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Derecho Penal Parte Especial
Derecho Penal Parte Especial
Año 1 Volumen 11
DERECHO PENAL
PARTE ESPECIAL
Actualidad
Área
Penal Derecho
Derecho penal
penal - Parte-especial
Parte especial
Contenido
DOCTRINA PRÁCTICA Gustavo A. Arocena: El honor como bien jurídico protegido por la legislación penal argentina 140
Eliu Arismendiz Amaya: La problemática de la participación del extranei en el delito
DOCTRINA PRÁCTICA 156
de colusión ilegal
ANÁLISIS José Rubén Ulloa Gavilano: La concertación como elemento típico de carácter indiciario
178
JURISPRUDENCIAL en el delito de colusión (Comentario al Recurso de Nulidad N.° 1076-2013 Ucayali)
NOS PREGUNTAN Y CONSULTA N.° 1: El delito de malversación 195
CONTESTAMOS CONSULTA N.° 2: El delito de retardo injustificado de pagos 196
RESEÑA DE
Determinación de la pena en el delito de violación sexual (R. N. N.° 624-2013 Apurímac) 197
JURISPRUDENCIA
RESEÑA DE La intangibilidad de los intereses del Estado y el delito de peculado (R. N. N.° 831-2013
204
JURISPRUDENCIA Apurímac)
DOCTRINA PRÁCTICA
Doctrina práctica
tual, debo aclarar que la concepción que expon- tanto al real conjunto de cualidades del
go en el texto principal la hemos desarrollado sujeto (honor real), como también a las
en forma conjunta con Fabián I. Balcarce, en
Arocena, Gustavo A; Balcarce, Fabián I., “La
afectación del soporte material del bien jurídico
en el delito de injuria”, en AA. VV., Honor y 36 Acero, Juan José; Bustos, Eduardo; Quesada,
Derecho penal, Gustavo A. Arocena–Fabián I. Daniel, Introducción a la filosofía del lenguaje, 5.ª
Balcarce (directores), Lerner, Córdoba, 2013, ed., Cátedra, Madrid, 2001, p. 232.
p. 35. 37 Donna, Derecho penal. Parte Especial, t. I, cit.,
35 Cfr. Castro, Julio César, Friele, Guillermo p. 438.
Enrique, “Artículos 109/117 bis”, en AA.VV., 38 Garrido Peña, Francisco, “Sobre el delito de
Código Penal y normas complementarias. Análisis injurias y los actos semióticos perfomativos (un
doctrinal y jurisprudencial, 2.ª ed., Hammurabi, análisis de los actos semióticos antijurídicos)”,
Buenos Aires, 2010, p. 333. en Doxa 21 – I (1998), p. 295.
por esa relación, para la realización per- bien jurídico solo es tal, en tanto y en
sonal, entre sujeto y honor, dignidad57 e cuanto posea valor para el desarrollo de
intimidad. la vida del individuo en sociedad”60.
La objetividad jurídica es un con- No obstante, el honor no debe
cepto relacional desde dos perspectivas:
58 confundirse con el decoro. Este último
no queda comprendido en el primero.
cuando guardasen relación con un asunto de La elevación de riesgo o la adecua-
interés público”. ción social de la conducta dependen del
54 Arocena; Balcarce, “La afectación del soporte contexto cultural en que interaccionan
material del bien jurídico en el delito de injuria”,
cit., p. 39. los sujetos y los subgrupos a los que
55 La idea en Bacigalupo, Enrique, Delitos contra pertenecen.
el honor, Hammurabi, Buenos Aires, 2002,
pp. 40 y 41. También Muñoz Conde, Derecho jetiva en Derecho penal”, trad. Rafael Alcácer
penal. Parte Especial, 12.ª ed., cit., p. 269. Girao, en AA. VV., La teoría del bien jurídico
56 Propuesto por Bacigalupo, Delitos contra el ¿Fundamento de legitimación o juego de abalorios
honor, cit., pp. 52, 60 y 61, dogmático?, Roland Hefendehl (ed.), Marcial
57 Carrara, Francesco, Programa del curso de Pons, Madrid-Barcelona, 2007, p. 55.
Derecho criminal dictado en la Real Universidad 59 Cfr. Fernández, Gonzalo, Culpabilidad y teoría
de Pisa, trad. de Sebastián Soler; Ernesto Gavier del delito, B de f, Montevideo–Buenos Aires,
y Ricardo C. Núñez, Depalma, Buenos Aires, 1995, p. 56.
1944, t. V, § 1703, p. 4. 60 Fernández, Gonzalo, Bien jurídico y sistema del
58 Kahlo, Michael, “Sobre la relación entre el delito, B de f, Montevideo-Buenos Aires, 2004,
concepto de bien jurídico y la imputación ob- p. 118.
ENTREGA GRATUITA
PARA LOS SUSCRIPTORES DE
Penal
PENAL • PROCESAL PENAL • PENITENCIARIO • CRIMINOLOGÍA
PRESENTACIÓN
James Reátegui Sánchez
DE LUJO EN MANUAL DE DERECHO PENAL
TAPA DURA
PARTE GENERAL
(Volumen II)
En el segundo volumen se ha dado espacio a otro punto
nuclear de la Parte general, pues se trata de la autoría y
participación. En la primera se desarrollan todas las
teorías, desde su origen hasta la actualidad, analizando
los tipos de autoría: directa, mediata y coautoría, cada
uno con sus diferentes peculiaridades y problematiza-
ciones que se han generado, como la autoría mediata en
los aparatos organizados de poder, la autoría mediata
culposa, etc. En cuanto a la participación, nos brinda
una información completa, tanto dogmática y jurispru-
dencial, desde los principios de participación, estudian-
do, uno por uno, los diferentes tipos de participación.
Para completar esta temática se aborda también el iter
criminis, las relaciones de concurso, además de los
delitos de omisión.
Seguidamente se desarrolla la presencia de las
personas jurídicas en el Derecho penal y la responsabi-
Formato: 17 x 24 cm • Tapa dura • lidad penal empresarial. Finalmente, se desarrolla, de
FICHA TÉCNICA Cosido y encolado Hot Melt manera completa, las consecuencias jurídicas del delito.
Actualidad
DOCTRINA PRÁCTICA
Doctrina práctica
1. Introducción
2. Realidad problemática
SUMARIO
3. Antecedentes teóricos
3.1. Teorías desarrolladas respecto a las formas de ampliación del tipo
penal en los delitos especiales
4. Criterios jurisprudenciales respecto a la participación del interesado –ex-
tranei– en los delitos especiales
5. Identificación de la problemática de la responsabilidad penal del interesado
–extranei– en el delito de colusión ilegal
5.1. Concurrencia de reglas de la teoría de dominio e infracción del deber
en el injusto penal de colusión ilegal: ¿Cuestión de necesidad para
evitar impunidad?
5.2. Clasificación de los delitos: ¿Colusión ilegal, delito de encuentro o
delito en virtud de competencia?
5.3. El bien jurídico tutelado en el delito de colusión ilegal
6. Barreras respecto a la punición del interesado –extranei– en el delito de
colusión ilegal
6.1. La barrera del principio de legalidad
6.2. La barrera del principio de personalidad de las penas o responsabilidad
personal
7. Modelo de imputación jurídico penal en los delitos especiales desde una
óptica normativa
8. Toma de postura respecto a la punición del interesado –extranei– en el
delito de colusión ilegal
9. Conclusiones
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL
Análisis jurisprudencial
Comentario al
Recurso de Nulidad
La concertación como elemento típico
N.° 1076-2013
Ucayali
de carácter indiciario en el delito de
colusión
José Rubén Ulloa Gavilano
Fiscal provincial del 4.° Despacho de la Fiscalía Supraprovincial Corporativa
Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios
14 Peña Cabrera Freyre, Derecho Penal. Parte 16 Esquivel Oviedo, Juan Carlos (Dir.), Los
Especial, cit., t. V, p. 333. delitos contra la Administración Pública en la
15 García Cavero, Derecho penal económico. Parte jurisprudencia, Diálogo con la jurisprudencia,
Especial, cit., vol. II, p. 1105. Gaceta Jurídica, Lima, 2013, 110-115.
VISTOS; los recursos de nulidad interpuestos por los encausados Lisardo Caballero Del-
gado y Álvaro Vela Sánchez contra la sentencia de fojas cinco mil ciento noventa y uno,
de fecha veintiuno de diciembre de dos mil doce, en el extremo que condenó a Lisardo
Caballero Delgado, como autor del delito contra la Administración Pública, en su mo-
dalidad de colusión ilegal, en agravio de CTAR Ucayali a cuatro años de pena privativa
de libertad suspendida por el término de tres años de pena privativa de libertad sujeto
a reglas de conducta; inhabilitación por el término de tres años; así como condenó a
Álvaro Vela Sánchez, como coautor del delito contra la Fe Pública en la modalidad de
falsificación de documentos en general, y como cómplice primario del delito contra la
Administración Pública, en su modalidad de colusión ilegal y autor del delito contra la
Administración Pública, en su modalidad de usurpación de funciones, en agravio de
CTAR Ucayali, a cuatro años pena privativa de libertad suspendida por el término de
tres años de pena privativa de libertad sujeto a reglas de conducta; inhabilitación por el
término de tres años; fijó en ciento ochenta mil nuevos soles el monto que por concepto
de reparación civil deberán de pagar los encausados en forma solidaria a favor del Estado
y CTAR - UCAYALI; interviniendo como ponente la Jueza Suprema Barrios Alvarado;
antes citado importa que el funcionario público que interviene en un proceso de con-
tratación pública por razón de su cargo se concierta con los interesados defraudando
al Estado; que, al respecto, debe tenerse en cuenta que el acuerdo colusorio entre las
partes –el Estado y los particulares– esté referido a que las condiciones de contratación
se establecen deliberadamente para beneficiar a los particulares en detrimento de los inte-
reses del Estado; que, en el presente caso, el concierto subrepticio y clandestino entre los
acusados Lisardo Caballero Delgado –en su condición de Presidente Ejecutivo del CTAR
UCAYALI– y Álvaro Vela Sánchez –en su condición de Jefe de la Oficina de Desarrollo
Comunal del CTAR UCAYALI y Coordinador del Proyecto de Desarrollo Comunal–,
con las empresas ZEES Servicios Ingeniería y Construcción Sociedad Anónima Cerrada
y Constructora Dos Unidos Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, constituye
una conclusión probatoria inferida del examen de los indicios radicados en las siguien-
tes graves irregularidades identificadas en el Informe Especial número ciento dos guión
dos mil cuatro guión CG oblicua ZN -obrante a folios treinta y uno-, elaborado por la
Contraloría General de la República: i) el Comité Especial Permanente convocó a seis
procesos de selección de Adjudicación Directa y de Menor Cuantía de las obras Públicas,
invitando únicamente a dos firmas: ZEES Servicios, Ingeniería y Construcción Sociedad
Anónima Cerrada” y “Constructora Dos Unidos Empresa Individual de Responsabilidad
Limitada”; ii) que mediante oficios números trescientos nueve guión dos mil tres guión
RNC guión CONSUCODE y cuatrocientos ochenta y uno guión dos mil tres guión
RNC guión CONSUCODE, de fecha veintisiete de marzo de dos mil tres y trece de
mayo de dos mil tres respectivamente, –véase anexo veintitrés del mencionado informe–,
expedido por el Consejo Superior de Contrataciones y Adjudicaciones del Estado, se
informó que las empresas ZEES Servicios, Ingeniería y Construcción Sociedad Anónima
Cerrada” y “Constructora Dos Unidos Empresa Individual de Responsabilidad Limitada”
no se encuentran registradas en la base de datos del Registro Nacional de Contratistas ni
como Ejecutor ni como Consultor de obras, motivos por los cuales ninguna de las dos
empresas convocadas se encontraban aptas para contratar con el Estado, de lo que se coli-
ge que las “constancias de capacidad de libre contratación” a nombre de CONSUCODE
presentadas por ambos contratistas en el proceso de selección eran falsas; no obstante se
les otorgó la buena pro, suscribiéndose los respectivos contratos; iii) los documentos que
sustentaron la necesidad de ejecución de las obras construcción de cunetas y desencala-
miento –vía tramo Erica-Río Blanco, Progresiva kilómetro 1+000 al kilómetro 3+000,
ubicado en la Provincia de Padre Abad, construcción de cunetas y desencalamiento vía
Caserío El Sol al Caserío el Naranjal, Progresiva kilómetro 0+000 al kilómetro 2+000 y
construcción de cunetas y desencalamiento vía acceso, Pampas Verdes, Progresiva kilóme-
tro 0+000 al kilómetro 2+000–, fueron falsos en tanto, existe el acta de inspección física
de fecha siete de junio de dos mil tres, en las que se aprecia que las autoridades de la co-
munidad de Rio Blanco, autoridades de la Localidad El Sol y Realidad de Pampas Verdes,
desconocen el origen, alcances y representatividad de los que suscribieron el acta de asam-
blea de fecha dieciséis y quince de octubre de dos mil dos, respectivamente, así como los
firmantes en dicho documento son desconocidos como pobladores de la localidad de Río
Blanco, Localidad El Sol y Localidad de Pampas Verdes, respectivamente –véase anexo
cinco, once y diecisiete respectivamente, del Informe especial número ciento dos guión
dos mil cuatro guión CG oblicua ZN–; que en cuanto a los términos de los expedientes
necesario que opere una triple identidad entre ellos el fundamento de hecho, supuesto
que no se da en el presente proceso pues si bien se tratan de licitaciones que se realizaron
en las mismas fechas, su objeto es claramente diferente.
Quinto: En cuanto al delito de Usurpación de Funciones imputado al procesado Álvaro
Vela Sánchez, se aprecia que al momento de los hechos ostentaba el cargo de Jefe de la
Oficina de Desarrollo Comunal del CTAR UCAYALI y Coordinador del Proyecto de
Desarrollo Comunal, y como tal elaboró y aprobó los expedientes técnicos, y visó las
resoluciones ejecutivas regionales números cero novecientos setenta y nueve guión dos
mil dos guión CTAR Ucayali guión P, cero novecientos ochenta y uno guión dos mil
dos guión CTAR Ucayali guión P y cero novecientos ochenta y dos guión dos mil dos
guión CTAR Ucayali guión P, todas de fecha veintinueve de noviembre de dos mil dos
–que aprueban los expedientes técnicos–, funciones que según lo estipulado en el artículo
cuarenta y tres literal a y b del Reglamento de Organización y Funciones correspondía al
Gerente de Operaciones y Sub Gerente de Estudios, con lo cual se verifica que el proce-
sado ejecutó acciones que no le correspondían y, por tanto, se presentan verificados los
elementos del tipo penal atribuido.
Sexto: finalmente, respecto al agravio esgrimido por el procesado Caballero Delgado, re-
lacionado a la reparación civil, se advierte que si bien se consignó en el apartado v) literal
b) argumentos que no le corresponden, estos deben entenderse como un error material;
no obstante ello, la recurrida en el literal a) del apartado en mención preciso el sustento
jurídico de la reparación civil y estima un monto económico por dicho concepto, lo que no
ha sido cuestionado de modo específico por el recurrente, e incluso se encuentra acorde con
la magnitud del daño ocasionado y el resarcimiento del bien conforme lo exige el artículo
noventa y dos y siguientes del Código Penal, por lo que, debe desestimarse su agravio. Por
estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas cinco
mil ciento noventa y uno, de fecha veintiuno de diciembre de dos mil doce, en el extremo
que condenó a Lisardo Caballero Delgado, como autor del delito contra la Administración
Pública, en su modalidad de colusión ilegal, en agravio de CTAR Ucayali a cuatro años
de pena privativa de libertad suspendida por el término de tres años de pena privativa de
libertad sujeto a reglas de conducta; inhabilitación por el término de tres años; así como
condenó a Álvaro Vela Sánchez, como coautor del delito contra la Fe Pública en la modali-
dad de falsificación de documentos en general, y como cómplice primario del delito contra
la Administración Pública, en su modalidad de colusión ilegal y autor del delito contra la
Administración Pública, en su modalidad de usurpación de funciones, en agravio de CTAR
Ucayali, a cuatro años pena privativa de libertad suspendida por el término de tres años de
pena privativa de libertad sujeto a reglas de conducta; inhabilitación por el término de tres
años; fijó en ciento ochenta mil nuevos soles el monto que por concepto de reparación civil
deberán de pagar los encausados en forma solidaria a favor del Estado y CTAR-UCAYALI;
con lo demás que contiene y es materia de recurso. Intervienen los señores Jueces Supremos
Príncipe Trujillo y Morales Parraguez por licencia y vacaciones de los señores Jueces Supre-
mos Pariona Pastrana y Neyra Flores, respectivamente.-
S. S.
VILLA STEIN / BARRIOS ALVARADO / PRÍNCIPE TRUJILLO / MORALES PAR-
RAGUEZ / CEVALLOS VEGAS
CONSULTA N.º 1
El burgomaestre de la Municipalidad Distrital de El Cordero ges-
tionó un préstamo del Banco de la Nación destinado a la ejecución
de obras; pero este fue utilizado para el adelanto de remuneraciones
y otros. ¿Qué delito se configuraría?*
La pregunta planteada por el CNM poseer los fondos tiene facultades legales
es a partir de un caso que se resolvió en el de disposición de los mismos, de con-
Exp. N.° 1364-96 Lima, y propiamente formidad con los planes trazados por la
consiste en la consumación de un delito administración pública”1; y (b) aplicación
de malversación sancionado en el art. definitiva diferente de aquella a los que están
389 del Código Penal cuyo tenor reza destinados, este elemento excluye aquellas
lo siguiente: “El funcionario o servidor conductas donde existe un provecho para
público que da al dinero o bienes que el administrador, entendiéndose por el
administra una aplicación definitiva contrario como aquella conducta que los
diferente de aquella a los que están desti- recursos destinados para una determinada
nados, afectando el servicio o la función finalidad son cambiados de rumbo para
encomendada, será reprimido […]”, a aquella que no estaba planificada, pero en
partir del tipo penal podemos desentrañar cualquier caso los bienes son destinados
dos componentes del tipo penal, así (a) en el mismo círculo de la administración
“La ley penal no requiere de percepción pública, sin desbordarse de esa línea, pero
o custodia, tan solo de administración, y de manera definitiva. El tercer elemento
ello supone que el sujeto activo además de que se encuentra en el tipo penal es la
afectación del servicio o la función enco-
* Corresponde a la pregunta N.º 233 del balota-
rio formulada por el CNM, por motivo de las 1 Rojas Vargas, Fidel, Delitos contra la admi-
convocatorias 001, 002 y 003-2014-SN/CNM, nistración pública, 4.ª ed., Lima, Grijley, 2007,
cuya evaluación se realizó el 25 de abril de 2014. p. 551
CONSULTA N.º 2
Juan López es el funcionario encargado del pago de planillas al
personal administrativo de la UGEL. Mediante documento, su
superior le informa que el día 15 de marzo debía proceder con el
pago del personal dado que el presupuesto ya había sido asignado.
No obstante, Juan López no realizó el pago, sino hasta el día 30 de
marzo. ¿Qué delito realiza Juan López?*
RESEÑA DE JURISPRUDENCIA
Reseña de jurisprudencia
R. N. N.° 624-2013
Apurímac Determinación de la pena en el delito
de violación sexual
R. N. N.° 624-2013 APURÍMAC
Tema Determinación de la pena en el delito de violación sexual
Fecha de emisión / pu- 07-01-2014 / 18-06-2014
blicación
diciembre de dos mil doce, que lo condenó como autor del delito contra la Libertad
Sexual-violación sexual de menor de edad, en agravio de la menor identificada con las
iniciales K. H. C., a la pena privativa de libertad de CADENA PERPETUA, y fijó en seis
mil nuevos soles el monto que por concepto de reparación civil deberá abonar a favor de
la agraviada. De conformidad con lo opinado por el señor Fiscal Supremo en lo Penal.
Interviene como ponente el señor Príncipe Trujillo.
CONSIDERANDO
PRIMERO. El procesado, en su recurso formalizado de folios seiscientos cuatro, sostiene
que: i) La Sala Penal Superior incorrectamente otorgó pleno valor probatorio a la versión
de la menor y de su progenitora, pese a las contradicciones que presentan sus declaracio-
nes a lo largo del proceso, respecto al lugar en que se cometieron las agresiones sexuales.
Pues la menor no pudo reconocer la vivienda en una primera diligencia de inspección
policial, por lo que es contradictorio e inverosímil que no conociera la casa del procesado
cuando transitaba constantemente por la zona, así como que no recuerde las fechas y
número de veces en que se reiteraron los abusos, ii) A lo que se suma la inverosimilitud
de sus versiones, en cuanto a la forma en que se habría llevado a cabo el ultraje sexual,
producido a la salida de la escuela de la menor agraviada, desde donde el imputado la
habría trasladado con violencia, a través de zonas y avenidas altamente pobladas y tran-
sitadas. iii) Es inverosímil también la forma como se comportó la madre de la agraviada
luego de tomar conocimiento de los acercamientos del procesado a su menor hija, quien
incluso no denunció oportunamente agresiones sexuales contra la agraviada, luego de ini-
ciadas las investigaciones (siete de junio y doce de julio); lo que acredita la falsedad de las
incriminaciones que efectúa la menor y la madre de esta. Además, la menor es altamente
manipulable e influenciable, conforme lo señala su examen psicológico, iv) La versión de
la menor, respecto a haber sido ultrajada sexualmente por vía vaginal, con fecha treinta y
uno de mayo de dos mil once, en cuya ocasión observó un poco de sangre en su vagina,
resulta contraria a lo observado por los peritos médico legales que la examinaron, tan
solo siete días después; en tanto establecieron que la desfloración era antigua y se hallaba
ausente de lesiones recientes y restos biológicos (espermatozoides); sumado a que dada
las diferencias de edad y dimensiones físicas, una penetración vaginal con el miembro
viril del recurrente habría causado lesiones más graves que las presentadas, v) Tampoco es
coherente que si la menor estuvo internada en un nosocomio por presentar un cuadro de
“infección urinaria”, en el año dos mil diez, los médicos no se percataran de que la pacien-
te había sido ultrajada sexualmente. vi) Contrariamente a lo sostenido por la Sala Penal
Superior, no existe contradicción entre lo declarado por la testigo Madeline Chachayma
Loayza y la versión del recurrente. vii) La denuncia de los hechos es falsa y responde a un
acto de venganza, por el hecho de haber sostenido un altercado con la madre de la menor,
al haberle cobrado una deuda en su condición de tesorero del Comité de Agua Potable de
Huayrapata, y también por haber tenido problemas por límites de tierras con el abogado
defensor de la parte agraviada.
SEGUNDO. Según la acusación fiscal, de folios trescientos setenta y cuatro, se atribuye
al procesado WASHINGTON ZÚÑIGA QUISPE, haber ultrajado sexualmente a la
menor identificada con las iniciales K. H. C. –de nueve años de edad–, en diversas opor-
tunidades; así como haberle efectuado tocamientos indebidos, hechos que sucedieron
desde el mes de febrero de dos mil diez, hasta el doce de julio de dos mil once, en que se
suscitó la última agresión sexual. Una de las ocasiones tuvo lugar el treinta y uno de mayo
de dos mil once, cuando la menor agraviada se retiraba de su colegio, a las diecisiete horas
con treinta minutos, aproximadamente. En aquella oportunidad el procesado la esperó,
la agarró de la mano y la condujo a varios metros de distancia, pero la menor se resistió,
por lo que optó por taparle la boca, cargarla y llevarla a la fuerza a un bosque de eucaliptos
cercano, donde se sacó la casaca, la tendió en el suelo y la ultrajó sexualmente, tapándole
la boca para evitar los gritos de dolor; para luego marcharse. Estos hechos se repitieron
en diversas oportunidades durante el año dos mil diez y dos mil once. La última ocasión
ocurrió el doce de julio de dos mil once, aproximadamente a las dieciocho horas, en un
bosque de eucaliptos cercano a la vivienda de la menor agraviada. Para todo esto aprove-
chó la ausencia de la madre de la menor, conduciéndola siempre con engaños, a través de
la entrega de propinas y, en otras ocasiones, amenazándola.
TERCERO. La recurrida emerge de la suficiencia probatoria, que acredita de manera
indubitable y en grado de certeza, la responsabilidad penal que se le atribuye al recurren-
te, por lo que válidamente se revirtió la inicial presunción de inocencia que le amparaba
desde el inicio del proceso. Aspecto decisorio que surgió de la valoración de las pruebas
glosadas en su conjunto, de las que se acreditó fehacientemente la comisión del delito
contra la libertad sexual –en este caso, violatorio de la indemnidad sexual de la agravia-
da– en agravio de la menor identificada con las iniciales K. H. C., que contaba a la fecha
de los hechos con nueve años de edad, lo que se desprende de la copia certificada de su
partida de nacimiento, de folios cincuenta y nueve, donde se constató que nació el seis de
noviembre de dos mil uno.
CUARTO. La responsabilidad penal del procesado quedó acreditada en mérito a las de-
claraciones de la menor agraviada, en su declaración referencial de folios cinco, recabada
en presencia de la señora Fiscal Adjunta Provincial, ampliada a fojas cuarenta y uno.
Versión que ratificó a folios doscientos setenta a nivel judicial. En estas oportunidades,
sostuvo que el abuso sexual se inició aproximadamente en el mes de febrero del año dos
mil diez, y el último fue el treinta y uno de mayo de dos mil once. En su ampliación
se ratificó, y afirmó que la primera oportunidad fue en la casa del acusado, y la última
el treinta y uno de mayo de dos mil once, también señaló que luego de la denuncia la
volvió a ultrajar sexualmente, el doce de julio del citado año. Cabe precisar que la menor
narra prolijamente los actos de abuso a la que la sometió el encausado; así, sostiene que la
primera ocasión se produjo en febrero de dos mil diez, al retornar a su domicilio después
de comprar detergente, en que el procesado, por la fuerza, la condujo al cuarto de una
vivienda, donde (aclaró en su ampliación de referencia preliminar) la besó en la boca y
desprendió su ropa interior, “puso su pene en su vagina y lo frotó hasta que sintió que
salía de su pene una especie de leche [...]”.
QUINTO. Conforme con la versión incriminatoria de la menor agraviada, los hechos pos-
teriores se realizaron generalmente en el bosque de eucaliptos de la ciudad, cercano a su
vivienda, donde en más de siete oportunidades, aprovechando que no se encontraba pre-
sente su madre, la llevó con engaños ofreciéndole dinero. Refirió la agraviada que: “Sacaba
mi calzón, me besaba la vagina, ponía su pene en mi vagina, lo rozaba, salía su leche, me
daba propina y me despedía”. Finalmente, señaló que la última agresión tuvo lugar el treinta
y uno de mayo de dos mil once, a la salida de su colegio, aproximadamente a las cinco y
treinta horas, donde el procesado la esperó: “Me agarró de la mano, me llevó varios metros
[...], me tapó la boca y me cargó, y por la fuerza me llevó a un bosque de pinos existente
más allá de mi colegio [...]; levantó mi falda, me bajó el calzón, empezó a besar mi vagina,
luego se sacó el pantalón y [puso su pene en mi vagina] estuvo frotándolo y, de un momen-
to a otro, hizo entrar su pene en mi vagina, me dolió bastante [...]”. En su ampliación de
referencial, la menor realizó ciertas precisiones; entre ellas, que el procesado le introdujo el
pene en la vagina en cuatro oportunidades: dos en el dos mil diez y otras dos en el dos mil
once, en el mismo contexto anotado. Además, incluyó una agresión sexual posterior a la de-
nuncia efectuada. Sindicación directa que, como se observa, no contiene vicios de falsedad o
inexactitud, y que, además, es coherente y persistente en el tiempo, pues no solo le imputó
al procesado haberla ultrajado (en su declaración a nivel policial) sino que reiteró su versión
incriminatoria a nivel judicial e, incluso, en la pericia que se le practicó.
SEXTO. De lo anteriormente expuesto, se concluye que las afirmaciones brindadas por la
menor agraviada contienen un relato espontáneo, uniforme y coherente, en el que precisó
una serie de incidencias que se suscitaron antes, durante y después de que se produjera
el ultraje sexual en su agravio, por parte del procesado Washington Zúñiga Quispe; en
el que incluso describió circunstancias que no podría interiorizar una menor de tan solo
nueve años, si es que no los hubiese sufrido. A lo que se suma que las declaraciones de la
menor agraviada, además de ser congruentes y coherentes, se encuentran corroboradas
con: i) La diligencia de reconocimiento, en que se mostraron a la menor agraviada cinco
fichas de RENIEC, con sus respectivas vistas fotográficas, entre las que señaló la corres-
pondiente al encausado Zúñiga Quispe, como el autor de los ultrajes sexuales cometidos
en su agravio, conforme se aprecia de folios cincuenta y tres –diligencia en la que estuvo
presente el representante del Ministerio Público, por lo que su probidad no puede ser
cuestionada–. ii) Prueba primordial de los ultrajes sexuales que sufrió la menor, es la
pericia médico legal obrante a fojas diez, en la que se consignó que presenta al examen
del himen: “Desgarro completo con bordes blanco nacarados a horas tres, ausencia de
membrana himeneal de horas seis a diez, lesiones traumáticas recientes extragenitales”.
Además, se concluyó que la menor presentaba signos de desfloración antigua, no sig-
nos de acto contranatura. A lo que se suma el certificado médico legal de folios once,
que diagnosticó: “Lesiones traumáticas recientes, ocasionadas por agente contundente”;
mencionando que presentó: “Excoriación [...] en tercio distal de la cara anterior del an-
tebrazo izquierdo, equimosis violácea [...] en tercio medio de la cara anterior del ante-
brazo izquierdo, equimosis violácea [...] en tercio medio de la cara anterior de la pierna
derecha”. Lo que demuestra no solo el ultraje sexual que sufrió la menor agraviada, sino
también la violencia física a la que fue sometida para consumar la agresión sexual, pues
se observa que, además del abuso sexual, sufrió lesiones extragenitales (pierna derecha) y
lesiones traumáticas en el brazo izquierdo y cara anterior de la pierna; lesiones que, por
cierto, de forma recurrente se presentan en esta clase de delito, iii) Además, los peritos
que emitieron la experticia en mención, fueron examinados y sometidos a debate en el
plenario, junto con el perito de parte –véase el acta de folios quinientos veintiuno a qui-
nientos veintisiete–. Cabe anotar que los expertos oficiales, al deponer en el juicio oral,
señalaron que la lesión que presentó la menor daba cuenta de la desproporción entre los
SÉPTIMO. Cabe destacar que estos resultados concuerdan con la versión de la agraviada,
en su declaración a nivel policial, judicial y en su pericia psicológica, en las que narró
detalladamente las circunstancias y forma del ultraje sexual, mediante el uso de violencia
psicológica utilizada por el acusado; forma de actuar que si bien no forma parte de la
verificación del abuso sexual de una menor de ocho a nueve años, resalta claramente el
comportamiento altamente deleznable del infractor, pues no solo vulneró la indemnidad
sexual de la menor agraviada al yacer con ella, sino que, además, dicha agresión la alteró
emocionalmente a causa de la violencia psicológica que tuvo que sufrir, lo que hace aún
más grave su delito.
OCTAVO. En cuanto a la pena impuesta al encausado, cabe destacar que la sanción
impuesta respeta la pena básica para el delito instruido, la magnitud de su culpabilidad
por el injusto cometido –el mismo que reviste gravedad al haberse vulnerado la indemni-
dad sexual de una menor de edad de ocho a nueve años, a la que se causó consecuencias
psicológicas dañinas, que marcarán su desarrollo como persona–, la función preventiva
especial de la pena, circunstancias comunes y genéricas para individualizar la pena, previs-
tas en los artículos cuarenta y cinco y cuarenta y seis del Código Penal, respectivamente;
por lo que se observa correspondencia con los principios de proporcionalidad y razona-
bilidad jurídica de las sanciones, contemplados en los artículos ocho y nueve, del Título
Preliminar, del indicado Código. Por otro lado, la conducta del procesado fue particular-
mente grave, por el hecho de que la menor agraviada solo tenía entre ocho y nueve años
de edad, cuando fue abusada sexualmente, por lo que este se aprovechó de tal condición
para ultrajarla, con lo que perjudicó su proyecto de vida y su normal desarrollo sexual.
En consecuencia, si bien la pena tiene una finalidad rehabilitadora y resocializadora; sin
embargo, ello no es óbice para que la sanción penal responda a la gravedad del ilícito,
en virtud del principio de proporcionalidad. Por lo que frente a lo expuesto, los de más
agravios invocados, orientados a reclamar su inocencia, de modo alguno desvirtúan los
argumentos probatorios esbozados en los fundamentos jurídicos que anteceden y, por lo
tanto, no resultan atendibles. Por último, la reparación civil se rige por el principio del
daño causado, cuya unidad procesal –civil y penal– protege el bien jurídico en su tota-
lidad, así como a la víctima, y debe guardar proporción con el daño causado, sin que en
la concreción de su monto deban advertirse las posibilidades económicas del responsable
o su situación personal, en tanto que esta se orienta a reparar e indemnizar al agraviado
por el daño generado con su conducta. En ese sentido, se advierte que el monto por con-
cepto de reparación civil debe estar en función al daño ocasionado por un delito contra
la indemnidad sexual de una menor, por lo que su monto resultó exiguo; pero no puede
aumentarse debido a que el procesado fue quien habilitó esta instancia Suprema con su
impugnación.
DECISIÓN
Por estos fundamentos, declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de folios
quinientos ochenta y cuatro, del veinte de diciembre de dos mil doce, que condenó a
WASHINGTON ZÚÑIGA QUISPE, como autor del delito contra la Libertad Sexual-
violación sexual de menor de edad, en agravio de la menor identificada con las iniciales
K. H. C., a la pena privativa de libertad de CADENA PERPETUA, y fijó en seis mil
nuevos soles el monto que por concepto de reparación civil deberá abonar a favor de la
agraviada. Con lo demás que al respecto contiene y es materia del recurso. Y los devol-
vieron. Interviene el señor juez supremo Morales Parraguez, por licencia del señor juez
supremo Salas Arenas.
S. S.
SAN MARTÍN CASTRO / PRADO SALDARRIAGA / RODRÍGUEZ TINEO /
PRÍNCIPE TRUJILLO / MORALES PARRAGUEZ
RESEÑA DE JURISPRUDENCIA
Reseña de jurisprudencia
R. N. N.° 831-2013
Apurímac La intangibilidad de los intereses del
Estado y el delito de peculado
R. N. N.° 831-2013 APURÍMAC
Tema La intangibilidad de los intereses del Estado y el delito de peculado
Fecha de emisión / Pu- 08-01-2014
blicación
Normas aplicadas Código Penal: Art. 387.
Contexto fáctico Se atribuye a los encausados Urpe y Oviedo, quienes se desempeñaron respectivamente
como alcalde y tesorero de la Municipalidad Distrital de Huayana, la comisión de los
delitos de peculado doloso y colusión desleal, durante el periodo edil de 1999 al 2002.
Extremos de la pre- El sentenciado cuestiona el extremo que lo condena como autor del delito de colusión
tensión desleal y alega que la sentencia impugnada resulta arbitraria, ilegal y anticonstitucional,
por haber inobservado el principio de motivación de las resoluciones, contiene una
motivación aparente puesto que realizó una apreciación subjetiva para condenarlo y
no una argumentación jurídica válida; además, incumplió con los parámetros seña-
lados en el inciso 5, artículo 139, de la Constitución Política del Estado, y no tomó
en cuenta los principios de presunción de inocencia e in dubio pro reo, dado que no
existen pruebas que demuestren su responsabilidad, y hay graves contradicciones
que generaron duda, todo lo cual lo favorece.
Criterios del órgano El delito de peculado tiene como objeto de protección la intangibilidad de los inte-
jurisdiccional reses patrimoniales del Estado, y controlar los excesos de poder que los funcionarios
puedan cometer en el ejercicio de su función al administrar fondos públicos. Para que
se configure el delito, el agente debe apropiarse o utilizar, para sí o para terceros, los
caudales o efectos cuya recepción, administración o custodia le hayan sido confiadas
en razón a su cargo.
VISTOS: los recursos de nulidad formulados por don CAMILO LELIS URPE PACASI
(folio mil novecientos sesenta y seis) y la Fiscalía Superior Mixta Descentralizada de An-
dahuaylas y Chincheros (folio mil novecientos setenta y dos); con los recaudos adjuntos.
Interviene como ponente en la decisión el señor Salas Arenas, juez de la Corte Suprema.
1. DECISIÓN CUESTIONADA
La sentencia de veintidós de octubre de dos mil doce (folio mil novecientos cuarenta y cin-
co), emitida por la Sala Mixta Descentralizada e Itinerante de Andahuaylas y Chincheros,
2.2.4. Se recaudó, por concepto de ingresos propios, la suma de S/. 6372,00 que los
acusados no depositaron en una cuenta del Banco de la Nación, alegando que era
un monto escaso, lo que no justifica su apropiación.
2.2.5. Asimismo, giraron cheques a nombre de los acusados, para gastos menudos, por
Caja Chica, sin ejercer control sobre ese dinero.
3. SINOPSIS FÁCTICA
Se atribuye a los encausados Urpe y Oviedo, quienes se desempeñaron respectivamente
como alcalde y tesorero de la Municipalidad Distrital de Huayana, la comisión de los
delitos de peculado doloso y colusión desleal, durante el periodo edil de mil novecientos
noventa y nueve al dos mil dos.
3.1. En cuanto al delito de peculado doloso
3.1.1. Se les atribuye haber efectuado gastos correspondientes a ingresos propios y al Fondo
de Compensación Municipal (FONCOMUN) hasta por la suma de S/. 4809,60,
de cuyo hecho no existe documentación sustentatoria, como comprobantes de pago,
facturas, boletas, recibos por honorarios, transgrediéndose la Ley N.° 25632, Ley
Marco de Comprobante de Pago, modificado por el Decreto Legislativo N.° 814.
3.1.2. La municipalidad agraviada, durante el citado periodo edil, recaudó S/. 6372,00
como ingresos propios, suma que no fue depositada en una cuenta corriente del
Banco de la Nación; monto del que se apropiaron los procesados.
3.1.3. Se giraron cheques a nombre de los acusados, a fin de efectuar gastos menudos bajo
la modalidad de Caja Chica, sin aplicar las normas de tesorería; no se designó a un
responsable mediante acto resolutivo, para la administración y control del fondo fijo
para Caja Chica inobservando lo dispuesto por NGT-06, aprobada por Resolución
Directoral N.° 026-80-EF/77.15, para obtener un beneficio económico.
3.1.4. Se realizaron diferentes obras públicas, que fueron sobrevaluadas por un monto total
de S/. 102 567,87; así, en cada obra, el monto de la sobrevaluación de gastos fue: en
la construcción del Templo de Huayana, S/. 25 881,92; en la construcción del Local
Municipal, S/. 56 774,63; en el acabado de la Plaza de Armas, S/. 15 744,56; y en
la construcción de la Loza Deportiva de Huayana, S/. 4166,76; obras que además
no cuentan con sus respectivos expedientes técnicos.
3.2. En cuanto al delito de colusión desleal: se atribuye a los acusados haber realizado con-
tratos y licitaciones concertadas para la adquisición de alimentos para el Programa del
Vaso de Leche, sin designar al comité especial permanente mediante acto resolutivo, y
sin proceso de selección y cotizaciones para la adquisición de estos alimentos; por otro
lado, no existe acta de buena pro del ganador, ni contrato entre la municipalidad y el
proveedor, favoreciendo durante la gestión edil, por la compra total de dichos alimentos,
únicamente a la empresa Agroindustrial Berrocal S. A. C., por la suma de S/. 67 045,89.
4. OPINIÓN DE LA FISCALÍA SUPREMA PENAL
Mediante Dictamen N.° 1095-2013-MP-FN-lFSP (folio veinte, del cuadernillo formado
en esta instancia), la Primera Fiscalía Suprema en lo Penal opinó que se debe declarar no
haber nulidad en la sentencia, en el extremo que absolvió a Urpe y Oviedo por delito
de peculado (por los hechos descritos en los acápites 3.1.1., 3.1.2. y 3.1.3. de la parte
expositiva de la presente resolución), y nula en los extremos que absolvió a los mismos
encausados por delito de peculado (por el caso descrito en el acápite 3.1.4. de la parte
expositiva de esta resolución); y condenó a Urpe Pacasi por delito de colusión desleal;
por lo que deberá ampliarse la instrucción para que se realicen los actos de investigación
señalados.
CONSIDERANDO
PRIMERO: ANÁLISIS DE LA VIGENCIA DE LA ACCIÓN PENAL
En consideración a la imputación penal, los hechos materia del presente proceso ocurrie-
ron en el periodo mil novecientos noventa y nueve-dos mil dos; y en atención a la pena
conminada para los delitos materia de acusación fiscal y a lo previsto en los artículos
ochenta, y ochenta y tres, último párrafo, del precitado Código, a la fecha, la acción penal
se encuentra vigente.
SEGUNDO: SUSTENTO NORMATIVO
2.1. El numeral cinco, del artículo ciento treinta y nueve, de la Constitución Política del
Estado, establece que las decisiones judiciales deben ser motivadas.
2.2. El inciso uno, del artículo doscientos noventa y ocho, del Código de Procedimientos
Penales, establece que la Corte Suprema declarará la nulidad cuando, en la sustanciación
de la instrucción o en la del juzgamiento, se hubiera incurrido en graves irregularidades
u omisiones de trámites o garantías, establecidas por la Ley Procesal Penal.
2.3. El primer párrafo, del artículo trescientos ochenta y siete, del Código Penal, establece
que el funcionario o servidor público que se apropia o utiliza, en cualquier forma, o con-
siente que un tercero se apropie o utilice caudales o efectos públicos, cuya percepción,
administración o custodia le estén confiados por razón de su cargo, será reprimido con
pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años.
2.4. El artículo trescientos ochenta y cuatro, del citado Código Penal, modificado por la Ley
N.° 26713, estipula que el funcionario o servidor público que en los contratos, suminis-
tros, licitaciones, concurso de precios, subastas o cualquier otra operación semejante, en
la que intervenga por razón de su cargo o comisión especial, defrauda al Estado o entidad
u organismo del Estado, según ley, concertándose con los interesados en los convenios,
ajustes, liquidaciones o suministros, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de quince años.
TERCERO: ANÁLISIS JURÍDICO FÁCTICO
Con relación a la absolución de los procesados Urpe y Oviedo, por el delito de peculado
doloso (por los hechos descritos en los acápites 3.1.1 3.1.2. y 3.1.3. de la parte exposi-
tiva de la presente resolución)
3.1. El delito de peculado tiene como objeto de protección la intangibilidad de los intereses
patrimoniales del Estado, y controlar los excesos de poder que los funcionarios puedan
cometer en el ejercicio de su función al administrar fondos públicos. Para que se configure
el delito, el agente debe apropiarse o utilizar, para sí o para terceros, los caudales o efectos
cuya recepción, administración o custodia le hayan sido confiadas en razón a su cargo.
3.2. Tratándose de bienes del Estado, en el delito de peculado se hace necesario que se acredite,
de manera fehaciente, la indebida utilización de los fondos públicos encomendados; en
estos casos, constituye prueba privilegiada la actuación de una pericia contable.
3.3. Del análisis de lo actuado, en cuanto al cargo descrito en el acápite 3.1.1. (apropiación
de parte del alcalde y tesorero de la suma de S/. 4809,60), en la pericia contable oficial,
del folio mil ochocientos sesenta y tres, practicada por los contadores públicos colegiados
Gustavo Gonzales Gutiérrez Quino y Juan Jorge Gavidia Castillo, se concluyó que la ren-
dición de gastos, por la compra de bienes y servicios, está debidamente sustentada hasta
por el monto de S/. 6042,70, faltando rendir la suma de S/. 557,30, y en consideración de
que la acusación fiscal se limitó a sostener la apropiación de S/. 4809,60; tal imputación
se ha desvanecido con el citado peritaje debidamente ratificado, que da cuenta de que
dicha suma ha sido sustentada con comprobantes de pago como refiere la Ley N.° 25632,
Ley Marco de Comprobantes de Pago.
3.4. Respecto al cargo descrito en el acápite 3.1.2. (no haber depositado en el Banco de
la Nación la suma de S/. 6372,00), si el artículo 52 de la Directiva de Tesorería para el
Ejercicio Fiscal 2002 establecía que las entidades públicas que recauden fondos públicos,
cualquiera sea su fuente de financiamiento debían ser depositados en las correspondientes
cuentas bancarias en un plazo no menor de veinticuatro horas, bajo responsabilidad de
sus titulares; sin embargo, en el distrito de Huayana no había oficina del Banco de la
Nación, y considerando que los montos recaudados eran ínfimos, no ameritaba viajar a
la ciudad de Andahuaylas –donde hay una oficina del Banco de la Nación– para efectuar
los empoces, por cuanto hubiera implicado gastos en viáticos y las sumas sean mayores al
monto a depositar; por esa razón, los peritos contadores presumieron que se ejecutaron
gastos menudos directamente.
3.5. Referente al cargo descrito en el acápite 3.1.3. (caso normas de tesorería- cheques girados),
la acusación no establece, en forma clara y expresa, cuál es el monto del que se habrían
apropiado los acusados y en observación de que el tipo penal de peculado se configura
con la apropiación de fondos y caudales del Estado, confiados en razón al cargo, la impu-
tación en los términos descritos no se subsume en el tipo penal denunciado, por lo que
no corresponde sancionar, bajo esta figura penal, una infracción administrativa como es
el no haber aplicado normas de tesorería.
3.6. En consecuencia, la prueba de cargo actuada en el proceso, es insuficiente para enervar
la presunción de inocencia que asiste a los encausados, al no haberse logrado probar de
manera fehaciente los montos de dinero supuestamente apropiados por estos, en perjuicio
de la entidad edil; por el contrario, se han demostrado justificaciones debidas en el uso
de los mismos; por lo que, al no haberse acreditado la comisión del delito de peculado
doloso, por los hechos descritos en los acápites 3.1.1., 3.1.2. y 3.1.3., de la parte expositiva
de la presente resolución, la recurrida se encuentra arreglada a ley.
Con relación a la absolución de los procesados Urpe y Oviedo, por el delito de peculado
doloso (por el caso descrito en el acápite 3.1.4. de la parte expositiva de esta resolución).
3.7. No se han realizado actos de investigación suficientes para desvanecer los argumentos de
defensa de los acusados; es así que la observación realizada en la pericia contable oficial
del folio mil ochocientos sesenta y tres, en el extremo pertinente a la “sobrevaluación” de
obras públicas, se señala que la aclaración más fehaciente al respecto deberán realizarla los
ingenieros civiles; sin embargo, de la revisión de autos se advierte que dicho examen no
fue practicado por tales profesionales; por ello, resulta indispensable que ingenieros civiles
practiquen una pericia oficial de ingeniería y valoración de obras, a fin de determinar si
hubo o no sobrevaluación en las obras del local municipal, el templo, la Plaza de Armas
y la loza deportiva de Huayana, si estas contaron con el respectivo expediente técnico y
demás hechos, que acrediten que en su ejecución se procedió o no conforme a ley.
Con relación a la condena del procesado Urpe, por el delito de colusión desleal
3.8. De igual modo, no se han realizado los actos de investigación suficientes, para deter-
minar si hubo o no responsabilidad en el obrar del acusado recurrente, quien alega que
presentó la documentación sustentatoria de la conformación del comité del vaso de leche
y que se realizaron hasta cuatro cotizaciones; por lo que es necesario, como lo propone el
Ministerio Público, se realicen diligencias a fin de dilucidar los hechos imputados, por lo
que deben recibirse las declaraciones testimoniales de los representantes de las empresas
que ganaron la buena pro e indiquen si ellos emitieron las cotizaciones que obran en
autos; se reciban las declaraciones de las personas que hayan conformado el comité de
adquisiciones en el periodo comprendido entre 1999 al 2002; se reciba la declaración de
quien fue la presidenta del Programa de Vaso de Leche de Huayana, durante el mismo
periodo edil; se oficie al Órgano de Control Interno de la Municipalidad de Huayana
para que informe si realizaron alguna auditoría anual entre los años 1999 al 2002; igual-
mente, se oficie a la Contraloría General de la República, para que precisen si realizaron
alguna auditoría o fiscalización anual entre los años 1999 al 2002; y los demás actos de
investigación que resulten necesarios en el nuevo juicio oral, en consideración al tiempo
que dice ocurrieron los hechos y que es factible realizar esas indagaciones en el plenario,
para el mejor esclarecimiento y, por tanto, se emita nuevo pronunciamiento con mejor
estudio de lo probado con arreglo a ley.
DECISIÓN
Por ello, de conformidad con lo opinado por la Primera Fiscalía Suprema en lo Penal,
impartiendo justicia a nombre del pueblo, los integrantes de la Sala Penal Transitoria de
la Corte Suprema de Justicia, ACORDAMOS:
I. Declarar NO HABER NULIDAD en la sentencia de veintidós de octubre de dos mil
doce (folio mil novecientos cuarenta y cinco), emitida por la Sala Mixta Descentralizada e
Itinerante de Andahuaylas y Chincheros de la Corte Superior de Justicia de Apurímac, en
el extremo que absolvió a don CAMILO LELIS URPE PACASI y don CRESCENCIO
VÍCTOR OVIEDO CCOYCCA del delito contra la administración pública-delitos co-
metidos por funcionarios públicos, en la modalidad de peculado doloso (por los hechos
descritos en los acápites 3.1.1., 3.1.2. y 3.1.3. de la presente resolución), en perjuicio de
la Municipalidad Distrital de Huayana.
II. Declarar NULA la citada sentencia, en el extremo que absolvió a don CAMILO LELIS
URPE PACASI y don CRESCENCIO VÍCTOR OVIEDO CCOYCCA del delito contra
la administración pública-delitos cometidos por funcionarios públicos, en la modalidad
de peculado doloso (por el caso descrito en el acápite 3.1.4. de la presente resolución);
y en el extremo que condenó a don CAMILO LELIS URPE PACASI como autor del
VISTOS: los recursos de nulidad formulados por don CAMILO LELIS URPE PACASI
(folio mil novecientos sesenta y seis) y la Fiscalía Superior Mixta Descentralizada de An-
dahuaylas y Chincheros (folio mil novecientos setenta y dos).
CONSIDERANDO
PRIMERO: SUSTENTO NORMATIVO
1.1. El inciso sexto, del artículo ciento treinta y nueve, de la Constitución Política del Perú,
preceptúa como garantía del debido proceso la pluralidad de instancias en cualquier
proceso judicial o administrativo.
1.2. El inciso cinco, del artículo trescientos, del Código de Procedimientos Penales, señala
que: “Las partes deberán fundamentar, en un plazo de diez días, el recurso de nulidad.
En caso de incumplimiento se declarará improcedente el recurso”.
1.3. El precedente vinculante, recaído en la sentencia emitida con motivo del recurso de
nulidad número trescientos dos-dos mil doce, de catorce de febrero de dos mil trece,
establece los parámetros para la presentación y fundamentación de dicho recurso.
1.4. La sentencia del Tribunal Constitucional1, recaída en el expediente número diez mil
doscientos veintisiete-dos mil seis-PHC/TC, de dieciséis de enero de dos mil siete, es-
tablece que: “Si bien los ahora demandantes solicitaron, en su oportunidad, el plazo de
diez días para la fundamentación de su recurso de nulidad, este será computado a partir
de la fecha de notificación de la resolución que les concede dicho recurso impugnatorio,
dicha solicitud es contraria al artículo trescientos del Código de Procedimientos Penales,
puesto que, conforme con la redacción vigente, al momento de interponerse el recurso de
nulidad, al que se hizo referencia, establecía que: “El Ministerio Público, el sentenciado
y la parte civil deberán fundamentar, en un plazo de diez días, el recurso de nulidad;
en cuyo defecto se declarará inadmisible dicho recurso”; en consecuencia, no se puede
pretender que los escritos presentados tengan algún efecto habilitante para el cómputo
del plazo legalmente establecido”.
SEGUNDO: ANÁLISIS DE LA PROCEDENCIA DEL RECURSO POR CUES-
TIONES TEMPORALES
2.1. Antes de efectuar algún pronunciamiento sobre el fondo del asunto, es necesario analizar
si los recursos de nulidad interpuestos y fundamentados por el sentenciado recurrente
(folio mil novecientos ochenta y ocho) y el señor Fiscal Superior (folio mil novecientos
setenta y nueve) cumplen con los requisitos de procedencia, contemplados en la Ley.
2.2. Aunque los justiciables tienen la probabilidad de impugnar (numeral uno, punto uno,
del sustento normativo descrito en la presente Ejecutoria); sin embargo, existe un plazo
perentorio para que aquel derecho pueda ser ejercido (lapso de caducidad); en ese sentido,
corresponde a este Supremo Tribunal advertir si el recurso de nulidad fue interpuesto
oportunamente.
2.3. En la audiencia de lectura de la sentencia cuestionada (el veintidós de octubre de dos
mil doce) –folio mil novecientos sesenta y dos–, el sentenciado Camilo Lelis Urpe Pacasi
y el señor Fiscal se reservaron el derecho a interponer recurso de nulidad, formalizándolo
ambos al día siguiente (folios mil novecientos sesenta y nueve y mil novecientos setenta
y dos, respectivamente); y luego, mediante resoluciones de ocho de noviembre de dos
mil doce, se tuvo por interpuestos los recursos y se les otorgó el plazo de diez días para
sustentarlo; no obstante, procedieron a fundamentar, el señor Fiscal el dieciséis de no-
viembre de dos mil doce (folio mil novecientos setenta y nueve), y el sentenciado Urpe
Pacasi, el diecinueve de diciembre de dos mil doce (folio mil novecientos ochenta y ocho),
conforme consta en los sellos de recibo, de lo que se colige que los actos impugnatorios
fueron ejercidos de manera extemporánea por los recurrentes.
2.4. El procesado Urpe y el señor Fiscal debieron fundamentar sus pretensiones dentro de
los diez días de interpuestos formalmente los recursos, y no esperar que su anuncio de
impugnación tenga efecto habilitante para el cómputo del plazo legalmente establecido;
por lo que no se puede considerar que la Sala Penal Superior tiene el deber de notificar a las
partes el requerimiento de la fundamentación del recurso de nulidad, dado que no existe
norma que fije aquella obligación; por tanto, en el sentido estricto, no puede pensarse el
surgimiento de un deber ahí donde no ha sido fijado por una norma2.
2.5. Sostener que el órgano jurisdiccional tiene la obligación de requerir al justiciable la
fundamentación del medio impugnatorio, implicaría sustentar que el recurrente tiene el
deber de cimentar el recurso; pero esto no se trata de un deber jurídico, sino de una carga
procesal en el sentido estricto, pues no genera obligación al recurrente de sostener el recurso
2 Que aquel acto jurídico tiene un presupuesto claro, dado que solo es posible emitir un pronunciamiento
ahí donde existe un deber que no haya sido cumplido por el requerido (la existencia de un deber jurídico).
nulidad, sino una potestad suya de hacerlo, que surge desde el momento en que se produce
la interposición del medio impugnatorio; por ello, no existe ningún deber del Tribunal de
requerir al recurrente la fundamentación ni esperar de modo extraordinario que lo haga.
2.6. Esta línea interpretativa la realiza el Tribunal Constitucional en las sentencias referidas
en el numeral uno punto tres, del sustento normativo de la presente Ejecutoria, lo que
importa la existencia de una práctica decisoria del Tribunal Constitucional, en buena
cuenta la doctrina que surge de la forma de resolver en casos similares.
2.7. La Ejecutoria Suprema número dos mil cuatro-dos mil cinco, del veinticinco de mayo
de dos mil cinco, con fundamento contrario a lo señalado en una opción “pro recurso”3,
en pos de la tutela judicial efectiva que el Tribunal Constitucional ha desestimado; por
ello, el ponente se apartó de la referida, con otros integrantes de las salas penales de la
Corte Suprema, debido a la línea interpretativa del Tribunal Constitucional, máximo
intérprete de la Constitución Política del Estado, cuyos fundamentos razonables son de
público conocimiento desde la publicación de aquellos pronunciamientos.
DECISIÓN
Por ello, impartiendo justicia a nombre del pueblo, MI VOTO es porque se declaren
NULOS los concesorios de ocho de noviembre de dos mil doce (folios mil novecientos
setenta y uno y mil novecientos setenta y tres); e IMPROCEDENTES por extemporá-
neos los recursos de nulidad interpuestos por el procesado Camilo Lelis Urpe Pacasi y el
representante del Ministerio Público, contra la sentencia de veintidós de octubre de dos
mil doce (folio mil novecientos cuarenta y cinco), emitida por la Sala Mixta Descen-
tralizada e Itinerante de Andahuaylas y Chincheros, de la Corte Superior de Justicia de
Apurímac, en el extremo que absolvió a don Camilo Lelis Urpe Pacasi y Don Crescendo
Víctor Oviedo Ccoycca del delito contra la administración pública-delitos cometidos por
funcionarios públicos en la modalidad de peculado doloso; y en el extremo que condenó
a don Camilo Lelis Urpe Pacasi como autor del delito contra la administración pública-
delitos cometidos por funcionarios públicos en la modalidad de colusión desleal; todos
en perjuicio de la Municipalidad Distrital de Huayana; y le impuso cuatro años de pena
privativa de libertad suspendida en su ejecución por el tiempo de tres años, con lo demás
que contiene; y se devuelva.
S. S.
SALAS ARENAS
3 En primer lugar, considera que la norma no expresa taxativamente que el cómputo del plazo comience
desde el día siguiente de la interposición del recurso de nulidad. En segundo lugar, considera que se debe
adoptar el criterio jurisprudencial más favorable a la viabilidad, ejercicio y eficacia de la admisibilidad
de la impugnación, conforme se desprendería del derecho a la tutela jurisdiccional que se deriva del
numeral tercero del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado.