DE COMIDAS, DE BEBIDAS
Y DE NEGOCIOS
Lourdes Bueno Espinosa de los Monteros
“Friends, food and family... Amigos, comida y familia los tres elementos básicos para hacer
negocios.”
Tener una cultura enológica es un
vaso comunicante con quien nos reuni-
mos ocasionalmente en algún restauran-
te para platicar de negocios, a pesar de la
creencia de que los negocios y el vino no
se mezclan.
Los empresarios que conocen y se
deleitan con buenos vinos saben elegir,
para cada ocasión, la bebida adecuada
y reconocen que los vinos excelentes se
disfrutan bebiéndolos con moderación.
Aparentemente, el arte de apreciar-
los es exclusivo de sibaritas o de quien
tiene dinero (obviamente existen algu-
nos tipos de vinos que son inalcanzables
para la mayoría de los mortales).
La cultura enológica es muy am-
plia, abarca desde el conocimiento de
las regiones vitivinícolas a nivel mun-
dial y los países donde se ubican: La
Rioja, en el norte de España; Borgoña y
Champagne, en Francia; los Chiantis, en
Italia; Portos y Oportos, en Portugal. Ac-
tualmente países como Chile, Argentina
y Uruguay, en Sudamérica han ganado
espacio en la producción de buenos vi-
nos; igualmente, Estados Unidos cuenta
Sabiduría internacional
con zonas importantes, como la de Ca-
lifornia. México cuenta con algunas re-
giones, pero no destaca por la cantidad;
sin embargo, por su calidad, algunos vi-
nos han merecido medallas importantes.
Quien tiene cultura vitivinícola también
conoce de las variedades de uva y sus ce-
pas, las que se cuentan por miles, des-
tacando las siguientes: merlot, cabernet
franc, cabernet sauvignon, chardonnay,
riesling y tempranillo.
Las añadas indican el año de cosecha
y los expertos consultan cuáles fueron
las mejores cosechas de las diferentes
regiones.
La cultura enológica también requie-
re conocer la historia del vino, su relación
con la mitología, la religión y las tradicio-
nes, temas que poco a poco se irán di-
undiendo en este espacio, así como cada
uno de los elementos descritos genérica-
mente en los párrafos anteriores.
Para concluir, metafóricamente co-
mento que los negocios de las Pymes
se gestan, consiguen, cierran y celebran
acompañados del vino y, si el negocio es
bueno, el vino es mejor.
Otro elemento importante se refiere a
cómo servir el vino. Los vinos tintos, rosa-
dos, blancos, espumosos y generosos, se
acostumbra tomarlos a diferentes tempe-
raturas. Regularmente, los tintos (rojos) y
los generosos se consumen a temperatura
ambiente. Mientras que los blancos, los ro-
sados y los espumosos requieren enfriarse
para disfrutarlos mejor. El tipo de copas
en que se sirve, como es sabido, varía.
Hay que saber usar los decantadores,
que no es otra cosa que un recipiente de
vidrio o de cristal que permite oxigenar los
vinos tintos fundamentalmente antes de
tomarlos para separar el poso1 o asiento,
sobre todo, de los vinos más añejos.
El maridaje es el arte de saber com-
binar los diferentes tipos de vinos con
los alimentos. Por ejemplo, los vinos tin-
tos normalmente combinan mejor con las
carnes rojas; los blancos y los rosados,
con pescados y carnes blancas, y los vi-
nos espumosos acompañan los postres
junto con algunos vinos dulces y otras
bebidas de sobremesa.
Los buenos enólogos llegan a saber de-
talles sobre las diferentes etapas del cul-
tivo de la vid y las principales variedades
de cepas propias de cada región. Los bue-
nos vinos son producidos a través del cui-
dado esmerado de las parras, por eso en
mi tierra, Coahuila, dicen y, dicen bien,
que “el mejor vino es el de Parras”, lo que
mis paisanos omiten decir es que “también
el mal vino es de Parras”. También dicen
que “las mejores flores son las de Ramos”
aunque Ramos Arizpe es una zona árida no
propia para el cultivo de flores.
REFERENCIA
1
Poso. Partículas sólidas.
REVISTA AH 79