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La influencia del líder- maestro sobre el logro estudiantil

Mariana Monsalve Urrego ID: 790900

Mónica Andrea Serna Sepúlveda ID: 790901

Nancy Cecilia Vargas Gaviria ID:790903

NRC: 71-1661

Octubre, 2022

Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO

Maestría en Educación

Liderazgo en el aula
Introducción

A través de la historia, dentro de los distintos grupos humanos, los líderes han sido los

pioneros de los cambios y las transformaciones que se han dado, de igual forma, en las

instituciones educativas, el papel de los líderes es un baluarte que fortalece los procesos de

enseñanza y aprendizaje y más allá de ellos, influye en la cultura y el contexto en el cual se

desenvuelve.

A continuación, se realiza un ensayo en el cual responde a la pregunta: ¿Por qué los

líderes pedagógicos son gestores de procesos de aprendizaje, de cambio y de transformación en

la educación? Para dar respuesta a ella, se retomaron autores como Prieto (2000), Spillane et al

(2001), Salomón (2001), Elliott (2004), Wender (2006), Ortiz (2017), Mulford (2010), Bernal

(2015), Alvarado et al (2009) y Ávalos (2011), quienes definen conceptos, describen

características y dan ideas de la trascendencia de los líderes pedagógicos dentro de los ambientes

en los que su accionar tiene influencia, todo esto a partir de sus conocimientos, sus

investigaciones y de la experiencia que han adquirido en este campo.


¿Por qué los líderes pedagógicos son gestores de procesos de aprendizaje, de cambio

y de transformación en la educación?

Los líderes pedagógicos dentro de las instituciones son los encargados de jalonar y

aportar de manera significativa a las comunidades de práctica, las cuales aportan a la

construcción de conocimientos y al mejoramiento de la praxis educativa, en este sentido, los

líderes son gestores de aprendizajes que conducen a cambios paulatinos y constantes, producto

del trabajo constante, consciente y mancomunado que conlleva a procesos de transformación en

la educación, repercutiendo en las comunidades y trascendiendo en la realidad del contexto.

Dentro de las instituciones educativas, el docente debe ser más que un orientador de

conceptos o transmisor de contenidos, este debe tener capacidad de gestión, reflejada en las

acciones que ejecuta, su desempeño debe ir ligado a su desarrollo personal y a la capacidad de

mejorar los ambientes de aprendizaje, por tanto, su liderazgo ayuda a que se alcancen propósitos

con miras a la calidad educativa, la cual, no se mide solo con conocimientos teóricos, el docente

debe promover en sus estudiantes y pares el desarrollo personal y social, de manera que se

influencie de manera positiva la cultura institucional, provocando cambios que conlleven a la

adquisición de actitudes y valores que despierten la motivación para liderar procesos que vayan

en pro del mejoramiento a nivel individual y social.

En el liderazgo pedagógico intervienen varios actores, tales como directivos, docentes,

padres de familia y estudiantes, quienes deben trabajar conjuntamente para el alcance de distintas

metas, debe a este respecto, Mulford (2010) asegura que un docente líder se tiene que involucrar

en las diferentes tareas institucionales con el propósito de mejorar los desempeños de todas las

personas que integran el proceso educativo, esto conlleva a que se pueda transformar y generar
cambio en la comunidad y repercute en el estado emocional, el cual es vital al momento de

actuar en función de alcanzar una meta.

Por lo dicho anteriormente, un líder pedagógico debe estar en capacidad de generar

cambios y ejecutar procesos de transformación en los ambientes escolares, pues estos son

espacios de interacción que permiten compartir conocimientos, actitudes, valores y diferentes

puntos de vista de quienes actúan en ellos, convirtiéndose de una u otra manera en aportes para la

construcción de aprendizajes significativos y actitudes que forjen nuevos líderes que con el paso

del tiempo estén en la capacidad de aportar para el alcance de metas a nivel institucional.

El liderazgo se define según Elliott (2004) como la responsabilidad que poseen algunos

roles (no todos) de influir en una o más personas (los seguidores) para que acepten

voluntariamente los objetivos y finalidades propuestos por el líder, de modo que todos avancen

en la dirección fijada, es decir que, todas las personas no tienen capacidad de liderar, por tanto, el

líder debe ser una persona idónea, con conocimientos del trabajo, capaz de definir objetivos y de

identificar el mejor camino para su consecución.

El docente debe estimular a sus iguales o seguidores para que sean capaces de afrontar

compromisos, hacerles conscientes de la misión o visión del equipo de trabajo, facilitando el

desarrollo de su potencial, lo que es benéfico a nivel individual y colectivo, las anteriores

características, son propias de un líder transformacional, quien además, está en capacidad de

crear desde lo que conoce de los alumnos, de los conocimientos previos y de la aplicación de

estrategias necesarias y pertinentes para que construyan o reconstruyan aprendizajes, orienta una

relación de igualdad, donde los participantes aportan y están en capacidad de aprender de otros,

para Ortiz (2017) el líder es aquel que pone énfasis en los procesos y procura formar a las

personas para cambiar la realidad que los rodea.


En el campo educativo, los docentes son considerados líderes por excelencia, ya que son

capaces de crear situaciones propicias para que pueda darse en sus estudiantes una educación

indeleble, crítica, que estimule la cooperación, la solidaridad y la creatividad, aportando desde

las capacidades individuales, a la vez que los motiva en la búsqueda de su propio aprendizaje,

para lograr esto, el maestro debe ser capaz de despertar en sus aprendices la motivación

intrínseca que los lleve a buscar diferentes fuentes de conocimientos como elemento activador y

director de la conducta hacia la consecución de metas (Prieto, 2000)

Un líder en educación no nace de la noche a la mañana, por el contrario, es un ser que se

construye por medio de la práctica, del interactuar con los demás y sobre todo a través del

aprendizaje que adquiere tras los procesos de investigación, de trabajo colaborativo, de la

evaluación, de la reflexión sobre las prácticas propias y las de sus pares, de allí, que pueda

afirmarse que se forja con la participación en las comunidades de práctica.

Una comunidad de práctica es aquella que se constituye, según afirma Wender (2006) por

un grupo de personas que comparten una preocupación o pasión por algo que realizan y que, a

medida que interactúan de forma regular aprenden sobre un dominio, ayudando a mejorarlo,

estas relaciones de pares es la base de las discusiones, el intercambio de información, la toma de

decisiones y de las posibles acciones de intervención y cambio, sin embargo, no basta

únicamente con que el docente pertenezca a una comunidad de práctica, se requiere que

contribuya con tareas específicas, esta función es llamada por Spillane et a.l (2001) como

liderazgo distribuido.

La interacción por medio del intercambio distribuido conduce a la aprehensión de nuevos

conocimientos (Salomón, 2001) debido a que cada uno de los participantes asume dentro de este

esquema funciones de liderazgo, es de aclarar que este liderazgo más allá del trabajo
mancomunado con tareas específicas, por tanto, tiene éxito cuando todos los participantes toman

conciencia del rol que cumplen y tienen claras las metas que pretenden alcanzar, en otras

palabras, un líder se gesta en cada una de las labores que hace y que comparte con los demás

miembros de equipo, facilitando el coaprendizaje.

Así pues, las labores de las comunidades de práctica deben ser sustentadas con planes y

acciones de trabajo que vayan enfocadas en procesos de cambio y de transformación que

permeen las prácticas pedagógicas y que repercutan en el mejoramiento constante y consciente

de las realidades en los contextos que se intervienen, por medio de la toma de decisiones

conscientes y analizadas desde el enfoque del grupo de trabajo.

Si bien, ya se han mencionado las fortalezas de las comunidades de práctica, debe hacerse

énfasis en que estas deben de trascender de modo que el liderazgo distribuido que asumen los

docentes transite desde ella hacia el punto de asumir roles dentro y fuera de la escuela, es decir,

pasar de un liderazgo endógeno a uno exógeno, se trata entonces de que los docentes en su

función de líderes sean proactivos, conocedores del contexto en el que se desenvuelven, se les

facilite el trabajo colaborativo, aprenda a tomar decisiones y a ayudar en el proceso de

aprendizaje no solo de los estudiantes, sino de sus pares y de sí mismo, todo esto de manera

permanente y a la luz de atender las necesidades, las realidades y las posibles opciones de

cambio y mejora, basadas en ella.

A manera de conclusión, los líderes pedagógicos son gestores de procesos de aprendizaje,

cambio y transformación, en tanto, su labor influye en las acciones de todas las personas que

conforman la comunidad educativa y el contexto, además, un verdadero líder es aquel que ayuda

a la formación de nuevos líderes y trabaja diariamente de la mano de ellos para mejorar la

calidad de la educación.
Conclusiones

No basta con ser docente o directivo docente para considerarse como un líder pedagógico,

un líder pedagógico es aquel que ayuda a la formación de nuevos lideres a través de la

participación en las comunidades de práctica, este tiene clara la realidad en la cual se

desenvuelve, las capacidades y características de las personas con quien labora y desde allí

influencia el aprendizaje, el cual debe darse de forma integral, donde se conjuguen aprendizajes

teórico-prácticos, pero también la construcción de valores y conductas que repercutan en el

ámbito individual y social.

Un líder motiva a los demás para que participen de manera voluntaria en los procesos de

transformación que se pretenden llevar a cabo dentro de las instituciones o comunidades

educativas es, por tanto, alguien que motiva al cambio, a la evaluación de las realidades y ayuda

a fijar estrategias y metas en pro del mejoramiento de la calidad educativa y del contexto del cual

hacen parte, de allí que pueda asegurarse que los líderes pedagógicos son sujetos que gestionan y

estimulan el desarrollo.

Las comunidades de práctica tienen como objetivo el forjar nuevos líderes, capaces de

ayudar en la transformación de las realidades educativas, estos se forman tanto a nivel individual

como colectivo, siendo el trabajo en equipo la base del aprendizaje y de la toma de decisiones

apropiadas para el mejoramiento constante y consciente.


Referencias

Alvarado, Yajaira & Betancourt, Daryeling & Prieto Sánchez, Ana Teresa (2009).

Liderazgo y motivación en el ambiente educativo universitario. Revista Electrónica

"Actualidades Investigativas en Educación", 9 (3),1-18.

Ávalos, Beatriz (2011). El liderazgo docente en comunidades de práctica. EDUCAR, 47

(2),237-252.

Bernal Martínez de Soria, A., & Ibarrola García, S. (2015). Liderazgo del profesor:

objetivo básico de la gestión educativa. Revista Iberoamericana de educación.

Elliott Jaques (2004). Organización requerida, La. Ediciones Granica SA.

Mulford, B. (2010). Desarrollos recientes en el campo del liderazgo educativo: El desafío

de la complejidad. Segundo manual internacional de cambio educativo, 187-208.

Cruz Ortiz, V. (2017). Liderazgo Transformacional: Estudios empíricos desde una

perpsectiva de grupos y de multinivel (Doctoral dissertation, Universitat Jaume I).

Prieto Sánchez M (2000). El profesorado universitario: su formación como modelo de

actuación ética para la vida en convivencia/The university faculty: their formation how model of

ethical performance for the life in coexistence.

Salomón, G. (2001). No hay distribución sin la cognición de los individuos: un enfoque

interactivo dinámico. G. Salomón (Comp.), Cogniciones distribuidas. Consideraciones

psicológicas y educativas, 153-184. Spillane, J. P., & Ortiz, M. (2001). Perspectiva distribuida

del liderazgo y la gestión escolar: elementos e implicancias cruciales (Distributed perspective of

leadership and school management: crucial elements and implications). Revista Eletrônica de

Educação, 13(1), 169-181.

Wenger, E. (2011). Comunidades de práctica: una breve introducción.

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