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2ºA Pedagogía

Marta Pérez Martínez

DIRECCIÓN, ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN DE CENTROS


Práctica 5

1.¿Cómo conjugar nuestro modo heredado de dirección escolar (elección por


Consejo Escolar) y un liderazgo pedagógico, de acuerdo con tendencias
internacionales y con las demandas actuales, que requiere una profesionalidad?

La dirección debe ser capaz de garantizar unas competencias básicas para todos los
alumnos, y para ello, es necesario que exista una autonomía a través del centro que
planteen unos mínimos de exigencia propios y adecuados a su alumnado. Esto implica
un currículum abierto y flexible, tanto en la teoría como en la práctica. Es por eso que se
va en contra de la uniformidad, ya que esta supone igualdad, pero no equidad, por lo
que el alumnado más desventajado se vería perjudicado. Un autonomía de gestión y
curricular supondría una alteración del modo de gobernanza con el que hemos trabajado
hasta ahora, que todo apunta a que es lo que el sistema educativo necesita para dejar de
fluctuar y emprender una nueva línea de actuación que se asemeje y concuerde con la
realidad social actual.

2.¿Cómo entender una “profesionalidad/profesionalización? y problemas que


conlleva en nuestro contexto?

La profesionalidad hace referencia a la característica de la persona que desempeña un


trabajo con pericia, aplicación, seriedad, honradez y eficacia, o del trabajo así
desempeñado; mientras que la profesionalización se entiende como el procedimiento a
través del cual un individuo que hasta ese momento se desempeñaba en una actividad de
manera aficionada.

La profesionalidad siempre se ha caracterizado por unos rasgos en los que predominaba


el conocimiento objetivo, el saber de las disciplinas a imagen y semejanza y otras
profesiones. A parte de esas características de un conocimiento formal establecido de
antemano se aboga, si se desea ser un profesional, por una autonomía profesional; es
decir, el poder tomar decisiones sobre los problemas profesionales de la práctica. A día
de hoy, para la educación del futuro esas características se consideran insuficientes
aunque es indiscutible que sean necesarias. Esta reflexión me ayuda a acercarme al
proceso de en el que el conocimiento profesional, más allá de la taxonomía de rasgos
unificadores de toda la profesión docente será fundamental. En él descartará como
característica fundamental la capacidad reflexiva en grupo, pero no únicamente como
rasgo de operativización técnica sino como proceso colectivo para regular las acciones y
decisiones sobre la enseñanza, ya que el mundo que nos envuelve se ha hecho cada vez
más complejo y las dudas, la falta de certeza y divergencia son aspectos consustanciales
con los que debe convivir el profesional de la docencia.
3.¿Atraer a los mejores docentes para el ejercicio profesional de la dirección?:
cómo hacerlo (incentivos, carrera profesional, etc.)

La dirección debe poder cumplir el papel de líder pedagógico, con la función de crear
un clima adecuado para que se genere un buen trabajo entre docentes, que a su vez,
implica mejorar el contexto de aprendizaje. La dirección se encarga, por otro lado, de
diagnosticar constantemente las necesidades del centro y sus agentes, para así plantear
proyectos de mejora. En el caso de nuestro contexto español, la OCDE muestra que no
existe ningún tipo de colaboración ni retroalimentación entre profesorado, esto se debe a
la cultura del individualismo, ya que cada profesor se centra en dar sus clases sin
preocuparse en la colaboración con los otros docentes que también le dan clase al
mismo alumnado. La dirección dejar de depender del compromiso individual de cada
docente y ejercer un liderazgo pedagógico que provea unidad de acción y cogerencia
respecto al aprendizaje. Se deberá concienciar al profesorado que es necesario recuperar
la falta de autonomía y autoridad para la toma de decisiones; se requiere una
profesionalización de la dirección, entendiéndola como una función distinta de la
docencia, que debe tener por ello una formación específica así como un modo de
reclutamiento propio.

4.¿El asunto está quien elige; o qué lugar, responsabilidad y compromisos deban
tener los equipos directivos en la gobernanza de los centros?

La dirección escolar es un factor clave para la mejora escolar, es la encargada de


promover y gestionar una buena educación apoyando y potenciando de manera
colectiva los actos individuales; debido a la potencialidad en la mejora educativa de la
dirección escolar, esta supone un ámbito estratégico para la misma. La LOE introduce
entre las competencias del director “ejercer la dirección pedagógica, promover la
innovación educativa e impulsar planes para la consecución de los objetivos del
proyecto educativo de su escuela”. Para ello, conllevaría también la supervisión de los
docentes y sus resultados desde un aliento de progreso y mejora de su formación.

Se necesita la aprobación del entorno para ejercer dicha influencia sobre otras personas,
por ello, la figura del director debe ser alguien con competencia y capacidad, y que sea
reconocido por ello por los demás docentes. Se podrían percibir ciertas ventajas como el
hecho de ser reconocido por los docentes con los que se trabaja, lo que implica que
están dispuestos a confiar en los objetivos y metas que la dirección plantee y colaborar
con ella. Pero también existen dificultades en el contexto español, ya que el concepto de
dirección no ha sido replanteado en consenso y aún hay muchos docentes que son
reacios al cambio y cooperación.

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