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FISIOPATOL

OGÌA

FISIOPATOLOGÍA DEL
SÍNDROME DE LIBERACIÓN
PIRAMIDAL
AGRADECIMIENTO:

Para realizar esta monografía hemos recorrido con la colaboración de


ideas, sugerencias y citándonos de algunos libros que al final se ve
plasmado en el trabajo.

Se le da agradecimientos de este trabajo a los miembros de nuestros


familiares que nos ayudado y apoyado a realizar este trabajo.
INDICE:

INTRODUCCION

1. FISIOPATOLOGÍA DEL SÍNDROME DE LIBERACIÓN PIRAMIDAL

1.1. DEFINICIÓN

1.2. ¿CÓMO SE GENERA EL MOVIMIENTO VOLUNTARIO?

1.3. SÍNDROME PIRAMIDAL Y SUS CAUSAS

1.4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS DEL SÍNDROME PIRAMIDAL

2. FISIOPATOLOGIA.

2.3. ETIOLOGÍA

2.4. TEST DIAGNOSTICA

2.5. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL

3. DIAGNOSTICO

3.1 SÍNTOMAS ASOCIADOS EN NUESTRA VIDA DIARIA 

4. TRATAMIENTO

4.1 PREVENTIVO

4.2 MEDICO

6.CONCLUSIÒN

7.BIBLOGRAFIA
INTRODUCCIÒN
Síndrome piramidal es un proceso principalmente motor, por afectación de la

vía motora principal, conocida como vía piramidal porque nace en

las neuronas piramidales o neuronas de Betz de la corteza cerebral.

El Síndrome piramidal es también conocido como Síndrome de Parálisis de la

Primera Neurona Motora. Este nombre tan complejo a primera vista, describe

mucho mejor lo que es este conjunto de síntomas y signos que configuran uno

de los cuadros neurológicos mayores. No debe ser confundido con el

(Síndrome del Músculo Piriforme), que también es conocido como Síndrome

del Músculo Piramidal, que es un proceso más benigno.

El síndrome del piramidal es una patología incluida dentro de los síndromes

nerviosos compresivos donde los protagonistas son el nervio ciático

comprimido por el músculo piramidal; clínicamente brinda síntomas similares a

una ciatalgia, por lo que puede ser confundido con una patología radicular. El

tratamiento de estos pacientes suele ser suficiente mediante medicamentos y

terapia física; sin embargo, algunos casos terminan en procedimientos

invasivos como la infiltración y el tratamiento quirúrgico con la tenotomía del

músculo piramidal. El objetivo del presente artículo es realizar una revisión de

la literatura respecto a la disposición anatómica, diagnóstico y tratamiento de

esta patología que ha sido subdiagnosticada por los profesionales de la salud y

que requiere de precisión diagnóstica y terapéutica para su apropiada

resolución.

El síndrome del piramidal se produce debido a la compresión o pinzamiento del

nervio ciático por hipertrofia o contractura del musculo piriforme, constituyendo


un conjunto de signos y síntomas que se caracterizan por alteraciones

sensitivas, motoras y tróficas en el área de inervación del nervio ciático. Este

síndrome pasa por alto en entornos clínicos porque su presentación puede ser

similar a la de radiculopatía lumbar o disfunción sacra.

El músculo piramidal su principal inserción de tendón es la superficie interna

del sacro, del segundo al cuarto agujero sacro, sale de la pelvis por el agujero

ciático mayor. Lateralmente su tendón, junto con los de otros rotadores cortos

se inserta en el borde superior del trocánter mayor a menudo este tendón se

une con el tendón de los géminos.

El músculo piriforme es un músculo voluminoso y grueso en la mayoría de los

individuos, aunque a veces es más pequeño con tan sólo dos inserciones

sacras. Si es muy voluminoso a su paso por el agujero ciático mayor tiene la

posibilidad de comprimir los numerosos vasos y nervios que pasan por aquí.

La insuficiencia renal
aguda (IRA) es un
deterioro brusco y
sostenido de la
filtración glomerular que
se manifiesta
inicialmente por
incapacidad de
excretar productos
nitrogenados y tendencia
a la oliguria. A pesar de
los
adelantos terapéuticos
incorporados en las
últimas décadas
mantiene una
elevada mortalidad - en
promedio 50% -
constituyéndose en un
problema
médico vigente y a la
vez un desafío. La
incidencia de IRA en un
hospital de
adultos con servicios de
medicina, cirugía y
ginecología oscila ente 2
y 5% y se
eleva a un rango entre 6
y 23% en unidades de
cuidados intensivos.
La insuficiencia renal
aguda (IRA) es un
deterioro brusco y
sostenido de la
filtración glomerular que
se manifiesta
inicialmente por
incapacidad de
excretar productos
nitrogenados y tendencia
a la oliguria. A pesar de
los
adelantos terapéuticos
incorporados en las
últimas décadas
mantiene una
elevada mortalidad - en
promedio 50% -
constituyéndose en un
problema
médico vigente y a la
vez un desafío. La
incidencia de IRA en un
hospital de
adultos con servicios de
medicina, cirugía y
ginecología oscila entre
2 y 5% y se
eleva a un rango entre 6
y 23% en unidades de
cuidados intensivos.
1. FISIOPATOLOGÍA DEL SÍNDROME DE

LIBERACIÓN PIRAMIDAL

1.1. DEFINICIÓN

El Síndrome Piramidal es un proceso principalmente motor, por afectación de la

vía motora principal, conocida como vía piramidal porque nace en las neuronas

piramidales o neuronas de Betz de la corteza cerebral. Es una de las

principales manifestaciones que encontramos en la hemiplejia, pero también en

otros procesos neurológicos severos. Este síndrome aparece cuando se

intercepta la producción de impulsos (órdenes motoras) en los cuerpos

neuronales de Betz o se interrumpe su transmisión a través de sus axones. No

hay que confundirlo con una hemiplejia, puesto que ésta es un síndrome aún

mayor donde siempre está presente el síndrome piramidal, pero al que hay que

añadir muchas otras manifestaciones clínicas.

1.2. ¿CÓMO SE GENERA EL MOVIMIENTO VOLUNTARIO?

La movilidad es la capacidad de desplazar en el espacio todo nuestro cuerpo o

un segmento corporal. Hablamos de movimiento voluntario cuando este

desplazamiento se produce de manera consciente. Es lo que hacemos cuando

nos levantamos de una silla, cogemos un objeto o tecleamos en


un ordenador pero es el cerebro el que decide qué hacer y el que va a dar las

órdenes necesarias a nuestros músculos para que los movimientos se realicen.

Estas órdenes parten de la corteza cerebral, más concretamente de las

neuronas piramidales o neuronas de Betz, que se encuentran en áreas por

delante de la Cisura de Rolando (por tanto llamadas áreas prerrolándicas). Son

los axones de estas células los que van a conformar la importantísima vía

motora principal o vía piramidal, que atraviesa regiones fundamentales de

nuestro sistema nervioso central (cápsula interna, pedúnculos cerebrales,

protuberancia, bulbo y médula espinal). Inerva a su paso a los núcleos de

origen de los pares craneales. Entre el bulbo y la médula espinal la mayor parte

de las fibras de la vía piramidal cambian de lado (en términos médicos "se de

cusan"). Éste es el motivo por el que una lesión cerebral en el lado derecho

provoca una parálisis del lado izquierdo del cuerpo (hemiplejia izquierda) y

viceversa. La vía piramidal finaliza cuando sus axones contactan con las

neuronas de la asta anterior de la médula, llamadas "segundas neuronas

motoras", cuyos axones formarán a su vez los nervios. Para que la movilidad

voluntaria sea apropiada, además tienen que funcionar correctamente muchas

otras estructuras: el cerebelo, el aparato vestibular del oído, los sentidos, otro

sistema motor llamado sistema extrapiramidal

1.3. SÍNDROME PIRAMIDAL Y SUS CAUSAS

Son muchas las causas que pueden dañar la vía piramidal. Las más frecuentes

son:

1. ACVA (accidente cerebro-vascular agudo o Ictus): por embolias, trombosis o

hemorragias cerebrales.

2. Tumores que alteren la vía piramidal


3. Traumatismos

4. Infecciones que alteren la vía piramidal

5. Enfermedades desmielinizantes y degenerativas del sistema nervioso.

1.4. MANIFESTACIONES CLÍNICAS DEL SÍNDROME PIRAMIDAL

 Déficits de movilidad: parálisis o parecías de aquellos músculos

inervados por motoneuronas de la asta anterior por debajo de la lesión

de la vía piramidal. Parálisis significa pérdida completa de la contracción

muscular. Hablamos de parecía cuando la pérdida de capacidad

muscular por causa neurológica es tan sólo parcial. Se afectan más

fehacientemente las partes distales de los miembros, que usamos para

movimientos más finos, como los músculos de los dedos de las manos.

 Alteraciones de los reflejos:

 Abolición de los reflejos superficiales (cutáneo mucosos) que necesitan

de la integridad de esta vía. Se lesionan aquellos cuyo arco reflejo está

situado por debajo del nivel de la lesión.

 Hiperreflexia de los reflejos profundos (osteotendinosos o ROT)

controlados por el arco reflejo miotático. Se produce por la lesión

conjunta de la vía piramidal y el haz cortico-retículo-espinal, porque

normalmente se comportan como inhibidores de este arco reflejo. Se

produce, como siempre, por debajo del nivel de lesión.

 Aparición de reflejos patológicos: igualmente, aquellos que estén por

debajo del nivel lesional.

 Alteraciones del tono muscular: debidas a la lesión conjunta con el haz

cortico-retículo-espinal. Predominan los impulsos estimulantes, por lo


que se produce hipertonía, que en este caso se llama espasticidad. La

espasticidad se caracteriza por:

 Afectar fundamentalmente a los músculos anti gravitatorios (flexores de

extremidades superiores, extensores de miembros inferiores).

 Signo de la navaja de muelle: cuesta mucho vencer la resistencia

muscular al principio, pero luego marchas con facilidad.

 Atrofia muscular: habitualmente por inmovilidad. Suele ser moderada

porque los músculos todavía mantienen los impulsos tróficos de la

segunda neurona motora.

Es fácil que aparezca en un principio la hiperreflexia y la espasticidad,

especialmente en lesiones profundas y extensas. La espasticidad puede tardar

unas dos semanas en aparecer.

En función del nivel en el que se produzca la lesión de la vía piramidal, ésta

puede dar lugar a hemiplejia del lado contrario a la lesión (en lesiones

cerebrales), hemiplejia homolateral (lesiones por debajo del bulbo raquídeo,

con las fibras ya decusadas), tetraplejia (en lesiones bilaterales altas),

paraplejia (lesión bilateral baja en la médula) o monoplejía homolateral (si la

lesión es baja y unilateral).

La alteración de la vía piramidal (cortico-espinal y cortico-nuclear) en el

encéfalo: provoca hemiplejia, parálisis facial central, desviación conjugada

hacia el lado de la lesión "los ojos miran hacia la lesión del cerebro o evitan

mirar la hemiplejia" y la cabeza sufre una rotación similar. Si la interrupción

piramidal es brusca: estado transitorio de hipotonía y arreflexia tendones. Si se


produce durante días o semanas: hemiplejia espástica (con hipertonía "en

navaja", hiperreflexia tendínea, signo de Babinski, etc.).

 Alteraciones de la postura: flexión y aducción de la extremidad superior,

extensión de la extremidad inferior, pie en equino.

 Los reflejos superficiales (cutáneos abdominales y cremasterianos)

están permanentemente disminuidos o abolidos; clonus (aquiliano).

2. FISIOPATOLOGIA
El síndrome del piramidal se produce debido a la compresión o pinzamiento del

nervio ciático por hipertrofia o contractura del musculo piriforme, constituyendo

un conjunto de signos y síntomas que se caracterizan por alteraciones

sensitivas, motoras y tróficas en el área de inervación del nervio ciático. Este

síndrome pasa por alto en entornos clínicos porque su presentación puede ser

similar a la de radiculopatía lumbar o disfunción sacra.

El músculo piramidal su principal inserción de tendón es la superficie interna

del sacro, del segundo al cuarto agujero sacro, sale de la pelvis por el agujero

ciático mayor. Lateralmente su tendón, junto con los de otros rotadores cortos

se inserta en el borde superior del trocánter mayor a menudo este tendón se

une con el tendón de los géminos.

El músculo piriforme es un músculo voluminoso y grueso en la mayoría de los

individuos, aunque a veces es más pequeño con tan sólo dos inserciones

sacras. Si es muy voluminoso a su paso por el agujero ciático mayor tiene la

posibilidad de comprimir los numerosos vasos y nervios que pasan por aquí.

2.3. ETIOLOGÍA
El síndrome del piriforme ocurre con mayor frecuencia durante la cuarta o

quinta década de la vida y afecta a todas las ocupaciones y a todos los niveles

de actividad. La ratio de incidencia en pacientes con dolor de espalda varía

extensamente entre el 5% y el 36%. Este síndrome es más común en mujeres

que en hombres, posiblemente por los biomecanismos asociados por el ángulo

del músculo femoral del cuádriceps (ángulo Q) más amplio en la pelvis de la

mujer.

La mayor parte del músculo resulta accesible a la palpación externa y casi la

mitad del vientre muscular es accesible a la palpación intrapélvica. Las

variaciones del músculo piriforme incluyen inserciones mediales adicionales en

la primera y quinta vértebra sacras.

Aunque se han descrito hasta 6 tipos de variaciones anatómicas en la relación

del nervio ciático y el músculo piriforme, en el 80 % de los casos se encuentra

un nervio único pasando entre el piriforme y el reborde del agujero ciático

mayor. En un 20 % de los casos, el nervio ciático perfora el músculo piriforme,

provocando hendiduras en el músculo piriforme y ambos crean una

predisposición a padecer este síndrome.

El nervio ciático inerva la piel y la musculatura de parte posterior del muslo y de

la mayor parte de la pierna y el pie. El músculo piriforme es el principal rotador

externo cuando la cadera está en posición neutra o extendida.

También, tiene un papel abductor cuando la cadera esta flexionada 90º.Si la

flexión es completa se cree que actúa como rotador interno. El piriforme tiene

una función a menudo para frenar la rotación interna vigorosa o rápida de la


cadera. También ayuda a estabilizar la articulación de la cadera y ayuda a

mantener la cabeza del fémur en el acetábulo.

2.4. TEST DIAGNOSTICA

Los test clínicos pueden ser usados de ayuda en el diagnóstico en el síndrome

del piriforme. Estos test son útiles para clarificar situaciones clínicas en las que

se duda el diagnóstico.

El test de Lassegue: Los pacientes pueden presentar cierta restricción en la

elevación de la pierna recta que probablemente depende más de la compresión

nerviosa en el agujero ciático mayor.

 El test de Freiberg es el dolor que se experimenta en la rotacion interna

pasiva de la cadera.

 El test de Pace implica la recreación de los síntomas ciáticos. Este test

se hace con el paciente en lateral con el lado afectado hacia arriba, la

cadera flexionada unos 60º y la rodilla flexionada entre 60º y 90º. El

examinador rota internamente y aduce la cadera aplicando una presión

hacia debajo de la rodilla, mientras el paciente resiste al examinador

hacia la rotación externa y la abducción de la cadera. Alternativamente,

el test puede ser realizado con el paciente en supino o sentado, con la

rodilla y la cadera flexionada y la cadera rotada medialmente, El test es

positivo si reproduce los síntomas de la ciática.

 El test de Beatty es otro test de diagnóstico del síndrome del piriforme.

En este test, el paciente está en decúbito lateral sobre el lado sano y con

la cadera flexionada realiza una abducción del muslo afectado,


manteniendo esa posición unos segundos. Si los síntomas son

recreados, el test es positivo.

Estos test no son difíciles de realizar pero si son complicados de interpretar,

positivándose o negativizándose en las exploraciones sucesivas, y hay casos

que el resultado es dudoso.

Sin embargo, la intolerancia a la sedestación prolongada puede tener un valor

diagnóstico importante frente a otros cuadros clínicos que mejoran en esta

posición, como la estrechez del canal raquídeo lumbar o el síndrome facetario.

2.5. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL

El síndrome del piriforme puede imitar otras patologías por eso una historia

neurológica completa y evaluación física del paciente es esencial para un

diagnóstico correcto.

La evaluación física suele incluir:

 Los test diagnósticos previos

 Un exámen osteopático estructural de la pelvis, la espina lumbar y el

sacro, así como ver la diferencia que existe entre las piernas.

 Test de reflejo del tendón y también test de fuerza y de sensibilidad.

La combinación de la historia médica y la evaluación física junto con los test

radiológicos y neurológicos pueden ser usados para el diagnóstico diferencial

de las radiculopatías lumbosacras, la enfermedad degenerativa del disco,

compresión de fracturas y estenosis lumbar.

El síndrome del piriforme se reconoce por el característico dolor proyectado por

sus puntos gatillos, dolor y debilidad en la abducción resistida con la cadera en


flexión de 90º, dolor a la presión sobre el piriforme usando palpación externa y

palpación bandas tensas y doloras a la presión en la exploración intrapélvica.

El atrapamiento nervioso se sospecha por la existencia de parestesias y

disestesias en la distribución de los nervios que pasan por el agujero ciático

mayor. El desplazamiento de la articulación sacro-iliaca se reconoce por los

signos de torsión pélvica.

Los síntomas del piriforme pueden confundirse con los de una hernia discal. La

ausencia o debilidad marcada del reflejo aquíleo y la denervación son signos

típicos de hernia discal. Sin embargo, el enlentecimiento del nervio ciático es

provocado por el atrapamiento a nivel del piriforme. La palpación del piriforme

resulta esencial para confirmar o descartar el atrapamiento.

El diagnóstico diferencial se debe realizar con las siguientes patologías:

 Bursitis isquioglútea: la zona dolorosa se refiere a la nalga y se

incrementa con la extensión de la extremidad inferior contra resistencia.

Hay dolor a la presión en la tuberosidad isquiática, donde pueden

aparecer calcificaciones. Suele presentarse en individuos que

permanecen largo rato en sedestación.

 Bursitis trocantérica: el dolor se refiere a la zona lateral de la cadera

irradiando a la extremidad inferior simulando una ciática. El paciente

presenta hipersensibilidad a la presión en el trocánter. La abducción y

aducción pasivas, así como la flexión contra resistencia son dolorosas.

 Síndrome de isquiotibiales: los pacientes refieren dolor en la cara

posterior de la pierna hasta el hueco poplíteo, tanto en sedestación


como al subir escaleras. La flexión de rodillas contra resistencia hace

aumentar el dolor. Los isquiotibiales están contractura dos.

 Dolores procedentes de la articulación sacroilíaca: los pacientes refieren

dolor selectivo localizado en zona media glútea (refieren sensación de

pinchazo). Lasegue negativo. Maniobras de apertura y cierre de la pelvis

positivo, con dolor en dicha zona.

 Radiculopatías: los pacientes refieren dolor lumbar que irradia por el

territorio de la raíz afectada, con disminución de la sensibilidad y de los

reflejos según la raíz afectada. Las radiculopatías están normalmente

acompañadas por debilidad del músculo y atrofia proximal y distal. Sin

embargo, los pacientes con síndrome del piriforme tipicamente muestran

debilidad y atrofia solo en la musculatura distal.

El músculo obturador interno, pueden actuar como un rotador externo de

cadera, ha sido considerado como una fuente de ciática neurítica observada en

pacientes con posible síndrome del piriforme. La proximidad con el músculo

piriforme, similar trayectoria y similar función, hace que la mayor parte de los

tratamientos para el síndrome del piriforme puedan afectar al musculo

obturador interno también.

3. DIAGNOSTICO
En este síndrome es importante llevar a cabo un diagnóstico diferencial, puesto

que no debemos confundir esta enfermedad con una lesión de ciática. El dolor

que manifiesta un atrapamiento del nervio ciático desde su origen en la

columna lumbar, puede irradiarse hasta los dedos de los pies, mientras que en

el caso del síndrome del piramidal el dolor recorre la parte posterior del muslo
sin sobrepasar la rodilla. Por eso diremos que es una pseudociática o una falsa

ciática.

El principal síntoma de este síndrome es una fuerte molestia o dolor en la zona

glútea, como una sensación de “mordisco”, en la que a veces puede incluso

existir un compromiso a nivel nervioso y acompañarse de sensación de

hormigueo, acorchamiento o entumecimiento. Este dolor puede aparecer como

un latigazo, como sensación de quemazón, incluso como un dolor sordo. Por la

compresión nerviosa, el dolor puede llegar a diferentes distancias del recorrido

nervioso:

 Cuando nos encontramos frente a un músculo piramidal acortado o es

pasmado, podemos tener puntos gatillo activos, los cuales nos van a dar

un dolor referido desde la zona glútea hasta la cara posterior del muslo,

sin sobrepasar la rodilla.

 En ocasiones los puntos gatillo de este músculo, pueden activar como

consecuencia los de la musculatura de su alrededor, es decir, glúteo

medio y menor. Esta musculatura se manifiesta con un dolor referido

que puede bajar hasta el tobillo, recorriendo toda la cara posterior de la

pierna.

 En caso de existir un atrapamiento del nervio ciático, el dolor se

manifiesta a lo largo de todo el trayecto del nervio

3.1 Síntomas asociados en nuestra vida diaria como pueden ser:

 La necesidad de cambios posturales al estar un tiempo sentados para

intentar aliviar el dolor.


 El aumento de dolor por estar un tiempo prolongado: sentados, de pie,

durante la marcha, al incorporarnos desde la posición de estar sentados

y también al cargar peso.

 Encontramos mayor dificultad para cruzar las piernas.

 Cuando estamos tumbados boca arriba, la pierna del músculo piramidal

afectado, se encuentra en rotación externa, por lo que con frecuencia

encontramos esta pierna más corta respecto a la otra.

4. TRATAMIENTO

En cuanto a terapia física, el objetivo principal es eliminar los factores que

favorecen que se produzca este síndrome en el día a día del paciente.

En la terapia manual, el objetivo principal es relajar el músculo. Para ello se

llevan a cabo las siguientes técnicas:

 Masaje de descarga sobre las bandas tensas musculares.

 Trataremos el músculo con técnicas de presión sobre los puntos gatillo

miofasciales, incluso en ocasiones con técnicas más invasivas como

punción seca o EPI (Electrolisis Percutánea Intratiruslar).

 Tratamiento de la musculatura de alrededor, sobre todo la que por una

posible coactivación muscular pueda verse también es pasmada

(glúteos, musculatura pelvi trocantérea e isquiotibiales).

 Explorar las articulaciones en las que el músculo tiene relación, ya que

pueden verse afectadas por un hipo movilidad o una biomecánica

incorrecta provocando que el músculo tenga mayor tensión.

 Estiramientos de forma pasiva, asistida y/o activa del músculo piramidal

y de la musculatura que pueda verse implicada. Enseñar dichos


ejercicios para que los pacientes los lleven a cabo de forma precisa,

específica y pautada.

4.1 PREVENTIVO:

 Un tratamiento preventivo a largo plazo será clave en el tratamiento de

este síndrome. Principalmente haremos mayor énfasis en un

calentamiento correcto y cuidadoso para preparar a todas las estructuras

(músculos, tendones, articulaciones…) de cara a la actividad física que

vayamos a llevar a cabo.

 Después de la actividad física, necesitamos darle a nuestro cuerpo un

tiempo de relajación y recuperación, puesto que muchas veces las

lesiones son derivadas de un sobre entrenamiento.

Otro de los ítems a tener en cuenta para que esto no se repita es el

correcto fortalecimiento y acondicionamiento de la musculatura: cadera,

glúteos, zona lumbar…

 Tan importante es llevar a cabo un calentamiento previo a la actividad

como una sesión de estiramiento postentrenamiento. Ésta es importante

para mantener la flexibilidad tanto de músculos como de tendones, es

decir, que puedan dar movilidad y sujeción sin sufrir distensiones ni

sobre estiramientos. Por eso para mantener los músculos y tendones

flexibles es importante llevar a cabo una rutina de estiramientos.

4.2 MÉDICO:

 Infiltraciones: cuando la sintomatología persiste, puede iniciarse este

tratamiento.
 Cirugía: se puede considerar, pero generalmente sólo como último

recurso. Principalmente existen dos procedimientos:

 Procedimiento de tenotomía del tendón cerca de la inserción del

trocánter mayor (Mizuguchi).

 Procedimiento de cortar el músculo en su vientre muscular.

CONCLUSIÒN:
El síndrome del piramidal es una patología incluida dentro de los síndromes

nerviosos compresivos donde los protagonistas son el nervio ciático

comprimido por el músculo piramidal; clínicamente brinda síntomas similares a

una ciatalgia, por lo que puede ser confundido con una patología radicular.

El dolor lumbar es una consulta clínica frecuente en Atención primaria solemos

pensar que es debido a esfuerzos físicos, y además en muchas personas

aquejadas de ciática no se encuentra ningún problema discal, sino que en

muchos casos son provocados por el síndrome del piriforme o problemas

asociados por la compresión del nervio ciático

Se puede decir que el síndrome del piriforme es de diagnóstico tardío por su

baja frecuencia, dificultad en diagnóstico y ausencia de prueba patognomónica

El tratamiento de estos pacientes suele ser suficiente mediante medicamentos

y terapia física; sin embargo, algunos casos terminan en procedimientos

invasivos como la infiltración y el tratamiento quirúrgico con la tenotomía del

músculo piramidal.

REFERENCIA BIBLOGRAFICA:
 Andreou AP, Edvinsson L. Mechanisms of migraine as a chronic evolutive
condition. J Headache Pain. 2019; 20(1): 117.
 Asociación Española de la Migraña y Cefalea. Migraña: qué es, causas,
síntomas, tratamiento - dolordecabeza.net [Internet]. [acceso 14 de mayo de
2020]. Disponible en: https://www.dolordecabeza.net/dolor-de-
cabeza/migrana/.
 Benemei S, Dussor G. TRP Channels and Migraine: Recent Developments and
New Therapeutic Opportunities. Pharmaceuticals (Basel). 2019; 12(2): 54.
 de Boer I, van den Maagdenberg AMJM, Terwindt GM. Advance in genetics of
migraine. Curr Opin Neurol. 2019; 32(3): 413–421.
 Martínez BI, Ruiz MD, Martínez VJ, Clavel SM. Diagnóstico y tratamiento del
síndrome piriforme. Rev S And Traum y Ort. 24-25: 18-23.

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