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Reseña de la película: El hombre con la cámara- Diga Vertov

Por: Manuel David Serrato Rincón

Esta película se puede considerar un documental en el sentido en que no hace uso de actores para
generar una ficción, por el contrario, las imágenes que nos muestra son imágenes reales, de la
cotidianidad que se vive en una ciudad desde diferentes aspectos. Sin embargo, hay ciertos
personajes que tienen protagonismo, un operador de cámara y la cámara en sí misma, que es
mostrada junto con el operador constantemente en la película; es gracias a esto por lo cual se
infiere que se trata de una suerte de recorrido o de registro de la ciudad por parte de este
operador.

El film está compuesto por una gran cantidad de tomas y de planos que distan los unos de los
otros, sin estar alejados por completo. En la película no hay un hilo conductor narrativo
coherente, más bien hay una yuxtaposición de imágenes, donde el montaje termina por construir
un relato constructivista, que da cuenta de la cotidianidad de una ciudad, de un registro de
actividades varias de esta, así como también, del gusto del director por factores como el ritmo, la
maquinaria, la monotonía, los procesos industriales, las aglomeraciones, la mano de obra, los
deportes, los vehículos de transporte: trenes, tranvías, automóviles e incluso carruajes de
caballos, entre otros varios. Además, es importante mencionar que en esta película se hace uso de
varios “truquillos” de montaje como por ejemplo; el stop motion, la aceleración, los difundidos
entre imágenes y la pantalla dividida.

Es así como el film nos coloca en una posición de espectadores- acompañantes en la aventura de
registro de este operador, nos permite ingresar en su oficio y estar, metafóricamente hablando,
hombro a hombro con este hombre, que aparece frente a la pantalla en ciertas ocasiones, pero
que está presente todo el tiempo proponiéndonos un punto de vista y una visualidad guiada por
su objetivo. En definitiva, el hombre con la cámara nos permite adentrarnos en una ciudad y sus
gentes en diferentes ámbitos y situaciones de la vida, y también, genera una conexión, una
sensación de enganche y atención, que nos lleva de lo real a lo surreal e imaginario, partiendo de
la ambigüedad, de la arbitrariedad, dejando el paso abierto a la sensibilidad.

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