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CLASE 4

La enseñanza Media

En 1863, con el decreto de creación de colegios nacionales por el


presidente Mitre, se estableció una enseñanza media enciclopedista en
Argentina, destinada a formar un tipo de hombre apto para roles políticos y
excluyendo otros objetivos, como la preparación para actividades
productivas. Esta educación elitista se expandió a las provincias para formar
élites periféricas integradas a la ideología central. Sin embargo, el efecto
inesperado fue la aparición de una clase media con aspiraciones políticas y
deseos de participar en cargos públicos, que hasta entonces estaban
reservados para una minoría. Ante esto, los sectores oligárquicos buscaron
diversificar el sistema educativo manteniendo la educación primaria
universal pero restringiendo el acceso a la educación secundaria y
universitaria para los privilegiados.

El primer ministro de instrucción pública de Roca propuso crear


instituciones de educación profesional y científica separadas de las
humanísticas, pero prevaleció la formación de la élite dirigente y se resistió
a generar capital humano para el desarrollo económico. Tedesco plantea que
la educación tenía un carácter político, ya que el acceso a cargos políticos
estaba vinculado a la educación. Por lo tanto, se establecieron mecanismos
para mantener el control de la educación en manos de aquellos que
tradicionalmente lo tenían, y cualquier intento de orientarla hacia la
producción provenía de la élite, mientras que los sectores medios se
oponían.

En la década de 1980, a pesar de los cambios económicos, Argentina


no vio la necesidad de formar recursos humanos locales debido a la
actividad agraria. Los sectores medios que accedieron al poder lucharon por
una mayor participación política pero resistieron las modificaciones
educativas que podrían alejarlos del juego político. Ante las demandas de
democratización de la enseñanza por parte de los sectores medios, los
sectores conservadores respondieron frenando el progreso educacional o
diversificando la educación técnico-profesional para mantener una élite
política y alejar al resto de la población de la participación política. Sin
embargo, cuando Hipólito Yrigoyen llegó al gobierno en 1916, se anularon
las reformas y se volvió al plan original.
¿Cuál fue el motivo?
En el siglo XIX, los sectores medios en Argentina defendieron la
educación humanista enciclopédica como preparación para participar en la
política. Acusaron los intentos de orientarla hacia lo técnico y utilitario
como extranjerizantes. Por otro lado, los sectores tradicionales impulsaron
reformas para alejar a los nuevos grupos sociales de la política,
manteniendo la especialización técnica para unos y el poder para otros.

Saavedra Lamas propuso una reforma educativa en un contexto de


ampliación del sufragio y una crisis económica debido a la Primera Guerra
Mundial. Aunque se planteó la necesidad de una preparación técnica para la
industria local, la élite gobernante consideraba la universidad como un
reducto elitista y limitó su acceso para mantener el poder político. La
reforma de Saavedra Lamas se centró en el nivel medio, buscando alejar a la
población de la política y mantenerla como clientela política, mientras
cerraba el acceso a la universidad para mantener el control sobre la clase
política. Aunque se propuso una formación técnica para el desarrollo
industrial, incluso los industriales no respaldaron la idea de una escuela
intermedia para la clase media.

El radicalismo y la educación media


Según Tedesco, los sectores medios en Argentina no tuvieron una
actitud modernizadora en educación ni en economía, ya que su ascenso
social se basó en la estructura tradicional y buscaron mantenerla. Su
enfrentamiento con la oligarquía se centró en los obstáculos para lograr
participación política y se esforzaron en ampliar su acceso a la educación
existente. El gobierno de Yrigoyen buscó mayor acceso a las instituciones
educativas, pero anuló la escuela intermedia y restableció los planes de
estudio tradicionales en las Escuelas Nacionales, considerándolas
formadoras de sujetos capacitados para la política. La educación técnica se
reservó para aquellos sin posibilidades de continuar sus estudios, pero estos
intentos fueron limitados y se concentraron en pequeñas poblaciones,
mientras las escuelas Nacionales crecieron en número, pero no así las
industriales y comerciales.

Algunas reflexiones y puntos a tener en cuenta para finalizar la primera


unidad:
Durante el siglo XIX y principios del XX en Argentina, se fomentó la
inmigración europea para impulsar el progreso y poblar el país. La llegada
masiva de inmigrantes generó una sociedad diversa, y la élite gobernante
intentó "argentinizarlos" inculcando valores y principios nacionales a
través de la educación. La Ley 1420 estableció la educación primaria
gratuita, laica y obligatoria, lo que permitió la alfabetización de muchas
personas. Se construyeron colegios nacionales y escuelas normales para
formar ciudadanos y trabajadores capacitados. Además, se implementó el
servicio militar obligatorio, inspirado en el modelo prusiano, que enseñaba
historia argentina y símbolos patrios a los reclutas.

La educación se utilizó con fines políticos y económicos, generando


una estratificación social y fomentando el modelo agroexportador. Los
sectores medios se beneficiaron al acceder a una educación media y
superior, lo que los llevó a demandar una mayor democratización a través
del radicalismo. Sin embargo, los sectores populares no lograron acceder en
gran medida al sistema educativo debido al alto desgranamiento. A pesar de
los esfuerzos realizados, muchos de ellos no pudieron permanecer dentro
del sistema. El sistema educativo tuvo un impacto en la sociedad y la
economía, pero también evidenció desafíos y desigualdades en el acceso a la
educación para diferentes grupos sociales.

El modelo docente buscado


A lo largo de la historia argentina, hubo un profundo interés en
encontrar maestros que dominan perfectamente la lengua española. Se
buscaba preservar la pureza del idioma y se veía al maestro como formador
de la nacionalidad. Se enfatiza la enseñanza de contenidos patrióticos y
símbolos nacionales. Aunque se hablaba de maestros en masculino, las
verdaderas destinatarias fueron las mujeres debido a la percepción de que
serían más dóciles y baratas. Sin embargo, hubo oposición a la feminización
del magisterio basada en estereotipos de género.

Funcionarios y funcionarias del Estado


Desde que el Estado asumió el control de la educación con la ley 1420,
se le asignaron dos funciones: garantizar la eficiencia del servicio y asegurar
la socialización de las personas dentro de un mismo marco de referencia
ideológico. Para lograrlo, el Estado controló la formación de docentes. La
educación media tenía un magisterio formado por funcionarios del Estado,
aunque en períodos anteriores la educación no era un asunto estatal, y las
corporaciones religiosas y maestros particulares se encargaban de ello. La
formación docente era heterogénea, y la matrícula en las escuelas normales
crecía lentamente debido a la falta de perspectivas y bajo prestigio.
El sistema educativo reflejaba una concepción de género, con roles
considerados "femeninos" y "masculinos" y una creencia en una esencia
femenina vinculada al mundo privado y la maternidad. La profesión de
maestra se consideraba una opción para las mujeres que no podían ser
madres. Aunque se menciona a los "maestros" en los textos, en realidad se
trata de maestras, ya que la actividad era una de las pocas salidas laborales
aceptables para mujeres de bajos recursos. La formación de maestras
produjo mejoras en la educación, reemplazando al antiguo magisterio sin
título y mejorando la calidad de la enseñanza. La formación normalista
ofrecía ventajas para las jóvenes de menores recursos, brindándoles
mejoramiento intelectual, social y económico, y proporcionando un
ambiente de contacto con personas cultas y una sociedad selecta.

División del trabajo educativo

El texto de Alejandra Birgin analiza la constitución del magisterio


como un conjunto de funcionarios del Estado, destacando las diferencias
entre quienes enseñaban en el nivel primario y secundario, así como las
disparidades de género en los cargos jerárquicos del trabajo docente.
En el nivel primario, predominaban las mujeres con formación en
escuelas normales, quienes veían su labor como un "apostolado en lucha
contra la ignorancia". En cambio, el nivel secundario estaba reservado para
varones vinculados al poder político y a la formación de una clase dirigente.
Las maestras primarias priorizaban la neutralidad, el método y los
componentes morales y vocacionales, mientras que los profesores de
enseñanza media se enfocaban en la formación de una clase política. Hubo
una división interna entre varones y mujeres, maestras normales y
profesores secundarios, así como entre docentes con formación técnico-
didáctica y conocimiento científico-disciplinar. El aspecto salarial también
fue motivo de conflicto, con salarios escasos, pagos irregulares y diferencias
entre los salarios de mujeres y hombres.

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