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LOS BLOQUES LÓGICOS DE DIENES: Una propuesta de

análisis

Resumen:

El presente trabajo se ha articulado en torno a una aproximación descriptiva de las características, la


funcionalidad y versatilidad que puede extraerse de la implementación de los Bloques Lógicos de Dienes
dentro del aula de Educación Infantil. Están considerados como un recurso material de carácter manipulativo
y estructurado de gran utilidad en la actualidad a partir del cual pueden extraerse multitud de aplicaciones
prácticas, como el desarrollo de competencias relacionadas con el pensamiento lógico – matemático y del
razonamiento deductivo. Tras la narración de su trayectoria histórica, su filosofía de trabajo y hacer referencia
a las competencias que permiten trabajar (situándolas dentro de un proceso de construcción del conocimiento
por parte de los alumnos), se propondrá como ejemplo una sucesión de cuatro actividades en relación con
alguna de las temáticas de trabajo. Finalmente se llevará a cabo una reflexión sobre la evolución de esta
investigación y la relevancia o el interés que puede extraerse a partir de la utilización didáctica de los bloques
lógicos.

Ser conscientes de las características que determinan a este recurso material, cuáles son las posibles
actividades que se desarrollan mediante su utilización y que aspectos de trabajo lógico – matemáticos pueden
extraerse a partir del mismo, resultarán claves para poder contar con un recurso más dentro de la enseñanza
de esta materia en cuanto a la Educación Infantil y además encajando en la metodología propia de esta etapa:
con un carácter manipulativo, práctico y experimental que favorezca el aprendizaje significativo.
2. Introducción:

El presente trabajo de investigación pretende realizar un estudio de carácter analítico con respecto a una serie
de aspectos relativos a la descripción, características, utilización, y especialmente en cuanto a la
implementación de los bloques lógicos de Dienes como un recurso didáctico de carácter lógico – matemático
dentro del aula de Educación Infantil. En este sentido, debe tomarse como punto de partida al respecto las
ordenaciones establecidas a nivel curricular como son el Real Decreto 1630/2006 y la Orden ECI/3960/2008,
así como las referencias a las competencias clave en la Orden ECD/65/2015.

Las líneas guía marcadas por esta documentación legislativa establecen que la metodología empleada en
Educación Infantil debe responder a un conjunto de parámetros que resultan clave para un desarrollo integral
de los alumnos: globalización, interdisciplinariedad y el aprendizaje significativo y funcional a través de la
actividad lúdica, el descubrimiento, la observación y la manipulación, en un contexto de experimentación
vivencial en contacto con su entorno más próximo (Urbano, 2010). El objetivo de todo ello será fomentar la
capacidad de reflexión, análisis y de pensamiento crítico de los alumnos, así como estimular el desarrollo de
una serie de recursos, habilidades, y destrezas personales que posibiliten su desempeño eficaz frente a
problemas y retos propios de situaciones reales (Olid 2009, Pareja, s.f.)., las denominadas competencias.

Esto implica por tanto hacer referencia a una serie de requisitos y objetivos didácticos y pedagógicos que
deben seguirse en cuanto a la programación y desarrollo de las actividades trabajadas en el aula, así como
también respecto a los recursos, ya sean metodológicos, materiales, ambientales o personales que van a
emplearse para ello. Es decir, disponer de un conjunto de estrategias, metodologías, herramientas, recursos,
etc., resultan esenciales para posibilitar una mejor planificación del proceso de enseñanza – aprendizaje. Los
bloques de Dienes son uno de estos recursos, de carácter material, del cual se trata de dilucidar la efectividad
y versatilidad que puede extraerse en su uso educativo.

Por tanto, como punto de partida, debe analizarse la importancia que tiene la utilización de los recursos
materiales (y su amplia diversidad) como herramientas de aprendizaje y las características que para ello deben
cumplir. Hay que tener en cuenta que su pretensión principal será facilitar los aprendizajes y competencias
educativas que se pretenden alcanzar de manera activa, y, por tanto, tendrán una gran influencia dentro del
proceso de enseñanza – aprendizaje, adaptándose cuidadosamente a los fines que se pretenden conseguir, pero
también a los ritmos, características y necesidades de los alumnos. Al respecto, Moreno los define como “un
soporte y medio esencial […] para relacionar de forma eficaz y eficiente […] los aprendizajes, metodologías
y actividades que se desarrollan para conseguir los objetivos planteados. […] Los recursos materiales tienen
la finalidad de respaldar la labor educativa y son el nexo de unión entre el aprendizaje y la metodología
utilizada” (Moreno, 2013, pág. 331). De esta forma, mediante la utilización de objetos y materiales, a través
de su exploración táctil y experimentación se facilita un proceso de indagación, exploración y comprensión
tanto de su entorno como de los elementos del mismo.

Para ello, los recursos materiales deben cumplir una serie de características (Moreno, 2013), siempre en
relación con el currículum a desarrollar y buscando su innovación y mejora: un carácter motivador, con un
diseño tanto en forma, textura, color y característica que permita estimular el interés y la motivación de los
niños. Por ello deben ser atractivos tanto en cuanto a su apariencia como en utilidad llamando la atención de
los niños. Deben ser polivalentes (con la realización de diversas actividades, juegos, diferentes aprendizajes y
objetivos, etc.) y que posibiliten su estimulación en todos los sentidos y todas sus posibilidades de acción. Su
utilización puede ser tanto individual como colectiva (colectividad), para trabajar el respeto a los demás y el
buen desarrollo de las relaciones de convivencia y afectividad.

En definitiva, los recursos materiales deben seleccionarse de manera conveniente para mediante su uso poder
desarrollar una metodología activa donde los alumnos puedan desplegar todas sus capacidades y destrezas
personales para poder llevar a cabo una proceso de investigación, exploración y aprendizaje a partir del
entorno que les rodea. Los materiales y actividades empleadas deben estar diseñados en consecuencia, es
decir, para poder despertar el interés del alumno, respondiendo a sus necesidades y preferencias, motivándolo
y estimulando sus ganas de aprender, su creatividad, imaginación y curiosidad para así facilitar su aprendizaje
(Pedrosa, 2011).

Los bloques lógicos representan un ejemplo concreto de esta temática. En consecuencia, a través del este
monográfico se busca profundizar en el conocimiento y la utilización de los mismos, analizando su relevancia
como recurso didáctico, sus características teniendo en cuenta los ítems anteriores, su versatilidad y su
diversidad de funciones metodológicas, explicando cómo pueden utilizarse en este proceso de enseñanza. Este
último aspecto además se ejemplificará mediante la descripción y desarrollo de una sucesión de cuatro
actividades que estarán orientadas a potenciar las capacidades que estos bloques pueden ayudar a estimular
dentro de las relaciones lógico – matemáticas, y que sirven como ejemplo didáctico.

3. Desarrollo:

Los bloques lógicos de Dienes constituyen un recurso material manipulativo y experiencial que puede
emplearse dentro del aula de infantil en cuanto al desarrollo de un proceso de aprendizaje de competencias
relacionadas con el razonamiento lógico. Uno de sus elementos definitorios fundamentales será el hecho de
que se trata de un material estructurado, es decir, su diseño estará orientado a la consecución de una pretensión
educativa. Mediante su utilización se pretende orientar y articular el aprendizaje de los alumnos, seleccionando
los conceptos que se buscan transmitir con ellos, aunque podrán emplearse de manera polivalente (Nario,
2019). De esta forma, los bloques lógicos se emplearán para poder proporcionar a los alumnos de una serie de
situaciones que mediante su resolución posibiliten la adquisición de determinados conceptos matemáticos y
también para desarrollar su razonamiento lógico.

Fueron diseñados por William Hull a mediados del siglo XX, vinculando su utilización al aprendizaje de la
lógica matemática. Sin embargo, toman su nombre a partir del matemático Zoltan Dienes, uno de los mayores
pensadores en el campo de la educación matemática (destaca por su parte la fundación del Grupo Internacional
para el Aprendizaje de las Matemáticas en 1964) que fue quien difundió su utilización. Preocupado por
desarrollar una buena praxis dentro de la enseñanza de las matemáticas más allá del tradicional academicismo
y aprendizaje rutinario (Berrocal y Gómez, 2002), Dienes abogaba por la utilización de diversas dinámicas de
carácter lúdico a través de la manipulación de objetos concretos, juegos, cuentos, canciones, el baile (Pi i
Muguró y Pi y Muguró, 2016) y el trabajo en grupo. Todo ello, con el objetivo de que el aprendizaje sea más
asequible, interesante y significativo. Es decir, “[…] que la enseñanza de la matemática esté llena de
situaciones y retos interesantes, que despierten el interés y la motivación […]. Esto implica un mayor
desempeño y una actitud más positiva […] y […] en concordancia con sus necesidades, intereses y vivencias”
(Berrocal y Gómez, 2002, pág., 130).

Al respecto, los estudios de investigación referidos a la utilización de los bloques de Dienes y los beneficios
obtenidos son muy amplios ya que se trata de un material actualmente muy difundido. De manera habitual, se
insertan dentro del trabajo de las competencias y el pensamiento lógico – matemático, relacionándolo con
teóricos como Jean Piaget, Vygotsky y Brunner (Marjorie, 2016) atendiendo a una visión constructivista del
aprendizaje y el establecimiento de una serie de principios sobre cómo este se produce.

Por lo que respecta al suizo Piaget, este teórico ya se había preocupado por el estudio del aprendizaje de las
matemáticas a través del análisis psicológico del proceso (Hincapié y Riaño, 2008 y Rátiva, 2001). En este
sentido, el psicólogo defiende una construcción del aprendizaje a través de las experiencias manipulativas y
vivenciales en relación con los objetos y situaciones presentes en el entorno próximo a partir de los cuales el
niño conecta sus ideas y da significado a los mismos, llegando desde lo más simple a lo más complejo. Esta
postura, se ve complementada por una visión del aprendizaje como un proceso de evolución madurativa de
los niños. Según esta teoría, los niños pequeños aprenden a partir de la interacción, exploración y manipulación
de los objetos concretos de su entorno, a través de experiencias intuitivas y concretas, a partir de las cuales se
produce una transformación o reacomodación de la nueva información en relación a sus ideas previas, dando
lugar a un aprendizaje significativo. A medida que el niño va creciendo, va cambiando de las operaciones
concretas a representaciones visuales hasta llegar al pensamiento abstracto y la capacidad para utilizar la lógica
en torno a los 10 – 12 años. Vygotsky, además, añade una dimensión social a este proceso de aprendizaje, en
tanto que el mismo está mediatizado por la interacción social con otras personas que Dienes plasmará en su
interés por el trabajo en grupo y colaborativo.

De manera similar, Bruner y Dienes, son partidarios de esta teoría de aprendizaje, atendiendo también al nivel
de madurez, estructuras mentales y capacidad de comprensión de los niños (Hincapié y Riaño, 2008), y
evolucionando desde lo concreto hasta la abstracción. Dienes, siguiendo a Piaget, establece que el aprendizaje
se iniciará a través de la manipulación de objetos físicos, es decir, mediante la interacción con unos objetos
que responden a la materialización o representación física del concepto que se pretende trabajar, empleando
la experimentación y estimulación sensorial (Hincapié y Riaño, 2008). En este contexto, dando gran
importancia además a la motivación real de los alumnos, Dienes profundizará en el campo de la psicología
del aprendizaje de las matemáticas con el desarrollo de una serie de características metodológicas y recursos
didácticos para su enseñanza, dentro de los cuales, la utilización de los bloques lógicos de Dienes como
instrumento manipulativo tendrá un carácter esencial (Pi y Murugó y Pi y Murugó, 2016).
Están integrados por 48 piezas construidas en un material sólido, no flexible y resistente, generalmente de
madera, aunque también pueden ser de plástico. Asimismo, debe estar adaptado al uso por parte de los niños
y por tanto deben cumplir con una serie de características (ya mencionadas previamente) como es el hecho de
que debe ser fácilmente manipulable, con un tamaño ajustado y poco pesado. Cada una de estas piezas, está
estructurada siguiendo una serie de cuatro variables que las caracterizan y diferencian de todos los demás (ya
sea en una, dos, tres o cuatro de estas características): Color (rojo, azul y amarillo), forma (rectángulo,
cuadrado, triángulo y círculo), tamaño (grande y pequeño) y grosor (grueso y delgado).

Los bloques presentan una gran versatilidad por lo que respecta a su utilización dentro del aula y son
polivalentes. En este sentido, para su uso, en primer lugar, hay que tener en cuenta que las actividades
desarrolladas deben insertarse dentro de un contexto de situaciones reales para los niños y contando con el
elemento lúdico como eje principal. Asimismo, su principal función estará orientada a la introducción y
adquisición de determinados conceptos matemáticos (el paso del pensamiento concreto al abstracto, del
cuadrado concreto al concepto cuadrado) y a su vez la estimulación del pensamiento y razonamiento lógico
que se deriva en las capacidades de observación, identificar, seleccionar, clasificar, relacionar, ordenar y
operar (Pi i Murugó y Pi i Murugó, 2016). En este contexto, las capacidades que se pueden trabajar son muy
amplias.

• Asimilación de los conceptos básicos de forma, color, tamaño y grosor, relacionándolos progresivamente
y para así ser capaces de nombrar y reconocer las características y valores de cada bloque y forma
geométrica a través de la observación y manipulación. Es decir, mediante la definición de los diversos
atributos, los niños deben reconocer las diferentes piezas.
• Trabajo de conjuntos y agrupaciones, reconociendo las variables que lo forman, con capacidad de
abstracción para determinar su característica común y establecer la relación de pertenencia al mismo.
• Trabajarse la capacidad de negación de atributos, es decir, que sean capaces de definir un elemento por
aquellas características que no posee, y por qué no forma parte de un conjunto determinado. También se
atenderá a las transformaciones lógicas que se producen con los cambios de atributos.
• Estimular conceptos como la clasificación, ordenación y la comparación de distintos elementos atendiendo
a uno o varios criterios, además de establecer semejanzas y diferencias. Asimismo, se promocionará la
realización de seriaciones a partir de unas reglas determinadas que deben descubrirse e interpretarse.
• Introducción del concepto de número y cuantificación y la utilización de los símbolos matemáticos,
plasmable en este momento en el uso de los signos gráficos para la representación de los números
cardinales.
• Conceptos de carácter procedimental como su utilidad para estimular el razonamiento acerca de los objetos
y la capacidad de resolución de problemas, así como las habilidades comunicativas para transmitir este
proceso y la verbalización del mismo.

Pueden empezar a utilizarse durante el segundo ciclo de educación infantil (3 – 6 años). Aquí, siguiendo la
perspectiva diseñada por el matemático será importante diseñar las actividades a partir del aprendizaje activo,
tanto dentro como fuera del aula, promoviendo que los niños sean conscientes de la verdadera utilidad de las
matemáticas en la vida diaria y en situaciones reales, disfrutando de su aprendizaje, con confianza, en un
ambiente afectivo. Será fundamental estimular la manipulación de manera autónoma para poder dotar de
significado este proceso de aprendizaje mientras el maestro se convertirá en un guía y orientador de esta labor.
Para ello, debe presentar las normas y la mecánica de los juegos de forma clara, calmada y asequible para los
niños, utilizando una terminología adecuada, para que los niños se vayan familiarizando con los conceptos.

A esto hay que sumar la importancia de la verbalización tanto por parte del docente como de los niños,
expresando todo aquello que se está haciendo y lo que sucede. Asimismo, al acabar una actividad se puede
dejar un tiempo para estimular un pequeño debate y reflexión para que los niños puedan transmitir sus
impresiones u opiniones de la actividad, aunque también puede hacerse a medida que se realiza la actividad.
Será importante que participen todos los niños del grupo. En este sentido será necesario plantear y formular
preguntas para motivar a los alumnos, despertar su curiosidad, plantearles nuevos retos, la necesidad de buscar
alternativas, etc.

Por otro lado, con objeto de lograr un aprendizaje activo y significativo, es necesario entender el error como
parte del proceso de aprendizaje, no evitarlo, sino ayudar a entender el porqué del mismo, sin que los niños
sean directamente corregidos por el profesor, sino que sean los otros alumnos quienes intervienen a través de
un proceso guiado – por el maestro – de preguntas para llegar a la conclusión esperada (también puede hacerse
al propio niño). Otro de los aspectos que puede trabajarse es la realización de las actividades en orden de
dificultad creciente, pero también intercalando otras más fáciles o que ya han sido interiorizadas para que el
niño sea capaz de resolverlas y no pierda la confianza en sí mismo. Además, estas deben ser adaptadas a la
edad de los alumnos, estimulando su capacidad de observación y las experiencias a través de la manipulación
de objetos concretos (las piezas). Cabe añadir la necesidad de trabajar un mismo concepto de varias formas
para facilitar su interiorización, además de combinar las actividades individuales con el trabajo en grupo para
fomentar la convivencia, el respeto de las reglas, el trabajo en grupo y la superación del individualismo. Por
ello será interesante contar con más de uno de estos conjuntos de bloques lógicos dentro del aula.

Así pues, una vez establecidas estas precisiones, será necesario plantearse el interrogante, ¿cómo se estructura
este proceso? Aquí, tomando como punto de partida las reflexiones de Dienes y atendiendo a las influencias
que sobre estas ejercerán los escritos de Piaget y Bruner (Pi i Murugó y Pi i Murugó, 2016 y Berrocal y Gómez,
2002) puede establecerse la división del proceso de aprendizaje de las matemáticas en 6 etapas. Todo ello
debe insertarse un proceso que irá evolucionando hacia una mayor estructuración y abstracción para ser
capaces de interiorizar los conceptos trabajados, entenderlos y verbalizarlos. Las actividades serán cada vez
más estructuradas y dirigidas por el maestro, buscando propiciar el mayor número de experiencias que
posibiliten la incorporación de un determinado concepto.

En este sentido, se iniciará una primera etapa de adaptación o juego libre, en la que se trata de que los niños
puedan utilizar el material para crear su propio juego. De esta manera se produce una primera aproximación
a los bloques, familiarizándose con los mismos y reconociendo sus características y atributos (material,
formas, colores, grosor, tamaño, etc.). Será por tanto fundamental estimular su manipulación a través de tocar
el material u otras actividades como dibujarlo siguiendo sus valores determinantes, aunque todavía no se
producirá una reproducción ajustada de las piezas. En esta primera fase trabajarán a partir de unas nociones
muy concretas, a partir de la interacción libre con objetos concretos y buscando el disfrute de la actividad. El
objetivo de la misma será entrar en relación con estas piezas como herramienta de trabajo y que se encuentran
dentro del aula.

La siguiente etapa que puede distinguirse es la que se ha denominado de juego estructurado o proceso de
estructuración. A partir de aquí, el docente establece las reglas y la mecánica que los alumnos deben seguir
durante la actividad. Una característica importante a nivel metodológico para trabajar durante esta etapa será
fomentar la observación dirigida para distinguir unas características determinadas y a su vez adoptar actitudes
reflexivas haciéndose preguntas sobre las estructuras con las que trabajamos. Comienzan a diferenciar los
criterios que caracterizan a las piezas (buscar en función del color, forma, crear una figura con determinadas
piezas, etc.) o incluso combinando varios criterios.

A continuación, los alumnos se adentran en la etapa del isomorfismo. Se sigue la misma estructura de juego
que en la etapa anterior. No obstante, en esta etapa ya comienzan a complicarse las operaciones lógicas
realizadas y pasarán a introducirse elementos y conceptos propios de la comparación, distinguiendo atributos
y atendiendo a la existencia de semejanzas y diferencias entre las piezas. Además, comenzarán a realizarse un
proceso de selección por sí mismos – sin necesidad de dirección – de aquellos elementos necesarios para
realizar la actividad, desechando aquellos que no son de interés. Es un paso más hacia el proceso de abstracción
pues para realizar la comparación entre los diferentes elementos será necesario buscar los aspectos comunes
y dominar ciertos conceptos (como la forma, etc.). También será interesante la utilización de cuentos o la
misma creación de estas historias para trabajar las actividades, siempre bajo la dirección del docente.

Posteriormente, hay que atender a la etapa de la representación gráfica, que como su propio nombre indica
implica la representación gráfica, plasmación visual o visualización de las estructuras trabajadas. Por ejemplo,
este hecho se plasmará a través de la utilización de códigos gráficos que simbolizan las distintas características
de los bloques y que los alumnos deberán aprender a interpretar, emplear y traducir. Habrá etiquetas referidas
al color, forma, el grosor, tamaño, etc., y así en primer lugar se trabajará con un solo atributo, luego se
incorporarán más y finalmente también se trabajará con la negación de atributos.

Un siguiente paso más en este proceso de aprendizaje será el inicio del período de la verbalización que
corresponde a la descripción verbal por parte de los alumnos de las representaciones gráficas realizadas. Se
nombran y se explican los atributos y propiedades de la representación, utilizando un lenguaje cada vez más
técnico y propio de las operaciones lógicas, con la introducción del lenguaje simbólico de las matemáticas.
Finalmente, se inicia un período de formalización o demostración en la que los niños ya son capaces de
exponer de manera clara y segura lo aprendido, incluyendo la explicación de los procesos realizados.

Teniendo todo esto en cuenta, el docente puede ser capaz de crear múltiples actividades y dinámicas de trabajo
dentro del aula, empleando además diferentes tipos de herramientas de motivación, mediante la actividad
física, la dramatización o la utilización de cuentos, comparar las formas con un objeto real de la vida cotidiana
(un círculo rojo con una manzana), etc. En este sentido, pueden discriminarse tres tipos de actividades, ya sean
de carácter más manipulativo, representativo o abstracto (Santaolalla, 2011).

Las actividades más manipulativas configurarán el eje principal de las tareas con los bloques, trabajando con
el propio material, operando con las piezas a partir de las cuales se construirá el conocimiento y los conceptos
trabajados. Se trata de saber cómo es un cuadrado tocando varios de ellos o actividades de juego libre. En
segundo lugar, las actividades representativas o simbólicas son las que se estructuran a partir de la utilización
de imágenes para trabajar con las piezas como los puzles, fomentando su capacidad de análisis. Pueden
insertarse aquí las cartas de identificación de atributos y de negación, clasificación, etc. Finalmente, por lo
que respecta a aquellas tareas de carácter abstracto, son las que funcionan a partir de las representaciones
mentales que los alumnos poseen de las diferentes piezas y conceptos, a partir de experiencias anteriores, sin
que haya aportes manipulativos ni representativos, relacionando los conceptos aprendidos necesarios para
poder resolver la actividad (Santaolalla, 2011).

4. Actividades:

El planteamiento de las siguientes actividades debe ser entendido dentro de un contexto de trabajo dentro del
aula mucho más amplio, incluyendo la realización de actividades previas para el acercamiento, conocimiento
y comprensión de las figuras y sus atributos.

Título: Rincones geométricos.

Objetivos:

• Iniciación en los conceptos matemáticos en cuanto a los conceptos matemáticos relacionados con la geometría
a partir de estrategias manipulativas, de experimentación, análisis y reflexión.
• Ser capaz de reconocer y distinguir los diferentes atributos que caracterizan los elementos geométricos y el
aprendizaje de conceptos relacionados con los mismos.
• Fomentar el interés y la curiosidad de los alumnos en el aprendizaje de la geometría.
• Utilizar el pensamiento y el razonamiento lógico – deductivo para poder resolver las diferentes actividades
planteadas y solucionando los procesos de transformación, giros, etc. planteados.
• Respetar las normas de trabajo y convivencia dentro del aula.

Contenidos:

• Iniciarse en los conceptos y destrezas de carácter matemático a través de la manipulación funcional de los
elementos, identificando sus atributos, características y cualidades, en este caso en referencia a las figuras
geométricas y conceptos relativos.
• Percepción y análisis de los atributos y cualidades, así como de los elementos conceptuales que configuran los
ítems matemáticos, en este caso de nuevo referidos a la geometría.
• Iniciarse en la identificación de un conjunto de formas planas y tridimensionales de carácter geométrico en
nuestro entorno.
• Conocimiento de cuerpos geométricos elementales.

Desarrollo:

• Realización de figuras a partir de un modelo con las formas geométricas de los bloques que los alumnos deben
reproducir.
• Reproducción de un cuadrado dividido en una cuadrícula donde se colocarán diferentes imágenes de los
bloques lógicos, que se irá girando y rotando y que los niños deberán completar de manera adecuada con
imágenes de los bloques que se les proporcionarán.
• Se les proporcionarán imágenes de elementos de su entorno que deben clasificar a partir de una imagen de los
bloques geométricos (una manzana en el círculo, un folio de papel en el rectángulo, etc.). Para complicarlo
más puede incorporarse la diferenciación en tamaño y grosor.
• Dibujo simétrico de una figura realizada por los bloques lógicos
• Encontrar las figuras geométricas de los bloques lógicos en un cuadro o dibujo, observándolos desde diferentes
perspectivas, trabajando conceptos como cerca, lejos, delante, detrás, etc.
• Quién soy: colocar los bloques lógicos dentro de una bolsa opaca mientras al niño que le toca realizar la
actividad se le colocará una carta en la cabeza representando uno de ellos. A través de sus preguntas y las
respuestas de sus compañeros, sirviéndose del tacto, sin mirar, debe encontrar dicha figura.
• Realización de una figura combinando cuerdas y bloques lógicos de diferentes tamaños que deberán
modificarse siguiendo una serie de cartas, y así los niños deberán observar cuáles son formas cerradas, cuáles
abiertas, cuáles se pueden modificar, etc.

Recursos humanos: docente y Recursos materiales fungibles para el desarrollo de los rincones.

Título Manipulación de conjuntos

Objetivos

• Analizar cualidades y atributos que forman los conjuntos


• Realizar operaciones de modificación y transformación con los mismos.
• Trabajar conceptos de seriación, clasificación y ordenación.
• Introducir conceptos de cuantificación.
• Respetar las normas de convivencia en el aula (como el turno de palabra, etc.).

Contenidos:

• Reconocer los atributos y cualidades de los diferentes elementos y materias con las que se trabaja.
• Aproximación a conceptos de cuantificación y de clasificación.

Desarrollo: Se trabajará en asamblea o gran grupo. Primero realizarán ejercicios de formación de conjuntos
siguiendo las reglas que nos dictará la maestra, utilizando los conceptos de cuantificación para formarlos (colocar
muchos triángulos y pocos círculos, etc.), además de preguntar cuáles son los elementos que los definen, las
características por qué van juntas, o las semejanzas y diferencias, los elementos que tienen en común, etc. A
continuación, se fomentará la manipulación de los mismos, mezclándolos, eliminando elementos y repitiendo la
misma actuación para reflexionar al respecto, además de introducir la negación de cualidades (qué bloques ya no
forman parte del conjunto, qué hay de diferente antes y después). Finalmente se realizarán actividades de seriación.

Recursos humanos: docente y Recursos materiales: bloques lógicos. Se utilizarán varios conjuntos de piezas.

Título: Las construcciones

Objetivos

• Introducir los conceptos numéricos, la numeración y las operaciones que pueden realizarse, así como las
relaciones establecidas entre ellos, así como las habilidades matemáticas asociadas.
• Introducción el concepto de subitización, clasificación y agrupamiento, así como el razonamiento deductivo
para saber apreciar la cantidad que representan.
• Trabajar el conteo y la serie numérica con su utilización oral para contar.
• Fomentar el reconocimiento de los números cardinales.
• Introducir el concepto de cuantificación y concepto de cantidad de los números
• Impulsar la formación del concepto de cuantificación y magnitud de los elementos.
• Ser capaces de desarrollar ejercicios de cálculo a través de la comparación, agrupación en pequeños
conjuntos para saber cuántos hay
• Estimular el trabajo en equipo, pero también de manera autónoma y deductiva

Contenidos

• Introducción del concepto de conceptos y mecanismos de cuantificación y conteo.


• Estimulación en la utilización de herramientas próximas al conteo como la subitización para poder realizar
ejercicios de estimación intuitiva y comenzar a precisar una mayor relación con el conteo.
• Aproximación al uso de los números cardinales y su relación con los conceptos de cantidad.
• Fomentar la capacidad para reconocer atributos y cualidades de los diferentes elementos.

Desarrollo: Esta actividad estará compuesta por dos fases. La clase estará divida en una serie de grupos que
contarán con diversos conjuntos de bloques lógicos. En cada uno de los grupos además tendrán una serie de
cartas de dos tipos, por un lado, con el número cardinal o la cantidad a buscar y las otras donde se colocará la
distribución de los bloques geométricos para formar dicho número con diferentes combinaciones y distribución.
Para cada uno de los números podrán encontrarse diferentes tipos de cartas a partir de la distribución de las
formas geométricas, si son todos del mismo color, de la misma forma geométrica o si se combinan varias, o de
diferentes colores, siempre atendiendo a una combinación de dos. Se deberán realizar las máximas
combinaciones hasta que la profesora detenga el juego. Se les pedirá la verbalización y la descripción de las
cartas empleadas. La siguiente fase también empleará cartas en las que se encuentra dibujada una figura realizada
con los bloques lógicos en diferentes cantidades. Los alumnos deberán reproducirla y explicar las características.

• Recursos humanos: docente y recursos materiales: bloques lógicos. Se utilizarán varios conjuntos de piezas.

Título: Experimentación.

Objetivos

• Introducir los conceptos de medida, magnitud, longitud, masa y capacidad.


• Trabajar a través de actividades manipulativas y de experimentación para interiorizar estos conceptos.
• Aproximación a los conceptos utilizados para plasmar la medida.

Contenidos

• Aproximarse al uso de instrumentos de medida en situaciones donde es necesario medir.


• Manifestar interés por los instrumentos de medida.

Desarrollo: Se trabajará con bloques lógicos y materiales de su entorno que tengan la misma forma. Se busca
reflexionar sobre el concepto que se está trabajando y los elementos utilizados, también mencionando el nombre
de la medida en la que trabajamos.

• La masa: soplaremos los diferentes bloques lógicos que estarán hechos de diferentes materiales para ver
cómo se desplazan. Finalmente los pesaremos con una báscula de cocina. Puede replicarse con elementos de
su entorno que tengan la misma forma.
• La longitud, mediremos primero usando nuestro pulgar y después con una regla los bloques lógicos. Luego,
buscaremos en nuestro entorno elementos que tengan la misma forma y los mediremos utilizando las partes
de nuestro cuerpo como pasos o palmos y finalmente con un metro. Compararemos cuál es el más grande, el
más pequeño, etc. en referencia al área y dimensión de los elementos.
• La capacidad se trabajará a partir de la construcción de figuras en tres dimensiones para poder calcularla.
Los elementos que se fabricarán partirán de las formas de los bloques lógicos. En el caso del rectángulo que
realizaremos con un brick de leche, lo podemos rellenar con sus pequeños bricks de zumo del alumerzo
(depositando el líquido) para ver cuántos litros caben, etc.

Recursos humanos: docente. Recursos materiales: bloques lógicos. Se utilizarán varios conjuntos de piezas y
materiales del entorno con las mismas formas.
5. Conclusiones

La utilización de los bloques lógicos aporta una gran diversidad de posibilidades de trabajo y de construcción
de conocimientos, capacidades y competencias de carácter lógico matemático dentro del aula, contando con
una gran versatilidad y variedad didáctica como recurso manipulativo. No obstante, será necesario tener en
cuenta que dentro de este proceso de aprendizaje no puede excluirse el trabajo de otro tipo de competencias
(lingüística a la hora de verbalizar las actividades, científica con la realización de un proceso de carácter
manipulativo y vivencial, etc.) en una perspectiva que será importante atendiendo a la realidad del aula de
educación infantil y la necesidad de construir una metodología globalizada, coherente y significativa para los
alumnos, mediante la relación de todos los conocimientos.

Tras reflexionar sobre una serie de aspectos como su historia, el trabajo de su creador, o la filosofía que
envuelve sus aplicaciones metodológicas, y las actividades que se pueden realizar con los mismos, es necesario
destacar que se trata de un recurso material de carácter esencial a nivel didáctico ya que permite estimular
habilidades y destrezas muy variadas, desde aspectos manipulativos y de experimentación con el material por
parte de los alumnos, como su capacidad de análisis de los atributos, de reflexión, etc., facilitando de manera
progresiva la interiorización de los conceptos. De hecho, la utilización de los bloques lógicos se convertirá en
un precedente clave por lo que respecta a la introducción de materiales manipulativos para la enseñanza de
contenidos matemáticos (Pi i Murugó y Pi i Murugó 2016)

En este sentido será importante atender a la importancia que adquieren este tipo de materiales y actividades
manipulativas como punto de partida para poder iniciarse en cuanto a la interiorización del pensamiento lógico
y abstracto y la asimilación de conceptos. Como señala el propio Dienes (y las teorías constructivistas del
conocimiento) pero, además, reflejado en el trabajo dentro de del aula a través de nuestras experiencias durante
el período de prácticas, a los niños les resulta más fácil trabajar a partir de materiales concretos que pueden
manipular y tocar. Un ejemplo muy simple puede ser la utilización de unos pequeños botones para aprender
conceptos relativos al conteo o la escala numérica, el concepto de cantidad y de carácter operacional como
será sumar o restar. Así, siguiendo las indicaciones de la maestra los niños tomarán de una bandeja el número
de botones que esta indica (10) y que poco a poco iremos contando, analizando sus características como el
color o la forma. A continuación, la maestra les solicitará que tomen un número determinado de botones en la
mano, que irá variando, primero de manera ascendente y posteriormente a la inversa. Durante este proceso se
les pedirá a los niños que cuenten cuántos botones tienen en la mano y cuántos les quedan en la mesa.

Es decir, la metodología que se ha empleado para trabajar con los bloques lógicos tiene en realidad una mayor
diversidad de aplicaciones en otros contextos, incluyendo otros materiales sin necesidad de que sean de
carácter estructurado o planificado para el proceso de enseñanza – aprendizaje Y así, de esta forma puede
establecerse un hilo conductor que llevará desde la creación y utilización de los bloques de Dienes a mediados
del siglo XX, hasta, como señalan las hermanas Pi i Murugó, las implicaciones que la teoría constructivista,
lúdica y manipulativa diseñada por este teórico en la práctica docente actual de enseñanza del conocimiento
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%20URBANO%20REYES_1.pdf
Anexos:

Tipos y formas de los bloques lógicos:

Figura 1

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