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2. Estrategia de búsqueda
CALIDAD COMPARABILIDAD
EE 1 Elevada 81 Elevada 44
EE 2 Elevada 83 Elevada 46
EE 3 Media 66 Elevada 43
EE 4 Media 67 Elevada 47
Tabla 2. Valores obtenidos de calidad y comparabilidad al aplicar las listas guía. (Ver Hoja de Cálculo)
4. Discusión
El análisis de calidad y comparabilidad aplicado a las evaluaciones económicas seleccionadas
permitió identificar los aspectos más relevantes en el momento de la lectura crítica de estos
estudios, teniendo en cuenta que estos serán herramientas clave a la hora de la toma de
decisiones terapéuticas en función del bienestar de los pacientes. A partir de los artículos
seleccionados fue posible medir la diferencia entre la efectividad clínica que aporta una
alternativa de atención en salud frente a otra, y comparar la efectividad con la diferencia en
costos. Se puede aplicar a las diferentes etapas del curso natural de la hipertensión,
(prevención, diagnóstico, tratamiento), o bien al manejo integral de la misma, que para este
caso estaría centrado en los antihipertensivos como grupo farmacológico de interés. Sin
embargo, el hecho de realizar una evaluación económica es totalmente necesario ya que se
utiliza como herramienta para la toma de decisiones sobre la designación de recursos y a que
van dirigidos [4].
Puede llegar a existir confusión entre una evaluación económica y un análisis de impacto
presupuestal, pero a pesar de tener ciertas metodologías en común presentan diferencias
significativas, estas son principalmente su propósito pues la evaluación económica busca
establecer si hacer la inversión de cierta cantidad de recursos es justificada comparando esto
con los resultados en salud obtenidos, mientras que un análisis de impacto presupuestal se
basa principalmente en los costos de la financiación de nuevas tecnologías en salud [5].
La selección de los artículos al recoger los datos obtenidos con respecto a la estrategia de
búsqueda en la Tabla 1 nos permite reconocer dos tipos de evaluaciones económicas cuya
diferencia radica en la forma de medir y valorar las consecuencias en salud. La evaluación
exige que las consecuencias en salud de las alternativas comparadas, así como sus costos, se
puedan medir y valorar en unidades comparables [6]. El Artículo 3, por ejemplo, nos indica
un análisis costo efectividad; las alternativas a comparar hacen énfasis en el costo de la
monoterapia contra los costos de la politerapia, comparando entre sí distintos tipos de
Antihipertensivos.
También podríamos decir que los Artículos 1, 2 y 4 hacen referencia a un análisis
costo-efectividad tal como lo clasifican los autores. Sin embargo, se trata de un análisis
costo-utilidad ya que los resultados se expresan en QALYs y los efectos clínicos de las
opciones que se comparan son expresados en términos de calidad de vida como es percibida
por el paciente. La utilidad se podría definir como una valoración subjetiva que se hace
individualmente de las diferentes opciones que considera. Es decir, se comparan varias
alternativas, los efectos sobre los recursos se valoran en unidades monetarias y los efectos
sobre la salud se ajustan por la calidad de vida con la misma metodología en las distintas
alternativas [7].
El punto de vista desde la que se hacen los estudios corresponden a la perspectiva del
financiador, el cuál se refiere a todos los beneficios terapéuticos y los costos en que incurre el
Sistema Nacional de Salud (SNS) al facilitar el acceso o la implementación de la tecnología
analizada. En este caso, se deberá justificar que los costes sociales (demasiados los costes de
cuidados informales y las pérdidas de productividad laboral) no tienen un peso relevante o no
se dispone de información fiable sobre ellos, declarando las fuentes consultadas [8].
Además es necesario fijar el horizonte de tiempo en el que se evalúan tanto las alternativas
como los resultados en salud, por ejemplo en el Artículo 4 la “Diferencia entre diuréticos,
bloqueadores beta, IECA/ARA, BCC y no intervención en el tratamiento de la hipertensión
arterial” tiene el horizonte más amplio de los estudios seleccionados con 35 años, mientras
que el Artículo 3 tiene tan solo 3 meses frente al “Costo de la monoterapia contra los costos
de la politerapia, comparando entre sí distintos tipos de Antihipertensivos”. En teoría se
debería tener en cuenta todo el tiempo en que se pudieran ver efectos, pero en la práctica por
lo general se reduce el horizonte temporal por no existir información relativa a los efectos a
largo plazo de los tratamientos, y también es importante incluir el tiempo en el que ocurren
las consecuencias significativas de las alternativas [9].
Así mismo, fue posible evidenciar que para todos los artículos en cuestión se discuten los
posibles sesgos y limitaciones de las EE [10]. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, las
evaluaciones económicas tienen una gran utilidad y aplicación en diferentes campos
relacionados de acuerdo a su perspectiva y deben ser utilizadas teniendo en cuenta dichos
aspectos.
5. Conclusiones
Teniendo en cuenta todo lo anterior se afirma que, dentro de las evaluaciones realizadas, la
mitad obtuvo una calidad elevada y la otra mitad una calidad media. Es notable observar que
todas las evaluaciones económicas presentan falencias en información, principalmente en
cuanto a la adopción de una perspectiva desde la sociedad, aspecto ya mencionado
previamente. También se presentan elecciones de los comparadores que no se justifican lo
suficiente, no se detalla la fuente de los resultados clínicos que serán la base del estudio
(ensayos clínicos, estudios observacionales, etc.), no hay claridad en cuanto a los recursos
consumidos, y se observa que el análisis de sensibilidad está incompleto en información
necesaria para comprender el estudio.
Por otra parte, en cuanto a la comparabilidad, es imprescindible aplicar las herramientas que
no sólo indiquen qué tan buena es una evaluación económica sino qué tan útil es a la hora de
aplicar estos resultados al entorno real de uso de las tecnologías en salud. Se observa en la
Tabla 2 que las evaluaciones económicas de interés, en su totalidad, presentan una
comparabilidad elevada, por lo que se facilita la toma de decisiones en cuanto a la
aplicabilidad de las alternativas terapéuticas planteadas a los entornos en los que los pacientes
hipertensos pueden acceder a estas tecnologías. Los valores no corresponden en todos los
casos a 50 puntos, principalmente por la dificultad a la hora de extrapolar los resultados a lo
que sucederá en los pacientes en el entorno de interés, probablemente debido a que el
horizonte temporal de 3 de los artículos no era lo suficientemente amplio para contemplar
todos los posibles resultados en salud.
6. Referencias bibliográficas
1. Youtube - RS TU. Pharmacoeconomics. [En línea] Consultado el 21 de junio
de 2022 en:
https://www.youtube.com/channel/UCs1YMlXitJ16bnYP7rKT4sQ
2. Jiménez Herrera, Luis. (2019). La guía farmacoeconómica una herramienta
útil en salud pública. Revista Costarricense de Salud Pública, 28(2), 213-226.
3. Soto Álvarez, J. (2001). Estudios de farmacoeconomía:¿ por qué, cómo,
cuándo y para qué?. Medifam, 11(3), 67-83.
4. Parody, R. G. C. G. E. Guía metodológica para la realización de evaluaciones
económicas en el marco de Guías de Práctica Clínica. Disponible en:
https://www.iets.org.co/Archivos/63/Guía%20Metodológica%20Realización%
20de%20Evaluaciones%20Económicas%20en%20el%20marco%20de%20Guí
as%20de%20Práctica%20Clínica%20-%20Versión%20final%20completa.PD
F
5. SALUD, T. E. (2022). MANUAL METODOLÓGICO.
6. Jiménez Herrera, Luis. (2019). La guía farmacoeconómica una herramienta
útil en salud pública. Revista Costarricense de Salud Pública, 28(2), 213-226.
7. Drummond M, O’Brien B, Sculpher M, Stoddart G, & Torrance G. Methods
for the Economic Evaluation of Health Care Programmes (Tercera edición.).
Oxford: Oxford Medical Publications; 2005.p. 1-156.
8. Julio López Bastida, Juan Oliva, Fernando Antoñanzas, Anna García-Altés,
Ramón Gisbert, Javier Mar, Jaume Puig-Junoy. Propuesta de guía para la
evaluación económica aplicada a las tecnologías sanitarias. Gaceta Sanitaria,
Volume 24, Issue 2, 2010. Pages 154-170, ISSN
0213-9111.https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2009.07.011.
9. Vigil, José Luis. (2010). FARMACOECONOMÍA.
10.13140/RG.2.2.28945.22888. Tomado de:
https://www.researchgate.net/publication/311106143_FARMACOECONOMI
A/citation/download
10. Martínez MJ, Peral J, Santos A, et al. Farmacoeconomía. Queda mucho por
hacer. Actualidad en Farmacoeconomía. Boletín de la SEFH 1999; 90.