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LA ATENCIÓN TEMPRANA

Judith Tafalla
  
1. Descripción del caso

Es una alumna de cinco años, con discapacidad intelectual de carácter leve. Presenta
dificultades cognitivas, en su capacidad para analizar, razonar, comprender, y calcular, de
resolución de problemas y planificación, de abstracción y simbolización. Tiene dificultades de
concentración, retención, asimilación y para procesar la información y de memoria, además de
para mantener una atención constante, o el dominio de conceptos temporales. Se observa
retraso en el desarrollo del lenguaje con dificultades de expresión y comunicación. A su vez,
presenta inmadurez en sus interacciones sociales y el desarrollo del juego simbólico. Es muy
cariñosa con sus compañeros, pero manifiesta timidez y problemas de autoestima si no se la
entiende o le cuesta expresarse. A nivel de motricidad gruesa presenta un nivel adecuado, con
buen dominio y control del cuerpo, aunque es un poco torpe y tiene dificultades de coordinación,
pero con problemas en actividades de motricidad fina más precisas. Es capaz de encargarse de
su cuidado y necesidades personales, pero necesita ayuda en tareas cotidianas más complejas,
como ponerse los zapatos, botones… y de “[…] asistencia […], en situaciones de estrés”
(Fernández, Nieva, s.f., pág. 16).

Se trabaja con la alumna desde su escolarización en el centro, observándose problemáticas de


aprendizaje, por lo que se derivó al CDIAP, con la valoración y apoyo de su pediatra. También
acude a un logopeda y un psicólogo. Desde la escuela, se ha trabajado en continua relación con
estos profesionales sanitarios y su familia, con diferentes apoyos como un maestro especialista
en pedagogía terapéutica, de audición y lenguaje y un psicopedagogo y, desde tutoría se ha
incidido en la inclusión de la alumna. Respecto a su familia, es hija única, de un entorno social
medio – alto. Sus padres están muy concienciados y disponen de recursos para ayudarla.

La intervención es apropiada ya que la comprensión de la problemática y dificultades de la


alumna, atendiendo a sus particularidades y características, se desarrollarán actividades
adecuadas para estimular su desarrollo, su participación y facilitar su socialización con el grupo.
Se trata de “conseguir que [..] los alumnos mejoren sus aprendizajes de acuerdo con sus
posibilidades, puedan convivir con los demás y participar en actividades compartidas” (Marchesi,
2019).

2. Definición de los principios:

Se hará referencia al principio de actividad, según el cual el niño debe considerarse como el
protagonista de su aprendizaje, para lo cual se debe partir de la propia subjetividad,
individualidad y experiencia del alumno, atendiendo a sus intereses del propio niño y su
motivación personal e intrínseca o sus necesidades de aprendizaje. Resulta fundamental la
observación, manipulación, la investigación y la experimentación, es decir, el aprendizaje a
través de la actividad, “no solo intelectual […] sino también de la acción física por medio de los
trabajos manuales o el juego” (Pita, 2018, pág. 11). Esto se llevará a cabo de forma autónoma y
unida al esfuerzo, construyendo de forma personal sus propios conocimientos y pensamientos a
través de estas experiencias, de sus acciones y del movimiento. Además, “se han de proponer
actividades interesantes que supongan un reto a las posibilidades cognoscitivas de los alumnos
que favorezcan la autonomía, el aprender haciendo y que desarrollen la capacidad de trabajo en
equipo” (Carbón, 2016, pág. 15). Debe fomentarse además una actitud reflexiva y activa para
fomentar esta “voluntad de actividad” y la construcción de aprendizajes significativos. Esto estará
unido a la confianza en sí mismo, a su capacidad de reflexionar, de pensar, tomar decisiones y
de hacer, por sí mismo, con lo que fortalece la implicación personal, la capacidad para establecer
objetivos, así como de planificación con un estilo personal y la autoestima e independencia, así
como la concienciación de los pasos previos para la actividad, sus consecuencias…

En segundo lugar, incidiremos en el principio de creatividad expresiva, que busca estimular y


promover la capacidad creativa, “fomentando su imaginación, su creatividad y su inventiva,
vinculándolas a sus emociones […] sentimientos, deseos… […], que desarrollará su desarrollo
cognitivo, su capacidad de elegir, de tomar decisiones y de poder expresarlas por los demás”
(Carbón, 2016, pág. 16), fomentando así su autonomía, y la libertad de expresión individual, que
responda a su propia voluntad y de su necesidad expresiva y comunicativa. Para ello se les
proporcionará a los alumnos una gran variedad de recursos expresivos, sensoriales… dándoles
libertad para emplearlos y en la forma en que ellos deseen. Se integrará en este sentido
diferentes formas de expresión como la verbal, pero también musical, plástica, corporal…De esta
forma, se puede integrar la percepción que tiene el niño de su entorno, sus experiencias, y sus
impresiones, percepciones o sentimientos. El niño aprende a organizar su experiencia a través
del sentido estético y emplear diferentes formas de expresión para comunicarse y expresar sus
propias ideas.

3. Actividades:

La primera actividad que se va a trabajar es la creación de nieve utilizando bicarbonato y agua,


enmarcándola en el contexto de aproximación al invierno y sus características. El objetivo
principal será estimular la experimentación y el descubrimiento de los niños, a través de la
actividad manual, y aprendiendo sobre texturas, y el significado o su relación con la nieve y el
vocabulario del invierno y los procesos que ocurren en la naturaleza. Por lo que respecta a la
justificación del principio, esta actividad posibilita a los niños el aprendizaje a través de su propia
actividad y manipulación, a través de sus experiencias personales como la observación, la
experimentación, el juego con los materiales, descubriendo las propiedades y características de
los elementos a trabajar a través de su manipulación, especialmente de sus similitudes con la
nieve. Es importante para nuestra alumna, ya que aprende a través de la manipulación y no se le
está pidiendo un esfuerzo mental, sino a través de su propia experiencia y se estimulará a su vez
su psicomotricidad fina y el trabajo con sus manos, así como de relajación por ejemplo al
amasar.

Los recursos empleados serán el bicarbonato y agua, aunque pueden ampliarse si se desea
trabajar nuevos aspectos relacionados. En primer lugar, si es posible, podemos trabajar con
nieve que encontramos en el patio y que llevaremos a la clase para experimentar con ella y ver
qué sucede, o sino enseñar a los alumnos imágenes de nieve. A continuación, nuestra actividad
nos lleva a preguntarnos qué es y cómo crear nieve, para lo que emplearemos 4 medidas de
bicarbonato y una de agua, que mezclaremos, o incluso podemos incorporar un poco de
purpurina blanca para darle un toque brillante y un parecido más real. Se fomentará el juego libre
y cooperativo entre todos los niños, amasando y observando cómo se crea la nieve, y podemos
crear muñecos de nieve y otros elementos relacionados. Además, se estimulará la manipulación
de la nieve con diferentes instrumentos y recipientes o pintarla con colorantes.

En cuanto a la temporalización, esta actividad se situará en el marco del proyecto del invierno y
puede destinarse a ella toda una tarde, por ejemplo, para la experimentación, o la realización de
varios ambientes en los que uno esté destinado a las estaciones, y cuando corresponda se
trabaje el invierno, realizándose este experimento. Cuanto a la evaluación, se valorará la
participación de los niños en la actividad, su voluntad de experimentación, cómo manejan los
materiales e instrumentos de trabajo… Se hará referencia a la comprensión del fenómeno
meteorológico de la nieve, de su comprensión en relación con la estación del invierno, las
características relacionadas a esta (el frío, la nieve…) y el conocimiento y empleo del vocabulario
adecuado.

La siguiente actividad, correspondiente al segundo principio se basará en una serie de rincones


empleando diferentes materiales, técnicas y recursos para trabajar su libre expresión y
creatividad, que podrán ir variándose. Se llevarán a cabo dos veces por semana. El objetivo
principal será fomentar su capacidad de expresarse mediante el empleo de diferentes formas,
técnicas, recursos, etc. en diferentes situaciones, empleando diversos procesos como la
observación, la manipulación… para poder conseguir su objetivo. Asimismo, también se buscará
desarrollar su gusto e interés por este tipo de actividades. Finalmente, se pretende incidir en su
capacidad de comprensión y empatía reconociendo sentimientos y emociones, propios y de sus
compañeros, y se estimulará el trabajo colaborativo y la ayuda mutua. Resulta útil para nuestra
alumna, ya que se trata de proporcionar nuevas formas de expresión y de inclusión en el aula
más allá del lenguaje oral, pudiendo transmitir cómo se siente y que sus compañeros la
entiendan. Por eso mismo este principio es importante, ya que permite desarrollar a los alumnos
diferentes formas de expresión y creatividad, de pensamiento e imaginación para transmitir
aquello que pretenden o en lo que se ven inspirados o les atrae, además de comunicarse con los
demás en una mayor variedad de lenguajes y contando con más recursos. Por lo que respecta a
la evaluación, se tendrá en cuenta la participación de los niños, su voluntad expresiva, con su
iniciativa y autonomía a la hora de expresarse. No será importante la calidad de sus
producciones, sino, que, a través de los materiales, sean capaces de transmitir sus sentimientos,
ideas y deseos.

Los rincones desarrollados se enfocan en diferentes aspectos expresivos: uno de expresión


corporal trabajando con las diferentes partes del cuerpo, generando sonidos, dramatización, de
estampación con pintura… El segundo será más manipulativo a partir de materiales que se
trabajarán con las manos como la plastilina, arcilla, mosaicos, collages... El tercero estará
destinado al trabajo con materiales procedentes de la naturaleza, comida, materiales
reciclados… Un cuarto rincón se centrará en la psicomotricidad fina, empleando diferentes
materiales como rotuladores, pintauñas, o incluso introducir la lectoescritura mediante el uso de
pictogramas y dibujos de las letras. También incorporaremos un rincón para la creación de
instrumentos musicales y la interpretación.

Recursos bibliográficos:

Carbón, M.I. (2016). La observación y la experimentación en la construcción del conocimiento.


Proyecto del huerto escolar para el aula de 5 años . [TFG, Unir].
https://reunir.unir.net/bitstream/handle/123456789/3559/CARBON%20SEIJAS%2C
%20MARIA%20ISABEL.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Fernández T., Nieva, A. (s.f.). Alumnos con discapacidad intelectual. Necesidades y respuesta
educativa. Desafíos en la escuela: guía de orientación para la inclusión de alumnos con
necesidades educativas especiales en el aula ordinaria . [consultado online]
http://www2.escuelascatolicas.es/pedagogico/Documents/Alumnos%20con%20d
%20intelectual5.pdf
Marchesi, A. (21 noviembre, 2019). Inclusión educativa: seis actividades complementarias en la
escuela. EDUforics, anticipando a la educación del futuro . [blog post].
https://www.eduforics.com/es/seis-actividades-complementarias-para-facilitar-la-
inclusion-educativa/

Pita, B.E. (2018). Los rincones en el marco de una metodología globalizadora . [TFG, Universidad
Complutense de Madrid].
https://eprints.ucm.es/id/eprint/50508/1/TFGinfan_18_Pita_Hernandez_Berta.pdf

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