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TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN

Temario

Unidad 7. Derechos del Hombre, Derechos Humanos y sus Garantías en la Constitución

 7.1. Contexto mundial


o 7.1.1. Aporte de Inglaterra en la Carta Magna
o 7.1.2. Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789
o 7.1.3. La Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948
 7.2. Terminología y adopción en las Constituciones de México
 7.3. Garantías sociales en la Constitución
 7.4. Derechos colectivos o difusos como tendencia Constitucional contemporánea
 7.5. Generaciones de los Derechos Humanos
o 7.5.1. Primera generación
o 7.5.2. Segunda generación
o 7.5.3. Tercera generación
o 7.5.4. Protección al medio ambiente

UNIDAD 7

Derechos del Hombre, Derechos Humanos y sus Garantías en la Constitución

Introducción

Hablar de derechos humanos es referirse, como señala Pérez Luño, a “un conjunto de facultades e instituciones
que, en cada momento histórico, concretan la exigencia de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las
cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional”
(Pérez, 1991:46). Este autor distingue también entre los derechos humanos y los derechos fundamentales, un
concepto que, para él, se emplea generalmente para aludir a aquellos derechos humanos garantizados por el
ordenamiento jurídico positivo, en la mayor parte de los casos en su normativa constitucional, y que suelen
gozar de una tutela reforzada.

Consecuentemente, en cada etapa histórica se produce una visión particular de los derechos que determinará la
manera en que los particulares y los poderes públicos tomarán decisiones en el ámbito jurídico para su tutela.
En el caso de México, el año 2011 marca un antes y un después en esta materia, pues las Comisiones Unidas de
Puntos Constitucionales y Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, al dictaminar el paquete de reformas
a la Constitución que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio (Dictamen discutido y
votado el 15 de diciembre de 2010) establecieron los elementos que caracterizan a los derechos humanos.

Para dichas comisiones, los derechos humanos se definían como “el conjunto de prerrogativas inherentes a la
naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo
que vive en una sociedad jurídicamente organizada”. Esta definición sirvió para distinguir a los derechos
humanos de las garantías individuales que, las propias comisiones, retomando una tesis de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación dictada en la Novena Época (Agravios inoperantes. Lo son los que sostienen que los
juzgadores de amparo violan garantías individuales, solamente en ese aspecto. Tesis: P./J. 2/97, pág. 30) ,
definieron como “derechos públicos subjetivos consignados en favor de todo habitante de la República que dan
a sus titulares la potestad de exigirlos jurídicamente a través de la verdadera garantía de los derechos públicos
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fundamentales del hombre que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos consigna, esto es, la
acción constitucional de amparo”.

Con estos planteamientos como punto de partida, las comisiones dictaminadoras determinaron los elementos y
características tanto de las garantías individuales como de los derechos humanos. Por lo que se refiere a las
primeras, como sus elementos señalaron los siguientes:

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Relación jurídica de supra a subordinación entre el gobernado (sujeto activo) y el Estado (sujeto pasivo);

Derecho público subjetivo que emana de dicha relación a favor del gobernado (objeto);
Obligación correlativa a cargo del Estado, consistente en respetar el consabido derecho y en observar o cumplir
las condiciones de seguridad jurídica del mismo, y
Previsión y regulación de la citada relación por la ley fundamental.
Universales

Porque son para todas las personas sin importar su origen, edad, raza, sexo, color, opinión política o religiosa;
Permanentes

Porque no pueden limitarse o suprimirse, por el contrario evolucionan para ser más incluyentes;
Progresivos

Ya que satisfacen las necesidades personales y colectivas en continua transformación, se incrementan de la


mano del desarrollo social, cultural, económico y político de las sociedades, y
Preexistentes al Estado

O la norma fundamental y en consecuencia deben ser reconocidos por la Constitución y en el caso de reforma
no podrán ser afectados en sus alcances.
De esta forma, siguiendo el citado Dictamen, puede decirse que la diferencia entre unas y otros estriba en que
“las garantías individuales son los límites de la actuación del poder público consagrados de manera precisa en
un texto constitucional y que los derechos humanos son anteriores y superan el poder público, por lo que
aunque no estén consagrados en una Constitución el Estado se constriñe a reconocerlos, respetarlos y
protegerlos”.

¡Importante!
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Antes de comenzar con el estudio de la unidad, realice la lectura de los siguientes materiales
que le permitirán tener más claro el contexto en el que se ubican los temas que se abordarán
más adelante:

García Ramírez, Sergio, Mariano Otero, Estadista y Jurista, Estadista y Jurista.

Organización de las Naciones Unidas, Declaración Universal de Derechos Humanos

Jellinek, Georg, La declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, pp. 81-84 y 197-
199.

Soberanes, José Luis, Sobre el origen de las declaraciones de derechos humanos, pp. 165-
178.

Objetivo particular

El alumnado esquematizará el concepto, naturaleza y proceso histórico del hombre, reconocerá las Garantías
Sociales en la Constitución y la protección jurisdiccional de los Derechos del Hombre.

Creando conciencia

Diversidad cultural

Todas las personas somos diferentes, algunas tenemos la piel más clara o más oscura, algunas somos más altas o
más bajas; pero todas tenemos el derecho de ser respetadas, por lo tanto, estamos obligados a reconocer este
derecho en las demás personas.

México es una nación con gran diversidad cultural, es un espacio donde conviven grupos de personas con
diferentes creencias, lenguas y visiones del mundo; sin embargo, todos y todas somos iguales ante la Ley. Es
esta diversidad la que nos permite ser un país rico en historia y cultura, lo que nos hace crecer como individuos
y como nación.

Veamos algunos detalles más sobre esto en el video La diversidad cultural en México.

Contexto mundial

Jesús Rodríguez y Rodríguez refiere con acierto que aunque los derechos humanos, en su problemática
filosófica, religiosa, política y social, han sido una preocupación desde tiempos remotos, su reconocimiento
jurídico es un fenómeno más reciente que ha sido producto de un lento y penoso proceso de formulación
normativa que ha atravesado por diversas etapas (Rodríguez, 2002). Entre ellas, destacan por su importancia, la
Inglaterra del Siglo XIII por la aprobación de la Carta Magna, la Revolución francesa que dio origen a la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial,
que tuvo como uno de sus importantes resultados, la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
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Aporte de Inglaterra en la Carta Magna

Durante el reinado de Enrique II, gobernante de la dinastía


Plantagenet y bisnieto de Guillermo el Conquistador, duque de
Normandía, se buscó el reforzamiento del poder real, se sometió a
los nobles a diversos impuestos y se sujetó a la Iglesia a las
constituciones de Claradon; estas acciones generaron luchas y
enfrentamientos de los señores feudales y la Iglesia contra el rey.
A pesar de estas contrariedades al interior, Enrique II consiguió
cierta centralización del poder de Inglaterra.

(1) Enrique II de Inglaterra

No obstante, esta estabilidad no se mantendría por mucho tiempo, pues las revueltas de los hijos de Enrique II
—Enrique el Joven, Ricardo Corazón de León y Godofredo II de Bretaña— desestabilizaron el país.

Al morir Ricardo Corazón de León y ante la muerte prematura de Enrique y Godofredo, Juan, el hijo menor de
Enrique II, se proclamó rey de Inglaterra.

Sin embargo, el reinado de Juan, apodado “sin Tierra”, se vio envuelto en diversas campañas militares en contra
de Francia, que tenían el propósito de recuperar los feudos ingleses del continente, así como de sus propios
súbditos: señores feudales, obispos y burgueses.

La derrota en Bouvines, Francia, en 1214, obligó a Juan Sin Tierra


a enfrentar el conflicto interno con sus súbditos estando
completamente debilitado, lo que llevó a la firma la Carta Magna
el 15 de junio 1215, la cual representa el primer compromiso
escrito de un rey inglés de respetar determinadas libertades y
derechos a sus súbditos.
(2) Carta magna de 1215

Lo anterior fue ocasionado por su poca legitimidad como rey y las severas cargas tributarias impuestas tanto a la
nobleza como al clero.

Aunque Juan sin Tierra desconoció dicho documento posterior a su firma, sí representaba un instrumento
jurídico que reflejó las demandas de un sector de la población por frenar la arbitrariedad del poder público
representado por el rey, ya que la Carta Magna reconoció derechos a la nobleza, al clero y a la burguesía, como
un límite al ejercicio del poder del rey. Su principal aportación a los derechos humanos la podemos encontrar en
el capítulo XXXIX de dicha carta, donde se establecen los antecedentes del debido proceso.

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789


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Surge como una victoria de la revolución francesa, junto con la abolición de los privilegios y el nacimiento de
una nueva clase social que abogaba por el liberalismo individualista: la burguesía.

La Declaración francesa, a diferencia de documentos anteriores que protegían derechos, tuvo pretensiones de
universalidad. Por ello, este documento se erige como un gran monumento a la libertad, al señalar que los
derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre no son creados o legislados por los representantes del
pueblo francés constituidos en Asamblea Nacional, sino sólo reconocidos y declarados por éstos en presencia y
bajo los auspicios del Ser Supremo. La Declaración de Derechos está compuesta por diecisiete artículos que
afirman y definen los derechos del hombre a través de una concepción individualista de la sociedad que se
mantiene a través de los tiempos (Rodríguez, 2011:372). En ella se establece que:

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 Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos y que las distinciones sociales sólo
pueden fundarse en la utilidad común;
 La meta de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del
hombre que son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión;
 El origen de toda soberanía reside esencialmente en la Nación y que ningún órgano o individuo pueden
ejercer autoridad que no emane expresamente de ella;
 La libertad consiste en poder hacer todo lo que no daña a los demás, por lo que el ejercicio de los
derechos naturales de cada hombre no tiene más límites que los que aseguran a los demás miembros de
la sociedad el goce de estos mismos derechos y estos límites sólo pueden ser determinados por ley;
 La ley no puede prohibir más que las acciones dañosas para la sociedad y todo lo que no es prohibido
por la ley no puede ser impedido, además de que nadie puede ser obligado a hacer lo que ésta no ordena;
 La ley es la expresión de la voluntad general y todos los ciudadanos son iguales ante ella y pueden
participar en su formación;
 Ninguna persona puede ser acusada, detenida ni encarcelada sino en los casos determinados por la ley
según las formas prescritas en ella;
 La ley no debe establecer más que penas estrictas y evidentemente necesarias, y nadie puede ser
castigado sino en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito y legalmente
aplicada;
 Toda persona se presume inocente hasta que sea declarada culpable;
 Nadie puede ser inquietado por sus opiniones, incluso religiosas, en tanto que su manifestación no altere
el orden público establecido por la ley;
 La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más preciados del
hombre;
 La fuerza pública es necesaria para la garantía de los derechos del hombre y del ciudadano, pero ésta se
instituye, por tanto, para beneficio de todos y no para la utilidad particular de aquellos que la tienen a su
cargo;
 Las contribuciones deben ser igualmente repartidas entre todos los ciudadanos en razón a sus
posibilidades;
 La sociedad tiene el derecho de pedir cuentas a todo agente público sobre su administración, y
 La propiedad es un derecho inviolable y sagrado, por lo cual nadie puede ser privado de ella sino cuando
la necesidad pública, legalmente constatada, lo exige claramente y con la condición de una
indemnización justa y previa.

A partir de estos postulados la Declaración francesa se presenta como obra universal y atemporal, en la cual los
derechos se contemplan como postulados fundamentales del constitucionalismo moderno. De hecho, el artículo
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16 señala claramente que “Toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no está asegurada ni la
separación de poderes establecida, no tiene Constitución”.
La Declaración es a la vez una obra teórica y un instrumento realista de protección de los derechos que marca
un hito en la historia de la consagración constitucional de los derechos, pero a la vez también en la construcción
de la idea de su validez universal. Y es que este documento encabezó y precedió la Constitución francesa de
1791 y, desde entonces, las Constituciones suelen anteponer una parte dogmática en la que se contiene una serie
de derechos al resto de la Constitución; pero, además, este documento ha servido también como hoja de ruta en
la construcción del derecho internacional de los derechos humanos.

Para saber más…

Para profundizar sobre los derechos que reconoció la Declaración de los derechos del
Hombre y del Ciudadano, revise dicho documento en el sitio del Programa Universitario de
Derechos Humanos UNAM.

La Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948

Si bien la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, ciento cincuenta años antes, había
generado un parteaguas en el reconocimiento de derechos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos
establece la universalización de los derechos al crear el primer documento para las naciones que se había
integrado la Organización de las Naciones Unidas como parte de una Comunidad Internacional.

Los actos de barbarie de la Segunda Guerra Mundial trajeron como consecuencia la creación de la Organización
de Naciones Unidas en 1945.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la Comunidad Internacional adquirió una conciencia generalizada de
proteger la dignidad humana y de sancionar a quienes atentaran contra ella, sin importar países ni fronteras; se
trataba de una idea de justicia superior, por ello se crearon tribunales de justicia internacionales para sancionar a
los responsables de los horrores de la guerra.

La base fundamental del compromiso internacional de los Estados que formaban parte de la Organización de las
Naciones Unidas, fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, en la que se recogieron los más nobles
ideales de igualdad, libertad y fraternidad.

Por ello, desde esa fecha y hasta nuestros días, cada día 10 de diciembre se celebra el Día Internacional de los
Derechos Humanos.

La Declaración Universal de los derechos humanos tiene entre sus características más significativas las
siguientes:

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, 1789*


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Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el
olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción
de los gobiernos, han decidido exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y
sagrados del hArtículo 14o.- Todos los ciudadanos tienen el derecho de verificar por sí mismos o por sus
representantes la necesidad de la contribución pública, de aceptarla libremente, de vigilar su empleo y de
determinar la cuota, la base, la recaudación y la duración. Artículo 15o.-La sociedad tiene el derecho de pedir
cuentas a todo agente público sobre su administración. Artículo 16o.- Toda la sociedad en la cual la garantía de
los derechos no está asegurada ni la separación de poderes establecida, no tiene Constitución. Artículo 17o.-
Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella sino cuando la necesidad
pública, legalmente constatada, lo exige claramente y con la condición de una indemnización justa y
previa.ombre, con el fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo
social, le recuerde permanentemente sus derechos y sus deberes; con el fin de que los actos del Poder
Legislativo y los del Poder Ejecutivo, al poder ser comparados a cada instante con la meta de toda institución
política, sean más respetados; con el fin de que las reclamaciones de los ciudadanos, fundadas desde ahora en
principios simples e incontestables se dirijan siempre al mantenimiento de la Constitución y a la felicidad de
todos

En consecuencia, la Asamblea Nacional, reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser Supremo,
los siguientes derechos del hombre y del ciudadano.

Artículo 1o.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo
pueden fundarse en la utilidad común.

Artículo 2o.- La meta de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e
imprescriptibles del hombre. Estos derechos son: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la
opresión.

Artículo 3o.- El origen de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún órgano, ni ningún
individuo pueden ejercer autoridad que no emane expresamente de ella.

Artículo 4o.- La libertad consiste en poder hacer todo lo que no daña a los demás. Así, el ejercicio de los
derechos naturales de cada hombre no tiene más límites que los que aseguran a los demás miembros de la
sociedad el goce de estos mismosderechos. Estos límites sólo pueden ser determinados por la ley.

Artículo 5o.- La ley no puede prohibir más que las acciones dañosas para lasociedad, todo lo que no es
prohibido por la ley no puede ser impedido, y nadiepuede ser obligado a hacer lo que ésta no ordena.

Artículo 6o.- La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanostienen el derecho de participar
personalmente o por medio de sus representantesen su formación. Debe ser la misma para todos, tanto si
protege como si castiga. Todos los ciudadanos, al ser iguales ante ella, son igualmente admisibles a todaslas
dignidades, puestos y empleos públicos, según su capacidad y sin otra distinciónque la de sus virtudes y la de
sus talentos.

Artículo 7o.- Ninguna persona puede ser acusada, detenida ni encarcelada sino en los casos determinados por la
ley según las formas prescritas en ella. Los que solicitan, facilitan, ejecutan o hacen ejecutar órdenes arbitrarias
deben ser castigados; pero todo ciudadano llamado o requerido en virtud de lo establecido en la ley debe
obedecer inmediatamente: se hace culpable por la resistencia.
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Artículo 8o.- La ley no debe de establecer más que penas estrictas y evidentemente necesarias, y nadie puede
ser castigado sino en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito y legalmente
aplicada.

Artículo 9o.- Toda persona, siendo presumida inocente hasta que sea declarada culpable, si se juzga
indispensable su detención, la ley debe de reprimir severamente todo rigor que no sea necesario para el
aseguramiento de su persona.

Artículo 10o.- Nadie debe ser inquietado por sus opiniones, incluso religiosas, en tanto que su manifestación no
altere el orden público establecido por la ley.

Artículo 11o.- La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más
preciados del hombre; todo ciudadano puede, por tanto, hablar, escribir e imprimir libremente, salvo la
responsabilidad que el abuso de esta libertad produzca en los casos determinados por la ley.

Artículo 12o.- La garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita una fuerza pública. Esta fuerza
se instituye, por tanto, para beneficio de todos y no para la utilidad particular de aquellos que la tienen a su
cargo.

Artículo 13o.- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración es indispensable
una contribución común: debe ser igualmente repartida entre todos los ciudadanos en razón a sus posibilidades.

Artículo 14o.- Todos los ciudadanos tienen el derecho de verificar por sí mismos o por sus representantes la
necesidad de la contribución pública, de aceptarla libremente, de vigilar su empleo y de determinar la cuota, la
base, la recaudación y la duración.

Artículo 15o.-La sociedad tiene el derecho de pedir cuentas a todo agente público sobre su administración.

Artículo 16o.- Toda la sociedad en la cual la garantía de los derechos no está asegurada ni la separación de
poderes establecida, no tiene Constitución.

Artículo 17o.- Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella sino
cuando la necesidad pública, legalmente constatada, lo exige claramente y con la condición de una
indemnización justa y previa.

*
Aprobada por la Asamblea Nacional Francesa, el 26 de agosto de 1789.

Pulse en cada una de las pestañas con números para ver la información correspondiente.

El reconocimiento de la comisión de actos de barbarie por un estado autoritario, en manos de una figura central
llamada Adolfo Hitler, en la cual se dio el exterminio de millones de personas, principalmente judíos, gitanos,
homosexuales, personas con discapacidad y, en general, a quienes ellos consideraban los corruptores de la
sangre, dentro de una política eugenésica, lo cual llevó a la comunidad internacional a establecer límites al
poder del estado, firmando así dicha Declaración.
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Se da el reconocimiento jurídico de la Dignidad Humana.


Tiene una pretensión de universalidad, ya que se reconocen los mismos derechos para todas las personas.
Dichas características dan a este instrumento de carácter internacional una gran relevancia, ya que nunca antes
se había establecido a la dignidad humana como un valor fundamental del ser humano.

Para saber más…

Para precisar los aspectos antes mencionados, lo invitamos a revisar la Declaración


Universal de Derechos Humanos, disponible en la página de Naciones Unidas.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un documento que marca un hito en la historia de los
derechos humanos. Elaborada por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes
jurídicos y culturales, la Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10
de diciembre de 1948 en su (Resolución 217 A (III)) como un ideal común para todos los pueblos y naciones. La
Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo
entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas. La DUDH es ampliamente reconocida por haber inspirado y
allanado el camino para la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se aplican hoy en día de
manera permanente a nivel mundial y regional (todos contienen referencias a ella en sus preámbulos).

Preámbulo

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie
ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre,
el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de
palabra y de la libertad de creencias;

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre
no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales
del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se
han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de
la libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las
Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
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Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno
cumplimiento de dicho compromiso;

Ahora, por tanto,

La Asamblea General,

Proclama la presente Declaración Universal de los Derechos Humanos como ideal común por el que todos los
pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose
constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y
aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y
efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su
jurisdicción.

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza,
color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica
o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país
independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra
limitación de soberanía.

Artículo 3

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus
formas.

Artículo 5

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7
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Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a
igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal
discriminación.

Artículo 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal
independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier
acusación contra ella en materia penal.

Artículo 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad,
conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el
Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la
comisión del delito.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de
ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o
ataques.

Artículo 13

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Artículo 14

1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos
opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 15

1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.


2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.
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Artículo 16

1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza,
nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado.

Artículo 17

1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.


2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad
de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y
colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a
causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión.

Artículo 20

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.


2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21

1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes
libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones
auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22

Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo
nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la
satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su
personalidad.

Artículo 23
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1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de
trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su
familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera
otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del
trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

Artículo 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el
bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios;
tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de
matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la
instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional
habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos
respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones
Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 27

1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a
participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de
las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades
proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

Artículo 29

1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente
su personalidad.
14

2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las
limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y
libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en
una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de
las Naciones Unidas.

Artículo 30

Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a
una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración.
Terminología y adopción en las Constituciones de México

La forma en que los textos fundamentales de México han regulado los derechos y libertades ha variado también
de manera significativa a través de los años.

Pulse en cada concepto para desplegar el contenido. Al pulsar en otro, el desplegado volverá a su posición
inicial.

Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana

Aun cuando careció de vigencia práctica, el Decreto Constitucional para la libertad de la


América Mexicana, sancionado en Apatzingán en octubre de 1814, estableció en su Capítulo
V (De la igualdad, seguridad, propiedad y libertad de los ciudadanos) una serie de derechos
de carácter fundamental. De hecho, en este documento se señalaba (artículo 24) que la
felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos consistía en el goce de la igualdad,
seguridad, propiedad y libertad. Además, establecía que la íntegra conservación de estos
derechos era el objeto de la institución de los gobiernos y el único fin de las asociaciones
políticas.

Constitución de 1824

Por su parte, en el primer texto constitucional de México como nación independiente, esto es,
la Constitución de 1824, no se estableció un catálogo de derechos, pues sus disposiciones se
referían fundamentalmente a la organización del naciente Estado y a fijar su independencia
política. Esta situación cambió en 1836, cuando la primera de las Siete Leyes
Constitucionales se dedicó a los Derechos y obligaciones de los mexicanos y habitantes de la
República. En ella se determinaba quiénes eran considerados como mexicanos y a quiénes se
les atribuía la ciudadanía y se establecían diversos derechos a favor de unos y otros.
Asimismo, esta primera ley constitucional contemplaba que los extranjeros introducidos
legalmente en la República gozarían de todos los derechos naturales, y, además, de los que se
estipularan en los tratados para los súbditos de sus respectivas naciones. Años más tarde, las
Bases Orgánicas de la República Mexicana de 1843 establecieron en sus títulos II y III una
15

serie de derechos a favor de los habitantes de la República, de los mexicanos y de aquellos


que eran considerados ciudadanos (la denominación del Título II de las Bases Orgánicas era
“De los habitantes de la República”, mientras que la del Título III era “De los mexicanos,
ciudadanos mexicanos y derechos y obligaciones de unos y otros”).

Acta Constitutiva y de Reformas

El Acta Constitutiva y de Reformas, que restablecía la vigencia del texto fundamental de 1824
y, junto con éste, formaba la Constitución política de la República, incluyó un cambio
importante en materia de derechos. A diferencia de la primera Constitución federal, en el
Acta se contemplaban de manera expresa los derechos de los mexicanos; sin embargo, su
artículo 5º se limitaba a señalar que la Constitución reconocía los derechos del hombre y
que, para asegurarlos, una ley fijaría las garantías de libertad, seguridad, propiedad e
igualdad de que gozaban todos los habitantes de la República y establecería los medios de
hacerlas efectivas.

“De las garantías individuales”

Ante el esquema constitucional que regía en la materia con la reinstauración del federalismo,
el Constituyente de 1857 decidió incluir expresamente en la norma fundamental, dentro del
Título I, una serie de derechos. De esta forma la Sección I de este título se denominó “De los
derechos del hombre” y en ella se incluyó una visión naturalista al señalarse en el artículo 1º
que el pueblo mexicano reconocía que los derechos del hombre eran la base y el objeto de las
instituciones sociales. En consecuencia -se declaraba en el mismo precepto- todas las leyes y
todas las autoridades del país debían respetar y sostener las garantías que otorgaba la
Constitución. Sin embargo, las vicisitudes que enfrentó el país durante la vigencia del texto
constitucional de 1857 hicieron que Carranza pensara en un cambio en la concepción que se
tenía de los derechos que se reflejaría en el texto original de la Constitución de 1917. En el
mensaje que pronunció al entregar al Congreso el proyecto de Constitución, quien fuera el
Jefe del Ejército Constitucionalista señaló que a pesar de los que se establecía en el artículo
1º de la norma fundamental de 1857, no se había otorgado a esos derechos, más que de
manera excepcional, las garantías debidas, lo que tampoco hicieron las leyes secundarias
que no habían castigado severamente la violación de aquéllas, pues sólo fijaban penas
nugatorias, por insignificantes, que casi nunca se habían hecho efectivas. Por tanto, se
cambió la idea naturalista de los derechos para incluir en el proyecto de Constitución que
finalmente se aprobaría, un primer capítulo dentro del Título I que se denominaría “De las
garantías individuales”.
16

La denominación adoptada en 1917 se mantendría durante más de noventa años hasta el 10


de junio de 2011, día en que se publicaron en el Diario Oficial de la Federación diversas
reformas en materia de derechos humanos con las que se modificaron once artículos del texto
constitucional y se cambió la denominación del Capítulo I del Título Primero de la
Constitución, que desde esa fecha es “De los derechos humanos y sus garantías”. Estas
reformas dan paso a un nuevo paradigma constitucional en el que se coloca a la persona y
sus derechos como centro del ordenamiento jurídico mexicano. De hecho, la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, al resolver la Contradicción de tesis 293/2011, señaló que este
cambio “exige a todos los operadores jurídicos un minucioso análisis del nuevo texto
constitucional, para determinar sus alcances y reinterpretar aquellas figuras e instituciones
que resulten incompatibles o que puedan obstaculizar la aplicación y el desarrollo de este
nuevo modelo”. Esta reforma, con las figuras, principios y mecanismos de protección en
materia de derechos humanos que contempla, se aleja de muchos de los planteamientos
tradicionales que, sobre este tema, se daban en el orden jurídico mexicano.

Distinción entre derechos humanos y garantías

Con la reforma se establece finalmente en el texto constitucional la distinción entre los


derechos humanos y sus garantías. En el procedimiento de reforma constitucional se
consideró que incluir en la Constitución el término “derechos humanos” era necesario si se
quería subrayar su carácter de derechos diferenciados de la naturaleza del Estado, al que,
por tanto, sólo le correspondería reconocerlos y protegerlos. El alejamiento de la visión
propia del positivismo jurídico que recogía el texto constitucional buscó, a través de la
actualización de los términos contemplados en el texto constitucional, hacer concordar a la
ley fundamental con el reconocimiento universal de los derechos humanos que prevalecía
desde la Declaración Universal de 1948 y que se contempla en diversos instrumentos
internacionales.

La distinción entre derechos humanos y garantías implica desde un punto de vista


extrajurídico, como señala Juan N. Silva Meza, que las personas “no le deben pleitesía,
reverencia, acatamiento, sumisión, sometimiento u obediencia alguna al Estado porque les
concede graciosamente sus derechos, sino que se sirven de las instituciones estatales y del
derecho que las crea, organiza y norma, para que se les reconozcan los derechos por los que
históricamente han luchado” (Silva, 2012:155). La forma en que se integran a nuestro
sistema jurídico los derechos humanos contenidos en tratados internacionales a partir de la
reforma de junio de 2011 es entonces otro aspecto sobre el que se debe prestar especial
atención y que deriva también de diferenciar los derechos de las garantías. Con las
modificaciones al texto constitucional se ha buscado que, tratándose de derechos humanos,
la Constitución mexicana se abra para incluir con igual fuerza normativa las disposiciones
de fuente internacional sobre la materia (Silva, 2012:155). De esta manera, se conforma un
catálogo de derechos que sirve como parámetro para todos los operadores jurídicos que
deberán tener en cuenta al momento de cumplir con sus funciones.
17

Otro aspecto de suma importancia es que con esta distinción se termina con la creencia
generalizada de que en ausencia de las garantías no se contaba con los derechos. Esto pues,
como refiere Silva Meza, anteriormente no existía en realidad un derecho “si a la par no se
establecía una disposición que incorporara por expreso obligaciones correlativas atribuidas
a sujetos bien identificados, y más aún si ante el eventual incumplimiento de aquellas se
regulaban mecanismos para revertir su infracción”. Esta visión dejaba tambaleante la fuerza
normativa de la Constitución y de los tratados internacionales que reconocían derechos y no
permitían, por ejemplo, que los derechos sociales fueran eficaces pues sólo se trataban como
normas programáticas que las autoridades buscaban alcanzar, pero según criterios de
oportunismo. Situaciones como ésta se dejan de lado a partir de la reforma pues “con la
distinción expresa entre derechos y garantías para su protección […] aunque falten las
segundas no pueden desconocerse los primeros” (Silva, 2012:156).

Garantías Sociales de la Constitución

Entre los debates más importantes que tuvieron lugar en el desarrollo del Congreso Constituyente se encuentran
los referentes a la integración en el texto constitucional de contenidos de carácter social. En materia laboral, por
ejemplo, el artículo 5º del proyecto presentado por Carranza contenía muy pocos cambios respecto a la
regulación contemplada en la Constitución de 1857 y, la Comisión encargada de dictaminarlo, aunque hizo
modificaciones a la redacción propuesta, no consideró muchos puntos que se consideraban indispensables para
atender las demandas de los trabajadores. De hecho, Héctor Victoria impugnó el dictamen en la sesión del 26 de
diciembre y, al día siguiente, Cravioto y Macías se pronunciaron por extender más allá del artículo 5º los
derechos de la clase obrera. Fue así que se decidió incluir estos derechos con toda amplitud en el artículo 123,
que conformaría un título del texto constitucional dedicado exclusivamente a esta materia.

Sucedió algo parecido en lo relativo a la cuestión agraria. Ya que el proyecto que se presentó ante el
Constituyente no satisfacía las demandas populares que habían dado pie, en buena medida, al movimiento
revolucionario, pues sólo contenía innovaciones secundarias respecto a los contenidos de la Carta de 57, los
diputados constituyentes se sintieron desilusionados cuando se trató el tema de la propiedad y el campo. Como
ha señalado Jorge Carpizo, por la importancia de este precepto y el intenso trabajo de las comisiones de
Constitución, la presentación del dictamen del artículo 27 se fue posponiendo y una comisión voluntaria tomó a
su cargo la elaboración del proyecto de artículo. La Comisión, estaría integrada prácticamente por quienes
dictaminaron el artículo 123, sin embargo, se sumaría a ella Andrés Molina Enríquez, abogado consultor de la
Comisión Nacional Agraria y que gozaba de prestigio en la materia. Dado que los diputados que integraban la
Comisión estaban ocupados en la elaboración del proyecto para el artículo 123, se comisionó precisamente a
este último para que redactara la estructura del artículo sobre la tierra (Carpizo, 2013:127).

En dicho dictamen “se proponían diversos aspectos innovadores sobre la propiedad, se hacía notar que los
antecedentes históricos de la concentración de la propiedad raíz habían creado entre los terratenientes y
jornaleros una situación que al momento de la discusión tenía muchas semejanzas con la establecida durante la
época colonial entre los conquistadores y los indios encomendados” (Serrano, 2013:372).

Una vez con el dictamen sobre la mesa, como comenta Fernando Serrano, comenzarían las discusiones, en las
que se expondría que la cuestión agraria era el problema capital de la revolución y el que más debía interesar al
Constituyente, porque estaba en la conciencia de todos los revolucionarios que si no se resolvía debidamente
este asunto, continuaría la guerra. Por lo tanto, teniendo estos planteamientos como hoja de ruta, se hicieron
18

cambios al derecho de propiedad que reflejarían los anhelos de la Revolución (Serrano, 2013:372). Esos
cambios reformularían el artículo 27.

Otro de los derechos sociales fundamentales contemplados en el texto constitucional fue el relativo a la
educación. Ignorada en la Constitución de 1857 debido a las ideas de repudio a la intromisión del Estado en la
enseñanza que privaban en la época, no fue sino hasta la integración del Constituyente de 1917 cuando este
tema adquirió una importancia toral dentro del ámbito constitucional. En el informe que Venustiano Carranza
presentó ante los diputados constituyentes dedicó una somera referencia al “empeño en difundir la instrucción
por todos los ámbitos sociales”, y, finalmente, después de arduas discusiones, la regulación sobre esta materia
se incluyó en el artículo 3º, que estableció las características constitucionales de la enseñanza impartida por el
Estado, y la primaria, elemental y superior, de los establecimientos particulares (Tena, 2011:391).

Derechos colectivos como tendencia Constitucional contemporánea


Los derechos que habían sido reconocidos inicialmente como inherentes al ser humano, en una postura
individualista, dieron paso a otro tipo de derechos que atienden al bienestar general y no a un grupo de personas
determinado –a diferencia de los derechos colectivos o sociales- y se fue haciendo necesario su reconocimiento
porque las circunstancias de vida han ido cambiando y así lo amerita.

Contreras Bustamante y Mateos Santillán refieren que la “Constitución mexicana recoge actualmente una variedad de derechos difusos, como el
derecho a la salud, el derecho a disfrutar a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar o el que tiene toda familia a disfrutar de vivienda
digna y decorosa”. Dichos derechos están consagrados en los párrafos cuarto, quinto y séptimo, respectivamente, del artículo 4° constitucional
(2010:244).

Generaciones de los Derechos Humanos

Los derechos humanos, en los últimos años, se han diversificado en su número y ampliado de manera notable
sus alcances (Fix, 2010:432). De hecho, como señala Antonio-Enrique Pérez Luño, si hubiera que compendiar
en un solo fenómeno el cambio de rumbo de la Teoría y la Filosofía del Derecho y del Estado de los últimos
años, habría que aludir al progresivo protagonismo de los derechos (Pérez, 1991:203). En su evolución, el
contenido de los derechos se ha desenvuelto del modo más diverso y, a partir de ello, tradicionalmente se
distinguen “tres generaciones” de derechos (Pizzorusso, 2002:500).

Se ha dicho que los derechos humanos nacen “con una marcada impronta individualista, como libertades
individuales que configuran la primera fase o generación de los derechos humanos” (Pérez, 1991:205-206). Esta
matriz ideológica individualista sufrirá un amplio proceso de erosión e impugnación, como señala Pérez Luño,
en las luchas sociales del siglo XIX, que constituyeron movimientos reivindicativos que evidenciaron la
necesidad de completar el catálogo de los derechos y libertades individuales con una segunda generación de
derechos: los derechos económicos, sociales y culturales. Finalmente, en años recientes surge una tercera
generación de derechos humanos que complementa estas dos fases y que se presenta como una respuesta al
fenómeno que se ha conocido como la “contaminación de las libertades”, término con el que algunos sectores
de la teoría social anglosajona aluden a la erosión y degradación que aqueja a los derechos ante determinados
usos de las nuevas tecnologías (Pérez, 1991:205-206).

Pulse en cada uno de los conceptos de la parte superior para ver la información correspondiente.

Primera generación

En un primer momento, los derechos estaban orientados, como indica Alessandro Pizzorusso, sobre todo, a la
tutela de las libertades clásicas que se dirigían, por un lado, a impedir intromisiones injustificadas en la persona
19

como ser moral y en su esfera privada y, por otro, a permitir la formación autónoma de las propias decisiones y
la manifestación del pensamiento individual (Pizzorusso, 2002:500). Esta primera generación de derechos es,
como señalan Fix-Zamudio y Valencia Carmona, fruto del liberalismo político del siglo XVIII, se instaura en
las primeras Constituciones escritas, pero adquiere su plena expresión en las leyes fundamentales del siglo XIX.
Algunos ejemplos de derechos pertenecientes a esta generación son los siguientes: derecho a la vida, a la
libertad y a la seguridad; derecho al debido proceso y el recurso efectivo; derecho de conciencia (libertades de
pensamiento, expresión y religión); libertades de circulación, reunión y asociación; inviolabilidad de la vida
privada, familia, domicilio y correspondencia, y derecho a una nacionalidad, a participar en los asuntos
públicos, a votar y ser elegido en elecciones periódicas (Fix, 2010:432).

Segunda generación

La segunda generación de derechos se ocupa sobre todo de la tutela de los “derechos sociales” elaborados sobre
las huellas de las doctrinas que llevaron a la realización del Welfare State (Pizzorusso, 2002:500), aunque
también comprende los derechos económicos y culturales. A estos derechos se les conoce como derechos de
“igualdad”. En este caso al Estado le corresponde una obligación de hacer, dado que tales derechos tienen que
realizarse a través o por medio del Estado. En este ámbito, el Estado debe actuar como promotor y protector del
bienestar económico y social de todas las personas dependientes de su jurisdicción, para que éstas desarrollen
sus facultades al máximo, individual y colectivamente (Fix, 2010:433). Ejemplos de derechos pertenecientes a
la segunda generación son el derecho al trabajo, a la seguridad social, a la educación; el derecho al salario
equitativo, a la sindicación y de huelga, y el derecho al descanso y al pleno empleo (Fix, 2010:433).

Tercera generación

A las dos primeras generaciones de derechos humanos se suma otra en que la estrategia reivindicativa de éstos
se presenta con rasgos inequívocamente novedosos al polarizarse en torno a temas tales como el derecho a la
paz; los derechos de los consumidores; el derecho a la calidad de vida, o la libertad informática. Éstos, sin
embargo, no son los únicos derechos que conforman la tercera generación, pues junto a ellos se postulan
también otros derechos de muy heterogénea significación tales como las garantías frente a la manipulación
genética; el derecho a morir con dignidad, el derecho al disfrute del patrimonio histórico y cultural de la
humanidad; el derecho de los pueblos al desarrollo; el derecho al cambio de sexo, o la reivindicación de los
colectivos feministas de un derecho al aborto libre y gratuito (Pérez, 1991:206-209). Esto evidencia, como
indica Pérez Luño “que el catálogo de los derechos de tercera generación está muy lejos de construir un elenco
preciso y de contornos bien definidos. Se trata, más bien, de un marco de referencia, todavía in fieri, de las
demandas actuales más acuciantes que afectan a los derechos y libertades de la persona” (Pérez, 1991:206-209).

Protección al medio ambiente

La armónica relación entre las personas y su medio ambiente cada vez ha cobrado mayor importancia. A lo
largo de la historia, con la aparición de nuevos instrumentos internacionales, como las declaraciones, los
convenios y las resoluciones, hemos venido observando el progreso que ha tenido el reconocimiento del
ambiente en relación con el disfrute de los derechos humanos.

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Como un primer acercamiento entre estos dos ámbitos, ambiente y derechos humanos, podemos señalar el
principio emanado de la Declaración de Estocolmo en el que se entiende la protección del ambiente como una
20

condición previa al disfrute de los ya reconocidos derechos humanos, especialmente el derecho a la vida y a la
salud.

El segundo acercamiento es aquel emanado de los tratados ambientales internacionales firmados a parir de
1992, y en los que se consideran algunos de los derechos humanos como elementos fundamentales para el logro
de la protección ambiental, y cuya función principal es la protección de la salud humana.

Un tercer y más reciente acercamiento es aquel que reconoce un vínculo indivisible entre ambos y, por lo tanto,
categoriza el derecho a un medio ambiente sano y seguro como un derecho sustantivo independiente (Namnum,
2008: 15).

Para saber más…

Para conocer más sobre dicha Declaración, revise el documento correspondiente adoptado
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, el 16 de junio
de 1972:

Declaración de Estocolmo sobre el medio ambiente humano

DECLARACIÓN DE ESTOCOLMO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE HUMANO

Adopción: Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, 16 de junio de 1972 I
PROCLAMA QUE 1. El hombre es a la vez obra y artífice del medio ambiente que lo rodea, el cual le da el
sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral social y espiritualmente. En la
larga y tortuosa evolución de la raza humana en este planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida
aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables
maneras y en una escala sin precedentes, cuanto lo rodea. Los dos aspectos del medio ambiente humano, el
natural y el artificial, son esenciales para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos humanos
fundamentales, incluso el derecho a la vida misma. 2. La protección y mejoramiento del medio ambiente
humano es una cuestión fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico del
mundo entero, un deseo urgente de los pueblos de todo el mundo y un deber de todos los gobiernos. 3. El
hombre debe hacer constante recapitulación de su experiencia y continuar descubriendo, inventando, creando y
progresando. Hoy en día, la capacidad del hombre de transformar lo que le rodea, utilizada con discernimiento,
puede llevar a todos los pueblos los beneficios del desarrollo y ofrecerles la oportunidad de ennoblecer su
existencia. Aplicado errónea o imprudentemente, el mismo poder puede causar daños incalculables al ser
humano y a su medio ambiente. A nuestro alrededor vemos multiplicarse las pruebas del daño causado por el
hombre en muchas regiones de la tierra, niveles peligrosos de contaminación del agua, del aire, de la tierra y de
los seres vivos; grandes trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera; destrucción y agotamiento de recursos
insustituibles y graves deficiencias, nocivas para la salud física, mental y social del hombre, en el medio
ambiente por él creado. Especialmente en aquel en que vive y trabaja. 4. En los países en desarrollo, la mayoría
de los problemas ambientales están motivados por el subdesarrollo. Millones de personas siguen viviendo muy
por debajo de los niveles mínimos necesarios para una existencia humana decorosa, privadas de alimentación y
vestido, de vivienda y educación, de sanidad e higiene adecuadas. Por ello, los países en desarrollo deben dirigir
sus esfuerzos hacia el desarrollo, teniendo presente sus prioridades y la necesidad de salvaguardar y mejorar el
medio ambiente. Con el mismo fin, los países industrializados deben esforzarse por reducir la distancia que los
separa de los países en desarrollo. En los países industrializados, los problemas ambientales están generalmente
21

relacionados con la industrialización y el desarrollo tecnológico. 5. El crecimiento natural de la población


plantea continuamente problemas relativos a la preservación del medio ambiente, y se deben adoptar las normas
y medidas apropiadas, según proceda, para hacer frente a esos problemas. De todas las cosas del mundo, los
seres humanos son lo más valioso. Ellos son quienes promueven el progreso social, crean riqueza social,
desarrollan la ciencia y la tecnología y, con su duro trabajo transforman continuamente el medio ambiente
humano. Con el progreso social y los adelantos de la producción, la ciencia y la tecnología, la capacidad del
hombre para mejorar el medio ambiente se acrece a cada día que pasa. 6. Hemos llegado a un momento de la
historia en que debemos orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor solicitud a las
consecuencias que puedan tener para el medio ambiente. Por ignorancia o indiferencia, podemos causar daños
inmensos e irreparables al medio ambiente terráqueo del que dependen nuestra vida y nuestro bienestar. Por el
contrario, con un conocimiento más profundo y una acción más prudente, podemos conseguir para nosotros y
para nuestra posteridad unas condiciones de vida mejores en un medio ambiente más en consonancia con las
necesidades y aspiraciones del hombre. Las perspectivas de elevar la calidad del medio ambiente y de crear una
vida satisfactoria son grandes. Lo que se necesita es entusiasmo, pero, a la vez, serenidad de ánimo, trabajo
afanoso, pero sistemático. Para llegar a la plenitud de su libertad dentro de la naturaleza, el hombre debe aplicar
sus conocimientos a forjar, en armonía con ella, un medio ambiente mejor. La defensa y el mejoramiento del
medio ambiente humano para las generaciones presentes y futuras se ha convertido en meta imperiosa de la
humanidad, que ha de perseguirse al mismo tiempo que las metas fundamentales ya establecidas de la paz y el
desarrollo económico y social en todo el mundo, y de conformidad con ellas. 7. Para llegar a esta meta será
menester que ciudadanos y comunidades, empresas e instituciones, en todos los planos, acepten las
responsabilidades que les incumben y que todos ellos participen equitativamente en la labor común. Hombres
de toda condición y organizaciones de diferente índole plasmarán, con la aportación de sus propios valores y la
suma de sus actividades, el medio ambiente del futuro. Corresponderá a las administraciones locales y
nacionales, dentro de sus respectivas jurisdicciones, la mayor parte de la carga en cuanto al establecimiento de
normas y la aplicación de medidas de gran escala sobre el medio ambiente, también se requiere la cooperación
internacional con objeto de allegar recursos que ayuden a los países en desarrollo a cumplir su cometido en esta
esfera. Y hay un número cada vez mayor de problemas relativos al medio ambiente que, por ser de alcance
regional o mundial o por repercutir en el ámbito internacional común, requerirán una amplia colaboración entre
las naciones y la adopción de medidas para las organizaciones internacionales en interés de todos. La
Conferencia encarece a los gobiernos y a los pueblos que unen esfuerzos para preservar y mejorar el medio
ambiente humano en beneficio del hombre y de su posterioridad. II PRINCIPIOS Expresa la convicción común
de que: PRINCIPIO 1. El hombre tiene derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de
condiciones de vida adecuadas en un medio ambiente de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar
de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio ambiente para las generaciones
presentes y futuras. A este respecto, las políticas que promueven o perpetúan el apartheid, la segregación racial,
la discriminación, la opresión colonial y otras formas de opresión y de dominación extranjera quedan
condenadas y deben eliminarse. PRINCIPIO 2. Los recursos naturales de la tierra incluidos el aire, el agua, la
tierra, la flora y la fauna y especialmente muestras representativas de los ecosistemas naturales, deben
preservarse en beneficio de las generaciones presentes y futuras, mediante una cuidadosa planificación u
ordenación, según convenga. PRINCIPIO 3. Debe mantenerse y, siempre que sea posible, restaurarse o
mejorarse la capacidad de la tierra para producir recursos vitales renovables. PRINCIPIO 4. El hombre tiene la
responsabilidad especial de preservar y administrar juiciosamente el patrimonio de la flora y la fauna silvestres
y su hábitat, que se encuentran actualmente en grave peligro por una combinación de factores adversos. En
consecuencia, al planificar el desarrollo económico debe atribuirse importancia a la conservación de la
naturaleza, incluidas la flora y la fauna silvestres. PRINCIPIO 5. Los recursos no renovables de la tierra deben
emplearse de forma que se evite el peligro de su futuro agotamiento y se asegure que toda la humanidad
comparte los beneficios de tal empleo. PRINCIPIO 6. Debe ponerse fin a la descarga de sustancias tóxicas o de
otras materias a la liberación de calor, en cantidades o concentraciones tales que el medio ambiente no puede
neutralizarlas, para que nos se causen daños graves o irreparables a los ecosistemas. Debe apoyarse la justa
lucha de los pueblos de todos los países contra la contaminación. PRINCIPIO 7. Los Estados deberán tomar
22

todas las medidas posibles para impedir la contaminación de los mares por sustancias que puedan poner en
peligro la salud del hombre, dañar los recursos vivos y la vida marina, menoscabar las posibilidades de
esparcimiento o entorpecer otras utilizaciones legítimas del mar. PRINCIPIO 8. El desarrollo económico y
social es indispensable para asegurar al hombre un ambiente de vida y de trabajo favorable y para crear en la
tierra las condiciones necesarias de mejora de la calidad de vida. PRINCIPIO 9. Las deficiencias del medio
ambiente originadas por las condiciones del subdesarrollo y los desastres naturales plantean graves problemas, y
la mejor manera de subsanarlas es el desarrollo acelerado mediante la transferencia de cantidades considerables
de asistencia financiera y tecnológica que completamente los esfuerzos internos de los países en desarrollo y la
ayuda oportuna que pueda requerirse. PRINCIPIO 10. Para los países en desarrollo, la estabilidad de los
precios y la obtención de ingresos adecuados de los productos básicos y las materias primas son elementos
esenciales para la ordenación del medio ambiente, ya que han de tenerse en cuenta tanto los factores
económicos como los procesos ecológicos. PRINCIPIO 11. Las políticas ambientales de todos los Estados
deberían estar encaminadas a aumentar el potencial de crecimiento actual o futuro de los países en desarrollo y
no deberían coartar ese potencial ni obstaculizar el logro de mejores condiciones de vida para todos, y los
Estados y las organizaciones internacionales deberían tomar las disposiciones pertinentes con miras a llegar a
un acuerdo para hacer frente a las consecuencias económicas que pudieran resultar, en los planos nacional e
internacional, de la aplicación de medidas ambientales. PRINCIPIO 12. Deberían destinarse recursos a la
conservación y mejoramiento del medio ambiente teniendo en cuenta las circunstancias y las necesidades
especiales de los países en desarrollo y cualesquiera gastos que pudieran originar a estos países la inclusión de
medidas de conservación del medio ambiente en sus planes de desarrollo, así como la necesidad de prestarles,
cuando lo soliciten, más asistencia técnica y financiera internacional con ese fin. PRINCIPIO 13. A fin de
lograr una más racional ordenación de los recursos y mejorar así las condiciones ambientales, los Estados
deberían adoptar un enfoque integrado y coordinado de la planificación de su desarrollo, de modo que quede
asegurada la compatibilidad del desarrollo con la necesidad de proteger y mejorar el medio ambiente humano en
beneficio de su población. PRINCIPIO 14. La planificación racional constituye un instrumento indispensable
para conciliar las diferencias que puedan surgir entre las exigencias del desarrollo y la necesidad de proteger y
mejorar el medio ambiente. PRINCIPIO 15. Debe aplicarse la planificación a los asentamientos humanos y a la
urbanización con miras a evitar repercusiones perjudiciales sobre el medio ambiente y a obtener los máximos
beneficios sociales, económicos y ambientales para todos. A este respecto deben abandonarse los proyectos
destinados a la dominación colonialista y racista. PRINCIPIO 16. En las regiones en que exista el riesgo de que
la tasa de crecimiento demográfico o las concentraciones excesivas de población perjudiquen al medio ambiente
o desarrollo, o en que la baja densidad de población pueda impedir el mejoramiento del medio ambiente
humano y obstaculizar el desarrollo, deberían aplicarse políticas demográficas que respetasen los derechos
humanos fundamentales y contasen con la aprobación de los gobiernos interesados. PRINCIPIO 17. Debe
confiarse a las instituciones nacionales competentes la tarea de planificar, administrar o controlar la utilización
de los recursos ambientales de los Estados con el fin de mejorar la calidad del medio ambiente. PRINCIPIO 18.
Como parte de su contribución al desarrollo económico y social se debe utilizar la ciencia y la tecnología para
descubrir, evitar y combatir los riesgos que amenazan al medio ambiente, para solucionar los problemas
ambientales y para el bien común de la humanidad. PRINCIPIO 19. Es indispensable una labor de educación
en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos y que preste la debida
atención al sector de población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien
informada, y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido
de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio ambiente en toda su dimensión
humana. Es también esencial que los medios de comunicación de masas eviten contribuir al deterioro del medio
ambiente humano y difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre la necesidad de
protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre pueda desarrollarse en todos los aspectos. PRINCIPIO 20. Se
deben fomentar en todos los países, especialmente en los países en desarrollo, la investigación y el desarrollo
científicos referentes a los problemas ambientales, tanto nacionales como multinacionales. A este respecto, el
libre intercambio de información científica actualizada y de experiencia sobre la transferencia debe ser objeto
de apoyo y asistencia, a fin de facilitar la solución de los problemas ambientales; las tecnologías ambientales
23

deben ponerse a disposición de los países en desarrollo en unas condiciones que favorezcan su amplia difusión
sin que constituyan una carga económica para esos países. PRINCIPIO 21. De conformidad con la carta de las
Naciones Unidas y con los principios del derecho internacional, los Estados tienen el derecho soberano de
explotar sus propios recursos en aplicación de su propia política ambiental, y la obligación de asegurarse de que
las actividades que se lleven a cabo dentro de su jurisdicción o bajo su control no perjudiquen al medio
ambiente de otros Estados o de zonas situadas fuera de toda jurisdicción nacional. PRINCIPIO 22. Los Estados
deben cooperar para continuar desarrollando el derecho internacional en lo que se refiere a la responsabilidad y
a la indemnización a las víctimas de la contaminación y otros daños ambientales que las actividades realizadas
dentro de la jurisdicción o bajo el control de tales Estados causen a zonas situadas fuera de su jurisdicción.
PRINCIPIO 23. Sin perjuicio de los criterios que puedan acordarse por la comunidad internacional y de las
normas que deberán ser definidas a nivel nacional, en todos los casos será indispensable considerar los sistemas
de valores prevalecientes en cada país y la aplicabilidad de unas normas que, si bien son válidas para los países
más avanzados, pueden ser inadecuadas y de alto costo social para los países en desarrollo. PRINCIPIO 24.
Todos los países, grandes o pequeños, deben ocuparse con espíritu de cooperación y en pie de igualdad de las
cuestiones internacionales relativas a la protección y mejoramiento del medio ambiente. Es indispensable
cooperar, mediante acuerdos multilaterales o bilaterales o por otros medios apropiados, para controlar, evitar,
reducir y eliminar eficazmente los efectos perjudiciales que las actividades que se realicen en cualquier esfera
puedan tener para el medio ambiente, teniendo en cuenta debidamente la soberanía y los intereses de todos los
Estados. PRINCIPIO 25. Los Estados se asegurarán que las organizaciones internacionales realicen una labor
coordinada, eficaz y dinámica en la conservación y mejoramiento del medio ambiente. PRINCIPIO 26. Es
preciso librar el hombre y a su medio ambiente de los efectos de las armas nucleares y de todos los demás
medios de destrucción en masa. Los Estados deben esforzarse por llegar pronto a un acuerdo, en los órganos
internacionales pertinentes, sobre la eliminación y destrucción completa de tales armas.

Mi experiencia de aprendizaje

Avances en la reforma constitucional de derechos humanos


Cuadro comparativo

El autor nos dice…Andrés Pérez Lozano

Andrés Pérez Lozano señala que “en los textos constitucionales existe gran cantidad de
disposiciones que requieren una reglamentación posterior, que la mayoría de las veces no se
da por inercia legislativa. Por tanto, el carácter incompleto, esquemático, impreciso de la
norma constitucional, así como su no aplicabilidad inmediata, originaría gran parte de los
problemas que afronta la Constitución en su desarrollo” (2011:15).

En esta actividad verificará los avances en la aplicación de la reforma constitucional de derechos humanos en
las figuras que regula, tales como derechos de asilo y refugio, suspensión de derechos, entre otras.

Para ello deberá realizar un trabajo de investigación que concluirá con un cuadro
comparativo de dos columnas. En la primera de ellas señalará los temas importantes de la
24

reforma constitucional del 10 de junio de 2011 y en la segunda columna, los avances que ha
tenido el Estado Mexicano en su cumplimiento.

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