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y tipos
Publicado en 23 diciembre, 2011
A muchos estas Navidades les habrán traído los Reyes Magos un pulsómetro. Este artilugio es
una de las herramientas de entrenamiento más extendidas entre los deportistas. Atrás quedan
esos enormes relojes incómodos, los antepasados de los actuales, que son mucho más
sofisticados, pero en el fondo su objetivo es el mismo, controlar y monitorizar los latidos del
corazón para medir la intensidad del entrenamiento. Son muchas las ventajas de su
utilización, pero en ocasiones los deportistas no saben darle un uso adecuado; por eso
intentaré ofrecerte en esta y sucesivas entregas, soluciones útiles para que puedas empezar el
año sacándole el máximo partido a tu pulsómetro.
¿Qué entendemos por pulsómetro? Es aquel instrumento que registra las ondas generadas por
el miocardio mediante electrodos, para, de ese modo, darnos una cifra al instante de los latidos
que efectúa el corazón durante un minuto.
Este aparato tiene un origen médico y fue utilizado, en un principio, para monitorizar las
constantes vitales de los enfermos de los hospitales. Posteriormente los finlandeses, que son los
creadores del pulsómetro deportivo, hacen unos pequeños aparatos transportables para que los
deportistas registren el esfuerzo realizado en sus entrenamientos. Pero solo estaban al alcance
de los deportistas profesionales, por lo mucho que constaban, y sin embargo ahora todo el
mundo puede tener uno por un módico precio.
Hay muchos tipos y marcas de pulsómetros, pero la finalidad de todos ellos es medirnos las
pulsaciones. En función del tipo de sensor que mide el pulso, podemos diferenciar tres tipos:
1) Los que miden el pulso colocando el dedo en un sensor al lado de la pantalla del reloj.
Actualmente casi están en desuso, por ser incómodos en su utilización y no muy precisos.
2) Los que miden el pulso colocando las manos en dos sensores mientras te mueves en una
cinta, bici o elíptica. Son exclusivos para aparatos de gimnasio, donde van integrados, por lo
que no se pueden utilizar para otros menesteres.
3) Los que miden el pulso a través de una cinta con electrodos que va colocada en la zona del
pecho. Son los más utilizados y extendidos, por su sencillez, facilidad de uso y precisión. Como
único inconveniente podemos decir que, si lo usamos mucho, deberemos cambiar la pila del
sensor, y en algunas marcas solo podremos cambiarla comprando una cinta nueva.
No hay que decir que, cuanto más sofisticado y más funciones tenga, más nos costará, aunque
podemos encontrar auténticas gangas en cuanto a funcionalidad por poco dinero, pero, si bien
lo más importante es que consigamos registrar las pulsaciones, estas a veces quedan en un
segundo plano, por eso tampoco os recomiendo comprar relojes demasiado complejos, que más
que ayudarnos a entrenar, nos van ayudar a entretenernos, dejando en un segundo plano el
objetivo inicial.
Hay 4 los parámetros básicos que siempre se deberían conocer para sacarle el mayor partido a
un pulsómetro:
1- Frecuencia cardiaca mínima: son las pulsaciones más bajas que solemos tener en
condiciones de absoluto reposo.
2- Frecuencia cardiaca máxima: son las pulsaciones más altas que podemos llegar a registrar
en un esfuerzo extremo y máximo.
3- Umbral anaeróbico: es el límite hasta el cual la musculatura trabaja principalmente con
oxígeno. Se establece en unas pulsaciones (normalmente entre 160 y 180). Este sería un
parámetro básico para esfuerzos largos, pero poco prolongados, y competiciones cortas, en las
cuales deberemos tener la virtud de acercarnos lo máximo posible a este umbral pero sin
sobrepasarlo, pues si no es así, comenzaremos a almacenar ácido láctico y estaremos perdidos.
4- Umbral aeróbico: es el límite hasta donde el cuerpo utiliza grasas como combustible y si lo
sobrepasamos comenzaremos a gastar glucógeno, algo que no interesa a ciclistas, triatletas,
maratonianos y demás deportistas de ultrafondo. Suele estar entre las 130 y las 160 pulsaciones.
Actualmente muchos pulsómetros modernos calculan estos datos de manera indirecta, pero
podemos aproximarnos más a ellos mediante la realización de diversos test (3) que nos dan
más fiabilidad:
1- Test para calcular la frecuencia cardiaca mínima: Échate a dormir con el pulsómetro y,
cuando estés acostado y te vayas a dormir, dale al start para que empiece a registrar tus
pulsaciones; nada más despertarte dale al stop para obtener las pulsaciones medias durante el
sueño, que te servirán para tener el valor de tu frecuencia cardiaca mínima.
2- Test para calcular la frecuencia cardiaca máxima: Calienta andando o corriendo durante
20 minutos, localiza una cuesta larga y de pendiente pronunciada y súbela 3 veces (andando o
corriendo, dependiendo de tu nivel); las dos primeras a un ritmo medio-alto y la tercera la subes
todo lo rápido que puedas durante 2 minutos, intentando llevar la máxima velocidad en los
últimos 30 segundos. Nada más terminar, o en los segundos posteriores, obtendrás una
frecuencia cardiaca muy cercana a tu frecuencia cardiaca máxima.
3- Test para calcular los umbrales: los deportistas que buscan un cierto rendimiento en sus
entrenamientos y competiciones, deberían tener claro cuáles son sus umbrales, tanto el aeróbico
como el anaeróbico, pero los test para averiguar estos umbrales no los expondré, dado que, para
alguien que haga “deporte-salud”, no tienen mucha trascendencia y además su desarrollo es
algo más complicado que los anteriores, haciendo necesaria la ayuda de un entrenador
cualificado.
Intensidad ligera: 60-70%, zona para el trabajo base de la condición física, muy
recomendable para personas que se inician en la actividad deportiva y quieren
comenzar a construir una buena forma física (especialmente para personas que
quieren perder grasa y comienzan en el deporte ). También utilizado en los
inicios de temporada de deportistas para comenzar a asentar una base de trabajo
aeróbico.
Recuerda, adapta tu zona de trabajo a tus sensaciones. Poco apoco irás subiendo el nivel.
.
La fórmula para calcular tu pulso (220 – edad) hemos comentado que es una herramienta
válida para comenzar a utilizar tu pulsómetro con buenos valores de referencia mientras
realizas actividad física. Deporte y salud unidos de la mano.
Una vez que tienes calculado los umbrales de tu ritmo cardiaco como hemos visto en un
artículo anterior, te recomendamos que si ya tienes una base de ejercicio físico o si ya
llevas algún tiempo trabajando con esta tabla, que subas entre 5 y 10 pulsaciones los niveles
para no estancarte en la mejora de tu condición física.
Por ejemplo.
Pues bien, esta persona debería comenzar a subir 5 pulsaciones y trabajar a 128 pulsaciones
por minutos para seguir mejorando su condición física y cuando vuelva a encontrarse bien,
subir otras 5. Esto se ha de realizar hasta un máximo de 10 pulsaciones por minuto tomando
como referencia el valor que nos da la fórmula 220 – Edad y siempre y cuando tu estado
de forma te lo demande. Sé moderado con tus objetivos y si compruebas que estás fuera de
ritmo, que el nuevo ritmo cardiaco te cuesta mantenerlo, vuelve a los valores anteriores.
Déjame tu comentario sobre este artículo o si tienes alguna otra manera de utilizar el
pulsómetro para conseguir mayor rendimiento. En deporte y salud física queremos
escucharte.
Sé Feliz.
Pedro García
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