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Síndrome corticoespinal

Para dar este tema, tenemos que hacer un recuento neuroanatómico del fascículo corticoespinal. Las áreas más importantes para el este tema son el área 4
de Brodmann (que representa la corteza motora primaria), el área 6 (donde podemos encontrar la corteza premotora y la corteza motora complementaria),
el área 8 (donde se originan algunas fibras que controlan el área oculofacial) y las área 3; 2 y 1 (que constituye la corteza motora sensitiva). De estas áreas,
van descender fibras que van a atravesar la cápsula interna. En la estructura de la cápsula interna, destaca el ramo anterior lateral a la cabeza del núcleo
caudado, la rodilla medial al núcleo lenticular y el ramo posterior lateral al tálamo.

Al fascículo que se origina de esas áreas, se conoce con el nombre de sistema piramidal. Este sistema piramidal se va a dividir en dos: el fascículo
geniculado corticonuclear y el fascículo corticoespinal piramidal propiamente dicho. El fascículo geniculado corticonuclear se divide a su vez en un
fascículo directo y un fascículo aberrante. El 90% del fascículo corticoespinal piramidal propiamente dicho, es cruzado y el 10% restante es directo. Este
fascículo cortico espinal una vez que se origina del área 4, va hacia el brazo posterior cápsula interna. De allí va a descender hacia la porción más medial de
los pedúnculos cerebrales. Luego va a la porción basilar del puente. En el bulbo raquídeo, se estrecha para ir sobre las pirámides bulbares. El 90% de las
fibras de este fascículo, sufre una decusación en las pirámides. En sentido general, estas fibras conforman el tracto corticoespinal lateral. Solamente, un 10
a un 20% del fascículo no sufre una decusación y sigue a través de la sustancia blanca anterior para constituir el tracto corticoespinal ventral.

El haz piramidal tiene su representación somatotópica a nivel de la corteza en una figura deformada del cuerpo humano. Esta figura deformada se ha
conocido con el nombre de homúnculo motor. El haz piramidal cruzado se encarga de controlar los movimientos finos en lo porción más distal de las
extremidades, en la cara, en la lengua y en la fonación. El haz piramidal directo constituye del 10 al 20 % de las fibras del haz corticoespinal y se encargan
de controlar los movimientos más groseros y más burdos, del mismo lado del cuerpo.

El síndrome cortico espinal es el conjunto de síntomas que se derivan de la lesión de la vía piramidal corticoespinal. La vía piramidal, en conjunto con los
fascículos de Gold y Burdach, es la más importante del SN, pero a su vez es la más vulnerable por varias razones. El fascículo piramidal es uno de los
fascículos más largos, de los más jóvenes filogenéticamente y de los que tienen mielinización más tardía de acuerdo con su origen ontogénico.

Encontramos varios signos y síntomas en pacientes con lesión del sistema piramidal. Uno de las principales manifestaciones es la pérdida de la motilidad
voluntaria para diferenciar de la parresia la cual corresponde a la pérdida de la fuerza muscular con conservación de la motilidad voluntaria. De acuerdo al
número de extremidades comprometidas, vamos a hablar de monoplejía, diplejía, triplejía y tetraplejía. La diplejía se puede clasificar en dos grupos la
hemiplejía cuando afecta un hemicuerpo y la paraplejía cuando se afectan las dos extremidades inferiores. La hemiplejía proporcionada se origina por una
lesión en la cápsula interna. La hemiplejía desproporcionada se origina por una lesión en la corona radiada.

Cuando se afecta la cara, vemos ciertas características. Con frecuencia, se afecta el núcleo del nervio facial (par craneal VII) o hay lesión supranuclear.
Cuando afecta las extremidades, afecta los músculos más distales que se encargan de realizar los movimientos más finos. Se describe que es polimuscular.
En este caso, afecta los músculos extensores de los brazos y flexores de las piernas, pero respeta los canales vertebrales, el pectoral mayor y el pectoral
menor, y el diafragma en cuya inervación participa el sistema extrapiramidal. Las contracturas piramidales aparecen al cabo varias semanas cuando ya ha
finalizado la fase de shock medular, y son notorias en los músculos distales de las extremidades flexores se los brazo y extensores de la piernas.

Luego, tenemos anomalías de la motilidad refleja del tono muscular, vemos que hay una exageración de los reflejos osteotendinosos y una aparición de los
reflejos de automatismo medular o de defensa. Hay abolición de los reflejos cutáneos. Se presenta cierto número de reflejos invertidos como el reflejo de
Babinsky. Se han descrito también anomalías de la sensibilidad que son poco frecuentes y no son propias de la lesión de la vía, sino que podrán verse en el
síndrome capsular cuando la lesión profundiza hacia los núcleos grises del tálamo o lesiona las vías sensitivas.

Hay diferentes síndromes topográficos de la lesión de la vía piramidal. La lesión de la vía piramidal puede radicar en la corteza cerebral, la cápsula interna,
el tronco cerebral, el bulbo raquídeo o la medula espinal; pero sólo veremos los síndromes piramidales por lesión cortical y por lesión capsular.

Los signos y los síntomas que puede presentar el paciente con síndrome piramidal por lesión cortical derecha, son la monoplejía izquierda, las hemiplejias
desproporcionadas izquierda y parálisis facial central del lado izquierdo. En el síndrome piramidal por lesión capsular del sistema piramidal, va a haber una
parálisis facial central contralateral, hemiplejia proporcionada y hemiplejia directa.

Esta información contiene 915 palabras.


La transcripción fue hecha por Gabriel Alejandro Rodríguez Guerrero.
Referencias
1. Dra. Colmenares, Johanna. Diapositivas sobre fisiopatología del síndrome corticoespinal.

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