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Concepto
Los derechos reales administrativos existen para satisfacer necesidades o intereses
colectivos y debido a ello, su titular siempre es el estado en sentido amplio
El enfoque descrito contrasta con la posición clásica que postulaba la existencia de un único
derecho real administrativo: el perteneciente al concesionario de un bien del dominio
público. Según este enfoque existirá una sola manera de constituir un derecho real
administrativo: la celebración de un contrato de concesion de uso de un bien del dominio
publico
Botassi no comparte este criterio debido a que el derecho del concesionario de uso de un
bien de dominio público es de tipo personal. Su ejercicio se encuentra sujeto a las
condiciones pactadas en el contrato que le dio nacimiento, es siempre temporal, impide
alterar lo recibido, no resulta exclusivo, es revocable y no puede transmitirse a terceros.
Todas estas calidades resultan incompatibles con el derecho real.
Fuentes
Por vía de principio no existen mas derechos reales administrativos que los regulados por la
ley formal (dominio público y privado del estado, servidumbres administrativas, derechos de
garantia bajo regímenes de derecho publico
Clasificación
En razón de sus titulares se clasifican en nacionales, provinciales, municipales y de entes
descentralizados. En razón de su formación, en naturales y artificiales (el río, el dique
sobre el río). Los bienes naturales se integran sin razón de obra alguna y los artificiales
exigen la intervención humana mediante obras.
En razón de la jurisdicción –y en virtud de nuestra organización constitucional- en
nacionales, provinciales y municipales. En razón de la materialidad del bien, en inmuebles,
muebles, objetos inmateriales y derechos.
También se emplean, con fines expositivos, otras clasificaciones: a) dominio público
terrestre; b) dominio público aéreo y c) dominio público hídrico que admite tres subclases:
c’) dominio público marítimo, c’’) dominio público fluvial y c’’’) dominio público lacustre.
● Subjetivo: frente a este punto hay dos posturas: una que plantea que los bienes de
dominio público pertenecen al pueblo quien es representado por el estado y otra que
entiende que el dueño es el estado (postura predominante).
Los bienes que integran el dominio público no son res nullius, sino que pertenecen al
Estado, es decir, según nuestro diseño constitucional, a la Nación, a las provincias, a
los municipios, y a las entidades autárquicas tanto territoriales como institucionales.
Los titulares de tales bienes deben ser personas jurídicas públicas estatales, que
formen parte de la Administración Pública, centralizada o descentralizada. La Corte
Suprema de Justicia de la Nación –desde antiguo “Fallos” 146:304 (1926)- ha
sostenido que el titular de los bienes del dominio público es el Estado al expresar
que para la afectación eficaz de una cosa al dominio público se requiere que ésta se
halle actualmente en el patrimonio del poder público.
Aclaraciones:
1) Solo pueden ser titulares las entidades públicas, por lo que las personas jurídicas
no estatales quedan excluidas (ej, colegio de profesionales)
2) La iglesia católica apostolica romana es una persona jurídica pública y al no ser
una entidad estatal no puede disponer de bienes de dominio público. Pero si tiene
una protección jurídica especial y es que sus bienes son inembargables. El CCCN
establece que están excluidos de la garantía común de los acreedores “los bienes
afectados a cualquier religión reconocida por el Estado”, disposición que
comprende a la Iglesia Católica.
3) Los bienes de los concesionarios afectados a la prestación de servicios públicos
tampoco integran el dominio público cualquiera sea la época o la forma de su
adquisición. Es importante tener en cuenta que aun asi, la agresión de los
acreedores no puede afectar la prestación regular del servicio publico
Cassagne
La doctrina ha superado los distintos obstáculos sobre quienes pueden ser titulares de
dominio público. Ante la perspectiva de que se los llegase a considerar res nullius y por lo
siguiente susceptibles de ser apropiados por quien quiera que los encuentre, esta teoría fue
descartada
También existe coincidencia en rechazar la idea de que las cosas del dominio público
puedan pertenecer a personas privadas
● Normativo: no hay bienes públicos por naturaleza. solamente la ley puede servir de
fundamento para que un bien integre el dominio público. El régimen jurídico especial
de los bienes que integran el dominio público deriva de la ley. En nuestro sistema es
el art. 235 del Código Civil y Comercial que establece cuáles son los bienes
pertenecientes al dominio público y el art. 236 cuáles pertenecen al dominio privado
del Estado. El artículo 237 establece cuáles son los caracteres de aquéllos.
En nuestro país, la facultad de establecer o determinar cuáles cosas son públicas y
cuáles privadas es exclusivamente nacional, porque es a la Nación a quien le
corresponde la facultad constitucional de dictar los códigos substantivos, el Código Civil y
Comercial en el caso. Pero de aquí no se sigue que las provincias no tengan ninguna
competencia en la materia pues en nuestro ordenamiento jurídico, todo lo atinente a la
regulación del uso de los bienes del dominio público es materia de legislación local, es
decir, cada provincia tiene facultad constitucional para legislar al respecto dentro de su
jurisdicción.
● Teleológico: a qué fin están destinados los bienes del dominio público. Los
bienes que lo constituyen están afectados al uso directo o indirecto de la comunidad.
Bielsa afirmaba que “lo que caracteriza el dominio público no es la sola utilidad
pública, sino el uso público directo de las cosas que lo constituyen". Su opinión no
ha prevalecido y la generalidad de los autores considera que la cuestión ha quedado
resuelta en el ordenamiento jurídico argentino en el sentido de que el uso público
puede ser no sólo el directo o inmediato, sino también el indirecto o mediato. La
circunstancia –que se acaba de señalar- de que el Código Civil y Comercial incluya
en el dominio público a cualquier obra pública construida para utilidad o comodidad
común, revela claramente que dicha norma no sólo comprende el uso directo, sino
también el indirecto.
Caracteres: los bienes que integran el dominio público son inembargables, inenajenables e
imprescriptibles (237 CCCN)
- Inenajenables: el bien está fuera del comercio jurídico pero no de un modo absoluto
pues se admiten que sobre ellos se constituyan concesiones o se otorguen permisos
especiales de uso. Es un medio jurídico a través del cual se tiende a hacer efectiva
la protección de estos bienes, a los efectos de que cumplan el fin para el cual han
sido afectados. En virtud de esta característica, por ejemplo, los bienes integrantes
del dominio público no pueden ser objeto de compraventa, ni de otros actos jurídicos
que impliquen transferencia de dominio. Como concluye Marienhoff, el acto
administrativo que dispusiera la venta directa de una cosa dominical -es decir, sin su
previa desafectación-, sería un acto ilegítimo.
Esta característica, como dijimos, no sustrae absolutamente del comercio jurídico a
los bienes del dominio público. Sólo es incompatible el comercio jurídico de derecho
privado por lo que pueden ser objeto de derechos especiales de uso, otorgados o
adquiridos mediante los medios o formas reconocidos por el derecho administrativo;
pueden igualmente ser expropiadas, ya que la expropiación constituye un negocio
jurídico de derecho público.
b) las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas
marítimas; se entiende por playas marítimas la porción de tierra que las mareas bañan y
desocupan durante las más altas y más bajas mareas normales, y su continuación hasta la
distancia que corresponda de conformidad con la legislación especial de orden nacional o
local aplicable en cada caso;
c) los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y
lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o
adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas
subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de
extraer las aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a las
disposiciones locales. Se entiende por río el agua, las playas y el lecho por donde corre,
delimitado por la línea de ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por
lago o laguna se entiende el agua, sus playas y su lecho, respectivamente, delimitado de la
misma manera que los ríos;
d) las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva, la
plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas
navegables, excepto las que pertenecen a particulares;
f) las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para
utilidad o comodidad común;
La enunciación del art. 235 contiene expresiones de cada uno de ellos. El dominio público
terrestre cuando se refiere a las calles, plazas, caminos, puentes (inciso “f”). El dominio
público marítimo cuando menciona al mar territorial (inciso “a”). El dominio público fluvial
cuando incluye a los ríos (inciso “c”) y el dominio público lacustre cuando lo hace con los
lagos y lagunas (inciso “c”). El dominio público aéreo cuando incorpora al dominio público el
espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales (inciso “e”).
El denominado dominio público artificial tiene una clara consagración cuando incluye a “las
calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para
utilidad o comodidad común” (inciso “f”). Esta disposición es la que permite incluir como
pertenecientes al dominio público, por ejemplo, la Casa de Gobierno, el Congreso Nacional
y las legislaturas provinciales,, etc
Las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos cuentan con un régimen
específico. Es la ley 25.743 de protección del patrimonio arqueológico y paleontológico cuyo
artículo dispone que: “Los bienes arqueológicos y paleontológicos son del dominio
público del Estado nacional, provincial o municipal, según el ámbito territorial en que se
encuentren, conforme a lo establecido en los artículos 2339 y 2340 inciso 9 del Código Civil
–hoy derogados pero sustituidos en cuanto a su contenido por el citado art. 235 del Código
Civil y Comercial- y por el artículo 121 y concordantes de la Constitución Nacional”.
La afectación puede derivar de una ley, de un acto administrativo o de hechos. Los bienes
públicos naturales sólo pueden ser afectados por ley. En cambio los bienes públicos
artificiales pueden también afectarse por actos administrativos o por hechos. En todos los
casos la afectación debe ser efectiva y actual, lo cual excluye que sea futura o potencial.
El bien debe estar de hecho afectado al uso o servicio público. La mera adquisición de un
inmueble y la declaración de que allí se realizará la obra no implica afectación al uso público
(Diez). La Corte Suprema así lo decidió en un lejano precedente de 1910 (“Fallos” 113:158,
“Kenny, Santiago c. Provincia de Santa Fe”). Allí el tribunal expresó que “el inmueble
embargado no era asiento de la jefatura política de la ciudad de Rosario en las fechas del
embargo” ni tampoco “se ha manifestado que lo fuera posteriormente, pues sólo existe un
proyecto desde años atrás, de construir en él un edificio para tal fin, sin que se haya dado
principio a las obras; lo que vale decir, que con el embargo y venta no se perturba o impide
el funcionamiento actual de ninguna institución administrativa”. Por estas razones mantuvo
el embargo trabado.
La afectación mediante hechos puede generar algunas dudas respecto a sus alcances. Los
autores (Marienhoff, Diez) suelen señalar una serie de ejemplos que permiten formar una
idea sobre la cuestión. Aquí se transcriben algunos:
a) dejar expedita la cosa (calle, puente, monumento, etc.) al uso público; b) inaugurar una
obra, dejándola abierta al uso público, inauguración que “incluso puede consistir en el
simple hecho de descorrer el lienzo que cubría el monumento, en cortar la cinta que
atravesaba la calle” la prescripción y el uso inmemorial no sólo puede se puede alcanzar la
adquisición de un bien determinado –perteneciente a un particular- a favor del Estado, sino
que son mecanismos idóneos de afectación al uso público sea directo o indirecto.
La desafectación significa sustraer al bien de su destino al uso público, haciéndolo salir, por
lo tanto, del dominio público para ingresar al dominio privado, sea del Estado o de los
particulares. Aquí vale lo afirmado para la afectación, esto es, que podrá instrumentarse
mediante un acto administrativo o un hecho.
Los bienes públicos naturales pueden ser desafectados mediante ley: el único órgano
competente para modificar la condición jurídica de estos bienes es el legislador nacional.
Pero también los hechos de la naturaleza pueden provocar dicha desafectación: es el caso
del cambio de lecho de un río.
Los bienes artificiales –se reitera- también pueden ser desafectados formal o
informalmente. En el primer caso, debemos tener presente el conocido principio del
paralelismo de las formas y de las competencias. Por regla, si el bien fue afectado mediante
un decreto deberá ser desafectado por otro nacional, provincial o municipal según
corresponda. En el segundo caso, los hechos pueden ser la fuente de una desafectación.
Valgan estos ejemplos: el traslado de un cementerio a otro lugar, con lo cual el inmueble del
primitivo cementerio que se desocupa queda desafectado;
Fuente: Botassi
El estado es titular de los bienes de dominio público y como tal, dispone de los medios de
tutela que amparan a la propiedad: acciones posesorias y acciones reales. Por tratarse de
un derecho oponible erga omnes las técnicas de defensa de la propiedad pública son
intensas y se suman a las prerrogativas que cabe reconocer al estado en su condición de
gestor del bien común.
La posibilidad de ejecutar sus propias decisiones (autotutela) constituye un poder relativo
que resulta como regla, procedente en esta materia (por ejemplo ejecutar un
desplazamiento en una plaza de gente que está acampando)
En relación a los usuarios su derecho de uso, constituye un derecho de incidencia colectiva
de rango constitucional conforme a lo prevenido en el artículo 43 de la Constitución
Nacional. Ese derecho de uso debe ser protegido por la propia administración recibiendo la
denuncia o reclamo del afectado y actuando en consecuencia. Quien se viera impedido de
usar los bienes públicos, sea por acción de terceros o del propio estado, contará con acción
judicial para que el juez ordene el cese de la perturbación y en su caso, disponga la
compensación de los daños y perjuicios. También resultará procedente la demanda de
amparo conforme a lo prevenido en el artículo 43 de la CN.
e) Uso del dominio público. Clasificación: uso común y especial. Permiso de uso:
caracteres; situación del permisionario. Concesión de uso: caracteres, situación del
concesionario. Uso adquirido por prescripción.
Fuente: Vallefin
Los bienes que integran el dominio público están destinados, precisamente, al uso por el
público. Pueden agruparse en dos clases: los de uso común y los de uso especial.
El uso común es el que pueden efectuar las personas sin más requisito que la observancia
de las disposiciones reglamentarias de carácter general dictadas por la autoridad
competente.
El uso especial es el que únicamente pueden realizar aquellas personas que hayan
adquirido la respectiva facultad conforme al ordenamiento jurídico correspondiente.
El uso especial puede adquirirse por alguno de los siguientes modos: el permiso, la
concesión y la prescripción.
El permiso es un acto administrativo que otorga un uso especial del dominio público que se
caracteriza por ser precario y revocable, generalmente sin derecho a indemnización.
La concesión es un contrato por el que se otorgan derechos especiales de uso sobre
dependencias del dominio público. No tiene carácter precario. La revocación por razones de
interés público dará derecho a una indemnización.
La prescripción es un medio para adquirir el derecho de uso especial sobre bienes de
dominio público. La prescripción sólo está excluida para adquirir propiedad de aquellos.
Uso común
El artículo 237 del CPCCN establece que “las personas tienen su uso y goce, sujeto a las
disposiciones generales y locales”. Como bien se desarrolló al principio de este punto, el
uso común es el que pueden realizar todas las personas sujetándose a las obligaciones de
observar las disposiciones vigentes dictadas por la autoridad competente. Ese uso de los
bienes publicos, al igual que el ejercicio de cualquier derecho no es absoluto y debe
ejercitarse conforme a las regulaciones vigentes
Características:
- Libre y no está sujeto a mayores formalidades
- Por regla es gratuito pero puede ser oneroso como en el pago de una suma para
entrar a un zoológico
- Es libre e igualitario
- Comadira agrega que debe ser sin limite de tiempo, o sea que los bienes de dominio
público deben estar permanentemente librados al uso público y no solo en forma
esporádica o temporal. Este uso permanente claramente queda sometido a lo que al
respecto fijen las reglamentaciones como los horarios de admisión.
EXCEPCIÓN:
El peaje constituye una excepción a estos principios. El peaje es el derecho a cobrar una
contribución con carácter de tasa por el servicio que se presta al transeúnte cuando pasa
por un camino, puente o canal, ya se trate de personas, animales, vehículos o
mercancías.
Segun Botassi los usos comunes tienen por objeto satisfacer necesidades vitales como las
vinculadas al uso del agua y al ejercicio de la libertad de transito. Los usos especiales en
cambio apuntan a facilitar el ejercicio del comercio y ampliar la esfera de accion economica
de los individuos
Usos especiales
Al referirnos a los caracteres del dominio público, debemos tener en cuenta que la condición
de inalienable no es absoluta ya que se admiten que sobre ellos se constituyan concesiones
o se otorguen permisos especiales de uso.
La administración pública tiene en principio un deber primordial y es el de asegurar el uso
general de las cosas del dominio público; ejerce una triple función de la policía: de
conservación de la cosa, de reglamentación del uso normal de ellas para impedir el goce
abusivo por parte de los destinatarios y de limitación prohibitiva del uso de la cosa cuando
un interés público superior lo exige. Pero la administración también puede afectar una
dependencia de dominio público a un uso especial siempre que esa afectación no modifique
ni menoscabe sustancialmente el uso general de la cosa conforme a su destino natural.
Características:
1) El usuario debe estar claramente individualizado
2) Debe ser precisada la parte del bien del dominio público que será usada y ocupada
3) Debe ser un uso limitado en el tiempo con facultades en cabeza del estado para
hacerlo cesar en cualquier momento
4) Es por lo común oneroso, aun cuando puedan existir casos de uso especial o
privativo gratuitos.
Permiso de uso
El otorgamiento del permiso es una actividad discrecional de la administración, pero por
amplias que sean dichas facultades aquella no puede actuar arbitrariamente.
De esta manera no podría rechazar su otorgamiento, por ejemplo, si obedeciera al propósito
de favorecer a otro particular o si lo condiciona al cumplimiento de requisitos ilegales.
Tampoco podría revocar invocando causas falsas o caprichosas.
La administración no actúa a extramuros del ordenamiento jurídico y las facultades
discrecionales tanto para el otorgamiento como para la revocación de los permisos no
pueden identificarse con arbitrariedad para hacerlo. El permiso no puede revocarse a
voluntad (bielsa)
Concesión de uso
Es un contrato oneroso y con un plazo determindo entre la administración y el
concesionario. No tiene carácter precario. A cargo del concesionario suele establecerse una
obligación económica que regularmente consiste en el pago de una suma de dinero llamada
canon. Además está obligado a mantener en buen estado el bien de que se trate, a realizar
en su caso las obras a que se hubiere obligado a restituir aquel cuando se extinga la
concesión. Entre otras causas, esta se extingue por expiración del término por la que fue
concedida, por incumplimiento de las obligaciones del concesionario (siempre que este
incumplimiento sea imputable) tiene como efecto jurídico la extinción de la concesión y se
denomina caducidad de la concesión. Pero también puede ocurrir que no exista ningún
incumplimiento por parte del concesionario y que la administración por razones de
oportunidad, mérito o conveniencia decida la revocación de la concesión. En este caso el
concesionario tiene derecho a una indemnización. Cabe advertir, que no debe confundirse
la concesión de uso con otras como las de servicio público y obra publica
BOLILLA 2
Consideración particular de algunos bienes dominiales
(Fuente CCCN comentado)
Decíamos que podía distinguirse: a) dominio público terrestre; b) dominio público aéreo y c)
dominio público hídrico que admite tres subclases: c’) dominio público marítimo, c’’) dominio
público fluvial yc’’’) dominio público lacustre.
La enunciación del art. 235 contiene expresiones de cada uno de ellos. El dominio público
terrestre cuando se refiere a las calles, plazas, caminos, puentes (inciso “f”).
El denominado dominio público artificial tiene una clara consagración cuando incluye a “las
calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para
utilidad o comodidad común” (inciso “f”). Añadimos que esta disposición es la que permite
incluir como pertenecientes al dominio público, por ejemplo, la Casa de Gobierno, el
Congreso Nacional y las legislaturas provinciales, los ministerios, los tribunales de justicia,
las escuelas, colegios y universidades, las comisarías de policía, las prisiones, los
hospitales, los asilos y hospicios, los monumentos y los lugares declarados históricos, los
edificios, construcciones y demás cosas que están destinados a la defensa nacional, como
fortalezas, arsenales, cuarteles, aeródromos y bases navales o militares, etc-
El inciso es reproducción del art. 2340, inc. 7) CC. él contiene la referencia al dominio
público “artificial” ya que las obras enunciadas son “construidas” por el hombre. Marienhoff
advierte que también pertenecen al dominio público aquellas obras “organizadas” o
“formadas” como un museo o una biblioteca. A su vez, no es necesario que haya sido el
Estado el que las haya construido, sino que pueden haber sido terceros y, luego, el Estado
las haya adquirido —por ejemplo, un monumento—.
Este resulta una copia casi literal del inc. 9), agregado por la ley 17.711, del art. 2340 CC,
el cual comprendía “las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés
científico”. Se amplía el dominio público del Estado hacia aquellas ruinas o yacimientos
arqueológicos y paleontológicos que no posean interés científico. En ocasión del agregado,
Borda señalaba que “se procura evitar el saqueo y la pérdida de la notable riqueza
arqueológica argentina, que desde ahora queda protegida”. Sobre este punto traemos a
colación la Ley 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico del año
2003, cuyo segundo artículo establece que “forman parte del Patrimonio Arqueológico las
cosas muebles e inmuebles o vestigios de cualquier naturaleza que se encuentren en la
superficie, subsuelo o sumergidos en aguas jurisdiccionales, que puedan proporcionar
información sobre los grupos socioculturales que habitaron el país desde épocas
precolombinas hasta épocas históricas recientes. Forman parte del Patrimonio
Paleontológico los organismos o parte de organismos o indicios de la actividad vital de
organismos que vivieron en el pasado geológico y toda concentración natural de fósiles en
un cuerpo de roca o sedimentos expuestos en la superficie o situados en el subsuelo o bajo
las aguas jurisdiccionales”.
“el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la
legislación especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona contigua, la zona
económica exclusiva y la plataforma continental. Se entiende por mar territorial el agua, el
lecho y el subsuelo;”
De la comparación entre el inciso 1) del art. 2340 CC y el actual inciso a) surge como
novedad: 1) la alusión a los tratados internacionales en la determinación de la distancia del
mar territorial; 2) la referencia al poder jurisdiccional sobre la zona económica exclusiva y la
plataforma continental; y 3) se introduce el concepto legal de “mar territorial”.
Se define al mar territorial como “el agua, el lecho y el subsuelo”. La soberanía de la Nación
Argentina se extiende “al mar adyacente a su territorio hasta una distancia de 200 millas
marinas, medidas desde la línea de las más bajas mareas, salvo los casos de los golfos
San Matías, Nuevo y San Jorge, en que se medirán desde la línea que une los cabos que
forman su boca” (art. 1° de la ley 17.094). Mientras que la soberanía de la Nación La zona
contigua al mar territorial es aquella designación dada a la zona donde el Estado ribereño
puede tomar medidas de fiscalización como: a) prevenir las infracciones de sus leyes y
reglamentos aduaneros, fiscales, de inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio
o en su mar territorial; b) sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas
en su territorio o en su mar territorial (art. 33 de la Convención de las Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar). Se entiende por zona económica exclusiva el “área situada más
allá del mar territorial y adyacente a éste” (art. 55 de la Convención).
Sobre la zona económica exclusiva el Estado posee derechos tales como “exploración y
explotación, conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no
vivos, de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del mar, y con respecto
a otras actividades con miras a la exploración y explotación económicas de la zona, tal
como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes y de los vientos (...), la
investigación científica marina”, entre otras. (art. 56 de la Convención citada). Mientras que
la plataforma continental de un Estado ribereño “comprende el lecho y el subsuelo de las
áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la
prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o bien
hasta una distancia de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las
cuales se mide la anchura del mar territorial, en los casos en que el borde exterior del
margen continental no llegue a esa distancia” (art. 76 de la Convención).
“las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas marítimas;
se entiende por playas marítimas la porción de tierra que las mareas bañan y desocupan
durante las más altas y más bajas mareas normales, y su continuación hasta la distancia
que corresponda de conformidad con la legislación especial de orden nacional o local
aplicable en cada caso;”
c. los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y
lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o
adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas
subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de
extraer las aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a las
disposiciones locales. Se entiende por río el agua, las playas y el lecho por donde corre,
delimitado por la línea de ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por
lago o laguna se entiende el agua, sus playas y su lecho, respectivamente, delimitado de la
misma manera que los ríos; laguna se entiende el agua, sus playas y su lecho,
respectivamente, delimitado de la misma manera que los ríos;”
El inciso comienza con la referencia a “los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que
corren por cauces naturales”. A los efectos legales, se entiende por río “el agua, las playas y
el lecho por donde corre, delimitado por la línea de ribera que fija el promedio de las
máximas crecidas ordinarias”. El Código mejora así la técnica del enunciado legal.
Allende ya criticaba la alusión a “los ríos, sus cauces” empleada por el CC, expresando que
“la técnica empleada es mala (...) decimos que es mala porque no puede haber ríos sin
cauce; es como si dijéramos el hombre y la cabeza, ya que no puede haber hombre sin
cabeza. Evidentemente, al decir hombre incluimos su cabeza, como al decir río incluimos su
cauce”. Tal crítica era compartida por Marienhoff, pero combatida por Borda que expresaba
que la aclaración no estaba de más ya que las aguas y los cauces por donde corren los ríos
son separables. Decía el maestro que “no sería inconcebible que el propietario del predio
por donde cruza un río, fuera dueño del lecho y pudiera explotarlo, para extraer arena o
minerales. La ley ha querido dejar sentado que también el cauce es del dominio público”.
Más ahora se alude (como lo hiciera el Proyecto de Código de 1998) a los ríos y,
separadamente, a otras “aguas que corren por cauces naturales”. A su vez, el inciso
incorpora a los estuarios.
La norma continúa con la referencia a “los lagos y lagunas navegables” y brinda el concepto
de tales aguas hacia el final del inciso. Así, se entiende por lago o laguna “el agua, sus
playas y su lecho, respectivamente, delimitado de la misma manera que los ríos”. Es decir
que tanto el lago como la laguna se encuentran delimitados “por la línea de ribera que fija el
promedio de las máximas crecidas ordinarias”. Allende definía a los lagos expresando que
“se trata de una masa más o menos grande de agua, dulce o salada, que ocupa una
concavidad de la corteza terrestre, con o sin comunicación con el mar. Cuando la masa de
agua es más bien pequeña y especialmente poco profunda, recibe el nombre de laguna”.
En la media y baja montaña al área que funciona como regulador de recursos hídricos con
suelos saturados en hielo” (ley 26.639, art. 2o).
El inc. c), un poco más adelante, continúa con “... y toda otra agua que tenga o adquiera la
aptitud de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin
perjuicio del ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de extraer las aguas
subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a las disposiciones locales”.
Alterini puntualiza que “la fórmula de la ley según la cual es suficiente ‘la aptitud de
satisfacer usos de interés general’ para que el agua sea pública, es de tal amplitud, que
toda agua que exhiba tal ‘aptitud’ será del dominio público”.
“Las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva, la
plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas
navegables, excepto las que pertenecen a particulares;”
Se define a las islas como “una extensión natural de tierra, rodeada de agua, que se
encuentra sobre el nivel de ésta en pleamar” (art. 121.1 de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar). Las islas, según el art. 121.2 de la Convención, poseen
mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva y plataforma continental. El inc. d)
omite la referencia a la situación de las rocas no aptas para mantener habitación humana o
vida económica propia, siendo que ellas no poseen zona económica exclusiva ni plataforma
continental (art. 121.3) de la Convención referida). En atención al inc. d), el profesor Godio
ha señalado que las islas sin intervención del hombre, de conformidad con el derecho
internacional, no se pueden encontrar jurídicamente dentro de la zona económica exclusiva
toda vez que poseen, necesariamente, mar territorial. A su vez, observa que no se
justificaría la inclusión de la referencia a las “islas formadas o que se formen (...) en la
plataforma continental (...) toda vez que las islas deben encontrarse por sobre el nivel de
pleamar, razón por la cual resultaría sin utilidad la expresión aludida a la plataforma
continental”.
Este inciso constituye una novedad que trae aparejada el Código. Ello concuerda con el
Convenio de Aviación Civil Internacional (Convenio de Chicago) y la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Videla Escalada describe al espacio aéreo
como “un ambiente que tiene contacto con la tierra firme y el mar y rodea a nuestro planeta
en toda su extensión”.
El inciso e), a su vez, armoniza con el art. 1945 CCyC que al legislar sobre la extensión del
dominio establece que el dominio de una cosa inmueble se extiende al espacio aéreo “en
la medida en que su aprovechamiento sea posible”. Lo que descarta el viejo aforismo de
los antiguos: “Cuius est solum, hujus est usque ad celum et usque ad inferos”.
ARTÍCULO 1.970:
“Las limitaciones impuestas al dominio privado en el interés público están regidas por el
derecho administrativo. El aprovechamiento y uso del dominio sobre inmuebles debe
ejercerse de conformidad con las normas administrativas aplicables en cada jurisdicción.
Habitualmente se sostiene que las restricciones pueden ser públicas o privadas. Las
primeras están regidas por el derecho administrativo; las segundas, por el derecho civil. Las
restricciones son las condiciones legales del ejercicio normal u ordinario del derecho de
propiedad. Se establecen para que el derecho de propiedad no resulte incompatible con
determinados intereses generales.
En las restricciones se registra un debilitamiento inherente al ejercicio del derecho de
propiedad y no existe incorporación al dominio público de ninguna parte de la propiedad
como sí sucede con las servidumbres.
Según Botassi son aquellas regulaciones normativas impuestas por el estado, destinadas a
restringir o limitar la extensión del derecho de propiedad del particular, en aras de armonizar
su ejercicio con las exigencias que el interés público debe satisfacer. Se reduce el carácter
absoluto del dominio
Clásicamente las restricciones de emparentaron con los alcances del “poder de policía” y
en la actualidad, como una de las manifestaciones típicas de la intervención administrativa
El interés público prevalece sobre el interés privado entonces el particular no puede
resistirse. Como son una mera función del poder de policía no requiere
indemnizacion
Características:
A) Variadas e ilimitadas: las restricciones son de contenido diverso y no están
tipificadas en clases ni en categorías. No existe un numerus clausus, ni una
enumeración taxativa. Por ello cualquier clase de restricciones que la Administración
conciba puede, en principio, ser impuesta. El límite –claro está- radica en la
razonabilidad. Este extremo se justifica (según Botassi) por el ensanchamiento
progresivo de la noción de “interes publico”
B) Generales, constantes (o permanentes) y actuales: son generales porque la
restricción rige para todos los propietarios de una comunidad determinada en
igualdad de condiciones. En cambio, las servidumbres y la expropiación son
especiales para los casos concretos que las determinan. Son actuales porque
constituyen límites normales y permanentes de la propiedad. Finalmente, son
constantes porque, dada su razón de ser, existen siempre: siendo una condición
normal de la propiedad, ellas existirán mientras ésta exista.
C) No aparejan indemnización: siendo una condición normal del ejercicio del derecho
de propiedad, no implican sacrificio alguno para el propietario, quien entonces no
sufre agravio en su derecho. Pero si ello es así con referencia a la restricción
propiamente dicha, las cosas cambian cuando, al hacerse efectiva la restricción, la
Administración Pública, debido a un comportamiento culposo o negligente, causa un
daño o deterioro en el bien o cosa respectivo
D) Ejecutorias: la consecuencia esencial de este carácter de las restricciones consiste
en que la Administración Pública las hace efectivas directamente, por sí misma,
valiéndose o no del auxilio de la fuerza pública según las circunstancias
E) No se extinguen por no uso. Son imprescriptibles: la posibilidad de imponer
restricciones administrativas constituye una "potestad" del Estado, una prerrogativa
de poder; de ahí que la posibilidad de imponerlas no se extinga por no uso de ella y
que sea imprescriptible
Fuentes
El derecho de propiedad, como todo derecho, está limitado y sujeto a las leyes que
reglamenten su ejercicio para expresarlo con las palabras del art. 14 de la Constitución
Nacional.
¿Qué debe entenderse a este respecto por ley? Bielsa sostiene que se entiende por la
norma jurídica que emana de legislador; ésta es la noción general. Reglamentan la
propiedad “además de las leyes sancionadas por el Congreso y las legislaturas (actos
legislativos), las ordenanzas y reglamentos (actos administrativos que emanan del poder
administrador, sea en el orden nacional, en el provincial o en municipal”
Botassi agrega que existe un consenso doctrinario y jurisprudencial respecto a que pueden
nacer tanto por conducto de leyes en sentido formal como en sentido material.
Límites
Las restricciones administrativas colocan en tensión el interés privado del propietario con el
interés público. Pero el triunfo de este último no es a toda costa. Aquéllas no pueden ser
desproporcionadas, no pueden desnaturalizar el derecho de propiedad. “Si la limitación de
la propiedad restringe el uso y goce normal de la cosa a punto de afectar la plenitud de este
derecho, entonces la mera restricción deja de ser tal para convertirse en servidumbre”
(Bielsa).
Pero si bien esta afirmación suscitará acuerdo, determinar el punto en que deja de ser
razonable o proporcionada, probablemente no.
Jurisprudencia
Caso “Vega Espeche” resuelto por la Cámara Federal de Apelaciones, Sala Civil y
Comercial, el 30-4-1968.
En síntesis, para uno existió una simple restricción; para los otros, una
servidumbre. En un caso, debe tolerarse sin derecho a indemnización. En el otro,
no. Como expresa Marienhoff: “cuando so pretexto de imponer una mera
restricción administrativa al derecho de propiedad, en lugar de afectar lo absoluto
de tal derecho, se afecta lo exclusivo del mismo, o lo perpetuo de él, la supuesta
restricción habrá dejado de ser tal para convertirse en servidumbre administrativa o
en expropiación, figuras éstas cuya imposición válida requiere el cumplimiento de
requisitos de que háyase exenta la mera restricción: ley formal e indemnización
previa”.
Según Clarck las servidumbres administrativas para ser obligatorias requieren ley en
sentido formal y en el caso no la había. Había una ley de telégrafos y la cámara entiende
que no se podía hacer una interpretación extensiva porque en principio el derecho de
propiedad es inviolable. Y por eso la sentencia ordena remover los cables y no
indemnizar
La servidumbre administrativa (como todo instituto regulado por el Derecho Público- tiene
por objeto y finalidad, la satisfacción del interés público por ejemplo como posibilitar la
concreción y fomentar el desarrollo de actividades declaradas de interés público (serv de
oleoducto), preservar la historia de los pueblos y su labor cultural (ej servidumbre de ruinas
y yacimientos arqueológicos/paleontológicos), etc
Elementos:
a) una cosa de propiedad privada que pasa, mediante la constitución de servidumbre al
régimen de la cosa pública, a la cual aprovecha e integra en su función”
b) un uso público atribuido formalmente a la Administración pública y materialmente a la
colectividad”.
Respecto a esto Bielsa dice que “el derecho del propietario sufre, por virtud de la
servidumbre, una desmembración, pues él pierde la exclusividad de su goce total y
correlativamente nace para la Administración pública una atribución jurídica sobre la cosa,
en cuya virtud el propietario debe soportar la actividad administrativa en dicha cosa y
abstenerse de ejercer derechos que como dueño podría practicar si no mediara esa
relación jurídica”
Clasificación
a) las legales y las convencionales y b) las prediales o reales y las personales. Las dos
primeras también se aplican, sin mayores discusiones, en el ámbito del derecho
administrativo. Constituye una servidumbre administrativa legal, por ejemplo, la de
monumentos y lugares históricos, la de ruinas y yacimientos arqueológicos y
paleontológicos sobre la que, en breve, nos detendremos. Una servidumbre administrativa
convencional, por ejemplo, es la destinada a sacar agua para abastecer las necesidades de
un pueblo. Las opiniones, en cambio, difieren cuando se trata de las servidumbres prediales
o reales y las personales. Aquí seguimos la síntesis que efectúa Marienhoff. En efecto, para
algunos autores las servidumbres administrativas son únicamente personales; para otros la
distinción entre prediales o reales y personales existe, aunque a veces resulte difícil precisar
en la práctica; para otros expositores en las servidumbres administrativas no existe fundo
dominante, y para otros tratadistas la idea del predio dominante no es esencial o necesaria,
porque la servidumbre pública se establece en beneficio de la comunidad o de un servicio
administrativo. Ha prevalecido el criterio que admite la distinción: “se consideran prediales
las que se establecen para servir a un fundo o dependencia del dominio público y
personales a las establecidas para servir a una colectividad de vecinos”.
Pero debe advertirse, que cuando la servidumbre no es civil sino administrativa, las ideas de
fondo o heredad sirviente y dominante no pueden trasladarse si más. Es que estas últimas
se distinguen de las primeras no solo por el interés público que motiva su constitución, sino
además porque solo requieren de un fundo sirviente sin que necesariamente deba existir un
fondo dominante.
Existe un fundo sirviente y otro dominante en la denominada servidumbre de sirga pero
existe sólo un fundo sirviente en la servidumbre de electroducto que ya explicaremos. Resta
por decir que la legislación ha consagrado numerosas servidumbres administrativas. Entre
las principales, figuran la servidumbre de sirga, la servidumbre de electroducto, la
servidumbre de acueducto, la servidumbre de ruinas y yacimientos arqueológicos y
paleontológicos, la servidumbre de monumento y lugares históricos, la servidumbre de
fronteras, la servidumbre aeronáutica.
Constitución y extinción
Requieren LEY FORMAL que ampare el accionar estatal e indemnización previa. Por eso la
creación de las servidumbres administrativas tienen que ser de fuente legal. Por supuesto
que hay autonomía de la voluntad. En los casos de conflicto siempre tiene que haber ley
previa y acto administrativo que la regule después
La contracara de la constitución, esto es, la extinción, puede ocurrir también por distintas
causas:
a) La ley derogatoria de una servidumbre.
b) El vencimiento del plazo establecido por un acto administrativo o por una convención.
c) La desafectación. Si, por ejemplo, un aeródromo –que pertenezca al dominio público-
tiene a su favor una servidumbre administrativa, si es desafectado, provoca la extinción de
la llamada servidumbre aeronáutica.
d) La confusión que operaría, por ejemplo, si un bien privado gravado con una servidumbre
es adquirido por el Estado y se transforma en un bien del dominio público.
e) La usucapión.
Indemnización.
Vallefin:
La servidumbre implica una desmembración del derecho del propietario y, por tanto, este
sacrificio trae aparejado una indemnización. El resarcimiento al propietario tiene el mismo
fundamento y desempeñan igual función que la indemnización en la expropiación. Se trata
de aplicar las disposiciones constitucionales, claramente, el art. Artículo 17 de la
Constitución Nacional. O, expresado en otros términos, el deber de indemnizar tiende a
reparar la desmembración del dominio, la lesión experimentada en la exclusividad de su
goce total. Si bien es cierto que -como dijimos- la cosa no pasa al régimen del dominio
público pues sólo la servidumbre lo integra, es claro que el propietario ve reducida la
disponibilidad del bien, lo que se compensa con la indemnización.
Botassi:
El grado de intensidad que revisten las servidumbres administrativas, al alterar el carácter
“exclusivo” del derecho real de dominio generan un sacrificio especial en el derecho de
propiedad, el cual se encuentra garantizado por nuestro ordenamiento constitucional. Si
bien el titular de dominio conserva las facultades inherentes al ejercicio del derecho de
propiedad, al constituirse la servidumbre trae aparejado una privación del derecho
mencionado.
La pretensión indemnizatoria nace a raíz de la imposición de este tipo de limitaciones al
dominio y constituye un típico ejemplo de responsabilidad extracontractual por actividad
lícita y por tales motivos, la extensión de los rubros que componen la indemnización se
encontrará alcanzada por la llamada fuerza expansiva de la expropiación
Servidumbre de sirga. El artículo 1974 del Código Civil y Comercial dice así: “Camino de
sirga. El dueño de un inmueble colindante con cualquiera de las orillas de los cauces o sus
riberas, aptos para el transporte por agua, debe dejar libre una franja de terreno de quince
metros de ancho en toda la extensión del curso, en la que no puede hacer ningún acto que
menoscabe aquella actividad. Todo perjudicado puede pedir que se remuevan los efectos
de los actos violatorios de este artículo”.
Algunos autores consideran que se trata de una simple restricción al dominio y otros la
consideran una servidumbre. Notables comentaristas del Código Civil (Salvat, Lafaille)
sostienen el primer criterio: “se trata de restricciones a la propiedad, ellas constituyen el
régimen normal de este derecho” y el propietario “debe soportarlas sin ninguna
indemnización”. Otros publicistas (Bielsa, Diez, Marienhoff) expresan que se trata de una
servidumbre “ya que se afecta el carácter exclusivo del dominio”.
El derecho positivo parece dar la razón a los primeros por cuanto este instituto, consagrado
en el art. 1974 del Código Civil y Comercial como se dijo, está incluido en el capítulo de
límites al dominio.
Es una limitacion al interés privado en pos del interés público en pos de un interés colectivo
que es la navegacion, ya que aun estando en el código civil hay un interés público suficiente
para considerarla dentro del derecho publico. El camino de sirga no implica una
expropiación de la franja costera, sigue siendo de dominio privado de los particulares. En la
práctica no se suele indemnizar a nadie por el camino de sirga. Pero segun Clarck el pago o
no de la indemnización es accidental ya que ese cumplimiento o no de la eventual
consecuencia no puede afectar la definición ya que es un derecho real sobre cosa ajena. La
explicación de porque no es indemniza es que el derecho de propiedad inmueble en
America nace jurídicamente de un acto jurídico preciso y determinado que es el Tratado de
Tordesillas y se reparten los nuevos territorios conquistados. Toda la propiedad inmueble
tiene su raíz en esa apropiación ilegitima que se da mediante el Tratado de Tordesillas y a
partir de esto van operando las tradiciones. El camino de sirga ya estaba en vigencia en el S
XVI desde el S XIII con las Partidas de Alfonso de Simon.
Por esta razón el CCCN no me saco nada que yo tuviera cuando lo regulo porque nunca
nadie en América tuvo el derecho a impedir el camino de sirga.
Servidumbre de electroducto.
Etapas:
a) El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) es la autoridad competente en la
materia. Éste examina la conveniencia o necesidad de ejecutar una obra. La aprobación del
proyecto y de los planos importará la afectación de los predios a la servidumbre
administrativa del electroducto. Se efectuarán las anotaciones en el respectivo Registro de
la Propiedad y en la Dirección de Catastro
b) una vez aprobados el proyecto y los planos de la obra a ejecutar o de las instalaciones a
construir, los propietarios de los predios afectados deberán ser notificados fehacientemente
de la afectación de éstos a la servidumbre y del trazado previsto dentro de cada predio o
superficie afectada
d) el propietario y el ocupante del predio afectado debe siempre permitir el acceso al titular
de la servidumbre, a su personal o terceros debidamente autorizados por aquél, de los
materiales y elementos de transporte que exijan la ejecución de la obra, su conservación y
reparación
Sujetos
A nivel federal los titulares de la servidumbre administrativa de electroducto (a favor de
quienes se constituye la servidumbre) son los concesionarios de subestaciones eléctricas,
líneas de transporte de energía eléctrica y distribuidores de energía. En el ámbito provincial
además de los ya mencionados según las leyes antes referenciadas serán el Estado
provincial y los Municipios
Servidumbre de gasoducto.
Esta puede ser definida como el derecho real administrativo por el cual el propietario de un
inmueble particular o del dominio privado del estado nacional, provincial o municipal se ve
obligado a soportar que en su propiedad pase un gasoducto o sus instalaciones
complementarias.
Sujetos
Según Botassi los titulares serán quienes deban afrontar el costo de los daños que acarree
la servidumbre y el abono del canon fijado. Los titulares de dominio u ocupantes por
cualquier título de los predios afectados por la traza de gasoductos serán los sujetos
pasivos de la relación.
Caracteres
● Perpetua: mientras mantenga vigentes los fines de utilidad pública para los cuales se
la construye lo cual puede coincidir o no con la extensión del plazo de la licencia
● Continua: no requiere del hecho actual del hombre
● Onerosa o gratuita: en función de las limitaciones impuestas al inmueble y a la
condición jurídica del mismo
● Aparente o no aparente
● Positiva y negativa
Régimen indemnizatorio
La cuantificación de la indemnización ocasionada a partir de la imposición de servidumbres
de gasoducto se rige en la actualidad (a nivel federal) por la ya mencionada Resolución
ENARGAS 3562/15. Como aspecto relevante se estipula la modalidad de pago mediante la
fijación de un canon.
La determinación del canon forma parte de las competencias conferidas al ENARGAS en
los supuestos en que el titular de la servidumbre y el superficiario no arriben a un acuerdo
respecto de su fijación.
En estos casos, la intervención del ENARGAS estará dada por el establecimiento de un
canon “provisorio” que en los hechos servirá para cumplimentar con la exigencia de la
previa indemnización que exige el ordenamiento constitucional.
Para calcular los alcances de ese canon provisorio se tendrá en cuenta el valor fiscal del
inmueble, las características del mismo, el tipo de instalaciones construidas a consecuencia
de la imposición de la servidumbre, las actividades económicas realizadas en predios, e
inclusive el grado de productividad. El lucro cesante se encuentra excluido.
Este rápido repaso por el régimen legal revela que las limitaciones que impone configura,
algunas veces, supuestos de restricciones, en otras servidumbres y en otras una verdadera
expropiación. Dependerá de la entidad de la limitación y en qué medida impide o no al
propietario del bien las facultades de usar, gozar y disponer. Puede pensarse en estas
situaciones: a) la autoridad impone que se fije en el frente del inmueble una placa que
recuerda que dicho sitio fue habitado por un ex presidente de la Nación; b) la autoridad
impone que el frente del inmueble y los jardines que le preceden deben mantener su
condición original y c) la autoridad impone la conservación íntegra de la construcción y la
carga de permitir visitas periódicas de alumnos universitarios de la carrera de historia y
arquitectura. En este esquema puede afirmarse que la primera constituirá una simple
restricción al dominio no indemnizable, la segunda una servidumbre administrativa y la
tercera situación exigirá la expropiación.
Servidumbres de fronteras
Está establecida por la ley 14.027. Los propietarios u ocupantes de inmuebles limítrofes a
las fronteras de la Nación, deberán permitir a la Policía Federal, Gendarmería Nacional u
otras autoridades “el franco acceso a los puntos de comunicación internacional existentes
en sus respectivos inmuebles, como asimismo, el libre desplazamiento de aquellas a lo
largo de la frontera” (art. 1). Aquéllos “deberán consentir la instalación en sus inmuebles de
los destacamentos que las autoridades mencionadas en el artículo anterior consideren
indispensables para la vigilancia de los pasos no habilitados al tránsito internacional
existentes” (art. 2). Estas obligaciones, finaliza este precepto, “deberán ser entendidas sin
menoscabo de las indemnizaciones de carácter civil que pudieran resultar en favor de los
particulares, por daños y perjuicios”.
Servidumbre de acueducto
El agua constituye un “bien colectivo” y por la significancia que posee se ha comenzado a
reconocer el llamado “derecho humano al agua potable”.
El criterio para determinar la presencia de un régimen teñido por disposiciones de derecho
público va a estar atado a la finalidad que posea esta servidumbre; si la beneficiaria es “la
población” estaremos en presencia de una servidumbre administrativa de acueducto.
En caso de no existir cuestiones federales o interjurisdiccionalidad comprometida, la
regulación de esta materia por la conexidad a las coyunturas vernáculas, le compete a las
autoridades locales
En este escenario, una norma especial –la ley 25.743- establece que en los casos en que
“la conservación de los vestigios arqueológicos o restos paleontológicos implique una
servidumbre perpetua sobre los terrenos en los cuales se encuentren dichos bienes, el
Estado nacional o provincial en sus respectivas jurisdicciones, deberá establecerla mediante
ley especial e indemnización a los propietarios de los terrenos”.
Jurisprudencia:
“Las Mañanitas S. A. c. Provincia del Neuquén”
Resumen: La provincia de neuquén regulo extensivamente esa franja del camino de sirga
y no lo tuvo limitado a la navegación y le agregó pesca y esparcimiento. Y si la provincia
regula una nueva servidumbre ya que desnaturaliza la servidumbre del camino de sirga
del código y por esa razón hay que indemnizar.
Las Mañanitas S.A. es propietaria de un lote —lindante con el río Chimehuín que no es
navegable— y ha vendido por boleto una fracción al señor Montalembert. La vendedora,
para escriturar, encarga a un agrimensor la mensura de la fracción, pero se encuentra con
que la Dirección General de Recursos Hídricos de la provincia del Neuquén exige para la
aprobación del plano de mensura la incorporación de algunas notas marginales al mismo
correspondientes al camino de sirga.
Mañanitas pide:
A la Corte que declare que: a) la restricción al dominio prevista en el artículo 2639 del
Código Civil ha sido establecida para los ríos y canales que sirven a la comunicación por
agua, por lo que las provincias no pueden modificarla restringiéndola o extendiéndose a
otros fines; b) el Estado provincial no puede imponer como propietaria del lote ribereño
del río Chimehuín, restricciones o pérdida de la exclusividad del derecho real de dominio,
pues el inmueble no linda con un río o canal que sirva para la comunicación por agua; c)
no se puede conceder sobre ningún inmueble ribereño de particulares el uso de un área
de 35 metros para pesca u otra utilización como si fuera un bien público; d) resultan
inconstitucionales los artículos 1, 2 y 3 de la ley provincial 273.
Corte responde:
Sostuvo que el artículo 3º de la ley 273 de la Provincia de Neuquén -al disponer que los
propietarios de terrenos ribereños con la calle o camino declarado público por decreto del
Poder Ejecutivo no pueden hacer en ese espacio de treinta y cinco metros ninguna
construcción, ni reparar las antiguas que existieron, ni deteriorar el terreno de manera
alguna, hallándose obligados a permitir su uso por cualquier habitante a los efectos de la
navegación, pesca y de cualquier otra utilización propia de su destino público-, es
inconstitucional, pues no reviste el carácter de una restricción administrativa sino que
produce una desmembración del derecho real de dominio de quien reclama, afectando su
integridad, constituyendo un sacrificio patrimonial en tanto no sólo la priva de su inmueble
sino que permite además su utilización por terceros con propósitos ajenos a la institución
de la servidumbre de sirga.
Hechos:
Las particularidades históricas, arquitectónicas y culturales de la casa propiedad de
Mansilla –ubicada en el barrio de Belgrano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-
llevaron al dictado de la ley 25.317 que declaró "monumento histórico-artístico nacional"
al edificio y lo sometió al régimen de custodia y conservación contemplado en la ley
12.665. Esa normativa prevé – como se dijo- que el Poder Ejecutivo, a propuesta de la
Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, declarará de
utilidad pública los lugares, monumentos, inmuebles y documentos de propiedad de
particulares que se consideren de interés histórico o histórico-artístico a los efectos de la
expropiación; o se acordará con el respectivo propietario el modelo para asegurar los
fines patrióticos de la ley. Asimismo, se prevé que si la conservación del lugar o
monumento implicase una limitación del dominio, el Poder Ejecutivo indemnizará a su
propietario en su caso. Por otra parte, y a los efectos de garantizar la preservación de los
inmuebles históricos, se dispone que éstos no puedan ser sometidos a reparaciones o
restauraciones, ni destruidos en todo o en parte transferidos, gravados o enajenados sin
aprobación o intervención de la citada comisión. Frente a las características del inmueble,
sus propietarios no pudieron darle un destino económicamente productivo y, según
afirmaron, sumaban crecientes gastos para su conservación que –por otra parte- estaba
lejos de mantenerlo en las condiciones exigibles.
CSJN:
La Corte admitió la demanda de expropiación irregular. Afirmó que si bien de acuerdo con
la ley 12.665 y su decreto reglamentario la declaración de monumento histórico-artístico
no trae aparejada, por sí sola, la obligación del Estado Nacional de expropiar cada cosa
que se declare comprendida en su régimen, los elementos adjuntados a la causa resultan
demostrativos de que la declaración contenida en la ley 25.317 y las circunstancias que
siguieron a tal decisión, no implican una simple restricción al derecho de propiedad de los
actores sino un verdadero cercenamiento de ese derecho pues operaron como un
evidente obstáculo para que pudieran disponer libremente del inmueble y la expropiación
resulta el único medio apto para garantizar la manda contenida en el art. 41 de la
Constitución Nacional y las leyes, para asegurar la preservación de un inmueble cuyo
valor cultural ha sido reconocido por todos los involucrados en el pleito.
Concepto
Es la ocupación o adquisición coactiva de un bien por el Estado a efectos de satisfacer
exigencias de utilidad pública originadas por una situación general que afecta a toda la
sociedad o bien a un sector de aquella.
Es una especie dentro del género de las limitaciones a la propiedad privada que se emplean
por razones del interés público, por medio de la cual se afecta el carácter exclusivo o
perpetuo del dominio, según consista en una requisición sobre el uso del bien, o importe la
adquisición de la propiedad de aquel
Objeto
Puede recaer tanto a cosas como a derechos pudiendo variar su alcance debido a las
circunstancias y necesidades a satisfacer se adquirirá la propiedad del objeto o su mero uso
Especies
A) En propiedad
B) De uso
Régimen jurídico
Dado que la requisición afecta el derecho de propiedad en su perpetuidad (cuando se
adquiere la propiedad del objeto requisado) o en su exclusividad (cuando se utiliza
temporariamente el objeto requisado), como principio general esta debe resultad de la
existencia de una ley formal que la disponga y la prevea.
Ello debido a que al importar un sacrificio para el titular del bien que se haya destinado a
satisfacer un interés o utilidad publica, por el principio general en materia de expropiación
en donde un derecho patrimonial debe ceder por razones de utilidad pública, el sustento
jurídico que habilite el empleo del instituto bajo análisis debe ser la ley formal excepto que
se presente una urgente necesidad de satisfacer necesidades que resultan impostergables
y tras ello el estado puede incautar el objeto.
Requisitos
A) Existencia de utilidad pública
B) La indemnización al titular del objeto requisado debido a que sino estaríamos frente
a una confiscación y debe abonarse con carácter previo a su efectivización en virtud
del principio obrante en las CN y prov. La indemnización excluye al lucro cesante
C) La expedición de una constancia escrita y firmada que contenga la orden de
requisición la cual debe ser entregada al titular del objeto y ante todo tipo de requisa
ya que a partir de ella podrá gestionar la indemnización y saber si la ejecuto una
autoridad competente
D) El procedimiento que el acto administrativo dispone una requisición militar o civil
anormal tendrá ejecutoriedad propia pero una requisicion civil normal no goza de
aquella ejecutoriedad razon por la cual ante la oposición del sujeto titular del objeto
requisado, la administracion debera recurrir a la autoridad judicial a efectos de lograr
que aquella se haga efectiva
Deicomiso
Es una limitación a la propiedad privada impuesta por razones de interés público y
constituye una medida de policía de la propiedad en virtud de la cual se produce la pérdida
definitiva de una cosa mueble por razones de seguridad, moralidad o salubridad pública.
No resulta necesario que el sujeto pasivo de la medida se haya comportado con dolo o
culpa ya que lo que se busca es restablecer el orden jurídico y social.
Partiendo de la base de que el derecho de uso y disposición de la propiedad contenido en el
artículo 14 de la CN no es absoluto dado que su ejercicio de halla sujeto a las normas que
reglamenten su ejercicio, las leyes son el mecanismo que resulta apto para determinar qué
objetos pueden ser decomisados por ser contrarios al interés público al afectar la seguridad,
la moralidad y la salubridad pública.
Los objetos decomisados suelen destruirse por encontrarse al margen de la ley y sólo será
procedente sobre bienes MUEBLES.
Al encontrarse la propiedad en un estado de ilegalidad la garantía constitucional de su
inviolabilidad resulta improcedente y el abono de una indemnización también
Razones
1) La pérdida del derecho de propiedad por causa de utilidad pública que debe ser
dispuesta por una ley formal que así lo autorice
2) Las leyes que reglamenten su ejercicio deben ser leyes formales emanadas del
poder legislativo
e) Ocupación temporánea.
Es una limitación a la propiedad privada por razón del interés público a través de la cual el
estado adquiere en forma PROVISIONAL Y TRANSITORIA un bien o cosa ajeno para
satisfacer un requerimiento de utilidad pública. No apareja la pérdida del dominio sino que
(pag 62 botass…)
UNIDAD 3
Limitaciones a la propiedad privada por razones de interés público.
Concepto
Es el medio jurídico en cuyo mérito el Estado obtiene que un bien sea transferido de un
patrimonio a otro por causa de utilidad pública, previa indemnización.
La expropiación constituye una limitación al carácter perpetuo de la propiedad
Naturaleza juridica
Actualmente se considera a la expropiacion como una institucion del derecho publico. Ésta
es la idea dominante contemporáneamente pero, en el pasado, se sucedieron otros
criterios.
- El primero fue considerarla como una institución regida por el derecho privado,
influida por la disposición entonces vigente –el art. 1324 del Código Civil- que
disponía que “nadie puede ser obligado a vender, sino cuando se encuentre
sometido a una necesidad jurídica de hacerlo”, sometimiento que se daba, entre
otros casos, cuando –empleando las palabras del Código Civil hoy derogado- “hay
derecho en el comprador de comprar la cosa por expropiación, por causa de utilidad
pública”. La expropiación, en consecuencia, aparecía como una compraventa
forzosa, pero compraventa al fin y, como tal, sometida al derecho privado.
- Este criterio fue abandonado y ganó espacio la idea de que la expropiación era un
instituto de carácter mixto, regido en parte por el derecho público y en parte por el
derecho privado. El primero, se aplicaba a todo aquello que se refería a la
competencia para declarar la necesidad de la expropiación y calificar la existencia de
la utilidad pública; el segundo, a su vez, se aplicaba a todo lo concerniente a la
fijación de la indemnización que debía pagarse, que constituía una cuestión civil. A
fines de los años cincuenta del siglo pasado, la Corte Suprema adoptó la idea actual
de que la expropiación es una institución regida por el derecho público, en todos sus
aspectos, y más concretamente por el derecho administrativo.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica)
-cuya jerarquía constitucional impone el artículo 75 inciso 22- establece en su artículo 21:
“Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y
goce al interés social”. Y: “Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto
mediante el pago de indemnización justa, por razones de utilidad pública o de interés social
y en los casos y según las formas establecidas por la ley”.
Elementos
a) La utilidad pública (elemento final)
b) El bien expropiable (elemento objetivo);
c) El expropiante y el expropiado (elemento subjetivo);
d) La indemnización (elemento material)
e) El procedimiento (elemento formal).
Utilidad publica
La utilidad publica comprende todos los casos en que se procure la satisfacción del bien
común, sea éste de naturaleza material o espiritual. No requiere necesidad, sino utilidad. Si
bien esta es una competencia del legislador, no puede ser arbitraria
La regla es que el legislador sancione una ley especial con determinación precisa del bien
que se expropiará. Se trata de la llamada declaración específica, por oposición a la
genérica.
También el legislador acude a declaraciones de utilidad pública genéricas. La Corte
Suprema ha reconocido que en los casos de obras de carácter general, como son las de
ferrocarriles, tranvías, canales o caminos, no es necesario que se dicte una ley especial de
expropiación para cada una de las propiedades afectadas; basta que la ley nacional
respectiva conceda autorización general para expropiar, calificando la obra de que se trata y
confiando a las autoridades administrativas la determinación de los terrenos que sean
necesarios para realizarla
El bien expropiable
Respecto al objeto la disposición legislativa es amplísima: “pueden ser objeto de
expropiación todos los bienes convenientes o necesarios para la satisfacción de la
utilidad pública, cualquiera sea su naturaleza jurídica, pertenezcan al dominio público o al
dominio privado, sean cosas o no”
Por otro lado deben contemplarse los bienes pertenecientes a la Nación. Por lo pronto, es
evidente que la Nación no puede expropiarse a sí misma y que la ley 21.499 no pudo
contemplar este supuesto. La hipótesis se refiere a la competencia provincial para expropiar
bienes nacionales. Aquí también las opiniones están divididas, pues en tanto algunos la
admiten pero sólo en los casos excepcionales en los que el interés público local prevalezca
sobre el interés federal y otros la rechazan pues piensan que “una utilidad pública nacional,
siempre ha de tener mayor jerarquía que una utilidad local” (Diez) o, lo que es igual, que la
local es inferior a la utilidad pública nacional.
Expropiación por capas horizontales: bajo esta expresión suelen comprenderse dos
supuestos. El primero es el subsuelo. La ley en armonía con una antigua jurisprudencia
establece que “es susceptible de expropiación el subsuelo con independencia de la
propiedad del suelo” (art. 6). Otro tanto ocurre con los inmuebles sometidos al régimen de la
propiedad horizontal, respecto de los cuales tampoco existen obstáculos para que puedan
ser expropiados.
El espacio aéreo: Es susceptible de expropiación. Nada obsta a ello, ya se trate del espacio
aéreo perteneciente al dominio privado o al dominio público
Entidades estatales:
1. Estado Nacional
2. CABA
3. Entidades autarquicas nacionales
4. Empresas nacionales siempre que esten facultadas en sus leyes organicas
Los particulares, sean personas de existencia visible o jurídicas, podrán actuar como
expropiantes cuando estuvieren autorizados por la ley o por acto administrativo fundado en
ley” (art. 2).
A estos dos sujetos, que por economía del lenguaje llamamos expropiante y expropiado,
puede añadirse un tercero, un sujeto beneficiario. Este tercero no necesariamente aparece
en toda expropiación. La regla es la contraria, porque normalmente el Estado expropiante
incorpora a su dominio el bien expropiado. Puede decirse aquí que expropiante y
beneficiario coinciden. Pero si el Estado expropia, no incorpora para sí el bien sino que lo
destina a un tercero aparece la figura del beneficiario, como por ejemplo las cooperativas de
trabajadores en las fabricas recuperadas
La indemnización se pagará en dinero efectivo, salvo conformidad del expropiado para que
dicho pago se efectúe en otra especie de valor (art. 12). El pago con bonos fue declarado
inconstitucional por la Corte Suprema en el caso “Servicio Nacional de Parques Nacionales
c/ Franzini, Carlos y sus herederos”
Este valor objetivo del bien se debe fijar al momento de la desposesión. La Corte sostuvo
que “de acuerdo con el principio de que la indemnización –precio de la cosa y daños- tiende
a restablecer un equilibrio entre la situación económica anterior y posterior del expropiado,
el momento no debe ser elegido ni en detrimento ni en beneficio de ninguna de las partes y,
por lo tanto, corresponde fijar la indemnización en el momento de la desposesión de la cosa
expropiada”.
La ley resuelve el punto en estos términos: a) “integrarán la indemnización el importe que
correspondiere por depreciación de la moneda y el de los respectivos intereses” (art. 10) y
b) “para establecer la depreciación monetaria, se descontará del valor fijado la suma
consignada en el juicio, conforme con lo previsto en el artículo 22 –se trata de la suma que
el expropiante debe consignar para obtener la posesión del bien- efectuándose la
actualización sobre la diferencia resultante, hasta el momento del efectivo pago. En tal caso,
los intereses se liquidarán a la tasa del seis por ciento anual, desde el momento de la
desposesión hasta el del pago, sobre el total de la indemnización o sobre la diferencia,
según corresponda”
La norma dice así: “Declarada la utilidad pública de un bien, el expropiante podrá adquirirlo
directamente del propietario dentro de los valores máximos que estimen a ese efecto el
Tribunal de Tasaciones de la Nación para los bienes inmuebles, o las oficinas técnicas
competentes que en cada caso se designarán, para los bienes que no sean inmuebles.
Tratándose de inmuebles el valor máximo estimado será incrementado automáticamente y
por todo concepto en un diez por ciento”.
a) Promovida la acción se dará traslado por quince días al demandado. Las cuestiones
relacionadas con su formalidad seran deguladas por el CPCC de La Nacion. El proceso
tramitará por juicio sumario, con las modificaciones establecidas por esta ley y no estará
sujeto al fuero de atracción de los juicios universales
b) Si existieren hechos controvertidos se abrirá la causa a prueba por el plazo que el juez
estime prudencial. Las partes podrán alegar por escrito. No existen limitaciones en relacion
a la produccion de la prueba mas que las dispuestas por el CPCC pero la valuacion del bien
solo podra requerirse al Tribunal Nacional de Tasaciones que tiene un plazo de 20 dias para
realizar el dictamen.
Presentados los alegatos o vencido el plazo para hacerlo, el juez llamará autos para
sentencia. El cargo de las costas del juicio, como así su monto y el de los honorarios
profesionales, se regirán por las normas del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
y por las respectivas leyes de aranceles. Las partes podrán interponer todos los recursos
admitidos por el mencionado Código.
d) Tratándose de inmuebles será competente el juez federal del lugar donde se encuentre el
bien a expropiar con jurisdicción en lo contencioso-administrativo. Tratándose de bienes que
no sean inmuebles, será competente el juez del lugar en que se encuentren o el del
domicilio del demandado, a elección del actor.
Las vias para realizar la impugnacion podran ser a partir de una accion declarativa de
certeza o de inconstitucionalidad de caracter preventivo a efectos de obtener una
declaracion judicial en ese aspecto. Tambien lo podra ser la retrocesión en caso de que se
le haya dado al bien un fin distinto
Respecto a la prescripcion de dicha accion, la ley establece que el plazo para iniciar la
accion de expropiacion irregular prescribe a los 5 años, el cual debe computarse desde la
fecha en que tuvieron lugar los actos o comportamientos del estado que tornan inviable
dicha accion. Sin embargo, la CSJN ha establecido que la adquisicion del dominio sobre el
bien expropiado se halla subordinada al pago de la indemnizacion previa y que es recion
con la fijacion de ese resarcimiento que el derecho puede ser exigible, entonces a partir de
ahi correra la prescripcion
Abandono de la expropiacion
El abandono, como surge de su propia denominación, supone la inactividad del Estado que,
contando con una ley que califica de utilidad pública a un bien, deja transcurrir los plazos sin
promover la acción judicial. Advertimos que no hay un proceso iniciado sino, precisamente,
la ausencia de aquél. Se trata, por expresarlo de un modo simple, de un plazo para
promover la expropiación, vencido el cual el Estado no podrá hacerlo o si lo hiciera, el
particular podrá oponer la prescripción de la acción.
El art. 33 de la ley regla la cuestión en estos términos: “Se tendrá por abandonada la
expropiación —salvo disposición expresa de ley especial— si el expropiante no promueve el
juicio dentro de los dos años de vigencia de la ley que la autorice, cuando se trate de
llevarla a cabo sobre bienes individualmente determinados; de cinco años, cuando se trate
de bienes comprendidos dentro de una zona determinada; y de diez años cuando se trate
de bienes comprendidos en una enumeración genérica. No regirá la disposición precedente
en los casos en que las leyes orgánicas de las municipalidades autoricen a éstas a
expropiar la porción de los inmuebles afectados a rectificaciones o ensanches de calles y
ochavas, en virtud de las ordenanzas respectivas”.
Retrocesion
El Estado persigue una finalidad bien definida cuando decide la expropiación de un bien.
Valga este ejemplo: se expropia un edificio para instalar las oficinas de determinada
dependencia, v. gr., el Registro de la Propiedad. Ahora bien, es posible que la finalidad
confesada no se cumpla. De este modo no hay causa expropiatoria y, por tanto, tampoco
motivos para mantener la propiedad en manos del Estado. La ley la define en estos
términos: “Procede la acción de retrocesión cuando al bien expropiado se le diere un
destino diferente al previsto en la ley expropiatoria, o cuando no se le diere destino alguno
en un lapso de dos años computado desde que la expropiación quedó perfeccionada” (art.
35). La ley establece que “se entenderá que no hubo cambio de destino cuando el acordado
al bien mantenga conexidad, interdependencia o correlación con el específicamente previsto
en la ley. Tampoco se considerará que medió cambio de destino si a una parte del bien
expropiado se le asignare uno complementario o que tiende a integrar y facilitar el previsto
por la ley” (art. 36).
La ley, como se advierte, distingue dos supuestos: a) la retrocesión por falta de destino y b)
la retrocesión por destino distinto. En el primer supuesto, el expropiado deberá intimar
fehacientemente al expropiante para que le asigne al bien el destino que motivó la
expropiación; transcurridos seis meses desde esa intimación sin que el expropiante le
asignara al bien ese destino, o sin que hubiere iniciado los respectivos trabajos, la acción de
retrocesión quedará expedita, sin necesidad de reclamo administrativo previo (art. 39). En el
segundo caso, esto es, si al bien se le hubiere dado un destino diferente al previsto en la ley
expropiatoria, deberá formularse el reclamo administrativo previo (art. 39, última parte).
La retrocesión también procede en los supuestos en que el bien hubiere salido del
patrimonio de su titular por el procedimiento de avenimiento.
La ley, establece con claridad los requisitos para la retrocesión (art. 42) y exige que:
El articulo 10 de la Ley 26.944 establece que “la responsabilidad contractual del Estado se
rige por lo dispuesto en las normas específicas. En caso de ausencia de regulación, se
aplica esta ley en forma supletoria.”
De esto se erige que
A. La distincion entre responsabilidad contractual y extracontractual se mantiene
vigente
B. La responsabilidad contractual posee principios propios
La responsabilidad contractual puede ser tanto por un proceder ilegitimo al realizar una
conducta activa u omisiva irregular, deficiente, inadecuada o incorrecta por parte de la
administracion o por una conducta licita. Este ultimo caso es el de la revocacion del contrato
por razones de oportunidad, merito o convniencia. De en que caso nos encuadremos
dependera el resarcimiento. En el caso de la responsabilidad por proceder ilegitimo hay
consenso al establecer que la victima debe obtener la reparacion integral de los perjuicios
sufridos. En el segundo caso, se ha seguido la tendencia que el derecho a una
indemnizacion excluye el lucro cesante.
CCCN
Las disposiciones del Codigo Civil no son aplicables a la responsabilidad del estado de
manera directa ni subsidiaria
3.- Responsabilidad del Estado por acción y por omisión. Por actividad ilegítima y
legítima. Requisitos de procedencia. Alcance de la indemnización. Jurisprudencia.
ARTICULO 1717.- Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es
antijurídica si no está justificada.
d) Falta de servicio consistente en una actuación u omisión irregular de parte del Estado; la
omisión sólo genera responsabilidad cuando se verifica la inobservancia de un deber
normativo de actuación expreso y determinado.
a) Daño cierto y actual, debidamente acreditado por quien lo invoca y mensurable en dinero;
Aqui el nexo causal, a diferencia de la responsabilidad por accion ilegitima, debera provenir
de hechos positivos
Ante esto Botassi considera que la exclusion del lucro cesante es inconstitucional por violar
los articulos 14 y 17 de la CN
En 1864 la CSJN dicto la sentencia “Seste, Vicente y Saguich c/ Gobierno Nacional” donde
los actores se agravian por el accionar del estado que los obligo a estar mas tiempo en el
servicio militar. Ahi la CSJN rechazo la demanda diciendo que un estado donde impera la
soberania del pueblo no puede se condenado a indemnizar los daños ocasionados por sus
representantes.
Hasta el año 1933 la corte fue contraria a establecer la responsabilidad extracontractual del
estado pero en el fallo “Tomas Devoto y CIA”
A partir del 2015 el CCCN reconocio la responsabilidad por la conducta de los dependientes
y una gran parte de la doctrina lo considero aplicable al estado. Para Botassi esto es
inaplicable ya que el estado no puede vigilar la conducta de sus dependientes en todos los
ambitos
Falta de servicio
En el caso “Ferrocarril Oeste c/Provincia de Buenos Aires” la Corte Nacional abandono la
vieja teoria para decir que desconociendo el deber de prestar el servicio publico el agente
compromete la responsabilidad del estado.
Derechos adquiridos
Por via de este principio, ni la administracion ni el legislador podran arrebatan o alterar un
derecho patrimonial adquirido sin desconocer la garantia de inviolabilidad de la propiedad
reconocida por la CN
Aseguramiento general
El patrimonio del estado se forma, claro esta, con las contribuciones de sus habitantes. Esta
teoria plantea que deben servir para indemnizar los perjuicios que irroga la vida en sociedad
y que son ocasionados por el estado como gestor del interes colectivo