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LIDERAZGO Y CALIDAD EN LA GESTIÓN DE

INSITUCIONES NO FORMALES DE EDUCACIÓN

Actividad 2: SEAMOS GANSOS

4º Pedagogía

Pérez Martínez, Marta


¿La función del líder y el trabajo en equipo?

No se debe fomentar el liderazgo jerárquico, sino que debe de haber una unión entre
todos. Liderazgo compartido, intermedio, transformacional, inclusivo, y generar
mejores aprendizajes y un mayor compromiso, pero para eso hay que asumir un
liderazgo CON mis compañeros, con responsabilidad y cooperación. El cambio de una
persona particular no nos vale para nada, debemos de centrarnos en cambiar, y además,
colectivamente como grupo queramos y nos comprometamos a hacerlo; la idea de
colaboración, autonomía, compromiso, trabajo en equipo, decisiones y análisis
conjuntas son elementos centrales. Por otro lado, sabemos que el liderazgo es un pilar
que no puede faltar. Defiendo un liderazgo cooperativo (no autoritario) para que los
buenos pedagogos si trabajan unidos van a crear una base sostenible y firme, para el
cual su importancia surge del éxito educativo que conlleva en las personas, sus mejoras
de aprendizaje, y además potencia la capacidad de cualquier comunidad para responder
a sus demandas.

¿Qué realidad nos encontramos en la actualidad?

En nuestra realidad social no existe ningún tipo de colaboración ni participación entre


nosotros, y eso se debe a la cultura del individualismo, ya que cada persona se centra en
alcanzar sus objetivos a su manera. Esta problemática es una de las principales tareas
que el pedagogo debe conseguir cambiar para lograr la retroalimentación y colaboración
entre los docentes, que supondría una mejora colectiva de la sociedad. La autonomía y
la flexibilidad deben dedicarse a la mejora, no a una autonomía individualista donde
“cada uno haga lo que quiera”; la autonomía sirve para que cada institución educativa se
individualice y puedan realizar cambios diferenciales determinados para su mejora
exclusiva partiendo de su situación y condiciones. Pero esto solo sirve si se lleva a cabo
una evaluación real al final del proyecto, en la que se valoren aspectos de mejora y si se
han cumplido o no los objetivos propuestos. Además, no solo hay que valorar el hecho
del cumplimiento, sino de si han sido adecuados para las personas destinatarias. A
grandes rasgos, debemos dejar de depender del voluntarismo o compromiso individual d
y ejercer un liderazgo pedagógico que provea la unidad de acción y coherencia respecto
al aprendizaje; recuperar la falta de autonomía y autoridad para la toma de decisiones
también es una tarea pendiente.

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