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MENINGITIS.
Las infecciones del sistema nervioso y en particular del SNC, son relativamente infrecuentes pero, suelen tener
consecuencias muy graves. La meningitis bacteriana no tratada, por ejemplo, es letal en más del 70% de los casos, sin
embargo, el uso de antibióticos en la actualidad ha reducido la mortalidad por estas enfermedades a menos del 10%, esta
cifra sigue siendo considerada como alarmante. Por otro lado, algunas infecciones del SNC ocurridas durante la infancia
suelen dejar severas secuelas neurológicas que alteran el desarrollo mental y físico de los niños, a partir de déficits tanto
sensoriales como motores.
Desde el punto de vista microbiológico, el cerebro y la medula espinal tienen características distintivas. Ambos,
están muy protegidos y al mismo tiempo son muy vulnerables. Es así como, el SNC está anatómicamente protegido por los
huesos del cráneo y las membranas cerebrales que lo aíslan del exterior, sin embargo, en un espacio limitado y cerrado
como este, los efectos de las infecciones tienden a ser mucho más graves, donde incluso el proceso inflamatorio más
pequeño o menor puede causar un daño significativo, sobre todo por las funciones esenciales que tiene el SNC. Estas dos
caras de la moneda (protección y vulnerabilidad) también tienen evidencia en niveles fisiológicos, la BHE por ejemplo,
impide el paso de microorganismos y sustancias toxicas hacia el encéfalo y el LCR, más sin embargo, la misma también
impide el paso de elementos de defensa tanto humorales como celulares desde la circulación sanguínea, así como el paso
de muchos fármacos, lo que en ocasiones hace que las opciones terapéuticas sean limitadas.
Leptomeningtes:
o Piamadre: una capa muy firmemente adherida y delgada.
o Aracnoides.
Paquimeninges:
o Duramadre: es la más superficial, gruesa, rígida y resistente
de las tres capa.
Por otro lado, las infecciones del SNC pueden agruparse de acuerdo
con su ubicación o localización anatómica, por esta razón es de vital
importancia conocer la anatomía:
DEFINICIÓN:
Las infecciones del SNC pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos, que pueden ser parte del medio
ambiente o de la microbiota normal de las superficies corporales.
Es una infección que causa inflamación (edema) de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. La
meningitis no bacteriana con frecuencia es denominada "meningitis aséptica", mientras que la meningitis
bacteriana puede denominarse "meningitis piógena o purulenta".
En la gran mayoría de los casos la meningitis no bacteria o aséptica es ocasionada por virus y es más frecuente que la
meningitis ocasionada por bacterias, pero esta última, entraña mayor gravedad por complicaciones piógenas.
En casi todas las infecciones del SNC los agentes causales son introducidos previamente en algún tejido periférico del
hospedero, es decir, hay una previa colonización en algún otro tejido distinto al del SNC, a partir de ese foco de origen
pueden abrirse camino. En primer lugar, mediante la circulación sanguínea sistémica o mediante la vida nerviosa (vía
axonal). Por ejemplo, los agentes patógenos pueden colonizar el epitelio respiratorio, sobretodo el superior (nasofaringe),
llegar a la circulación y finalmente al SNC, aquí destacan algunos virus causantes de encefalitis o algunas bacterias como el
S. neumoniae, H. influenzae o la Neisseria meningitidis. También puede ocurrir la infección, a partir de una mordedura de
un perro con rabia, donde el virus pueda ingresar al SNC por vía sanguínea o axonal. Se describe también el caso del feto
dentro del vientre materno donde a través de la circulación placentaria se puede inducir una encefalitis inutero, como en el
caso de la rubeola. Una tercera forma de ingreso es por inoculación directa, como en el caso de un traumatismo
craneoencefálico.
TIPOS DE MENINGITIS:
Las formas agudas generalmente están relacionadas con bacterias y virus, pero sobre todo con bacterias como la E. coli y el
S. del grupo B en lactantes pequeños, Meningococo o H. influenzae en niños, y en adultos N. meningitidis y S. neumoniae.
Pero de forma general el H. influenza es uno de los microorganismos más importantes juntos con el S. neumoniae,
sobretodo en niños no vacunados.
Las formas subagudas y crónicas generalmente son causados por el M. tuberculosis o por hongos, sobretodo Criptococcus
neoformans en pacientes inmunosuprimidos.
Las formas esporádicas son meningitis que se presentan como un caso aislado en el hogar y la comunidad.
Las formas epidémicas, generalmente relacionadas con la N. meningitidis, que pueden suceder en lugares donde hay
confinamiento, como cuarteles, retenes, entre otras.
Como se mencionó previamente la meningitis y la meningoencefalitis pueden ser producidas por una gran variedad de
microorganismos. Y que la meningitis puede separarse desde el punto de vista clínico, epidemiológico y evolutivo, en
meningitis aguda y crónica, principalmente, y en meningitis propiamente dicha o meningitis asociada con encefalitis
(meningoencefalitis).
La meningitis aguda desde el punto de vista etológico puede ser ocasionada por virus (enterovirus o el virus de la
parotiditis), bacterias (N. meningitidis que se asocia con meningitis aguda epidémica, H. influenzae tipo B asociado con
individuos no vacunados durante la infancia, S. neumoniae y S. del grupo B sobretodo en neonatos). La meningitis crónica
principalmente relacionado con el M. tuberculosis en pacientes inmunosuprimidos y hongos como el C. neoformans,
conocido como el hongo del guano de las palomas. Por otro lado, cuando hablamos de encefalitis o meningoencefalitis
aguda pensamos en virus, sobretodo el Herpes virus y algunos Arbovirus como en caso de la encefalitis equina venezolana,
que la veremos más adelante, Enterovirus y el Virus de la parotiditis.
Por otro lado, las meningitis agudas y crónicas pueden traer como consecuencia la presencia de abscesos cerebrales,
sobretodo en infecciones piógenas por S. aureus y epidermidis, también por bacterias anaerobias y aerobicas, biota mixta y
por Streptococcus de los grupos A y D. En abscesos crónicos nuevamente M. tuberculosis y C. neoformans, también algunos
parásitos intestinales como los cisticercos.
ETIOLOGÍA DE LA MENINGITIS:
Las infecciones del SNC y en particular la meningitis, son causadas por un pequeño porcentaje de agentes patógenos que
infectan a los seres humanos en general y que son microorganismos que deben poseer características especiales que le
permitan localizarse en el SNC.
Los agentes más frecuentes y los tipos de enfermedades que causan, tienden a dividirse en diferentes categorías, por
ejemplo, ciertas bacterias como el S. neumoniae, H. influenzae y la N. meningitidis clásicamente causan meningitis y rara
vez provocan infecciones del parénquima cerebral, es decir, encefalitis, mientras que otros como los Staphylococcus y
Streptococcus anaeróbicos en general causan abscesos en el parénquima pero rara vez meningitis. En el caso de los virus,
con mayor frecuencia causan encefalitis, sobre todo el Virus Herpes Simplex, mientras que otros pueden causar meningitis
como los Enterovirus.
Las bacterias que causan infecciones del SNC también se diferencian dependiendo del grupo etaria al que afectan con
mayor frecuencia, por ejemplo, los neonatos se ven más afectados los la E. coli y por el Streptococcus agalactiae β-
hemolítico del grupo B, ambas son cepas encapsuladas. Más de la mitad de las sepas de E. coli tiene capsula con el Antígeno
K1, lo que sugiere que las cepas neuropatogenicas han sido especialmente seleccionadas de la gran cantidad de sepas de E.
coli antigénicamente diferentes, y en contraste con otros agentes encapsulados, el Ag K1 de la E. coli es un polisacárido rico
en ácido siálico, que también lo poseen los polisacáridos de los Streptococcus del grupo B. El ácido siálico o ácido
neuraminico ayuda en la adherencia y el crecimiento bacteriano en las meninges, además tiene propiedades antifagociticas
inhibiendo la vía alterna del complemento.
Los neonatos (0 - 4 semanas) son más susceptible a padecer una meningitis por Streptococcus agalactiae y E. Coli.
El S. agalactiae es un coco que forma parte de la flora normal de vagina y la E. Coli suele ser una bacteria que
coloniza el periné y el ano, de tal suerte que cuando el recién nacido nace por vía vaginal (vía natural) puede
colonizarse al tener contacto con estos microorganismos.
Los lactantes menores (4 - 12 semanas) seguimos teniendo Streptococcus agalactiae, E. Coli y Listeria
monocytogenes pero ya empiezan a participar otros microorganismos, como el H. influenzae, Streptococcus
neumoniae y Neisseria meningitidis que son las tres bacterias que con mayor frecuencia y clásicamente se
relacionan con la meningitis en prácticamente todas las edades, sobre todo en los niños que no han sido vacunados
contra el H. influenzae Tipo B.
Entre los 3 meses - 18 años de edad el H. influenzae no lo pondría en primer lugar sino en tercer lugar.
Entre los 18 - 50 años de edad es más frecuente el Streptococcus neumoniae (neumococo) y la Neisseria
meningitidis (meningococo). Ahora bien, es importante destacar la Neisseria meningitidis (diplococo Gram
negativo) que suele producir meningitis epidémica sobretodo en sitios en dónde hay personas en confinamiento,
como cárceles, retenes, albergues y cuarteles militares, algo que se debe tener muy presente desde el punto de
vista epidemiológico, sobre todo a partir de los 18 años de edad.
En > de 50 años hacia la tercera edad siguen en primer lugar Streptococcus neumoniae y la Neisseria meningitidis
pero ya luego vuelve aparecer la Listeria monocytogenes y otros Bacilos Gram negativos (Proteus, Klebsiella, E.
Coli).
En pacientes inmunosuprimidos, por ejemplo, con VIH, con terapia inmunosupresora o pacientes con cáncer
destacan el Streptococcus neumoniae, H. influenzae y Streptococcus β-hemolítico del grupo, el responsable de la
faringoamigdalitis.
En pacientes con fracturas de cráneo, traumatismo craneoencefálico, igual que en pacientes (sobre todo niños) con
hipertensión endocraneana por alguna malformación congénita o por alguna infección previa y que necesitan
derivación del líquido cefalorraquídeo o desviación encéfalo peritoneal, predominan S. aureus, S. epidermidis y
bacilos gramnegativos.
Esta es la etiología bacteriana de la meningitis, sin embargo, es bueno hacer énfasis en que los virus, no por mucho, son más
frecuentes que los agentes bacterianos, la principal diferencia radica en que las infecciones por virus suelen ser
autolimitadas y a pesar de que no hay tratamiento específico para muchos de los virus que producen encefalitis y
meningoencefalitis, estas suele ser, en teoría, más benignas por el hecho de ser autolimitadas (no pasan de 45 días de
duración). Por otro lado, la meningitis, meningoencefalitis y las complicaciones como los abscesos cerebrales producidos
por bacterias suelen revestir mucha mayor gravedad y entrañan peligro de muerte.
MECANISMO DE TRANSMISIÓN:
Los principales aspectos epidemiológicos de las infecciones del SNC y en particular de la meningitis, son la edad cómo lo
vimos anteriormente, la localización geográfica y en algunos casos la época del año (días de lluvia y frío). Sin embargo,
entre estos aspectos debemos mencionar y destacar el mecanismo de transmisión, por ejemplo, es más probable que esta
patología en los neonatos y lactantes se deba a los enterovirus, porque los enterovirus se diseminan por vía fecal-oral y los
niños están más predispuestos a entrar en contacto con haces contaminadas; en los adultos es más posible que la
meningitis y la meningoencefalitis se deban a otras condiciones, y como es de esperarse de acuerdo a la etiología estudiada
anteriormente la mayoría de los agentes virales y bacterianos que producen meningitis son agentes que colonizan la
mucosa respiratoria superior (nasofaringe), entonces para que ocurra la meningitis es un paso inicial e indispensable que
haya colonización de la mucosa respiratoria, desde allí el microorganismo pudiese tener acceso al encéfalo por las meninges
mediante la circulación sanguínea, quiere decir entonces, que el principal mecanismo de transmisión de los agentes
productores de meningitis es el mecanismo de secreciones respiratorias a través de la tos y el estornudo.
EPIDEMIOLOGÍA:
Desde diciembre del año 2016 (hace 5 años) no conocemos la situación epidemiológica en nuestro país sobre la meningitis,
debido a que las cifras, las estadísticas y los registros dejaron de ser publicados. El ministerio de salud venezolano, antes de
ese año, publicaba semanalmente el boletín epidemiológico dónde estaban registradas todas las enfermedades de
notificación obligatoria, teniendo en cuenta que, en casi todos los países del mundo, la meningitis constituyen una
enfermedad de notificación obligatoria, razón por la cual, deben conocerse públicamente las cifras relacionadas con esta
enfermedad y así poder tomar acciones y decisiones. En Venezuela no se conoce desde el año 2016 cuál es la verdadera
situación. En el siguiente fragmento de un artículo publicado del año 2010 (hace 11 años) se expresan algunas ideas sobre la
epidemiologia de la meningitis en Venezuela, el mismo fue publicado en Caracas por un grupo de pediatras y cuyo líder fue
Alejandro Risquez, y manifestaban lo siguiente:
Meningitis en Venezuela: las meningitis en Venezuela constituyen un importante problema de salud pública, que afecta
de manera especial a los niños menores de 5 años. Las vacunas antineumocócicas, antimeningocócicas, contra
Haemophilus influenzae tipo b, así como la BCG, obligan a revisar la dinámica de la morbi-mortalidad en nuestro país. La
etiología más frecuente es viral, seguida de las meningitis bacterianas y las tuberculosas, mientras que se conoce poco
de la micótica y otras causas. Los sistemas de vigilancia epidemiológica muestran cifras altas de la incidencia de las
meningitis que ameritan acciones más enérgicas de salud pública para vigilar, prevenir y mejorar los Programas
Nacionales de Inmunizaciones y sus coberturas, además de tratar médicamente las meningitis en cualquiera de sus
causas infecciosas.
PATOGENIA:
En la imagen se observa la presencia de diplococos Gram negativos (aunque se vean azules, realmente son rosados) de
Neisseria meningitidis. Recordemos que, estas bacterias llegan por vía circulatoria y posteriormente atraviesan la BHE e
invaden el espacio subaracnoideo por donde corre libremente el LCR. Ahora bien, la disfunción tisular en las infecciones del
SNC se produce por el proceso inflamatorio y la llegada de los diversos
microorganismos con diferentes mecanismos patogénicos. La muerte
de las células del hospedero puede verse de forma directa por la acción
de toxinas bacterianas, de ciclos líticos, de la replicación viral o del
crecimiento intracelular de bacterias y de hongos. En la mayor parte de
las infecciones la muerte celular y la destrucción de los tejidos sin
embargo, ocurre por la propia respuesta inflamatoria del hospedero. La
multiplicación y la diseminación de los microorganismos en el sistema
nervioso provoca una respuesta inflamatoria similar a la observada en
otras áreas del cuerpo pero menos intensa y menos efectiva sobre todo
en primera instancia, donde la infiltración de las microglias y la
proliferación de astrocitos son características de la inflamación del SNC.
Como en cualquier otra parte del cuerpo la respuesta inflamatoria del
SNC tiene un componente humoral y uno celular: El componente humoral se desarrolla primero y está relacionado con la
producción y liberación de anticuerpos y citoquinas, que producen edema causado principalmente por el aumento de la
permeabilidad capilar. El componente celular, está representado por neutrófilos y macrófagos que empiezan a infiltrar el
área y a fagocitar o tratar de fagocitar a los microorganismos invasores y también a las células muertas. Los neutrófilos a
menudo se destruyen y mueren en este proceso y liberan enzimas que digieren células y materia tisular en el área
circundante. La inflamación y la tumefacción del cerebro a causa del proceso inflamatorio dentro de la bóveda craneana,
qué es cerrada, es lo que llamamos edema cerebral, el cual puede producir síntomas relacionados con afectación de la
corteza cerebral debido a la disminución del riego sanguíneo. En las formas más severas de edema cerebral puede aparecer
una hernia del lóbulo temporal a través de la hoz del cerebro o del tronco encefálico y posteriormente pasando a través del
foramen magno, lo que produce un severo daño cerebral y muerte. Así los síntomas neurológicos durante una infección del
SNC pueden deberse a lesiones focales del tejido que producen déficits funcionales específicos localizados o al edema
cerebral que conduce a la pérdida global de las funciones corticales cerebrales superiores.
En conclusión existen una serie de factores que contribuyen a la inflamación de las meninges en particular del espacio
subaracnoideo:
o Factores bacterianos:
Componentes de la pared celular.
LPS / Lipooligosacárido (Neisseria meningitidis).
Vesículas de la membrana externa.
Peptidoglicano.
o Factores del hospedero: liberación de mediadores de inflamación que producen edema vasogénico como:
PGE, prostacliclina.
Interleucinas.
INF-gamma.
TNF-alfa.
PAF.
Integrinas y selectinas.
ICAM 1.
ITAM 1.
CLÍNICA:
DIAGNOSTICO:
La infección aguda del sistema nervioso central constituye un problema diagnóstico de gran urgencia, donde hay que actuar
con absoluta inmediatez para salvar la vida de un niño, por ejemplo, con meningitis. Algunas veces es necesario instaurar un
tratamiento apropiado en minutos cuando el niño es llevado por los familiares a la sala de emergencia, por fortuna, se
cuenta con un examen del líquido cefalorraquídeo, que consiste en hacer o aplicar la tinción de Gram sobre el líquido
obtenido por medio de la punción lumbar qué puede rápidamente establecer un diagnóstico presuntivo.
Una vez qué se hace la punción lumbar con toda las medidas de asepsia y antisepsia en el espacio subaracnoideo entre
L4/L5 de la región lumbar, se extrae el LCR que tomará diversos destinos, entre los que están: llevar la muestra a una
coloración de Gram de forma inmediata, otro destino es hacer cultivo y esperar los días que sean necesarios para saber cuál
es la bacteria que está produciendo la meningitis. Sin embargo, tratamiento antimicrobiano debe colocarse
independientemente de que el resultado de cultivos salga o no salga, se tarde o no se tarde. El otro destino es el estudio
cito químico, es decir, el estudio de las célula y el estudio de la química del LCR (cantidad glucosa, de proteínas, etc.). Todo
esto no orienta a saber qué tipo de meningitis tiene el paciente.
TRATAMIENTO:
Cuando un paciente presenta sospecha de meningitis bacteriana, el cuerpo médico debe iniciar tratamiento
antimicrobiano tan pronto como sea posible. La meningitis bacteriana es una urgencia neurológica; su progresión hacia
un estado de mayor gravedad reduce las posibilidades de recuperación definitiva.
La terapia empírica debe iniciarse tan pronto como se tenga la certeza clínica de meningitis bacteriana.
La resistencia a penicilinas y sulfonamidas ha forzado la escogencia de nuevos agentes quimioterapéuticos como las
cefalosporinas (3° y 4° generación), Vancomicina, Rifampicina, Carbapenemes y fluoroquinolonas. Para tratar de
manera efectiva la meningitis bacteriana los antibióticos a los cuales son susceptibles las bacterias que mencionamos
previamente deben tener la capacidad de ingresar o atravesar la BHE para llegar al LCR de forma activa.
Tratamiento
antimicrobiano
específico para
meningitis aguda:
Tabla general de
antimicrobianos específicos
para meningitis aguda de
acuerdo con el tipo de
microorganismo, publicada
en el libro Mandel de
enfermedades infecciosas.
Podemos ver que de
acuerdo con el tipo de
bacteria H. influenzae, N.
meningitidis, S. neumoniae,
enterobacterias,
espiroquetas y helmintos protozoos, se pueden utilizar antimicrobianos estándares y alternativos. Sin embargo, hoy en día
se utilizan medicamentos de mayor espectro y penetración en el sistema nervioso central que alguno de los que están allí
como las ampicilinas o penicilinas. Entonces, este cuadro es orientador pero existen ya tratamientos más recientes y mejor
estudiados, para el tratamiento específico de acuerdo al tipo de bacteria y de acuerdo a la edad del paciente con meningitis
como veremos a continuación.
Tratamiento empírico: Tabla resumen que indica el tratamiento empírico de acuerdo a la edad en frente de casos con
meningitis bacteriana
Otro esquema:
PREVENCIÓN:
Recordemos que muchos de los microorganismos (sobretodo bacterias) que están involucradas con la meningitis bacteriana
tienen prevención específica mediante la aplicación de vacunas en la infancia o en poblaciones especiales de mayor edad,
por ejemplo, es Estados Unidos y en muchos países de Europa se hace la vacunación sistemática de reclutas, soldados o
miembros de tropa.
Vacunar a un niño no sólo lo protege contra la enfermedad sino también protege al entorno del mismo al disminuir la
incidencia de enfermedad. Cuando existe un brote de meningitis meningocócica debe asegurarse el tratamiento
antibacteriano del entorno del paciente, es decir, que todo aquel que conviva o comparta con él debe ser tratado
profilácticamente con antibióticos tipo Rifampicina o tipo Doxiciclina que es una tetraciclina para eliminar cualquier caso
sospechoso de portador de Neisseria meningitidis en la nasofaringe. Esto es muy importante tenerlo presente desde el
punto de vista epidemiológico y de salud pública.
CASO CLINICO
Escolar de 11 años de edad quien ingresó a la Unidad de Terapia Intensiva del IAHULA por haber presentado fiebre y
petequias en tronco y abdomen de 6 hrs. de evolución, acompañado de signos de meningismo. Al ser admitido al
servicio, el paciente presenta taquipnea, mal llenado capilar con pequeñas manchas equimóticas de 1 a 1,5 cm de
diámetro en tronco, así como también petequias que van aumentando con el transcurrir de las horas. Dificultad
respiratoria moderada. Por todos los antecedentes y con el objetivo de disminuir el gasto metabólico de la respiración
en el marco de un choque séptico, se decide intubar y conectarlo a la asistencia respiratoria mecánica