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YACHAY

(VIVIR, PENSAR Y SABER)



Serapio Mucha Yaros


CENTRO TRANSDISCIPLINARIO PARA EL HUMANISMO ECONÓMICO, A. C.
YACHAY
(VIVIR, PENSAR Y SABER)
Serapio Mucha Yaros
PRIMERA VERSIÓN

MÉXICO, 2023

© Derechos reservados por el autor.

muchayaros@gmail.com

civilizacionsolidaria@yahoo.com

www.ctpehe.org
CONTENIDO

Introducción 7

Fuentes Primarias del Pensar y el Saber 15

II

La Realidad en la Sabiduría Ancestral 43

III

Forma de Razonamiento Ancestral 59

IV

Mito y Cosmogonía 97

INTRODUCCIÓN

Bajo el postulado de introducir dentro del conocimiento científico las


diversas ideas, reglas, pensamientos y saberes ancestrales, desde las
múltiples instituciones existentes en cada país, quienes reconocen el valor
creciente de la racionalidad de los pueblos originarios, intentan asimilar
la cosmogonía primigenia, el mito fundacional y las sapiencias antiguas
con el paradigma doctrinal clasista. Con la concepción del mundo
bifurcado en el idealismo y el materialismo expresados en una variedad
de teorías, corrientes de pensamiento y escuelas de adoctrinamiento
buscan atrapar, operacionalizar y apropiarse las sapiencias ancestrales.

En todas las consideraciones sobre el pensar y el saber de los pueblos


originarios, sin duda con algunas diferencias de matices, emergen los
esfuerzos por interpretar las culturas y las sapiencias antiguas en
continuidad histórica con las pautas y las responsivas del pensamiento
acumulado, autorizado y tecnificado. Con las normas, la moralidad y las
cuadraturas del denominado “método científico” se percibe y se busca
justipreciar la racionalidad mítica. En este proceder aparecen cuatro
sucesos que anulan la presencia activa de las reglas ancestrales: seguir
colocando a las sapiencias antiguas en el periodo precientífico, pretender
rescatar la sabiduría primigenia con las valoraciones doctrinales, intentar
extraer los elementos de la cosmogonía original que se valoran
monetariamente y pregonar la protección de las creaciones ancestrales
vaciando su contenido.

Una cuestión denigrante se revela en los cuatro acontecimientos clasistas:


adular la cultura ancestral aduciendo su concurrencia en la configuración
de la identidad nacional, pero negando el modelo de conducción ancestral
con la imposición del sistema político democrático burgués. La
implantación de la ideología liberal democrática conlleva la exclusión del
proceso económico que sigue la dinámica universal natural, el abandono
de las reglas ancestrales y la reducción de las territorialidades
comunitarias. Con estos actos, las poblaciones que son diferentes a los
pueblos originarios, erigen la sociedad clasista en cuya base se
encuentran el racismo, el clasismo, la discriminación, la expulsión, la
opresión y el confinamiento. Son procesos que vienen desde los inicios
del modo de producir clasista que comienza con su primera etapa que es
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el esclavismo. Durante el feudalismo adquiere nuevos matices, perfiles y


extensiones. Pero es en el capitalismo, actualmente imperialista
planetarizado, donde los pueblos originarios quedan reconocidos dentro
de la igualdad ciudadana y la equidad en el ejercicio de los derechos
fundamentales. El igualitarismo penetra con mayor intensidad levantando
las banderas del género y la oportunidad para todos.

Los pueblos originarios, desde que se implantaron los modos y los estilos
del vivir privilegiando al sistema de propiedad privada de los medios de
producción, potenciados con el individualismo y el afán de ganar para
acumular multiplicando, persisten con resistencia acorralados con una
multiplicidad de poblaciones confrontadas, una confluencia de situaciones
y un amontonamiento de intereses enfrentados. Cada sector de la
población nacional, amparados con el Pacto Político y las múltiples leyes
reglamentarias, buscan las maneras de arrebatar las disponibilidades de
los pueblos originarios. La tierra, el suelo y el territorio que disponen,
poseen y ocupan los pueblos originarios son los tesoros envidiados,
cotizados y codiciados. Utilizando una diversidad de procedimientos
legales, extralegales, violentos y pacíficos buscan apoderarse, porque allí
se encuentran concentrados el 80% de los recursos disponibles que son
imprescindibles para la extensión de las instituciones económicas básicas.

Buscar dentro de este proceso de despojo que enfrentan los pueblos


originarios la cultura aborigen, las sapiencias antiguas y los modos de
generar los conocimientos significa propagar el viejo y el nuevo
colonialismo que ata primero la materia y luego el espíritu para dominar
y envilecer. La singularidad del colonialismo es arrebatar a los pueblos
originarios sus disponibilidades, pero sin conformar un modelo de vivir
que dignifica a la base económica. El adoctrinamiento, la imposición de
los dogmas y la implantación de las nuevas confesionalidades suceden
una vez que el organismo global queda conquistado, fragmentado y
dispersado. Para los conquistadores, los opresores y los que se dedican a
despojar las disposiciones comunitarias, la divulgación de la cultura
dominante y en especial del sistema educativo discriminante, es una labor
cotidiana de orden mayor.

El reconocimiento de la existencia de los saberes antiguos entre los


pueblos originarios no es una novedad burguesa, sino un reacomodo
doctrinal del modo de producir clasista en su tercera etapa que es el
capitalismo imperialista planetarizado. Quienes afirman que los
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conocimientos científicos superan y anulan a las supercherías del pasado,


por negar los precedentes y los antecedentes, quedan sin cimiento. Eso
sí despliegan ínsulas de originalidad, autenticidad y grandeza. En nombre
de las sapiencias disciplinarias declaran la era de la producción de los
conocimientos como el nuevo sistema de producción. Aceptando la
persistencia de las tecnologías ancestrales, pero admitiendo la
prodigiosidad de la digitalización y el control a distancia, convocan a
efectuar la innovación. El mejoramiento, la modificación, la remodelación,
el reacondicionamiento, la recomposición, el mantenimiento, y sobre
todo, las decoraciones y las iluminaciones son consideradas los valorantes
de las posesiones.

Con la operación de la educación indígena bilingüe, desde el sistema


educativo nacional, inoculan la concepción clasista de la vida como la
formación y la capacitación en la ciencia, las artes y las técnicas. A la
imposición de la cultura de los países, las razas y las clases sociales
opresoras llaman la educación científica, democrática, gratuita, popular,
obligatoria, laica y con valores. A partir de las diferentes disciplinas
científicas, las carreras profesionales y las tendencias teóricas justiprecian
lo que denominan la cultura nativa, la cosmovisión indígena y el
pensamiento de los pueblos originarios. Vale decir, con las doctrinas
filosóficas, económicas, políticas, jurídicas, militares, esotéricas, morales
y religiosas aprobadas por el poder central controlante pretenden valorar,
asumir y divulgar la memoria, la conciencia y la racionalidad mítica
colectiva. En la aprehensión de la realidad, la situación y la problemática
de los pueblos originarios, siempre con grandes trazos de los planes de
desarrollo y el impulso integral, utilizan profusamente la superestructura
del modo de producir clasista.

En vez de interpretar a las diversas ramas de la ciencia con la cosmogonía,


el mito y las reglas ancestrales proceden a la inversa. Este es uno de los
problemas ontológicos, gnoseológicos y epistemológicos de los
especialistas en la ciencia diversificada en una variedad de disciplinas,
doctrinas, teorías, normas y moralidades. Los profesionales indígenas, las
nuevas generaciones de los pueblos originarios en constante cruzamiento
racial y clasista que llegan a adquirir una sapiencia disciplinaria en las
instituciones de formación profesional, intentan explicar su procedencia,
identidad y presencia con el pensar y el saber clasista. Olvidando,
abandonando y hasta renegando de su origen muestran algunos tópicos
de la cosmogonía primigenia y el mito fundacional como la sabiduría y las
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reglas ancestrales. En vez de indicar las maneras y las formas de generar


las ideas, los pensamientos y los conocimientos de los pueblos originarios,
con abundantes acopios de los procesos culturales ajenos al colectivismo,
diseminan los procedimientos autorizados por las instituciones clasistas
controlantes. Los pueblos originarios, desde las grandes revoluciones
económicas, políticas, jurídicas y culturales que acontecieron durante el
periodo llamado protohistoria y los albores de la civilización, usan la
ciencia total y no fragmentos sapienciales.

Dos eventos merecen destacarse: las reglas ancestrales que son


condensaciones del mito y la cosmogonía primigenia tienen que auscultar
los contenidos y los logros de las diferentes sapiencias científicas sin usar
las doctrinas, las categorías y las hipótesis que son indispensables y hasta
insustituibles en el pensar y el saber clasista; el sistema de percepción,
asimilación y comunicación de los pueblos originarios tienen que
desplegarse en la interpretación y la transformación de la realidad en su
triple modalidad: la Naturaleza y el Universo, el ser social y la
racionalidad. Sin la operación de los dos eventos no puede sostenerse la
existencia de la sapiencia antigua, la sabiduría ancestral y la cultura
originaria. Solo así puede hablarse de la visión ancestral de la vida y el
avance hacia el porvenir. Intentar introducir los conocimientos
fragmentarios de las sapiencias disciplinarias en el pensar y el saber de
los pueblos originarios significa devorar con la fuerza arrolladora de las
teorías confrontadas, el poder destrozador de las doctrinas y la potencia
alienante del fetichismo. La ciencia altamente especializada en las
disciplinas que colocan a las tecnologías en el rango iluminante de las
interpretaciones y los procedimientos, a pesar de colocar al cerebro en
ser el órgano central de la racionalidad, suplanta el uso pleno de los
sentidos que ejecutan los pueblos originarios.

En la actualidad se hacen referencias diversas a la filosofía antigua, el


pensamiento indígena y la racionalidad naturalista filtradas, mediadas y
amordazadas con las doctrinas abstractas y las teorías que presumen
objetividad. Tal manera de abordar la cultura, la racionalidad y la creencia
de los pueblos originarios es inapropiada. Porque se llega a captar, valorar
y capturar el pensar y el saber de los pueblos originarios desde y con los
pensamientos ajenos acumulados. Al armar primero las mallas
conceptuales, el marco teórico, los mapas de los recorridos, los
paradigmas epistemológicos y las categorías operacionales, de entrada y
de manera burda, se deja inoperante a la racionalidad originaria. Ya no
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se permite que la cultura aborigen, la sapiencia nativa y la creencia


antigua muestren su taxonomía, contenido y rol en su situación, condición
y función primigenia. Al fenómeno de la succión, la absorción y la
apropiación de los elementos dinámicos de la cultura de los pueblos
originarios, para luego manifestar a través de las suntuosas y las
presuntuosas fiestas y ceremonias, llaman sincretismo. Pero lo
deshonesto y amoral de esas presentaciones residen en afirmar que tales
sucesos son innovaciones, mejoramientos y protecciones.

Las múltiples investigaciones sobre el pasado, las búsquedas de las


creaciones ancestrales, las estimaciones de las construcciones antiguas,
las valoraciones de las producciones colectivas, los cálculos de los
procesos culturales nativos, las cuantificaciones de las elaboraciones
artesanales, las evaluaciones de las expresiones artísticas primigenias,
los reconocimientos de la creencia ancestral y la significación de las reglas
antiguas acontecen blandiendo lo que piensan, consideran y aceptan los
llamados científicos. Por esa razón, los conocimientos alcanzados sobre
los pueblos originarios, en la mayoría de las ocasiones son simples
reproducciones y transcripciones de documentos, textos y escritos que
contienen poco valor para las poblaciones originarias. Las investigaciones
científicas, por suceder desde los espacios cerrados de las instituciones y
anteponiendo las afirmaciones de la intelectualidad que no vive el mito y
la cosmogonía primigenia, son simples anotaciones, glosas y marginalias
al estilo de los copistas. En vez de dejar que los pueblos originarios
hablen, comuniquen y afirmen, colocándose en sus portavoces y hasta
defensores, argumentan plácidamente en nombre de ellos.

Para respetar, reconocer y proteger la cultura, la creencia y los idiomas


de los pueblos originarios debe efectuarse dos ejercitaciones: el ser en el
estar de cada colectividad originaria tiene que realizarse sin acotamientos,
sin prohibiciones y sin limitaciones morales, jurídicas, religiosas,
económicas y políticas; la continuidad histórica con persistencia y
resistencia de la cosmogonía, el mito y las reglas ancestrales tiene que
ocupar el primer plano. Cuando los profesionales indígenas desplieguen
la racionalidad mítica en vez del conocimiento clasista, los pueblos
originarios, no solamente mostrarán su vitalidad orgánica, sino también
sus grandes potencialidades generadoras en el avance histórico. Con la
cosmogonía y el mito fundacional de los pueblos originarios, la ciencia en
sus distintas disciplinas, puede discurrir sin atavíos utópicos y sin
acotamientos moralistas. Actualmente trata de alejarse de sus premisas,
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precedentes y antecedentes que siguen operando dentro de una


multiplicidad de consideraciones, afirmaciones y proyecciones sin dar el
crédito como fundamento. Las sapiencias disciplinarias desparramadas
avanzan con una confesionalidad aberrante: la riqueza de las naciones y
los países son los conocimientos, vivimos la sociedad del conocimiento y
el nuevo modo de producir son los conocimientos.

YACHAY (vivir, pensar y saber) es un esfuerzo por señalar las maneras


de percibir, abordar y asimilar al contexto natural general, las existencias
y al fluir de la vida de los pueblos originarios. La racionalidad mítica de
los pueblos originarios, en su contenido y resultados, es contraria al
catastrofismo de las disciplinas científicas: los conocimientos científicos
existentes presentan un futuro sombrío tanto del Planeta como de la
Naturaleza y el Universo; pues en sus ecuaciones infinitesimales indican
que la totalidad existencial puede desgarrarse, colapsarse y destruirse. A
modo de asustar a las poblaciones controladas y vigiladas, con ruidosos
anuncios, declaran que el sol desaparecerá de un momento a otro, la vida
en el Planeta corre el riesgo de la extinción, los cambios climáticos
generarán una existencia insoportable, el agotamiento del agua traerá la
sequedad total y la desaparición de algunas especies de la flora y la fauna
modificarán adversamente la biosfera. Ante tales teorizaciones, en un
proceder anti-utópico que contienen las reglas ancestrales, se bosqueja
la razón afirmativa de los pueblos originarios. En ese sentido, en vez de
interpretar las manifestaciones culturales y los procesos racionales de los
pueblos originarios desde la concepción del mundo sea materialista o
idealista, es una invitación a asimilar el mito y la cosmogonía primigenia.

Con el panenteísmo, la fisonomía de la religiosidad y la espiritualidad de


los pueblos originarios, desde una vivencia concreta en la comunidad
TANTAR-LLAWLLINKA-PUKRURA, Ayacucho, Perú, se comparte lo que
puede denominarse la primera revolución cultural de la humanidad: la
generación y la aplicación del mito como la racionalidad y la mentalidad
de los pueblos originarios. La raza nativa, las poblaciones aborígenes y
los pueblos originarios despliegan la razón afirmativa completamente
opuesta a las doctrinas altamente estimadas en la sociedad clasista. La
primera consideración central y fundamental de la racionalidad mítica es
el surgimiento de la totalidad existencial DEL SER PERMANENTE EN EL
ESTAR. En la concepción del fluir de la vida de los pueblos originarios
NADIE Y ALGO surgen de la nada. El pensar y el saber de los pueblos
originarios no reconocen al caos, sino la oscuridad y la ausencia de la
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arquitectura jerarquizada en los inicios de la vida. Los pueblos originarios


al admitir el ser en el estar como primer dato muestran que su
cosmogonía se conforma con la infinitud, la eternidad y el ser que dan
origen a la morfogenética existencial. En este sentido son materialistas
por reconocer que el ser en el estar, la condensación de la materia en
calidad de armazón de la universalidad existencial, es la fuente origen y
la causa generadora.

El origen del Universo, la Naturaleza y el ser social queda narrada en


términos de combinación, mezcla y conformación de una arquitectura
formidable a partir de las existencias reales diferentes que constituyen las
causas primarias de la génesis, la estructura y la expansión. Donde
algunos contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo, por
ser anteriores y superiores al ser social, cumplen un rol determinante en
la diferenciación, la jerarquización, la replicación, la multiplicación y el
desarrollo de las existencias, la vida y el avance. La racionalidad mítica
surge con tres enunciados básicos: somos integrantes,
componentes y miembros de un gran organismo que se extiende
y trasciende; somos derivados, surgidos y emergidos de los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo;
somos dependientes totales de las otras existencias.

Solamente quienes declaran la autonomía de la razón, llamando


pensamiento salvaje a la racionalidad de los pueblos originarios, pueden
negar los tres enunciados que sostienen a la cosmogonía primigenia y al
mito ancestral. Las sapiencias disciplinarias, las ramas especializadas de
la ciencia, no pueden rechazar la certeza que funda, anima y acompaña
a la mentalidad y la razón de los pueblos originarios. Los tres enunciados
elementales siguen cumpliendo su rol en la actualidad. Pero para el
conocer de los impenitentes seguidores del pensar y el saber clasista, la
cosmogonía primigenia y el mito fundacional de los pueblos aborígenes y
originarios, quedan fuera de la base de la ciencia. Todas las
experimentaciones científicas y las comprobaciones en el laboratorio
confirman la veracidad, la autenticidad y la certeza de los tres enunciados.
Interpretadas desde la doctrina clasista, los tres enunciados básicos,
pueden asumirse que son la confesión de fe de los pueblos originarios. En
los tres enunciados se hallan la verdad científica, la negación de la
especulación y la guía en el proceso de producción. La interpretación, la
explicación y la transformación de la totalidad existencial en los pueblos
originarios suceden en términos operacionales, procesuales y vivenciales.
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Resulta que el conocimiento primitivo, la racionalidad antigua o el pensar


y el saber ancestral tienen una base firme. Quienes catalogan que la
racionalidad mítica es el conocimiento vulgar, por desconocer el rol
preponderante de los sentidos en el uso de la razón, quedan sin
mecanismos y sin instrumentos para vivir. A la vez quienes asumen que
la racionalidad ancestral es simplemente mágico-religioso, por no
entender la unicidad orgánica universal, quedan en un fragmento de la
sabiduría primigenia. Los y las especialistas en las disciplinas científicas
que convocan a brincar del conocimiento sensorial al conocimiento
abstracto o de las experiencias a las categorizaciones, por asumir que las
mallas conceptuales y las categorías teóricas tienen un carácter de
verdad, carecen de claridad y distinción. Tales formas de efectuar el
trabajo científico conducen a la confusión, la exclusión y la discriminación.
Pues son simples extravagancias.

Otro asunto que emerge del pensamiento clasista, altamente utilitarista y


consumista, es la premisa de eficacia como revelante de la objetividad, la
imparcialidad, la igualdad, la neutralidad y el equilibrio. El pensar y el
saber clasista opera con el criterio de la utilidad y el éxito como el
fundamento de la verdad. La racionalidad mítica de los pueblos originarios
no busca la verdad general o concreta, sino la realización de la dialéctica
y la dinámica necesidades-posibilidades para vivir, desarrollarse y
expandirse. Por tal motivo, en el pensar y el saber, no se llama a elevarse
de las determinaciones sensibles a las consideraciones abstractas.
Siempre exige que el pensar, el creer y el saber queden asentadas en la
realidad, dentro de la realidad y con la realidad. Para los pueblos
originarios, la receptividad y la acción aunada a la percepción y la
interiorización, constituyen la grandeza y la mística del razonar. En la
racionalidad mítica, los adornos, los embellecimientos y las composturas
artificiales, nublan la visión, opacan la razón y ennegrecen la conciencia.
Pensar y saber en los pueblos originarios es un viajar largo, corto, rápido,
demorado, multitudinario, diverso y activo.

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I
FUENTES PRIMARIAS DEL
PENSAR Y EL SABER

Cuatro son los problemas gnoseológicos que enfrentan los estudiosos de


los problemas históricos al momento de incursionar en las investigaciones
científicas: recolectar las informaciones usando una diversidad de
mecanismos, técnicas y procedimientos controlados, vigilados y
delimitados con los conocimientos ya aprobados y autorizados; aceptar
los datos, las ideas y las informaciones extraídas doctrinalmente y
seleccionadas con los paradigmas que son contrarios a la cultura de los
pueblos originarios; sistematizar, valorar e interpretar las condiciones, los
procesos, los sistemas, las situaciones, las creaciones y las producciones
de los pueblos originarios con las posiciones adoptadas ideológica y
políticamente clasistas; confundir las teorías múltiples y las diversas
técnicas que pululan en la sociedad contemporánea con la metodología
científica (v. g. método cuantitativo, método documental, método
estructuralista, método funcionalista, por citarse algunos).

Al realizar la investigación escinden las acciones, las labores y las tareas


en dos ámbitos: el trabajo de campo y el trabajo de gabinete. Pero en
todos los espacios y los momentos prevalecen la recopilación documental,
la selección bibliográfica y la conformación del marco categorial. Una vez
conformado el corpus doctrinal con qué buscar, auscultar, reunir e
interpretar los datos, las informaciones y los saberes, a manera de
justificar las pretensiones de autenticidad, recorren los territorios
comunitarios entrevistando, preguntando, censando, encuestando y
succionando. Con esos procederes logran capturar algunos aspectos del
vivir, el laborar y el ser en el estar de los pueblos originarios. Las
comunicaciones y las afirmaciones de los y las integrantes de los pueblos
originarios quedan seleccionadas según los objetivos y los intereses de
los investigadores. Si las investigaciones son por encargo de las
instituciones gubernamentales o la exigencia de las instituciones
económicas básicas, los datos y las informaciones que se obtienen, aparte
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de centrarse en los pisos geológicos, la biosfera, la calidad del suelo, la


abundancia o la escasez de los recursos disponibles y la presencia de otras
instituciones, aprehenden el comportamiento de las poblaciones a nivel
económico, político, religioso y los procesos culturales. Son informaciones
claves en la ejecución de los proyectos de inversión para extraer, sustraer
y desplazar la riqueza natural. Esas informaciones conforman lo que
llaman el diagnóstico, el estudio del mercado y la determinación de las
factibilidades reales que impulsan la realización de las obras de la
destrucción de la materia.

Si bien conceden importancia a las transmisiones y las retransmisiones


orales sobre el mito y la cosmogonía de los pueblos originarios, en un
arrebato de pasión de clase y de profesión, relegan a segundo orden. Es
característica de la ampliación y la ramificación de las sapiencias
disciplinarias el otorgamiento privilegiado a las fuentes secundarias,
terciarias y supletorias del conocimiento. Las obtenciones de las
informaciones sobre los pueblos originarios ocurren aceptando en su
plenitud a los datos reunidos por los cronistas, los evangelizadores, los
teólogos, la casta sacerdotal, los mandos colonialistas, los dirigentes de
las monarquías y los conductores de las instituciones eclesiásticas. Es
cierto que los documentos elaboradoras durante la conquista, el
colonialismo y el neocolonialismo de hoy contienen algunos hechos,
sucesos e informaciones válidas, pero no son las sapiencias y la sabiduría
de los pueblos originarios. Son las interpretaciones acerca de la identidad,
la procedencia, la racionalidad, la creencia y el sistema de producción de
los pueblos originarios desde una determinada forma clasista de ver y
percibir.

Los cronistas que se autocalifican descendientes de la linea originaria, por


el simple hecho de vivir bajo la anuencia y la protección de los altos
mandos del colonialismo, presentan los sucesos en las territorialidades de
los pueblos originarios con cuatro anomías: los procesos culturales
interpretados con el pensar y el saber colonialista, la calificación del estilo
de vida de las poblaciones nativas analogadas con el modelo de vida
prevaleciente en los países que se dedican a las conquistas espaciales, la
exigencia de la cristianización de los pueblos originarios y la participación
en la destrucción de las disponibilidades de las poblaciones nativas. Los
sacerdotes y los obispos que sobresalen en el despliegue de los actos
humanitarios, donde la defensa del ser en el estar de los pueblos
originarios deviene en una labor apologética, cumplen su tarea acorde con
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su confesionalidad: la exigencia de Jesús de practicar el amor al prójimo.


Pero los mismos que asumen la defensa de los pueblos originarios,
conforme a las exigencias de las instituciones al que pertenecen,
conminan a que éstos abandonen su cosmogonía, su creencia y su forma
de estar en las localizaciones. Esa doble moralidad, proceder y conducta
obedece precisamente al clasismo en que se hallan.

Es importante reconocer que toda interpretación de la realidad sea


natural, histórica o racional sucede mediante una abstracción filtrada por
el doctrinalismo. En este procedimiento emergen cuatro eventos que la
ciencia en sus distintas disciplinas, ramas y especializaciones no puede
evitar: la selección discriminante de algunos elementos, contenidos,
procesos y acontecimientos que se consideran esenciales del objeto de
estudio; la segmentación de la realidad que se asimila y se interpreta en
parcelas y fragmentos; el encapsulamiento del objeto de estudio en las
definiciones, las categorías y los conceptos; la incapacidad de no asir al
objeto de estudio en su integralidad, globalidad y totalidad.

Las teorías que fundan y envuelven a las sapiencias disciplinarias no


pueden mostrar la realidad tal cual es, porque son criterios y posturas
sobre algunos ámbitos, estructuras y roles de las existencias. La realidad
es una y compleja en su existencia, pero diversa y múltiple en sus
manifestaciones, movimientos y expansiones. Por lo cual, toda
interpretación desde alguna de las ramas de la ciencia, tiene lugar con
una filiación filosófica. Las interpretaciones son aproximaciones a la
complejidad, la dinámica, el desarrollo desigual y el permanente cambio
de la realidad. Donde la racionalidad opera con las mediaciones, las
filtraciones, los condicionamientos y las exigencias impuestas por las
cuatro instituciones clasistas: el Estado Nacional, los centros de formación
profesional, las asociaciones religiosas y las empresas.

Cada institución reclama una determinada manera de conocer,


aprehender e interpretar la realidad. Porque su estructura y su
operatividad requieren los conocimientos especiales, pero siempre
compartiendo los pensamientos, las doctrinas y los saberes que son
generales y comunes. Este proceso de generación, acumulación,
ampliación, especialización y ramificación de los saberes, los
conocimientos y los principios acontecen según los datos, las
informaciones, los índices, las magnitudes y las variables existentes. En
las instituciones de formación profesional, por las pautas aprobadas para
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el quehacer científico, se aceptan cinco modalidades de acopio,


sistematización y tratamiento de las informaciones: el uso amplio de la
documentación existente, los datos conglomerados y resguardados por
las instituciones del Estado Nacional, las informaciones utilizadas por las
empresas, las comunicaciones de las poblaciones jurisdiccionadas y las
experimentaciones en los laboratorios. Son las fuentes que usan los
investigadores para efectuar las interpretaciones, las generaciones de los
conocimientos y las recreaciones de los saberes disciplinarios.

Quienes se dedican a la investigación científica, siempre separando la


docencia y la investigación, en ocasiones contadas llegan a entrar en
contacto directo, el trato reciprocidante y la relación interpenetrante con
la realidad o parte de ella que conforma su objeto de estudio. Existe una
manía generalizada entre los investigadores: enviar a realizar el trabajo
de campo y hasta la selección bibliográfica a sus ayudantes, los
coparticipantes y los estudiantes que buscan hallar un espacio de
realización. Se trata de una modalidad de plagio opacado por los deberes
académicos y las aspiraciones profesionales. No obstante, en sus
afirmaciones y declaraciones, con insistencia panegírica, convocan a
combatir las clonaciones, las copias, los calcos y las reproducciones. Con
severidad claman el respeto de los derechos de la propiedad intelectual o
de autoría.

Al proceso de aprehensión de la realidad entrando en contacto e


interacción directa e inmediata denominan la investigación militante,
participativa y colaborativa. Tiene por rasgo tres eventos que no usan las
llamadas investigaciones puras, documentales y académicas: dejar que
las poblaciones y las existencias poliformes en desarrollo desigual
muestren su taxonomía, lugar, rol y relaciones; identificar al ser en el
estar en sus localizaciones, territorios y ubicaciones; detectar el
movimiento de las existencias en su estado natural o entretejido con los
acontecimientos históricos. Esta forma de buscar, hallar y valorar a la
realidad procura conjuntar las cuatro fuentes del saber: la fuente
original, primaria y fundamental que son los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo en constante transformación,
avance y ascensión; la fuente vital que son las replicaciones, las
multiplicaciones, las expansiones y la perpetuidad de la especie con sus
correspondientes dataciones; la fuente derivada que son los resultados
del trabajo y la racionalidad sujetos a continuas novaciones, innovaciones
y actualizaciones; la fuente complementaria que son las simulaciones,
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las pruebas de laboratorio, las experimentaciones, las modificaciones


genéticas y las trituraciones de la material sin llegar a desaparecer. En el
ambiente académico predomina el uso de las fuentes derivada y
complementaria. Hay un contacto mecanizado, artificializado y cernido
con el objeto de estudio.

El problema epistemológico que surge en este proceder científico es claro:


iniciar la aprehensión de la realidad cronológicamente o axiológicamente.
La totalidad de los especialistas en la investigación, por su raigambre
institucional, empiezan el análisis, la interpretación y la valoración
axiológicamente. Colocan en primer orden no a la realidad natural o
histórica, sino a las diferentes estimaciones, apreciaciones y teorizaciones
sobre lo que se considera lo real. Con las posiciones prevalecientes,
invocando la teoría que se considera actual y pertinente, se lanzan a
capturar los datos y las informaciones para luego llegar a las mismas
conclusiones y consideraciones que supuestamente tenían que superar,
trascender, mejorar, modificar, ampliar o actualizar. La única novedad
que surge es el uso de un vocabulario tecnificado y un lenguaje ampuloso.

Para conocer, aprehender y asimilar la realidad es secundaria la


situacionalidad ideológica, filosófica y política. Es determinante la
situacionalidad geográfica e histórica. Eso sí tiene que delimitarse un
evento irrevocable: desde dónde se mira, se percibe, se identifica, se
apropia y se interpreta la realidad. Existe un dicho muy antiguo entre las
comunidades de los Andes en Suramérica que asienta esta certeza:
NIWAY QAMQA MAYMANTAM QAWANKI, RIQSINKI, RIKUNKI,
TARINKI, HURQUNKI, QUYKUNKI CHAYNATAQ CHASKINKIPAS.
PAMPAMANTA URQUTACHUM RIKUNKI UTAQCHU URQUPA
UMANMANTA TUKUYKAYLAWTA QAWAKUNKI RIQSINKIPAS (dime
desde dónde miras, reconoces, ves, encuentras, extraes, entregas y
recibes. Miras desde los valles a los cerros o desde la cima de los cerros
observas y reconoces todos los lados).

La forma de percibir, ver, identificar y asimilar la realidad depende de la


ubicación y la situacionalidad. Porque es aquí que el buscador, el
investigador, el intérprete, el transformador y el conocedor queda
asimilado y subsumido por la realidad. La distancia entre la realidad y la
racionalidad se funden por la identificación plena entre el sujeto
cognoscente y el objeto de estudio. El ser social en la racionalidad mítica
de los pueblos originarios no piensa, conoce y sabe alejado y desde el
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exterior de la realidad, sino de su interioridad en que se halla situado,


colocado y consustanciado. Las diferentes colectividades andinas, por
vivir entre los cerros mancomunados, precisan una verdad
incuestionable: UKUMAN YAYKUSPAM, HAWAMAN LLUQSIMUSPAM,
KAYMANTA WAKUNAMAN RISPAM, KARULLAMAN PURISPAM,
HANAYMAN LLUQASPAM, URAYMAN SUYLLASPAM, CHAWPIPI
TARIKUSPAM, HANAYTA RIKUSPAM, KURKUSPA QAWASPAM,
RIYKUSPA KUTIKAMUSPAKUNAM, MAYPIPAS UTAQ KAYPIPAS
KAWSALLANCHIK, LLAMKANCHIK, YACHANCHIK CHAYNATAQ
WIÑANCHIKPAS (penetrando al interior, emergiendo al exterior,
caminando de aquí a allá, viajando lejos, escalando hacia arriba,
deslizándose hacia abajo, estando en el centro, mirando a lo alto, viendo
encorvados, yendo y viniendo, aquí y en otros lugares, vivimos,
trabajamos, sabemos y nos desarrollamos). Tal es el vivir en la realidad
y ser parte de la realidad.

Conocer en los pueblos originarios no es un asunto exclusivamente


mental, racional y cerebral. Es la correlación de la objetividad y la
subjetividad en alto grado. Pero es la materialidad existencial que
sedimenta, funda y sostiene al pensar y el saber. En las manifestaciones
y las expresiones culturales de los pueblos originarios, las sapiencias y la
sabiduría, no separan el sujeto y el contexto, el vivir y el saber, el trabajar
y el pensar, el relacionarse y el sentir, el mancomunarse y el conocer, la
colectividad y la individualidad, el estar y las circunstancias, el disponer y
el disfrutar, el ser y el avanzar, y, el desarrollo y la expansión. Todos los
ámbitos, los aspectos, los niveles, las etapas y las dimensiones del ser en
el estar quedan cohesionados y sincronizados dentro de la unicidad
orgánica, la totalidad existencial y la universalidad del ser.

El pensar y el saber de los pueblos originarios ocurre conforme al fluir de


la vida, los eventos naturales universales, los fenómenos meteorológicos
y los procesos geológicos. Es el movimiento incesante de la materia que
impulsa a la racionalidad mítica de los pueblos originarios. La sabiduría
antigua y las sapiencias ancestrales, por emerger y aparecer sin
precedentes y sin antecedentes, operan con el movimiento de las
existencias y no con los conocimientos acumulados que se diseminan. En
este proceso gnoseológico ancestral, la realidad cambiante y compleja,
queda interiorizada no en calidad de extraño y ajeno del ser social, sino
en la condicionalidad, la cualidad y la situacionalidad de su
circunscripción, envolvimiento y desenvolvimiento. En la visión ancestral
20

de la vida, la realidad general y singular o total y particular, queda


identificada y asimilada como la fuente generante, conservante y
multiplicante de las existencias. Porque el vivir, el laborar y el saber fluyen
cuando se asimilan las dialécticas surgir-continuar, emerger-avanzar,
salir-penetrar, llegar-alejarse, juntar-diferenciar, combinar-aislar,
enlazar-sincronizar y desarrollo-expansión.

Con una extracción, desplazamiento, colocación y asentamiento de la


piedra identificada como el centro de la atracción, la recepción, la
expulsión, la intersección, el choque y la transformación de todo
cuanto sale del interior y lo que llega del exterior y la lejanía, LA
COSMGONÍA ANCESTRAL acontece los espacios del pensar, el saber y el
creer. El periodo que se llama la edad de la piedra de la humanidad, un
largo proceso de estructuración tanto del acondicionamiento del vivir al
contexto general como de la configuración del sistema de producción, fija
precisamente la importancia de las rocas y las piedras en la
transformación del entorno, el ser y el estar. Sin la piedra no existe la
firmeza, la dureza, la solidez y la erección. Las rocas y las piedras, en la
creencia antigua, son los asentamientos y los resguardantes de los
secretos de la vida. Las capas de la tierra y las formas de las rocas y las
piedras muestran la manera en que la morfogenética o la taxonomía de
la totalidad existencial viene conformándose, manifestándose y
reacondicionándose.

Los primeros pobladores del Planeta, caminando en distintos lugares con


disímiles distribuciones de las existencias bióticas, pero sí con la presencia
constante y abundante de las rocas, las piedras, la arena y los cerros
llegan a establecer los fundamentos cosmogónicos. Son las piedras las
primeras existencias que dotan al ser social la seguridad, los cimientos de
las construcciones, los sitios de los asentamientos, los mecanismos de la
protección y las poliformidades instrumentales. Entre las rocas, las
piedras y los cerros encuentran las fuentes en donde brota el agua y se
desliza modificando la superficie. En ellas observan la redireccionalización
de los fenómenos atmosféricos. Cuando llegan las tempestades, los
huracanes, los tifones y los grandes movimiento telúricos detectan en
ellas la resistencia, la permanencia, el desgajamiento, el desplazamiento,
el amontonamiento y hasta la reubicación. La dinámica y la dialéctica
cósmica y planetaria: permanencia-transformación, firmeza-variedad,
ubicación-sedimentación y generación-multiplicación muestran al ser
social que el fluir de la vida es una complejidad entretejida, ascensional y
21

desigual. La complejidad, el entretejimiento, el entrelazamiento, la


consustanciación, la sincronización y la complementación caracterizan a
todos los ámbitos, aspectos, dimensiones y niveles de la realidad. Estos
procesos y dinámicas quedan compactadas, sostenidas y asentadas por
las piedras, las rocas y los cerros. La parte sólida de la universalidad
existencial cumple la función de cimiento y columna.

Para los ancestros, las piedras y las rocas, por su continua e incesante
interacción con todos los procesos y los sistemas geológicos tienen una
importancia fundamental en el reconocimiento del ser en el estar. Por la
forma de las piedras y las rocas, por su color, por su ubicación y por su
variedad pueden determinar las posibilidades y las potencialidades que
existen en un territorio para asentarse y acontecer el arte de la
manutención. Las piedras son los indicadores de las múltiples mutaciones,
transformaciones, cambios y modificaciones de la materia. La
amalgamación de las existencias y la interacción de las distintas formas
de manifestación de la energía suceden con los roces, los encuentros y
los golpes de las piedras. Donde el movimiento en sus diferentes
direcciones, modalidades e intensidades delimitan los periodos de
surgimiento, permanencia, transformación, renovación y continuidad.
Son las piedras que señalan las ascensiones y las descensiones en el
proceso global.

Entre las piedras, entre las rocas y entre los cerros surgieron las primeras
colectividades primigenias. Los centros de aglutinación y los espacios de
conglomeración sucedieron con el uso masivo de las piedras. Puede
afirmarse con certeza incuestionable que la civilización surge con las
grandes elevaciones monolíticas, las colocaciones graníticas y un
amontonamiento geométrico de las piedras. La interacción con las piedras
dotaron al ser social las capacidades y las destrezas suficientes para
efectuar las hazañas gigantescas, las acciones multitudinarias y las
proezas encomiables. Los pueblos originarios, por esta razón y motivación
antigua, consideran que las piedras enlazan con la totalidad existencial
como las puertas de entrada y salida del fluir incesante del existir. Las
piedras absorben y a la vez dejan brotar la energía. También retienen,
filtran y deslizan a las otras existencias en el proceso de interacción total.
Son las piedras que enseñan la confluencia y la interpenetración entre el
interior y el exterior, la cercanía y la lejanía, la dureza y la suavidad, la
continuidad y la transitoriedad o la unicidad y la multiplicidad. La
diferencia en la fisonomía: la belleza y lo grotesco, lo bruto y la
22

hermosura, el desnivel y la ondulación, el cambio y la perseverancia, y,


lo grande y lo diminuto se perciben, se hallan y se aprecian con las
piedras. Las piedras cumplen un rol especial, destacado y amplio en la
universalidad del ser en el estar. Su operatividad genera la absorción, la
transformación y la destilación de las radiaciones, las suciedades y las
diversas toxicidades que salen del interior, se forman en el exterior o
llegan de las lejanías.

La racionalidad mítica de los pueblos originarios no separa la realidad en


sujeto y objeto, sino simple y llanamente reconoce las dos formas de la
existencia de la materia: orgánicas e inorgánicas o bióticas y abióticas
que conforman la familia universal. Las existencias, en su doble
modalidad de ser en el estar, no son consideradas cosas, objetos y
materiales. De allí, el pensar y el saber ancestral, no consiste en
interpretar la existencia y el funcionamiento de las cosas. Sin el animismo,
el vitalismo y el naturalismo no existe la racionalidad de los pueblos
originarios. Para conocer, asimilar y valorar a las existencias, el
contexto natural general y los resultados del trabajo en los
pueblos originarios se acuden a cuatro centros de resguardo,
comunicación y ampliación de las reglas ancestrales. Cada centro
opera con la oralidad que engarza lo primigenio, lo antiguo, lo actual y lo
operante siempre enlazando con el porvenir.

Estos cuatro centros de las sapiencias y la sabiduría ancestrales son:


TAYTAKUNA MAMAKUNA KAMACHIKUQKUNA, QISPICHIQKUNA,
PUSAKUQKUNA UTAQ PAQARICHIQKUNA (los padres y las madres
conductores, guiantes, dirigentes y mandos); TAYTA MAMA
HAMPIQKUNA (los padres y las madres que curan, sanan, purifican y
restauran al organismo afectado); TAYTA MAMAKUNA LLAMKAQLLA,
ANTAKUYUY, RUKAWINA CHAYNATAQ WAYKUNAWASI RURAQ
(los padres y las madres que elaboran y fabrican las herramientas, las
tecnologías, los utensilios y los instrumentos); QUMUNKUNA
LLAMKAQKUNALLA (las y los comuneros que laboran).

Cada centro operacional de la racionalidad mítica de los pueblos


originarios, por su vasta experiencia múltiple, poseen, disponen y
ejecutan el pensar y el saber en forma especial sin atacar, menoscabar y
relegar a las reglas ancestrales. Las formas de penetrar en el interior de
la realidad, desplazarse en la exterioridad y recorrer las lejanías suceden
de acuerdo a la familiaridad que tienen con los contenidos y los
23

componentes de la Naturaleza y el Universo. Los estilos de ver, percibir y


asimilar las partes, los elementos, los sistemas y los procesos universales,
particulares y continuos de la realidad acontecen en cada centro según la
confluencia de los tres momentos del tiempo, la correlación de los
territorios, la sincronía de las existencias y la compactación reciprocidante
entre la Naturaleza, el Universo, la sociedad, la persona y la racionalidad.
Sin los enlazamientos temporales, sin las correlaciones espaciales, sin las
sincronizaciones existenciales y sin las convergencias vivenciales no
emerge la racionalidad mítica. Pero en esos sucesos tienen que acontecer
los encuentros, las interacciones, las reciprocidades, las reacciones y las
confluencias continuas entre las existencias, las poblaciones y las
localizaciones. Las interrelaciones, las interpenetraciones y las
interasociaciones devienen en los procesos y los sistemas fundantes,
cohesionantes y propulsantes del vivir.

Los cuatro centros del pensar y el saber ancestral señalan que la realidad
siempre se percibe, analiza y se interpreta de diferentes formas, en
tiempos disímiles, en circunstancias oportunas, en espacios poliformes y
en contexto traspasado por la variedad y la multiplicidad existencial.
Donde la totalidad existencial, el fluir de la vida, el desarrollo desigual de
las existencias, los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el
Universo devienen en las fuentes contenedoras y dispensantes del ver, el
asimilar, el interpretar, el disponer, el vivir, el laborar y el transformar.
No son los conocimientos adquiridos, acumulados y reconocidos que
constituyen las fuentes del pensar y el saber, sino la universal y la
totalidad existencial condensada en la materia eterna e infinita en
movimiento incesante.

Por hallarse condensados en las reglas ancestrales, los saberes, las ideas
y los conocimientos realizados, ejecutados y acumulados, cumplen dos
roles: ALLINHATUNTAM KAWSAYACHACHIKUN (permiten el vivir y el
estar mejor y mayor); MUSUQKAYTAM APAMUN (acaecen la
innovación, la novación y el generar). La racionalidad en la postura de los
pueblos originarios es el resultado y la consecuencia del vivir en sintonía
con la gran familia universal. Solamente en este sentido, los pueblos
originarios, siempre desde su vivir, estar y laborar, aplican las reglas
ancestrales, los principios rectores, las órdenes antiguas y los imperativos
actuales. Por otra parte, los cuatro centros de la racionalidad antigua,
aparte de aplicar las reglas heredadas que se originaron en el lejano
pasado, tienen la capacidad y la responsabilidad de efectuar cinco
24

acciones convergentes: recibir, resguardar, comunicar y diseminar en


todos los espacios y los tiempos; ampliar, actualizar, especializar y
potenciar para su mayor y mejor ejercitación; generar nuevas reglas,
mandatos y órdenes sin anular a las antiguas; forjar los continuadores de
la recepción, el resguardo, la ampliación y la comunicación siempre oral;
concatenar y sincronizar las reglas antiguas con las actuales para que las
que surjan en el futuro no sean negaciones y subrogaciones de las que
están en aplicación.

El pensar y el saber ancestral no busca ni instala un cuerpo de


conocimientos y una diversidad de teorías con que clasificar y explicar los
fenómenos. Su finalidad primaria y última es la generación, la innovación,
la ampliación y la aplicación inmediata y directa de las reglas en la lucha
por la vida y la subsistencia. Para los pueblos originarios, lo primero y lo
último en todos los espacios y los tiempos, es el despliegue del arte de la
manutención. Porque es aquí donde reside el arte, la técnica y la ciencia
del vivir. Esta realización sucede generando, aplicando, ampliando y
especializando las reglas de ejecución inmediata. Estas reglas no son
dogmas, doctrinas y conocimientos abstractos, pero sí son claras y
sencillas metáforas, alegorías, referencias e indicaciones. Es un
comunicar sobre la manera de acceder, obtener, movilizar, cuidar y
utilizar los medios de subsistencia. A la vez es un mandato de cuidar,
proteger y no dañar a las fuentes generantes y dotantes de los recursos
disponibles. Porque denigrar, dañar y destruir el territorio, los recursos y
el contexto que contiene, posee y entrega el sustento significa no tener
sangre, razón y sentimientos.

Los operantes de los centros del pensar y el saber ancestral no inducen a


usar un conjunto de teorías que se consideran verdades elementales y
leyes objetivas, sino a entrar en interlocución e intercomunicación con las
existencias. Conocer y saber en los pueblos originarios no consiste en las
representaciones figuradas de los fenómenos, las poblaciones y las cosas
a través de la abstracción. Los pasos de lo concreto real a lo abstracto y
de éste a lo concreto pensado para los pueblos originarios es una trampa
clasista. Porque en el razonar de los pueblos originarios no se parte de lo
concreto figurado bajo la forma de categorías ideológicas, políticas,
religiosas, morales y jurídicas. El punto de partida del pensar y el saber
siempre es el fluir de la vida, donde el despliegue del arte de la
manutención o la satisfacción directa e inmediata de las necesidades
fundamentales constituyen el eje y la esencia. KAWSAYMI, KAYKUYMI,
25

YACHAWIÑAYMI ICHAPAS TARIRIKUYMI LLAMKAYKUNALLAWAN


QATILLAWANCHIK IMAKUNALLA MANALLARAQ RIKUSQANCHIK,
YACHASQANCHIK UTAQ TARISQANCHIK HAPINALLAPAQ (el vivir,
el estar, el localizarse y el encontrarse con las labores nos impulsa a
aprehender y asimilar todo lo que no logramos ver, saber y hallar).

El proceso de aislamiento de lo que se considera la esencia de la realidad


en interpretación, un proceder insustituible en el pensar clasista, es un
suceso altamente dañino. La razón es simple: las determinaciones
abstractas jamás conducen a la aprehensión de lo concreto por la vía de
los conceptos teóricos. La realidad no puede quedar encajada y menos
atrapada en las categorías, las doctrinas, los axiomas y los dogmas. La
inteligibilidad de todo cuanto existe sucede con el uso diferenciado,
potenciado y dirigido de los sentidos. Es la movilización del organismo
que logra la interpenetración entre lo que es, lo que se busca y lo que se
puede descubrir. En este proceso, para y en los pueblos originarios, las
reglas ancestrales son referencias estimulantes: IMAPAS RIKUYQA,
RIQSIKUYQA, TARIYQA, HAPIKUYQA, RURAYQA, APAMUYQA,
KICHAYQA, PAKAYQA, AYSALLAYQA, QATIKUYQA, TINKUYQA,
MUYUYQA, PURIYQA UTAQ KAWSAYQA YACHASQALLAM KAKUN
ÑUQANCHIKUNAPA ÑAWPAQMANTA KUNANMAN CHAYAMUSPA
PAQARINMAN QISPIRIKUYPI (ver, reconocer, hallar, atrapar, laborar,
traer, abrir, esconder, extraer, seguir, enfrentar, girar, caminar y vivir se
conocen cuando nosotras y nosotros en el avance del pasado llegamos
hasta aquí transitando al mañana). Las reglas ancestrales contienen y
comunican el devenir, el avance, los niveles y las etapas que se van
tramontando. Son ellas las que engarzan el pasado con el presente y éste
con el porvenir ancladas en el abrazamiento y el enroscamiento del
espacio y el tiempo. Con ellas se logran detectar el origen y el destino del
ser en el estar. Además son las reglas ancestrales que originaron los
grandes sistemas normativos y las formas de conducción.

Los y las conductores de los cuatro centros del pensar y el saber ancestral
no exigen ni piden que los miembros de los pueblos originarios primero
invoquen las reglas ancestrales para conocer, investigar y saber.
Solamente mencionan dos acciones a evitar: AMAYÁ QUNQAYCHU
NITAQ SAQIKUYCHU ÑAWPAQ, KUNAN CHAYNALLATAQ PAQARIN
KAMACHIKUYKUNATA (no olvidar ni abandonar las reglas antiguas,
actuales y las que son del porvenir); MANALLAM RIMANACHU HUK
RUNAMASINCHIKUNALLAPA TUKUY IMAKUNA RIMASQANKUNA
26

CHAYAKAMUQWAN (no hablar con las habladurías de las personas


ajenas que nos llegan). El pensar y el saber en los pueblos originarios no
opera con las memorizaciones, las transcripciones y las acumulaciones de
los pensamientos que no son parte de la conciencia, la memoria y la
sabiduría comunitaria. Cada pueblo originario, en todos los espacios en
que se desplaza o pernocta, usa sus sentidos para ver, asimilar, conocer
y aprender. En el razonar que es indesligable del vivir y el laborar, antes
de poner en operación a su masa encefálica, deja que la sangre entre en
ebullición y circule fluidamente en todo el organismo. Sin este proceder
no acontece la movilización, la acción y la racionalidad.

Con la finalidad de generar las reglas de operación inmediata y


permanente, desde la aplicación de las existentes, cada pueblo originario
efectúa tres operaciones que se consideran determinantes: LLAPA
TUKUY IMAKUNALLA KAQTAQA KUYAYWANMI KUYAYPI RIKUNA,
TINKUNA, CHASKINA, RIQSINA ICHAPAS YACHAPANAKUNAPAS
(todo cuanto existe hay que amar y en el amor ver, interactuar, recibir,
conocer y convivir); YACHAKUNASQAKUNAQA, RIQSISQAKUNAQA,
TARIKUSQAKUNALLAQA CHAYNALLATAQ TIKRASQAKUNAPAS
MUSUQYAYNINWANMI MUSUQ RIKUYRIQSIYTA APAMUN (lo dado,
lo conocido, lo encontrado y lo transformado con su renovación y
resurgimiento conllevan nuevas observaciones y conocimientos);
ÑAWPAQKUNA YACHAYQA KUNANLLAQA ACHKAYAKUSPAM
YANAPALLAWANCHIK KAWSAYWIÑAKUYKUNAPI PAQARINMAN
RIYNINCHIKPI (el vivir y el saber antiguo en la actualidad ampliado y
ensanchado nos ayuda en el vivir y el desarrollarse en la marcha al
futuro).

Estas ejercitaciones son procederes antiguos que se van inculcando a


cada nueva generación de comuneros con tres finalidades: MANALLA
QUMUNKAY SAQIKUNANKUPAQ (para no abandonar la identidad y la
condición de comuneros); MAYPIPAS YACHATARIKUSPA ÑAWPAQ
KAMACHIKUYTA YACHAYTA RURANAMPAQ (para que realicen los
mandatos antiguos y las sapiencias primeras en dondequiera se ubiquen
y se encuentren); HUK YACHAYKUNALLATA YACHASPA MANALLA
QUMUNKAYPI YACHAYTA WISCHUNAMPAQ (para que aprendiendo
los conocimientos ajenos no se desechen la sapiencia ancestral). Los
medios, las finalidades y los procesos operativos generan los resultados
solamente en la y con la aplicación de las reglas ancestrales o en el
cumplimiento de los principios rectores. Ante la insistente amenaza de los
27

recortes, las mermas y las asechanzas contra la cosmogonía primigenia,


en un proteger los alcances culturales obtenidos por los pueblos
originarios, se generan las diversas formas de resistencia, persistencia y
continuidad. Los pueblos originarios, a pesar que existen los instrumentos
jurídicos clasistas que los reconocen y los protegen, tienen sus propios
instrumentos-mecanismos orgánicos de aseguramiento, prevención y
cuidado. Son diversos movimientos dentro y fuera de la territorialidad
comunitaria.

La realidad global y universal, en este proceso de antagonismo social,


para los pueblos originarios se muestra misterioso, enigmático, oculto y
ataviado. No son los secretos que conservan, guardan y poseen los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo, sino los
complejos procedimientos de ocultamiento de los mecanismos de
acumulación multiplicante del kapital financiero. La destrucción y la
polvorización de la materia ocurren con severas reservaciones de los
intereses, los derechos y las posesiones de quienes las acontecen. El
anonimato singulariza a los grandes propietarios de los medios de
producción. Porque son ellos los monopolistas en la generación y la
aplicación de la ciencia.

Para los pueblos originarios, las tres jerarquías ascendientes, no ocultan


sus secretos. Solamente hay que saber sentir, percibir, asimilar,
encontrar, tocar, apropiarse y disponer. Porque el misterio y la maravilla
logran revelarse, mostrarse y percibirse con esos dos actos-saltos: del
exterior a las profundidades o de la superficie a las lejanías. Entrar y viajar
son los procedimientos de los pueblos originarios para identificar, conocer
y aprehender los secretos ocultos en la universalidad existencial. Ese
proceder no consiste en modificar la taxonomía, destruir y polvorizar la
materia. Los pueblos originarios no anulan la fisonomía, la forma y los
circuitos de interrelación de las existencias.

KAMACHIKUYKUNALLAQA RURAKUNALLAPAQMI CHAYNAKUNAPI


KAWSASPA CHAYPI LLAMKASPALLA YACHAKUNAPAQ (las reglas
son operacionales para que viviendo y trabajando aprendamos, vivamos
y conozcamos). Esta es la directriz en los pueblos originarios para
ejercitar la racionalidad, el pensar y el saber. Con tal acontecer se evita
el casuismo y la tautología clasista: aprender aprendiendo y conocer
pensando. El pensar y el saber que no emerge ni acontece con el vivir, el
laborar y el desplazarse para los pueblos originarios son simples anuncios,
28

argumentos y palabrerías. Porque el conocimiento antiguo y las reglas


ancestrales, por su aplicación inmediata en el arte de la manutención,
conforman las experiencias, los precedentes, los fundamentos y los
haberes para el avance a las nuevas dimensiones del existir. Las reglas
ancestrales son los pivotes que sostienen, mueven y amalgaman los
sistemas y los procesos históricos. Los grandes descubrimientos, avances,
construcciones, elaboraciones, creaciones y producciones ancestrales
constituyen los haberes y los sedimentos del orden histórico y los modos
de producir.

Es digno destacar que el pensar y el saber de los pueblos originarios no


genera ni acontece enemistades por razones sentimentales, los motivos
religiosos, los exclusivismos morales, los intereses particulares, las
convicciones doctrinales y las tendencias teóricas. Porque en la base y en
el fondo de la racionalidad mítica se encuentra una evento global,
universal y natural: la solidaridad, la interconexión, la conglomeración y
la sincronización general y específica dentro del desarrollo desigual de las
existencias. Aquí reside la virtud, la autenticidad y la pertinencia del
pensar y el saber ancestral. Suceso y acontecimiento que revela un hecho
incuestionable: el presente es una continuidad del pasado siempre
operante de distintas maneras y con intensidades variadas, pero fijada en
el horizonte de avance hacia el porvenir que tiene la singularidad de
anticipar algunos eventos. Los momentos temporales no están alejadas o
separados de las condicionalidades y las dinámicas espaciales. La
inseparabilidad del espacio y el tiempo muestra exactamente el símbolo,
la representación, la figura y la replicación que tanto veneran los
cristianos: CHAKANA. Con sus gradaciones, escalamientos, ascensiones y
descensiones indica la manera en que la vida fluye. CHAKANA en el pensar
y el saber de los pueblos originarios de los Andes es otro de los contenidos
y configurantes de la cosmogonía.

De ahí es inaceptable las continuas afirmaciones de que la racionalidad


mítica de los pueblos originarios es arcaica e inoperante basada en el
instinto, la fantasía y movida por el mecanicismo ritual-ceremonialista.
Tampoco es un pensamiento empujado por el miedo, el terror y la
incapacidad. Obviamente, las interpretaciones de la racionalidad ancestral
como un vivir y pensar opuesto a la urbanidad y la red de interacciones
mecanizadas, jamás llegan a valorar la correlación de la comunidad, la
racionalidad, la comunión y la reciprocidad. Justipreciar y analizar la
sapiencia antigua desde la cotidianidad, la luminosidad y la comodidad
29

urbana, metropolitana y citadina no pueden y no podrán captar el


movimiento lento que envuelve a la vida rural, campestre y alejada del
ruidoso mundo de las ciudades. La diferencia sustancial entre la vida
campestre y la existencia urbana se encuentra en el ajetreo cotidiano. Los
citadinos tienen que sujetarse al ritmo establecido por las instituciones
del Estado, las empresas, los medios de transporte y los sistemas de
comunicación. Su existencia queda encuadrada con la cronogramación
que delimita la entrada y la salida de los espacios labores, las instituciones
educativas o los procesos de desplazamiento.

Mientras los pueblos originarios, al estar sujetos a la dinámica de los


acontecimientos naturales, cumplen sus deberes, tareas y realizan sus
acciones sin apresuramientos, sin amenazas de quedar sin los ingresos y
sin atosigamientos con las exigencias de los rendimientos crecientes y las
productividades mayores. Al hallarse incrustados en la cronología
universal, la alternancia del día y la noche, siguen en todos sus
desplazamientos y vivencias el rumbo delimitado por el sol, la luna, la
estrellas, el viento y los ríos. MISTILLAPA YUPAYNINKUNAQA
MANAM QAWACHIWANCHIKCHU IMAYNALLAM TUTA, MAWKA,
ÑAWPAQ, KUNAN, PUNCHAW, ACHKIY, PAQARIY CHAYNATAQ
RIKUY HAMUQPAS MUYULLAWASQANCHIKTA (el contador de los
blancos no nos permiten reconocer e identificar cómo nos envuelven la
noche, la oscuridad, lo antiguo, lo primero, el hoy, el día, la luz, el
tramontar o el ir y el venir). Los pueblos originarios disponen de un
calendario, un contador, los pesos y medidas, las múltiples maneras de
calificar y cuantificar el vivir.

Apreciar y justipreciar la racionalidad mítica desde la comodidad que


brindan las instituciones clasistas, por estar saturado con una
multiplicidad de ideas y pensamientos tanto antiguos como nuevos, es
caer en las mismas garras del proselitismo que divulga e instala la
polaridad poblacional. Precisamente dentro de esta perspectiva, todos los
logros del colectivismo y de los pueblos originarios, quedan declarados en
el patrimonio de la humanidad sin conceder su desarrollo aplicando
exclusivamente las reglas ancestrales. Es el sistema jurídico nacional que
admite tres situaciones sobre la cultura de los pueblos originarios: las
tradiciones, las costumbres, las reglas, la manifestaciones estéticas y los
estilos de crear quedan elevadas a la condición de principios generales del
derecho; el sistema de propiedad colectiva de la tierra, las producciones
artesanales y el estilo de conducción son aprobados, protegidos y
30

reconocidos por el Pacto Político y las leyes especiales; el estilo de vivir,


el sistema de creencia, los idiomas, la identidad y la localización quedan
admitidas como los fundamentos de la pluralidad, la multiculturalidad y la
diversidad nacional. A la vez la constitucionalización del ser, el vivir y la
cultura de los pueblos originarios queda avalada, ratificada y secundada
por las resoluciones planetarias de las organizaciones globales.

El pensar y el saber de los pueblos originarios, por su conexión


indesligable con los inicios de la objetivación de las subjetividades
de los primeros habitantes y pobladores del Planeta, sigue siendo
un conocimiento sensorial, realista y naturalista. Porque no asume la
independencia de la razón, los sentimientos y la voluntad de la totalidad
existencial, la unicidad orgánica y la globalidad vivencial. En la visión de
la vida de los pueblos originarios, el llamado centro motor director del
vivir que es el cerebro, no existe en forma autónoma e independiente. En
la sapiencia médica ancestral, el cerebro, las neuronas, el seso y la mente,
son órganos, elementos y partes del organismo que dependen total y
completamente del sistema circulatorio. El aparato sensorio-motor, el
comportamiento perceptor e inclusive el sistema respiratorio dependen
de YAWAR QUCHA, PUKA QUCHA y PUKA MAYU (laguna sangre,
laguna roja y río rojo).

La sangre sana, abundante y rojiza es la generante del pensar y el saber


siempre aunado al vivir, el desplazarse y el laborar. Si alguien trata de
desmentir y desdecir esta certeza, seguramente, desconoce la anatomía,
la fisiología y la neurología. En la sapiencia ancestral, el proceso mágico
por ser la forma especial de purificar y restaurar la materia desgastada y
dañada, se acepta el centro neurálgico del fluir de la vida al corazón y la
sangre. SUNQULLAWANMI YAWARLLAWANMI ÑUQANCHIKQA
KAWSAKULLANCHIK, TARIKULLANCHIK, MUYUKULLANCHIK,
LLAMKALLANCHIK CHAYNATAQ PAQARINCHIKPAS (con el corazón
y la sangre nosotros y nosotras vivimos, nos hallamos, nos movemos,
trabajamos y avanzamos). HATUN SUNQULLAM SUMAQCHUYA
YAWARCHALLAM APAKULLAWANCHIK, PURICHILLAWANCHIK,
KAWASACHILLAWANCHIK, LLAMKACHIWANCHIK CHAYNATAQ
YACHACHILLAWANCHIKPAS (el corazón enorme y la sangre buena y
pura nos conducen, nos mueven, nos hacen vivir, nos dejan trabajar y
nos permiten pensar y conocer). Esta es una de las pautas ancestrales
que no puede desecharse. UMANCHIKQA, ÑUTQUNCHIKQA ARIPAS
YUYARIYACHAYNINCHIKPAS RIKURIKULLANMI, TARIKUNKUPAS,
31

RURALLANKUM UTAQ ATINKUPAS HATUN TIKRAKULLAYKUNATA


YAWARWANMI (nuestra cabeza, nuestro seso y nuestra memoria
surgen, se encuentran, operan y acontecen grandes procesamientos y
transformaciones con la sangre). Con esta regimentación, los pueblos
originarios, acontecen el vivir, el trabajar y el razonar.

Para saber, conocer, interpretar y transformar la realidad expresada en


diferentes existencias, procesos, sistemas y acontecimientos hay que
desplegar el ser en el estar de manera continua, insistente y progresiva.
Pensar y saber en los pueblos originarios conlleva, significa y exige tres
ejercitaciones que abren el despertar, la sensibilidad, la percepción, la
flexibilidad, la disciplina y la ascensión: TUTA PUNCHAWLLAM
TARIKUNCHIK PACHAPA TAQPIPA CHURAYKUSQAN KAWSASPA
WIÑAYPI. CHAYPIM IMAYNAM KAYKUN TARIKUSQANKUTA
RIQSICHALLANCHIK, QAWANCHIK HAPINCHIKPAS CHAYWAN
MIKUYKUNATA TARILLANANCHIKPAQ (día y noche estamos ubicados
en la Naturaleza y el Universo –la totalidad existencial- viviendo en
desarrollo. En eso identificamos, reconocemos y tocamos su composición
y con eso logramos encontrar y obtener los medios de subsistencia);
YACHAYNINCHIKQA KAYKURUNMI QAWAYWAN, KAWSAYWAN,
LLAMKAYWAN, PURIYKUYWAN, KUYAYWAN, MASKAYWAN,
CHASKIYWAN, QUYKUNAWAN CHAYNATAQ QATIPAKUYWAN
(nuestro vivir y saber surgen con el ver, el existir, el laborar, el caminar,
el amar, el buscar, el recibir, el dar y el conducir); MUSUQ RUNALLAQA
CHAYAMUNMI ÑUQANCHIKUNAPA HUKLLA CHULLALLA KAYPI
TARIKUYMAN CHAYMANTAM HATUNYASPA RIKUKUNQA LLAPA
TUKUY IMAKUNA KAQTA (el nuevo ser llega entre nosotros y nosotras
al estar mancomunados en un organismo único y desde allí al crecer
detecta todo lo que existe).

Los cuatro centros del pensar y el saber ancestral, siempre situando en


alguna parte de los territorios comunitarios o en los espacios que ocupan
las poblaciones que son diferentes a los pueblos originarios, orientan y
guían a ver, penetrar, asimilar, interpretar y transformar los contenidos
y los componentes de la Naturaleza y el Universo. Éstas son las fuentes
originales, primarias y fundamentales tanto del existir como del conocer.
Los resultados del trabajo y la razón, sintetizados en las reglas de
operación, son simples indicativos de la conciencia del ser en el estar.
Para los pueblos originarios es determinante estar conscientes del
vivir, de lo que se realiza, de lo que se busca, de lo que se
32

comunica, de lo que se piensa y de lo que se cree. La razón opera


según las dinámicas de las existencias que acompañan, ayudan y
cohabitan. El pensar y el saber ancestral opera con los testimonios de la
antigüedad, pero sin conceder la inmutabilidad. Las reglas ancestrales
surgen con la instalación de las tres primeras instituciones permanentes
que son la familia, la colectividad y el sistema de producción, pero siguen
ejercitándose con las ampliaciones institucionales.

Donde la oralidad sigue cumpliendo un rol decisivo. El lenguaje hablado


es la comunicación más usual, la interlocución prominente y el generador
mayor de las relaciones intersubjetivas. Las transmisiones y las
retransmisiones de las reglas antiguas, las sapiencias iniciales y la
sabiduría primigenia, según las condiciones históricas prevalecientes en
los países, suceden fidedignamente en su estado original en algunas que
son de aplicación obligatoria permanente y en otras de manera ampliada,
innovada y hasta ramificada. Pero en la actualidad, con la imposición del
sistema político democrático burgués y la instrucción (sistema educativo
nacional) controlada por el poder central, la oralidad sucede reconvenida,
reordenada y reconfigurada en su contenido. Con el uso de las tecnologías
de la información, la adopción de las redes automatizadas y la
comunicación satelizada, la oralidad, deviene en un mutismo, pero lleno
de colores, figuras, cruzamientos y percepciones digitalizadas. El hablar
en el mundo artificializado, automatizado y controlado desde los centros
de vigilancia satelital significa usar las grafías, los simbolitos, los dibujitos,
las crucigramas, los videos, las fotografías, las presentaciones, las
palabras y las expresiones ya parametradas.

Luego de perorar por mucho tiempo de que los pueblos originarios


carecen de escritura, en un súbito despertar a la realidad multifacética,
reconocen que éstos sí cuentan una grafía diversa. Los tejidos, los nudos,
las indumentarias, los utensilios y todas las obras artesanales son formas
de lenguaje. Los pueblos originarios hablan a través de los lenguajes de
las existencias. Son formas mudas, visuales, auditivas, trazos, figuras,
pinturas, miméticas, iconográficas, simbólicas, alegóricas, movimientos,
señales y ruidos sus modos de expresarse, intercomunicarse y establecer
la interlocución. La variedad idiomática, la multiculturalidad y la pluralidad
vivencial de los pueblos originarios quedan representadas, externadas y
mostradas con la multiplicidad lingüística. Para ellos, todos los contenidos
y los componentes de la Naturaleza y el Universo, tienen vida, hablan,
sienten y miran. Lo inerte no es sinónimo de sin vida, sin movimiento y
33

sin comunicación. Los circuitos de interconexión entre las existencias, los


canales del fluir de la energía, los sistemas de conglomeración, los
procesos de replicación, multiplicación y expansión, los eventos de
ascensión y los mecanismos de confluencia contienen y utilizan los
lenguajes diferentes. La universalidad existencial es la multiformidad del
ser en el estar con lenguajes generales, particulares y especiales. La
comunicación universal y la interlocución particular llegan a estructurar
los idiomas de los pueblos originarios.

Esta pluralidad lingüística y comunicacional de los pueblos originarios


quedan alteradas en su pensar y saber con la introducción de la cultura
opresora. En la mayoría de las ocasiones, especialmente las nuevas
generaciones que reciben las ráfagas del clasismo económico, abandonan
la oralidad comunicacional dejando prevalecer la escritura, las grafías, las
artificialidades, el mecanicismo y los tecnicismos. Al asumir el uso de las
fuentes secundarias, supletorias y complementarias del pensar y el saber
se adentran en “agotar la literatura que se ocupa del tema”. En vez de
dirigir su mirada, su interés y su razón desde el vivir y el laborar a los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo de modo
directo, inmediato y sin filtraciones, por las exigencias institucionales
clasistas, siguen los cánones de las dos doctrinas en boga: la doctrina de
la legitimación y la defensa del modo de producir clasista o la doctrina de
la emancipación total de la humanidad. Así quedan atrapados, atrancados
y trabados con el antagonismo entre el materialismo y el idealismo, el
laicismo y el clericalismo, la sacralidad y la secularidad, el liberacionismo
y el conservadurismo o el liberalismo y el utopismo.

A pesar que se afirma con insistencia de que todo conocimiento parte de


la realidad y vuelve a ella, en el manejo de las fuentes del pensar y el
saber, en el modo de producir clasista, pero de manera especial en los
centros de formación profesional, se arrasa los fundamentos materiales y
las formas ingénitas del existir. Pasan por alto las tres dimensiones del
acto intelectual: el proceso sensorio-motor, el proceso perceptor y el
proceso de la comunicación. En los tres ámbitos y niveles existe una
incesante interacción entre todos los órganos, los sistemas, los elementos
y las partes del organismo sedimentados, alimentados, conservados y
operacionalizados por la sangre. La razón en la posición de los pueblos
originarios no es una actividad exclusiva del cerebro, la mente y la
conciencia. Es la sincronización de la totalidad del ser con la globalidad
existencial que también en su singularidad y particularidad es una
34

integridad y una totalidad. La inseparabilidad de los elementos, las


sustancias, las partículas y las existencias conforman la ciencia total o el
saber global de los pueblos originarios. Es ciencia total por integrarse el
arte del vivir, el arte de laborar, el arte del pensar, el arte del disfrutar y
el arte del ascender. Los pueblos originarios despliegan en todas sus
acciones, movimientos, experiencias e interrelaciones el festín de la vida.
Porque no existen las dicotomías existenciales ni las disparidades
vivenciales.

La cosmogonía primigenia y el mito fundacional tienen y mantienen una


mancomunación con la universalidad del ser en el estar. La particularidad
se presenta engarzada a la totalidad general y posee algunos aspectos
que son exclusivamente propias. Tal evento distingue y diferencia a las
existencias, las situaciones, los fenómenos y los sucesos. En todo el
acontecer existencial, para los pueblos originarios, el pensar y el saber
queda anclada a la realidad universal y singular. Los y las integrantes de
los pueblos originarios, desde su concepción hasta su última gran
transformación en la superficie terrestre, se hallan vinculados y cubiertos
con los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo sin
mediaciones y sin interferencias. Su fuente de surgimiento, vivir,
aprender y obtener los medios de subsistencia conforman el campo del
pensar y el saber. Su racionalidad, su mentalidad y su conciencia no se
forman con los documentos, las moralidades y las escrituras, sino con la
lucha incesante por la vida y la subsistencia. Los conocimientos, los
pensamientos y las ideas que las poblaciones no indígenas acumulan,
resguardan, perfeccionan, especializan y divulgan son recibidas obligada,
impuesta y represivamente. Las doctrinas extrañas y exóticas penetran
en los pueblos originarios con promesas, amenazas, violencias, despojos,
convencimientos, sustituciones e inoculaciones.

Amar, cuidar y vivir abrazados a la Naturaleza y el Universo es la


parte medular del pensar y el saber de los pueblos originarios. Tal
enseñanza es la regla suprema que viene desde la aparición del ser social
en el Planeta. Es una regla, un mandato y un imperativo del vivir y el
laborar en colectividad. ALLPAKUNALLAWAN CHAPUKUSPALLAM,
PAMPAKUNALLAPI SAYARIKUKUNALLASPAM, TAQPIKUNALLAPI
KAYKUSPAM, PACHALLAPI KAWSASPAM, TUKUYKAQKUNAWAN
KUYARIKUSPAM, ALLINLLATA YANAPANAKUSPAM ICHAPAS
SUMAQTA UYWAKUYAKUNALLASPAM YACHAYTA TARINCHIN,
ATINCHIK, CHASKIKUNCHIK CHAYNATAQ MUSUQYALLAYPI
35

ACHKACHISPA RURALLANCHIK (embarrándose con la tierra, pisando


el suelo, estando con la totalidad, viviendo en la universalidad, amándose
con todo lo que existe, ayudándonos oportunamente y asistiéndonos bien
hallamos, podemos, recibimos y ampliando en la novedad realizamos el
saber). El pensar y el saber en los pueblos originarios surgen y acontecen
envolviéndose, entregándose y empapándose con todas las existencias
disponibles y que se hallan al alcance inmediato.

No existe otra pauta que ésta para el pensar y el saber en los pueblos
originarios. Una diversidad de reglas de la cultura del trabajo ancestral se
condensan en esta única regimentación de la racionalidad. Desde los
inicios del poblamiento del Planeta viene tres eventos prioritarios que van
pautando a la dinámica correlacionada del estar, el vivir, el trabajar y el
razonar: MIKUNALLAM UPYAKUNAM KAWSANAPAQA, KALLPAYUQ
ATIYNIYUQ KANAPAQA, ALLINLLA TARIKUNAPAQA ARIPAS
KUYUMUYURIKUNAPAQPAS (comer, alimentarse y beber para vivir,
tener la fuerza, estar bien y poder moverse y desplazarse);
CHIRIWAYRAKUNAMANTAM, NINAKUNARUPAKUYKUNAMANTAM,
MAQAKUYKUNALLAKUNAMANTAM CHAYNALLATAQ TUKUYKUNA
MAQLLUCHIKIMANTAPAS TAPAKUNAM, PAKAKUNAM ILLAPAS
QATAKUNAM (del viento y el frío, del calor y el fuego, de los golpes y
los peligros hay que escapar, esconderse, taparse y cubrirse);
SAPALLAQA MANAM KAWSANACHU NITAQ TARIKUNAPASCHU (no
es posible vivir en la soledad ni se puede estar en el aislamiento). Son
mandatos claros, precisos y permanentes. Son indicaciones para el vivir
en la seguridad y la adecuada satisfacción de las necesidades.
Comprenden la prevención, la provisión y la previsión. Al mismo tiempo
contemplan la confluencia del espacio y el tiempo, el ser el estar con la
situacionalidad, el movimiento con las interacciones, el desplazamiento
con las localizaciones o las vivencias con las relaciones.

Pensar y saber (tuktiy, unanchakuy, yuyay, yachay, qayay, rimay,


ukunchakuy utaq hawachikuy) es una labor permanente. No es una
tarea de los especialistas, los preparados y los profesionales. Todas las
poblaciones que conforma un pueblo originario, con diferentes niveles de
manejo de la cosmogonía primigenia y el mito fundacional, operan la
racionalidad mítica y afirmativa. Este manejo de las sapiencias
ancestrales y la sabiduría antigua sucede en el espacio abierto al infinito
y la eternidad. Los espacios cerrados son restrictivos del pensar y el
saber, porque no estimulan ni permiten el contacto directo con la
36

universalidad y la globalidad existencial. No es la libertad de pensar, creer


y hablar que guía a la racionalidad de los pueblos originarios, sino la
familiaridad y el compañerismo con la universalidad del ser en el estar.
La libertad en la visión ancestral es limitada, condicionada y permitida por
las jerarquías conductoras, el contexto natural y las circunstancias
prevalecientes. Para ejercitar la razón, dentro y fuera de los territorios
comunitarios, únicamente hay que abrirse sin reservas a la Naturaleza y
el Universo con el vivir y el laborar.

ÑAWPAQKUNALLA QALLARIKUQKUNA KAWSARIKUYKUNALLAQA,


ÑAWPAQ RIMARINAKUYQA, ÑAWPAQ KAMACHIKUYKUNAQA,
ÑAWPAQ YACHAYKUNAQA ICHAPAS ÑAWPAQ RURAYKUNAPAS
MANALLAM KUNANQA NIPAS PAQARINPAS SAQISQACHU
KALLARILLANKU (el vivir primero, el hablar original, el mandar
primigenio, el saber ancestral y el realizar antiguo en la actualidad
ni en el porvenir dejan de operar). Con esta indicación, los pueblos
originarios, con toda seguridad consideran que la CONTINUIDAD
HISTÓRICA traspasa, jalona y concatena todo el devenir. Los mensajes
de los primeros pobladores del Planeta, por la presencia del mito y su
cosmogonía, no han quedado enterrados y menos relevados. Los ideales
de hoy: el liberalismo, la democracia, el comunismo, el humanismo, el
buen vivir, el estado de derecho y la coexistencia pacífica no tienen
posibilidades de concretarse y avanzar sin el colectivismo que sostiene a
los pueblos originarios. Todas las formas y las modalidades orgánicas
existen, avanzan y se expanden exclusivamente con las
conglomeraciones, las asociaciones y las interdependencias. Es la
agrupación en distintas maneras que afinca y afianza al vivir. Sin la
cohesión y la compenetración de las existencias no suceden las
replicaciones, las multiplicaciones y las continuidades.

Ante el opacamiento y la relegación de la sapiencia ancestral, en el mundo


contemporáneo presuntuoso de las tecnologías automatizadas y digitales
a control distante, se diseminan la visiones trágicas, decadentes,
románticas, artificiales y tecnocráticas de la vida. El contexto histórico
queda saturado por cuatro conflictos: la batalla de las doctrinas, las
teorías y de los ideales; el combate entre las instituciones económicas
básicas o las empresas bajo la vigilancia normada de la competencia
económica; el enfrentamiento entre las dos grandes fuerzas que
concurren y coparticipan en el sistema de producción: las confederaciones
patronales y la organización sindical de la fuerza laboral; las
37

organizaciones políticas y las asociaciones religiosas con su proselitismo


agresivo. Estos antagonismos delimitan lo que debe y cómo instruir,
aprender, trabajar y vivir. Son las dos organizaciones, las religiosas y las
políticas, amparadas con el sistema jurídico que van pautando,
controlando y vigilando a las poblaciones. La moral al quedar atrapado
por el derecho o las normas jurídicas queda en un engrasador de las
interacciones antagonizadas.

Con sus postulados de legitimidad (el vivir dentro de la normatividad


múltiple para la estabilidad y la convivencia) y la representatividad (el
acontecimiento de los cambios a través de una concurrencia de diferentes
sectores poblacionales organizados ocupando los diversos puestos de
elección popular), el modo de producir clasista, intenta generar una época
políticamente creadora. Pero la sociedad burguesa y la civilización
capitalista, a pesar de las revoluciones científicas e industriales y
tecnológicas, se encuentran rodeadas por el cinismo, la demagogia y el
escepticismo. Las continuas ejecuciones del cambio estructural, la
reestructuración de las instituciones del Estado, las reformas del Pacto
Político, las regulaciones de las nuevas situaciones sociales, los cambios
continuos en el sistema jurídico nacional, los esfuerzos por la moralización
nacional y las planificaciones del desarrollo sostenido indican que la teoría
del cambio y el postulado de las economías transformadoras ocupan el
eje de las sapiencias disciplinarias. La intelectualidad actual, recién
después de vivir una diversidad de conflictos y enfrentar las
consecuencias de las tres crisis del modo de producir clasista: económica,
ambiental y sanitaria, admite que la historia es una permanente
transformación de la base económica. Desde un vivir infectados por la
virulencia clasista llegan a clamar el cambio del rumbo del proceso
económico y la admisión de un nuevo paradigma.

Los pueblos originarios, considerados por los doctrinalistas de viejo y


nuevo cuño una sociedad estacionaria, siempre afirman que el DEVENIR
es una permanente e incesante batalla por vivir. KAWSAY YACHAYQA
TUTAPUNCHAW MUYUKUYURIKUYMI MIKUYLLA TARINAPAQ,
LLAPANCHIK UYWAKUYANAPAQ, KAYMANTA PAQARINMAN
RINAPAQ ICHAPAS MANA YARQAYWAN HAPICHIKUNAPAQPAS
RIKCHARIYPI TARIKUYKUYMI (vivir, estar localizado y saber es
moverse, actuar y desplazarse despiertos incesantemente para hallar el
sustento, el protegernos mutuamente, el avanzar del ahora al porvenir y
no quedar atrapados por el hambre). Ahí se tiene la postura de los pueblos
38

originarios sobre el devenir, el avance, la marcha y el tránsito de un nivel


y una dimensión a otra nueva que es mayor y superior que las
precedentes. Este avance no es homogéneo y lineal, sino como el desnivel
del espacio o las ondulaciones de la orografía que recorre cual ríos
serpenteantes formando codos, recodos, amplitudes y franjas. El ser
social en este avance no solamente camina, sino también brinca, salta,
corre, rodea y hasta gira. PIPAS KAYKUNALLA MANA RIKUQA, MANA
RIQSIQA, MANA QAWAKUQA UTAQ MANALLA CHIMPAQA
MANALLAMÁ YACHANCHU KAWSAYTA WIÑAYTAPAS (quienes no
miran, no reconocen, no observan y no trascienden jamás saben lo que
es el vivir y el desarrollo).

El mito y la cosmogonía de los pueblos originarios, en la condensación de


la base económica que son la Naturaleza y el Universo en el sistema de
propiedad comunitaria de la tierra, presentan la síntesis de la totalidad
existencial en constante transformación, salto y expansión. Los pueblos
originarios en la base económica detectan, reconocen e identifican la
correlación entre lo real y lo ideal; porque el movimiento impulsor del
devenir siempre es cosmogónico y mítico. Es en la relación y la interacción
con la base económica, todas las nacionalidades nativas y los pueblos
originarios, logran generar, adquirir, instituir y operar el arte de la
manutención. En la postura de los pueblos originarios, el ser social, queda
acondicionado, armado, preparado y movido por la realidad natural
inmediata en que se sitúa, ubica y se localiza. La sociedad surge y
progresa solamente en la medida en que la base económica es
transformada, utilizada y tratada.

La confluencia de las dimensiones, los niveles y los ámbitos de la realidad


general y singular, natural e histórica y racional, queda asentada en el
emplazamiento territorial existencial. Los espacios, los territorios, los
suelos y la tierra constituyen los pisos en que existen, cohabitan y
continúan la comunidad de las existencias abióticas y bióticas. El contexto
y el ambiente natural que sostienen el fluir de la vida es la orografía, la
superficie y el relieve terrestre. En eso queda sintetizada la base
económica. El mito y la cosmogonía de los pueblos originarios, a diferencia
de las concepciones clasistas del mundo, muestran la realidad natural
inmediata como la base económica; donde el vivir, el laborar, el razonar
y el creer emergen de las combinaciones, las mezclas y las
sincronizaciones de todo cuanto conforman la trama existencial, la
arquitectura general y la comunidad de organismos. Dentro de esta
39

complejidad que no da cabida a la simplicidad, la linealidad y la


unilateralidad, los pueblos originarios, admiten que la confluencia de una
diversidad de las fuerzas y los organismos interactuando e interactuantes
muestran las partes, los elementos y los segmentos que sedimentan a la
vida en la tierra. Es la fertilidad de la tierra, el poder del suelo y la fuerza
de sus contenidos y componentes externos e internos que posibilitan las
conglomeraciones existenciales.

TUKUY LLAPA IMAKUNALLA TARIKUQA, KAQKUNAQA ARIPAS


LLUQSIKAMUQKUNAQA QISPIQA RIKUCHIKUNMI CHULLALLA
HUKLLALLAKUYPI, ACHKALLAKUYNAPI, HATUNRAKUYKUNAPI,
QISPICHIKAMUYPI, QAPARIKUYKUNAPI, MUSUQYAYKUKUNAPI,
TIKRAKUYKUNAWAN, PAQARILLAYKUNAWAN CHAYLLANATAQ
WIÑAKUYKUNALLAWAN (todo lo que existe, está, se encuentra y surge
se deja ver e identificar en la unicidad, la ramificación, la multiplicación,
el ensanchamiento, el engrandecimiento, el surgimiento, el avance y la
renovación con la transformación, la fructificación y el desarrollo). Esta es
la visión de los pueblos originarios de lo que es la realidad, lo real, lo
concreto, lo certero, la totalidad, la universalidad, la globalidad y la
singularidad. Es una visión, interpretación y apreciación sobre el carácter
y la taxonomía dinámica de la universalidad existencial. Porque sin esa
afirmación y asentimiento no existe la cosmogonía ancestral. La
cosmogonía de los pueblos originarios es la primera formulación
de un modelo y una modulación del movimiento multimodal,
polidireccional y multienvolvente que ejecuta la universalidad
existencial. Es la original, la primigenia y la auténtica configuración de
una confesionalidad, una creencia y una espiritualidad sin contar con los
antecedentes, los precedentes, las referencias y las trayectorias ya
usadas.

La percepción, la asimilación y la interpretación que los pueblos


originarios siguen sobre la REALIDAD TOTAL, GLOBAL, UNIVERSAL,
SINGULAR Y PARTICULAR es la que enrumba la cosmogonía. Para
generar, configurar y establecer a ésta utilizaron con gran intensidad y
amplitud tres disponibilidades orgánicas: YAWARTA ACHKATA
TIMPURICHISPA (haciendo hervir intensamente la sangre), ÑAWITA,
MAKITA, CHAKITA, SINQATA CHAYNALLATAQ RINRITA ALLINTA
APAYLLAMKACHILLASPA (dejando trabajar y hacer intensamente a los
ojos, las manos, los pies, la nariz y las orejas), ÑUTQUTA
RIKCHARICHISPA, KUYUMUYURICHISPA, KANCHACHIRIKUSPA,
40

LLUQSICHISPA CHAYNATAQ CHASKIHAPICHISPA (despertando,


moviendo, iluminando, dejando brotar y procurando que atrape, perciba
y reciba el cerebro). El cerebro es un órgano importante solamente
cuando la sangre dota de fuerza, movilidad y operatividad. El ser social
llega a la muerte cerebral cuando éste órgano no recibe la sangre y el
oxígeno. A pesar de esa situación puede seguir viviendo por un breve
periodo con el respirador conectado. Ahí se muestra la importancia
decisiva, determinante y fundamental de la sangre.

Es cuándo y dónde el ser social, venciendo todas las vicisitudes y


superando las deficiencias múltiples, logra usar su organismo para captar,
aprehender e interpretar la universalidad existencial. En los inicios del
despertar de la racionalidad y la conformación de la cosmogonía se utilizó
la sangre y los sesos con alta densidad, intensidad y movilidad. La
originalidad, la autenticidad, la ingeniosidad, la creatividad y la
imaginación sucedieron en la aurora del ser social: por primera
vez en el fluir de la vida en el Planeta nace el pensar, el razonar y
el reflexionar. Con ello el ser social no solo comienza a conocer, sino
también a conocerse. El surgimiento y el desarrollo de la inteligencia
permite su permanencia, avance y su continua realización. El pensar y el
saber al aplicarse al laborar permite que las transformaciones, las
adaptaciones y las construcciones concedan sin interrupciones los medios
de subsistencia, el mejoramiento y el ensanchamiento. Mientras en la
actualidad, una sociedad compleja, pero presuntuosa y pretensiosa de la
originalidad, apaña y amaña a pensar, conocer y saber recopilando las
ideas ya ejecutadas, los conocimientos ya trascendidos, los pensamientos
ya probados, las aspiraciones ya manifestadas y las proyecciones ya
conocidas.

La única novedad contemporánea es la fabricación de las tecnologías


automatizadas y digitales, aunque algunas ya fueron anunciadas en los
tiempos muy lejanos. Las doctrinas múltiples, en especial las religiosas,
las morales, las políticas y las jurídicas, siguen operando con su estructura
y contenido aprobados en el esclavismo. El devenir muestra solamente
los dos caminos de avance enfrentados: la continuidad histórica de los
pueblos originarios y la mescolanza del racismo con el clasismo que hoy
se debate entre las crisis que la atormentan y la degeneran. El fluir, el
avance y la transformación constante de lo que es, está y hay
constituyen la asimilación primigenia y permanente de los pueblos
originarios. Sin esta comprensión de la realidad total y específica, el mito
41

y la cosmogonía ancestrales, carecen de valor, importancia y utilidad. La


certeza, lo nuevo, lo importante, la permanencia, la continuidad, la
desigualdad y la vitalidad conforman las virtudes y las cualidades de los
pueblos originarios. Porque muestran la manera en que las nuevas
situaciones y los nuevos sucesos quedan interpretadas con las reglas
ancestrales sin anular y sin desconocer la aplicación de las sapiencias
disciplinarias. La sapiencia ancestral se encuentra arraigada no en la
mente y la conciencia de los pueblos originarios, sino sigue persistiendo
en su forma única y múltiple con constantes reconfiguraciones dentro y
fuera de los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo.
Es allí donde hay que dirigir las miradas, los sentidos, los sentimientos,
las pasiones, las búsquedas, los movimientos y las acciones. Actitud,
estado de ánimo y percepción tienen que entrar primeramente a
identificar, delimitar y asimilar la realidad.

Es perspectiva de los pueblos originarios no admitir la creencia fundada


en la revelación bajo las dos modalidades: la encarnación y la escritura
sagrada. Porque para ellos no existen los mediadores especialistas y las
interpretaciones de los maestros iluminados. Los pueblos originarios en
vez de imponer una doctrina, usando una diversidad de representaciones
y replicaciones de los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el
Universo, sientan las reglas que alinean al colectivismo. La cosmogonía
no es una doctrina de origen divino que hay que transmitir, inculcar y
diseminar; sino una percepción colectiva de la universalidad existencial
que surge del vivir para que el avance y el desarrollo acontezcan con
mayores amplitudes, alcances y continuidades. La cosmogonía
comunicado por el mito es permanente, pero en el devenir su formulación
adquiere innovaciones, ampliaciones y potenciaciones. Como tal es una
visión interna, externa y primaria de la totalidad y el vacío que van
moviéndose en acciones y reacciones mutuas.

42

II
LA REALIDAD EN LA
SABIDURÍA ANCESTRAL

Con incandescencia se anuncia la realización del análisis de la realidad


social o la realidad nacional para impulsar el desarrollo, generar la
transformación, potenciar el proceso económico, mejorar la cultura y
llevar a la civilización a un nuevo nivel. Con la dinámica de ver, juzgar y
actuar, las diversas organizaciones cristianas y las llamadas sociedad civil
identificados con el catolicismo romano, concurren al proceso de
interpretación coyuntural y estructural del orden histórico violento,
opresor y en decadencia. Con la propuesta de acción-reflexión-acción, las
diversas organizaciones políticas y hasta religiosas, acuden a conocer,
interpretar y cambiar el proceso histórico clasista. Con la ejercitación del
microanálisis y el macroanálisis, una multiplicidad de instituciones
interclasistas, pretenden abordar los grandes problemas antiguos, nuevos
y combinados que enfrenta la humanidad en su marcha al futuro. El
análisis de la coyuntura y la estructura devienen en los procedimientos de
las organizaciones interclasistas para incidir en las diversas relaciones,
acciones, programas y procesos.

Los partidos políticos, las organizaciones sindicales, los movimientos de


liberación nacional, las agrupaciones feministas, las asociaciones de
interés colectivo, las aglomeraciones sectoriales de las poblaciones, las
instituciones de la economía solidaria, las aglutinaciones de los habitantes
de las ciudades o del campo, las uniones de profesionales, las
federaciones estudiantiles, las colectividades humanitarias, los
organismos de apoyo al desarrollo y las entidades que luchan por la
defensa de los derechos fundamentales son quienes de manera constante
operan las interpretaciones de la que llaman la realidad social. Siempre
dividen a esta realidad en cuatro ámbitos: local, nacional, regional y
mundial. Cada ámbito es analizado de modo aislado, segmentado,
correlacionado y selectivo. Todas las interpretaciones del orden histórico
aparecen condensadas en una diversidad de informes, documentos,
43

textos y archivos clasificados en públicos, privados, oficiales, particulares,


reservados, secretos, codificados, lacrados y apostillados. Quienes se
dedican a las investigaciones científicas acceden a estas informaciones
con restricciones, advertencias y prohibiciones. Porque no todas las
informaciones existentes pueden ser utilizadas en las nuevas
interpretaciones, análisis y valoraciones de la realidad. Otra situación que
emerge en las interpretaciones son las informaciones que acontecen,
seleccionan, utilizan y resguardan las instituciones económicas básicas
(las empresas) divididos en tres campos: los documentos de la identidad
y la estructura organizacional (los pactos sociales, los reglamentos, los
manuales de operación, las acreditaciones, las autorizaciones, los
acuerdos de la administración y los informes de las operaciones), los
documentos de las transacciones económicas (la contabilidad, las
declaraciones fiscales, el inventario del stock, la lista de los proveedores,
las nóminas, las constancias financieras, la valoración del patrimonio, los
estados de resultados, el catálogo de los productos o servicios, la
situación de la fuerza laboral, el funcionamiento del sistema de
producción, el trato con los clientes, las interacciones con las diversas
instituciones, las fuentes de allegamiento de los recursos disponibles, los
sistemas de comunicación y los medios de transporte) y los documentos
de la seguridad y el secreto industrial o comercial (las patentes, las
marcas, la reserva de derechos, la propiedad intelectual, los nombres
comerciales, los diseños, los modelos, el tratamiento de los radioactivos
o los desechos considerados peligrosos, el resguardo de los valores no
revelados y las disponibilidades vigiladas).

Absolutamente todas las instituciones efectúan la operación de


inteligencia. Fundadas en la teoría de la gestión y la innovación
institucional acontecen los estudios generales, especiales, exclusivos y
discretos sobre los diversos asuntos, problemas y fenómenos que
orientan arrasar los obstáculos y contribuyen al mejoramiento. Se llama
el diagnóstico teórico y práctico tanto del contexto general, las
circunstancias particulares, la concurrencia de los agentes, la correlación
de las fuerzas, la situación de las poblaciones, las relaciones sociales, los
procesos culturales y las formas de garantizar los medios de subsistencia.
Desde una triple perspectiva opera la inteligencia organizacional: la
perspectiva personal, la perspectiva interpersonal y la perspectiva
colectiva. Con estas formas y estilos de abordar los problemas plasman,
inciden y enrumban la conducta organizacional. La técnica que se usa es

44

el reconocimiento con las apreciaciones y las verificaciones. Los


conocimientos que conducen a la investigación tienen que llevar a captar
en forma puntual, exacta y oportuna a saber cinco aspectos de las
poblaciones: cómo viven, cómo actúan, cómo piensan, cómo sienten y
cómo se organizan. Cargados con un cúmulo de doctrinas, teorías, marcos
referenciales, categorías y mapas conceptuales atrapan los datos, las
informaciones y todas las documentaciones que se pueden valorar y usar.
Repletos de los conocimientos acumulados, aprobados y seleccionados se
lanzan a averiguar, conocer y establecer las leyes del desarrollo social.

Teorizar, investigar y diagnosticar son los pilares para generar cuatro


eventos en los agentes sujetos históricos: capacitar para un desempeño
eficaz y mayor en las funciones, hallar a los enemigos externos e internos,
inducir a reaccionar o responder a los dispositivos y defender los bienes
jurídicos tutelados. Las investigaciones institucionales, por sus objetivos
y alcances, son el comienzo de un juicio que conduce a través de los
indicios, las pruebas y los peritajes a una sentencia. La finalidad central
de toda investigación es hallar la causa origen de los problemas, la
identificación de los agentes generantes o diseminantes, la ubicación de
los peligros, la determinación de la utilidad de las infraestructuras o las
tecnologías, la valoración de la funcionalidad de las instancias
operacionales, la delimitación del comportamiento del personal, la
efectuación de la planificación, la formulación de las soluciones
pertinentes, la delimitación de los riesgos y el perfeccionamiento de la
dinámica organizacional. El diagnóstico tiene que ser con el rigor
científico, responder a las exigencias operacionales, apuntalar las
decisiones, establecer las estrategias y permitir la predicción. El análisis
de la realidad histórica tiene y deber ser canalizadora de la solución de
los problemas.

Pero surge una cuestión que merece destacarse: qué es la realidad o en


qué consiste lo real. Las afirmaciones de organizar los conocimientos
sobre la realidad, la articulación de la realidad y la inserción en la realidad
son convocatorias constantes. En la racionalidad clasista, la realidad o lo
real, se determina y se conoce mediante la formulación y la elaboración
de los conceptos. Esta manera de plantear sobre la materialidad
existencial que cimienta al ser en el estar es completamente negante de
la visión ancestral sobre lo que se llama la realidad. Ante un proceder
racista, clasista y sensualista con relación a la ejercitación de la razón es
oportuno mostrar la cosmogonía primigenia y el mito fundacional de los
45

pueblos originarios para entender cómo emerge la racionalidad. Es una


exigencia en los pueblos originarios REMEMORAR los espacios y los
tiempos que dieron origen a la cosmogonía. Sin esta operación los mitos
son simples fantasías que se inculcan. La rememoración no son alusiones,
expresiones y recordatorios sobre los primeros espacios y los tiempos en
que los ancestros primigenios lograron crear y producir para vivir y
avanzar. Son recreaciones con los movimientos, los desplazamientos, las
caminatas, las interacciones y las conglomeraciones que acontecen en la
lucha por la vida y la subsistencia.

SULLULLA KAY, KAYKUQNAKUNA, TUKUYLLAPA IMAKUNALLA


KAQ, CHIQACHAKUNALLA, SUTIPACHAKUNA, CHIQAPKAYLLA
UTAQ ARIQPALLAM (hallarse en el embrión, lo que se encuentra, todo
cuanto está, la que es parte de la dispersión y las nominaciones forman
lo específico y lo real). La realidad o lo real es alguien y algo que se
encuentran fuera del ser social, pero que también se hallan en su interior.
A la vez están cerca, lejos, encima, rodeando o envolviendo.
CHAYRAYKUNALLAM RIKUNCHIK, RIQSINCHIK, TARILLANCHIK,
HAPINCHIK, KUYAYKUNCHIK, MARQAKUNCHIK, MUYUKUNCHIK,
YACHANCHIK, TIKRANCHIK ICHAPAS WAQAYCHANCHIK (por ese
motivo vemos, identificamos, reconocemos, hallamos, atrapamos,
amamos, abrazamos, rodeamos, sabemos, transformamos y
conservamos). Tres procederes realizan los pueblos originarios con la
realidad: reconocer su presencia y operatividad; identificarse,
familiarizarse y consustanciarse con su taxonomía y rol; quedar bajo su
benevolencia, dotación y compañía.

La realidad en la sabiduría antigua se sintetiza en TUKUY LLAPA


IMAKUNALLA TARIKUQ KAQKUNA WIÑAKUQ (todo cuanto existe, es,
está, surge y se expande). Esta realidad se presenta de cuatro maneras:
RIKURIKUQ UTAQ MANALLA RIKUCHIKUQ (visibles e invisibles),
HATUNKUNA UTAQ UCHUYCHAKUNA (grades, gigantes y enormes o
diminutos, pequeños y minúsculos), SAQRA ATATAW MILLAY UTAQ
SUMAQ MUNAYCHA (feos y grotescos o bellos y agradables) y HUKLLA
CHULLALLA UTAQ ACHKALLA LLAPANLLA (únicos y singulares o
múltiples y totales). De allí, la percepción y el reconocimiento, son de la
individualidad y la multiplicidad, la singularidad y la globalidad, la
colectividad y la mancomunación, la asociación y la megaconglomeración,
la reciprocidad y la solidaridad, la desigualdad y la armonización, y, la
integración y la ascensión. En los pueblos originarios, la realidad por ser
46

la totalidad y la universalidad existencial, solamente es percibida,


reconocida, asimilada, interiorizada, interpretada y transformada con
SUTICHAKUYÑA, QAYAKUYLLA MAÑAKUYLLA CHAYLLAÑATAQ
RIMAKUYWAN KAWSAYPI RURAYPI (las nominaciones, las peticiones
y las interlocuciones en el vivir y el actuar). Los definiciones, los
conceptos, las categorías y las catalogaciones pueden presentarse muy
raras veces por estar vinculadas a la cultura exógena y dominante. Lo que
sí predomina es el uso de las palabras con varios significados, referencias,
acepciones y contenidos. La diversificación de una palabra con
derivaciones, conjunciones, ramificaciones, variaciones y divisiones son
constantes.

Un evento es determinante en los pueblos originarios: ÑUQANCHIKQA


MANALLAM RAKILLASQACHU, SAQISQACHU, WISCHUSQACHU,
QUNQASQACHU UTAQ QIPACHISQAKUNACHU KAWSANCHIK
YACHANCHIK WIÑANCHIKPAS TUKUY LLAPA IMAKUNAPA
KASQANMANTAQA (nosotras y nosotros no vivimos, sabemos y
crecemos separados, alejados, dejados, olvidados, segregados y aislados
de todo cuanto existe). Esta es una regla ancestral que guía al pensar y
el saber. La inseparabilidad y la indesligabilidad del ser social de la
realidad de la que forma parte es el principio rector de la racionalidad
mítica. Porque de lo contrario se carece del autoconocimiento, la
autovaloración y la autotransformación con la dinámica, el movimiento y
la expansión de la totalidad existencial. Solamente con la identificación
plena con la universalidad del ser en el estar puede generarse y formarse
la mentalidad, la conciencia y la racionalidad. La racionalidad y la
conciencia surgen, se desarrollan y operan con la dinámica orgánica global
y singular.

La formación de la racionalidad y la conciencia en los tiempos ancestrales


acontecen de una manera asombrosa. El cerebro, el seso y la cabeza son
simples instrumentos-mecanismos de la racionalidad y la conciencia. La
fuente y el órgano motor es el corazón que contiene PUKA QUCHA (la
laguna roja). De allí surgen los ríos y los riachuelos que riegan al
organismo dando energía, potencia y operatividad. Esta es la concepción
ancestral sobre el origen, la formación y la operación de la razón, la
mente, la conciencia y las subjetividades. El cerebro funciona cuando la
sangre se encuentra sana, limpia y en buen estado. Sin el vivir en
diferentes espacios, tiempos y en constante movimiento no suceden las
labores y menos la actividad cognoscitiva. Pensar, saber y creer
47

anteceden a la conciencia. Tanto la racionalidad como la conciencia, por


su origen en el vivir y el laborar, tienen la finalidad de potenciar,
estimular, guiar y envolver al vivir y el trabajar. Las ideas, el pensar y los
conocimientos surgen del vivir y el trabajar siempre para que éstos
adquieren mayor impulso y generen mejores resultados. En los pueblos
originarios no existen los pensamientos y los conocimientos sin
aplicaciones. No hay integrantes de los pueblos originarios que gozan y
se deleitan con el acopio de los conocimientos. Las recopilaciones, los
ensamblajes, los acopios, las transcripciones, las citas y las notas no son
procesos que siguen los pueblos originarios. Porque no se someten a las
pautas que las instituciones y las asociaciones profesionales de los países
opresores dictan, obligan y norman como parte de las actividades
científicas.

Con el pensar y el saber, los primeros habitantes del Planeta, lograron


generar tres procesos que son importantes en el devenir: la conformación
de las instituciones, la asimilación de las dinámicas universales y la
condensación del movimiento multidireccional en las transformaciones. El
lenguaje en sus distintas modalidades, manifestaciones y niveles cumple
un rol especial en la generación y el desenvolvimiento de la racionalidad
y la conciencia. Las interacciones del ser social con la totalidad universal,
con sus semejantes y con sus propias percepciones acontecieron los dos
niveles de la racionalidad y la conciencia: el autoconocimiento y la
autoconciencia por un lado, y por el otro, el conocimiento, la memoria y
la conciencia colectiva. Donde la conciencia y los conocimientos colectivos
son las expresiones de la situacionalidad, la percepción y la actitud
multilateral de la unicidad orgánica. La racionalidad emerge en el contacto
y la apertura hacia la totalidad existencial, pero la conciencia surge con
la interacción polimodal tanto de la persona como de la colectividad. La
multiplicidad y la multiformidad existencial originaron los mecanismos del
avance social.

La racionalidad y la conciencia conforman la cultura espiritual. Ambas


surgen y operan en la satisfacción de las necesidades siempre apuntando
a ser mejor y mayor en las sucesivas atenciones. De allí, la capacidad de
actuar, es acompañada, direccionada y acicateada por las sensaciones,
las percepciones, las visiones, las señalizaciones, las interpretaciones, las
simbolizaciones, las aspiraciones y las interlocuciones. Transiciones,
reacomodos, traslaciones, ampliaciones y condensaciones distinguen el
desarrollo de la racionalidad y la conciencia. Donde la búsqueda, el
48

hallazgo, el invento, la fabricación y la utilización de dos mecanismos


existenciales sedimentan la razón y la conciencia: las herramientas de
labranza y los instrumentos de defensa. Con estos dos mecanismos, en
el contexto abierto y a la vez complejo, las primeras colectividades
acontecieron las transformaciones, las construcciones y los desarrollos.
Sin los desplazamientos y las caminatas constantes no se llegan a
comprender la extensión, la altitud, la amplitud y la profundidad. El vivir
y el trabajar son movimientos constantes. Para los pueblos originarios no
existen el descanso, la inmovilidad, la inactividad o el estar varados y
detenidos. El nomadismo siempre acompaña al sedentarismo.

YACHAYKUNAQA HAMULLANMI, CHAYAKAMUNMI, RIKURIKUNMI,


HUYKUCHIKUNMI ICHAPAS RIMACHINALLAKUNMI TUKUY IMA
LLAPA KUNA KAQWAN (el vivir, el saber y el aprender vienen, llegan,
surgen, se otorgan y se transmiten con todo lo que existe). En los pueblos
originarios, la racionalidad, acontece con los tres tipos de movimientos:
TUKUY LLAPA IMAKUNAPA MUYUYNINWAN, KUYUKUYNINWAN,
HATUNYAYNINWAN UTAQ MUSUQYAKUYNINWAN (el girar, el
moverse, el desplazarse, el engrandecerse, el expandirse y el renovarse
de todo lo que hay y existe); RUNAKUNAPA PURIYNINWAN,
KAWSAYNINWAN, LLAMKAYNINWAN, ACHKAKUYNINWAN UTAQ
PAQARIYNINWAN (el caminar, el vivir, el trabajar, el multiplicar y el
avanzar de las personas); SUNQUPA, YAWARPA, UMAPA UTAQ
ÑUTQUPA TIMPUYNINWAN, RAWRAYNINWAN, TIWTIWYAYWAN
CHAYNATAQ KICHAKUYNINWAN (el hervir, el irradiar, el vibrar y la
apertura del corazón, la sangre, la cabeza y el seso).

Los pueblos originarios diferencian, jerarquizan y dimensionan la realidad


en niveles, etapas y ámbitos por un lado, y por el otro, integran,
correlacionan y armonizan la universalidad y la particularidad en
desarrollo desigual dentro de la interacción de LLAPA TUKUY (la
totalidad, la globalidad y la unicidad) y CHUSIKAQPULLAN (el vacío y la
ausencia). En el pensar y el saber ancestral, la interpenetración no es
solamente entre el todo y las partes, sino fundamentalmente entre la
totalidad y el vacío. Donde no existe el caos y tampoco se acepta la
inexistencia o la nada. A partir de este principio unificador, rector y
perceptor, los pueblos originarios, reconocen la existencia de cinco
niveles, ámbitos y aspectos de la realidad: TUKUY KAQKUNAQA
RUNALLAPA WASINMI, AYLLUNMI, UYWAQNINMI CHAYNATAQ
PUSAKUQNINPAS (todo lo que existe es el hogar, la familia, el protector
49

y el conductor del ser social); LLALLAWA MAQAWI NUNALLAM KAKUN


TUKUY LLAPA IMAKUNA RIKURICHIQ PAQARICHIQ (Llallawa
Maqawi es el espíritu supremo que genera, crea y visibiliza a todo lo que
existe); PACHA TAQPI KAKULLAN RUNAPA ÑAWPAQNIN, TAYTA
MAMALLANKUNA, KAWSACHIKUQKUNALLA CHAYNALLAPITAQ
WIÑACHIKUQNIMPAS (la Naturaleza y el Universo es el antecesor, el
progenitor, el padre y la madre del ser social que la dan vida y el
desarrollo); RUNAQA LLUQSIMUNMI PACHA TAQPIPA UKUNMANTA
HAWANPI KAYKUNAMPAQ (el ser social sale del interior de la
Naturaleza y el Universo para estar en su superficie); LLAPA IMAKUNA
RUNAPA RURASQANQA UTAQ YACHASQANQA KAYKULLANMI
PACHA TAQPIPA QUKUYNINWAN (todo cuanto realiza, logra, hace y
conoce el ser social llega a existir con las dotaciones de la Naturaleza y el
Universo).

Estos niveles, dimensiones y ámbitos de la realidad que reconocen,


identifican y asimilan los pueblos originarios quedan externadas en dos
procesos completamente acoplados: la realidad en su estado primigenio
es natural y universal que se encumbra en anterior, superior y generador
del ser social; la realidad creada, acontecida y construida por el ser social
es un proceso derivado que surge del vivir, el laborar y el razonar. Estos
dos procesos señalan que la realidad existente es natural, histórica y
racional. Tiene la singularidad de contener y manifestar a la vez la
objetividad y la subjetividad. No se trata de la dualidad clasista de materia
y espíritu, sino de la materialidad universal y la singularidad existencial.
Por tal motivo, la racionalidad de los pueblos originarios, no acontece
separando en compartimientos autónomos las tres dimensiones y los tres
niveles de la realidad: la Naturaleza y el Universo, la persona y la
sociedad, y, el trabajo y la razón. El pensar y el saber ancestral, en todos
los espacios y los tiempos, tienen sustrato, referencia y cimentación en
los tres ámbitos de la realidad.

Pero sí ponen énfasis en la primacía de la realidad natural. Desde esta


postura, en un conducir el vivir y el trabajar comunitario, comunican que
la realidad queda sujeta en su existencia, operación y expansión a tres
jerarquías: NUNA LLALLAWA MAQAWI TUKUY IMA KAQ QISPICHIQ
PAQARICHIQ (el Creador, el Espíritu Supremo o la fuente causa origen
de todo lo que existe); PACHA TAQPI RUNAPA TAYTAN MAMAN
TUTAPUNCHAW UKUMPI, CHAWPIMPI, HAWANPI CHAYNATAQ
MUYUKUYUYNIMPI TUKUY KAYKUNATA QUNKU KAWSANAMPAQ
50

WIÑANAMPAQPAS (la Naturaleza y el Universo que es el padre y la


madre del ser social que día y noche en su interior, en su centro, en su
exterior y en sus movimientos conceden todo cuanto requiere para vivir
y desarrollarse); ÑAWPAQ TAYTAKUNA MAMAKUNA CHAYNATAQ
KUNANKUNALLA KAYPILLA MAMAKUNALLA TAYTAKUNALLA
YUMARUCHURICHIKUQKUNA (los ancestros y los progenitores). En la
cosmogonía primigenia y el mito fundacional, el ser social, surge y
persiste sostenido por las tres jerarquías. Se trata de los tres progenitores
insustituibles, irrevocables e innegables. Para las poblaciones diferentes
y opuestos a los pueblos originarios esta certeza es considerada una
locura, una superchería y una superstición. Con estas tres jerarquías y
progenitores, los pueblos originarios, comprenden la morfogenética, la
taxonomía y la arquitectura universal. De donde manifiestan que el ser
social es una existencia derivada, un dependiente total y un componente
de la globalidad existencial.

Quienes no llegan a entender las tres jerarquías en que cimientan su vivir,


laborar, pensar, creer y saber los pueblos originarios, con ínsulas de
originalidad, blandiendo las doctrinas clasistas expresan que son
adoradores de los dioses, los demonios y las entidades múltiples. Acusan
de idolatría y politeísmo. Para disipar esta entelequia conviene mencionar
una regla ancestral: ÑUQALLANCHIKQA MANALLAM KAYPIPAS,
MAYPIPAS, WAKPIPAS, HUKLAWPIPAS UTAQ HAYKAPAS
YUPAYCHAKUNCHIKCHU LLAPA IMALLA RURASQANCHIKUNAPA
APARIKUCHISQANKUNATA NITAQ KUYAWAYLLUNCHIKPASCHU
MUNAKUYNINCHIKPA MUSYASQANTA (nosotros y nosotras no
adoramos aquí, allá, en otros lugares o en cualquier instante los que
resultan de nuestras acciones y los que presentan nuestros deseos).
IÑINCHIKQA, YUPAYCHANCHIKQA, KUYANCHIKQA ICHAQA AÑAY
APUCHAKUNCHIKQA NUNALLATAM LLALLAWA MAQAWITAM
CHAYNATAQ PACHA TAQPITA (creemos, adoramos, amamos y
agradecemos al Espíritu Supremo, Llallawa Maqawi así también a la
Naturaleza y el Universo).

INTITA, KILLATA, CHASKATA, QUYLLURTA, URQUTA, QAQATA,


YAKUTA, NINATA, ALLPATA, SACHAKUNATA, UYWAKUNATA,
CHIRAPATA, LLIPIATA, ILLAPATA, QUCHATA UTAQ WAYRATA
KUYANCHIK, QATINCHIK, MAÑAKUNCHIK, YUPAYCHANCHIK
CHAYNAPAS APUCHAKUNCHIK AÑAKUSPA PAYKUNA KAYLLAYTA,
KAWSAYTA, ALLIN KAYTA, WIÑAYTA, MIKUYTA, UPYAYTA,
51

ACHKAYAKUYTA CHAYNAPAS UYWAKUWASQANCHIKRAYKUM


(amamos, seguimos, pedimos, respetamos, veneramos y brindamos
nuestra gratitud al sol, la luna, las estrellas, los cerros, las rocas, el agua,
el fuego, la tierra, la vegetación, los animales, el arco iris, los relámpagos,
los rayos, las lagunas y al aire por darnos la fuerza, la vida, la salud, el
desarrollo, la comida, la bebida, la multiplicación y la protección).
PAYKUNAQA MANAM RURASQANCHIKCHU ICHAQA PAYKUNAPA
QISPICHISQANMI KAKUNCHIK (ellos no son nuestras obras, pero sí
somos generados y conservados por ellos).

Tal es la dinámica de los pueblos originarios que no entienden, reconocen


y respetan los seguidores de las instituciones eclesiásticas y las
agrupaciones religiosas. El animismo, el totemismo, el vitalismo, el
naturalismo, la magia primigenia, el realismo y el colectivismo que
conforman el panenteísmo no abraza y propaga el fetichismo. Éste es un
rasgo exclusivo del modo de producir clasista. El fetichismo, siempre
mostrado y externado en una diversidad de seraficaciones o entidades
vivificadas, fomenta el arrodillarse, el postrarse y el hincarse ante la obra
de las manos o frente a los resultados del trabajo y el razonamiento. Tal
suceso y acontecimiento no ocurre en los pueblos originarios. Eso sí
ocurre un acontecimiento especial: los diferentes contenidos y
componentes de la Naturaleza y el Universo considerados fundamentales
en la generación, el fluir y en la conservación de la vida son amados,
respetados, cuidados y enaltecidos. Porque esos los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo siguen operando tal cual
sucedieron en la conformación del ser social. Honrar, agradecer y
glorificar al sol, la luna, las estrellas, las rocas y a las demás existencias
no pueden ser idolatría y politeísmo. Simple y llanamente es el
reconocimiento de la visibilidad del ser único supremo que es fuente,
causa y origen de todo. Si alguien entiende la palabra ELOHIM del
judaísmo, y no la trinidad del cristianismo, podrá comprender lo que es la
confluencia y la sincronía entre LA UNICIDAD Y LA MULTIPLICIDAD. Uno
y muchos, la singularidad y la pluralidad, la individualidad y la
multilateralidad prevalecen.

Es importante señalar que los atacantes de los pueblos originarios de ser


estacionarios, conservadores, renuentes al cambio y enemigos de las
innovaciones tendrán que combatir dos postulados ancestrales:
ÑAWPAQMANTAM HAMULLANCHIK MUYUYWAN, KUYUYWAN,
TIKRAKUYWAN, MUSUQYAYWAN, ACHKAYAYWAN CHAYNATAQ
52

HATUNYAYWAMPAS UTAQ PUSAKUYKUNAWAQ (desde el lejano


pasado venimos con el movimiento, el desplazamiento, la transformación,
la renovación, el ensanchamiento y a la vez con el engrandecimiento y el
enrumbamiento); KAYLLAMANQA CHAYAMUNCHIKQA KAWSAY
WIÑAYPI HUÑUSPALLA CHULLALLA HUKLLA KAYLLAPIM
CHAYWANMI PAQARINMAN RISUNCHIK (llegamos hasta aquí
viviendo y expandiéndose en el estar unidos, mancomunados y enlazados
dirigiéndose al porvenir en esa situación). Aquí se tiene la visión ancestral
del avance, las innovaciones, las transformaciones, las construcciones,
los desarrollos y las ascensiones.

Los dos postulados o criterios ancestrales señalan con claridad y


contundencia que la realidad en su triple modalidad es dinámica,
cambiante y en proceso de complejización y entretejimiento mayor. Sin
embargo, la realidad a pesar de las transformaciones, las modificaciones,
las ramificaciones y las expansiones, se sujetan a cuatro procesos,
sistemas y operaciones: la conservación, la continuidad, la persistencia,
la resistencia, la replicación, la multiplicación y la perpetuidad; la
flexibilidad, la selectividad, la jerarquización, la desigualdad, la
integración y la sincronización; la conglomeración, la aglutinación, el
concatenamiento, la interrelación, la interpenetración, la coexistencia, la
codependencia, la corresponsabilidad y la compactación; el desarrollo, el
avance, el salto, la trascendencia, la expansión y la ascensión.

El devenir marca el pensar y el saber ancestral. Una regla ancestral


contiene y posee el arco direccional del fluir de la vida:
PAQARIMUSQANCHIKMANTAM HAMUKUNCHIK, CHAYAMUNCHIK,
RIPUNCHIK CHAYLLANATAQ YAYKUKULLANCHIK MAYMAN
RISQANCHIKMAN (desde que surgimos y aparecimos venimos,
llegamos, avanzamos y entramos al destino meta). En la visión antigua
de la vida, la realidad delimita el origen y el destino del ser social,
imponiendo un largo o corto trayecto a recorrer. Estas son las dos lejanías
que encasillan, condicionan y determinan el avance. Esta es una de las
pautas importantes de los pueblos originarios: saben de donde vienen y
a donde se dirigen. Los pueblos originarios no andan, no viven y no
trabajan en el desorden, la desesperanza y la orfandad; porque la gran
familia universal siempre permanece a su lado, en su interior y en su
exterior. Para los pueblos originarios el avance siempre es hacia delante,
lo nuevo y lo superior. La postura clasista de un paso adelante y dos pasos
atrás no rigen en el colectivismo primigenio. Porque el caminar al frente,
53

dando la vuelta y girando siempre va a un destino. En el pensar y el saber


ancestral no existe el retroceso. Solamente se presentan las demoras, los
desvíos, los impedimentos, las complejizaciones, los obstáculos y las
tentativas de paralización. Pueden haber postergaciones, pero jamás el
estancamiento. En la concepción del mundo clasista, el objetivo de evitar
el fin de la transitoriedad histórica del modo de producir clasista, deviene
en los eventos de perpetuación y petrificación del orden social opresor.

En el pensar y el saber de los pueblos originarios, la realidad, opera con


el movimiento en trece direcciones: UKU (interior), HAWA (exterior),
WAQTA (lados), URKU ÑAWPAQ (frente o delante), QIPA (atrás),
HANAY (arriba), URAY (abajo), CHAWPI (centro), SAYASQAY (donde
me paro), HANAHATUNKAY (lo alto), KAY (cerca), KARU (lejanía) y
MUYURINA (giro y vuelta). La realidad en las sapiencias ancestrales es
multivariada, polimodal, multilateral y polidireccional. CHAKANA (la cruz)
muestra las intersecciones existenciales dentro estas direcciones. La
triada y la cuaternaria son trascendidas en la racionalidad mítica de los
pueblos originarios. La verticalidad, las transversalidad y la horizontalidad
quedan traspasadas, opacadas y trascendidas con el desarrollo desigual
en sincronización e integración. La fitorítmica y el dendrocentrismo de los
pueblos originarios señalan a la realidad emergiendo y penetrando a la
profundidad, elevándose a lo alto y ensanchándose en un girar los
trescientos sesenta grados. Donde la alternancia del día y la noche, la
cronología universal, muestra al devenir siempre nuevo. Cada nuevo día
es un entrar a sucesos, eventos y situacionalidades nuevas, renovadas y
sorpresivas. La realización de las mismas acciones cotidianas siempre
acontecen con diversas novaciones, adecuaciones, modificaciones y
ampliaciones.

Para los pueblos originarios, pisar firmemente en la tierra y estar


totalmente anclados a la realidad, conllevan tres sucesos de impactos
duraderos: PURIYQA, RIYQA UTAQ PAQARIYQA ÑAWPAQ, KUNAN
CHAYNAPAS HAMUQ RIQISIYMI, CHASKIYMI CHAYNATAQ
RIKUYMI (caminar, desplazarse y recorrer es ver, reconocer y recibir el
pasado, el presente y el porvenir); KAWSAYQA MANAMÁ HUKLLAPI
QIPAYCHU NITAQ TARIKUYCHU (vivir no es estar y hallarse en el
mismo estadio, sitio y condición); ACHKAKUYQA, HATUNYAYQA
CHAYNATAQ WIÑAYQA KAYKAMUN ÑUQAYKU ÑUQANCHIKWAN
TINKUSPA KAWSAPTINCHIKMI (la multiplicación, la grandeza y el
desarrollo acontecen cuando nosotros y todos nosotros vivimos
54

enlazados, concatenados y mancomunados). La exclusividad y la


inclusividad colectiva son parte de la realidad. La colectividad en las reglas
ancestrales contienen esa doble modalidad vivencial: la totalidad
particular y la totalidad global. Ambas forman la universalidad. La
exclusividad no acontece la discriminación, la polarización, el
antagonismo y la enemistad. Son procesos comunitarios que acontecen
la unicidad orgánica particularizando. La dinámica interna y externa de
los pueblos originarios suceden, acontecen y operan con la combinación
de la exclusividad y la inclusividad. Porque es la manera de diferenciar sin
oprimir, sin lastimar, sin desechar y sin causar perjuicios.

En la racionalidad mítica, el conocimiento de la realidad, no puede


efectuarse saliendo de ella y colocándose encima. Interpretar la realidad
en el pensar y saber ancestral no presume ni exige la competencia en las
ramas de la ciencia, sino las virtudes y las bondades del ver, el discernir,
el identificar y el nominar. Porque la validez, la pertinencia y la certeza
de una idea, un pensamiento y de una regla se determina con la
percepción y la comprensión del fluir de la vida desde el vivir, el laborar
y el desplazarse. Los pueblos originarios, en vez de traducir su
interpretación y nominación a categorías y teorías, conforman su visión
de la universalidad existencial en obras, construcciones, artes,
instrumentos, símbolos, artesanías, trazos, figuras, señalamientos,
indumentarias, utensilios, movimientos, conglomeraciones y caminatas.
La realidad en el saber ancestral no aparece en condición de reflejados,
figurados y determinaciones abstractas. La realidad natural por constituir
la base permanente del vivir, en la cosmogonía primigenia y el mito
fundacional, queda reproducida, representada y replicada en otra
realidad: la mezcla y la combinación de los contenidos y los componentes
de la Naturaleza y el Universo que devienen en el aseguramiento de las
condiciones materiales del existir.

Para los pueblos originarios, el pensar y el saber, siempre son constantes


interpretaciones de la fuente primaria. Las réplicas y las reproducciones
concretadas en otra realidad que ya son derivadas, elaboradas y
construidas, aparte de conformar el haber cultural, exigen no la
memorización y la repetición, sino una interpretación con las
realizaciones, las transformaciones, las construcciones y las operaciones.
Puede decirse que la racionalidad de los pueblos originarios es
exclusivamente procesual, operativa y aplicada. Las disciplinas antiguas
quedan asentadas en la diversidad de las creaciones y las producciones.
55

Quienes estudian la realidad social de los pueblos originarios, en vez de


buscar documentos y textos sagrados, tienen que aprender a ver, percibir
e interpretar las producciones, las manifestaciones culturales y las
expresiones artísticas por una parte, y por la otra, saber penetrar a las
profundidades de los cerros, las rocas y los territorios comunitarios. Las
dos modalidades de la existencia de la materia: orgánicas e inorgánicas,
bióticas y abióticas, grandes y diminutos o visibles e invisibles contienen
y esconcen los misterios.

En la racionalidad de los pueblos originarios los hechos no hablan por sí


mismos ni las palabras son poderosas. Solamente la universalidad y la
globalidad existencial, por seguir conservando y generando la savia de la
vida, habla de formas múltiples, posee la energía y contiene la potencia.
Por eso, los pueblos originarios, jamás consideran convertir las palabras
en actos, movilizar las ideas en hechos, saltar de la teoría a la práctica o
pasar del discurso a las obras. YACHAY en las colectividades andinas
no es solamente el pensar, el razonar, el conocer y el saber, sino
principal y primariamente el vivir y el estar localizado. Esta palabra
no tiene significados distintos, porque denota y connota la integralidad
del ser en el estar. Es un término que correlaciona las trece direcciones,
las tres jerarquías, las tres modalidades de la realidad y muestra la
situacionalidad.

La racionalidad mítica reconoce que la realidad existe en dos formas: la


que no es generada, creada, formulada, producida y construida por el ser
social; la que es la creación, la construcción, la instalación y el
establecimiento del ser social. La primera forma, donde queda ubicada el
ser social, es el progenitor de la humanidad. Porque desde sus
interioridades y de su combinación emergió y sigue persistiendo. La
segunda forma es la sociedad, la historia y la civilización. Cada forma
tiene su dinámica, pero es la primera la que determina, condiciona y
delimita a la segunda. La realidad natural, histórica o racional es una
complejidad por estar entramados, jerarquizados e interconectados.
Suceden, operan y acontecen con cuatro dinámicas: RAKIY, HUÑUY,
CHAPUY, TIKRAY, MUSUQYAY CHAYNATAQ HATUNYAY (separar o
diferenciar, unir o integrar, mezclar o combinar, cambiar o transformar,
renovar o innovar y ensanchar o expandir); CHURIYAKUYUMAY,
ACHKAKUY, CHIQIRUY, YANAPANAKUY, UYWAKUYANAPAKUY
UTAQ PUSAKUNAKUY WIÑAKAWSAKUYPI (replicarse, multiplicarse,
diseminarse, solidarizarse, protegerse y encauzar o dirigir en el vivir
56

expansivo); HUKUNCHAKUY, KUSKACHALLAKUY, SAPAKUYLLAY,


SINCHIKUY UTAQ UCHQIRINALLA (la conglomeración, la
consustanciación, la exclusividad, la prolongación y la disparidad);
UKUNYAY, HAWANYAY, KAYKUYLLAY, KARUNLLAY, YAYKUKUY,
LLUQSIKUY, KICHARIY UTAQ PAKARUY (interiorizar, externar,
acercarse, alejarse, entrar, salir, abrir y cerrar).

En la racionalidad de los pueblos originarios, la realidad, aparece y se


presenta siempre como proceso, sistema, aglutinación, enlazamiento e
intercomunicación. Donde no hay soledad, asilamiento y discriminación.
Tampoco emerge la igualdad, el equilibrio, la linealidad, la ciclicidad, la
inmovilidad y la inacción. Para mostrar esta certeza, la conducción del
colectivismo andino, en forma insistente manifiesta: QAMKUNALLAYÁ
QAWACHILLAWAYKU MAYPITAQ, KUNAMPITAQ, IMANASQATAQ
UTAQ HAYKAPAS LLAPAKUNA KAQ CHAYNAHUKLLA KASQANTA
(ustedes déjennos ver dónde, ahora, por qué y cuándo lo que existe es
del mismo parecer, tamaño y condición). ICHAQA ÑUQAYKUQA
URQUPA UMAMPI SAYASPAM, TIYASPAM UTAQ PURISPAM
QAWACHIKUYKICHIK IMAYNALLAM MAYUKUNA RISQANTA,
IMAYNATAM YAKU PURISQANTA, IMAYNAKUNAM URQUKUNA
MASTAKUSQANTA CHAYNALLATAQ LLAPALLA KAQKUNALLA
IMAYNAM TARIKUSQANTAPAS (nosotros y nosotras parados,
sentados y caminando en la cima de los cerros mostramos cómo surca el
río, cómo fluye el agua, cómo los cerros se extienden y cómo todo cuanto
existe se encuentra).

PARAWAN, LASTRAWAN, CHIRIWAN, WAYRAWAN, PUYUWAN,


RITIWAN, RANKACHUWAN, RUMIWAN, QAQAWAN, ALLPAWAN,
SACHAWAN CHAYNATAQ URQUKUNAWAN YACHAKAWSASPAM,
TINKUSPAM UTAQ MUYURIKUSPAM RIQSINCHIK, RIKUNCHIK,
YANCHANCHIK, HAPINCHIK, TARINCHIK, PURINCHIK PAYRIPAS
WIÑALLANCHIK (conviviendo, encontrándose y rodeados con la lluvia,
la granizada, el frío, el viento, la nube, la nieve, la escarcha, la piedra, la
roca, la tierra, la vegetación y con el cerro identificamos, miramos,
sabemos, agarramos, encontramos, caminamos y logramos
desarrollarnos). Es la inseparabilidad del ser social de la realidad en que
se localiza, vive, trabaja y razona. La realidad en la racionalidad mítica es
una en su surgimiento y presencia universal, pero diversa,
variada, múltiple y diferente en sus replicaciones, manifestaciones,
realizaciones, nexaciones, avances y prosecución. Donde la complejidad,
57

lo intrincado, lo entretejido y lo compacto singulariza a la universalidad


existencial. Lo simple no existe, pero sí la complejidad simple, menor y
siempre ascendente. En la cosmogonía ancestral, la visión de la totalidad
y la universalidad existencial, el pensar, el saber y el creer consisten en
asimilar, percibir, recibir y poseer la energía inagotable de la Naturaleza
y el Universo. Porque se trata de descubrir, hallar y encontrar en la lucha
por la vida y la subsistencia los misterios, las maravillas, los secretos, los
enigmas y lo oculto que hay en las interioridades, las profundidades y en
el proceso expansivo de la Naturaleza y el Universo.

Los pueblos originarios no asumen ni poseen una concepción mecanicista


de la Naturaleza y el Universo. En la cosmogonía primigenia, cuatro
periodos concatenados que muestran la multilateridad y la
multimodalidad, guían el rumbo: el origen, el desarrollo, la
transformación y el destino. Estos cuatro periodos son eventos
personales, comunitarios y globales. Son procesos de ascensión,
escalamiento y saltos hacia el porvenir, un estadio y una dimensión nueva
del existir. Tales sucesos y acontecimientos forman el arquetipo vivencial.
Es la forma de asir el devenir dentro del organismo gigante en
permanente complejización, replicación, transformación y expansión. La
razón mítica y la conciencia colectiva, desde los inicios del colectivismo,
comunican el organicismo, el vitalismo, el naturalismo y el realismo.
Percibir, interpretar y asimilar la Naturaleza y el Universo como ser
viviente es la sapiencia ancestral. Para asumir esta posición reconoce un
hilo unificante y conducente de todas las estructuras, todos los procesos,
todos los sistemas, todas las existencias y todas las formas del ser en el
estar: LLAPATUKUY IMALLA KAQKUNAQA, KAYKUQA, TARIKUQA,
KACHKAQ UTAQ KAWSAQA QISPIRINKUM, YACHAKAWSANKUM,
WIÑANKUM, TIKRAKUNKUM, ACHKAYAKUNKUM, CHIQIRINKUM,
HATUNYANKUM, MUSUQYANKUPAS CHAYNATAQ PAQARINKUPAS
ATIYWANMI KALLPALLAWANMI (todo cuanto es, está, existe, se
encuentra y vive surge, emerge, se encuentra, se desarrolla, se
transforma, se multiplica, se desparrama, llega a ser grande, se renueva
y avanza al porvenir con la fuerza, la potencia y la energía). Toda la
universalidad existencial se expande y avanza desde la unicidad en la
multiplicidad y por la multilateralidad.

58

III
FORMA DE RAZONAMIENTO
ANCESTRAL

Las diferentes sapiencias disciplinarias, las ramificaciones o las


especializaciones de la ciencia, distinguen el razonamiento, el
pensamiento y el conocimiento asumiendo que son ámbitos, campos y
aspectos autónomos que operan de modo separado e independiente. Tal
ocurrencia no existe en la racionalidad mítica de los pueblos originarios.
El término YUYARICHAYKUNA (vivir, pensar, saber, creer, recordar,
meditar y ascender) engloba la operatividad orgánica que se expresa, se
manifiesta y se procesa en el cerebro. Porque razonar en la perspectiva
ancestral es ver, percibir, recibir, asimilar, procesar, conocer, saber,
aprender, creer y aplicar. De ninguna manera consiste en captar, asir y
atrapar la realidad con las categorías, las teorías y las concepciones. Los
pueblos originarios no buscan ni pretenden encajar la universalidad
existencial en los mapas conceptuales, las teorías y las categorías. Son
afirmaciones de las certezas cósmicas, biológicas o de los contenidos y
los componentes de la Naturaleza y el Universo en un lenguaje naturalista
y animista. Son expresiones alegóricas de las diversas complejidades que
encuentra en la universalidad del ser en el estar.

En los pueblos originarios, el proceso cognoscitivo, sucede con el ser en


el estar. A diferencia del pensar clasista que considera la presencia de una
premisa para emitir un juicio y llegar a una conclusión, las poblaciones
nativas, desde su localización ejercitan la apropiación vivencial de la
realidad. La ciencia en cualquiera de sus disciplinas, aparte de inculcar la
operacionalización de las teorías en boga, reconoce que todo que lo existe
se halla sometido a las leyes al margen de la conciencia del ser social.
Esta postura si bien admite la correlación de génesis-causa-origen con el
proceso-sistema, por su raigambre reflexionista, se queda en la búsqueda
de la representación verdadera de la realidad o en hallar la esencia de los
fenómenos, las existencias y las situaciones. El pensamiento clasista cae
en un craso problema: concede la primacía y la independencia a la razón,
59

pero en la dinámica gnoseológica pretende dar la centralidad a la práctica.


So pretexto de superar al empirismo, el materialismo vulgar, el idealismo
y la metafísica considera que razonar, pensar y conocer es el tránsito de
la contemplación viva al pensamiento abstracto. Las concepciones del
mundo confieren especial operatividad a las leyes propias del
pensamiento. En este proceder se apoya la actividad científica. La
elaboración conceptual del contenido aprehendido en la percepción y la
representación es la operacionalidad.

La postura clasista, siempre en sus dos vertientes: el idealismo y el


materialismo, impulsa el razonamiento y el conocimiento bifurcado y
escindiendo la morfogenética universal en forma y esencia, fenómeno y
contenido, apariencia y concreto, y, adjetivo y sustantivo. Esta manera
de poner en movimiento al cerebro es negar precisamente el proceso de
operación del organismo. El ejemplo claro se halla en sistema circulatorio:
la presión diastólica y sistólica del flujo sanguíneo, la producción y la
disipación del calor, la coagulación y la anticoagulación, las sustancias
que contraen y relajan los vasos sanguíneos, la atracción y la
diferenciación de las hormonas, y, los antígenos y los anticuerpos de las
respuestas inmunológicas que operan de modo sincronizado, armonioso
e incesante. La regla ancestral que existe en las colectividades andinas
expresa esta certeza: ÑUQALLANCHIKUNAPA KURKUCHANCHIKQA
QARAWAN PAKASQAM TARIKUN ICHAQA CHAYQA MANAN
AYCHAMANTA, TULLUMANTA, UKUNCHIKMANTA, UMAMANTA,
SUNQUNCHIKMANTA, SAMARIKUYMANTA, WIÑAYKUYMANTA
UTAQ KAYNINCHIKMANTA RAKIKUSQALLACHU TARIKULLAN
YAWARNILLANCHIK PARQUWASQANCHIKRAYKU (nuestro cuerpo
está cubierto por la piel, pero eso no significa que se halla desprendido y
separado de nuestra carne, los huesos, nuestro interior, la cabeza, el
corazón, la respiración, el desarrollo o del vivir por estar regada por la
sangre).

En esta afirmación queda asentada cuatro modos del ser en el estar:


HUKLLA TUKUY IMAKUNA KAQKUNAWAN KAWSAKUY (vivir en la
unicidad con todo lo que existe); MAYPIPAS TARIKUY MANA SAPALLA
(no encontrarse y hallarse solos en cualquier lugar); KAWSAKUYLLA
QATAKUYKUSQA (vivir amparado, protegido, cubierto y defendido);
ACHKAKUNAWAN MUYUSQA, APASQA UTAQ UYWASQA TARIKUY
(estar rodeados, conducidos y ayudados por la diversidad y la
multiplicidad). La racionalidad, el pensar y el saber, tiene lugar precisa y
60

exactamente con los modos del ser en el estar. En los pueblos originarios
no se anteponen a las ideas, los conocimientos y las teorías para ejercitar
el razonamiento. Tampoco se colocan en primer plano a las cosas y los
objetos, sino a la totalidad existencial universal. El ser en el estar siempre
está presente y operando. La materia, la materialidad existencial y la base
firme del vivir se encuentran en el primer lugar.

La racionalidad, por ser una de las formas de la subjetividad existencial,


depende del ser ubicado, localizado y conglomerado específicamente.
YACHAYQA, YUYARIYQA, YACHARUYQA UTAQ YACHACHIYPAS
MANAM ÑUTQULLAPA RURAKUYNINCHU ICHAQA SUNQUPA,
MUNAYPA, ATIYPA, KUYAYPA, WAYLLUYPA, PURIYPA, MUYUYPA,
CHIMPAYPA CHAYNATAQ PAWAYPA HUÑURIKUSPA YAWARWAN
CHAPUKUSPA UMAÑUTQULLATA KANCHARICHIYMI RURAYPI
RURAYPAQ (razonar, recordar, saber, aprender y enseñar no es obra
solamente del seso, sino de la confluencia del corazón, la voluntad, el
deseo, la capacidad, el sentimiento, la familiaridad, el desplazamiento, el
movimiento, el tránsito y el salto que se mezclan con la sangre para
despertar y poner en acción a la cabeza, el cerebro y el seso). Tal postura
se opone al clasismo que sostiene que el razonamiento diferencia y
distingue al ser social de las demás existencias. Ni los sentimientos ni las
racionalidades son los distintivos de ser social.

Razonar en los pueblos originarios sucede con dos guías: las existencias
que son anteriores y superiores al ser social que señalan su estructura,
lugar, rol, importancia, cercanía, lejanía, avances y extensión; las
vivencias, las experiencias, las experimentaciones, las relaciones, las
acciones y los resultados que muestran la operatividad del ser en el estar.
Los pueblos originarios, por esta razón, no vagan y deambulan en el
mundo de los conceptos. Las dos guías conforman los medios hábiles, los
mecanismos adecuados y los procedimientos oportunos para pensar,
creer y saber. Precisamente porque responden a la necesidad concreta de
asimilar, comprender, entender y comunicar la realidad en su globalidad,
singularidad, situacionalidad y operacionalidad. YACHAYQA PACHAPA
TAQPIPA LLAPA PUNKUNKUNATA KICHASPA YAYKUYMI (pensar,
razonar, saber y conocer es abrir y penetrar todas las puertas de la
Naturaleza y el Universo). KAYNINCHIKMI KAYKUKUYNAPIQA
ATICHIWANCHIK PUNKULLA KICHASPA YAYKUYTA (nuestro ser en
el estar nos permite abrir y entrar las puertas). Sin entrar, sin penetrar,
sin viajar, sin introducirse y sin moverse en los pueblos originarios no
61

sucede ni acontece el razonar. El problema que enfrenta el ser social es


uno: cómo debe, tiene y puede entrar a las profundidades de sus tres
progenitores, las tres jerarquías y los tres mayores envolventes. A la que
acompaña otra situación: cómo salir de esta localización para adentrarse
en las lejanías, las interrelaciones intersiderales y los otros mundos
desconocidos. Entrar y salir, no es una binaridad sino una dialéctica
situacional, es el dilema, la disyuntiva y la paradoja existencial.

Quienes plantean el razonamiento como un proceso de apego a los


conocimientos ya dados, a pesar que pueden tener abiertos los ojos a la
realidad, no tienen la facilidad y la posibilidad de identificar las puertas.
En la cosmogonía primigenia y el mito fundacional de los pueblos
originarios, la Naturaleza y el Universo, son porosas, llenos de agujeros,
repletas de ranuras y traspasada por filtros por donde se puede
adentrarse en su profundidad, interioridad o viajar a los mundos lejanos.
ÑUQANCHIKQA TARINCHIKMI TAYTA MAMAPA UNKUNMAN
YAYKUYTAQA UTAQ KARULLANMANPAS RIYTAQA WASPIPA
LLUQSIYNINWAN, YAKUYAPA YAYKUYNINWAN, WAYRALLAPA
MUYUYNINWAN, PUYUPA PURIYNINWAN, QAQAPA UCHKUNWAN,
URQUPA RAKIKUYNINWAN, SACHAQURAPA WIÑAYNINWAN,
TUQUMACHAYKUNAPA KICHAKUYNINKUNALLAWAN, ACHKIYPA
PAWAYNINWAN, NINALLAPA RUPAKUYNINWAN, PACHAPA
ARIQKUYUYNINWAN CHAYNATAQ LLAPA TUKUY KAQKUNAPA
QAPARIYNINWAN (nosotros y nosotras hallamos penetrar al interior o
salir a las lejanías de nuestra madre y padre con el emerger de los vapores
y los gases, el fluir y el entrar del agua, el desplazarse del viento, el
moverse de las nubes, las ranuras de las rocas, la separación entre los
cerros, el crecimiento de la vegetación, las aberturas de las cuevas, el
volar de la luz, el flamear del fuego, el sacudimiento de la Naturaleza y la
tierra, y, con el grito de las existencias).

YACHAYQA, YUYARIYQA, MUNAYQA, RIMAYQA CHAYNATAQ


SUYAYQA TUKUY LLAPA IMAKUNALLAQA TARIKUQ KAQKUNAWAN
TINKUYKUYPI RIMARINAKUYMI (el razonar, el saber, el recordar, el
desear, el sentir, el hablar y el esperar es encontrarse, interactuar y
confrontarse comunicándose con todo lo que es y existe). Sin este
proceder, en los pueblos originarios, no existe ni acontece el razonar, el
conocer y el aprender. El razonar no es un estado mental ni un emerger
de la subconciencia, sino un relacionarse con las existencias en un proceso
de interlocución circunstancial, contextual, pasajera o duradera. Razonar
62

en las reglas ancestrales no consiste en plantearse hipótesis,


preposiciones y suposiciones que deben verificarse, controlarse y
demostrarse. Al razonar y pensar, los pueblos originarios, en vez de
ubicar con los conceptos y las definiciones a las existencias, con el mirar
minucioso de todo cuanto existe dejan que ellos externen-visibilicen sus
formas, contenidos, componentes, funciones, concatenaciones, avances
y conglomeraciones. La clásica operatividad del quehacer científico: los
métodos y las técnicas, el marco teórico referencial, el paradigma que
orienta la lectura de la realidad y los datos de la experiencia no configuran
el comportamiento racional de los pueblos originarios. Razonar o
interpretar el contexto general, las circunstancias particulares, los
eventos naturales universales, los procesos sociales, los eventos
geológicos y los fenómenos cotidianos significa movilizar a la totalidad
orgánica, donde el vivir, el uso de los sentidos y el actuar impulsan la
confluencia de los fines y los medios en la existencia.

En los pueblos originarios, razonar o pensar y saber, implica


consustanciarse, desde la coexistencia y la codependencia, con la
universalidad existencial y con cada contenido y componente de la
Naturaleza y el Universo por un parte, y por la otra, con los resultados del
vivir y el trabajar. En vez de diferenciarse y distanciarse, admitiendo la
familiaridad, entran a la identificación y la sincronía. Con este proceder
no confunden ni diluyen a las existencias por conocer, descubrir y
reconocer. Pero rompen cualquier trabaja, impedimento y cerrazón al
vivir, el pensar, el saber y el trascender. YACHAYKUNAQA TARIKUNMI,
RIKURINMI, CHAYARAMUNMI, YUYACHAKUNMI, CHIQIRINMI,
RURARICHIKULLANMI CHAYNALLAPAS MUSUQYAKULLAMPAS
ACHKAYAYWAN ÑAWPAQMANTA HAMULLASPA PAQARINMAN
KAWSAWIÑAYPI RIYPIM (la racionalidad existe, surge, llega, queda
en la memoria, se esparce, acontece y se renueva ensanchándose con el
ir en el vivir y el madurar del pasado al porvenir).

ÑUQALLANCHIKUNAQA YUYARIYACHARIKUNCHIKMI ÑAWPAQ


TAYTA MAMANCHIKUNAPA KAWSASQANTA WIÑAKUSQANTA
QATILLASPAM, RURAKUSPAM, WAQAYCHASPAM, PUSAKUSPAM
CHAYNAPI MANALLA MAWKAYANAMPAQ (nosotros y nosotras
razonamos, pensamos, conocemos y recordamos siguiendo, realizando,
cuidando y enrumbando el vivir, el crecer y el avanzar de los primeros
padres y madres para que de esa manera no lleguen a envejecer). La
continuidad histórica es determinante para los pueblos
63

originarios. Son tres las instituciones que vienen con los pueblos
originarios desde los comienzos del poblamiento del Planeta: la familia
que garantiza la perpetuidad de la especie, la colectividad que sostiene al
orden histórico y el sistema de producción que garantiza la seguridad
subsistencial. Los dos modos de producir que se conocen, el aclasismo y
el clasismo, operan con las tres instituciones. Cada modo de producir tiene
el estilo particular de organizar, conducir y avanzar.

Dentro de la continuidad histórica hay que ubicar la persistencia con


resistencia de los procesos culturales, las producciones artesanales, las
expresiones artísticas y las relaciones u operaciones económicas de los
pueblos originarios. La racionalidad ancestral sigue operando con las
reglas antiguas, pero admitiendo la penetración de los conocimientos
sistematizados, acumulados, autorizados y en constante ramificación. El
pensar y el saber de los pueblos originarios puede llamarse la ciencia total
por cuatro motivos: MANAM RAKINCHU KAWSAYTA, LLAMKAYTA,
KUYAYTA UTAQ MUNAYTAPAS (no separa el vivir, el laborar, el amar
y el aspirar); MANAM TAKAKUNCHU NITAQ CHIQNICHINCHU
ÑAWPAQ, KUNAN UTAQ PAQARIN KAYTA (el pasado, el presente y el
porvenir no se enemistan); MANAM KARUNCHAKUNCHU NITAQ
PAKIRUNCHU MUSCHIKUYKUNATA, KAMAYPAWQANATA, IÑIYTA,
ALLINKUSAKUYTA, SUMAQÑAKUNALLATA, HAMPIKUYKUNATA,
RIQSIYKUNATA UTAQ RIMAYKUNATAPAS (no aleja ni fragmenta la
economía, la política, la religión, la moral, la estética, la medicina, la
identificación y la comunicación); MANAM PAKANCHU NITAQ
UYANCHALLANCHU UKU HAWA, KAY KARU, ÑUQANCHIKPA
HUKUNAPA, UCHUYLLA HATUNLLA, YAWARNIYUQ MANALLA
YAWARNIYUQ, YAYKUY LLUQSIY UTAQ RIY HAMUYTA (no esconde
ni antagoniza el interior y el exterior, la cercanía y la lejanía, el nosotros
y los demás, lo diminuto y lo grande, el que tiene sangre y el que carece
de ella, el entrar y el salir o el ir y el venir).

La racionalidad mítica, por su visión global y su consideración holista, es


una condensación procesual del vivir, el laborar y el avanzar. Quienes
viven dentro de la órbita del kapital y las mercancías, siempre operando
la parcialización de las sapiencias disciplinarias y sustentados en el
tecnologismo, no pueden entender y menos asumir el pensar y el saber
ancestral. Porque todas las reglas ancestrales, las labores y las acciones
de los pueblos originarios contienen la convergencia y la correlación de
las distintas disciplinas del conocimiento. Por ejemplo, la producción
64

artesanal involucra el diseño, el modelaje, el dibujo, la pintura, la


arquitectura, la metalurgia, la agronomía, la ganadería, la ingeniería
forestal, el tejido y otros saberes-actividades que son propias de la
industria. En los pueblos originarios no existen saberes aislados,
independientes y autónomos. La complejidad sapiencial sucede en la
medicina ancestral y la gastronomía. Son verdaderas combinaciones de
los recursos disponibles, las existencias o los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo. Son procesos complejos en
donde se efectúan con maestría el análisis y la síntesis sin separar, sin
dividir y sin independizar.

En los pueblos originarios se vive, se razona y se cree sobre la


base y el fundamento de lo vivido. Porque toda la situacionalidad
de los pueblos originarios se levanta con tres eventos: quiénes,
dónde y cuándo. Son el espacio o la territorialidad, el momento o
el tiempo y los agentes sujetos que constituyen la materialidad
que sustenta la racionalidad. Tal condición y suceso muestra que los
pueblos originarios son testigos, operantes y portadores del vivir.
Singulariza a los pueblos originarios ser el autor, el generante y el
comunicante de sus interacciones e interpenetraciones con la globalidad
existencial y la particularidad de su estar. Como testigos expresan una
situación, una práctica, una posición, una espiritualidad, un estilo de vida
y una emoción. Evitan a lo máximo apoyarse y defenderse con las ideas
y los conocimientos ajenos. Porque usar los dichos y las expresiones
ajenas es participar de las habladurías, los chismes y los desencantos que
causan las nostalgias, los anhelos y los suspiros.

La racionalidad mítica privilegia la condición de ser testigos originales. Los


pueblos originarios no razonan con “esto manda el Estado”, “de esta
manera ordenan ejecutar los planes”, “esta es la posición de”, “así está
escrito” o “no hay que añadir ni quitar a las escrituras”. El alma y el
corazón de la racionalidad de los pueblos originarios son el ver, el sentir,
el hallar, el identificar, el nominar, el disfrutar y el actuar. A partir de
estos procederes orgánicos sienten, comprenden, interpretan, asimilan,
aprehenden, valoran y conocen la estructura, la dinámica, las
operaciones, las interconexiones y las expansiones de los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo. Con estos actos llegan a
interpretar su vivir, sus labores y sus relaciones. Los pueblos originarios
no se desgastan con los esfuerzos por converger los textos y la realidad,
la práctica y las teorías o los acontecimientos y los conocimientos ya
65

aprobados. Solamente la niñez genera su razonamiento con la imitación,


la orientación continua, la vigilancia estricta, la protección constante y la
asimilación del lenguaje. La indagación, la búsqueda, el encuentro y el
hallar pautan el razonamiento de los pueblos originarios y accionan sus
reacciones discursivas. Los pueblos originarios viven, trabajan y razonan
con un principio general: primero son los movimientos y las acciones que
generan los diversos procesos, resultados y apreciaciones.

A modo de ejemplos, los procesos de razonamiento que inculcan las


conducciones del colectivismo andino, comparto siete experiencias. Son
acciones guiadas en los territorios comunitarios, donde la niñez que ya
habla fluidamente recibe las instrucciones para ejercitar la percepción y
la asimilación de todo cuanto está a su alcance, visión y perspectiva. No
se trata de repetir las que afirman, conversan y comunican los adultos,
sino de usar los sentidos en la aprehensión de las existencias:

1.- WICHARIKUY WAK URQUKUNAMAN. UMANMAN CHAYASPAM


TIYAKUNKI HUK ÑACHQATUYLLARA CHAYNATAQ PURINKIPAS
UTAQ SAYAKUNKIPAS PASAQKUNALLATA. CHAYPIM QAWARINKI,
RIKUNKI, RIQSINKI, MUNANKI, SUYANKI, HAPINKI, MUSMUNKI,
TUKSIPAKUNKI, TINKUNKI, CHASKINKI, KUYANKI, RIMANKI
UTAQ MUYURINKI LLAPA KAQKUNAPA KAYKUYLLAMPI (escala,
sube y asciende a esos cerros. Llegando a su cima te sientas un rato y
luego caminas y te paras varias veces. Con eso miras, ves, identificas,
reconoces, deseas, esperas, atrapas, respiras, tocas, confrontas, recibes,
amas, hablas y giras a todo lo que existe en su estar). URQUPA
UMANMANTAM RIKUNCHIKQA KAYLLATA, KARUKUNATAPAS,
LLIWKUNATA CHAYNATAQ LLAPAKUNATA (desde la cima de los
cerros se ve y se reconoce la cercanía, la lejanía, la globalidad y la
totalidad).

Este proceder se llama OTEAR el panorama y el horizonte. Es uno


de los procedimientos difíciles de aprender, operar y manejar. Porque en
la cima y el pico de los cerros recibes con intensidades variadas los
impactos y las ráfagas de los fenómenos naturales, las radiaciones de los
mundos siderales, la escasez del oxígeno y el choque de todo cuanto viene
de las lejanías y lo que sale del interior del Planeta. Cuatro habilidades,
condiciones y aptitudes se afinan en este procedimiento: la estabilidad
que no es el equilibrio, la resistencia, la disciplina y la concentración.
Estando en la cima de los cerros se llega a abrirse completa y claramente
66

a la eternidad, el infinito y la universalidad existencial. Pero la visión, la


asimilación y la aprehensión acontecen exclusivamente lo general, lo
amplio y lo extensivo. Es imposible ver los detalles, las especificidades y
las particularidades que se esconden entre los cerros, los barrancos, los
valles, la vegetación, las rocas y las desnivelaciones de la superficie
terrestre. Esta generalidad no implica ni significa que los pueblos
originarios se quedan con la superficialidad, el bagazo, lo genérico y la
fenomenología. Solo se trata de ABRIR el corazón, la mente y la voluntad
a la gran familia universal. Esta es la parte medular de la racionalidad
mítica: colocarse en un lugar desde donde puede visualizarse el rumbo a
seguir de un origen a un destino. A la vez consiste en cruzarse,
encontrarse y empaparse con el fluir del aire, el viaje de las nubes, el
látigo del frío y los traspasos de los rayos solares. También se observa el
zigzaguear de los ríos, el brillar de las lagunas, el color de los cerros, el
reflector del agua y la rusticidad del ambiente. En este proceder se llega
a manejar dos eventos y sucesos que son delimitantes y cortantes del
pensar y el saber: estar ante el panorama-horizonte abierto bajo el sol
radiante o la luna y las estrellas brillantes o vivir los momentos en que la
oscuridad y la tenebrosidad tapan todo lo que se extiende alrededor.

2.- SUYLLARIKUY URAYKULLAY PAMPALLAMAN. CHAYPIM


RIKURIQSINKIPAS MAYMANTAM YAKUMAYU HAMUSQANTA,
IMAYNAM ALLPAKUNALLA TIÑIKURULLASQANTA, HAYKAPLLAS
SACHAQURAKUNALLA WIÑARIKUYKUSPA MUSUQYAYNINTA,
IMAYNAKUNALLAM ACHKIY CHAYAKAMUQTA, MAYMANTAM
URUCHAKUNA LLUQSIMUSQANTA, IMANASQALLA RUMIKUNA
HUKLAWMANTA HAMUSQANTA, MAYNAKUNA MUQUKUNALLA
HATUNYASQANTA, MANALLA ALLIN KARUKUNATA RIKUYTA,
HATUNHANAYLLA QAWAYLLATA, RUPAYLLAWAN HUMPIKUYTA
UTAQ TAKSA KANCHAYLLA KAQTAPAS (resbalarse y bajar a los
valles, las franjas y los llanos. Allí podrás ver e identificar de dónde viene
el río, cómo se tiñe la tierra, cuándo la vegetación al crecer se renueva,
la forma en que llega la luz, de dónde salen los microorganismos y las
hormigas, el por qué las piedras llegan de otros sitios, la manera en que
las elevaciones crecen, la imposibilidad de ver claro las lejanías, el estar
viendo lo alto, el sudar con el calor y la brevedad de la claridad y el
resplandor). Estar, vivir y hallarse en los valles significa entrar a observar,
reconocer y asimilar las singularidades y las particularidades con mayor
precisión, rapidez y amplitud. Lo que no se puede captar y ver desde la

67

cima de los cerros, por centrarse en las dimensiones extensivos, son los
los pormenores que confluyen en los valles, las franjas, las pampas y los
territorios circundados. En este proceder existe un problema ontológico y
gnoseológico: aunque realizando el giro de los trescientos sesenta grados
siempre la visión es reducida. Los cerros acordonan concediendo la
posibilidad de ver la cercanía con mayor detenimiento. Por constituir el
espacio cerrado provoca la dirección de la observación y la mirada a lo
alto, el firmamento, el suelo, la estrechez del sitio y la sofocación por el
calor.

La aprehensión de las existencias, las situaciones y los eventos en los


valles no es exclusivamente concreta y específica, sino también general,
amplia y diversa. Pero no se trata de ir de lo general a lo particular o de
lo particular a lo general. Porque ambas situaciones y condiciones en el
racionalidad mítica se funden, se entretejen y se consustancian. En el
pensar y el saber ancestral no suceden los pasos de lo general a lo
particular y viceversa. Una regla ancestral delimita esta imposibilidad:
KAWSAKULLANCHIKMI WIÑARIKULLANCHIKPAS LLAPATUKUY
IMAKUNALLAWAN ARI CHAYNATAQ YACHAKULLANCHIKPAS
MANALLA CHULLALLA KAKUSPAM (vivimos y nos desarrollamos con
todo lo que existe y a la vez sabemos sin estar solos). Según las reglas
ancestrales, todo cuanto experimenta, vive, realiza y comunican el ser
social es una totalidad dentro de la universalidad, la integralidad y la
globalidad. Los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el
Universo son complejidades. Los sistemas, los órganos, las células, las
glándulas y los elementos que conforman al organismo son completos e
íntegros que en su globalidad operan de modo sincronizado.

En la racionalidad de los pueblos originarios no acontecen el salto de lo


simple a lo complejo o el paso de la apariencia a la esencia. La razón es
simple: todas las existencias por su estructura, composición, lugar y lugar
son complejidades menores que avanzan a las complejidades nuevas,
mayores y constelares. El desarrollo, la madurez, el mejoramiento, la
multiplicación y la expansión al mostrar los niveles, las dimensiones y las
etapas en que discurren las existencias señalan que las complejidades en
lo general y en lo singular quedan asentadas y ejercidas con la
conglomeración. Por lo tanto, la deducción y la inducción, no son ni
pueden ser procedimientos separados. Los pueblos originarios no piensan
con deducciones para luego efectuar las inducciones, sino de manera
cronológica y sincronizada para que su vivir y actuar sucedan sin desfases
68

y sin escisiones. Lo que prevalece son las diferenciaciones, las


jerarquizaciones, las cohabitaciones, las conglomeraciones, las
cohesiones, las complementaciones, las correlaciones y las confluencias.
En este amplio proceso y sistema de interacción e interpenetración, la
universalidad existencial con todos sus elementos y configuraciones,
entra al desarrollo desigual expansivo. Es la única cualidad y condición
que envuelve al ser en el estar.

3.- UCHUYCHAKULLAMANTA HATUNYAYKUY, HATUNLLAMANTA


UCHUYCHAYKULLAY, HANAYMANTA URAYKAMUY, URAYMANTA
LLUQARIKUY, KAYMANTA WAKLAWKAMA RILLAY, MAYMANTAPAS
KAYKAMAN HAMUY, UKUMANTA HAWAMAN LLUQSIRIKUY,
HAWAMANTA UKUMAN YAYKUY, KARUMANTA KAYLLAMAN UTAQ
KAYMANTA KARULLAMAN RILLAYQA ÑUQANCHIKUNAPIQA
RIKURILLAN, RURAKULLAN CHAYNATAQ TARIKULLAMPAS
HUKLLALLAM (para nosotros y nosotras el saltar de menor a mayor, de
lo superior a lo inferior, de arriba hacia abajo, de abajo a la altura, andar
de aquí a otras partes, caminar de cualquier lado hasta aquí, salir del
interior al exterior, penetrar del exterior al interior, desplazarse de lejos
a la cercanía o de la cercanía a las lejanías es percibir, acontecer y hallar
la sincronización). Los campos y los ámbitos existenciales separados en
dualidades, binaridades, triadas o cuaternarias tienen presencia operativa
exclusivamente en la unidad. Cada dimensión, aspecto, etapa, nivel y
ámbito del fluir de la vida o del estar de las existencias no tienen sentido,
rumbo y finalidad de manera aislada, fragmentada e independiente. La
autonomía y la independencia que tanto manifiestan los seguidores del
camino burocrático y opresor, en los pueblos originarios, son simples
anuncios espectaculares.

En el pensar y saber ancestral, todos los sucesos y las situaciones del ser
en el estar o del movimiento de las existencias, suceden delimitados por
el origen y el destino como las dos lejanías que enmarcan, acordonan y
delimitan el vivir. Todos los sucesos acontecen dentro de un rombo: el
origen es cerrado y el destino es también cerrado, pero el espacio
intermedio es una apertura ampliándose con relación al pasado y
clausurándose con respecto al futuro. El devenir es la juntura de los signos
menor y mayor que condiciona y delimita la existencia. Por esa razón, la
libertad tantas veces clamada y vociferada en el modo de producir
clasista, es una simple propaganda incandescente. En la sabiduría
antigua, la libertad en cualquiera de sus externaciones y manifestaciones,
69

es limitada, condicionada y circunscrita. Los pueblos originarios en vez de


buscar y exigir la libertad, por los sucesos de confinamiento y dispersión
que han sufrido y siguen enfrentando, solamente invocan la protección y
la benevolencia de la Naturaleza y el Universo. La mayor demanda,
exigencia y querella de los pueblos originarios es el respeto a la integridad
territorial. Sin el cumplimiento de este derecho fundamental, el proceso
de la generación y la aplicación de la sapiencias ancestrales, quedan
severamente atrofiadas, restringidas y hasta inutilizadas. La tierra, el
suelo y la territorialidad es sagrada para los pueblos originarios. Quienes
pisotean, parcelan y remueven la tierra para extraer sus contenidos y sus
componentes son ladrones, asaltadores, saqueadores y maleantes.

Los niveles, las etapas y las dimensiones existenciales en los pueblos


originarios quedan inseparables por tres acontecimientos naturales: la
permanencia, la conservación, la flexibilidad, la replicación, la
multiplicación y la expansión de todo cuanto existe; la renovación, la
purificación, la ampliación, la conglomeración, la confluencia y la
mancomunación de todo lo que existe; la coexistencia, la codependencia,
la armonía, la integración y el desarrollo desigual de todo lo que existe.
Con estos tres eventos emerge y opera la continuidad. En la racionalidad
mítica, las existencias no están regidas por el nacimiento y la muerte,
sino por una multiplicidad de sucesos que generan las transformaciones,
los cambios, las persistencias, las resistencias, las recomposiciones, las
perennidades y las trascendencias. Donde la muerte no es el fin del fluir
de la vida, pero sí su salto a otra dimensión.

4.- WAK UCHKUMAN, RAQRAMAN UTAQ MACHAYMAN YAYKULLAY.


CHAYKUNAPIM YACHANKI IMAYNAKULLA PUNCHAW TUTAPAS
KASQANTA, YANAPAS YURAQPAS KAQTA, LLANTUPAS ACHKIYPAS
KAQTAQA, PAKASQA KICHASQA KAYTA, YAYKUSPA MANALLA
HUKLAWMAN LLUQSIYTA, TUTALLAWAN TINKUY PURIKUYTA
CHAYNATAQ ACHKIYLLA MASKAYTA (entra a ese túnel, esa ranura y
a esa cueva. Allí sabrás cómo es el día y la noche, la forma de la oscuridad
y la claridad, el modo de la sombra y la luz, el estar atrapado y liberado,
el penetrar sin lograr salir por el otro lado, el andar con la oscuridad y el
buscar el resplandor). En los pueblos originarios a la niñez y a las
personas que sienten miedo, pavor y repugnancia a los espacios cerrados,
oscuros y peligrosos llevan a las cuevas o túneles que existen en los
cerros, las montañas y las rocas. Son los procederes para recibir la
purificación y realizar la catarsis disipante. La purificación es un proceder
70

continuo en los pueblos originarios que acontecen en doce sitios que se


consideran especiales: URQU (cerros), QAQA (rocas), MAYU (ríos),
QUCHA (lagunas), MACHAY (cuevas), PAQCHA (cascadas o caídas del
agua), YUNKA (selva, matorrales y bosques), WAYQU (barrancos, franjas,
despeñaderos, grutas), WAQTA (pajonales, agostaderos, parajes),
CHAKRA (tierras de cultivo), ÑAN (caminos) y PUKYU (manantiales,
brotes de agua, ojos de agua y pantanales). En cada lugar se efectúan
una diversidad de ritualidades que son movimientos multienvolventes.

Al dejar penetrar a las cuevas buscan que aprendan a vivir, moverse, ver
y actuar dentro de las limitaciones espaciales y no temporales. Es la
manera de inculcar la sincronización con las existencias sin separar la
cronología universal: la alternancia del día y la noche, la luz y la oscuridad,
la sombra y la claridad, la negrura y la blancura, la puerta y la salida, la
estrechez y la amplitud, las formas y los contenidos, y, el interior y el
exterior. Las cuevas son espacios predilectos para ejercer la racionalidad
mediante YUYARIYACHAYKUNA (la meditación, la concentración, la
interiorización, el recordar, la externalización, la adaptación y la
clarificación). Es la mejor manera de ver, percibir y asimilar la cercanía,
lo inmediato y lo directo sin dejar de considerar la lejanía, el horizonte y
el panorama que siempre están operando. Es aquí donde los pueblos
originarios logran encontrar cuatro situaciones: interpenetrar con
intensidad potenciada su organicidad con la totalidad existencial,
correlacionar la amplitud y la profundidad, consustanciar la unicidad con
la multiplicidad y percibir la sincronización del interior con el exterior o
viceversa.

En algunos pueblos originarios, a las cuevas y los túneles, por su rol en


el ejercicio de la racionalidad denominan espanta miedos, quita mañas,
aleja terrores y vaciadora de las conciencias. Quienes no acuden a las
cuevas y los espacios cerrados en los territorios comunitarios, aparte de
vivir en constante zozobra e inseguridad, existen pasmados y asustados
con los peligros que vienen con intensidades graduadas de las poblaciones
que operan el modo de producir clasista. Sobre todo, por su estar siempre
en los espacios abiertos externos, carecen de la sensibilidad, la finura y
la prodigiosidad para ver, pensar, saber y laborar. En sus movimientos,
acciones y procederes dejan las marcas de la torpeza, la terquedad, la
nostalgia, la confusión, la duda y la ambivalencia. La niñez para superar,
trascender y abandonar el miedo, la incertidumbre y la inseguridad tiene
que aprender a cavar los hoyos, mirar por las ranuras, observar por las
71

rendijas, trepar a las enredaderas, jugar con los árboles, penetrar entre
las adventicias (raíces aéreas), caminar en la noche, subir a los cerros,
abrazarse a las rocas, resbalarse en el lodo, saltar las acequias, estimar
a los animales, girar mirando su sombra, aprender el lenguaje de las
existencias, saber comunicarse con todo cuanto se halla a su alrededor y
correr en diferentes direcciones. Solamente con estos sucesos y acciones
llega a usar las 13 situacionalidades y las direcciones existenciales.

5.- CHAKRAKUNAM RISPAQA, CHAYASPAQA UTAQ YAYKUSPA


LLAPA KAYKUYNINCHIKTAM KUYUCHINCHIK SAQINCHIKPAS.
LLAMKAYQA ALLPALLA TIKRAKUYMI, RUMILLA HUÑURIYMI,
CHAMPALLA WAQTAYMI, SUKALLA RURAYMI, YARQALLA
KICHAYMI, WANULLA MAQCHIYMI, RURUKUNALLA CHURAYMI,
HALLMAKUYMI, QURAYMI, ALLAY TIPIHUÑUYMI, APAYMI,
WAQAYCHAKUYMI UTAQ TANTAKULLAYMI. CHAYKUNALLAPIM
TUKUY KALLPANCHIK, KAWSAYNINCHIK, YACHAKUYNINCHIK,
KUYUKULLAYNINCHIK, KUYAKUYNINCHIK, PAQARIKUYNINCHIK
CHAYNATAQ MUNASUYAYNICHIK CHAPURIKUSPAN RURALLANKU
(al ir, llegar y entrar a las tierras de labranza dejamos todo nuestro ser y
movimiento. Laborar consiste en escardar o remover la tierra, juntar las
piedras, quebrar los terrones, realizar los andenes, hacer las acequias,
esparcir el abono, sembrar, arar, deshierbar, cosechar, llevar, resguardar
y utilizar. En ésas nuestra fuerza, nuestro vivir, nuestra sabiduría,
nuestros movimientos, nuestro amor y nuestros deseos y esperanzas se
combinan en el obrar). Son las externaciones de las subjetividades y los
movimientos multidireccionales en el vivir, el trabajar, el caminar y el
desplazarse.

Tal es la cultura del trabajo en los pueblos originarios. En las acciones,


las decisiones, las determinaciones, las relaciones y las comunicaciones
quedan comprometidas la totalidad orgánica. El razonar no es un evento
especial del cerebro, sino una manifestación de la multiformidad y la
polidimensionalidad existencial. Trabajar, laborar y actuar en los
pueblos originarios no es una aplicación de los conocimientos
acumulados y autorizados, sino la ejercitación del vivir razonando
y el razonar viviendo. Las reglas ancestrales son las síntesis de las
experiencias, las vivencias, las relaciones, los desplazamientos y las
comunicaciones. En las creaciones y las producciones tienen presencia y
operatividad como órdenes de ejecución de un mandato, un encargo y
una indicación. El principio rector general del sistema de creación y
72

producción de los pueblos originarios es simple: SUMAQ, ALLIN,


ACHKALLA, KUNANLLA, CHAYLLA, ÑATAÑATAQ, SINCHILLA,
LLAPALLANCHIK UTAQ UTQACHALLA RURAKUYMI KAWSAYPI
KAWSAKUSPA WIÑANAPAQ (realizar, hacer y actuar bien, adecuada,
copiosa, ahora, inmediata, permanente, enérgica e insistentemente todos
y todas en el vivir para que podamos avanzar). Dentro de este principio
general surgen, se amplían, se innovan y se aplican las reglas ancestrales.

Precisamente por estas situaciones no suceden las desocupaciones, los


desempleos y las haraganerías en los pueblos originarios. Además no
existe la necesidad de revisar los manuales de operación, los reglamentos
y las normatividades. Porque la moral de productores solamente exige
dos determinaciones: no anteponer los intereses, las aspiraciones y los
deseos personales, individuales y antagonizantes; no generar ni
acontecer las enemistades, las exclusiones, los prejuicios y los
separatismos. La integridad, la ampliación, el mejoramiento, el desarrollo
y la expansión de la UNICIDAD ORGÁNICA constituye el imperativo
general, particular y permanente por ser la expresión de la conciencia, la
memoria, la identidad, el trabajo y el vivir en colectividad. Cada pueblo
originario es una organicidad única, pero en su totalidad conforman y
manifiestan la multilateralidad, la interculturalidad, la plurinacionalidad y
la multiplicidad idiomática. Estas condiciones y situaciones no son
procesos externos. La sola existencia de diversos pueblos originarios, las
localizaciones múltiples, los idiomas diferentes y las expresiones
culturales variados conforman la inter y la multiculturalidad.

6.- PURILLASPAM, RIPUYKUSPAM, KUTIMUSPAM, RILLASPAM,


HAMUSPAN, TINKUKUSPAM, CHAYALLASPAM, YAYKURIKUSPAM,
LLUQSIRISPAM CHAYNATAQ MUYURIKUSPAM YACHAKUNCHIK,
RIQSIKUNCHIK, TINKUNAKUNCHIKPAS, TARIKULLANCHIKPAS,
APAKAMUNAKUNALLANCHIKPAS, UYWANAYKUNALLANCHIKPAS,
QATINAKUYKUNALLANCHIKPAS, KAMACHINAKUYKUNCHIKPAS,
AYLLUNAKULLANCHIKUNAPAS, KUYANAKUYLLANCHIKUNAPAS,
UYWAKUYANANCHIKPAS CHAYNATAQ YANAPANAKUNCHIKPAS
(andando, viajando, regresando, partiendo, viniendo, encontrándonos,
llegando, entrando, saliendo y rodeando sabemos, conocemos,
reconocemos, nos topamos, nos allegamos, traemos, nos conducimos,
nos mandamos, formamos la familia, amamos, protegemos y nos
ayudamos). Se trata del origen, la estructura, el contenido, los alcances
y las dinámicas del colectivismo. La unicidad orgánica que los pueblos
73

originarios viven surge precisamente con la replicación de las


reciprocidades, las asociaciones, las interrelaciones, las concatenaciones,
las aglutinaciones, las conglomeraciones, las cohesiones, las uniones y las
combinaciones de las existencias. En los contenidos y los componentes
de la Naturaleza y el Universo identifican, reconocen y asimilan la
confluencia, la unidad y la correlación. En la universalidad existencial
hallan el campo, el cuadro y el proceso complejo multienvolvente,
multilateral y dinámica recíproca total.

Aquí se encuentran tres sistemas y procesos de los pueblos originarios:


el sistema YANAPANAKUY (la reciprocidad) y el proceso
UYWAKUYANAPAKUY (la seguridad y la protección); el sistema
HUÑURIKUY CHULLAYAKUY (la conformación de la unicidad orgánica)
y el proceso LLAPALLANCHIK PAQARISUN (la marcha al porvenir en
la unidad); el sistema HATARISUN LLIWLLA (despertar y levantarse
todos y todas) y el proceso WIÑAKUSUN HUKWAQNI HINAPI
HUNTASQA (el desarrollo desigual armonioso). Tal es la universalidad,
la globalidad y la multiculturalidad de los pueblos originarios. Vista y
explicada desde alguna de las sapiencias disciplinarias, la racionalidad
mítica, siempre es vivir laborando. El saber, el conocer y el aprender
suceden combinando los desplazamientos, las caminatas, los juegos, la
ejercitación de los oficios, la realización de las artes, el despliegue de las
potencialidades, el desenvolver las posibilidades, el satisfacer las
necesidades con las disponibilidades, el agradecimiento a los
progenitores, el otear el panorama y el horizonte, el intercalar los pisos
geológicos, el vivir en armonía con las existencias y el estar en sintonía
con la universalidad existencial. Sin acción, sin trabajo y sin movimiento
multiforme no sucede la racionalidad.

El movimiento, la operatividad y la dinámica del cerebro suceden con el


sacudimiento, la vibración y la interacción de todos los elementos, los
sistemas y los aparatos que integran el organismo. ÑUTQULLATAQA
MUYUKUYUCHINAM RIKCHACHINAM ACHKALLATA PURISPA,
LLAMKASPA, QAWASPA, RURASPA UTAQ KAWSAYWIÑAYTA
MUSUQLLA KAYMAN QISPICHISPA (al cerebro y los sesos hay que
mover y despertar con abundantes caminatas, labores, observaciones,
acciones y llevando al vivir expansivo a otro nivel nuevo). Si esta regla
no se aplica, el pensar y el saber en los pueblos originarios, queda
sustituido por las doctrinas clasistas. Cuando la mente, las subjetividades
y el cerebro quedan rellenadas, saturadas y atascadas con los dogmas,
74

las ideas, las doctrinas, las banalidades, las superficialidades, las


vanidades, las supersticiones, el fetichismo, el formalismo, el legalismo,
el tecnicismo y el artificialismo, sin duda, el ser social queda severa y
abruptamente dañado y alterado en su organismo. En este caso hay que
someter al purgamiento, la desintoxicación, la purificación, la reanimación
y hasta el resucitamiento. CHAYPIQA RUNAMASILLANCHIKUNAQA
UNQUSQALLAM TARIKUM SASAKUNAWAN, MUNAYKUNAWAN,
MASKAYKUNAWAN UTAQ SUYAYKUNAWAMPAS (en esos casos
nuestros semejantes se encuentran enfermos con las dificultades, los
deseos, las búsquedas y las esperanzas).

Pero el naturalismo conforma la esencia, la estructura, la dinámica y la


operacionalización del pensar y el saber ancestral. Bajo esta cimentación
emerge y acaece la confluencia de lo superior, lo divino, lo vital, lo noble,
lo valioso, lo permanente y lo humano. En la racionalidad de los pueblos
originarios exclusivamente prevalecen lo importante, lo fundamental, lo
determinante y lo constante. Porque lo urgente, lo accesorio y lo artificial
quedan desechados. A la vez el consumismo, la ostentación, la
presunción, el fanatismo, el proselitismo y el fraccionalismo quedan
alejados por ser los comportamientos y los procederes clasistas. También
la finalidad de ganar, acumular, poseer más y tener el poder sobre los
demás, por constituir la parte central del mercantilismo monetarizado,
queda relegada. Pero sí con ahínco y contundencia prima el ser más,
mayor y mejor en todos los ámbitos del vivir. El pensar y el saber de los
pueblos originarios se encuentra profundamente enraizada en la dinámica
de la transformación de la base económica. Donde la economía natural de
subsistencia sigue operando acorralado por la economía mercantil.

La racionalidad de los pueblos originarios queda impulsada y concretada


por la comunidad de bienes que opera el colectivismo en sus tres formas:
el sistema de propiedad comunitaria de la tierra con todos sus contenidos
y componentes; el sistema de creación y producción conglomerado; el
sistema de la seguridad subsistencial que da la continuidad a
YANAPANAKUY y UYWAKUYANAPAKUY en todos los espacios de
localización. El razonar, el pensar, el saber y el creer acontecen dentro de
las tres formas del colectivismo. ÑUQAPA, QAMKUNAPA UTAQ
PAYKUNAPA TARIKUYLLANMI KAYKULLAN ÑUQANCHIKPI
ÑUQANCHIKWAN (el estar de mi, de ustedes y de ellos encuentran su
rumbo y sentido con nosotros y en nosotros). La individualidad, la
singularidad y la particularidad llegan a su identidad, realización y avance
75

únicamente cuando la pluralidad, la integralidad y la unicidad prevalecen.


La confluencia operacional sostienen a la unicidad orgánica para que
subsista la memoria colectiva, la conciencia colectiva y las expresiones
culturales apegadas a la cosmogonía. La conglomeración, base y cimiento
del colectivismo, siempre envuelve, permea y rodea a los pueblos
originarios. El vivir aislado y el estar solo implican la inoperancia de las
subjetividades.

Precisamente por el colectivismo en continuidad y persistencia, en los


pueblos originarios, ninguno aclama y reclama como suyo un
pensamiento, una creación, un diseño, un modelo, una elaboración, un
procedimiento, una técnica, un descubrimiento, un hallazgo, un invento y
una producción. Tal es la situación que empuja a los desclasados, los
ladinos y las poblaciones diferentes a las nacionalidades originarias a
posesionarse, apoderarse, enajenar y presentar las creaciones y las
producciones de los pueblos originarios con los derechos de autor, las
marcas patentadas, los nombres comerciales, la reserva de derechos y
hasta la propiedad industrial. Tanta es la insolencia, la arrogancia y la
soberbia de las poblaciones opuestas al colectivismo para despojar y
arrebatar las disponibilidades, las posesiones, las creaciones, las
manifestaciones culturales, las expresiones artísticas y las sapiencias
antiguas de los pueblos originarios. Con pujos de grandeza, aires de
novedad y presunciones de originalidad se presentan blandiendo el
profesionalismo, el buen vivir, la defensa de los altos valores y la
convivencia democrática.

7.- YUNKAMAN YAYKURUY, PIRWASACHAQURAMAN CHAYARUY,


CHUNKUQUKAYMAN RIKUYQA CHAYNATAQ PUKYULLAMANPAS
YAYKURUY. CHAYHINAPIM TARINKI, HAPINKI, CHASKINKI UTAQ
RURANKIPAS YACHAYTA (penetra a la selva, llega a los montes, entra
a los montículos y los matorrales e introducirse en los manantiales. Allí y
en esos encuentras, atrapas, recibes y operas el vivir, el pensar, el
razonar y el saber). Existe una preferencia de los pueblos originarios por
la vegetación por ser uno de los componentes y los contenidos bióticos de
la Naturaleza y el Universo de grandes prestancias para la humanidad.
Los pueblos originarios reconocen a la vegetación el centro dispensador
principal de los medios de subsistencia. Al privilegiar en la alimentación,
la producción y la localización generaron dos operaciones de alta
efectividad en la medicina ancestral: el dendrocentrismo y la fitorítmica.
Con el dendrocentrismo y la fitorítmica lograron ejercitar la racionalidad
76

con cuatro procedimientos que solamente la vegetación dispone:


WAYRALLAPA, PARAKUNAPA, LASTRAPA, CHIRIPA, RUPAYPA,
KANCHAYPA, YAKUPA, NINAPA UTAQ ILLAPA LLIPIALLAYAPA
TAKAKUYNINTA MAQAKUYNINTAPAS CHASKISPA MANALLA
CHINKAYTA, MANALLA WAÑUYTA, MANALLA TUKUYTA
CHAYNATAQ MANALLA PAMPASQA KAYTAPAS (no quedar
desaparecido, no morir, no fenecer y no estar enterrado al recibir los
impactos, las fuerzas y los látigos del viento, la lluvia, la granizada, el
frío, el calor, la radiación, el agua, el fuego, los rayos y los relámpagos);
TUKUY KARUMANTA HAMUQWAN CHAYNATAQ UKULLAMANTA
LLUQSIMUQWAN TINKUSPA TUSUYLLA, MUYUYLLA, KUYUYLLA,
QAPARIY, MAYLLAKUYLLA UTAQ MUSUQYAKUYLLAPAS (al
encontrarse con los que vienen de las lejanías y los que salen de las
interioridades bailar, girar, moverse, gritar, purificarse y renovarse);
MAWKAKUYTA WISCHUKUY, QARQUKUY CHAYNATAQ SAQIYPAS
(eliminar, expulsar y abandonar lo viejo, lo caduco y lo inservible);
ACHKAYAKUY, YACHAKUYPAS, TIKRAKUYPAS, MUSUQYAYPAS
WAQAYCHAKUYKUNAPAS KAQÑUYQAYPILLAM CHAYNAPIPAS
HUKUNAWAN YANAPAKUSQALLA (replicarse, multiplicarse, vivir,
transformarse, renovarse y conservarse en sí mismo o a través de otras
existencias).

En la racionalidad mítica, la vegetación, tiene la aptitud y la fuerza de


aguantar, resistir y redireccionar los fenómenos naturales, los eventos
geológicos y los impactos de los mundos siderales que continua e
incesantemente recibe. Siempre existe conglomerada, pero compartiendo
con otras existencias bióticas y abióticas el mismo espacio. Su
situacionalidad es excepcional y paradójica: UKUMAN YAYKUSPAM
LLUQSIMUN, HAWAKUNAPIM HATUNYAN, MUYUMUYUYPIM
ATIQATISAPALLAN, SAPILLANMI RAKIKUSPA HATARICHIN,
KASPILLANMI HATUNYAPAN, RAPILLANMI QALLIKACHIN
CHAYNATAQ WAYTARURULLAN SUMAQYACHIN (penetrando a la
profundidad surge, en el exterior crece, alrededor se ensancha, al
ramificarse su raíz sostiene, su tronco engrandece, su follaje concede la
salud y sus flores y frutos brindan la belleza). SACHALLAQA
PUCHKASQA HINALLAM KAKUN (los árboles son como los husos). Su
singularidad se encuentra en su triple posición: estar clavada en la
profundidad, elevarse a lo alto y extenderse a los trescientos sesenta
grados. Este suceso indica la forma en que la vegetación integra las 13

77

direcciones existenciales. Sin encontrarse y radicar dentro de las 13


situacionalidades, la continua manera del ser en el estar, el pensar y el
saber quedan en versiones que despedazan, trozan y desmenuzan a las
existencias. El clasismo llama conocimiento fragmentario, superficial,
parcial e incompleto. Pensar y saber con las 13 direccionalidades no
significa ni conlleva conocer e interpretar la totalidad existencial en toda
su estructura, roles, movimientos y expansiones. La única dinámica que
prevalece es la visión de la totalidad que subsume, asimila y envuelve la
universalidad y la reciprocidad.

Para los pueblos originarios, el razonar oportuno y adecuado, está en el


anclarse al movimiento de la vegetación. Apegados a la tierra, resistiendo
los embates intensos que vienen de todas las direcciones, logrando
restaurarse y renovarse después de los accidentes y las tempestades,
purificándose con la periodicidad del surcar de las nubes y el caer de las
lluvias, despojándose de lo caduco con los acontecimientos naturales
universales, multiplicándose conforme a las condiciones de la localización
y transformando las sustancias y los procesos dañinos en el generador, el
conservador y el restaurador de la vitalidad orgánica llega a ocupar el
primer lugar en la dinámica existencial. Porque al moverse con el
movimiento de la totalidad existencial y destacarse con la triple postura
brinda la energía que se genera, se acumula, circula, se distribuye, se
desgasta, se vacía, se transfiere y se repone. Para los pueblos originarios,
el pensar y el razonar, tienen lugar con el vaciado de la energía. Porque
el proceso gnoseológico y comunicacional, por formar parte de las
actividades apegadas al vivir, el replicarse, el desplazarse y el producir,
es una de las formas de transferir, vaciar y desgastar la energía.

La vegetación es la combustión que conserva a la sangre en su color,


pureza y grandeza. Con dicha operación posibilita la ejercitación de la
racionalidad en el vivir pleno y el trabajar múltiple. Para los pueblos
originarios, la vegetación en todas sus variedades y tipos, muestra el fluir
de la vida en las profundidades de la tierra, en la superficie terrestre, en
la atmósfera y en las lejanías del Planeta. La vegetación por ser la
residencia de las diferentes existencias y constituir la fuente de la
alimentación posee la virtud de guardar los secretos de la universalidad
existencial. Tales secretos, maravillas y misterios del fluir de la vida se
asimilan, se comprenden y se extraen con la ejercitación del trabajo y la
razón cohesionados y compactados. Para recibir la entrega de esos
secretos y misterios hay que amar, cuidar y agradecer a la vegetación.
78

En el pensar y el saber ancestral, la sociedad y la civilización que son las


formas concretas de crear y acontecer la historia, no suceden ni se
realizan sin la INTERVENCIÓN de siete fundamentos materiales: PACHQA
TAQPI TARIKUQLLA (la Naturaleza y el Universo en calidad de la
universalidad existencial); KALLPALLA, KUYURIY, MUYUYLLA UTAQ
TIKRARIKUY (la energía, el movimiento, el giro y la transformación);
ALLPALLA, SUYUKUNALLA, KITIYANQAKUNA, KAYKUNAKITILLA
CHAYNATAQ YACHARIKUNALLA (la tierra, el territorio, el espacio, el
sitio y la localización); YAWARNIYUQ MANALLA YAWARCHALLA
KAQNIN KAQKUNA (las existencias orgánicas y las existencias
inorgánicas); RUNALLA, LLAMKAYLLA, KAWSAYLLA CHAYNAPAS
PAQARINKULLAY (la persona, el trabajo, el vivir y el marchar al
porvenir); RURAKUSQAKUNA, ATILLASQAKUNA, HUÑUSQAKUNA,
WAQAYCHASQAKUNA, MIKUYKUNA UTAQ TARISQAKUNA (las
acciones ejecutadas, las posibilidades concretadas, las agrupaciones, los
resguardos, los alimentos y los hallazgos); WASILLA, PACHAKUNALLA,
YANUCHIKUQKUNA, LLAMKACHIKUQKUNALLA, UYWAKUNALLA,
SACHAKUNALLA, RURUKUNALLA ICHAPAS ÑANKUNALLA (la casa,
la ropa, los utensilios, las herramientas o las tecnologías, los animales, la
vegetación, los productos y los caminos).

Con estos HABERES o DISPONIBILIDADES, en los pueblos originarios,


tienen lugar el razonar, el pensar, el creer, el saber, el hablar y el
recordar. KAWSAKUYLLAPI WIÑAYKUNAPI YACHASQANCHIKTAM,
KAWSAKULLASQANCHIKUNATAM, RIKULLASQANCHIKUNATAM,
UYARISQANCHIKTAM, QAWASQANCHIKUNATAM CHAYNALLATAQ
RIQSIKULLASQANCHIKUNALLATAPAS WILLARIKUYKULLANCHIK,
NIYKULLANCHIK, QUYKURUNCHIK, CHASKIKUNCHIK UTAQ
RIMARINCHIKPAS (lo establecido, lo vivido, lo observado, lo que oímos
y lo que identificamos comunicamos, decimos, entregamos, recibimos y
hablamos). El pensar y el saber surge, acontece y se amplía
exclusivamente con las interacciones y las interpenetraciones con las siete
condiciones-cualidades materiales existenciales.

En los pueblos originarios no se comunican ni se transmiten ideas y


pensamientos que no están corroboradas en el vivir. Ante dicho suceso,
los especialistas en las diferentes ramas de la ciencia, afirman que los
pueblos originarios carecen de proyección y predicción por no seguir la
tendencia y el rumbo de los acontecimientos. Los pueblos originarios con
el procedimiento del OTEAR el panorama y el horizonte, siempre
79

correlacionando la cercanía y la lejanía, operan la PROGNOSIS. No se


trata del arte esotérico de la adivinación, el sortilegio, la videncia, el
presagio, el acertijo y la profecía. Es la confluencia y la sincronización del
origen y el destino en la gran marcha siempre multitudinaria al porvenir.
Para dicha confluencia de las dos lejanías que delimitan al ser social,
reconocidos los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el
Universo que están condensados en el organismo, al removerse y
combinarse muestran el pasado y el futuro de las existencias. La
procedencia del ser social es el medio, el mecanismo y el procedimiento
oportuno y adecuado para el ejercicio de la racionalidad.

La estabilidad, la conservación, la permanencia y la continuidad de las


existencias son las que señalan, indican y muestran lo que es, lo que fue,
lo que ocurrió, lo que está sucediendo, lo que está llegando, lo que se
halla en formación, lo que dejó de ocurrir, lo que apenas se deja percibir,
lo que viene y lo que vendrá. Los pueblos originarios, en vez de ver los
llamados signos de los tiempos y tratar de determinar la tendencia de los
fenómenos y las situaciones, se montan en los eventos naturales
universales. Los sucesos geológicos, los procesos geodinámicos, los
acontecimientos meteorológicos, la algarabía de las existencias, las
interacciones intersiderales y los sacudimientos del Planeta por posibilitar,
aclimatar y dinamizar el fluir de la vida son las fuentes de la comunicación
y el lenguaje universal. Es con toda esta confluencia y conglomeración del
NATURALISMO y el UNIVERSALISMO que surge la racionalidad de los
pueblos originarios. La creencia ancestral también halla su fundamento
en estos sucesos, situacionalidades y procesos naturales globales, totales,
generales y singulares. De donde se puede llegar a una sentencia
contundente: la materia eterna e infinita en incesante movimiento, a
pesar de las polvorizaciones y las trituraciones a que es sometida por el
modo de producir clasista sin llegar a desaparecerlo, constituye la roca
firme y la piedra angular de la racionalidad mítica de los pueblos
originarios.

Todas las aseveraciones clasistas de que la cabeza es el asiento de la


racionalidad y el cerebro es el reflejante del mundo objetivo quedan
demeritadas. Es cierto que el cerebro tiene la posibilidad de asimilar,
procesar, ordenar y condensar las informaciones, los datos, las ideas y
las experiencias para ser comunicadas, aplicadas y recreadas siempre y
cuando los sentidos, la sangre y el movimiento de la totalidad orgánica
permiten. En este ámbito, los pueblos originarios, no viven en la confusión
80

y la ignorancia porque saben que las actividades mentales, los procesos


racionales y los eventos gnoseológicos suceden con la dinámica global del
organismo. Donde la herencia, la memoria, la continuidad, la correlación
de los órganos y los sistemas, los procesos fisiológicos y las demás
actividades vitales concurren con la circulación de la energía y el fluir de
la sangre en la gestación, el desarrollo y la operatividad de la razón, la
conciencia y el sistema nervioso. En la postura de los pueblos originarios,
la actividad mental o el proceso de la estructura y el rol del cerebro, tiene
procedencia y concreción con la interpenetración entre la totalidad
orgánica del ser social con la universalidad existencial.

YACHANAPAQA YACHAYPIM YACHAKUNA KAWSANAPAS (para


vivir, pensar y saber es necesario estar en el vivir y el saber). Tal
proposición de los pueblos originarios puede presentarse como una
tautología en el ver, el aprehender y el conocer de las poblaciones que
adoptan y siguen las concepciones del mundo clasistas. Las racionalidades
de los pueblos originarios, a pesar que no siguen los protocolos y las
dinámicas de la investigación científica, por no estar enredadas y
encapsuladas en las categorías abstractas, son certezas expresadas en
las reglas ancestrales. Porque la sencillez, la claridad y la condensación
singularizan el pensar y el saber antiguo que sigue operando en la
actualidad. Los pueblos originarios desenvuelven la percepción, la
asimilación, la representación, la nominación y la comunicación desde, en
y con el vivir, el laborar y el ascender.

El pensar y el saber ancestral sigue un método que solamente opera y


ejecuta la universalidad existencial. Se trata del método de choque. Es
un procedimiento natural universal que acontecen las explosiones, las
implosiones, las divisiones, las ramificaciones, las fragmentaciones, las
colisiones, los cruzamientos, los redireccionamientos, las atravesadas, las
perforaciones, las aperturas, las multiplicaciones, los impactos, los
encontronazos, las tormentas, los arrasamientos, las purificaciones, los
emplazamientos, las desnivelaciones, las intersecciones, las raspaduras,
las fracturas, los hundimientos y las expansiones. Los contenidos y los
componente de la Naturaleza y el Universo se hallan en continua
formación, generación, desarrollo y expansión precisamente por este
método. Las derivaciones, las diferenciaciones, las jerarquizaciones, las
integraciones, las conglomeraciones, las divisiones, las multiplicaciones y
las compactaciones de las existencias suceden con el método de choque.
En la universalidad existencial, todos los eventos, los sucesos y los
81

acontecimientos, surgen, se diseminan, alcanzan el desarrollo y


prosiguen con la expansión exclusivamente cuando hay choques,
colisiones, explosiones e implosiones. La totalidad, la globalidad y la
universalidad del ser en el estar jamás se halla en reposo, tranquilidad,
silencio, apacibilidad y monotonía. Prevalece en forma incesante la
algarabía, el bullicio, el ruido, el sonido, la vibración, la candencia, el
movimiento, el desplazamiento, el recorrido, la interacción, las colisiones,
los encontronazos, los estallidos, los reventones, las explosiones, las
implosiones, las humaredas, las polvaredas, las tormentas, los
sacudimientos, los temblores, las radicaciones y una diversidad de
eventos peligrosos.

Los primeros pobladores del Planeta, las colectividades iniciales y las


familias originales vieron los procesos geológicos, las tormentas cósmicas,
los fenómenos atmosféricos y los acontecimientos geodinámicos en donde
los choques son fenomenales, gigantescos, terroríficos e incesantes. Es
allí que vieron, hallaron, asimilaron y aprendieron el método para vivir,
trabajar, pensar y saber. La inteligencia, el raciocinio y la mentalidad no
emergen solamente con los instintos de conservación ni con el temor a lo
desconocido, sino con el funcionamiento intenso del organismo. Los
primeros habitantes tuvieron que ENTENDER que viven rodeados por una
diversidad de eventos que delimitan y condicionan la vida. El peligro y la
seguridad, el vivir y el subsistir, el existir y el moverse, calaron en el
organismo del ser social como una permanente lucha contra la
adversidad, las limitaciones y las precariedades.

Despertar y vivir conscientes del peligro, la incertidumbre y la urgente


exigencia de satisfacer las necesidades fundamentales obligaron al ser
social a adoptar el método de choque. Los pueblos originarios, en especial
de los Andes, comunican sobre este método con nueve ejemplos:

1.- PACHAQA TAQPIQA QAPARILLAMKUM TUTA PUNCHAW


PAKIKUSPA, MUYUSPA, TIKRAKUSPA, TINKUSPA, HAMUSPA,
RILLASPA, TIMPUSPA, KUYUSPA, TAQTAKUSPA, TAKANAKUSPA,
TUPASPA, QICHUSPA, QUYKUSPA, APAKUSPA, PAKALLASPA,
RIKUCHISPA, RAKINAKUSPA, QISPIKAMUSPA, PAQARILLASPA,
KAÑAKUSPA, ACHKAYAKUSPA, HUÑUKUSPA, UCHPACHAKUSPA,
ALLPAYASPA, TULLPUKUSPA, CHIQICHISPA, PUKUSPA, SUQUSPA,
QATQUSPA, CHITIPAKUSPA, ÑITISPA, SAYACHISPA, SAQTASPA,
KARUCHISPA, AYSASPA, MUSUQYALLASPA UTAQ MAYLLAKUSPA.
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CHAYKUNAPIM CHAYKUNALLAWANMI MAMA TAYTALLANCHIK


KASPANKU MARQAKULLAWANCHIK, KAWSACHIKULLAWANCHIK,
WIÑACHIKUNALLAWANCHIK, PUSAKULLAWANCHIK ARILLAPAS
PAQARICHIWANCHIK. CHAYPIM YACHAYLLATAQA TARINCHIK
KAWSASYPI WIÑAKUNAPAQ (la Naturaleza y el Universo gritan día y
noche con sus rompimientos, giros, transformaciones, encuentros,
llegadas, andadas, ebulliciones, movimientos, vaciamientos, golpes,
enfrentadas, arrebatos, otorgamientos, llevadas, escondidas,
visualizaciones, divisiones, surgimientos, alineamientos, quemazones,
multiplicaciones, uniones y conglomeraciones, cremaciones,
polvorizaciones, coloraciones, separaciones, soplos, absorciones,
escupidas, replicaciones, aplastamientos, erecciones, tumbadas,
alejamientos, jalones, renovaciones y purificaciones. Con esos y en esos
siendo nuestra madre y padre nos abrazan, nos dan vida, nos hacen
crecer, nos conducen y nos dan rumbo al porvenir. Allí encontramos el
vivir y el saber para vivir desarrollándonos).

2.- INTIPAS, KILLAPAS, CHASKAKUNAPAS, MAYUKUNAPAS,


WARINIKUNAPAS, QUYLLURKUNAPAS KANCHARIWANCHIKMI
MANALLA TAPRA CHAKI HINALLA PURINAPAQ, LLAPA IMALLA
RIKUNAPAQ, TUTAKUNALLA RIQSINAPAQ, PUNCHAWKUNALLA
CHASKINAPAQ, RUPAYKUNALLA KUYANAPAQ, KANCHAYLLA
QATINAPAQ, CHIRIKUNALLA WISCHURUNAPAQ, CHAKIYLLA
QAWANAPAQ, MAWKAYAYKUNA SAQINAPAQ, MUSUQKUNA
TARINAPAQ, LLAPALLANCHIK KUYANAKUNAPAQ, LLANTUTA
RIKUNAPAQ, KALLPAYLLA TARINAPAQ, ATIYKUNA CHASKINAPAQ
UTAQ CHAPUYKUNA RURANAPAQ. PAYKUNAM ACHKIYNINWAN
LLAPA IMAKUNA RISQAMPI KAQKUNATA CHIMPARUNKU,
PAWARUNKU, QAWACHIKUNKU ARI CHAYPIM KARUMAN
CHAYALLANKU. PAYKUNAWANMI YACHANCHIK TUKUY LLAPA
KAQKUNA MUYUKUYUSQANTA PAQARINMAN MUSUQKAYMAN
RILLAYTAPAS. PAYKUNAM QAWACHILLAWANCHIK IMAYNAM
TUTA PUNCHAWLLATA QARQUSQANTA UTAQ PUNCHAW TUTALLA
SAQISQANTA, RUPAYLLA CHIRILLA LLALLISQANTA, CHAKILLA
MUHULLA ATIPASQANTA ARIPAS RAWRAMISMIYKUYKUYLLA
KUTUQASALLA ÑAKARICHISQANTA (el sol, la luna, las estrellas, las
galaxias, las constelaciones y los diversos mundos siderales nos iluminan
para que no andemos trastornados, identificar todo lo que existe, conocer
la noche y la oscuridad, recibir el día, amar el calor, seguir a la luz, alejar

83

el frío, detectar la sequedad, dejar el envejecimiento, hallar lo nuevo,


amarnos todos, ver la sombra, encontrar la velocidad, recibir la fuerza y
realizar las combinaciones. Ellos con su iluminación a todo cuanto se
encuentran en sus recorridos atraviesan, traspasan, brincan, reflejan y de
esta manera llegan lejos. Con ellos aprendemos los movimientos diversos
de todo lo que existe y su avance a lo nuevo. Ellos nos dejan detectar
cómo la noche aleja al día o el día disipa la noche, el calor que vence al
frío, la sequedad que gana a la humedad y el flamear que quebranta al
congelamiento).

3.- QARIQA WARMIWAN TINKUSPA, KUYAKUSPA, YACHAYPI


ARIPAS UYWANAKUYPI TIWTIWYAKUYLLA RURALLASQANQA
TAKARINAKUYMI, TUPAKUYMI, HUÑUKUYMI, SAQTANAKUYMI,
PIRQANAKULLAYMI, MUYURIKULLAYMI, QUYKULLANARIKUYMI,
MARQARINAKUYMI, ÑITIPANARIKUYMI, TUKSIRIPANAKUYMI,
QATIPAKUYMI, TAQTANAKUYMI, KICHARILLAYMI, WICHQAYMI,
SAWAYMI CHAYNATAQ APANAKUYMI. CHAYPIM TARIKAKULLAN
TIKRAKUY, ACHKAYAY, TAYTARIY, MAMARIKUY MUSUQ RUNALLA
HAMUSQAMPI (cuando el varón y la mujer se encuentran, se aman,
conviven y se mancomunan el acoplamiento que hacen son golpeteos,
encontronazos, uniones, tumbamientos, arrimaciones, encimaciones,
revuelcos, otorgamientos, abrazamientos, superposiciones, punzadas,
seguimientos, vaciamientos, aperturas, encierros, cargadas y
entrellevadas. En esos se encuentran la transformación, la replicación, la
multiplicación, la condición de padre o madre al surgir un nuevo ser).

4.- SACHAKUNAQA QISPIMUNMI UKUTUTAMANTA ALLPALLATA


RAKIRISPA. HAWAPIÑAM CHASKIKUN RUPAYTA, KANCHAYTA,
CHIRITA, PARATA, WAYRATA, LASTRATA, RITITA, QASATA,
TUTATA ARIPAS PUNCHAWTAPAS. SAYARISPAM HATUNKAYMAN
CHAYALLAN. CHAYPIM MUCHUYRIKULLAN UKUKUNAMANTA,
HAWAMANTA CHAYNATAQ KARUKUNAMANTA TUKUY LLAPA
KALLPASAPAYUQ HAMUQKUNA MANALLA TAYWICHINAMPAQ,
CHAKICHINAMPAQ UTAQ WAÑUCHINALLAMPAQPAS. YAKULLATA
UPYASPAM WIÑARILLAN, WAYTARIKUN, RURURIKUN UTAQ
ACHKAYAMPAS. PARAPA, RUPAYPA, WAYRAPA, LASTRAPARAPA
CHAYNATAQ LLUQLLAKUNALLA MAQAKUYNINTA LLAWLLISPAM
KAWSAKUN. CHAYNAMÁ QUWANCHIKQA MIKUYTA, PACHATA,
UPYAYTA, RURAYKUNATA, WASITA CHAYNAPAS ALLIN KAYTA (los
árboles emergen del interior y la oscuridad rompiendo la tierra. En el
84

exterior reciben el calor, la luz, el frío, la lluvia, el viento, la granizada, la


nevada, la escarcha, la noche y el día. Levantándose llega a ser grande.
Así resiste y aguanta la fuerza de todo lo que sale de las profundidades y
llega de las lejanías para no languidecer, secar o morir. Absorbiendo el
agua crece, florece, da frutos y se multiplica. Venciendo a los golpes, los
roces y los encontronazos de la lluvia, el calor, el viento, el granizo y los
aluviones existe y persiste. Es de esta manera cómo nos entrega la
comida, el vestido, la bebida, las herramientas, el hogar y el estar en el
bienestar).

5.- URQUKUNAQA, QASAKUNAQA, RUMIKUNAQA, APUKUNALLAM


KALLANKU UCHUYCHAKAYMANTA HATUNKARUYMAN HAMUSPA.
PAYKUNAM CHASKIKULLANKU TUKUY LLAPA IMAYNAKUNALLA
MAQAKUYTA. KANCHAYPAS, RAWRAYPAS, NINARUPAYLLAPAS,
CHIRIPAS, YAKUPAS, PARAPAS, WAYRAPAS, WASPIKUNAPAS,
PUYUPAS, LLIPYAPAS, ILLAPAPAS, TUQYAYPAS, TIKRAKUYPAS
PAYKUNATAM HAPINKU, RAKINKU, TAKANKU, CHIPTINKU,
HURQUNKU, APANKU, QIPICHINKU, CHAPUNKU, QAPARICHINKU,
AYSANKU, TUÑILLACHINKU UTAQ RAQRANKUPAS. UKUMANTA,
HAWAKUNAMANTA ICHARI KARUKUNALLAMANTA HAMUQKUNAM
TAKAMAQALLANKU. CHAYKUNAWANMI SINCHIHATUN KAYNINTA
QAWACHIWANCHIK (los cerros, las rocas y las piedras son poderosos
por venir de la inferioridad y la miniatura a la grandeza. Ellos reciben toda
clase de golpes, choques y roces. La luminosidad, la radiación, el fuego,
el frío, el agua, la lluvia, el viento, los vapores, las neblinas, los gases, las
nubes, los relámpagos, los truenos, las explosiones, los reventones y las
transformaciones atrapan, separan, golpean, pellizcan, extraen,
trasladan, cargan, combinan, hacen gritar, jalan, colapsan y perforan. Lo
que sale y lo que llega del interior, el exterior y las lejanías acontecen los
choques. Con eso nos muestran su dureza y grandeza).

6.- YAKULLAM, WAYRALLAM, NINALLAM, RUPAYKUNALLAM,


KANCHAYLLAM, CHAYNATAQ PUNCHAW TUTALLA HUÑURIKUSPA
CHAPUKUYKUSPAQA HATARICHILLANKU HATUN PILLINKUY
SIQUWAYRAMUQ PURIKUQTA. CHAYLLAM MAWKAKAKUNATA,
MANALLA ALLINLLA SAYARIKUQKUNATA, QILLIHANRAKUNATA,
ASNAYKUNATA ARILLAY SASAKUNATAPAS PUKURUN, MAQARUN,
APAKUN, SUTUCHIN, CHINKACHIN, MAQTACHUTAN, WAQTAKUN,
AYSARUN, WISCHURUN UTAQ MILLPUKURUNPAS KALLPALLA,
ATIYLLA, SUMAQKAYKUNALLA, MAYLLARIKUYKUYLLA ISAPAS
85

MUSUQYAKUYLLA CHAYAKAMUNAMPAQ. ICHA RILLASQAMPIM


ACHKA TUÑIYTA CHAYACHIMUN, LLUQLLAWANMI APARIKUN
TUKUY IMAKUNA MANALLAÑA LLAWLLIKUY ATIKURUQTA,
PAMPAKUNATAM PARQULLAN, RUNAKUNAPA RURASQANTAM
PAKIRIKUSPA WISCHURIKUN CHAYNAPAS URQUKUNALLATA,
QAQAKUNATA, RUMIKUNALLATA UTAQ ALLPAKUNALLATAPAS
TIKRAPARUSPAM KUYURICHIN. KAYMI HATUN SUMAQLLA
TIKRAKUYQA KAWSAY WIÑAYKUNA MUSUQPI CHAWPINAMPAQ
PAQARINAMPAQPAS (el agua, el aire, el fuego, el calor, la luz, el día y
la noche al conjuntarse y combinarse generan los remolinos, los
huracanes, las tolvaneras, las turbonadas, los torbellinos, los tornados,
los tifones, las tormentas, las lluvias torrenciales, las calimas, las auroras
y las nieblas que recorren. Esos sucesos a lo viejo y lo caduco, a quienes
no pueden estar firmemente asentados, las suciedades, los hedores y las
trabas dificultades soplan, golpean, llevan, derriten, desaparecen,
arrancan, tumban, arrasan, desechan y engullen para que llegue la
fuerza, la potencia, el estar bien, la purificación y la renovación. Pero en
sus recorridos acontecen grandes destrucciones, con los aluviones y los
desgajamientos llevan todo cuanto no tiene resistencia y flexibilidad,
inunda a los valles, destrozas las obras de las personas y asimismo
remueve y transforma a los cerros, las rocas, las piedras y los suelos.
Esta es la gran transformación para que el vivir y el desarrollarse sea el
centro del estar en lo nuevo y el avance al porvenir).

7.- KAWSANAPAQA, PAQARINMAN RINAPAQA CHAYNALLATAQ


YACHANAPAQA ISKAY TINKUTUPAY TAKAYÑIQIRUKUYKUNATAM
RURAKULLANCHIK. MIKUYKUNATA WAYQUNI YANUKUNAPAQA
ACHKALLAKUNATAM TAKANCHIN, KUTANCHIK, MAQANCHIK,
SUYSUNCHIK, MAYLLANCHIKPAS, RAKINCHIK, KAÑAKUNCHIK,
TIMPUCHINCHIK, CHAPUKUNCHIK, QIWINCHIK, TIQTINCHIK,
KANKANCHIK, KUCHUNCHIK, CHIQTANCHIK, MUYUCHINCHIK,
PUKUNCHIK, CHAQMANCHIK, CHAQUNCHIK, ÑUTUNCHIK UTAQ
QUPACHANCHIKPAS. LLAMKASPAQA ALLPATAM TIKRANCHIK,
RUMITAM WISCHUNCHIK, CHAMPALLATAM QULLUKURUNCHIK,
SUKATAM RURANCHIK, WANUTAM MAQCHINCHI, MUHUTAM
CHURANCHIK PAKANCHIKPAS, JUMPIKUNCHIKMI, UYWALLATAM
QATINCHIK, YAKUTAM CHALLANRIKUCHIK, TARPUKUNCHIKMI,
TARPUYLLA PUQUPTINQA CHUTALLANCHIKMI, HURQUNCHIKMI
UTAQ APAKUNCHIKPAS. KAYKUNA RURAYQA TINKUKURUYMI,

86

TAKARUKUYMI, MAQAYMI, CHAPUYMI UTAQ TIKRAPARUYMI


(para vivir, avanzar y saber efectuamos dos acciones de choque, golpe,
reventón y destrozo. Para preparar la alimentación efectuamos
abundantes golpes, cortes, molidas, choques, cernidas, lavadas,
separaciones, quemaduras, ebulliciones, combinaciones, torceduras,
frituras, asados, tajaduras, partimientos, remociones, soplos, destrozos,
polvorizaciones, demoliciones y trituraciones. Al trabajar o laborar
roturamos y volteamos la tierra, retiramos las piedras, deshacemos los
terrones, formamos andenes, esparcimos el abono, colocamos la semilla
tapando, sudamos, dirigimos a los animales, regamos con el agua,
sembramos, cuando maduran arrancamos, extraemos y llevamos. Estas
acciones son confrontaciones, choques, encontronazos, remociones,
explosiones, destrucciones, divisiones, fragmentaciones, combinaciones y
transformaciones).

8.- PURISPAQA, RISPAQA, HAMUSPAQA, KUYUSPAQA UTAQ


MUYUSPAPAS TINKUNAKUNCHIKMI RUPAYWAN, CHIRIWAN,
WAYRAWAN, PARAWAN, ACHKIYWAN, WASPIWAN CHAYNATAQ
SARULLANCHIKMI ALLPATA, HAYTANCHIK RUMITA, YARQATA
UCHKUTAPAS PAWANCHIKMI, MAYKUNATAS QAWANCHIKMI,
PIKUNAWAMPAS TUPANCHIKMI, HANAYMANMI LLUQANCHIQ,
URAYKUNALLAMANMI URAYCHAKUMUNCHIKQA, INTILLAWANMI
PUSACHIKULLANCHIK, KILLAWAN CHASKALLAKUNALLAWANMI
AYSACHIKUNCHIK. CHAYPIM SAYKUKUNCHIK, SAMARINCHIK,
SUKLLALLANCHIK CHAYNATAQ MUSMUKUNCHIK, HAPINCHIK,
CHASKINCHIK UTAQ WISCHUNCHIKPAS IMAKUNATA (al caminar,
andar, ir, venir, moverse, dar vuelta y girar nos enfrentamos con el calor,
el frío, el aire, la lluvia, la luz, los vapores y asimismo pisamos el suelo,
pateamos la piedra, saltamos los hoyos y las zanjas, miramos por todas
partes, nos encontramos con algunos, subimos, bajamos, nos guiamos
con el sol, nos dejamos orientar con la luna y la estrellas, descansamos,
respiramos, nos cansamos y olemos, atrapamos, recibimos o expulsamos
algo).

9.- LLAPA MAKIQAPCHIYKUNA RURAYKUNAQA, TAKIYPAS,


TUSUYPAS, PAWAYPAS, AWAYPAS, PUCHKAYPAS, IÑIYPAS,
AÑASULLAPAKUYPAS, YUPAYCHALLAYPAS, RIMARINAKUYPAS,
KAMACHIKUYPAS, KASUKUYPAS, QATIYPAS UTAQ QISPIYPAS
TAKAKUYKUNAPI TARIKUYMI. IMALLATAPAS RURANCHIKMI,
YACHANCHIKMI UTAQ RIMALLANCHIKPAS TUKUY IMAKUNALLA
87

KAQKUNAWAN CHAYNATAQ RUNAMASINCHIKUNAWAN UTAQ


ÑUQALLANCHIKWAN TINKUNAKUSPAM, TIKRANAKUSPALLAM,
MUYUKUYUSPALLAM (todas las obras y las acciones artesanales, el
cantar, el bailar, el danzar o el saltar, el tejer, el hilar, el creer, los
agradecimientos, la adoración, las comunicaciones, los mandatos, las
realizaciones, el seguimiento y el proseguir es hallarse en los choques, los
encontronazos y las diferenciaciones. Todo ejecutamos, aprendemos y
comunicamos enfrentándonos, encontrándonos, chocando, mutando y
cambiando con todo lo que existe, con nuestros semejantes y con
nosotros mismos).

Si alguien no comprende la forma en que acontece el fluir de la vida, el


desarrollo desigual y la expansión universal, aunque tenga una
preparación multidisciplinaria, jamás podrá acceder a la cosmogonía de
los pueblos originarios. El pensar y el saber en los pueblos originarios no
es un asunto del debate teórico, una apologética confesional, un dirimir
ideológico, una asunción política y un proceder moral. La racionalidad
mítica por haber dado origen a las revoluciones económicas, políticas y
culturales durante el periodo denominado salvajismo y barbarismo, al
usar el método de choque, es ante todo un arte de vivir que se traduce
en el arte de pensar y saber. Para los pueblos originarios, el pensar y el
saber, es principalmente un arte. En el razonar o la operacionalización de
la gnoseología participan de manera combinada la intuición, el sentido
común, los sentimientos, las pulsaciones, la imaginación, los recuerdos,
las experiencias, los desplazamientos, las labores, las relaciones, las
visiones, las inquietudes, las potencialidades y las habilidades.

Un axioma contiene las reglas ancestrales: ACHKATAM KAWSANAQA,


ALLINTAM LLAMKALLANAQA, HATUNTAM KUYAKUNAQA, TUKUY
IMATAPAS SUMAQKUNALLA ALLINKUNALLATAM RURAKUNAQA.
CHAYWANMI YACHANCHIK ALLINTA, ACHKATA, HATUNTAPAS.
(vivir bastante, trabajar bien, amar grandemente y realizar todo mejor y
mayor. Con esos aprendemos y sabemos bien, suficiente y grandemente).
A la vez las reglas primigenias contienen una exigencia y una advertencia:
PIPAS TINKUKUYPI, KUYUYPI, MUYUYPI, KAWSAYPI, LLAMKAYPI
UTAQ YACHAYKUNAPIPAS MANALLA TAKAKUQA, TIKRALLAQA,
HAPILLAQA, CHASKIKULLAQA, WISCHUQLLAQA MANAMANAM
ÑAWPAQ TAYTA MAMAPA NIKUYNINKUNALLATA CHASKINCHU
RURALLAMPASCHU (alguien en los choques, los encuentros, los
movimientos, los rodeos, el vivir, el trabajar y el saber no realiza el
88

choque, el encontronazo, la transformación, el atrapar, el recibir y el


escoger de ninguna manera recibe y cumple las comunicaciones de los
primeros padres y madres). TINTUNAKUY, TAKANAKUY, TUQYAKUY,
MUYURIKURILLAKUY, PAWAKULLAY UTAQ TIKRALLAKUYPAS
ÑUQALLANCHIKPAQA AMÑATIKSILLAN KAKUN (para nosotros los
choques, los encuentros, los golpes, las explosiones, las reventadas, los
giros, las vueltas, los saltos, los brincos y las transformaciones son
fundamentales).

Los pueblos originarios, estando en los territorios comunitarios, razonan


según los desplazamientos que realizan para laborar, cuidar los
animales, recolectar la leña, ejecutar las construcciones, reparar los
caminos, arreglar los corrales, visitar a los conocidos, remover las rocas,
juntar las piedras, hacer las ceremonias, llevar las cosechas, acudir a las
ciudades, concurrir a las reuniones y manifestar las expresiones artísticas.
Cada acto, proceder, movimiento y ejecución son fuentes
generantes del pensar y el saber. La dinámica de los pueblos
originarios es vivir y trabajar pensando, pero a la vez es saber viviendo y
trabajando. Solo así se obtienen los resultados, los fines y los frutos del
vivir y el laborar.

Por la inseparabilidad entre las acciones manuales y las operaciones


mentales, los pueblos originarios, no generan los conocimientos
capturados con las abstracciones categoriales. Porque su vivir acontece
en plena identificación con los movimientos, las vibraciones y los
sacudimientos de los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el
Universo. Los pueblos originarios en su vivir y laborar se encuentran
dentro de cuatro tipos de movimientos que movilizan su organismo:
TAYTA MAMAPA KUYUMUYUKUYNIMPIM KAKUNCHIK (estamos en
el movimiento y el girar de nuestro padre y madre); AYLLUKUNAPA
QUMUNKUNALLAPA MUYURIYNINWANMI ATIYTA KALLPAYTA
TARINCHIK (con los movimientos y los rodeos de las familias y las
comunidades encontramos la fuerza y la potencia); SUNQULLANCHIK
PUMPUMYAPTINMI YACHANCHIK YAWARNINCHIK ALLINLLATA
SAYACHIWALLASQANCHIKTA KAWSACHIKUWASQANCHIKTAPAS
(cuando sentimos la pulsación y el retumbar de nuestro corazón sabemos
que nuestra sangre nos asienta y nos hace vivir); UYWAKUNAPA
PURIYNINWAN LLAMKAYNINWANMI PUSAKUYTA QATIYTAQA
YACHANCHIK (con el caminar y el trabajar de los animales aprendemos
a seguir y conducir). Son las indicaciones trasngeneracionales y
89

transespaciales para seguir aplicando la cosmogonía y las reglas


ancestrales. Porque el vivir, el trabajar y el saber requieren la correlación
y la confluencia del movimiento interno, externo, combinado y a la vez
sincronizado. Es decir, el pensar y el saber, en los pueblos originarios
emergen, suceden y se proliferan con el uso del movimiento propio y el
movimiento de la totalidad existencial. Sin la sincronización y la
combinación de estos dos movimientos, a pesar que puede haber la
operacionalización de la lógica científica, los conocimientos son simples
construcciones lingüísticas.

LLAQTAKUNAMAN CHAYARISPAQA, HUKLAWPI TARIKUSPAQA,


MAYKUNAPIPAS KALLASPAQA UTAQ KARUKUNAPI PURISPAQA
MANAM QAWAYNINCHIKUNATAQA SAQILLANCHIKCHU NITAQ
TIKRANCHIKCHU. IMAYNAM QUMUMPI YACHASQANCHIKWANMI
RUNAMASINCHIKUNAPA KAWSAYNIKUNATA, WIÑARIKUYNINTA,
PURIYNINTA CHAYNAPAS LLAMKAKUYNINTA YACHAYNINTAPAS
TARINCHIK, RIQSINCHIN, HAPINCHIK ARIPAS APALLANCHIK
(acudiendo a las ciudades, estando en otros lugares, hallándose en alguna
parte y caminando en las lejanías no dejamos ni cambiamos nuestra
manera de observar. Con la forma en que vivimos y sabemos en la
comunidad encontramos, identificamos, atrapamos y hasta llevamos el
estilo de vivir, el avanzar, el caminar, el trabajar y el conocer de nuestros
semejantes). Cambiar de creencia, mudar de localización, adoptar otra
doctrina, saltar a otra organización y vivir otro estilo del ser en el estar
significa renegar las reglas ancestrales, olvidar el colectivismo y
adentrarse en el clasismo.

Esta es la regla ancestral para no quedar tragados, engullidos y atrapados


por las doctrinas proselitistas. Las dos exigencias clasistas: el magister
dixit y así establece la ciencia, en los pueblos originarios, carecen de valor,
utilidad y prestancia. Porque son las dos formas del totalitarismo, el
autoritarismo y el absolutismo ideológico. Donde los copiados, las
transcripciones, las repeticiones, las declamaciones y las memorizaciones
que pululan en el sistema educativo nacional son procedimientos
completamente arbitrarios. La libertad invocada en el clasismo son
baratijas, justificaciones y canonjías baratas. La única certeza que
prevalece en la educación actual es seguir los vaivenes que impulsan el
uso de las tecnologías de control satelital. Los pueblos originarios, con la
imposición de la llamada innovación tecnológica, van recibiendo las sobras
de las poblaciones de los centros urbanos. La lógica clasista de que no
90

pueden quedar rezagados de las revoluciones científicas y tecnológicas,


sin acontecer la revolución industrial en la economía natural de
subsistencia, deviene en un brutal sometimiento político, ideológico,
comunicacional y tecnológico. Los pueblos originarios al adoptar el uso de
las tecnologías digitales, un suceso exclusivamente relacional y
comunicacional, no tienen la posibilidad de generar la producción con el
uso de las tecnologías automatizadas. Esta es la dura realidad que
campea en las poblaciones rurales y en especial entre los pueblos
originarios. Es la rudeza que tratan de negar y hasta ocultar quienes
claman que vivimos la posmodernidad, el poscapitalismo y el
postindustrialismo.

YACHANAPAQA ALLINTAM PURIKUNA, SUMAQTAM LLAMKARINA,


ACHKATAM KUYAKUNA UTAQ HATUNLLATAM RURAKUNA (para
vivir, aprender y conocer hay que andar bien, trabajar bonito, amar
intensamente y actuar grandemente). Esta indicación ancestral rompe la
manía y la costumbre clasista de pensar, conocer, saber, generar y aplicar
los conocimientos. El proceso gnoseológico de los pueblos originarios no
presume ni pretende acontecer los valores para formar, guiar y alinear la
identidad, la personalidad, el proceder, la socialización y la laboriosidad.
La moral de productores que prevalece en los pueblos originarios , por no
contener la dimensión coactiva para estudiar, trabajar o andar, son
cualidades-virtudes que emergen en el colectivismo. La axiología
inseparable de la estética en los pueblos originarios no son procesos,
eventos y acciones que se insertan desde el exterior. Es parte del
despertar del ser social. Precisamente las actividades artesanales
combinan las dos condicionalidades del ser en el estar con el diseño, la
modulación, el modelaje y la elaboración.

QUMUNPIQA YACHAYLLATAQA CHASKINAM, APANAM, KUYANAM


UTAQ RURAKUNALLAM. CHAYWANMI RIQSIKULLANCHIKPAS,
YUYARINCHIK, TARINCHIK, LLAMKANCHIK, ACHKACHINCHIK
CHAYNAPAS QUYKUNCHIK (en la comunidad el vivir y el saber hay que
recibir, llevar, amar y ejecutar. Con eso identificamos, conocemos,
recordamos, hallamos, trabajamos, ampliamos y entregamos). Es la
recomendación que viene desde el pasado lejano, para que la cosmogonía
primigenia comunicadas con el mito no llegue a opacarse o desaparecer,
sino que sea aplicada en las nuevas condiciones sociales y hasta naturales
que el devenir coloca. Con esta regla ancestral se invita y se convoca a
no quedar atrapados, engullidos, cambiados y deformados con los
91

conocimientos y las posiciones de las poblaciones diferentes a los pueblos


originarios. Los conocimientos científicos, los pensamientos de las
poblaciones diferentes a los pueblos originarios y las doctrinas que
sostienen al orden histórico opresor surgen, se diseminan y se ramifican
con dos criterios anti-indígenas: alcanzar el éxito, la victoria, la cima y el
triunfo destrozando a los demás con la competencia; obtener el sustento
usando todos los mecanismos que otorgan la legalidad, la buena suerte,
las relaciones y las recomendaciones. Es decir, la superestructura clasista
contemporánea, permite acceder a los puestos de honor, los cargos de
buenos sueldos, las actividades de alta remuneración y las reputaciones
de gran valer exclusivamente con el despliegue de ganar, acumular,
multiplicar, poseer más, tener mayor e incrementar el patrimonio para
valer.

YACHAYQA KAWSASPA KAWSAYKUNAPI KAWSARIKUYMI (el


pensar, el conocer, el saber y el creer es vivir con las experiencias,
las vivencias y las prácticas en el existir). Este es el principio general,
rector y conducente de las manifestaciones y las expresiones culturales
de los pueblos originarios. La dimensión racional del existir es resultado
del ámbito vivencial y laboral. Por acontecer en el vivir, con el vivir, el
laborar y con el laborar a fin de que sigan discurriendo con mayor
dinamismo, eficacia y resultados siempre opera en la practicidad, la
operatividad y la cristalización de las experiencias. QUMUNLLAPI
KAYQA, KAKUYQA, YACHAYQA UTAQ TARIKUYQA TUKUY LLAPA
IMAKUNA KAQLLAWAN YACHALLAYMI (vivir, estar, saber y existir en
la comunidad es aprender, recordar y conocer con todo cuanto existe).
En la racionalidad mítica, el aprendizaje, el conocimiento y la
comunicación, suceden y operan cuando la totalidad, la globalidad y la
universalidad llegan a consustanciarse con la particularidad, la
singularidad y la especificidad.

Tres son los saberes de gran especialización en el colectivismo primigenio:


la ingeniería y la arquitectura, la medicina y la astronomía. Los grandes
legados ancestrales que levantan las admiraciones y las interpretaciones
confrontadas son las expresiones paleolíticas-neolíticas que muestran las
interacciones y las interconexiones siderales, cósmicas y astrales. Estos
saberes son los fundamentos de la ciencia actual. A través de estas
sapiencias, construcciones y realizaciones, las colectividades primigenias,
muestran la manera en que el vivir, el trabajo y la racionalidad colectiva
operan en la formación y la consolidación de las tres instituciones iniciales
92

y permanentes. El vivir aparece como una mancomunación, el poder se


revela como la potencia creadora, el trabajo como la actividad
imprescindible, la racionalidad como la incursión en la complejidad
universal y las relaciones como las reciprocidades en el manejo del
enroscamiento del espacio y el tiempo. Las vivencias, las experiencias,
los recorridos, las replicaciones, las multiplicaciones, las ideas, los
pensamientos y los conocimientos condensados en la cosmogonía, las
reglas y el mito quedan establecidas en calidad del primer proceso
cultural. Es el inicio de la sedimentación del orden histórico.

El manejo de la racionalidad en cada una de las tres especialidades de


gran impacto son completamente originales, altamente operativas,
procedencias múltiples y sincronizantes de una variedad de visiones,
técnicas, propuestas, procedimientos y mecanismos. Pero un proceso
gnoseológico siempre presente en el orden histórico aquilata los
tres saberes: el otear que acontece la prognosis. La mayoría de los
estudiosos denominan oráculo, adivinación, predicciones, presagios,
augurios, vaticinios, sortilegios o videncias. El otear y la prognosis
identifican con la magia, la hechicería y las diversas formas de la
necromancia. El colectivismo primigenio opera no la adivinación y el
sortilegio, sino la percepción del pasado, el futuro y lo oculto en el
presente a través de los diferentes contenidos y componentes de la
Naturaleza y el Universo.

Para realizar el otear que lleva a la prognosis, los ancestros, operaron


siete procedimientos-acciones que son las internacionalizaciones de la
universalidad existencial y las externalizaciones de las subjetividades:
YUYARIYACHAYTA (el razonar, el meditar, el contemplar, el recordar,
el viajar, el silencio y el hablar); PURIYTA, KALLPAYTA, TIYAYTA,
SAYAYTA, MUYUYTA ARIPAS QAWARIKUYKUNATA (caminar, correr,
sentarse, pararse, girar y observar minuciosamente); TAKAYTA,
ÑUTQUYTA, CHAPUYTA, PAKIYTA UTAQ MACHKAYTA (golpear,
polvorizar, combinar, romper y desmenuzar); TARIYTA, HAPIYTA,
CHASKIYTA, HURQUYTA, APAYTA ARITAQ RURAYTA (hallar,
atrapar, recibir, extraer, llevar y hacer); PAWAYTA, CHIMPAYTA,
LLUPTIYTA, QATIYTA, ATIYTA, WISCHUYTA UTAQ YAYKUCHIYTA
(brincar, saltar, pasar, cruzar, escapar, seguir, poder, desechar e
inocular); TAPUYTA, CHUTAYTA, AKLLAYTA, SAQIYTA, KIPUYTA,
MAÑAKUYTA, QAYAYTA UTAQ RIMACHIYTA (preguntar, arrancar,
escoger, dejar, anudar, pedir, invocar y hacer hablar); HAMPIYTA,
93

UNQUCHIYTA, YACHALLICHIYTA, MAYLLAKURUYTA, ATICHIYTA,


RUPACHIYTA, CHIRICHIYKUNATA, CHINKACHIYTA, QARQUYTA,
KUTICHIYTA, KUYACHIYTA CHAYNAPAS QIPARUKUYTA (curar,
enfermar, enseñar, purificar, vitalizar, quemar, enfriar, desaparecer,
expulsar, hacerlo volver, amar y asentarse). Todas estas acciones,
procederes y técnicas son movimientos polidireccionales que abren los
circuitos y los canales del fluir tanto de la energía como de la vida.

Con la PROGNOSIS, la percepción especial de lo oculto y lo


complejo, se llega a determinar los eventos, las circunstancias y
las acciones que van confluyendo en el periodo intermedio entre
el origen y el destino de las personas y las colectividades. Por esa
razón, el otear y el efectuar la progonsis, son los saberes y las acciones
de las personas que llegan a un manejo portentoso de las reglas
ancestrales en continua actualización, ramificación y perfeccionamiento.
La cosmogonía primigenia se externa y se realiza precisamente con estos
saberes. Los especialistas en la prognosis tienen un amplio conocimiento,
uso y consustanciación con todos los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo. Además tienen un cuidado magnífico del
organismo y la utilización intensa de los sentidos. Su visión, asimilación y
percepción de la universalidad existencial surge y avanza por niveles,
dimensiones y mayores complejizaciones. Pero no pueden utilizar las
reglas ancestrales fuera, olvidando o relegando a las tres jerarquías
determinantes.

La localización topográfica es básica en el otear y la efectuación de la


prognosis. Por ascender, penetrar, viajar, descender y moverse en todas
las dimensiones de la universalidad existencial tienen las habilidades y las
capacidades de conectar los tres momentos del tiempo, los espacios
delimitados, los mundos siderales y las existencias orgánicas e
inorgánicas. Son personas que llegan a desplazarse en las interioridades
y las profundidades, las exterioridades y las amplitudes o las lejanías y
las expansiones de la Naturaleza y el Universo. Son quienes saben vivir,
interactuar y reciprocidarse con la infinitud, la eternidad, el misterio y lo
desconocido. Por tanto, todo cuanto efectúan y ejecutan, son portadores,
canalizadores, reponentes y dispensantes de la energía. Su proceder,
interpretar y transformar genera, acontece y amplía las simbologías, las
representaciones, las replicaciones, las grafías, las diferenciaciones, las
jerarquizaciones, los signos, los trazos, las expresiones artísticas, las
valoraciones, las combinaciones y las elaboraciones que quedaron
94

instituidos en los comienzos de la racionalidad mítica. La creatividad, la


ingeniosidad, la imaginación, la intuición, la sensibilidad y la perspicacia
constituyen sus dinámicas de gran utilidad. Con los cuales llegan a
confluir, combinar y correlacionar lo visible y lo invisible, lo conocido y lo
desconocido, la búsqueda y el descubrimiento, lo divino y lo natural o lo
natural y lo humano. Quienes practican el otear y la prognosis son los
desarrollantes de un lenguaje compuesto por siete detonantes: RIMAY
(hablar), QILLQAY (trazar, graficar, escribir, significar y pintarrajear),
PURIMURACHIY (replicar, reproducir e imitar), HAYKULLUQTAY (la
alegoría, la metáfora y la simbología), CHASKARIRAMUNHARAWI
(poesía, drama y suspenso), TAKIY TUSUY (canto, música, danza y
baile) y WILLAKUY PASKAKURUY RURACHIY (comunicar, dirimir y
protagonizar).

En los pueblos originarios son quienes usan, manejan y divulgan un


lenguaje altamente especializado, tecnificado y complejo. Pero por esta
condición y cualidad no son colocados por encima de la colectividad,
porque su razón de existir y ser en el estar solamente lograron disponer
por el comunitarismo. Sin el colectivismo, todas las formas de manejo de
la prognosis, no son ancestrales. Tienen la particularidad de acontecer las
interacciones intra y extra comunitarias con un desnivel y diferenciado de
la comunicación de la cosmogonía. Generalmente dan continuidad a su
sapiencia a través de la formación de nuevos aplicantes del saber
ancestral. A la vez son quienes conocen con mayor amplitud la extensión,
la profundidad y los contenidos de la territorialidad comunitaria. La
aplicación de sus saberes benefician a la comunidad y a las poblaciones
que no son parte de los pueblos originarios.

Los pueblos originarios, en el pensar y el saber, avanzan con diversas


ondulaciones y niveles. Los sabios y los eruditos o las prudentes y las
juiciosas manejan la cosmogonía y el mito con fluidez, complejidad y
empapado con un lenguaje meticuloso. Con ese proceder se diferencian
de los demás miembros de los pueblos originarios. Sus conocimientos,
técnicas, metodologías y procedimientos se aplican con amplitud y sin
restricciones en la medicina ancestral. Porque su función es eliminar,
quitar, expulsar y diseminar las causas, los orígenes, los agentes, las
consecuencias y los peligros que encierran una diversidad de anomías
provocadas por el ser social. A la vez controlan los efectos que tienen los
impactos, los choques y las zarandeadas de los eventos cósmicos,
siderales, geológicos y atmosféricos en la vida. Su rol central en los
95

pueblos originarios es conservar, mantener y preservar la unicidad


orgánica y la vitalidad. Junto con la conducción de los pueblos originarios
tienen la potestad de alejar, destruir y desaparecer la fatalidad en todas
sus formas de manifestación y presencia. El cuidado, la asistencia y la
atención a la salud principalmente se encuentra a cargo de quienes saben
otear y generar la prognosis. Con el imperativo de penetrar y asimilar los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo empotran el
aliento, la salud y la afluencia vivencial en todas las personas que
enfrentan los problemas, las carencias y las afectaciones.

Esta diferenciación en el pensar y el saber de los pueblos originarios,


aparte de no acontecer la discriminación, muestra el grado de
especialización que existe. Las reglas ancestrales, por su diversidad y
multiplicidad, contienen esta diferenciación sapiencial. Los saberes de los
pueblos originarios, al no distinguir las disciplinas sapienciales, confluyen
en una única fuente de creer, razonar y laborar. La multiculturalidad y la
diversidad vivencial de los pueblos originarios son las expresiones que
diversifican y distinguen las localizaciones. Las dos grandes operacionales
gnoseológicas en los pueblos originarios: el otear y la prognosis, las
únicas maneras de identificar y reconocer con anticipación los sucesos
que pueden causar los desastres, las desgracias y las destrucciones
fulminantes es una tradición que surge en el paleolítico y alcanza su
mayor operatividad en el neolítico. En la actualidad queda en su mayoría
procedimental en quienes se identifican y participan en el esoterismo en
sus diversas corrientes y tendencias. En los pueblos originarios, por el
impacto arrollador de la superestructura clasista, prosigue en su estado
primigenio en muy pocos sabios y excepcionales mujeres.

96

IV
MITO Y COSMOGONÍA

Entre la intelectualidad prevalece cuatro posturas sobre el mito: quienes


consideran que es una visión general de la realidad que aparece en el
pasado lejano y que constituye el precedente del conocimiento científico;
quienes plantean que son las narraciones orales sobre los dioses, los
héroes, los sucesos sobrenaturales y los eventos espectaculares; quienes
señalan que son leyendas, fábulas y cuentos que tratan de mostrar el
surgimiento del orden desde el caos, la oscuridad y la disparidad; quienes
postulan que son transmisiones y retransmisiones sobre las personas y
los acontecimientos en diferentes espacios únicos en un lenguaje épico,
poético y simbólico. Cada postura contiene algo de verdad y procura
revelar los inicios de la racionalidad, la mentalidad y la creencia.

Desde que la ciencia se instala como la globalidad sapiencial, el mito


fundacional aunque es admitido como el precedente de la generación de
la superestructura, quedó severamente despreciado, desechado y
abandonado. En especial los positivistas y los analíticos consideran un
pensamiento fantasioso, ilógico y primitivo. Con tal señalamiento indican
que los pueblos originarios son personas que no razonan, piensan y
conocen con los procedimientos lógicos, científicos y filosóficos. La
mayoría de los intelectuales consagrados en las diferentes sapiencias
disciplinarias, por su confesionalidad religiosa o política, colocan al mito
en la categoría de falsedad, mentira, especulación e imaginerías.

Los pensadores antimitos son ignorantes profesionales. Porque niegan


tres certeza permanentes: el surgimiento de la racionalidad, la conciencia,
la memoria y la inteligencia; la aparición de las interacciones subjetivas y
las socializaciones; el origen de la metafísica, la filosofía y la ciencia. La
conformación de la cosmogonía antigua, una configuración y armazón de
la ontología y la gnoseología, es la PRIMERA REVOLUCIÓN global; porque
abarca el proceso económico, el surgimiento de las reglas conduccionales,
la institucionalización de la creencia, el alineamiento del ser en el estar,
los sucesos de conglomeración y la instalación de los mecanismos
orgánicos del avance histórico. La cosmogonía primigenia es la
97

interpretación y la condensación operacional sobre la génesis, el origen,


la estructura, el rol, el desarrollo, la diferenciación, la jerarquización y la
expansión de la universalidad existencial. Donde la manualidad delimita
la racionalidad. Con la organización del colectivismo que impulsa el arte
de la manutención, el ser social, abre paso a un proceso continuo de la
transformación de la base económica con las técnicas y las tecnologías
cada vez nuevas. Este es un acontecer verdaderamente revolucionario.

Es importante para los pueblos originarios entender su cosmogonía como


una replicación de la taxonomía y la dinámica natural universal. Los mitos
en este sentido, una diversidad de narraciones y testimonios, cumplen la
función de conservar, comunicar, resguardar y transmitir la cosmogonía
primigenia. La cosmogonía contiene la explicación vitalicia, organicista y
naturalista del movimiento polidireccional y multimodal que existe en la
Naturaleza y el Universo. Contar, describir, divulgar y diseminar esta
aprehensión de la globalidad, la totalidad y la universalidad existencial es
tarea del mito.

Cuando tenía 8 años, un anciano de 80 años conductor de la comunidad


TANTAR, conduciéndome a la cima de TAPUKUNA URQU (cerro al que se
pregunta) que tiene tres cuevas a la mitad de su altitud, una vez que me
hizo sentar en una piedra tapada con líquenes me manifestó sobre el mito
y la cosmogonía: ÑAWPAHATUN, QISPIPAQACHIQ, RIKCHARICHIQ,
ACHKAYACHACHIQ, HATUNYACHACHIQ UTAQ PUSAYAKULLAQ
YACHAKUYTAM, KAMACHIKUYTAM, RURAKUYTAM CHAYNAPAS
RIMARIKUYKUNATAM MUSUQ QUMUNLLA CHAYAMUQKUNAMAN
NIYKUNCHIK (el gran vivir, el pensar, el saber, el mandato, el actuar y
el hablar primero, el generador, el que despierta, el que multiplica, el que
engrandece y el que conduce a las nuevas generaciones de comuneros
transmitimos).

PACHA TAQPI KAQMANTAM KAQKULLAQTAM KAYKUNAMANTAM


LLUQSIRIKURIKUYNINCHIKTAM CHURAKULLANCHIK UKUNAYPI
KAWSAKUYKUNA WIÑAYPAS TIQSISAYACHIKUQNINTA (nuestro
salir, aparecer y venir del existir y el estar de la Naturaleza y el Universo
colocamos en la zapata, la base y el cimiento de la vida y el desarrollo).
Ahí se tiene lo que contienen, expresan y representan la cosmogonía y el
mito. La primera deviene en la espiritualidad, la creencia, el rito, la
ceremonia, la celebración, la gratitud, la adoración y la regulación. El
segundo se conforma como un proceso del pensar, el razonar, el saber,
98

el conocer, el buscar, el identificar, el explicar, el nominar, el comunicar


y el condensar. La convergencia y la correlación de la cosmogonía y el
mito, o la cohesión y la compactación, constituyen la filosofía de la vida
de los pueblos originarios. No pueden denominarse las concepción del
mundo tal cual entienden y divulgan las poblaciones diferentes a los
pueblos originarios. Pero sí puede llamarse la metafísica primigenia: el
enlazamiento desde una situacionalidad y ubicación específica con lo
superior, lo anterior, lo generante, lo envolvente, lo trascendente y lo
universal. Los pueblos originarios expresan su anhelo de la eternidad, la
infinitud y la perpetuidad única y exclusivamente asumiendo la
continuidad y la expansión de la universalidad existencial. Mito y
cosmogonía conforman y constituyen la superestructura primigenia que
actualmente únicamente los pueblos originarios operan.

El anciano que me llevó a TAPUKUNA URQU, después de mencionar el


contenido y la transmisión del mito y la cosmogonía, llegó a señalarme
siete lugares a los que debo ir y en los que tengo que realizar algunos
ejercicios: PUNKUQASAMAN CHAYASPAM ALLPATA HUQARINKI
ISKAYNIYUQ MAKILLAYKIWAN CHAYLLAM KARUKARULLAMAN
MAQCHIKURUNKI (llegando al cerro PUERTA lleno de escarcha con la
dos manos recogerás la tierra y aventarás lejos); WATARIWAQTAMAN
RISPAQA YANA RUMIPI TIYASPAM KARUKUNATA QAWALLANKI
(viajando al pajonal de los pumas sentado en una piedra negra efectuarás
el otear); CHALLWAMAYUMAN CHAYARULLASPAQA HAPIKUNKIM
WIRPICHALLWATA ICHAQA MANARAQ PAYLLA KUYUMUYUYLLA
SAQIPTINMI WISCHUNKI YAKUMAN (arribando al río donde abundan
los peces capturarás una trucha grande, pero sin que llegue a la
inmovilidad debes tirar al agua); PUKAMARKAMAN HANAYRISPA
LLUQASPAQA QAWARIKUNKIM MAYLAWNINTA IMAYNALLAM
RILLASQAYKITA (escalando al poblado PUKAMARKA tendrás que mirar
por dónde y cómo caminaste); TIMPUKUQ QUCHAMAN RISPAM
MASKAKULLANKI QUCHAYUYUKUNATA ICHALLA TARIRUSPAQA
CHAYLLAM MIKURUNKI (andando a la laguna que hierve buscas las
verduras acuáticas y al encontrar de inmediato consumes); QANCHIS
URQUKUNALLATAM RIYWAN KUTIMUYWAN CHIMPAPAKUSPAM
RIQSIYACHANKI MAYNALLA CHAYANAMAN YAYKUYTA (con el ir y
el venir cruzarás siete cerros y en eso conoces, sabes y reconoces la forma
de entrar al destino meta); YANAMACHAYMAN YAYKURULLASPAM
KURKUSPA PURIRIKUYTA, SUYLLAKUYTA, RIMAKUYTA UTAQ

99

TUTALLATA RIQSIYACHANKI (al penetrar a la cueva negra aprendes


a caminar agachado, reptando, hablando y reconoces lo que es la
oscuridad). Son ejercicios que agotan, desgastan y hasta debilitan. Pero
son actos, procederes y movimientos fundamentales para entender la
cosmogonía y el mito.

Con las indicaciones recibidas llegué a arribar a esos lugares para cumplir
con las acciones a realizar. En ningún momento el anciano mencionó que
debo quedarme quieto, inactivo o en alguna posición. Tampoco me exigió
que me pusiera a razonar, pensar y fantasear. La recomendación y la
prevención que me concedió consiste: RISPAQA, CHAYASPAQA,
CHAYPIÑA TARIKUSPAQA, RURALLASPAQA, MUYUKUYUSPAQA,
RIMASPAQA UTAQ KUTIMUSPAPAS ACHKALLATAM QAWARIKUNA,
TUKUYKAQKUNATAM RIKULLANA, IMAKUNALLA KASQANTAM
RIQSINA, PIKUNALLA CHAYPI KAQTAM RIKURUNA CHAYNATAQ
RIQSINA MAYKUNAMANTAM IMAYNALLATAM SASAKUNAQA
CHAYAYKAMUNMAN (andando, llegando, estando, actuando,
moviéndose, hablando y volviendo hay que mirar amplia y
detenidamente, ver todo cuanto se encuentra, reconocer lo que hay, ver
quiénes se encuentran en el lugar e identificar cómo y por dónde pueden
llegar las dificultades).

Es decir, la precaución que me exige es simple y llanamente el uso intenso


de los sentidos. Porque el razonar y el conocer siempre son las
consecuencias, los resultados y hasta las secuelas del vivir, el moverse,
el actuar y el usar los sentidos. La otra recomendación consiste: TUKUY
LLAPA IMAKUNAWAN TINKULLASQAYKIPIM, KAWSASQAYKIPIM,
PURIKUSQAYKIKUNAPIM CHAYNATAQ WIÑASQAYKIKUNAPIPAS
CHASKIKULLANKIM YACHAYTA, IÑIYTA, YUPAYCHAYTA ICHAPAS
WILLAKUYKUNATAPAS (con todo lo que coexistes, te encuentras,
convives, caminas y maduras recibes el saber, el creer, el adorar y hasta
el hablar y el narrar).

Ir a los lugares, los espacios y los territorios indicados tiene un solo


objetivo: TUKUY LLAPA IMAKUNA KAQKUNALLAWAN TUPAKURUY,
TINKURUKUY, MARQARACHIKUY, KUYACHIKUYLLA, RIMARIKUY,
HINAPAS APARICHIKUY PUSACHIKUYLLAPAS (con todo lo que es,
existe y está encontrarse, enfrentarse, abrazarse, amarse, hablar y
dejarse llevar y guiar). La conducción del colectivismo andino tiene la
perspicacia, la singularidad y la habilidad de llevar a la niñez y la juventud
100

a determinados espacios comunitarios en donde se entra a la


consustanciación con las existencias universales que cimientan, sostienen
y conforman la cosmogonía y despliegan el mito. En vez de narrar cómo
se formuló, se estructuró, se instituyó y se instaló la cosmogonía, con la
finalidad de efectuar la retrospección, la introspección y la prognosis,
llevan a los lugares que muestran con claridad el origen, la taxonomía, el
rumbo y el destino de la universalidad del ser en el estar.

Dejan ver la manera en que las existencias bióticas y abióticas, en


diferentes territorios y en múltiples suelos, comparten la localización. Los
pueblos originarios no enseñan el distanciamiento, el alejamiento y el
aislamiento. Por el contrario, por vivir y trabajar en colectividad, exigen
la conglomeración, la socialización, la compactación, la cercanía, la
mancomunación, la consustanciación y la armonía. Exacta y
precisamente, el mito y la cosmogonía, son la asimilación, la percepción,
la interpretación, la aprehensión, la simbolización, la representación y la
nominación del ser, el estar, el algo y el alguien que se hallan
sincronizados, diferenciados, multivariados, mezclados, combinados y
codependientes. La cosmogonía que comunican los mitos llegan a las
nuevas generaciones de los pueblos originarios en su doble modalidad:
reservados y abiertos, secretos y públicos, exclusivos y compartidos,
únicos y diversos, y, originales e innovados.

El mito y la cosmogonía de los pueblos originarios contienen, conservan


y manifiestan: PAKALLAKUSQAKUNA, SUMAQKUNALLA, MANALLA
RIQSISQAKUNA, KARUKUNALLAPI TARIKUQKUNA, UCHKUQULLI
ACHACHILLAKUNA, WATUQKAQKUNA, WICHQARULLASQAKUNA,
UPALLAYKUNALLA, TUKIQINACHAQLLAKUNA, TAPUNACHAKUNA,
IMASMARACHINAKUNA CHAYNALLATAQ PINKUQIRUKAYKUNA (lo
oculto, lo hermoso, lo desconocido, las que se hallan muy lejos, las
maravillas, los misterios, los reservados, los que no son revelados, los
enigmas, los que siempre están en interrogación, lo escondido y el estar
en secreto). CHAYNAM PAKAKUN CHINKARICHIMPAS SANANCHA
UNANCHAKURUYPI TUKAPUQAYLLAPIPAS LLAPA IMAKUNALLA
RIQSISQANCHIKTA UTAQ YACHASQANCHIKTA (a la vez esconde,
resguarda y protege todo cuanto sabemos, reconocemos y vivimos). Tal
es la doble dimensionalidad de la cosmogonía: por una parte muestra,
revela y presenta la base material de la mentalidad, la conciencia y la
memoria colectiva, y por la otra, vuelve hermético algunos sistemas y
procesos naturales universales que son los ejes de la creencia y la
101

espiritualidad. El segundo aspecto y ámbito de la cosmogonía quedan


reservados, protegidos y sellados para el uso exclusivo de los pueblos
originarios que siguen operando el sistema de propiedad comunitaria de
la tierra. Existen diversos contenidos, elementos, significados, símbolos,
grafías, representaciones y replicaciones que conforman la cosmogonía
que son comprendidos, asimilados y recibidos exclusivamente por quienes
integran los pueblos originarios.

Las poblaciones diferentes a los pueblos originarios, por seguir las


doctrinas codificadas y canonizadas, se quedan con las informaciones que
se vierten sobre algunos aspectos generales y comunes de la cosmogonía.
Los cronistas lograron agrupar, concentrar y hasta sistematizar una
variedad de datos, informaciones, afirmaciones, creaciones, producciones
y logros que generan, disponen y ejercitan los pueblos nativos. Al no
acceder al ámbito resguardado, en un esfuerzo por arrebatar, efectuaron
cuatro operaciones: declarar a los mestizos, los criollos y los cruzados
como los descendientes directos de los inkas y las conducciones del
colectivismo; traducir los documentos eclesiásticos al qichwa para su uso
en el proceso de la cristianización; llevar a las ciudades europeas a
algunos nativos para su formación como los testaferros, los escribanos y
los mediadores de los colonialistas; insertar en las ceremonias religiosas
las manifestaciones culturales y las expresiones artísticas de los pueblos
aborígenes.

Desde las especialidades científicas, una diversidad de profesionales,


tratan de interpretar, comprender y descifrar el ámbito oculto, reservado
y secreto de la cosmogonía de los pueblos originarios. Todas sus
investigaciones, auscultaciones y búsquedas reconocen la complejidad de
la racionalidad, el pensar y el saber de los pueblos originarios. En
particular, los especialistas en las ciencias de la naturaleza y la vida,
admitiendo que las construcciones ancestrales y la astronomía que
manejan son asombrosas, proponen el reconocimiento de la ciencia
antigua en operación. Porque la precisión, la armonía, la interconexión, la
replicación exacta, la representación multimodal, la cuantificación
minuciosa y la simbolización compleja de las existencias universales en
las edificaciones, las labores, las expresiones culturales y las
elaboraciones múltiples son tenidas como muestras del manejo de las
sapiencias en alto grado. La racionalidad de los pueblos originarios, por
surgir sin precedentes y sin antecedentes en el pasado sin precisarse con
exactitud, tiene que asumirse como la primicia de la ciencia. Es por eso
102

que, los diversos intelectuales generalmente identificados con el


esoterismo asiático, convocan a adoptar el mito y la cosmología de los
pueblos originarios como el nuevo paradigma. Quienes observan las
prestancias gratificantes en el mercantilismo del uso de la mitología
ancestral consideran urgente imponer la visión mística, integrada y una
imagen sagrada única del universo.

Cuando la concepción del mundo clasista se apropia de la cosmogonía y


el mito ancestral, a pesar que se manejan y aplican con fluidez sus
diferentes configuraciones, por carecer del sentimiento, la pasión y la
identidad originaria, no llegan a COMPRENDER en su real taxonomía y
operatividad. Porque no existe un proceder que las organizaciones
religiosas exigen: el salto de una confesionalidad a otra desechando por
completo la creencia maternal considerando falsa, pagana y supersticiosa.
Asumir la cosmogonía primigenia sin abandonar por completo los dogmas,
la doctrina, los sacramentos y las ritualidades clasistas SIGNIFICA el
oportunismo bastardo. La intelectualidad, ávida de los reconocimientos y
los escalamientos en el peldaño del prestigio, buscan por doquier los
nuevos contenidos, las nuevas manifestaciones y las nuevas prácticas del
proceso gnoseológico asumiendo las ideas, los conocimientos y los
planteamientos antiguos. Especialmente recolectan los documentos
antiguos, las experiencias ancestrales y las prácticas actuales de los
pueblos originarios para sustraer algunos elementos y luego recodificar y
replantear presentando como un descubrimiento original.

Valorar, enjuiciar y succionar la cosmogonía ancestral con las doctrinas


que conforman el eje de la superestructura clasista, aparte de blandir la
rigurosidad científica y la objetividad, conlleva una selectividad de los
elementos que las disciplinas científicas consideran racional, económica,
política, jurídica y moralmente útiles. Es la manera de EXTRAER,
APROPIARSE Y DESPOJAR el pensar, el saber, el creer y el crear de los
pueblos originarios. Es la nueva modalidad en los procedimientos clasistas
que prosigue la vieja artimaña de quitar, arrebatar y adueñarse. Es
precisamente que esta modalidad del despojo cultural y el deslizamiento
patrimonial creacional procede de las instituciones científicas y la
formación profesional de los países opresores. Las que antes desdeñaron
considerando supercherías y barbaridades, ahora cuando las tres crisis
del capitalismo planetarizado: económicas, sanitarias y ambientales
golpean severamente al ser en el estar, en un gesto de rescate y
salvamento de la herencia ancestral que no debe perderse, comienzan a
103

utilizar ampliamente las manifestaciones y las expresiones culturales de


los pueblos originarios. Las representaciones, las simbologías, las
elaboraciones, el arte, los diseños y los modelos ancestrales son
apreciadas en forma cuantificada. Las prácticas múltiples de los pueblos
originarios son replicadas y reproducidas en los espacios de control de los
países hegemónicos y los gendarmes planetarios. Estas acciones suceden
dentro de tanta algarabía por proteger, cuidar y guardar la sapiencia, las
tradiciones, la cultura y la creencia de los pueblos originarios.

PIPAS TUKUYLLA WAQAYCHASQANCHIKUNA IÑIYNINCHIKUNA,


YACHAYKUYLLANCHIKUNA, RURAYLLANCHIKUNALLA MANALLA
TARIQA YACHAQA MANAMÁ RIQSILLANKUCHU ÑUQANCHIKPA
IMAKUNAM YACHASQANCHIKTA (si alguien no encuentra y vive toda
nuestra creencia, la sabiduría y las prácticas que resguardamos y
protegemos jamás sabe y conoce lo que sabemos y lo que vivimos). Esta
es una aseveración de los conductores del colectivismo. No es una simple
expresión, sino un imperativo de cumplimiento forzoso. CHAYRAYKUM
LLAPALLAN RUNAMASILLANCHIKUNAQA NIYKURUNKUQA WAK
CHUTUKUNAQA MANA YACHAYNIYUQMI NISPANKU (por esa razón
todas las personas que no pertenecen a la comunidad andan diciendo que
esos indios no tienen conciencia y alma).

Los prejuicios y los perjuicios contra los pueblos originarios tienen su


fundamento en el desconocimiento de la dimensión oculta o reservada de
la cosmogonía. La cosmogonía comprende tres acontecimientos
universales que siguen operando. TUKUY LLAPA IMAKUNA
KAQKUNALLAQA LLUQSIRAKAMURQAM TUTALLA YANALLA KAY
PAKALLASQAMANTAM. CHAY LLUQSIYQA, QISPIYQA, HAMUYQA,
QAWARICHIKUYQA UTAQ RIKURICHIKUYQA PACHA TAQPILLA
SUMAQHATUN WASIQULLQALLAKUNALLA KAYMAN CHAYAYMI.
CHAYMANQA YAYKULLARQAKUM RAKIKUYWAN, TUQYAYWAN,
TIKRAKUYWAN, QAPARIYWAN, CHAPUKUYWAN, RIPURIYWAN,
CHIQTAKUYWAN, HUÑURIKUYKUNAWAN, HATUNYAKULLAYWAN,
QISPIQISPIYWAN, ACHKAYAKUYWAMPAS (todo lo que existe surge,
emerge y sale de la oscuridad que oculta al ser. Emerger, surgir, venir,
dejarse ver y llegar a la visibilidad es arribar al buen y el gran organismo
hogar que es la Naturaleza y el Universo. A esa condición entraron con
las divisiones, las ramificaciones, los reventones, las explosiones, las
transformaciones, los ruidos, las combinaciones, los alejamientos, las
fragmentaciones, las conglomeraciones, los engrandecimientos, los
104

surgimientos y los resurgimientos y las multiplicaciones). Es la síntesis de


la cosmogonía ancestral. La inexistencia, la nada y el caos no tienen
presencia es la cosmogonía de los pueblos originarios de los Andes. El
origen de todo se explica siempre con la existencia de alguien y algo
preexistente. El proceso de formación de la Naturaleza y el Universo en
la cosmogonía ancestral es una conformación de la complejidad
morfogenética global y el establecimiento del metabolismo total.

MAYPIM, HAYKAPSI UTAQ IMAYNA IMANASQA ÑUQALLANCHIK


PACHA TAQPIPA UKUNMANTA, CHAWPINMANTA, SUNQUNMANTA
CHAYNATAQ KAWSAKULLAYNINMANTA LLUQSIKAMUSQANCHIK,
QISPISQANCHIK, CHAYAMUSQANCHIK, KAWSAKULLASQANCHIK
ICHAPAS PAQARISQANCHANCHIKUNAPAS YACHAYMI, QATIYMI,
RURALLAYMI (es saber, seguir y operar de dónde, cuándo, cómo y por
qué nosotros y nosotras salimos, surgimos, llegamos, estamos y nos
dirigimos al porvenir del interior, el centro, la profundidad y el existir de
la Naturaleza y el Universo). Es la determinación del origen, la
procedencia, la condición y la taxonomía del ser social. Es la asunción de
que somos parte derivada y componente dependiente total de la
universalidad existencial.

PACHAPA TAQPIPA HAWALLAMPIM ÑAWPAQ ÑAWPAKIRIQ


TAYTA MAMANCHIKUNA PURILLARQAKU ACHKATA CHIRIWAN,
WAYRAWAN, RUPAYWAN, RUNTUWAN, RITIWAN, PARALLAWAN,
WASPIWAN, KANCHAYWAN, YAKUWAN, URQUWAN, QAQAWAN,
RUMIWAN, SACHAQURAKUNAWAN, CHAKIYWAN, MUHUKUYWAN,
NANAYWAN, YARQAYLLAWAN, UYWAKUNALLAWAN, LLIPYAWAN,
ILLAPAWAN, INTIWAN, KILLAWAN, CHASKAKUNAWAN ARIPAS
LLAPAY TUKUQ KAQKUNAWAN TINKURUSPA, PUSAKUYKUSPA,
TAKANAKUSPA, WAQAYCHANAKULLASPA, MANCHACHIKUSQA,
QARQUSQALLA, MIKUCHISQA, UPYACHISQA, PAKAYNAKUSQA,
RIYSISQACHISQA CHAYNAPAS YACHACHIKUSQA. CHAYKUNAPIM
CHAYKUNALLAWANMI PAYKUNALLAQA KAWSAYTA WIÑAYTA
TARIRQAKU, RURAYTA ATIRQAKU, YACHAYTA CHASKIRQAKU,
HATUNKAKULLAYTA RIQSIKULLARQAKU, YANAPANAKUYKUNATA
QISPICHIRQAKU, UYWAYANAPAKUYLLATAPAS KAWSARQAKU,
LLAMKAYTAPAS RURARQAKU, PIRQAYTAPAS HUQARIRQAKU,
IÑIYTAPAS YUPAYCHAYTAPAS TARIRQAKU, AYLLULLATAPAS
TIYACHIRQAKU, QUMUNTAPAS HATARICHIRQAKU ARIPAS ALLIN
KAWSAYPI WIÑAYTAM APACHIKURQAKU (en el exterior de la
105

Naturaleza y el Universo los primeros padres y las antiguas madres


anduvieron bastante encontrándose, guiados, golpeados, protegidos y
cuidados, atemorizados, expulsados, alimentados, bebiendo, escondidos,
acompañados y enseñados por el frío, el aire, el calor, el granizo, la nieve,
la lluvia, los vapores y las neblinas, la luz, el agua, los cerros, las rocas,
las piedras, la vegetación, los animales, la sequedad, la humedad, el
dolor, el hambre, los relámpagos, los rayos, el sol, la luna, las estrellas y
todas las existencias. En eso y con eso ellos y ellas hallaron el vivir y el
desarrollo, pudieron actuar, recibieron la sapiencia, conocieron la
grandeza, generaron la reciprocidad, vivieron la mancomunación,
realizaron el trabajo, ejecutaron las construcciones, encontraron el creer
y el adorar, asentaron la familia, levantaron el colectivismo y fomentaron
el vivir bien con el desarrollo).

La cosmogonía no es una explicación de la manera en que surge la


totalidad existencial universal de la nada, sino la manera en que EL SER
UNIVERSAL EN EL ESTAR efectúa cuatro procesos y sistemas
permanentes: la diferenciación, la jerarquización, la conglomeración, la
sincronía, la replicación, la continuidad y la expansión de las existencias
dentro de la UNICIDAD ORGÁNICA GLOBAL y en el acontecer del
desarrollo desigual; la correlación, la concatenación y la interpenetración
de la totalidad y el vacío, la unidad y la diversidad, lo singular y la
multiplicidad, la particularidad y la universalidad, y, la individualidad y la
mancomunación; la coexistencia, la codependencia y la consustanciación
entre los contenidos y los componentes orgánicos e inorgánicos de la
Naturaleza y el Universo; la condición derivada del ser social de la
universalidad existencial.

De donde ÑAWPAQ QALLARIY RIMAKUYKUNA NIYKULLAYKUNA


YACHAYKUNA QUYKUYKUNA (EL MITO) es la comunicación
intergeneracional, intersubjetividades, intergénero, intercomunitaria,
transgeneracional y transespacial sobre la cosmogonía. La narración a
manera de refranes, cuentos, chistes, axiomas, referencias, dichos,
acuerdos, resoluciones y pensamientos acontece de boca a boca, de oído
a oído o hablando para seguir parlando. Se pone énfasis en explicar
sobre el proceso de influencia, impacto y condicionamiento sorprendente,
aterrorizante, modificante y detonante de los contenidos y componentes
de la Naturaleza y el Universo en el fluir de la vida. Es aquí el sol, la luna,
las constelaciones, las galaxias, las megaconglomeraciones estelares, las
estrellas, la luz, el calor, la humedad, el agua, el fuego, el viento, las
106

piedras, las rocas, los cerros, los rayos, los relámpagos, la energía, el
movimiento, la tierra, los minerales, los volcanes y la vegetación aparecen
los determinantes y los delimitantes del surgimiento, la replicación, la
diversificación, la multiplicación y la expansión de la vida y de otros
nuevos seres. Las disciplinas científicas confirman esta aseveración
ancestral. Porque son los contenidos y los componentes de la Naturaleza
y el Universo que conforman la estructura del ser social. A la vez son las
fuentes generantes, diversificantes, conservantes y dotantes de los
medios de subsistencia. El ser social en la visión de la vida de los pueblos
originarios, por tener en su organismo en cantidades ínfimas de todo lo
que conforma la universalidad existencial, siempre queda supeditado,
apegado e incrustado en ella para seguir viviendo. Esta es la postura que
la distingue de otras formas de pensar, saber, conocer y creer.

Otro evento de la cosmogonía que el mito disemina es CHAPUY, TIKRAY,


SUTUCHIY, CHAQRUKUNA, ÑUTUY, RAKIY CHAYNALLATAQ HUÑUY
LLAPA TUKUY IMALLA KAQTA (mezclar, invertir, cambiar, modificar,
diluir, combinar, triturar, separar, incorporar y agregar a las existencias).
Tomando como base al proceso bioquímico y físico inicial, ayudado por
las tecnologías y las herramientas diversas, en el sistema de producción
que se inició en el pasado lejano, con esta comunicación se llega a los
descubrimientos, los inventos, las elaboraciones y las fabricaciones. En la
racionalidad de los pueblos originarios, este aspecto de la cosmogonía es
determinante, porque las interacciones de los sentidos, el trabajo y la
razón generan nuevos productos y nuevas existencias para la satisfacción
de las necesidades. La cultura del trabajo queda fomentada y asentada
por esta dimensión de la cosmogonía. Todo cuanto acontece en los
pueblos originarios surgen, responden y se realizan en apego a la
cosmogonía antigua y en pleno cumplimiento de las reglas ancestrales.

La estructura, la identidad, la funcionalidad y la expansividad del ser social


conforme a la cosmogonía ancestral encuentran presencia y operatividad
exclusivamente con la dinámica, el movimiento y el desarrollo expansivo
de los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo.
PACHA TAQPI MANALLA KAWSAYKUNATA, YACHAYTA, WIÑAYTA,
MIKUYLLAKUNATA, UPYAYTA CHAYNATAQ ACHKAYAKUYLLATA
QUKUPTINKUQA MANAM RUNAKUNAQA TARIKUNMANCHU NITAQ
KAWSAWIÑANKURUNPASCHU (si la Naturaleza y el Universo no
entregan la vida, el estar, el crecer, el comer y el beber las personas no
existen ni llegan a vivir en el desarrollo). Todas las percepciones, las
107

interpretaciones, las asimilaciones, las búsquedas, los descubrimientos y


los conocimientos de la universalidad existencial en sus distintas formas
de ser en el estar que poseen los pueblos originarios contienen esta
certeza. Más que presentar la lucha de los seres sobrenaturales, las
divinidades y los espíritus, por estar profundamente arraigado en la
territorialidad, muestra las grandes gestas multitudinarias. Son
comunicaciones de las intensas batallas por sobrevivir en los inicios del
poblamiento del Planeta.

El MITO por externar, manifestar y contener la emoción, la pasión, el


estado de ánimo, la tensión de la voluntad y la creencia superior del
colectivismo expone cuatro situaciones complejas, peligrosas,
paradójicas y sorpresivas en los inicios del poblamiento del Planeta:
las grandes explosiones, implosiones, transformaciones, reacomodos,
surgimientos, destrucciones, resurgimientos y continuidades de las
existencias generados por los procesos geológicos, los eventos
geodinámicos, los fenómenos meteorológicos, las radiaciones
intersiderales y los impactos de los movimientos poliformes que
continuamente afectan a la morfogenética y al metabolismo global; la
lucha tenaz del ser social por sobrevivir en un ambiente y contexto natural
de grandes sacudimientos constantes, cambios sorprendentes y
desplazamientos intensos; las aclimataciones y las adaptaciones de las
existencias bióticas a los cambios acontecidos en la superficie terrestre;
el establecimiento de los cimientos, los ejes y las columnas del vivir y el
laborar en colectividad.

Los pueblos originarios son los portadores de los toponímicos y los


patronímicos que conforman la memoria y la conciencia colectiva. El mito
es el eslabón que hilvana a las sucesivas generaciones de los pueblos
originarios con la pertenencia, la nominación y la identidad. Solamente el
mito traza una genealogía, enlaza las mentalidades, correlaciona los
resultados, rotula una racionalidad, forja una historia singular y establece
las reglas de operación. Puede decirse que el mito es el vehículo expresivo
del colectivismo y el misterio semántico que guarda los secretos de los
pueblos originarios. La cosmogonía expresada en el mito tiene la aptitud
de sedimentar la localización. Vivir, estar, habitar, residir y laborar en un
lugar es empujado, movido y alentado por la cosmogonía que comunica
el mito. Sin el mito, la cosmogonía enfrentaría la inestabilidad y el
trastorno, porque teje la racionalidad, la mentalidad, la conciencia y
modula la voz. Es el mito que orienta el rumbo que señala la cosmogonía:
108

la marcha de un origen a un destino meta rompiendo, utilizando y


arrasando los límites fijados por el contexto natural general y los
laberintos existenciales. ÑUQALLANCHIKUNAPA HUKLAWMANTA
KAYLLAMAN CHAYAKAMUYTA, KAYKUNALLAPI YACHAKULLAYTA,
WAKUNAPI PURIKUNALLATA, MAYPIPAS TARIKUYTA ICHAPAS
HAYKAPKUNALLAS QISPIRIKUYTAM RIMANCHIK, WILLANCHIK
CHAYNATAQ QUYKUNCHIKPAS (nuestro venir y llegar de otros sitios,
el quedarse y el saber en este lugar, el caminar en todas partes, el
hallarse en cualquier territorio y el remontarnos hablamos, comunicamos
y entregamos).

KAYKUY CHAYNATAQ KAMARIKUYKUNALLA ARANQAKUYLLAPAS


RIMAWILLAYQA ( la cosmogonía y el mito) de los pueblos originarios
contienen y expresan la benevolencia, el favor y el cuidado especial de
los tres progenitores: la Suprema Presencia, la Naturaleza y el Universo
y los antepasados. A la vez muestran las gratitudes, los agradecimientos
y las plegarias a las tres jerarquías. Estas dos dimensiones existenciales
desenvuelven, comprometen, practican y operacionalizan todas las
conglomeraciones que sigue el sistema de propiedad colectiva de la tierra.
Jamás acontecen la separación y el antagonismo entre la realidad y el
ideal, lo individual y la colectividad, lo singular y lo universal, y, lo
temporal y lo permanente. El geotropismo une y sincroniza a la
cosmogonía y el mito. El relieve terrestre, la orografía y la topografía
cumplen una destacada función tanto en la formulación de la cosmogonía
como en su comunicación y proliferación.

Para los pueblos originarios, percibir y asimilar la totalidad


existencial en su unicidad y multiplicidad, significa reconocer,
ubicar, nominar, aceptar y amar conforme al tiempo de su
presencia, estar, aparición y el rol que cumple en la actualidad. Sin
esta manera de interpretar, trasformar, construir y ascender vivencial,
experiencial y direccionalmente es imposible entender y hallarse en el
rumbo del fluir de la vida. Los pueblos originarios, al decir que la vida
surge, continúa y se expande con las tres jerarquías, pero la centralidad
ocupa el territorio y el suelo, muestran que su cosmogonía y su mito
contienen los FUNDAMENTOS DEL SER EN EL ESTAR. Todas las formas de
movimiento, desplazamiento, itinerario, recorrido y localización del ser
social suceden con el emplazamiento territorial de las actividades, las
ocupaciones, las transformaciones y las construcciones que se ejercen en
el sistema de producción. El surgir, el salir, el emerger, el entrar, el llegar,
109

el escalar, el subir, el bajar, el descender, el girar, el rodear, el ir, el venir,


el otear, el despertar, el enaltecer, el avanzar, el relacionarse, el
conglomerarse, la diferenciación, la desigualdad, el tramontar, la
continuidad, la flexibilidad y la estabilidad según la cosmogonía de los
pueblos originarios acontecen en la Naturaleza, el Universo, el Plantea, el
territorio y el suelo bajo la envoltura de la amplitud, la eternidad, la
profundidad y la infinitud. Un permanente generar, emerger, trascender,
tramontar, avanzar y expandirse sustentan el fluir de la vida.

La tierra, el espacio físico desnivelado o el suelo con diferentes grados de


fertilidad, constituye el fundamento de la racionalidad mítica. La razón se
expresa de esta manera: PACHA TAQPI TUKUY IMAYNA IMAKUYNIN
KAYNINWANMI QUWANCHIK KAWSAYLLATA, YACHAYTA UTAQ
WIÑAYTAPAS ALLPAKUNALLA, SUYUKUNALLA, CHAKRALLA,
KAYNINCHIK PAQARIYNICHIK KAQKUNATA HAPISPA, PUSASPA,
ACHKACHISPA UTAQ TIYACHISPA UYWALLAWAPTINCHIK (la
Naturaleza y el Universo con sus formas de ser y estar nos entregan la
vida, el existir, el saber y el expandirse cuando la tierra, el territorio y los
campos de labranza nos mantienen y conservan situándonos,
enrumbándonos, reteniéndonos, ensanchándonos y asentándonos). En
este sentido, la cosmogonía y el mito de los pueblos originarios,
demuestran que la territorialidad es el cimiento de la identidad, la
personalidad, la laboriosidad, la ingeniosidad, la plenitud y la vitalidad. El
apego a la tierra de los pueblos originarios obedece a esa triple
funcionalidad: el origen o la procedencia, la obtención de los medios del
sustento y el retorno o el destino. La triada que reconocen los pueblos
originarios es ésta: el origen, el recorrido y la meta destino.

En la postura de los pueblos originarios, la tierra o el suelo, es uno de los


componentes de la Naturaleza poblado con una diversidad de existencias
en su interior, exterior y lejanía. No es solamente el lugar donde se habita
y se vive, sino también el espacio de encuentro entre las existencias, el
sitio de las labores, el campo de la forja del porvenir y el ámbito del
acontecer del sentido de la vida. Tal es la cosmogonía de los pueblos
originarios expresadas en el mito. El apego, el amor y el anclamiento de
los pueblos originarios a la tierra suceden por el impulso constructivo que
concede la cosmogonía. En otras palabras, la cosmogonía y el mito de
los pueblos originarios, expresan las relaciones, las interacciones y las
sincronizaciones del ser social con su hábitat, la universalidad existencial
y la totalidad orgánica. Pero su forma de operar muestra a algunos
110

contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo superiores a


los demás. Esta jerarquización obedece a cuatro procesos originadoras:
la fuente causa generador de todo lo que existe, la matriz primigenia, las
derivaciones y las combinaciones existenciales. Aunque los cuatro están
cimentados por la materia, por la diferenciación y la localización en la
conformación de la morfogenética global, no pueden estar en la misma
situación, calidad y condición. Porque es parte de la unicidad que se
manifiesta en la multiplicidad.

HAMUKULLANCHIKQA PACHA TAQPIPA UKUCHAWPINMANTAM


CHAYNALLATAQ KUTINCHIKPAS PAYKUNAPA SUNQUNMAN
(venimos de la profundidad y el interior de la Naturaleza y el Universo,
pero también retornamos a su centro e intimidad). Según la cosmogonía
y el mito de los pueblos originarios, la humanidad, no busca inmigrar al
cielo y los otros mundos desconocidos. Tampoco la última gran
transformación del ser social, la muerte, es un ir al cielo y la presencia de
Dios, porque se encuentra siempre ante esa presencia, manifestación y
compañía. Por esa razón, la doctrina de la salvación de las almas y el
traslado a los cielos para gozar eternamente la felicidad, es una propuesta
agresiva y anulante de la creencia ancestral. RUNAQA MANAM
KAYLLAMANQA CHAYAKAMULLANCHU MANALLA RIQSIKUSQA
KARUKARUKAYMANTA NITAQ RIPUNQACHU KARUKARUMANPAS
(el ser social no viene de las lejanías desconocidas y tampoco se traslada
a esos remotos dominios). La universidad se manifiesta en la singularidad
y ésta en la globalidad. Ambos emergen en los inicios de la conformación
de la arquitectura total.

En la cosmogonía y el mito de los pueblos originarios no existe la utopía.


Quienes plantean que la utopía es forjadora de la conciencia social más
adelantadora niegan lo concreto real que tanto pregonan desde las
sapiencias disciplinarias. Para los pueblos originarios, el vivir y el
devenir, siempre acontecen en la mancomunación y el
enroscamiento del espacio y el tiempo animados, envueltos e
impulsados por la energía primigenia. Todas las existencias se
encuentran en el espacio, el territorio, la tierra o la materia. Los pueblos
originarios no buscan, no anhelan ni esperan arribar a algún lugar
imaginario. Porque viven, trabajan, se relacionan y ejercen su razón
situados, ubicados y asentados en el espacio-territorio que permite,
configura y acontece el arte de la manutención y el proceso de la
ascensión con la dialéctica necesidades-disponibilidades y la dinámica
111

posibilidades-potencialidades. Cuando esta dialéctica y dinámica no


entran a operar, con toda certeza, el ser social deja de existir. Los pueblos
originarios son claros en determinar las condiciones fundamentales y las
circunstancias específicas en que fluye la vida, la sociedad se organiza y
se construye la civilización. Toda la estructura, el funcionamiento y el
rumbo del orden histórico se encuentran configuradas por la dialéctica y
la dinámica que enlaza y engarza las disponibilidades, las capacidades,
las posibilidades y la satisfacción de las necesidades.

La racionalidad mítica es completamente antiutópica. Porque el futuro


desconocido al que marchan y se dirigen los pueblos originarios no es una
invención ni es irreal, sino el orden histórico colectivista que inició en el
pasado lejano como la primera forma de sociedad y civilización
actualmente en continuidad histórica con resistencia y persistencia. Es el
colectivismo elevado a su nueva etapa y desarrollado en las nuevas
condiciones planetarias. Es el resultado de la lucha por la vida y la
subsistencia. El fundamento para esta aseveración está en un hecho
incuestionable: el suceso, el acontecer y el fenómeno económico en
cuyo centro está la cultura del trabajo y el sistema de creación y
producción es permanente que jalona y concatena el devenir de la
humanidad. La producción y la reproducción de las condiciones
materiales del vivir se hallan precisamente en la economía. El acceso, la
obtención, el allegamiento, el resguardo, la utilización y el disfrute de los
medios de subsistencia son eventos constantes en la historia. Este es el
realismo de los pueblos originarios. Ellos por emerger de la realidad global
y vivir en la certeza no usan las suposiciones, las conjeturas y las
presunciones. Obtener los medios de sustento y con ello adentrarse en la
ascensión civilizatoria es la directriz prevaleciente en los pueblos
originarios.

Por esa situación, las afirmaciones de la disolución de la comunidad


primigenia para dar paso al modo de producir clasista es inadecuada. El
modo de producir clasista no destruye en su totalidad al modo de producir
aclase. En determinados territorios se conserva en su vitalidad orgánica
el sistema de propiedad comunitaria de la tierra. La particularidad del
modo de producir clasista en sus tres etapas: el esclavismo, el feudalismo
y el actual capitalismo planetarizado, aparte de despojar las posesiones
comunitarias con la violencia y el derramamiento de la sangre, es la
instalación de los sistemas de propiedad: estatal, eclesial, privada y
colectiva. Pero es el sistema de propiedad privada e individual que ocupa
112

la primacía. En la actualidad el colectivismo se encuentra regimentado por


los acuerdos, los convenios y las resoluciones de las instituciones
mundiales por un lado, y por el otro, por el Pacto Político y sus
correspondientes leyes reglamentarias de los países. A pesar de tal
cautelación, los pueblos originarios, siguen enfrentando las viejas
combinadas con las nuevas estrategias, estratagemas, acciones y
normatividades de agresión, arrinconamiento, despojo, exclusión,
confinamiento y dispersión.

Dos son los actos centrales de quienes operan el modo de producir


clasista para atacar, someter y hasta destruir a los pueblos originarios: la
permanente incursión hacia los territorios comunitarios para su
enajenación, reducción, privatización y liquidación; la autorización
expresa del proselitismo religioso y político que fragmenta, polariza,
enemista y antagoniza a los y las integrantes de los pueblos originarios.
El reconocimiento legal de las doctrinas canonizadas y codificadas en
calidad de las instituciones religiosas, las organizaciones eclesiásticas y
los movimientos espiritualistas, sin aceptar como religión al sistema de
creencia ancestral que se sustenta en la cosmogonía primigenia y el mito
fundacional, es la mejor manera de quitar el alma a los pueblos
originarios. Con la penetración y el establecimiento en los territorios
comunitarios de las organizaciones políticas y las agrupaciones religiosas
legalmente aprobadas, el sistema de creencia de los pueblos originarios,
queda opacado, excluido y hasta perseguido. Esta es una constante
histórica. Los pueblos originarios, desde que se instaló el modo de
producir clasista, jamás conocen la tranquilidad, el bienestar, la inclusión,
la armonía y el vivir en la coexistencia pacífica. La violencia y el
derramamiento de la sangre rodean en todos los espacios y los
momentos.

Incursionar en las sapiencias disciplinarias desde el ser pueblo originario,


en un espacio completamente adverso, conlleva tres sucesos que son
determinantes: conservar aplicando, defendiendo y ampliando la
cosmogonía y el mito ancestrales; desechar y abandonar la creencia
antigua adoptando otra confesionalidad religiosa o política; utilizar la
cosmogonía y el mito primigenios negando algunas de sus partes,
procesos y contenidos. Las dos últimas predominan en los integrantes de
los pueblos originarios que son profesionales. Quienes afirmar ser
científicos indígenas, por las concepciones clasistas del mundo, terminan
suplantando y hasta negando la cosmogonía y el mito de procedencia.
113

Porque en sus labores, investigaciones y ejercitaciones tienen que utilizar


el llamado método científico, la lógica formal, la lógica dialéctica, las
categorías filosóficas y los mapas conceptuales que no admiten la
presencia de la racionalidad mítica. Los profesionales indígenas que ya
olvidaron la cosmogonía ancestral y dejaron de usar el mito, por razones
de procedencia, se consideran parte de los pueblos originarios. Su estilo
de vida, su forma de pensar y su modo de actuar ya no corresponden a
las reglas ancestrales. Aunque pueden seguir usando las indumentarias
nativas, por su memoria y su razonamiento, corren el clasismo y hasta el
racismo.

Dicho suceso acontece por dos situaciones que prevalecen en los pueblos
originarios: la no existencia de la organización exclusivamente religiosa,
política, educativa o jurídica con sus dogmas, doctrinas, textos sagrados,
teorías, moralidades y normatividades; la existencia de las reglas
primigenias ampliadas e innovadas que únicamente perfilan, orientan y
acontecen las creaciones y las producciones dentro del colectivismo, la
conciencia y la memoria colectiva, las interacciones entre los pueblos
originarios y éstos con las poblaciones distintas, la confluencia enfrentada
de la economía natural de subsistencia y la economía mercantil o la
multiculturalidad de los pueblos originarios con la transculturalidad y la
pluralidad exógena. Son dos tipos de la multiculturalidad que rodean a los
pueblos originarios en una clara confrontación. Los profesionales
indígenas saltan de la interculturalidad y la multiculturalidad autóctona a
la transculturalidad, la aculturación y la multiculturalidad que imponen el
Estado Nacional, los organismos planetarios y las instituciones
económicas básicas. Pero algunos viven en la ambivalencia cultural por
tratar de mezclar las dos formas del multiculturalismo.

A estos dos eventos confunden, segregan e invalidad las consideraciones


de los intelectuales, los políticos y los religiosos de que las múltiples
ceremonias suntuosas que acontece el cristianismo en sus diferentes
variantes, órdenes y denominaciones son la religiosidad autóctona, nativa
e indígena. Esta confusión vigilada y fomentada, no solamente distorsiona
a las reglas ancestrales, sino también presenta una espiritualidad alejada
y separada de la base económica. IÑIKUYNINCHIKUNALLAQA,
YUPAYCHALLAKUYNINCHIKUNAQA, AÑASUNQUPAKUYKUNAPAS,
HAYWARILLAKUYKUNAQA, AYRAPAQUÑARIYQAPAS PAYRILLAQA
KUSIQUCHURAYKUNAPAS KAKUNMI LLAMKAYLLAYWAN PACHA
TAQPIWAN KAWSAYPI (nuestra fe y creer, nuestra adoración, nuestra
114

gratitud y agradecimiento, nuestras ofrendas, nuestros sacrificios y


nuestras celebraciones acontecen con el trabajo en el vivir con la
Naturaleza y el Universo). IÑIYNINCHIKQA KARUNMI KIMSA HATUN
KAMACHIKUQKUNALLAWANCHIKMAN, KIMASA ÑAWPAQTIQSI
QALLARIQKUNAMAN, KIMSA TUKUY ATIRIKUQKUNALLAMANMI
(nuestra fe está en las tres jerarquías que nos mandan, las tres orígenes
y las tres fuerzas que realizan todo).

La creencia, la fe, la esperanza y la adoración en los pueblos originarios


tienen lugar, realización y rol en la confluencia de la economía, la política,
el sistema de sanación, las reglas de operación, los desplazamientos
constantes, el cuidado del medio ambiente y las manifestaciones
culturales. Para los pueblos originarios, IÑIY (creer y tener fe), es
inseparable de la cultura laboral. Las ceremonias, los ritos y las
celebraciones que se ejercen fuera del acontecer económico que impulsa
el sistema YANAPANAKUY (la reciprocidad y la conglomeración) y el
proceso UYWAKUYANAPAKUY (la seguridad y la protección) son
eventos clasistas. Fuera del circuito económico, el arte de la manutención
o la única lucha permanente por la vida y la subsistencia, todas las
expresiones de la religiosidad, la moral y la espiritualidad en los pueblos
originarios son vanidades, artificialidades, formalismos, protagonismos,
ostentaciones y vacuidades. La participación y el concurrir en las diversas
agrupaciones religiosas usando la cultura ancestral, si bien sigue atando
a los pueblos originarios, conllevan el cambio total en la racionalidad, la
creencia y la identidad.

Tal postura no significa desconocer las grandes ceremonias, celebraciones


y fiestas que acontecen con periodicidades cronogramadas en cada pueblo
originario. El ritual, la ceremonia y la celebración de los pueblos
originarios acontecen en concordancia con los procesos naturales
universales y las dinámicas que la cultura del trabajo establece. La
creencia ancestral por su contenido mítico y cosmogónico no fomenta ni
permite la prioridad de la conciencia individual sobre la conciencia
colectiva, el vivir comunitario y el trabajar en colectividad. Todas las
expresiones de la religiosidad en los pueblos originarios son
externaciones, exaltaciones, expectaciones, explayaciones, exposiciones
y extasiamientos del ser en el estar en consonancia, vibración, armonía y
sincronía con la totalidad y la universalidad existencial. Es la forma en que
el mito y la cosmogonía quedan manifestadas, mostradas, convocadas y
operadas. Pero suceden en los espacios abiertos dentro de la
115

territorialidad comunitaria, donde concurren y participan la totalidad


poblacional que conforma un pueblo originario. Las celebraciones y las
fiestas en los pueblos originarios siempre impulsan la cohesión de la
unicidad orgánica, potencian la identidad y encausan la laboriosidad en
cada nueva situación que llega. En las celebraciones comunitarias no
acontecen los despilfarros y los derroches de las disponibilidades. Por la
ausencia de los sistemas de cargos, las mayordomías, las cofradías, las
hermandades, las regencias, las órdenes, las consejerías, los
prebendalismos y los recaudadores que son procederes clasistas y, sobre
todo, eclesiásticas, no acontecen los malgastos y las malversaciones en
los pueblos originarios.

Las diversas narraciones actualmente diseminadas como los mitos del


colectivismo andino, siempre con el disfraz puesto por el cristianismo, no
muestran tres eventos que el colectivismo de los Andes resguarda con
gran estima: ILLANCHALLANCHIKTAM WAQAYCHAKULLANCHIK
ÑUQANCHIK WASINCHIKPI TIYALLACHISPA ARIPAS QUMUMPA
ALLPALLAMPIPAS TAKYACHIWASQANCHIKRAYKU (a la piedra
soporte resguardamos asentando en nuestros hogares o en los territorios
comunitarios por darnos la estabilidad, la dureza y la permanencia);
QUMUNKAYQA RIKURIKUNMI TAWA WAWQIKUNAPA PANI
TAWAKUNAPA, TAWA MAMAKUNAPA TAYTA TAWAKUNAPA, TAWA
QARIKUNA WARMI TAWAKUNAPA UTAQ TAWA TURIKUNAPA
ÑAÑA TAWAKUNAPA KASQAKAWSAYNIMPI YACHAKUYLLAYPI (la
comunidad aparece con el existir y el estar de los cuatro hermanos y las
cuatro hermanas, las cuatro madres y los cuatro padres, los cuatro
varones y las cuatro mujeres o los cuatro semejantes y las cuatro
consanguíneas); QARIKUNA WARMILLA SAWACHAKURUSPANKUM
UYWAYANAKUYWAN, KUYAKUYKULLAWAN, QATINAKUYLLAWAN,
PUSAKUYKUNAWANPAS, HUNTAPAKUYKUNAWAN CHAYNATAQ
TINKUCHAQRUYWANPAS ACHKAYANKU HATUNYACHINKUPAS
QUMUNTA YANAPANAKUYKUNAPI KAWSA WIÑAYPI (el varón y la
mujer al casarse protegiéndose, amándose, dirigiéndose, guiándose,
cohesionándose y conviviendo ensanchan, multiplican y engrandecen a la
comunidad en el vivir y el desarrollarse ayudándose). Los tres eventos
fundamentales en el colectivismo, al quedar desdeñadas y desechadas
por las poblaciones que siguen y militan en las diferentes organizaciones
religiosas y políticas, se encuentran esparcidas en pedazos por las
agrupaciones iniciáticas, esotéricas, chamánicas y operantes de la

116

medicina naturista alternativa. Precisamente estos retazos, fragmentos y


partituras de la cosmogonía ancestral se ofertan en el mercado de las
expectativas y las aplicaciones de la sapiencia médica antigua. Pretender
que un fragmento de la cosmogonía y una parcela del mito es la cultura
ancestral es la mayor impostura en los espacios clasistas. Inculcar esos
despedazamientos de la sapiencia antigua implica atizar las viejas
operaciones de conciliar el indigenismo, el nativismo y el autoctonismo
con el colonialismo, la conquista y el sojuzgamiento.

Sobre los cuatro hermanos y las cuatro hermanas, la expresión de


la complementariedad y la mancomunación que son procesos
centrales en el colectivismo, circulan una diversidad de fantasías
que contienen los textos escolares. La intelectualidad que se apega a
las informaciones de los cronistas, en vez de buscar los datos precisos del
rol que cumplen en el colectivismo, se dedica a diseminar la leyenda
controlada y autorizada por el poder de las dos grandes instituciones
clasistas: el Estado Nacional y las asociaciones religiosas. Estas dos
instituciones que presumen una existencia milenaria, pero propulsores del
totalitarismo y el absolutismo presidencialista, en el sistema educativo
nacional permiten que se transmita una información altamente
denigrante: con vehemencia miliciana y altisonante dicen que Ayar Kachi
regresó al túnel por el que salieron los llamados cuatro hermanos Ayar y
quedó sepultado vivo por sus hermanos.

Tal disparate es una negación total de la cosmogonía y el mito de las


colectividades andinas. Las rocas, las piedras, los minerales y los cerros
constituyen la base firme, el eje soporte y la columna vertebral del Plantea
y de la tierra. Decir que Ayar Kachi quedó enterrado vivo por la felonía,
la envidia y la furia de sus hermanos significa ARREBATAR al colectivismo
de los Andes su cimiento y fundamento. Sin la parte abiótica, la
universalidad existencial, sería una masa gaseosa, volátil, sin forma y sin
firmeza. Los colonialistas viejos y actuales al divulgar un dato erróneo
sobre los contenidos y los componentes duros, inorgánicos, consistentes,
fuertes y resistentes de la Naturaleza y el Universo tratan de desarraigar
a las comunidades nativas de su situacionalidad. La base firme, el
cimiento duradero y la zapata insustituible que generan y acontecen al
colectivismo es la roca, la piedra y el cerro que se condensan y se
sintetizan en ILLAN. Se trata de un piedra roja, blanca o negra que
poseen los comuneros y la comunidad asentadas en alguna parte del
hogar y dentro del territorio comunitario. A esta posesión, disponibilidad
117

y base se conoce con el nombre de WAQUKULLPA (lugar donde se


efectúa la gratitud personal), WAQUPACHAKUNA (lugar de celebración
multitudinaria) y KANCHAWASIQISPICHIY (los templos que
resguardan las simbologías, las representaciones y las replicaciones de
los principales contenidos y componentes de la Naturaleza y el Universo
que son determinantes en el surgimiento y la continuidad de la vida). En
las tres formas en que se manifiesta la cosmogonía y el mito ancestrales,
ILLAN o la piedra fundamento, está presente. Sin la piedra no existe la
cosmogonía. Tampoco opera la racionalidad mítica. La creencia antigua
surge y se establece sobre la erección del lugar ceremonial, festivo y
prensil colocando, amontonando, uniendo y sobreponiendo las piedras de
tamaños diferentes. En los inicios del proceso de aglutinación fueron las
rocas el centro de las manifestaciones espirituales. Posteriormente, con
el impulso de la habilidad generadora y creadora, los componentes líticos
de la universalidad existencial devienen en los mecanismos-instrumentos
de la sedimentación cosmogónica.

Para los ancestros, los cerros, las rocas y las piedras, tienen la
virtud de contener la esencia de la dialéctica y la dinámica
succión-acumulación-procesamiento-detonación de la energía, el
calor, la humedad y la diseminación. La dinámica, la estructura, la
permanencia y la complejidad de los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo se encuentran en la concatenación de los cerros,
las rocas y las piedras siempre en convergencia y confluencia con otras
existencias. Por eso, extraer o arrancar una piedra de los cerros, las
cuevas, las montañas, los montes, las lagunas, los barrancos, el mar y
los ríos, en la postura ancestral, significa TOMAR Y DISPONER la parte
soporte-columna de la universalidad existencial para efectuar los tres
grandes movimientos constantes: vivir y trabajar, desplazarse y
replicarse, y, conocer y creer. El despertar, el progresar y el multiplicarse
en la visión ancestral de la vida acontecen honrando a la SUPREMA
PRESENCIA a través de la parte firme, dura, sólida, fuerte, resistente y
consistente de la Naturaleza y el Universo.

Las piedras, por asentar y afianzar la cosmogonía, son las portadoras del
ser en el estar en constante amalgamación, ramificación y compactación.
Son las comunicantes con los diversos niveles de la totalidad existencial:
RUMIWANMI, QAQAKUNAWANMI UTAQ URQUKUNALLAWANMI
ÑUQANCHIKQA RIMAKUYKULLANCHIK UKU PACHAWAN, KAY
PACHAWAN, HUKLAW PACHAWAN, HANAN PACHAWAN, WAK
118

PACHAWAN, CHAWPILLA PACHAWAN, KARU PACHALLAWAMPAS.


RUMILLAM RIMAYNINWAN WILLALLAWANCHIK IMAYNAM LLAPA
TUKUY KAQLLA KAYMAN CHAYARAMUSQANTA. RUMITAQMI
TIYACHIWANCHIK KAYPI KAWSASPA WIÑARINAPAQ. PAYLLAM
APAWANCHIK PAQARINMANQA (con las piedras, las rocas y los cerros
nos comunicamos con el mundo interior, con este mundo, con diversos
mundos, el mundo de arriba, esos mundos, el mundo del centro y con los
mundos lejanos. Las piedras con su hablar nos narran la manera en que
todo lo que existe llegó a la permanencia. Son las piedras que nos retienen
y nos sostienen para que podamos vivir y desarrollarnos. Ellas nos dirigen
al porvenir).

En el pensar y el saber mítico de los pueblos originarios, el pasado y el


porvenir que se cruzan y se impactan en el presente, se conoce
exclusivamente con las piedras. Solamente con las piedras se asumen que
la totalidad existencial se replica, se multiplica, avanza y se expande de
la infinitud a la infinitud. Las piedras al constituir la parte finita, singular
y elemental del existir permite situar al ser social en la profundidad, la
amplitud y la eternidad de la materia. Precisamente esta es la razón
determinante para que los ancestros y los pueblos originarios dispongan
de ILLAN. No hay que confundir con las otá de las reglas africanas, porque
no son receptáculos de los dioses, los espíritus y los ancestros. Son las
megatones de las corrientes, las vibraciones, las candencias, los
ritmos y los movimientos de las existencias profundamente
interrelacionadas. Captan, acumulan, transmiten y dejan fluir la energía
en sus distintas modalidades de existencia, presencia y acontecer. Están
ubicadas o colocadas en el espacio de confluencia y combinación de las
fuerzas internas, cercanas, externas y lejanas.

Por las piedras negras, rojas o blancas que ocupan el centro, el eje y el
piso de la cosmogonía, la creencia antigua, tiene su santuario ritual en
total apego al naturalismo, el vitalismo, el organicismo y el animismo. No
existe la introducción de la potencia o la carga de ILLAN en el colectivismo
andino. Porque las piedras de por sí y en sí son portadoras de la energía.
Las piedras preciosas, los metales, el barro y la madera no pueden
utilizarse como ILLAN. Las piedras asumidas, reconocidas e instaladas en
calidad y condición de ILLAN son respetadas, cuidadas y purificadas.
ILLAN comunitario son las únicas piedras que se encuentran a la vista de
toda la población, los extraños que transitan y las visitas que llegan.
Generalmente son rocas al pie de los cerros o en la cercanía de las cuevas.
119

Las diversas celebraciones multitudinarias suceden frente a estas piedras


adoptadas, identificadas y aclamadas el fundamento de la cosmogonía.
Los ritos ancestrales acontecen en los espacios donde hay siempre las
piedras, la rocas y la confluencia de las existencias. Sin las piedras y sin
las rocas no hay cosmogonía, no hay creencia y no hay adoración. Esta
determinación tramonta el devenir. La parte abiótica de los contenidos y
los componentes de la Naturaleza y el Universo siguen teniendo un lugar
y una función imprescindible para que acontezca el mito.

ILLAN y la binaridad mancomunada, los cuatro hermanos y las cuatro


hermanas, constituyen los baluartes insustituibles e irrevocables del mito
y la cosmogonía de los pueblos originarios de los Andes. Si las narraciones
no se relacionan con estos dos asuntos claves del colectivismo, en
especial en la sapiencia médica ancestral, no hay comunicación autóctona
andina. Hablar de PISTAKU (asesinos), QURI CHALLWA (pez de oro),
MAÑUKUKUNA RIKUCHIKUQ (las vírgenes que aparecen), KAMPANA
MARÍA ANGULA (campana María Angula), INKARRIY (el retorno del inka),
GENTILRUNAKUNA (personas advenedizas), WAQRIWIRIMANRIKUY (ir al
infierno), PACHAQAMAQPA WAÑUSQAN (la muerte del generador),
MANKAQIRPAY (cerrar las ollas), WAKCHAYANAPAKUQ (pobre rescatando
al pobre), WICHKAMA TAYTAN MAQAQ (familiares que golpean a los
ancestros), YANAPACHAYUQ MANCHACHIKUQ (personajes negros que
amedrentan), QAPAQ RUNALLA TIQTIQ (Dios que asa a las personas),
ACHIKUKUNA (mujeres que pelean con Dios), WAKALLA LAYQAMUNASQA
(vacas y toros encantados), LLAQTAMANTA LLUPTIY MANA QIPATA
RIKUSPA (huir del poblado sin mirar atrás), AKCHIYLLA MASKAY (buscar
la luz), APUQAKIQIRUY (el grandioso que subió al cielo), QAPAQYAYA
RUNAKULLASQAN (la encarnación de Dios), QURUPUNAPUSAQ (el
conductor de los muertos a su hogar feliz), LLAMAPA CHANKAMPI
YUPAYCHAY (ritos entre las patas de la llama), WAÑUKUQ PURIQ (el
féretro ambulante), WITAWAQA PITITA (la loca Petronila), QURI LANI (la
pinga de oro), TUTAPUNCHAW PUÑUQ (el dormilón y perezoso) y
QURILAZUWAN MAQAQ (el castigador con látigos de oro) es vulgarizar
algunos relatos, narraciones y contenidos de los textos bíblicos.

Estas narraciones son clasistas y contienen algunos aspectos del judaísmo


y el cristianismo. Cuando el mito se transmite y retransmite como
innovación y novación sin contener y manifestar los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo, pero sí reconociendo los
personajes arropados con una diversidad de combinaciones con los
120

resultados del trabajo y la razón, los pueblos originarios llegan a ocultar


más los secretos resguardados. Esta forma de seguir manteniendo en el
secreto muchos de los asuntos que el mito fundacional y la cosmogonía
primigenia contienen, las poblaciones no indígenas por su incomprensión,
convierten la mentira, la falsedad, la hipocresía, la parcelación y la
disminución en las verdades para desaparecer la creencia original.
YANASARA TARIKUYMI CHAYAKAMULLANQA ILLANLLA MANA
WAQAYCHASQAPIQA (cuando no se resguarda bien a la piedra angular
llega el maíz negro). Esta es la advertencia de la conducción del
colectivismo sobre las comunicaciones sobre el mito y la cosmogonía.

IMAYNALLA HAMUKULLASQANCHIK, KACHKAKULLASQANCHIK,


KAWSASQANCHIK CHAYNAWAN PAQARIKUSQANCHIKLLATAPAS
RIMAYPIQA SAPAPUNIKUNALLA TAYTA MAMALLAPA KAYNIN
RIKUCHIYMI, APARICHIYMI, TARIYMI, HAPIRUYMI UTAQ
WIÑAYNINWAN TARIKUYMI (en el hablar y decir sobre cómo venimos,
estamos, vivimos y nos dirigimos hay que hacer ver, llevar, encontrar y
tocar el siempre estar del padre y la madre estando con su expansión).
Las narraciones sobre la existencia de una diversidad de mitos no cumplen
con esta aseveración de los pueblos originarios andinos. Tales relatos
pueden catalogarse como ingeniosidades literarias. Un asunto que merece
destacarse en los mitos que se narran con contenidos terroríficos es
SUPAY. Las poblaciones que siguen la doctrina introducida, implantada y
controlada de los colonialistas identifican con el diablo, el demonio o el
satanás. En la cotidianidad de los pueblos originarios andinos, SUPAY, no
es un sujeto infernal ni un ser de ultramundo.

Es la alteración del organismo por causa de la degustación de los


alimentos, los productos y las comidas desconocidas. Una regla ancestral
indica de esta manera: WAWAKUNATAQA YACHACHIKUNALLAM
IMAYNALLA MIKUKUYTA. MANALLAM QUYKUNACHU RUPAQTA,
CHIRITAPAS, UCHUTA, RURUPA QARANTA, WIRUTA, PUCHQUTA,
QATQITA, CHULLQUKUNATA, SILLKATA, UCHPATA CHAYNATAQ
CHAPUKUSQAKUNATAPAS. MANATAQMI RIMARICHIKUNACHU,
ASICHIKUNACHU, SUKACHINACHU NITAQ PUKLLACHINACHU
MIKUCHKASPAQA. CHAYNAPIM MANALLA UQUYPAS, NANAYPAS,
ATQUYPAS, QIPNAYPAS, QIWIKUYPAS ICHAPAS YAWARLLA
WISCHUYPAS KANQACHU. CHAYKUNALLAQA CHAYKUNALLAPIM
SUPAYLLA TARIKUN (a la infancia y la niñez hay que enseñar a comer.
No dar quemante, congelante, picante, cáscara de frutas y frutos, algo
121

que se astilla, salado, amargo, fermentado, harina o mezclados. No dejar


que hablen, se reían, silben ni soplen cuando se come. Para que así no
haya el toser, el dolor, el vómito, la asfixia, el retorcimiento, las
convulsiones y el sangrado. En esos y con esos está SUPAY). Es el
cuidado, la prevención y la atención en el sistema alimentario.

Para los pueblos originarios andinos, por su visión de la vida que acepta
a todas las existencias como su gran familia gigante y universal, no
existen seres malignos, espíritus dañinos, entidades salidos del averno y
los ángeles descendidos del cielo. SUPAY, AQARUWAY, MANASUMANUNA
y SAQRAKIRPA son procesos biológicos, cósmicos y naturales. La
ferocidad de los animales, la intensidad de los fenómenos meteorológicos,
la destructividad de los sacudimientos del Planeta, la agresividad de los
microorganismos, el arrasamiento de los sucesos geológicos, la afectación
de los vapores o los gases, la alteración de la fisiología y el siniestro de
las radiaciones son eventos naturales. Quienes confunden estos
acontecimientos con el proceder, los actos y las presencias de los espíritus
del averno simple y llanamente son portadores del pensar y el saber
fatídico.

Otro asunto que se divulga como un mito andino es la existencia de


QARQACHA. El incesto es un proceder que existe en todas las sociedades.
Admitir como un mito significa enaltecer, dignificar y hasta fomentar la
práctica de las relaciones sentimentales, sexuales y amorosas entre los
familiares. Quienes difunden en calidad de mito son los degenerados que
admiten, legalizan y hasta defienden las descomposiciones, las
depravaciones y las cauterizaciones ideológicas, orgánicas y políticas.
Afirmar que los que viven en el incesto son las mutaciones, las
transmutaciones y las conversiones en llama, allqu (perro), wallpa
(gallina), aya (muertos andantes) o apupurikuq (ricos viajeros) conlleva
admitir el evolucionismo simulado. Además sería confundir con las brujas
que vuelan en las escobas según la versión de los clasistas.

En el colectivismo, por el sistema YANAPANAKUY y el proceso


UYWAKUYANAPAKUY, narrar sobre la existencia de los poderosos y los
ricos que se convierten en harapientos, mendigos, justicieros y
misericordiosos carece de certeza. Tal propaganda que se pretende
comunicar como mito es altamente eclesiástica, política y clasista. Porque
es una forma soterrada, antojadiza y perniciosa de indicar que en las
colectividades andinas la miseria, el hambre y la penuria carcomen a las
122

poblaciones. Ante esta situación, con la finalidad de comunicar el sentido


del colectivismo, existe una regla ancestral: ÑUQALLANCHIKPA
UKUMPIQA MANAM PILLAPAS TARIKUNCHU, KAWSAKUNCHU
UTAQ PURILLAMPAS MAÑAÑAKUSPA YARQAYPI WAKCHALLA
KAYPIQA (en nuestro interior nadie y ninguna se encuentra, vive, se
halla y anda mendigando, pasando hambre y asentados en la pobreza).
MANAM APUCHU ATINSAPACHU KALLANCHIK ICHAQA MANAM
PIM QUMUNQA TARIKULLANCHU UCHITAKUQLLAQA KAY
UKUNCHIKPI (no somos ricos ni poderosos, pero ninguna y ningún
comunero se encuentra vagando, recibiendo lástima y siendo pordiosero
en el interior de la comunidad). El rescatismo, el liberacionismo, el
mesianismo y el samaritanismo son narraciones religiosas disfrazadas de
las narraciones andinas. La doctrina de la salvación no existe en la
cosmogonía ancestral. Lo que existe, persiste y acontece es la aclamación
permanente de la PRESENCIA SUPREMA en todos los lugares, los
momentos y las circunstancias.

Con contundencia colectivista, por ser un proceso clasista que


ensalza al machismo y el patriarcado, se combate la información
diseminada solamente de los cuatro hermanos como protagonistas claves.
Quienes poltronan la primacía de los cuatro hermanos Ayar, a pesar que
señalan las labores complementarias que efectúan las mujeres, por su
condición e identidad clasista son avatares de la misoginia, la teoría de la
minusvalía de las mujeres y la postura de la subalternalidad de las
féminas. Máxime cuando la legalidad burguesa levanta la doctrina de la
igualdad y la equidad de género, seguir inculcando la superioridad de los
cuatro hermanos Ayar, significa seguir sumergidos en las mazmorras del
oscurantismo que considera a las mujeres las puertas del diablo. El
planteamiento de reconocer a los cuatro hermanos Ayar se encuentra
legalizado, autentificado y vigilado por el Estado Nacional a través del
sistema educativo.

Para la transmisión y la comunicación del mito y la cosmogonía ancestral,


en la comunidad TANTAR, existió una regla que en la actualidad circula
fragmentada: RUNAPA RIKURISQAN, MAYKUNAPI PURILLASQAN,
IMAYNALLA KAWSAKUSQAN, MAYLAWKUNAPI SAYARIKUSQAN,
IMAYKUNAWAN YACHALLASQAN, IMANASQALLA QUMUNKUNA
CHAYAMUYTA, MAYMANTA MAYMANSI RISQANTA, IMAKUWAN
LLAMKASQANTA, PIKUNAWAN HUÑURIKUSQANTA, PAQARINMAN
IMAYNALLA QISPIRIKURULLASQANTA CHAYNATAQ IMALLAPI
123

IÑISQANCHIKTAM WILLAKULLANCHIK, RIMALLANCHIK ICHAPAS


NIYKULLAKULLANCHIK MANALLA QUNQAKUNALLAPAQ NITAQ
SAQINAPAQ (la aparición del ser social, los lugares en que deambula, la
manera en que vive, en qué sitios se establece, la forma en que se halla
y aprende, el por qué surge el colectivismo, de donde y a donde se dirige,
los modos de trabajar, con quiénes se asocia, el estilo de avanzar y en
qué cree narramos, hablamos y nos intercomunicamos para no abandonar
ni olvidar).

En la regla ancestral de transmisión y narración tiene que acontecer siete


procederes, eventos y situaciones: KALLPA ATIYKUNA RURAKUQ (la
realización de la energía, la fuerza y la potencia); TIKRAKURUYKUNA,
RURAYKUNA, KAWSALLAYKUNA, YACHALLAKUYKUNA ARIPAS
PAQARIYKUNA (las transformaciones, las labores, las construcciones,
las vivencias, las sapiencias y los surgimientos); KAPCHIKUNALLA,
UNANQIRISIQINAY ARIPAS QUYPINALLAY (las artes, los símbolos y
las replicaciones); PIKUNA, IMAKUNA, MAYLLAPI, HAYKAPI UTAQ
IMAYNAKUNA PURIKAWSARIKUNKU, RURAKUNKU CHAYNATAQ
HATUNYANKUPAS (el episodio, la escena, las acciones y los procederes
con sus agentes en los espacios y los tiempos precisos); IMAPAQTAQ,
IMANASQATAQ, PIPAQTAQ UTAQ PIMANTATAQ (el motivo, la
finalidad y los sujetos interactuantes); TAKIRIRIMAY IMAYAYKUNAY
(el asunto, el tema, la agenda y el argumento); IMALLAKUNALLA
WILLARILLAKUNAPAQ, MAYLLA YACHACHIKUNAPAQ ARIPAS
MUNAYKUNARAYKULLASQAPAQ (el mensaje, el contenido, la premisa
y el protocolo).

La comunicación de la cosmogonía y el mito fundacional es un SISTEMA


COMPLICADO de interlocución. Contar, transmitir y comunicar el mito no
es unidimensional, unidireccional y monologal. Narrar el mito fundacional
o la dinámica cosmogónica no es un simple hablar, decir y afirmar de los
y las resguardantes de los secretos, las sapiencias y los procederes
antiguos y ancestrales. Es una invitación al despertar, al ver, al penetrar
al interior de la existencia universal y el viajar a las diversas lejanías.
Toda la concurrencia emite un asentimiento, una complementación y una
aclaración a las comunicaciones, las transmisiones y las retransmisiones.
Pero no se trata de una toma de posición sobre el mito y la cosmogonía.
La recepción de la comunicación es totalmente sujeta a la situacionalidad
en la localización. La comunicación mítica de la cosmogonía no se queda
en el esquema informativo clasista: quién dice qué a quién, por qué
124

medios, con qué finalidad y dentro de qué parámetros. No se trata de una


relación bimembre entre el emisor y el receptor, sino de un complejo
proceso-sistema de rememoración y celebración de los sucesos
acontecidos en los inicios del poblamiento del Planeta. En la narración
colectivista no operan las interferencias, las simulaciones, las
transposiciones, las demagogias, las verborreas, las badulaquerías, los
sensacionalismos y las ambivalencias. La comunicación en los pueblos
originarios siempre es transaccional y colaborativa.

El mito fundacional y la cosmogonía primigenia no muestran ni divulgan


la humanización de los seres superiores y las deidades sobrenaturales.
Única y exclusivamente señalan el heroísmo, la valentía, la resistencia, el
poder y la fuerza mancomunada de las existencias, pero en forma especial
de los primeros habitantes del Planeta, en la lucha por la vida y la
subsistencia. Porque los primeros varones y mujeres que emergen de la
Naturaleza y el Universo, ante un contexto completamente abierto y una
circunstancia plagada de intensos procesos de compactación,
sedimentación, diferenciación y concatenación de los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo que causan furor, terror,
miedo y desesperación llegaron a establecer los cimientos del vivir, el
trabajar, el razonar y el desarrollarse. Con el uso intenso y extenso de
sus sentidos, especialmente de las manos y los pies, desplegaron una
actividad impresionante, asombrosa, epopéyica, gigantesca, gloriosa y
perentoria. El mito fundacional y la cosmogonía primigenia no muestran
la lucha de los dioses ni de éstos con el ser social. Simplemente señalan
las formas, las maneras y los estilos del desarrollo del arte de la
manutención, la transformación, la construcción y la ascensión. Pero sí
indican, muestran y presentan las combinaciones y las mezclas
peligrosas, constantes y maravillosas de las existencias bióticas y
abióticas que conforman la vida y operan en el ser en el estar.

Con la sangre hirviendo, con los desplazamientos constantes y las


mancomunaciones en las localizaciones, lograron GENERAR una
percepción, una interiorización, una externación, una asimilación y una
interpretación de su ser en el estar dentro de la universalidad existencial.
El vivir, el movimiento y el laborar permitieron la formulación y la
institucionalización del mito y la cosmogonía. El mito fundacional y la
cosmogonía primigenia pueden considerarse la primera y la permanente
revolución cultural y política que envuelven, acompañan, sustentan y
enrumban a las tres grandes y permanentes instituciones: la familia, la
125

comunidad y el sistema de producción. Éstas se caracterizan por la


aglutinación, la solidaridad, la conglomeración, la interasociación y la
socialización. El mito fundacional y la cosmogonía primigenia no contienen
los sacrificios, los derramamientos de la sangre y las localizaciones
machadas con la violencia que diseminan las guerras. Los actos heroicos
en los combates en los campos de batalla, por ser eventos ya del modo
de producir clasista, no forman parte del mito y la cosmogonía originales.
La heroicidad de los primeros pobladores está en su aclimatación y
acondicionamiento al contexto natural desplegando una incesante
resistencia y persistencia en la obtención de los medios de subsistencia y
la cimentación de las bases del orden histórico.

La materia, la causa origen de las existencias, las relaciones, las


conglomeraciones, las interpenetraciones, el movimiento, la energía, el
tiempo y el espacio ocupan la estructura y el contenido de la cosmogonía.
El surgir de las profundidades de la totalidad existencial, el penetrar a las
interioridades de la universalidad del ser en el estar, el desplazarse en la
superficie terrestre, el salir a las lejanías del Planeta, las transformaciones
de los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo, las
extracciones de los recursos disponibles y las edificaciones sin el uso de
las tecnologías que se usan en la actualidad son eventos, sucesos,
procederes y logros excelsos, valerosos, geniales, colosales, fastuosos,
magníficos y esplendorosos. Son hazañas y gestas que solamente los
varones y las mujeres excepcionales pueden realizar. Vista desde el
confesionalismo religioso son milagros, son hazañas espectaculares y son
procedimientos extraordinarios. Son acontecimientos, acciones y
determinaciones que impulsan la forja del ser en el estar en la certeza, la
seguridad y la prodigalidad.

Es con el mito fundacional y la cosmogonía primigenia que el ser social


tiene la capacidad de interpretar su origen, su existencia, sus acciones y
sus avances. Reconoce, admite y asimila que su composición orgánica es
resultado-consecuencia de cuatro acontecimientos cohesionados y
compactados: la combinación diferenciada y jerarquizada de los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo; la
permanencia y la dependencia de la totalidad existencial universal; un
largo proceso de interacción e interpenetración con todas las formas de
vida; el dinamismo constante de moverse, laborar y el despertar de la
racionalidad. Porque entiende que sin transformar al contexto natural
general y sin construir no puede vivir, replicarse y desarrollarse. Pero
126

comprende que el fluir de la vida siempre es con la vida, en la vida, desde


la vida y para la vida. Con los sucesos naturales universales que asimila,
interioriza y atrapa dio origen a la racionalidad, la memoria, la conciencia
y el conocimiento. ILLAPAKUNAPA QAQA TUÑICHIYNINWANMI,
LLIPYAPA KANCHAKUYNINWANMI, INTIPA ACHKIYNINWANMI,
NINAPA RAWRAKUYNINWANMI, KILLAPA QAWAKUYNINWANMI,
CHASKAKUNAPA RIKUYNILLANWANMI ARI CHAYNAPAS YAKUPA,
WAYRAPA, PARAKUNAPA UTAQ CHIRILLAPA TAKAKUYNIWANMI
QAPARIYNINWANMI SUNQUNCHIK YAWARTA TIMPUCHIKPTIN
CHAYLLA UMANCHIK KICHARISQA TARIKAMULLAN (con los
tremendos ruidos de los rayos que rompen las rocas, el resplandor de los
relámpagos, el alumbrar del sol, el consumir del fuego, la mirada de la
luna, las observaciones de las estrellas y asimismo con los golpes y las
zarandeadas del agua, el viento, la lluvia o el frío nuestro corazón hace
hervir la sangre y así nuestra cabeza y el cerebro quedan abiertos).

Con el mito y la cosmogonía, los pueblos originarios, desde la antigüedad


lejana, nos señalan que la historia y la sociedad inician no con la escritura,
sino con las formas de adaptación al ambiente natural y los estilos de
obtención de los medios de subsistencia. Tal es el alba de la civilización.
Durante miles y miles de años, tal vez sea millonadas de años, los
primeros habitantes del Planeta tuvieron que lidiar con siete sucesos que
siguen aterrando en la actualidad: las explosiones, las implosiones y los
reacondicionamientos de los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo como parte de su persistencia, estabilidad,
trasformación y expansión; las modificaciones incesantes de las capas
geológicas y los procesos geodinámicos que renuevan, multiplican y
diversifican a las existencias; los fenómenos meteorológicos que ayudan
al proceso de la purificación, el resurgimiento y la transformación de la
vida; los sacudimientos periódicos de la tierra aconteciendo un cambio y
un redireccionamiento en la morfogenética del Planeta; las radiaciones y
las penetraciones de una diversidad de partículas, fragmentos y cuerpos
que vienen de otros mundos siderales; el choque de las sustancias, las
luminosidades, las exhalaciones, las secreciones y las expulsiones del
interior del Planeta con los que vienen de las lejanías del Universo; los
cambios y las modificaciones en el relieve terrestre, el metabolismo global
y las interacciones existenciales. Estas eventualidades naturales delimitan
y condicionan al orden histórico. Las instituciones primigenias: la familia,
la colectividad y el sistema de producción, surgen, permanecen y avanzan

127

envueltos, acompañados y alineados por los siete acontecimientos


universales. Por consiguiente, conforme a la cosmogonía de los pueblos
originarios, no son las buenas ideas ni los conocimientos que enrumban
al fluir de la vida. Las que pertrechan, las que alinean y las que conducen
a los pueblos originarios son las aplicaciones prontas, inmediatas y
directas de las reglas ancestrales en las creaciones y las producciones, las
interacciones históricas y las movilizaciones transespaciales.

PACHAQAMAQ, PACHAQUTUQ, PACHAQITUQ, PACHATIKRAQ,


PACHAMUSUQ, PACHAKUTIRIQ, PACHACHAPUQ, PACHAMUYUQ y
PACHAQISPIQ (ampliamente anunciado como Pachacutic Pachacamac
en las informaciones cronistas), en el mito y la cosmogonía ancestral
andina, precisamente es la manera en que la materia existe, prolifera,
persiste, se desarrolla, se modifica, se transforma y se expande. Donde
el ser social intenta asimilar los procesos y los sistemas de replicación,
multiplicación, continuidad y datación de todo cuanto existe a través del
mito y la cosmogonía. Intenta a la vez conocer su origen, su composición
y su lugar en el fluir general de la vida. Esta interpretación, percepción y
comprensión se dan en términos de una lucha gigantesca, inmortal y
multitudinaria para seguir recibiendo la protección y la dotación de la
madre Naturaleza y el padre Universo que se yerguen majestuosos,
enormes, inigualables e imperecederos.

En la visión de la vida de los pueblos originarios, en especial en el


colectivismo andino, el ser social no es superior ni está por encima de la
universalidad existencial. Precisamente el mito y la cosmogonía
ancestrales tienen la singularidad de mostrar el lugar y el rol secundario
de la humanidad en el devenir. La materia, la universalidad existencial, el
ser en el estar siempre, los contenidos y los componentes de la Naturaleza
y el Universo existen y pueden seguir persistiendo sin el ser social. Pero
éste no puede existir, vivir y menos continuar sin la materia. Los tres
progenitores, las tres jerarquías, las tres dimensiones mayores y los tres
niveles de ascensión acordonan, envuelven y delimitan a la humanidad.

Para las colectividades andinas, el enroscamiento y la mancomunación del


espacio y el tiempo, conforman la estructura central y dinámica del mito
fundacional y la cosmogonía primigenia. Porque el sentido del devenir, el
arco direccional del fluir de la vida, el rumbo de la marcha de un origen a
un destino y el tránsito del ahora al mañana suceden solo sí solo el
movimiento y la energía mueven al espacio y al tiempo. Los pueblos
128

originarios de los Andes no narran las grandes acciones espectaculares de


los dioses ni los sacrificios del ser social por ser divino, sino la interacción
y la interasociación de las existencias dentro del desarrollo desigual. Por
eso conceden importancia al origen o al pasado, porque lo primero y lo
antiguo otorgan los fundamentos y la funcionalidad al presente y al futuro.
El mito y la cosmogonía ancestrales muestran el origen como la referencia
innegable. Las acciones, los desplazamientos, el vivir y el laborar de los
primeros pobladores del Planeta, particular y especialmente de las
primeras aglomeraciones, son los hitos imperecederos, las realizaciones
ejemplares, el haber insustituible y las disponibilidades heredadas. Por
ese motivo, el mito fundacional y la cosmogonía primigenia, no son
comunicaciones ancestrales del desorden y el caos en el Planeta y el
Universo.

Es necesario señalar que el mito fundacional y la cosmogonía primigenia


de los Andes reconoce la supremacía de QAPAQYAYA PACHATAQPI
QISPICHIQ LLALLAWA MAQAWI (el Espíritu Supremo, el Creador de
todo lo que existe y el Dador de vida y sostén). Los colonialistas, sus
testaferros y sus escribanos no pudieron asimilar esta certeza tratando
de equipar el monoteísmo cristiano con Wiraqucha. Al no entender las
jerarquías que delimitan al ser social, desde el pensar y el saber judío
reconvencionado y empapado con el racionalismo clasista, afirman que
Viracocha es el único Dios creador. En la sapiencia ancestral que se
transmiten generacionalmente en los Andes, Wiraqucha o el mar
incandescente, no es ni puede ser el creador. El sol, INTI, tampoco es el
creador. Pero sí cumple un rol determinante en el fluir de la vida.

La sapiencia ancestral andina, expresada en el mito y la cosmogonía, al


ser transmitida a través de las alegorías contienen los cuatro procederes
del dinamismo ontológico y los cuatro sucesos gnoseológicos: el ser en el
estar, el movimiento, la situacionalidad y la localización; la percepción, la
replicación, la simbolización y la nominación. Donde el proceso del análisis
y la condensación, la diacronía y la sincronía, la consustanciación y la
conglomeración, la interpretación y la transformación, la asimilación y la
aplicación, y, la multiplicación y la ascensión son permanentes. La
realidad total: la Naturaleza y el Universo, el ser social y la racionalidad,
o la existencia natural, histórica y mental, en el mito y la cosmogonía
andinas es presentada en niveles, dimensiones y ámbitos totalmente
interconectados: KAY PACHA, UKU PACHA, HANAN PACHA, WAK
PACHA, MAYLAW PACHA, TUKUY PACHA UTAQ HUKLAW PACHA
129

(este mundo, el mundo de abajo, el mundo de arriba, ése mundo, otro


mundo, todo el mundo y el mundo lejano) conforma la unicidad orgánica
universal. La aceptación generalizada de los tres mundos que se delinean:
kay pacha, hanan pacha y uku pacha, es una simple vulgarización de la
trilogía cristiana. A la vez es difundir un corte transversal de la
cosmogonía ancestral.

PACHACHAKA PACHAQISPIY PACHARIQLLA (el mundo enlazado con


el mundo en generación en el mundo en movimiento) es la confluencia de
la TOTALIDAD y el VACÍO. Tal es la condicionalidad de la existencia, el
desarrollo y la expansión. Sin las dos cualidades y condiciones universales
no acontecen el fluir de la vida, la generación y la transferencia de la
energía, las mutaciones y las permutaciones, las combinaciones y las
mezclas, las interacciones y las interpenetraciones, los escalamientos y
las ondulaciones, las ascensiones y las trascendencias, y, las expansiones
y las prosecuciones. En el mito y la cosmogonía de los pueblos originarios
el asunto de la comunicación de la sapiencia y las reglas ancestrales no
está en la definición del punto de partida, sino en la forma en que se
entiende y se asimila el punto de partida, el origen y el surgimiento. El
ser en el estar es el posicionamiento de todo inicio, partida, salida,
entrada y llegada. El movimiento, el desplazamiento y el vaivén indican
que la realidad total, la existencia múltiple y el fluir de la vida es puro
dinamismo.

En el mito y la cosmogonía ancestrales, LA BASE Y LA CONDICIÓN,


conceden el inicio, el avance y el logro de los resultados. Porque no se
vive y se actúa, se labora y se razona, fuera de, alejado de, separado de
o aislado de la universalidad existencial, las relaciones globales, las
interconexiones integrales y las realizaciones progresivas. El mito y la
cosmogonía de los pueblos originarios comunican las formas, los tiempos
y los mecanismos de enlazamiento permanente del ser social con los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo. En la
sapiencia ancestral, la nada o la inexistencia, no se encuentra en el mito
y la cosmogonía. La razón es sencilla: MANA KAYQA MANAMÁ
MANACHU TARIKUN MANATAQMI KAYKUMPAS (el no ser, el no
existir, la nada y el no estar no se encuentran ni tienen presencia). Este
es el principio fundamental que enemista a la sapiencia antigua y
ancestral con las doctrinas traídas e implantadas por los invasores, los
conquistadores, los colonialistas y los opresores. Es precisamente en este
ámbito donde la cosmogonía primigenia queda alterada, desfigurada y
130

hasta mancillada. El mito con esa alteración presenta la creencia ancestral


como un conjunto de ritualidades alrededor de las binaridades clasistas y
las triadas del doctrinalismo eclesiástico. Así las informaciones que llegan
y se divulgan sobre el pensar y el saber ancestral, los pueblos originarios
y las colectividades nativas son altamente desperdigadas.

Para entender, asimilar e interpretar esta visión de la vida de los pueblos


originarios, las colectividades andinas siempre invitan a subir a la cima
pico de los altos cerros, para que desde ahí se ejercite el otear. URQUPA
UMAMPI PURISPAM, TIYAKUSPAM, SAYAKUSPAM, PAWASPAM,
TUSUSPAM, TAKISPAM ARIPAS MUYURIKUSPAM RIKUKUNA,
RIQSINA, QAWANA, HAPINA, HURQUNA, APANAPAS UTAQ
KUYANAPAS TUKUY LLAPA IMAKUNALLA TARIKUQTA (caminando,
sentado, parado, saltando, bailando, cantando y girando en la cima de los
cerros hay que ubicar, identificar, mirar, atrapar, extraer, llevar y amar
todo cuanto existe y está). No se trata de un simple observar con el fin
de conocer e interpretar, sino principalmente asimilar y entrar en la
sincronización. En la sapiencia ancestral, el saber y el conocer, solamente
acontece con la cohesión, la compactación y la consustanciación plena con
la totalidad existencial.

Sin el ascender-escalar y el descender-bajar, sin los desplazamientos


diferentes y sin los movimientos poliformes no se pueden asimilar el mito
fundacional y la cosmogonía primigenia. Las narraciones fenomenales, las
comunicaciones excepcionales y las transmisiones singulares acontecen
en las cuevas, los montes, los barrancos, las lagunas, la cima de los
cerros, al pie de las rocas y debajo de los árboles. Porque así se asimila,
se interioriza y se asienta sólidamente en la conciencia, la mente y el
corazón de las nuevas generaciones de colectivistas e integrantes de los
pueblos originarios. El campo y el espacio abierto permiten durante la
entrega y la recepción del mito y la cosmogonía la ejercitación de cinco
dinámicas antiguas: UYARIKUYTA, QAYAKUYTA, RIMAYLLATA,
CHASKIYTA CHAYNATAQ QUYTA (oír, convocar, hablar, recibir y
entregar); CHAYAYTA, YAYKUYTA, KAYKUYTA, LLUQSIYTA UTAQ
KUTIYTA (llegar, entrar, estar, salir y volver); TINKUYTA,
KAWSAPANAKUYTA, YACHALLACHINAKUYTA, RIMARINAKUYTA
ARITAQ KAMACHINAKUYTA (interactuar, convivir, enseñarse,
comunicarse y comandarse); RURAYTA, ATIYTA, KALLPAYTA,
LLUPTIYTA CHAYNATAQ HATUNYAYTA (hacer, poder, correr, escapar
y agigantar); HUÑUKUYTA, UYWANAKUYTA, YANAPANAKUYTA,
131

KUYAKULLAYTA ARIPAS CHULLALLA TARIKUYTA (conglomerarse,


protegerse, solidarizarse, amarse y estar en la unicidad). Son acciones,
procederes y acontecimientos que sedimentan, impulsan y delinean la
existencia. El vivir, el trabajar y el razonar son movimientos diversos que
requieren cuatro cualidades: el tener la sangre pura y abundante, el
desgaste o el vaciado controlado de la energía, la operación de la
reciprocidad o la solidaridad y la seguridad en la subsistencia.

Con el mito y la cosmogonía comunicadas, resguardadas y ejercitadas se


llegan a conservar, mejorar y ampliar el vivir y el trabajar en comunidad.
La identidad, la personalidad y la racionalidad de los pueblos originarios
se visibilizan con el mito y la cosmogonía. No tienen otro mecanismo y
otra manera de mostrar su multiculturalidad, su plurilingüismo, su
multinacionalidad y su multimodalidad. El mito y la cosmogonía
constituyen los elementos, los motivantes y los impulsores de la dinámica
histórica de los pueblos originarios. No solamente sostienen, protegen y
enrumban el vivir, el laborar, el pensar, el saber y el creer de los pueblos
originarios, sino también acontecen las transformaciones, las
ampliaciones, las continuidades y las expansiones. Con el mito y la
cosmogonía adecuadamente comunicadas y completamente asimiladas,
la conciencia y la memoria colectiva, adquieren solidez, pertinencia y
actualidad. Únicamente el mito y la cosmogonía efectúan el enlazamiento,
la armonización y la consustanciación de los pueblos originarios con la
universalidad existencial, los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo, el contexto natural general, los niveles y las
etapas del devenir, las poblaciones diseminadas en diferentes territorios
y las formas de luchar por la vida y la subsistencia.

ÑUQANCHIKUNAPAQA ÑUQALLANCHIKPAQA ANCHATUKUYKUNA


YUYARIYACHAYKUNAM QALLARIQ ÑAWPA TAYTANCHIKPA
MAMAKUNALLANCHIKUNAPA KAMARICHIKUYNINKUNA MANALLA
SAQIQUNQAYMI. KAWSASPA WIÑARIKULLASPAM PAYKUNAPA
IÑIKUSQANKUTA, YACHALLASQANKUTA, RURAKULLASQANKUTA
ARILLAPAS TUKUY RURAYKUYÑA SAQIQUYKULLAWASQANCHIK
PAQARINMAN APALLAWANANCHIKPAQMI KASURUKUNA (para
nosotros y entre nosotras el saber, el recordar, el meditar, el ver, el creer
y el conocer es no olvidar, no dejar y no abandonar en el vivir y el avanzar
los mandatos de los primeros padres y madres. En el vivir, el remontar y
el proseguir hay que obedecer y cumplir lo que ellos y ellas creyeron,
comprendieron, conocieron, realizaron, ejecutaron y nos legaron para que
132

nos conduzcan al mañana). Para los pueblos originarios, la importancia


de la cosmogonía y el mito, queda regimentada en este mandato
ancestral. Es una exigencia ancestral permanecer, mantenerse y
continuar en la cosmogonía y el mito primigenios. Porque de eso depende
la CONTINUIDAD HISTÓRICA en las nuevas condiciones sociales, las
nuevas circunstancias y en los nuevos procesos laborales. La prosecución
de la cosmogonía y el mito PRESERVAN, ACTIVAN Y ENCAUZAN la
memoria, la conciencia, la representación y la sapiencia colectiva.

YACHAYQA QUMUNKUNAPIQA MANAM CHAYLLACHU RIKURIMUN


NITAQ KUNANLLACHU HATUNCHIQIRIKUN (en las comunidades el
pensar, el saber, el conocer y el creer no surgen recientemente ni se
engrandecen y se ramifican en la actualidad). Las primeras reacciones,
las primeras emociones, los primeros gestos, las primeras apreciaciones
y las primeras valoraciones del ser social ante la inmensidad, la
grandiosidad y la peligrosidad de los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo siguen aconteciendo en la actualidad. Existe un
hilo concatenante con las primeras formas del emerger de la racionalidad,
las subjetividades y las confesionalidades. Sobre todo la tendencia a la
gregariedad, la asociación y la interdependencia sigue operando. Porque
sin esas maneras y modos de agruparse, juntarse y mancomunarse no
existe la familia, la sociedad y la nacionalidad.

La amplitud del espacio, la profundidad del tiempo, la complejidad de la


universalidad existencial y la inmensidad del ser en el estar quedaron
condensados en la cosmogonía. El ser social en medio de las sucesivas
catástrofes naturales: los terremotos, los huracanes, los monzones, las
inundaciones, los congelamientos, los deshielos, las remociones de los
cerros, los desgajamientos de los suelos, los alineamientos en el interior
de la tierra y los cambios drásticos en la superficie fue empujado e
impulsado a comprender su condición pasajera, precaria y dependiente.
Es ahí donde emerge la cosmogonía. Para que ésta sea el alineador y el
delineador del vivir en avance constante, a manera de la fijación del
rumbo a seguir, generó el mito. Porque las generaciones siguientes y
vinientes tienen que entender la manera en que los primeros habitantes
del Planeta, estando y viviendo en condiciones altamente frágiles y
peligrosas, pudieron plasmar la economía natural de subsistencia. El mito
es el proceso comunicacional de los pueblos originarios sobre el lugar y el
rol del ser social dentro de la totalidad y la universalidad existencial.
Donde el colectivismo se yergue como la primera forma de la organización
133

social que efectúa las transformaciones de los espacios en que vive, se


encuentra y se localiza. El colectivismo es el generador de las
instituciones, el iniciador del emplazamiento territorial de las ocupaciones
y las actividades económicas y el que comienza la implantación de la
cultura y la civilización. Con el colectivismo, la cosmogonía y el mito,
muestran que el devenir no es un salto del paraíso a la hostilidad y las
necesidades, sino la ascensión constante con la lucha por la vida y la
subsistencia siempre a los nuevos niveles y las dimensiones superiores
del existir.

Para los pueblos originarios, su historia y su memoria, son sucesos


inseparables. Las reglas ancestrales, con su continuidad y sus
ampliaciones, unen el pasado remoto con el presente y con el porvenir.
Donde la cosmogonía y el mito constituyen la superestructura aclase que
operan y se transmiten más con las ritualidades que con las crónicas.
TAPURUY ÑAWPAQTA, RIPUKUQTA, QALLARIQTA IMAYNAM
RUNAPA PACHAPA TAQPIPA UNKUNMANTA LLUQSIRAMUSPAN
KUNANKAMA HUMALLASQANTA (preguntar al pasado, al primero, el
antecesor, a los iniciadores sobre cómo el ser social saliendo de las
entrañas de la Naturaleza y el Universo vino y llegó al presente).
Solamente la racionalidad mítica puede responder. Las diferentes
sapiencias disciplinarias, recolectando y acopiando las muestras que
quedaron en formas múltiples, solo especulan sobre el origen de todo, la
vida y el ser en el estar.

YUYAY YACHAY (recordar, vivir y saber) es un imperativo innegable e


insustituible. Los recuerdos, las evocaciones y las rememoraciones
pueden quedar alteradas. Para que esto no acontezca, el colectivismo
primigenio, establece un dispositivo-ordenador: PACHA TAQPILLATA
MAMANCHIK TAYTACHALLANCHIK KAQLLATA RISIKURUSPAM
TARIKUNCHIKQA KAWSAYPI, WIÑAYPI, LLAMKAYPI, PAQARIYPI,
QISPIKUYPI CHAYNATAQ HATUNYAKULLASPA MUSUQLLAMAN
CHAYAYKUNCHIK (reconociendo a la Naturaleza y el Universo como
nuestra madre y padre hallamos el vivir, el avanzar, el trabajar, el
emerger, el tramontar y con el engrandecer entramos a lo nuevo). Esta
es el fundamento de la cosmogonía. Quienes atentan contra esta certeza,
regla y creencia no son personas en vitalidad orgánica, sino las que se
hallan trastornadas y desfiguradas. El surgimiento de las religiones
monoteístas, dando el brindo de la confesionalidad naturalista a la
adopción de las doctrinas abstractas, colocan al ser social en el centro,
134

por encima o superior y dueño de la universalidad existencial. La


implantación de la economía mercantil y el modo de producir clasista
significan la manera en que el ser social se presenta como la contraparte
de la Naturaleza y el Universo: quien construye los mundos, modifica los
espacios, aclimata el contexto y destruye para progresar, vivir bien y
sobre todo ganar y acumular. Esta es la nueva visión del mundo que busca
primero anular la cosmogonía y el mito primigenios, para actualmente
convocar a retomar, usar y resguardar.

Para los pueblos originarios, recordar y traer a la actualidad el pasado, no


es una especulación ni una curiosidad. Sino una permanente
situacionalidad en los tres ámbitos temporales que envuelven al espacio.
No se trata de perpetuar algunas hazañas gloriosas. Tampoco es seguir
manteniendo vivo algunas reminiscencias de los desplazamientos por los
espacios accidentados. La cosmogonía que comunica el mito coloca en un
proceso crucial, determinante y modulante a IMAYNATAM LLAPA
TUKUY IMAPAS KAYKUQKUNA TIKRAKULLANKU, ACHKAYANKU,
HATUNYAKUNKUPAS (en el cómo todo cuanto existe se muda, se
cambia, se transforma, se multiplica y se expande). Este proceso fluye en
los pueblos originarios solamente con el mito que se expresa en los relatos
múltiples y las diferentes ritualidades. Porque así sigue alineando al vivir
con la dinámica y la dialéctica natural universal. Los nexos orgánicos de
los pueblos originarios con las tres jerarquías y los tres progenitores
siempre suceden con la operación de la cosmogonía. El mito es una
comunicación ritualizada. ÑAWPAQ QALLARIY SUMAQLLA HATUN
RIMARIKUYKUNALLAWANMI YUYARIYACHAYNILLANCHIKUNAQA
PUSAKULLAWANCHI (con el gran y el bonito hablar, el decir y el
comunicar primero toda nuestra visión, vivir, saber, conocer y aprender
nos guían).

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Todos los movimientos indigenistas, desde sus primeras
versiones durante la conquista y el colonialismo, con intensidades
diferentes levantan las banderas ancestrales. En especial quienes
buscan el retorno al comunitarismo inkásico, en un proceso de
imponerse dentro de una variedad de tendencias mitológicas
actuales, aclaman el retorno del inka. Otros divulgan una
diversidad de cuentos que los seguidores del camino clasista
escriben.

En las universidades, desde diferentes sapiencias disciplinarias,

comienzan a proliferar el rescate de la cultura indígena, el uso de
las tecnologías ancestrales y el cuidado de la pachamama.
Inclusive no faltan quienes buscan introducir dentro de las
disciplinas científicas la ciencia andina. Las organizaciones
planetarias, siempre con sus acuerdos que intentan operar a
través de los Estados Nacionales, aclaman impulsar el desarrollo
sostenido de los pueblos originarios dentro de los objetivos del
milenio.

YACHAY (VIVIR, PENSAR Y SABER) es un compartir una
experiencia personal que adquirí durante mi infancia y la
adolescencia. A pesar de las incursiones en el campo confesional
religioso y político clasista, por mi raigambre colectivista,
conservo la cosmogonía y el mito ancestral. Sigo en mi
confesionalidad panenteísta. Porque las concepciones del mundo
enfrentadas, las metafísicas que pululan en el modo de producir
clasista, no llenan el vacío ontológico.

SERAPIO MUCHA YAROS, economista y teólogo, actualmente


forma parte de la conducción del CENTRO TRANSDISCIPLINARIO
PARA EL HUMANISMO ECONÓMICO, A. C.
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