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Ahora bien, es menester aclarar que el arte es la herramienta que más puede tener
contundencia al pensar en la visibilización de estas problemáticas, de estos ruidos
sociales- urbanos. La imagen tiene la capacidad de transmitir pensamiento, de servir
como pieza fundamental en la construcción de un relato, de ser un excelente
instrumento para situar al espectador en tal o cual ámbito de la vida y, por consiguiente,
de generar opinión respecto de un tema.
El presente texto busca ahondar los ruidos sociales- urbanos desde los tres pilares
mencionados (la desigualdad, la violencia y la contaminación), haciendo un análisis de
algunos artistas y sus obras que han trabajado estos temas a lo largo de la historia,
teniendo un interés especial en el contexto latinoamericano (aunque con ciertas
inclusiones de artistas europeos) desde el siglo XIX hasta la actualidad, en términos
cronológicos. Pues es importante revisar la historia e identificar que estas
problemáticas no son exclusivamente contemporáneas, si no que han tenido lugar
prácticamente en toda la historia de la humanidad, en diferentes regiones y culturas. Lo
realmente importante es analizar y reconocer las herramientas, tanto materiales como
conceptuales, que han empleado los diferentes artistas mediante sus obras para
abordar estos temas, a partir de estrategias de análisis tales como: La comparación
entre artistas y obras; el tema que trabajan, la manera en la que lo visibilizan y/o
critican; las herramientas y técnicas que utilizan para ejecutarlas; y la carga conceptual
que estas poseen en pro de generar algún cambio en la realidad, compartiendo
reflexiones y/o críticas importantes.
En imágenes como: “Peligros de los paseos con las niñeras”, “reyerta popular” y
“disidencias entre el pueblo soberano”. Torres Méndez nos visibiliza situaciones
violentas que tienen lugar en el ámbito cotidiano de la ciudad. Aunque, si se revisa su
obra en su conjunto, es claro que Torres Méndez tiene varios intereses de orden
costumbrista, al tratar a la par temas como: Las fiestas, la música, las modas y las
relaciones sociales, etc. Pero lo que es respetable es que nos muestre estos diferentes
1 Se considera “costumbrismo” aquel tipo de pinturas e imágenes que tienen como propósito
representar las costumbres y la cotidianidad de una población y/o comunidad específica.
aspectos de la vida, sus caras buenas y sus no tan buenas. Ahora bien, también es
pertinente mencionar que la postura de Torres Méndez es aún un tanto tímida -en los
términos que nos interesan por supuesto, los cuales serian la crítica social y la reflexión
por medio del arte- ya que si bien nos muestra problemáticas sociales de violencia
entre pares, sus representaciones pueden caer un poco en el amarillísmo cómico, se
pueden quedar en lo anecdótico del momento pero no van más allá del costumbrismo.
Lo que nos da cuenta de que la postura de Torres Méndez como artista no es
necesariamente de activista político. “No todo acto de resistencia es una obra de arte,
aún cuando, en cierto modo, lo sea. No toda obra de arte es un acto de resistencia, y
sin embargo, de cierta manera, lo es”- Gilles Deleuze2 .
Sin embargo, hubo un artista que le fue contemporáneo y que pudo manejar con un
poco más de audacia el problema de la representación y la manera de visibilizar
problemáticas sociales. Damos una breve visita a la París del siglo XIX con una figura
muy importante, tanto para la gráfica, como para la crítica social por medio del arte. Se
trata de Honore Daumier (1808- 1879), quien en obras tales como: “El motín”,
“desplazamiento de la población por las demoliciones”, “el vagón de tercera clase”,
“gargantua”, entre otras; nos ponen en evidencia, incluso por el título mismo de las
imágenes, que el factor de visibilización de problemáticas sociales tiene gran relevancia
para él, y nos deja claro que en sus imágenes no idealiza la realidad. Si no que nos
presenta más bien aspectos de la realidad que no muchos quisieran ver, pues
representa gente humilde, trabajadores anónimos y situaciones de revuelta, dándonos
cuenta de realidades desiguales y violentas.
En una obra como “Le massacre de la rue Transnonain” (figura 2), imagen alusiva a la
matanza que tuvo lugar en la calle de Transnonain (Paris) en abril de 1834 por parte del
ejercito nacional francés. Es una obra en la que se ven algunos cadáveres, entre los
que resaltan los de un hombre sobre el de su pequeño hijo, todos pertenecientes a la
clase obrera de la calle Transnonain. Resultan varios factores que nos son pertinentes.
En principio, se trata de la visibilización de un acto violento, de una matanza. La
2 Deleuze, G (1987) ¿Qué es el acto de creación?, pp 300- 301, Minuit, Paris, Francia.
imagen no nos muestra el momento como tal de la agresión, nos muestra el después
de, el resultado de, la huella de un acontecimiento atroz; algo que en términos
conceptuales resulta mucho más interesante, si se permite la comparación, que las
obras como las de Torres Mendez, pues invita al espectador a pensar más la imagen, a
recorrer sus detalles para tratar de inferir qué fue lo que sucedió, mientras que Torres
Mendez nos da la comida ya masticada. Además, se trata de una litografía que en su
momento circuló entre la comunidad, una estrategia de suma importancia al momento
de hacer denuncia social, pues “una forma sin mirada es una forma ciega” cómo lo
afirma Didi Huberman3.
Figura 1 Figura 2
3Huberman, D (2008) “La emoción no dice yo, diez fragmentos sobre la libertad estética” pp
41, en Alfredo Jaar. La política de las imágenes, Metales pesados, Santiago de Chile, Chile.
“deformación” o mejor, la exageración de ciertos rasgos y partes del cuerpo con el fin
de cargar las imágenes de expresividad. Y en tercera instancia, la manera de
representar poblaciones especificas consideradas por la burguesía como otredades.
Ambos artistas les dan voz a estas personas, una voz que no tenían, y así mismo, los
dignifican por medio de las imágenes.
Figura 3 Figura 4
Pero desde nuestro lugar contemporáneo lo mejor sería pensar, quizás, en encontrar el
balance perfecto, entre generar contenidos críticos y reflexivos, que se valgan de
herramientas de deconstrucción y de cuestionamiento del medio utilizado, pero que
puedan ser entendidos y asimilados por gran parte del público, sin ser intelectualmente
excluyentes, en la medida de lo posible.
Ahora bien, uno de los ruidos sociales más pertinentes, que quizás no ha tenido tanta
relevancia como los otros en el campo del arte, pero que es de suma importancia es la
contaminación ambiental. Ya que se trata de un tema el cual si no se le presta la
atención que se merece, las consecuencias serán nefastas, pues es un tema que no
discrimina entre seres humanos, animales o naturaleza, ya que afecta a todos por
igual.
De igual manera, otro artista contemporáneo llamado Olafur Eliasson (1967), de origen
Danés, recurrió a la escultura instalativa a gran escala, para trabajar el tema de la
contaminación. En este caso, en su obra titulada “Ice watch” (2014), Eliasson instaló
en varios puntos de la ciudad de Londres enormes bloques de hielo traídos desde
Groenlandia, con el fin de llevarle a los ciudadanos la realidad del derretimiento de
estos enormes bloques de hielo en los polos, como consecuencia del calentamiento
global. La obra tiene una intención buena y, en términos conceptuales, el hecho de que
se trate de una obra procesal que puede ser revisitada y que se encuentra al alcance
de todas las personas, al estar en espacios públicos, son factores que valen la pena
resaltar. No obstante, el hecho de que estos bloques se derritan en las calles,
inevitablemente, se trata de un desperdicio de agua que, al tratarse de una obra en
contra de la contaminación y el cambio climático, es completamente contraproducente
y de inmediato destruye la obra. Puede que, de hecho, esto sea un propósito
intencionado por el artista para demandar la atención del espectador hacia este
problema, no obstante, al trabajar sobre el tema de la contaminación, los artistas
deberían tener consciencia sobre factores como el correcto uso de los bienes y
recursos naturales, si los van a utilizar formalmente en sus obras. Debido a lo anterior,
se afirma que estos ejemplos nos dan cuenta de que es importante visibilizar esta
problemática, pero que también hay que mantener una coherencia conceptual al
momento de hacerlo.
En conclusión, a partir de los artistas y las obras analizadas, se puede establecer que:
En primer lugar, es importante visibilizar estos temas en el ámbito de las artes visuales,
de una manera crítica y/o reflexiva. En segundo lugar, que estos temas se pueden
trabajar desde las distintas facetas de las artes visuales como lo son la gráfica, el
audiovisual y la plástica. Y en tercer lugar, que la importancia radica no sólo en
simplemente trabajar sobre estos temas y visibilizarlos, sino que, lo más importante de
todo es la manera de hacerlo, aquellas estrategias y herramientas que se emplean a
partir del medio utilizado para lograr el cometido (compartir crítica y reflexión por medio
del arte) de una manera contundente y conceptualmente interesante y coherente.
Bibliografía:
- Huberman, D (2008) “La emoción no dice yo, diez fragmentos sobre la libertad
estética”, en Alfredo Jaar. La política de las imágenes, Metales pesados, Santiago de
Chile, Chile.
- Deleuze, G (1987) ¿Qué es el acto de creación?, Minuit, Paris, Francia.
- Blumenberg, H (1995) Naufragio con espectador: paradigma de una metáfora de la
existencia, Machado libros, Madrid, España.
- Rocha, g (1965) Estética del hambre, Reseñas del cine latinoamericano, Conferencia
presentada en Genova.
- Benjamin Walter (1931) Pequeña historia de la fotografía, traducción de Roger
Lewinter, Taurus, Madrid, España.
Indice de imágenes:
- Figura1: Ramón Torres Mendez, Reyerta popular, Bogotá, Colombia, 1878. Litografia
a color. Colección museo Nacional de Colombia.
- Figura 2: Honoré Daumier, Le massacre de la rue Transnonain, Paris, Francia, 1834
- Lithographie. Publiée dans L'Association mensuelle de juillet 1834 (24e et dernière
planche et 5e de Daumier). BnF. (Biblioteca Nacional Francesa)
- Figura 3: Edward kingman, Mirada hacia el Sur, Quito, Ecuador, 1981, óleo sobre
lienzo.
- Figura 4: Antonio Berni, Los desocupados, Buenos Aires, Argentina, 1934, óleo sobre
lienzo. Museo nacional de bellas artes de Argentina.