los
alimentos.
De acuerdo con su origen se pueden clasificar en los colorantes obtenidos de productos
naturales y los sintéticos. En ambos casos éstos son clasificados como aditivos
alimenticios.
La adición de colorantes a productos de consumo se puede justificar por las siguientes
razones:
1. Corregir las variaciones naturales en el color de los alimentos o ingredientes
empleado;
2. Para corregir o prevenir los cambios de color durante el almacenarniento,
procesamiento, empacado o distribución
3. Para enfatizar o mantener el flavor característico que identifica un producto;
4. Para proteger el flavor de la fotodegradación.
No es ético emplear colorantes para cubrir el mal manejo de los alimentos, el uso de
ingredientes de mala calidad o la aplicación de un proceso técnico de elaboración
inadecuado.
Los colorantes extraídos de alimentos son el ß-caroteno principalmente obtenido de la
zanahoria, licopeno del tomate luteína y zeaxantina de la flor de cempasúchil, del maíz
o la al falfa, capoxantina de la páprika, crocentica del azafrán, bixine del achiote (Wong,
1995), capsantina del pimiento rojo o ciertos chiles, clorofila de plantas verdes,
betalainas del betabel Un pigmento de origen animal es la cochinilla o grana. Éste de
color rojo y se debe a la presencia del ácido carmínico. Se obtiene de los insectos
Dactylopius coccus. La industria de los alimentos emplea el extracto acuoso-alcohólico
y el carmín.
Las opciones para incluir los colorantes naturales en productos alimenticios son dos:
añadir el alimento que contiene pigmento o adicionar el pigmento extraído del recurso.
En el primer caso el alimento que contiene el pigmento se seca, se muele y después se
incorpora a la formulación de algún producto alimenticio. El uso de los extractos de
pigmentos naturales permite un mejor control del color pero éstos son caros. La
alternativa más económica es la adquisición de los colorantes sintéticos equivalentes al
color original. Éstos se pueden encontrar disponibles para bases hidrosolubles o
liposolubles. El costo de éstas es menor (Lee y Khng, 2002).
Los colorantes sintéticos (Thorngate, 2002) están en constante evaluación sobre todo
para confirmar su baja o nula toxicidad. La Organización para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) con frecuencia
publican información sobre estos colorantes. Si se desene utilizar alguno de ellos, es
indispensable revisar la legislación del país donde se emplearán o donde se consumirán
los productos. Estos aditivos se clasifican de acuerdo con el Color Index (CI) asignado
por la Society of Dyers and Colourist de Inglaterra. Los colorantes de mayor uso son:
Azul no. 1 o azul brillante (CI 42090), es un derivado del ácido trifenilmetano.
Es un polvo púrpura-café higroscópico insoluble en grasa y estable en ácidos y a
la luz.
Rojo cítrico no. 2 (CI 12156) es el 1(2,5-dimetoxifenilazo) 2-naftol, son cristales
rojos, parcialmente soluble en agua
Rojo no. 4 (CI 14700), sal disódica del ácido 3-(2,4-dimnetil-5-sulfofenil)azo)-
4-hidroxi-1-naftalensulfónico, soluble en agua. Pura su uso es necesario revisar
la legislación del país para determinar si se autoriza su uso en alimentos.
Rojo no. 40 (CI 16035), sal disódica del ácido 6-hidroxi-57[(2-metoxi 5-metil-4
sulfofenil)azo)-2-naftalensulfónica
Amaranto o rojo no. 2 (CI 16185) es la sal trisódica del ácido
azonaftalensulfónico-2-naftol-3,6-disutfónico. Es un polvo rojo-café, soluble en
agua, estable a la luz y la coloración aumenta en presencia del hidróxido de
sodio. Su uso está restringido en algunos países.
Amarillo no. 6 (CI 15985) es la sal disódica del ácido L-sulfofenilazo-2-nafto-6-
sulfónico, polvo naranja, higroscópico, soluble en agua, estable en ácidos y
sensible a los agentes reductores.
Rojo no. 3 o eritrosina (CI 45430) es la sal sódica o potásica de la
tetrayodofluoresceína, polvo rojo café, soluble en agua, inestable en soluciones
ácidas y luz; estable a altas temperaturas.
Verde no. 3 (CI 42053), polvo verde oscuro, soluble en agua y estable en ácidos.
En la actualidad se pueden conseguir los colorantes encapsulados de tal forma que sean
más estables en el producto alimenticio (Ayala, Rodríguez y Sandoval, 2004).
Cabe mencionar que la tendencia en la actualidad es la sustitución de los compuestos
sintéticos por los naturales debido a la estabilidad ante los cambios de pH, temperatura e
iluminación. Aunado a las características propias de su uso debe tomarse en cuenta que
estos compuestos son considerados como fitoquímicos que pueden ayudar a prevenir
algunas enfermedades (Restrepo, 2007.
Formula de la astaxantinas