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Serapio Mucha Yaros
CENTRO TRANSDISCIPLINARIO PARA EL HUMANISMO ECONÓMICO, A. C.
YACHAY
(VIVIR, PENSAR Y SABER)
Serapio Mucha Yaros
PRIMERA VERSIÓN
MÉXICO, 2023
muchayaros@gmail.com
civilizacionsolidaria@yahoo.com
www.ctpehe.org
CONTENIDO
Introducción 7
II
III
IV
Mito y Cosmogonía 97
INTRODUCCIÓN
Los pueblos originarios, desde que se implantaron los modos y los estilos
del vivir privilegiando al sistema de propiedad privada de los medios de
producción, potenciados con el individualismo y el afán de ganar para
acumular multiplicando, persisten con resistencia acorralados con una
multiplicidad de poblaciones confrontadas, una confluencia de situaciones
y un amontonamiento de intereses enfrentados. Cada sector de la
población nacional, amparados con el Pacto Político y las múltiples leyes
reglamentarias, buscan las maneras de arrebatar las disponibilidades de
los pueblos originarios. La tierra, el suelo y el territorio que disponen,
poseen y ocupan los pueblos originarios son los tesoros envidiados,
cotizados y codiciados. Utilizando una diversidad de procedimientos
legales, extralegales, violentos y pacíficos buscan apoderarse, porque allí
se encuentran concentrados el 80% de los recursos disponibles que son
imprescindibles para la extensión de las instituciones económicas básicas.
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I
FUENTES PRIMARIAS DEL
PENSAR Y EL SABER
Para los ancestros, las piedras y las rocas, por su continua e incesante
interacción con todos los procesos y los sistemas geológicos tienen una
importancia fundamental en el reconocimiento del ser en el estar. Por la
forma de las piedras y las rocas, por su color, por su ubicación y por su
variedad pueden determinar las posibilidades y las potencialidades que
existen en un territorio para asentarse y acontecer el arte de la
manutención. Las piedras son los indicadores de las múltiples mutaciones,
transformaciones, cambios y modificaciones de la materia. La
amalgamación de las existencias y la interacción de las distintas formas
de manifestación de la energía suceden con los roces, los encuentros y
los golpes de las piedras. Donde el movimiento en sus diferentes
direcciones, modalidades e intensidades delimitan los periodos de
surgimiento, permanencia, transformación, renovación y continuidad.
Son las piedras que señalan las ascensiones y las descensiones en el
proceso global.
Entre las piedras, entre las rocas y entre los cerros surgieron las primeras
colectividades primigenias. Los centros de aglutinación y los espacios de
conglomeración sucedieron con el uso masivo de las piedras. Puede
afirmarse con certeza incuestionable que la civilización surge con las
grandes elevaciones monolíticas, las colocaciones graníticas y un
amontonamiento geométrico de las piedras. La interacción con las piedras
dotaron al ser social las capacidades y las destrezas suficientes para
efectuar las hazañas gigantescas, las acciones multitudinarias y las
proezas encomiables. Los pueblos originarios, por esta razón y motivación
antigua, consideran que las piedras enlazan con la totalidad existencial
como las puertas de entrada y salida del fluir incesante del existir. Las
piedras absorben y a la vez dejan brotar la energía. También retienen,
filtran y deslizan a las otras existencias en el proceso de interacción total.
Son las piedras que enseñan la confluencia y la interpenetración entre el
interior y el exterior, la cercanía y la lejanía, la dureza y la suavidad, la
continuidad y la transitoriedad o la unicidad y la multiplicidad. La
diferencia en la fisonomía: la belleza y lo grotesco, lo bruto y la
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Los cuatro centros del pensar y el saber ancestral señalan que la realidad
siempre se percibe, analiza y se interpreta de diferentes formas, en
tiempos disímiles, en circunstancias oportunas, en espacios poliformes y
en contexto traspasado por la variedad y la multiplicidad existencial.
Donde la totalidad existencial, el fluir de la vida, el desarrollo desigual de
las existencias, los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el
Universo devienen en las fuentes contenedoras y dispensantes del ver, el
asimilar, el interpretar, el disponer, el vivir, el laborar y el transformar.
No son los conocimientos adquiridos, acumulados y reconocidos que
constituyen las fuentes del pensar y el saber, sino la universal y la
totalidad existencial condensada en la materia eterna e infinita en
movimiento incesante.
Por hallarse condensados en las reglas ancestrales, los saberes, las ideas
y los conocimientos realizados, ejecutados y acumulados, cumplen dos
roles: ALLINHATUNTAM KAWSAYACHACHIKUN (permiten el vivir y el
estar mejor y mayor); MUSUQKAYTAM APAMUN (acaecen la
innovación, la novación y el generar). La racionalidad en la postura de los
pueblos originarios es el resultado y la consecuencia del vivir en sintonía
con la gran familia universal. Solamente en este sentido, los pueblos
originarios, siempre desde su vivir, estar y laborar, aplican las reglas
ancestrales, los principios rectores, las órdenes antiguas y los imperativos
actuales. Por otra parte, los cuatro centros de la racionalidad antigua,
aparte de aplicar las reglas heredadas que se originaron en el lejano
pasado, tienen la capacidad y la responsabilidad de efectuar cinco
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Los y las conductores de los cuatro centros del pensar y el saber ancestral
no exigen ni piden que los miembros de los pueblos originarios primero
invoquen las reglas ancestrales para conocer, investigar y saber.
Solamente mencionan dos acciones a evitar: AMAYÁ QUNQAYCHU
NITAQ SAQIKUYCHU ÑAWPAQ, KUNAN CHAYNALLATAQ PAQARIN
KAMACHIKUYKUNATA (no olvidar ni abandonar las reglas antiguas,
actuales y las que son del porvenir); MANALLAM RIMANACHU HUK
RUNAMASINCHIKUNALLAPA TUKUY IMAKUNA RIMASQANKUNA
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No existe otra pauta que ésta para el pensar y el saber en los pueblos
originarios. Una diversidad de reglas de la cultura del trabajo ancestral se
condensan en esta única regimentación de la racionalidad. Desde los
inicios del poblamiento del Planeta viene tres eventos prioritarios que van
pautando a la dinámica correlacionada del estar, el vivir, el trabajar y el
razonar: MIKUNALLAM UPYAKUNAM KAWSANAPAQA, KALLPAYUQ
ATIYNIYUQ KANAPAQA, ALLINLLA TARIKUNAPAQA ARIPAS
KUYUMUYURIKUNAPAQPAS (comer, alimentarse y beber para vivir,
tener la fuerza, estar bien y poder moverse y desplazarse);
CHIRIWAYRAKUNAMANTAM, NINAKUNARUPAKUYKUNAMANTAM,
MAQAKUYKUNALLAKUNAMANTAM CHAYNALLATAQ TUKUYKUNA
MAQLLUCHIKIMANTAPAS TAPAKUNAM, PAKAKUNAM ILLAPAS
QATAKUNAM (del viento y el frío, del calor y el fuego, de los golpes y
los peligros hay que escapar, esconderse, taparse y cubrirse);
SAPALLAQA MANAM KAWSANACHU NITAQ TARIKUNAPASCHU (no
es posible vivir en la soledad ni se puede estar en el aislamiento). Son
mandatos claros, precisos y permanentes. Son indicaciones para el vivir
en la seguridad y la adecuada satisfacción de las necesidades.
Comprenden la prevención, la provisión y la previsión. Al mismo tiempo
contemplan la confluencia del espacio y el tiempo, el ser el estar con la
situacionalidad, el movimiento con las interacciones, el desplazamiento
con las localizaciones o las vivencias con las relaciones.
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II
LA REALIDAD EN LA
SABIDURÍA ANCESTRAL
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III
FORMA DE RAZONAMIENTO
ANCESTRAL
exactamente con los modos del ser en el estar. En los pueblos originarios
no se anteponen a las ideas, los conocimientos y las teorías para ejercitar
el razonamiento. Tampoco se colocan en primer plano a las cosas y los
objetos, sino a la totalidad existencial universal. El ser en el estar siempre
está presente y operando. La materia, la materialidad existencial y la base
firme del vivir se encuentran en el primer lugar.
Razonar en los pueblos originarios sucede con dos guías: las existencias
que son anteriores y superiores al ser social que señalan su estructura,
lugar, rol, importancia, cercanía, lejanía, avances y extensión; las
vivencias, las experiencias, las experimentaciones, las relaciones, las
acciones y los resultados que muestran la operatividad del ser en el estar.
Los pueblos originarios, por esta razón, no vagan y deambulan en el
mundo de los conceptos. Las dos guías conforman los medios hábiles, los
mecanismos adecuados y los procedimientos oportunos para pensar,
creer y saber. Precisamente porque responden a la necesidad concreta de
asimilar, comprender, entender y comunicar la realidad en su globalidad,
singularidad, situacionalidad y operacionalidad. YACHAYQA PACHAPA
TAQPIPA LLAPA PUNKUNKUNATA KICHASPA YAYKUYMI (pensar,
razonar, saber y conocer es abrir y penetrar todas las puertas de la
Naturaleza y el Universo). KAYNINCHIKMI KAYKUKUYNAPIQA
ATICHIWANCHIK PUNKULLA KICHASPA YAYKUYTA (nuestro ser en
el estar nos permite abrir y entrar las puertas). Sin entrar, sin penetrar,
sin viajar, sin introducirse y sin moverse en los pueblos originarios no
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originarios. Son tres las instituciones que vienen con los pueblos
originarios desde los comienzos del poblamiento del Planeta: la familia
que garantiza la perpetuidad de la especie, la colectividad que sostiene al
orden histórico y el sistema de producción que garantiza la seguridad
subsistencial. Los dos modos de producir que se conocen, el aclasismo y
el clasismo, operan con las tres instituciones. Cada modo de producir tiene
el estilo particular de organizar, conducir y avanzar.
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cima de los cerros, por centrarse en las dimensiones extensivos, son los
los pormenores que confluyen en los valles, las franjas, las pampas y los
territorios circundados. En este proceder existe un problema ontológico y
gnoseológico: aunque realizando el giro de los trescientos sesenta grados
siempre la visión es reducida. Los cerros acordonan concediendo la
posibilidad de ver la cercanía con mayor detenimiento. Por constituir el
espacio cerrado provoca la dirección de la observación y la mirada a lo
alto, el firmamento, el suelo, la estrechez del sitio y la sofocación por el
calor.
En el pensar y saber ancestral, todos los sucesos y las situaciones del ser
en el estar o del movimiento de las existencias, suceden delimitados por
el origen y el destino como las dos lejanías que enmarcan, acordonan y
delimitan el vivir. Todos los sucesos acontecen dentro de un rombo: el
origen es cerrado y el destino es también cerrado, pero el espacio
intermedio es una apertura ampliándose con relación al pasado y
clausurándose con respecto al futuro. El devenir es la juntura de los signos
menor y mayor que condiciona y delimita la existencia. Por esa razón, la
libertad tantas veces clamada y vociferada en el modo de producir
clasista, es una simple propaganda incandescente. En la sabiduría
antigua, la libertad en cualquiera de sus externaciones y manifestaciones,
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Al dejar penetrar a las cuevas buscan que aprendan a vivir, moverse, ver
y actuar dentro de las limitaciones espaciales y no temporales. Es la
manera de inculcar la sincronización con las existencias sin separar la
cronología universal: la alternancia del día y la noche, la luz y la oscuridad,
la sombra y la claridad, la negrura y la blancura, la puerta y la salida, la
estrechez y la amplitud, las formas y los contenidos, y, el interior y el
exterior. Las cuevas son espacios predilectos para ejercer la racionalidad
mediante YUYARIYACHAYKUNA (la meditación, la concentración, la
interiorización, el recordar, la externalización, la adaptación y la
clarificación). Es la mejor manera de ver, percibir y asimilar la cercanía,
lo inmediato y lo directo sin dejar de considerar la lejanía, el horizonte y
el panorama que siempre están operando. Es aquí donde los pueblos
originarios logran encontrar cuatro situaciones: interpenetrar con
intensidad potenciada su organicidad con la totalidad existencial,
correlacionar la amplitud y la profundidad, consustanciar la unicidad con
la multiplicidad y percibir la sincronización del interior con el exterior o
viceversa.
rendijas, trepar a las enredaderas, jugar con los árboles, penetrar entre
las adventicias (raíces aéreas), caminar en la noche, subir a los cerros,
abrazarse a las rocas, resbalarse en el lodo, saltar las acequias, estimar
a los animales, girar mirando su sombra, aprender el lenguaje de las
existencias, saber comunicarse con todo cuanto se halla a su alrededor y
correr en diferentes direcciones. Solamente con estos sucesos y acciones
llega a usar las 13 situacionalidades y las direcciones existenciales.
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IV
MITO Y COSMOGONÍA
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Con las indicaciones recibidas llegué a arribar a esos lugares para cumplir
con las acciones a realizar. En ningún momento el anciano mencionó que
debo quedarme quieto, inactivo o en alguna posición. Tampoco me exigió
que me pusiera a razonar, pensar y fantasear. La recomendación y la
prevención que me concedió consiste: RISPAQA, CHAYASPAQA,
CHAYPIÑA TARIKUSPAQA, RURALLASPAQA, MUYUKUYUSPAQA,
RIMASPAQA UTAQ KUTIMUSPAPAS ACHKALLATAM QAWARIKUNA,
TUKUYKAQKUNATAM RIKULLANA, IMAKUNALLA KASQANTAM
RIQSINA, PIKUNALLA CHAYPI KAQTAM RIKURUNA CHAYNATAQ
RIQSINA MAYKUNAMANTAM IMAYNALLATAM SASAKUNAQA
CHAYAYKAMUNMAN (andando, llegando, estando, actuando,
moviéndose, hablando y volviendo hay que mirar amplia y
detenidamente, ver todo cuanto se encuentra, reconocer lo que hay, ver
quiénes se encuentran en el lugar e identificar cómo y por dónde pueden
llegar las dificultades).
piedras, las rocas, los cerros, los rayos, los relámpagos, la energía, el
movimiento, la tierra, los minerales, los volcanes y la vegetación aparecen
los determinantes y los delimitantes del surgimiento, la replicación, la
diversificación, la multiplicación y la expansión de la vida y de otros
nuevos seres. Las disciplinas científicas confirman esta aseveración
ancestral. Porque son los contenidos y los componentes de la Naturaleza
y el Universo que conforman la estructura del ser social. A la vez son las
fuentes generantes, diversificantes, conservantes y dotantes de los
medios de subsistencia. El ser social en la visión de la vida de los pueblos
originarios, por tener en su organismo en cantidades ínfimas de todo lo
que conforma la universalidad existencial, siempre queda supeditado,
apegado e incrustado en ella para seguir viviendo. Esta es la postura que
la distingue de otras formas de pensar, saber, conocer y creer.
Dicho suceso acontece por dos situaciones que prevalecen en los pueblos
originarios: la no existencia de la organización exclusivamente religiosa,
política, educativa o jurídica con sus dogmas, doctrinas, textos sagrados,
teorías, moralidades y normatividades; la existencia de las reglas
primigenias ampliadas e innovadas que únicamente perfilan, orientan y
acontecen las creaciones y las producciones dentro del colectivismo, la
conciencia y la memoria colectiva, las interacciones entre los pueblos
originarios y éstos con las poblaciones distintas, la confluencia enfrentada
de la economía natural de subsistencia y la economía mercantil o la
multiculturalidad de los pueblos originarios con la transculturalidad y la
pluralidad exógena. Son dos tipos de la multiculturalidad que rodean a los
pueblos originarios en una clara confrontación. Los profesionales
indígenas saltan de la interculturalidad y la multiculturalidad autóctona a
la transculturalidad, la aculturación y la multiculturalidad que imponen el
Estado Nacional, los organismos planetarios y las instituciones
económicas básicas. Pero algunos viven en la ambivalencia cultural por
tratar de mezclar las dos formas del multiculturalismo.
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Para los ancestros, los cerros, las rocas y las piedras, tienen la
virtud de contener la esencia de la dialéctica y la dinámica
succión-acumulación-procesamiento-detonación de la energía, el
calor, la humedad y la diseminación. La dinámica, la estructura, la
permanencia y la complejidad de los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo se encuentran en la concatenación de los cerros,
las rocas y las piedras siempre en convergencia y confluencia con otras
existencias. Por eso, extraer o arrancar una piedra de los cerros, las
cuevas, las montañas, los montes, las lagunas, los barrancos, el mar y
los ríos, en la postura ancestral, significa TOMAR Y DISPONER la parte
soporte-columna de la universalidad existencial para efectuar los tres
grandes movimientos constantes: vivir y trabajar, desplazarse y
replicarse, y, conocer y creer. El despertar, el progresar y el multiplicarse
en la visión ancestral de la vida acontecen honrando a la SUPREMA
PRESENCIA a través de la parte firme, dura, sólida, fuerte, resistente y
consistente de la Naturaleza y el Universo.
Las piedras, por asentar y afianzar la cosmogonía, son las portadoras del
ser en el estar en constante amalgamación, ramificación y compactación.
Son las comunicantes con los diversos niveles de la totalidad existencial:
RUMIWANMI, QAQAKUNAWANMI UTAQ URQUKUNALLAWANMI
ÑUQANCHIKQA RIMAKUYKULLANCHIK UKU PACHAWAN, KAY
PACHAWAN, HUKLAW PACHAWAN, HANAN PACHAWAN, WAK
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Por las piedras negras, rojas o blancas que ocupan el centro, el eje y el
piso de la cosmogonía, la creencia antigua, tiene su santuario ritual en
total apego al naturalismo, el vitalismo, el organicismo y el animismo. No
existe la introducción de la potencia o la carga de ILLAN en el colectivismo
andino. Porque las piedras de por sí y en sí son portadoras de la energía.
Las piedras preciosas, los metales, el barro y la madera no pueden
utilizarse como ILLAN. Las piedras asumidas, reconocidas e instaladas en
calidad y condición de ILLAN son respetadas, cuidadas y purificadas.
ILLAN comunitario son las únicas piedras que se encuentran a la vista de
toda la población, los extraños que transitan y las visitas que llegan.
Generalmente son rocas al pie de los cerros o en la cercanía de las cuevas.
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Para los pueblos originarios andinos, por su visión de la vida que acepta
a todas las existencias como su gran familia gigante y universal, no
existen seres malignos, espíritus dañinos, entidades salidos del averno y
los ángeles descendidos del cielo. SUPAY, AQARUWAY, MANASUMANUNA
y SAQRAKIRPA son procesos biológicos, cósmicos y naturales. La
ferocidad de los animales, la intensidad de los fenómenos meteorológicos,
la destructividad de los sacudimientos del Planeta, la agresividad de los
microorganismos, el arrasamiento de los sucesos geológicos, la afectación
de los vapores o los gases, la alteración de la fisiología y el siniestro de
las radiaciones son eventos naturales. Quienes confunden estos
acontecimientos con el proceder, los actos y las presencias de los espíritus
del averno simple y llanamente son portadores del pensar y el saber
fatídico.
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Todos los movimientos indigenistas, desde sus primeras
versiones durante la conquista y el colonialismo, con intensidades
diferentes levantan las banderas ancestrales. En especial quienes
buscan el retorno al comunitarismo inkásico, en un proceso de
imponerse dentro de una variedad de tendencias mitológicas
actuales, aclaman el retorno del inka. Otros divulgan una
diversidad de cuentos que los seguidores del camino clasista
escriben.
En las universidades, desde diferentes sapiencias disciplinarias,
comienzan a proliferar el rescate de la cultura indígena, el uso de
las tecnologías ancestrales y el cuidado de la pachamama.
Inclusive no faltan quienes buscan introducir dentro de las
disciplinas científicas la ciencia andina. Las organizaciones
planetarias, siempre con sus acuerdos que intentan operar a
través de los Estados Nacionales, aclaman impulsar el desarrollo
sostenido de los pueblos originarios dentro de los objetivos del
milenio.
YACHAY (VIVIR, PENSAR Y SABER) es un compartir una
experiencia personal que adquirí durante mi infancia y la
adolescencia. A pesar de las incursiones en el campo confesional
religioso y político clasista, por mi raigambre colectivista,
conservo la cosmogonía y el mito ancestral. Sigo en mi
confesionalidad panenteísta. Porque las concepciones del mundo
enfrentadas, las metafísicas que pululan en el modo de producir
clasista, no llenan el vacío ontológico.