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CICLO : IV CICLO
AÑO 2020
I.- INTRODUCCION:
Las complicaciones neurológicas agudas se presentan en un 20-30% de los casos y las más
frecuentes son: hidrocefalia, convulsiones, infarto cerebral, parálisis de pares craneales,
alteraciones neuroendocrinas, colecciones intracraneales e hipertensión endocraneana. Las
secuelas neurológicas a largo plazo se producen en un 10-20% de los casos e incluyen sordera
neurosensorial, retraso psicomotor y parálisis cerebral, entre otras. En los lactantes y niños la
mortalidad varía del 2% al 10% y se eleva a un 30% en los recién nacidos.
Se debe realizar diagnóstico diferencial con meningismo, el cual se presenta con síntomas
clínicos parecidos a la meningitis, pero sin inflamación de las meninges. Se debe realizar una
punción lumbar y se diagnostica como meningismo si el resultado es normal, con ligero
aumento de la presión y el volumen.
Por lo expuesto anteriormente se hablara en este trabajo algunos casos de meningitis como la
viral, la causada por hongos y la causada por parasitosis como la toxoplasmosis.
II.- MENINGOENCEFALITIS VIRAL; MENINGOENCEFALITIS POR HONGOS; PARASITOSIS:
CISTICERCOSIS, TOXOPLASMOSIS.
II.1.- MENINGOENCEFALITIS VIRAL (VHS 1 Y 2, VARICELA ZÓSTER, CMV, POLIO, RABIA, VIH-1):
Comprende de muchos agentes etiológicos con presentaciones clínicas similares, por lo tanto
va a ser difícil hacer el diagnóstico. Por lo general, en los casos de meningitis viral no se llega al
diagnóstico de especie como si sucede en las bacterianas. Los patógenos que se involucran
son.
Más frecuentes
Diferenciar entre las MAA, producidas en su mayoría por virus, generalmente de curso benigno
y autolimitado, y las meningitis bacterianas agudas puede no ser fácil en algunas ocasiones.
Este hecho es especialmente preocupante cuando nos enfrentamos a una meningitis
decapitada por el uso precoz de antibióticos. Los antecedentes y ambiente epidemiológico, la
presencia de determinados signos clínicos junto a un análisis básico de pruebas de laboratorio
(recuento y tipo celular, valores de glucosa, proteínas, ADA, VDRL, pruebas de determinación
rápida de antígenos y, ocasionalmente, otras determinaciones serológicas) han sido hasta hace
pocos años las herramientas que hemos manejado para el diagnóstico y filiación de las
meningitis. En muy pocos centros se realizaba el cultivo de virus y solo la experiencia clínica
guiada de las pruebas antes citadas permitía la toma de decisiones como la suspensión del
tratamiento antimicrobiano iniciado de forma empírica o un alta rápida de los pacientes. Las
meningitis causadas por virus han recibido menos atención por considerarse menos graves y
de resolución espontánea, y no existen estudios comparativos que examinen la incidencia, las
manifestaciones clínicas y el manejo diferencial entre las meningitis bacterianas y virales en
una determinada población
La MAA es una entidad clínica que en muchos casos requiere hospitalización y tratamiento
antibiótico, a pesar de estar producida principalmente por virus. En este estudio evaluamos la
etiología, la clínica y el manejo del paciente adulto con MV seleccionando a los pacientes en
base a los datos clínicos. Lo consideramos de interés debido al escaso número de estudios
similares, ya que se seleccionaron solo pacientes con meningitis, excluyendo las
meningoencefalitis y encefalitis que son cuadros producidos en muchos casos por los mismos
virus, pero en los que el manejo y la evolución es diferente. Además, en todos los casos se
siguió la misma metodología diagnóstica, utilizando técnicas de amplificación genómica para la
detección de enterovirus y herpesvirus.
Los enterovirus han sido los principales virus detectados en los cuadros de MV, como ocurre
en la población pediátrica, aunque el porcentaje relativo de casos varía ampliamente. En
nuestro estudio el enterovirus fue el responsable del 86% de las MV en que se detectó un
agente etiológico
La meningitis micótica es una enfermedad rara en los Estados Unidos. Se puede producir
cuando un hongo se propaga desde alguna parte del cuerpo al cerebro o a la médula espinal.
CÓMO SE TRANSMITE
Estos hongos son demasiado pequeños para que se vean sin un microscopio. Las personas se
pueden enfermar si inhalan esporas de hongos. Las personas contraen meningitis si la
infección por hongos se propaga de los pulmones al cerebro o a la médula espinal. La
meningitis micótica no se transmite entre las personas.
El hongo Candida también puede causar meningitis. Normalmente, la Candida vive dentro del
cuerpo y en la piel de las personas sin causar ningún problema. Sin embargo, en ciertos
pacientes que están en riesgo, la Candida puede ingresar al torrente sanguíneo o a los órganos
internos y causar una infección.
PATOGENIA:
Cryptococcus neoformans representa la causa más frecuente de infección fúngica del SNC. La
mayoría de los casos se presentan en pacientes inmunodeprimidos, especialmente con
infección por el VIH. Otros factores de riesgo son el transplante de órganos, neoplasias
hematológicas (sobre todo leucemia mieloide aguda) y otras neoplasias y el tratamiento con
corticoides u otros inmunosupresores. Excepcionalmente se presenta la infección en pacientes
aparentemente inmunocompetentes. La forma de presentación puede ser aguda, subaguda o
crónica, en este caso, las manifestaciones clínicas se instauran de forma insidiosa,
progresivamente a lo largo de semanas. Cryptococcus gattii causa con mayor frecuencia
infección en personas inmunocompetentes; esta especie es propia de zonas tropicales y
subtropicales y su presencia se describió inicialmente en Australia. Recientemente, el brote
comunicado en la isla de Vancouver (British Columbia, Canadá) afectó tanto a pacientes
inmunocompetentes como inmunodeprimidos, y ha abierto la reflexión sobre su distribución
geográfica. Cuando produce afectación del SNC, se asocia con complicaciones como
hidrocefalia y parálisis de pares craneales. Candida spp. es una causa excepcional de
meningitis; generalmente, la candidiasis diseminada da lugar a abscesos cerebrales múltiples y
sólo en recién nacidos de muy bajo peso, en pacientes con inmunodepresión grave o
sometidos a cirugía neurológica, la infección del SNC se presenta como meningitis. Otras
infecciones fúngicas como, blastomicosis, esporotricosis o coccidioidomicosis pueden cursar
con meningitis, pero no son autóctonas en nuestro medio.
La meningitis cisticercosa ocurre hasta en el 48.2% de los pacientes con NC. Sin embargo, hay
poca información con respecto al curso de este tipo de patología y a la mejor forma de
tratamiento.
Una vez que el parásito se ha alojado en el SNC pasa por tres estadios de desarrollo. El primer
estadio es la fase vesicular, en la cual el parásito es un quiste con una membrana muy delgada,
transparente y llena de líquido claro, el cisticerco puede permanecer durante décadas en este
estadio o puede -como resultado de un ataque inmunológico por parte del huésped- entrar en
un proceso de degeneración que termina con la muerte del parásito. El siguiente estadio
evolutivo es la etapa coloidal, en la que el líquido vesicular se torna viscoso y turbio, después la
pared quística se engrosa y el escólex se transforma en una estructura de aspecto granular de
ahí el nombre de esta etapa granular nodular, en la cual los cisticercos ya no son viables.
Finalmente éstos entran a la etapa nodular calcificada, en la que el parásito se convierte en un
nódulo calcificado e inerte. No se sabe con exactitud el tiempo que el cisticerco pasa en cada
estadio.
CUADRO CLÍNICO
La toxoplasmosis cerebral es la infección cerebral focal más común en pacientes con SIDA.
Puede presentarse en cerca de la tercera parte de los pacientes con SIDA y anticuerpos séricos
contra Toxoplasma gondii. Su incidencia en autopsias depende de la seroprevalencia local y se
ha reportado entre 6 y 47%. Puede ser la manifestación inicial de SIDA o señalar hacia este
padecimiento en enfermos con factores de riesgo o cuadro clínico previos negados o no
reconocidos. La toxoplasmosis del sistema nervioso central comúnmente es consecuencia de
reactivación de la infección adquirida previa, la cual se mantuvo latente por bradizoítos
enquistados en el encéfalo u otros órganos hasta la inmunosupresión. La enfermedad
establecida sin tratamiento adecuado es rápidamente fatal. El diagnóstico se sospecha por las
manifestaciones clínicas características y se sustenta con las anormalidades evidentes por
tomografía computada del cráneo o imagen por resonancia magnética. Se ha propuesto que la
reacción en cadena de polimerasa (PCR) puede ser útil para detectar DNA de Toxoplasma
gondii en sangre o líquido cefalorraquídeo de estos pacientes. Su utilidad es limitada debido a
la imposibilidad de realizar punción lumbar en pacientes con lesiones que producen efecto de
masa, y a la negativización de la PCR entre los 7 y 10 días de iniciado el tratamiento. Hasta 70%
o más de los casos tienen respuesta clínica favorable bajo tratamiento específico, evidente en
la mayoría desde la primera semana.
INMUNOPATOGENESIS:
Las lesiones de la toxoplasmosis cerebral pueden ser únicas o múltiples, lo que da lugar a una
amplia variación de síntomas y signos, que dependen del número, tamaño y topografía de
estas lesiones. Entre los datos clínicos más frecuentes se encuentran: déficit motor, crisis
convulsivas (de tipo tardío, es decir, de inicio reciente para los enfermos), alteraciones
sensitivas, cambios del estado mental, movimientos anormales y síndromes
neuropsiquiátricos. Característicamente la presentación es subaguda, con dos o más semanas
de evolución, los pacientes en el momento del examen neurológico inicial tienen alteraciones
focales hasta en 60 a 90% de los casos. Cerca de dos terceras partes de los enfermos sufren
alteraciones de las funciones mentales superiores o del estado de conciencia evidenciadas por:
confusión, letargia, alucinaciones, psicosis, daño cognitivo grave, disfasia e incluso estado de
coma en forma ocasional. En cerca de la tercera parte de los enfermos las convulsiones son el
síntoma que lleva al paciente a buscar atención médica y el déficit motor o sensorial en
relación con las crisis focales puede notarse en 60% de los enfermos. Debido a que la
localización más frecuente de las lesiones de encefalitis por toxoplasma en la unión córtico
subcortical de los hemisferios cerebrales y ganglios basales, la hemiparesia contralateral es el
signo focal más común, seguido por afasia, alteraciones sensoriales y movimientos anormales
cuyo espectro es muy variado. Se han descrito: temblor, hemicorea, hemibalismo,
parkinsonismo, acatisia y distonías focales. En presencia de lesiones en el cerebelo o el tallo
cerebral hay déficit en los nervios craneales especialmente oculmotores, dismetría, ataxia y
vértigo. Se han descrito algunos casos de afección de médula espinal y una forma de encefalitis
rápidamente fatal en donde la afección difusa hace difícil considerar el diagnóstico de
encefalitis por toxoplasma.Excepcionalmente algunos casos aislados se han presentado
simulando complejo demencia-SIDA y en el estudio anatomopatológico se encontró
toxoplasmosis. Finalmente, puede haber manifestaciones endocrinas como expresión propia
de encefalitis toxoplásmica en etapa aguda o en fase de secuelas con síndrome de secreción
inapropiada de hormona antidiurética o panhipopituitarismo.
V.- CONCLUSIONES:
•Se discutió las manifestaciones clínicas y las formas en las cuales se presentan la meningitis
vírica, causada por hongos y por algunos protozoarios.
VI.- BIBLIOGRAFÍA:
Torres Marín, Juan de la Concepción, Torres Ruiz, Juan, Romero Gómez, Yordanka, Díaz
Calzada, Marvelia, & Crespo Fernández, Diana Amelia. (2012). Neurotoxoplasmosis.
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