EMPRESAS Y NEGOCIOS
Salvador Ruiz de Chávez
María Eva Ruelas Rodríguez
Silvia Coria Bedolla
¿El que no transa,
no avanza?
Hijos, negocios, estudios y ética
E
n México, desde niños escuchamos el dicho “El que no transa,
no avanza” y se da por sentado que es parte de nuestra cultu-
ra. El sentido de transa, que a su vez viene de transacción, en
este caso, es engañar: Inducir a otro a creer y tener por cierto
lo que no es.
En general, los padres descargan en los
profesores la responsabilidad de la for-
mación integral de los niños y jóvenes,
que incluye valores, actitudes, destrezas,
habilidades y conocimientos. De aquí
que con este artículo pretendemos que
tanto los padres como los hijos compartan
el sentir de los docentes respecto a las con-
ductas que esperan de sus estudiantes en
el aula. A pesar de que sólo se consultó el
parecer de académicos de educación supe-
rior, creemos que por inferencia también
representa el sentir de los niveles educati-
vos de secundaria en adelante.
Dentro de este esquema, desde hace
más de una década las instituciones
mexicanas de educación superior, tanto
públicas como particulares, han logrado
desarrollar nuevos modelos educativos
que implican la formación integral de sus
estudiantes.
La crisis mundial de la ética en los
negocios explotó no sólo en Estados
Unidos con los casos de Enron, Arthur
Andersen y Worldcom, como ejemplos,
sino también en Italia con Parmalat y en
México con el Fobaproa, entre otros paí-
ses, lo que pone en evidencia la impor-
tancia de la ética en los negocios.
Es necesario establecer en las em-
presas una sólida cultura al respecto a
partir de la adopción de un código de
ética, seguido de las acciones de capa-
citación correspondientes: contratación
y promoción de personal; sanciones a
comportamientos fuera de dicho código;
30 REVISTA AH
Valores y códigos de honor
En 1993, Thomas R. Piper y colaboradores
publicaron su libro Can Ethics Be Taught?
(¿Se puede enseñar la ética?) en el que
destacan la posibilidad y la conveniencia de
que los profesores trabajen en la formación
de valores en sus alumnos, ya sea mediante
un curso obligatorio u optativo o incluyendo
temas específicos a lo largo del plan de
estudios o una combinación de ambos.
En Estados Unidos, para efectos de certificar
la calidad de la educación superior, los
organismos encargados recomiendan
que las dependencias académicas
desarrollen “códigos institucionales de
conducta” para precisar la importancia
de que directivos, profesores y alumnos
se comporten adecuadamente, tanto en
las escuelas como en su vida personal.
Curtis C. Verschoor y Pamela A. Smith (2005)
narran una experiencia con un compromiso de
honor y un código de conducta con alumnos
de contaduría del Colegio de Negocios de
la Universidad del Norte de Illinois. Estos
autores destacan que “…estudios académicos
han demostrado que los estudiantes
universitarios que actúan con un compromiso
ético y un efectivo código de honor exhiben
durante su vida laboral un comportamiento
ético más elevado que el de quienes no
estuvieron expuestos a códigos de honor
durante sus [estudios] de Contabilidad.”
(p. 25).
adopción de estrategias proactivas; reali-
zación de una auditoría social; protección
a los denunciantes y empoderamiento a
todos los empleados para proteger la in-
tegridad de la organización.1
Las instituciones educativas en Méxi-
co deben promover una cultura para
contribuir a la formación ética de sus
alumnos. Hay que resaltar la necesidad
de que las escuelas de negocios enseñen
a sus alumnos las profundas conexiones
entre las empresas,2 la sociedad, la na-
turaleza y el mundo para procurar que
líderes responsables, honestos y con senti-
do ético dirijan las organizaciones. Al efec-
to, habría que enseñar a los alumnos habi-
lidades para desarrollar la honestidad y un
pensamiento integral. Entre estas habilida-
des destacan la honestidad, responsabili-
dad, rendición de cuentas y transparencia,
tanto individual como institucional.
Metodología para desarrollar
una guía de conducta en el aula
La intención de llevar a cabo un taller so-
bre el tema nació durante el panel “Reto-
mar el aula: Ideas concretas” (Crosson,
Solomon, y Wilson, 2004) donde se co-
mentaron tres experiencias de institu-
ciones norteamericanas sobre el asunto
que nos ocupa: el Colegio Comunitario
de Santa Fe, la Universidad del Norte de
Arizona y el Colegio Boston.
En septiembre de 2004, en la ciudad
de Querétaro, dentro del marco del VII
Congreso Internacional sobre Innovacio-
nes en Docencia e Investigación en Cien-
cias Económico Administrativas, se rea-
lizó el taller denominado “¿Códigos de
ética en el aula?” coordinado por Salva-
dor Ruiz de Chávez y que tuvo como ob-
jetivo: Desarrollar una propuesta de un
código de ética en el aula. En este taller
hubo 65 participantes de 21 instituciones

de educación superior (19 nacionales,
una cubana y otra argentina).
Primero se solicitó a los profesores
que de manera individual anotaran las
conductas observables que les molestan
de sus alumnos. Luego, divididos en pe-
queños equipos, elaboraron una lista co-
mún y finalmente en una plenaria, con
aportaciones de cada grupo, se preparó
un listado final que se proyectaba en la
pantalla al momento que se capturaba
en computadora.
Posteriormente se repitió este ejerci-
cio con otros 159 profesores de diversas
disciplinas de otras cuatro universidades
públicas en los estados de México, Cam-
peche, Tamaulipas y Chiapas.
Resultados
Existe una enorme coincidencia en to-
dos los grupos acerca de las conductas
Las instituciones educativas en México
deben promover una cultura para contribuir
a la formación ética de sus alumnos, habría
que desarrollar en ellos, la honestidad
observables de los estudiantes que los
docentes consideran inconvenientes, se-
gún se muestra en el cuadro 1.
Éstas se agrupan según los valores
de responsabilidad, respeto y honesti-
dad seleccionados por los autores con
base en una técnica grupal realizada
en septiembre de 2004 con los profe-
sores.
A partir de esta base de 21 conduc-
tas, los autores proponen la guía de con-
ducta en el aula que se expone en el
cuadro 2, la cual puede ser un referente
para los padres y docentes que desean
apoyar la formación integral de los niños
y jóvenes.
Conclusiones
Es importante que las instituciones de
educación superior contribuyan a la for-
mación ética de sus estudiantes no sólo a
través de cursos ad hoc y temáticas al res-
pecto en diferentes asignaturas de mane-
ra transversal en el plan de estudios, sino
también mediante una cultura organiza-
cional que asuma valores como responsa-
bilidad, respeto y honestidad, y que todos
sus miembros académicos, directivos y ad-
ministrativos prediquen con el ejemplo.
Además, es muy conveniente que
algo similar ocurra en los hogares de
los jóvenes, en donde la cultura familiar
también haga suyos los mismos valores
y todos sus integrantes se conduzcan en
su vida cotidiana con responsabilidad,
respeto y honestidad.
El uso de una guía de conducta en el
aula, como la que se propone, apoyará a
los padres de familia y profesores en la
formación de valores en los estudiantes
y contribuirá para asegurarnos de que:
“Quien transe, no avance.”

Cuadro 1. Concentrado de conductas de alumnos en el aula que más molestan a los docentes, agrupadas por valores

Valores Responsabilidades Respeto Honestidad

C 1. No entregar tareas 17. Platicar 19. Clonar tareas

O 2. Poner pretextos para no cumplir 18. Interrumpir 20. Copiar en los exámenes

N 3. No participar 19. Burlarse de compañeros 21. Presentar ideas ajenas como propias

D 4. Llegar tarde 10. Ponerse apodos

U 5. Distraerse/dormirse 11. Usar celular

C 6. Hacer trabajos de otras asignaturas 12. Ingerir alimentos/fumar

T 13. Usar lenguaje soez

A 14. Masticar chicle

S 15. Vestir inapropiadamente

16. Usar gorra

17. Abrazarse (arrumacos)

18. Tirar/dejar basura

Fuente: Talleres celebrados de septiembre de 2004 a junio de 2005.

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 Cuadro 2. Guía de conducta para los alumnos en el aula

La presente guía constituye un acuerdo voluntario y racional entre el alumno y el profesor con el fin de fomentar los valores de responsabilidad,
respeto y honestidad.

Responsabilidad

Llegaré puntualmente y preparado, estaré atento y seré profesional en mis actividades académicas. Asumo la responsabilidad
de mis acciones y me empeñaré en aprender tanto como sea posible mediante las experiencias educativas programadas.

Me comprometo a:

1. Llegar puntualmente a todas las actividades académicas.

2. Mantenerme atento.
3. Participar con entusiasmo.
4. Entregar oportunamente todos los trabajos.
5. Llevar a cabo los deberes que asuma.

Respeto

Cumpliré mis compromisos con los demás y los trataré respetuosa y civilizadamente. Además,
respetaré nuestro ámbito de aprendizaje y ayudaré a su mejora.

Me comprometo a:

1. Evitar interferencias de cualquier índole (celular, salir, hacer ruidos, etcétera).

2. Respetar a mis compañeros y al profesor.
3. Participar ordenada y entusiastamente.
4. Arreglarme y vestir apropiadamente.
5. Hablar con propiedad.
6. Consumir alimentos y, en su caso, fumar sólo en las áreas designadas.
7. Ayudar a mantener limpias las instalaciones.

Honestidad

Contribuiré honesta y confiablemente a las actividades académicas individuales y grupales.

Me desempeñaré sin apoyarme indebidamente en el trabajo de otros.

Me comprometo a:

1. Realizar trabajos originales.

2. Citar solamente las fuentes consultadas.
3. Resolver los exámenes con estricto apego a las reglas.

Fuente: Elaborado por los autores con base en el cuadro 1 y en Paul Solomon (2004).

BIBLIOGRAFÍA
Crosson, Susan; Solomon, Paul y Wilson, Peter
(2004), “Taking Back the Classroom: Concrete
Ideas” (Retomar el aula: Ideas concretas), Panel
celebrado en la sesión 2.10 de la Reunión Anual
de la American Accounting Association, Orlando,
Florida, 9 de agosto.
Piper, Thomas R.; Gentile, Mary C. y Daloz, Sharon
Park (1993), Can Ethics Be Taught? (¿Se puede
enseñar la ética?), Boston: Harvard Business
School, p.178.
Sauser, William I., “Business Ethics,” Management in
Practice, Society for Advancement of Management,
Corpus Christi, Texas, 2005, No. 2, pp. 1-4.
Verschoor, Curtis C. y Smith, Pamela A., “Código
estudiantil,” Veritas, México, 2005, pp. 25-27, A.
Berges (trad.) de “Accountancy Students Develop a
Unique Code of Ethics,” Strategic Finance, Estados
Unidos, 2004.
Waddock, Sandra, “Hollow Men and Women at the
Helm… Hollow Accounting Ethics?” (Hombres
y mujeres huecos al timón… ¿Ética contable
hueca?), Issues in Accounting Education, vol. 20,
No. 2, mayo, pp.145-150.
AACSB International-The Association to Advance
Collegiate Schools of Business (2005).
Eligibility Procedures and Accreditation Standards
for Accounting Accreditation (Procedimientos de
Elegibilidad y Estándares de Acreditación para
Contaduría)
www.aacsb.edu/accreditation/accounting/accounting-
standards-april-22-2005.pdf
REFERENCIAS
1
William Saucer (2005).
2
Sandra Waddock (2005).
Nuestros autores:
Grupo Mexicano de Consultores en Educación, S.C.
Los autores agradecen a la señora Araceli Ángeles Ramírez su apoyo
para culminar este trabajo.
Este artículo tomó como base un trabajo presentado en el VIII Congreso
Internacional sobre Innovaciones en Docencia e Investigación en Ciencias
Económico Administrativas. APCAM, México, D.F. septiembre de 2005.

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