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Introducción a las enfermedades mentales

Introducción a la exploración psicopatológica


La exploración psicopatológica equivale a la exploración física en otras especialidades, es una evaluación sistematizada de las funciones psíquicas, y se
obtiene de las preguntas abiertas y de la observación. La función de la psicopatología es describir de forma ordenada las anormalidades de la vida mental de
un individuo. ¿Cuál es una conducta normal y cuál no? La exploración psicopatológica ha de ser metódica pero flexible. Una correcta secuencia
exploratoria sería, en primer lugar, lograr una empatía con el paciente, continuar escuchando el relato del paciente, a la vez que se observa su conducta, y
completar la información con preguntas. Posteriormente, establecer un diagnóstico clínico y terapéutico. En la exploración psicopatológica; deben
abordarse la apariencia, el comportamiento, la conciencia, los aspectos cognitivos, el pensamiento, la percepción, la afectividad, la ideación suicida, la
psicomotricidad, entre otros. Los aspectos cognitivos son la atención, la concentración, la inteligencia, la orientación temporoespacial y la memoria.

Se deben describir la apariencia y conducta del paciente (edad, biotipo, y aseo o cuidado de su persona), su aspecto y actitud general (facies, postura,
porte, indumentaria y aseo personal), su comportamiento franco y grado general de actividad psicomotriz (manierismos, tics, mirada, gestos y postura), su
actitud ante el médico entrevistador y el examen (adaptada, cooperadora y colaboradora, congraciativa, seductora, defensiva, tranquila, excitada o agresiva)
y su contacto con el examinador.

La conciencia puede definirse como la función psíquica que posibilita el conocimiento y la percatación del sí mismo y del ambiente. En la conciencia vigil,
pueden diferenciarse tres dimensiones: la nitidez (eje claridad/obnubilación), la amplitud o campo (eje estrechamiento/apertura) y la conciencia del yo. Las
alteraciones de la conciencia pueden ser simples o complejas. Las alteraciones simples afectan a un solo eje. Las alteraciones de la nitidez de la conciencia
son la somnolencia, la obnubilación, el estupor y el coma. La diafragmatización de la conciencia es el resultado de la alteración de su amplitud. Puede haber
alteraciones de la conciencia del yo corporal, psíquico o circundante. Las alteraciones de la conciencia del yo corporal son la anosognosia, el miembro
fantasma y la asomatognosia. Una alteración de la conciencia del yo psíquico es la despersonalización. La alteración de la conciencia del yo circundante es
la desrealización. Las alteraciones complejas de la conciencia son mixtas y afectan a varios ejes. Las alteraciones de nitidez más conciencia del yo son los
estados confusionales y crepusculares. La alteración de amplitud más conciencia del yo es la personalidad múltiple. La alteración de nitidez más amplitud es
el estado lúcido o de hipervigilia. Para evaluar el estado de conciencia; se explora la facies, la mirada, el grado de alerta, la atención espontánea y provocada,
el lenguaje, la orientación temporoespacial (en tiempo, espacio y persona) y la orientación autopsíquica.

La atención es una función psíquica compleja que se define como la capacidad para centrarse en una determinada parte de la experiencia, y actúa como
filtro. Las alteraciones de la atención son la inatención, la distraibilidad y la hipervigilancia. La orientación es una función que le permite al individuo saber
dónde está, en qué momento está y quién es él. Las alteraciones de la orientación son la desorientación, la doble orientación y la falsa orientación.

La memoria es una función compleja mediante la cual se almacena información de estímulos externos e internos y posteriormente puede recordarse.
Pueden distinguirse tres tipos de memoria: la memoria inmediata, la memoria reciente y la memoria remota. En la memoria, pueden diferenciarse varios
componentes como la capacidad de fijación (que se explora con la retención de dígitos y la repetición de frases) y la capacidad de evocación de hechos
recientes y pasados. La amnesia se define como la incapacidad para memorizar.

Una breve evaluación de la capacidad intelectual explora el grado de escolaridad, el vocabulario, la información general, las pruebas elementales de cálculo,
la capacidad de abstracción (de explicar proverbios), las pruebas de diferencias y semejanzas, y la memoria de dígitos y objetos del ambiente.

La inteligencia es una función psíquica que posibilita el desarrollo y puesta en marcha de nuevas creaciones, y requiere de la inspiración creativa y el talento.
Los trastornos de la inspiración son la inflación (en la cual, pueden distinguirse tres fases: una fase maníaca, una fase de experiencias personales y una fase
confusional) y el déficit de inspiración. Los trastornos del talento, de inicio precoz; son el retraso mental y el pseudorretraso mental. Los trastornos del
talento, de inicio tardío, son la demencia y la pseudodemencia.

El pensamiento es una función psíquica extremadamente compleja que nos permite conocer en profundidad nuestro mundo y a nosotros mismos. Se
explora a través del lenguaje hablado, su entonación, su flujo, su forma y su contenido. El proceso o forma del pensamiento es la manera en que una
persona une ideas y asociaciones, la manera en que piensa. Según su forma; el pensamiento puede ser lógico y coherente, o ilógico e incomprensible. El
contenido del pensamiento es lo que la persona piensa sobre algo (ideas, creencias, preocupaciones y obsesiones).

Los trastornos del pensamiento pueden clasificarse en alteraciones de la velocidad, alteraciones de la forma y alteraciones del contenido. Las alteraciones de
la velocidad del pensamiento son la taquipsiquia (el pensamiento acelerado) y la bradipsiquia (el pensamiento enlentecido). Las alteraciones de la forma del
pensamiento son la perseveración, la prolijidad, la disgregación y el bloqueo del pensamiento. Las ideas delirantes son alteraciones del contenido del
pensamiento, son falsas, no son modificables por el razonamiento lógico y pertenecen a una enfermedad mental (no cultural o religiosa). Algunos ejemplos
de ideas delirantes son las ideas megalománicas, las ideas místicas, las ideas hipocondriacas, las ideas de referencia, las ideas paranoides, las ideas de cambio
de sí mismo o del mundo, las ideas de influencia y las ideas de control. Caso clínico: un joven con esquizofrenia se autoagredía cuando se encontraba solo.
Lo hacía por qué alguien a quien no conocía se lo ordenaba. El joven no podía hacer nada sin el consentimiento de esa persona que controlaba su vida, de
tal manera que realizó varios intentos suicidas debido a la orden que le era impartida.

Las experiencias anormales son las alucinaciones, los delirios y las ilusiones. Las alteraciones sensorioperceptivas cualitativas de la fidelidad de la
percepción son las ilusiones y las alucinaciones. La ilusión es la percepción de un estímulo que existe, pero de manera deformada. La alucinación en la
percepción del estímulo que no existe. Caso clínico: un hombre joven con esquizofrenia oyó una voz insistente que le repetía que debía dejar de tomar su
medicación antipsicótica. Después de resistirse a obedecer esa orden por muchas semanas, sintió que no podía luchar contra la voz y abandonó el
tratamiento. Dos meses más tarde, fue hospitalizado en contra de su voluntad y a punto de sufrir un colapso cardiovascular. Posteriormente; afirmó que,
después de que dejó de tomar los medicamentos, la voz insistió para que dejara de comer y beber, para purificarse.

La afectividad se refiere al afecto o humor, tanto placentero como displacentero. El humor o estado de ánimo es un tipo de afecto de instauración lenta y
progresiva que surge de forma cíclica y que puede ser influido por estímulos externos e internos. Las alteraciones cuantitativas de la afectividad son las
hipertimias placenteras (como la hipomanía) o displacenteras, y la anhedonia. Se debe observar la congruencia entre la afectividad subjetiva y la observada.
Las alteraciones de la afectividad son la perplejidad; los sentimientos de vacío afectivo, insuficiencia, culpa o ruina; la tristeza; la depresión; la desesperanza;
la angustia; la ansiedad; la euforia; la disforia; la irritabilidad; la intranquilidad interna; la ambivalencia; la labilidad; la incontinencia afectiva; etc.

Se debe preguntar siempre si el paciente ha tenido ideas, fantasías o planes de poner término a su vida. Preguntar esto no aumenta el riesgo ni incita a
cometerlo. Se puede preguntar indirectamente; por ejemplo, ¿qué planes tiene para su vida futura?

La actividad motora del ser humano está determinada por la actitud, la posición y las reacciones motoras. Las alteraciones de la psicomotricidad son la
inquietud, la agitación psicomotriz, la acatisia, las estereotipias, los manierismos, los tics, el temblor, la inhibición psicomotriz, la cataplejía, la flexibilidad
cérea, los ecosíntomas, el negativismo y el mutismo.

Otros aspectos de la exploración psicopatológica son la conciencia de enfermedad; la introspección o insight; los conceptos de egosintonía, egodistonía,
confiabilidad, simulación, heteroculpabilidad y autoculpabilidad; y la reacción del examinador. La introspección o insight esa capacidad de autoobservación
y autoexamen de la propia conducta y sentimientos.

Esquizofrenias
La psicosis es la realidad ampliamente distorsionada con o sin obnubilación sensorial; la evaluación incorrecta de la persistencia de pensamientos,
sentimientos o percepciones; e interferencias defectuosas sobre la realidad externa. Las evidencias clínicas de la psicosis son delirios, alucinaciones y
pensamientos o comportamientos desorganizados.

Epidemiología de la esquizofrenia

El riesgo de padecer esquizofrenia a lo largo de la vida es del 1%. La incidencia de la esquizofrenia es de 20 por cada 100.000 de la población anual. La
prevalencia puntual de la esquizofrenia es de 3 a 5 por cada 1.000 de la población. La relación por sexos de la esquizofrenia es igual en hombres y mujeres.
La edad de aparición de la esquizofrenia es de 15 a 25 años en hombres y de 25 a 35 años en mujeres. Las poblaciones con mayor prevalencia esquizofrenia
son las poblaciones urbanas, las clases socioeconómicas bajas y las poblaciones emigrantes. Los esquizofrénicos tienen un riesgo de suicidio a lo largo de la
vida del 10%. La incidencia de suicidio en esquizofrénicos es de 147 a 750 por cada 100.000 pacientes esquizofrénicos al año.

Etiología de la esquizofrenia

Los factores predisponentes de la esquizofrenia son factores genéticos (historia familiar de esquizofrenia), infección viral en el útero, complicaciones
obstétricas, nacimiento en el invierno, aumento del índice de problemas del comportamiento durante la edad escolar, y las lesiones cerebrales. Los factores
precipitantes de la esquizofrenia son acontecimientos de la vida y toma de drogas. Los factores perpetuantes de la esquizofrenia son la toma de drogas y la
emoción expresada. Estos últimos llevan a trastornos recurrentes o crónicos con síntomas negativos mantenidos por infraestimulación.

Manifestaciones clínicas

Las manifestaciones clínicas de la esquizofrenia son trastornos del pensamiento, delirios y alucinaciones auditivas. El paciente con esquizofrenia puede
referir difusión, inserción, robo o eco, del pensamiento. Los delirios de pacientes esquizofrénicos son el delirio bizarro (idea delirante persistente y
extraña), los delirios de estar controlado y la percepción delirante. Las alucinaciones de un paciente con esquizofrenia son voces que dialogan entre sí,
comentan la actividad en curso o proceden de alguna parte del cuerpo.

En un ejemplo del síntoma El paciente dice


Inserción/robo del “Me meten pensamientos en la cabeza y luego los quitan.”
pensamiento
Difusión del pensamiento “Los pensamientos se escapan de mi cabeza. Los demás pueden captarlos y saber lo que estoy pensando.”
Delirio de estar controlado “Controlan mis pensamientos y me hacen sentir triste. Deben tener algún tipo de máquina para hacerlo.”
“Crean un campo de fuerza que me empuja contra la pared.”
Voces que dialogan entre sí “Oigo una voz que dice: “Es un tonto. Le odio”; y otra voz que dice: “Yo no le odio. No es tan tonto”.”
Voces que comentan la “Oigo una voz que habla sobre lo que estoy haciendo y dice cosas como “Mírale cómo anda por la habitación. Ahora se prepara un café”.”
actividad en curso
Eco del pensamiento “Oigo mis pensamientos en voz alta. Es como una cinta que los va repitiendo en alto.”
Percepción delirante “Supe que la policía me buscaba cuando vi que la farola de mi calle no funcionaba.”
“Cuando el cartero abrió la puerta con la mano derecha, supe que el mundo terminaría mañana.”
Delirio bizarro “Me observan desde una nave espacial extraterrestre y me han puesto un escáner dentro de la radio para mandar las señales por microondas.”
“Mi vecino echa gas venenoso a través de las paredes y por la línea telefónica.”
Delirios persecutorios “Mi vecino me espía para el gobierno.”
Delirios de referencia “Hay mensajes ocultos dirigidos a mí, escondidos en lo que dicen en la televisión y en la radio.”
“Cuando veo a la gente hablar, sé que están hablando de mi.”
Neologismo “Bajo a través hacia atrás de la plaza en un estilo de coche lunar hasta la nubión.”

Clasificación de las esquizofrenias

La F.20 esquizofrenia se clasifican en F.20.0 esquizofrenia paranoide, F.20.1 esquizofrenia hebefrénica, F.20.2 esquizofrenia catatónica, F.20.3
esquizofrenia indiferenciada, F.20.4 depresión posesquizofrénica, F.20.5 esquizofrenia residual, F.20.6 esquizofrenia simple, F.20.8 otras esquizofrenias y
F.20.9 esquizofrenia sin especificación. En la esquizofrenia simple, predominan el deterioro y el estado defectual.

La esquizofrenia paranoide es el tipo más frecuente de esquizofrenia en la mayor parte del mundo. En el cuadro clínico de la esquizofrenia paranoide;
predominan las ideas delirantes (delirios) relativamente estables, a menudo paranoides, que suelen acompañarse de alucinaciones, en especial de tipo
auditivo, y de otros trastornos de la percepción. Los delirios en la esquizofrenia paranoide son ideas delirantes de persecución, de referencia, de celos, de
tener una misión especial o de transformación corporal. En la esquizofrenia paranoide; las voces alucinatorias increpan al enfermo dándole órdenes o las
alucinaciones auditivas carecen de contenido verbal; por ejemplo silbidos, risas o murmullos. En la esquizofrenia paranoide; pueden presentarse también
alucinaciones olfatorias, gustativas, sexuales, visuales u de otro tipo de sensaciones corporales; aunque rara vez dominan.

En la esquizofrenia hebefrénica; predominan el inicio temprano, la incoherencia de pensamiento, el comportamiento desorganizado, y el aplanamiento o
afecto incongruente. Los trastornos afectivos de la esquizofrenia hebefrénica son importantes. Las ideas delirantes y las alucinaciones, de la esquizofrenia
hebefrénica, son transitorias. En la esquizofrenia hebefrénica; la afectividad es superficial e inadecuada, y se acompaña con frecuencia de risas insulsas o
sonrisas absortas como de satisfacción de sí mismo, modo despectivo de actuar, muecas, manierismos, burlas, quejas hipocondriacas y frases repetitivas. El
pensamiento de alguien con esquizofrenia hebefrénica, aparece desorganizado y el lenguaje es divagatorio e incoherente. En la esquizofrenia hebefrénica,
hay una tendencia a permanecer solitario y el comportamiento carece de propósito y de resonancia afectiva. Esta esquizofrenia comienza por lo general
entre los 15 y los 25 años de edad, y tiene un pronóstico malo por la rápida aparición de síntomas negativos, en especial embotamiento afectivo y abulia.

En la esquizofrenia catatónica; predominan la inmovilidad motora (estupor), la actividad excesiva (excitación), la rigidez, los trastornos motores
(flexibilidad cérea), la ecolalia (lenguaje perseverante) y la ecopraxia. En la esquizofrenia catatónica; hay presencia de trastornos psicomotores graves que
varían desde la hipercinesia hasta el estupor o de la obediencia automática al negativismo. Durante largos períodos de tiempo, los pacientes con
esquizofrenia catatónica pueden mantener posturas y actitudes rígidas y encorsetadas. Los trastornos psicomotores de la esquizofrenia catatónica son la
rigidez (mantenimiento de una postura rígida contra los intentos de ser desplazado), la flexibilidad cérea (mantenimiento de los miembros y del cuerpo en
posturas impuestas desde el exterior) y la obediencia automática (cumplimiento de un modo automático de las instrucciones que se le dan).

Trastorno bipolar
En 1851, Jean-Pierre Falret (1794-1870) fue el primero en describir el trastorno bipolar como una entidad independiente. Jean-Pierre Falret caracterizó la
folie circulaire como un ciclo continuo de depresión, manía e intervalos asintomáticos. En 1854, Jules Baillarger (1809-1890) presentó su teoría de la folie à
double forme, según la cual manía y melancolía cambian de una a otra. Ambos conceptos, folie circulaire y folie à double forme, fueron ampliamente
difundidos por Europa. La folie circulaire tuvo gran aceptación en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XIX.

En 1913, Emil Kraepelin pública la octava edición de su libro Psychiatrie, en la cual se da una descripción clínica más completa y matizada. Emil Kraepelin
introdujo el concepto de locura maníaco-depresiva, delimitó la esquizofrenia y el trastorno bipolar, y argumentaba que las variables sociales y psicológicas
influyen en el inicio de las recaídas. Esto supuso la apertura de un nuevo campo nosológico: psicosis del humor (maníaco-depresiva) y psicosis de la razón
(esquizofrenia y paranoia).

La incidencia del trastorno bipolar ha crecido en los últimos años debido a la anticipación genética, la extensión generalizada de los antidepresivos y del
trastorno bipolar III, y el refinamiento de los criterios diagnósticos para el trastorno bipolar. La anticipación genética es la aparición de enfermedades
genéticas con precocidad creciente en cada generación.

Las fases del trastorno bipolar son la fase maníaca, la fase depresiva y la fase mixta. En la fase maníaca; hay hiperactividad, euforia, conducta desordenada e
ideas delirantes. En la fase depresiva; hay apatía, sensación de tristeza o de vacío, deseo de morir e inhibición social. En la fase mixta; hay hostilidad,
cambios rápidos de humor, comportamiento descontrolado e insomnio.

Según Angst en 1998, la prevalencia en la vida del trastorno bipolar I es de 0 a 1,7% y la prevalencia en la vida de trastornos del espectro bipolar es de 2,6 a
6,5%. Cada vez hay más indicios de inicio del trastorno bipolar en la pubertad o antes, aunque de forma inespecífica y sutil. La edad de inicio más
frecuente es a los 20 años. La edad de inicio es mayor para el trastorno bipolar II respecto del trastorno bipolar I.

Según Rasgon en 2004, hay diferencias en cuanto al género. Las mujeres presentan episodios depresivos, episodios mixtos y ciclación rápida con más
frecuencia que los hombres. En los episodios depresivos, las mujeres experimentan síntomas atípicos con más frecuencia que los hombres. Dentro del
trastorno bipolar; en mujeres predominan los episodios depresivos, mientras que en hombres los episodios maníacos igualan o superan a los depresivos.

Según Akiskal y cols. en 1995; los marcadores de riesgo de bipolaridad son presencia de episodios hipomaníacos inducidos por antidepresivos, inicio en la
etapa puerperal o juvenil, presencia de hipersomnia o retardo psicomotor en los episodios depresivos, e historia familiar de trastorno bipolar.

El trastorno Tiene una heredabilidad del


De ansiedad generalizada 30%
Fobia 35%
Depresión mayor 30 a 40%
De angustia 40%
Suicidio 45%
Alcoholismo 60%
Esquizofrenia 60 a 80%
Bipolar 70 a 80%

El espectro bipolar abarca casos típicos, casos atípicos y complicados, y fases seudounipolares. Los casos típicos padecen trastorno bipolar I y presentan
episodios maníacos (con humor eufórico o irritable) y episodios de depresión mayor. Los casos atípicos y complicados presentan episodios mixtos (manía
disfórica o depresión agitada), tienen un curso continuo circular o son cicladores rápidos, y manifiestan síntomas psicóticos incongruentes con el humor.
Las fases seudounipolares corresponden a los trastornos bipolares II y III. En el trastorno bipolar II, se presentan episodios de depresión mayor y
episodios de hipomanía. En el trastorno bipolar III, se presentan episodios de depresión mayor y episodios de hipomanía secundarios a antidepresivos.

En el curso natural del trastorno bipolar aproximadamente, el 40 a 70% se recupera y el 60 a 70% recae. El trastorno bipolar comporta peor
funcionamiento y más intentos de suicidio, ansiedad comórbida, trastornos de conducta y uso de servicios de salud mental que las depresiones unipolares.
Los pacientes suelen tomar múltiples medicaciones (eutimizantes, antidepresivos y estimulantes) y usan más los servicios sanitarios. El trastorno bipolar
produce conflictos familiares (por ejemplo, problemas de relación entre progenitores y problemas económicos en la familia).
El trastorno bipolar tiene varias características. En el trastorno bipolar; hay al menos un episodio de manía, hipomanía o mixto, asociado generalmente con
episodio de depresión mayor. Otras características clínicas del trastorno bipolar son el cambio cíclico de humor y los síntomas psicóticos que pueden estar
presentes en episodios de manía y depresión. Como media, se producen cuatro episodios cada 10 años. Algunos pacientes experimentan más episodios
(por ejemplo, los cicladores rápidos que experimentan 4 ó más episodios al año). El trastorno bipolar es un trastorno crónico que afecta de forma
importante la vida diaria y la calidad de vida del paciente.

Los síntomas dominantes en la manía y en la manía mixta se dividen en cuatro grupos: humor y comportamiento maníaco, disforia o humor y
comportamiento negativo, síntomas psicóticos y síntomas cognitivos. Los síntomas dominantes del humor y comportamiento maníaco son euforia,
grandiosidad, habla acelerada, impulsividad, libido excesiva, conducta imprudente y necesidad de sueño disminuida. Los síntomas dominantes de la disforia
o humor y comportamiento negativo son depresión, ansiedad, irritabilidad, hostilidad y violencia o suicidio. Los síntomas psicóticos dominantes en la
manía son delirios, alucinaciones e hiperactividad sensorial. Los síntomas cognitivos dominantes en la manía son taquipsiquia, distraibilidad, escasa
conciencia de enfermedad, desorganización, inatención y confusión.

Según Goodwin y Jamison en 1990, el 58% de los pacientes tiene al menos un síntoma psicótico. Según Keck en 1998, el 90% de los pacientes informa de
al menos un síntoma psicótico. Según Pope y Lipinski en 1978, en el trastorno bipolar tipo I; pueden aparecer todo tipo de síntomas, incluyendo humor
incongruente, trastornos del pensamiento y catatonía.

En las diapositivas; aparecen fotografías de famosos con trastorno bipolar: Jim Carrey, Ben Stiller, Mel Gibson, Catherine Zeta Jones, Britney
Spears, Elizabeth Taylor y Robert Downey Jr. Atención: el cantante Oscar Medina no padece el trastorno bipolar.

La depresión es el estado patológico en que se pierde la satisfacción de vivir y la esperanza de recuperar el bienestar
La tristeza normal La tristeza patológica
Tiene una duración y una intensidad proporcionales a la motivación Tiene una duración y una intensidad desproporcionada la motivación referida
No modifica significativamente la conducta y el rendimiento Afecta la conducta y el rendimiento en los ámbitos laboral, familiar e intelectual
Se acompaña de un funcionamiento somático normal Altera el funcionamiento somático con cefaleas, vértigos, palpitaciones, etc.

Los obstáculos para el reconocimiento de la depresión son el estigma, la depresión encubierta, las alteraciones médicas por patologías concomitantes, la
complicidad tácita, las restricciones de tiempo y la educación médica inadecuada.

Epidemiología de la depresión

Una de cada cinco personas padecerá depresión a lo largo de su vida. En pacientes La prevalencia de la depresión es del
Entre 10 y 20% de pacientes con patología médica presenta patología De la población general 5,8%
depresiva. Sólo una de cada tres personas con depresión solicita Enfermos crónicos 9,4%
tratamiento. Entre 10 y 20% de pacientes con depresión llega al Hospitalizados 33,0%
especialista. Entre 50 y 60% de las personas que solicitan tratamiento no es Geriátricos hospitalizados 36,0%
correctamente diagnosticado. Un tratamiento antidepresivo adecuado Con cáncer ambulatorios 33,0%
resulta eficaz en al menos un 65 a un 80% de los pacientes. El 50% de los Con cáncer hospitalizados 42,0%
pacientes que padecen un trastorno depresivo grave, experimenta sólo un Con apoplejía 47,0%
episodio. El 30% de los pacientes padecen depresión crónica. El 20% de
Con infarto de miocardio 45,0%
los pacientes exhiben un curso recurrente de los trastornos depresivos.
Con enfermedad de Parkinson 39,0%

Las manifestaciones clínicas de los trastornos afectivos abarcan el estado de ánimo, los impulsos y tendencias, el pensamiento,
los ritmos vitales y las manifestaciones somáticas

Las manifestaciones clínicas de trastornos afectivos en el estado de ánimo son dolor moral, tristeza vital, aspecto preocupado y cansado, facies tristes,
llanto fácil o incapacidad para llorar, percepción negativa, incapacidad para disfrutar, pérdida o disminución de intereses, variación diurna del humor
depresivo, y angustia o ansiedad.

Las manifestaciones clínicas de trastornos afectivos en los impulsos y tendencias son inhibición, bloqueo, disminución de la libido, anorexia, pérdida de
peso, un hiperfagia menos frecuente y disminución marcada de energía.

Los trastornos del pensamiento en los trastornos afectivos son pensamiento inhibido y enlentecido, atención y concentración disminuidas, perspectivas
negativas de sí mismo y del mundo, pocas expectativas, perdida esperanza, críticas de sí mismo, contenido de tonalidad negativa, sentimientos de
autorreproche y culpa, alucinaciones auditivas e ideas delirantes (delirios hipocondriaco, de culpa, de ruinas, de referencia o nihilista).

Los trastornos de los ritmos vitales en los trastornos afectivos son variaciones climáticas de los ritmos vitales, ritmo alterado de vigilia y de sueño, y
empeoramiento matutino de los síntomas.

Las manifestaciones somáticas expresadas en el trastorno efectivo son trastornos del sueño, fatigabilidad, sequedad de boca, disfunción sexual, anorexia,
estreñimiento, diarrea, meteorismo y dolores crónicos. Los trastornos del sueño en los trastornos afectivos son menos horas de sueño, dificultad para
conciliar el sueño, despertar precoz, sueño superficial y agitado, pesadillas, hipersomnia en algunos casos, déficit de los estados 4 y REM, y latencia del
sueño REM acortada.

Las depresiones tienen génesis multifactoriales

Los factores somáticos (genéticos y fisiopatológicos), los factores personales psíquicos y los factores externos socioculturales, actúan sobre una
personalidad con predisposición y provocan depresión.
En la etiología y la patogenia de los trastornos depresivos, participan factores neurobiológicos, psicosociales y del desarrollo. Los factores neurobiológicos
etiológicos de los trastornos depresivos son el déficit serotoninérgico, el déficit de la noradrenalina, y la respuesta aplanada o disminuida de la TSH a la
administración de TRH. Los factores psicosociales etiológicos de los trastornos depresivos son relaciones personales dependientes, aislamiento, y falta de
sensación de control y dominio del ambiente. Los factores del desarrollo etiológicos de los trastornos depresivos son baja autoestima y super yo fuerte.

Los factores de riesgo para los trastornos depresivos son divorcio, separación, fallecimiento del cónyuge, antecedentes familiares o personales de
depresión, evento adverso importante, abuso de sustancias, trastornos físicos y falta de apoyo social.

Trastornos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad son patologías muy frecuentes en la atención primaria y el hospital general, y tienen un predominio de síntomas físicos sobre
los psicológicos. El médico debería ser capaz de diagnosticar los trastornos de ansiedad, iniciar tratamiento y saber cuándo derivar al especialista. En los
trastornos de ansiedad, prevalece el sentido de amenaza vital.

La ansiedad se califica como patológica cuando es desproporcionada para la situación, es demasiado prolongada y se presenta sin motivo externo. En la
ansiedad patológica, la atención se focaliza en la propia respuesta del individuo ante la amenaza, más que en la amenaza en sí.

La ansiedad normal es una adecuada respuesta adaptativa ante situaciones estresantes. En la ansiedad normal, la atención se focaliza en la situación
amenazadora. La ansiedad normal afecta el rendimiento.

Los efectos incapacitantes de la ansiedad son la disminución de la productividad y la disminución del funcionamiento social. Estas disminuciones son
producto de la desesperanza aprendida, la conducta de evitación y la agorafobia (con confinamiento en casa y retraimiento social).

Los trastornos de ansiedad tienen varias características clínicas. El aspecto típico de un paciente con trastornos de ansiedad se caracteriza por un ceño
fruncido; una postura de tensión, inquieta y temblorosa; una piel pálida y sudorosa; y un llanto fácil.

Los sistemas que pueden afectarse en un trastorno de ansiedad, son el nervioso, el cardiovascular, el genitourinario, el gastrointestinal y el respiratorio. En
los trastornos de ansiedad; el sistema nervioso se afecta con insomnio, terrores nocturnos, depresión, obsesiones, despersonalización, cefalea, tinnitus,
mareo, temblor, parestesias y mialgias. Los síntomas psicológicos de los trastornos de ansiedad son preocupaciones excesivas, miedos anticipatorios,
sensibilidad al ruido, falta de concentración, irritabilidad e inquietud. En los trastornos de ansiedad; el sistema cardiovascular se afecta con palpitaciones
(percepción del latido cardiaco) y molestias precordiales; el sistema genitourinario se afecta con poliaquiuria y disfunción eréctil o dismenorrea; el sistema
gastrointestinal se afecta con molestias epigástricas, meteorismo, aumento de las deposiciones, diarrea, sequedad de boca y dificultad para tragar; y el
sistema respiratorio se afecta con hiperventilación, constricción en el pecho y dificultad para la inspiración.

Trastorno de pánico

Historia del trastorno de pánico

En el siglo XIX, se le llama síndrome de Da Costa, síndrome de esfuerzo, corazón de soldado o síndrome de hiperventilación. Se consideraba que
los ataques de pánico y el trastorno de ansiedad generalizada hacían parte del mismo trastorno: neurosis de ansiedad; no obstante, después de 1980 son
separadas y el trastorno de pánico se denomina en la CIE-10 trastorno por ataques de angustia.

Definición del trastorno de pánico

El trastorno de pánico se caracteriza por presentar ansiedad paroxística episódica, crisis recurrentes de ansiedad grave (pánico) no limitadas a ninguna
situación o circunstancia, y temor secundario a morirse y a perder el control, de corta duración (unos 10 minutos a veces más). La primera consulta del
paciente es muy frecuentemente en la atención primaria, específicamente en la sala de emergencias.

En el trastorno de pánico, hay repetición de varios ataques de pánico que aparecen de manera inesperada (no en respuesta a un estímulo fóbico), al menos
durante el período de un mes en circunstancias en las que no hay un peligro objetivo. Los ataques de pánico no deben presentarse sólo en situaciones
conocidas o previsibles. En el período intercrisis; el individuo debe estar relativamente libre de ansiedad, aunque es frecuente la ansiedad anticipatoria leve.
Al primer ataque de angustia le siguen ataques posteriores. Esto genera ansiedad anticipatoria y una conducta de evitación fóbica que trae como
consecuencia la dependencia de otras personas.
Epidemiología del trastorno de pánico

La prevalencia en el mundo para el trastorno de pánico varía de 1,6 a 2,2%. El trastorno de pánico predomina en mujeres, las cuales tienen entre 2,5 y 3
veces más probabilidades de verse afectadas que los hombres . El trastorno de pánico aparece en la adolescencia con un pico entre los 17 y los 20 años, y
en la edad adulta con un máximo entre los 25 y los 44 años. Hasta un 60% de los pacientes con trastornos de pánico puede padecer depresión. El hecho de
que se le diga al paciente “ud. no tiene nada. Puede irse” acarrea un incremento en el aislamiento, la presencia de ansiedad anticipatoria y la agorafobia.

Etiología del trastorno de pánico

Los familiares en primer grado de pacientes con trastorno de pánico pueden tenerlo hasta en el 25% de los casos. Se ha encontrado una concordancia
entre gemelos monocigotos del 31%.

La hipótesis cognitiva propone que el paciente sobreestima los cambios fisiológicos de la ansiedad y los interpreta como catastróficos. El paciente piensa
que si tiene palpitaciones, sufrirá un infarto. Este pensamiento le genera ansiedad la cual se manifiesta con síntomas (entre ellos, palpitaciones). Las
palpitaciones le hacen pensar que va sufrir un infarto. Esto provoca mayor ansiedad y desemboca en el ataque de pánico.

Las teorías biológicas han propuesto tres desencadenantes de la crisis de pánico: el disparo inadecuado del locus ceruleus con liberación de norepinefrina,
la respuesta inadecuada o hipersensible al CO2 (según la hipótesis de sofocación) y el aumento del lactato.

Criterios diagnósticos de acuerdo con la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Para un diagnóstico definitivo, deben presentarse varios ataques graves de ansiedad vegetativa al menos durante el período de un mes en circunstancias en
las que no hay peligro objetivo. Los ataques de pánico no deben presentarse sólo en situaciones conocidas o previsibles. En el período entre las crisis; el
individuo debe además estar relativamente libre de ansiedad, aunque es frecuente la ansiedad anticipatoria leve.

Un ataque de pánico se caracteriza porque se presentan al menos cuatro síntomas, uno de los cuales debe ser un síntoma autonómico (palpitaciones con
elevación de la frecuencia cardíaca, diaforesis, temblores o sacudidas). Los síntomas restantes del ataque de pánico pueden ser síntomas relacionados con el
tórax o el abdomen (disnea, sensación de ahogo o falta de aire, dolor precordial, opresión torácica, y náuseas), síntomas relacionados con el estado mental
(sensación de mareo o desmayo, desrealización o despersonalización, y miedo a padecer una enfermedad grave o a perder el control) o síntomas generales
(escalofríos, sofocos o parestesias).

El trastorno de pánico tiene varias complicaciones

Un 20% de los pacientes sufre úlcera gastrointestinal. Un 17% sufre hipertensión arterial. Un 44% sufre trastorno depresivo secundario. La
morbilidad general de los pacientes con trastorno de pánico es tres veces mayor que la de la población general. En los pacientes con trastorno de pánico;
hay un incremento de la frecuencia de alcoholismo, drogodependencia y suicidio. Si se presenta trastorno de pánico, puede haber absentismo laboral.

Información esencial para el paciente con trastorno de pánico y su familia

El trastorno de pánico es frecuente y existen tratamientos efectivos. La ansiedad produce a menudo síntomas físicos alarmantes. La ansiedad mental y la
física se complementan y se refuerzan mutuamente. Concentrarse en los problemas físicos aumenta el miedo. No evitar las situaciones donde se hayan
producido los ataques; reforzará la ansiedad.

Las recomendaciones específicas a pacientes y a sus familiares son si se presenta una crisis; permanecer en el lugar hasta que pase el ataque, concentrarse
en controlar la ansiedad, practicar la respiración lenta y relajada, convencerse de que es un ataque de pánico que pasará pronto, identificar miedos
exagerados durante ataques y planificar medios para afrontar estos temores.

Esta información contiene 5.382 palabras y proviene de varias diapositivas, cuyo autor es el Dr. Oscar Medina Ortiz, profesor de Psicología de la salud.
Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes en San Cristóbal, Venezuela.
La transcripción fue hecha por Gabriel Rodríguez.

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