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ECONOMÍA HUMANA Y

CULTURA EMPRESARIAL
ORALIA CARRILLO PÉREZ

SERAPIO MUCHA YAROS

CENTRO TRANSDISCIPLINARIO PARA EL HUMANISMO ECONÓMICO, A. C.


ECONOMÍA HUMANA Y
CULTURA EMPRESARIAL
ORALIA CARRILLO PÉREZ

SERAPIO MUCHA YAROS


Primera Edición

México, 2020.

© Derechos reservados por los autores y el Centro Transdisciplinario para


el Humanismo Económico, A. C.

civilizacionsolidaria@yahoo.com

http://www.ctpehe.org
CONTENIDO

Presentación 7

Economía Nacional y Sistemas de Propiedad 11

II

Modelos de Empresa 27

III

Economía Humana y Cultura Empresarial 51

IV

Trepidación y Periplo Empresarial 63


Presentación

Un planteamiento generalizado circula en los medios académicos y en los


procesos del emprendimiento: el éxito de todo negocio y de las empresas
reside en un buen liderazgo. Las diversas instituciones, agrupaciones y
profesionales de distintas formaciones dedicadas a las consultorías ofrecen
los secretos, los trucos, los modelos y hasta las estrategias de la
administración de empresas. Tales actos y propuestas son loables, pero la
realidad objetiva subjetiva del proceso económico nacional y planetario
señalan dos problemas: (a) la legalidad vigente condiciona no solamente la
estructura interna, sino también el contexto general de la existencia y de las
operaciones de las empresas; (b) las disponibilidades de las instituciones
económicas básicas permiten que éstas permanezcan y progresen.

Otro de los problemas que pululan en el ambiente nacional y global es la


afirmación insistente: hay que tener las buenas ideas y un plan coherente de
los negocios. A estas dos situaciones, como un aclimatador, se añade el tercer
problema: es importante contar con las herramientas de la competitividad y
la asistencia técnica. Estas tres problemáticas opacan no solamente los
emprendimientos, sino también la cultura empresarial en forma global. Las
tres situaciones son reales, pero no determinan la existencia y la permanencia
de las empresas. Son procederes, acciones y decisiones que siempre están
presentes.

En la realización del Programa Territorios en Marcha hacia la Economía


Humana, aprobada e impulsada por la Red Internacional de la Economía
Humana, en nueve Estados de los Estados Unidos Mexicanos, logramos
constatar las dificultades continuas que enfrentan cuatro tipos de agentes
sujetos económicos: las familias que ejercen alguna actividad económica, las
pequeñas y las medianas empresas, las agrupaciones de la economía solidaria
y los profesionales que se dedican al ejercicio libre de su especialidad. Los

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problemas y las dificultades que padecen son resultantes de la mezcla de los
factores internos y de los procesos externos. Los cuatro sujetos agentes
económicos, al estar concentrados en las ciudades, dejan sin dar el uso
adecuado al sistema de propiedad comunitaria de la tierra.

La totalidad de los cuatro sujetos agentes económicos, en la disposición de


acelerar y mejorar sus labores, recibieron alguna recomendación, sugerencia
y capacitación que ofrecen las diferentes instituciones gubernamentales en
sus tres niveles (Federal, Estatal y Municipal), las universidad públicas y
privadas, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones
especializadas en las consultorías y algunos destacados conferencistas
internacionales. Al momento de confrontar las habilidades y los
conocimientos adquiridos con las acciones y las tareas en sus negocios,
puestos, empresas y organizaciones pudieron percibir que recibieron algunos
estímulos y acicates para proseguir, pero no las soluciones a las carencias
que enfrentan.

Tales sucesos dejan tres sentimientos y reacciones en los cuatro sujetos


agentes económicos: (a) la sospecha y la aversión a las propuestas de
asesoría, guía y acompañamiento; (b) la desvaloración de los adiestramientos,
las formaciones y de las capacitaciones; (c) el rechazo a los promotores, los
difusores y a los impulsores de la cultura empresarial. Estas reacciones no
son por la inaplicabilidad de los conocimientos impartidos, sino por los
costos ocasionados que no permiten dar los saltos en las creaciones y las
producciones. Las propagandas sobre la simplificación administrativa en las
instituciones del Estado Nacional, al no sujetarse a las reglas establecidas por
las normas jurídicas vigentes, al combinarse con las reacciones, generan un
estado de ánimo pesimista en la cultura empresarial.

El empoderamiento de la economía humana, por su desconocimiento en las


instituciones del Estado Nacional y en los centros de formación profesional,
enfrenta dos situaciones: (a) su aceptación es lenta; (b) su organización y
operación requieren estar acompañadas por las dotaciones de las diversas

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disponibilidades. Las agrupaciones de la economía solidaria, en su mayoría
identificadas con la economía circular y la economía verde, aparte de ser
reacios al desarrollo integrado tal como propone Lebret, operan animadas
por las mismas dinámicas de las sociedades mercantiles. La solidaridad, la
colectividad, el compañerismo y la corresponsabilidad quedan en segundo
plano.

Con la finalidad de fomentar las acciones que mejoran la economía popular


se esquematiza la forma de entrada de la economía humana dentro de la
cultura empresarial. ECONOMÍA HUMANA Y CULTURA EMPRESARIAL es una
síntesis de las prácticas concretas que se vienen implementando a través de
las iniciativas locales en los Estados Unidos Mexicanos. Tiene como los
elementos propulsantes a los cuatro agentes sujetos económicos. Cada sujeto
agente económico asume la economía humana desde su situacionalidad.
Estos sujetos agentes aceptan la economía humana no en la condición de
doctrina económica, sino en calidad de modelo operativo en el acceso, la
obtención y la disposición de los medios de subsistencia. Aplican por ser
proposiciones que permiten realizar los saltos y los escalamientos de las
condiciones precarias a otra dimensión y nivel de mayores beneficios y
satisfacciones.

La economía humana, una doctrina nueva dentro de la doctrina social de la


iglesia, retomando la experiencia de milenios, se presenta en la sociedad
actual como dos operaciones únicas: el desarrollo desigual integrado de las
poblaciones y las subpoblaciones que marchan siempre hacia un nuevo nivel
de la vida; la solidaridad universal que tiene y debe cimentar la civilización
del amor. Estas dos operaciones distinguen a la economía humana de
cualquiera otra alternativa al proceso económico devorador de las vidas.

En su concreción, la economía humana, usa los diversos mecanismos que


existen en el orden social operante. Estos mecanismos se usan de manera
completamente diferente y opuesta a la utilización que conceden en el
sistema asalariado. Cuatro son los mecanismos que usa la economía humana

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en el emplazamiento territorial de las actividades y las ocupaciones
económicas: el sistema de propiedad comunitaria de la tierra; las
instituciones económicas básicas que acontecen con la economía solidaria; la
legalidad vigente, pero de manera intensa al Pacto Político y a las leyes
exclusivas y especiales que regulan la economía solidaria; la trilogía
combinada: el poder, la ciencia y las tecnologías.

La economía humana es nueva en las condiciones actuales del mundo global.


La novedad reside en cuatro elementos que no contienen las doctrinas
económicas en sus dos vertientes, la teoría económica convencional en sus
diversas tendencias y escuelas, y la economía política: la espiritualidad de la
acción, la ascensión humana, la civilización solidaria universal y el desarrollo
como proceso revolucionario.

En la economía humana, en vez de imponerse la moralidad y la ética que son


duplicaciones de la legalidad imperante, se aplica LA ESPIRITUALIDAD DE LA
ACCIÓN como la ejecución de TODAS LAS VIRTUDALIDADES DE GRANDEZA
QUE SE ENGRANDECE Y LLEGA A ENGRANDECER en la lucha por la vida y la
subsistencia (Lebret, En el combate del mundo). Tal proposición no niega ni
desecha la concurrencia de la ética, la moral y de la creencia en el proceso
económico. La espiritualidad de la acción es la mística, los dones y los
carismas manifiestos en la realización de ser más.

Las empresas, en la operación de la economía humana, existen y cumplen su


rol envueltas por la espiritualidad de la acción. La moral, la ética y las normas
jurídicas son sus acompañantes. La dialéctica necesidades-disponibilidades,
por hallarse en la base de la lucha por la vida y la subsistencia, delimita las
formas y los modos de la presencia de la espiritualidad de la acción. Las
distintas formas de organizar, dirigir y operar los emprendimientos, los
negocios y las empresas surgen con la espiritualidad de la acción, prosiguen
animadas por ella y se consolidan con ella.

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I

Economía Nacional y Sistemas de


Propiedad

El proceso económico nacional, por su diversidad territorial y la multiplicidad


de los recursos disponibles, queda estructurado y conformado desde el Pacto
Político. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en sus
artículos 1 al 28, establece seis procesos-sistemas que guían la vida social:
los sujetos agentes históricos, las libertades indispensables, las regulaciones
del orden social, la seguridad jurídica, los sistemas de propiedad y los
sectores económicos. Es la parte que se denomina la constitución económica.

La población nacional se halla dividida en sectores y clases sociales ubicada


en forma diferenciada en el territorio nacional. Históricamente el país, por
cuestiones del emplazamiento territorial de las actividades y las ocupaciones
económicas, se halla dividido en tres regiones. El Sur forma una L y a la vez
una U, donde se concentran la mayoría de la población indígena. Es la parte
que contiene la mayor diversidad biológica y la explotación de las energías.
Pero es la parte del país con mayores niveles de analfabetismo y el atraso
económico. Solamente las zonas turísticas son los polos del desarrollo y de
atracción.

El Centro emerge cual hoyo negro, pero es la que representa la zona de mayor
concentración del desarrollo económico. Es el lugar donde se hallan ubicados
los tres poderes del Estado Nacional. Todo el proceso económico nacional
queda dirigido, controlado y atraído por el centro. Es el lugar de mayor
contaminación del ambiente natural. Todos los servicios, los sistemas de
comunicación y los medios de transporte se concentran en esta zona. Viendo

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desde la polaridad del centro y la periferia o del centralismo y el regionalismo,
a todas luces, prevalece el formalismo en el mecanismo administrativo y la
relegación de las regiones en el ámbito económico. El centralismo bajo la
forma del federalismo existe en doble modalidad: a nivel nacional y en el
ámbito estatal.

Mientras el Norte se presenta en forma de L y la J invertidas. Por estar plegada


al vecino colosal que son los Estados Unidos de América, actualmente socio
en el Tratado de Libre Comercio, contiene territorios con alto desarrollo
económico y los espacios en total desolación. Es la zona donde las
migraciones transfronterizas de Suramérica, Centroamérica, los países
asiáticos y de los países africanos quedan atrapadas antes de cruzar al otro
lado del río Bravo, al no poder cruzar o por estar expulsadas. Además es la
zona de cruzamiento de las mercancías que van a los Estados Unidos de
América o bajan de aquél. La característica de la región Norte es el suelo
arenoso y el territorio desértico. En esta zona se concentran las maquiladoras,
la agricultura intensiva y la minería.

Las tres regiones territoriales no se hallan compactadas. Cada región existe


sin una vinculación orgánica directa. En las tres regiones se priorizan las
creaciones y las producciones de exportación. Pero la región Norte y Sur se
encuentran empapadas por el turismo nacional y extranjero. La ventaja del
país se encuentra en tres fenómenos y situaciones únicas: recibir los baños
del océano Pacífico y del océano Atlántico, ocupar el quinto lugar en la
biodiversidad planetaria y una superficie territorial con dos mares
patrimoniales. Es la ventaja que no puede ser comparativa, porque la mayoría
de los países en el Planeta carecen de esta condición.

A pesar de esta oportunidad grandiosa, dentro de las calificaciones de las


organizaciones mundiales, sigue siendo considerado como un país
emergente. Sus vínculos directos en el proceso económico global con la
superpotencia y la potencia, los Estados Unidos de América y Canadá, no
ayudan a brincar a ser una potencia nueva. Por ser un país oprimido, pero con

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mayores avances económicos en América Latina, tiene la particularidad de ser
uno de los mayores receptores de la inversión extranjera en sus dos
modalidades: directa y de cartera. Al mismo tiempo su economía se halla
dinamizada por los gigantes planetarios y las grandes empresas. La dinámica
interna queda sujeta al vaivén de la dinámica externa.

En las últimas décadas, por la crisis económica y el debilitamiento de la planta


productiva nacional, con las tres acciones del neoliberalismo: la apertura
comercial, la liberalización financiera y los tratados económicos
transfronterizos, el país se vuelve en un gran almacén de las mercancías
importadas. Las continuas reformas del Pacto Político y de las normas
jurídicas, en vez de priorizar la producción nacional, alientan el modelo
económico primario exportador. Dejando atrás al modelo sustitución de las
importaciones, asumiendo la competitividad internacional como clave, se
opera el acontecer económico dirigido al mercado global.

Dentro de la discusión mundial del desarrollo económico endógeno o


exógeno, todos los países latinoamericanos, adoptan las tres
recomendaciones de las organizaciones mundiales: impulsar el desarrollo
sostenido aplicando los objetivos del Milenio, ejercer la buena gobernanza a
través del gobierno corporativo con la rendición de cuentas y la transparencia,
y readecuar las regulaciones y las pautaciones nacionales a las condiciones
del mundo global. Dentro de estas recomendaciones se hallan las propuestas
sobre la cultura empresarial y los procesos de propulsión de las empresas.
Los países tienen que apoyar a los emprendedores, los empresarios y a
quienes incursionan en el ámbito de los negocios.

De esta manera, desde el Estado Nacional, se ejerce las formas y los estilos
de concurrir en la cultura empresarial. Para entrar al mundo de las empresas
y al ámbito de los negocios es importante tener claramente visualizados dos
asuntos: los sectores económicos y los sistemas de propiedad. La razón es
simple: todas las formas, tamaños y modelos de empresas se levantan sobre
estas dos situaciones establecidas, reguladas y controladas en cada país. El

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acontecer económico local, nacional y mundial opera sobre estas dos
condicionalidades primarias. Comprender y conocer la importancia de estas
dos situaciones básicas son imprescindibles. La cultura empresarial, el
proceso de producción y el acontecer económicos suceden con estas dos
mediaciones.

Las formas de catalogar los sectores económicos en las doctrinas


económicas: el sector primario, el sector secundario y el sector terciario, no
aparecen en el Pacto Político. Esta forma de clasificar el proceso económico
es correcta. Esta clasificación se dio considerando las relaciones directas o
mediadas del ser social y del proceso de producción con los contenidos y los
componentes primigenios de la Naturaleza. Todas las penetraciones, las
extracciones y los desplazamientos de los recursos disponibles del interior o
del exterior del Planeta, los territorios y de las geografías se considera el
sector primario. Mientras todas las fabricaciones, las elaboraciones, las
transformaciones y las combinaciones de los recursos disponibles se llama el
sector secundario. Estos dos sectores claves y ejes del proceso económico
exigen la concurrencia del sector terciario: las prestaciones de servicios, las
acciones auxiliares y las labores complementarias.

El Pacto Político al establecer los sectores económicos con el dispositivo de


poder que genera y conforma el sistema jurídico nacional, para su aplicación,
deja a las diversas instituciones del Estado Nacional su organización
conforme a las facultades de las dependencias jerarquizadas de la
administración pública. Cada secretaría de Estado, los cargos ministeriales,
para atender a las poblaciones que acontecen el proceso económico,
catalogan seriada y codificadamente. Pero esta catalogación de las
actividades y las ocupaciones económicas suceden en concordancia con el
sistema de denominación de las mercancías, las tecnologías y de las
producciones estandarizadas a nivel mundial. Esta catalogación jerarquiza las
actividades y las ocupaciones económicas en cuatro niveles: los sectores, las
áreas, las ramas y los ejes. A la vez esta catalogación enlaza a las doctrinas

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económicas y al Pacto Político para evitar las confusiones y las opacidades.
Las catalogaciones no siempre son adecuadas, porque la arbitrariedad
nominativa asoma su presencia en algunos rubros. Además no todas las
nominaciones corresponden al ámbito económico.

Para fines del emplazamiento territorial de las actividades y las ocupaciones


económicas, el Pacto Político, reconoce y autoriza tres sectores:

El Estado Nacional por su carácter y condición de RECTOR general, global y


permanente del proceso económico, conforme a las reglas constitucionales,
ejerce el control y la operación de las áreas y las ramas económicas que se
consideran estratégicas. Para tal efecto, utilizando las diversas pautaciones,
implementa las empresas públicas y paraestatales. Según el tipo de gobierno,
estas empresas, pueden ser numerosas o escasas. Al proceso de enajenación

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de estas empresas se dio el nombre de privatización. Este es un suceso
generalizado en los países latinoamericanos que asumen como el proceso
económico nacional la economía de libre mercado, la economía social de
mercado o la economía de la competencia. Es la economía que corresponde
a la sociedad democrática, al estado de derecho y en donde impera la fuerza
de la ley. Es la economía que se guía por la ideología liberal democrática.

La iniciativa privada, los diferentes sectores de la población, de manera


conglomerada o individual que se dedican a determinadas actividades y las
ocupaciones económicas con fines lucrativos, conforma el sector privado.
Tiene el rasgo de fustigar al Estado Nacional exigiendo la reducción y hasta
la desaparición del sector público. La mayoría de las sociedades mercantiles
son conformadas, controladas y dirigidas por el sector privado. Es el sector
que integra la confederación patronal y las diversas cámaras de agrupaciones
patronales sectoriales. Los integrantes del sector privado son los operantes
de la vocación empresarial: los agricultores, los ganaderos, los industriales,
los financieros y los comerciantes.

Para atender las necesidades subsistenciales de las poblaciones que


mantienen los medios de producción colectiva o comunitariamente, el Pacto
Político, autoriza e institucionaliza al sector social. La mayoría de los
especialistas a este sector llaman la economía solidaria. Este sector es una
minoría en el acontecer económico nacional a pesar que la población es
numerosa. Existe y funciona bajo el acoso del sector privado y con visos de
reducción por el sector público. Especialmente en el ambiente rural
prevalecen los ejidos y las comunidades que son la parte abundante del sector
social. El rasgo sobresaliente de sector social es la resistencia y la persistencia
frente a los múltiples acordonamientos de los otros dos sectores.

Los tres sectores coexisten y cohabitan en el territorio nacional dentro de


cuatro sucesos que permiten su existencia y avance: los fenómenos
meteorológicos que proceden de ambos océanos y se cruzan formando una
columna en la región Centro y Norte del país; los desbordamientos de los ríos

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y las inundaciones periódicos en la región Sur; el predominio de la
explotación de los hidrocarburos, las energías que se consideran limpias y la
minería; la combinación de los formas ancestrales, artesanales, actuales,
automatizadas y digitalizadas del proceso de producción. Tal es la diversidad
tanto de los fenómenos naturales como de los procesos sociales que
acordonan, alinean y cubren a las regiones y a los sectores económicos.

Cada sector aporta al Producto Bruto Interno de manera desigual. El sector


público tiene un efecto determinante en el proceso económico nacional a
través de tres mecanismos: la obtención de los ingresos vía tributación, la
generación de entradas vía el proceso de producción y las erogaciones del
kapital financiero en las diversas construcciones, las innovaciones y los
mantenimientos de la infraestructura, los bienes nacionales y el patrimonio
cultural. El sector público delimita el comportamiento de los otros dos
sectores, porque sus movimientos y sus operaciones dependen de la cantidad
y la calidad de la infraestructura existente. El sector privado tiene una
presencia dinámica en la economía nacional, pero en total enlazamiento con
el proceso global. El sector social, por centrar sus actividades económicas en
la generación de los productos básicos, queda valorado en condición de
auxiliar y complementario.

El centro, por su centralidad que acapara a los tres sectores económicos, tiene
la naturaleza de absorber la dinámica de la región Sur y de diseminar en la
región Norte. Este proceso es un huracán que atraviesa a todo el país sin tocar
la tierra dentro del territorio nacional. Todo cuanto levanta, lleva y arrasa
llegan a aterrizar en las entrañas de los Estados Unidos de América. Allí
quedan atrapados, seleccionados y utilizados. Las poblaciones que se
introducen en el vecino y socio mayoritario del Norte, únicamente en casos
excepcionales, vuelven a la tierra abandonada. Pero los recursos disponibles
que se introducen bajo modalidades variadas, una vez convertidos en las
mercancías y en las tecnologías, vuelven con valores multiplicados. Este es el
intercambio desigual planteado por Arghiri Emmanuel y Samir Amin. Es un

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rasgo de los países altamente desarrollados, no solamente extraer los
recursos disponibles y tener como mercados cautivos a todos los países que
se llaman en desarrollo, sino también de quitar a una parte de sus
poblaciones. Tal es la situación que no puede quedar ocultada.

La economía nacional, aparte de estar estructurado en tres sectores, opera


dentro de la diferenciación entre las actividades, las ocupaciones y las
profesiones en dos ámbitos conflictuados:

El proceso económico nacional funciona en la dualidad y la bifurcación de las


actividades y las ocupaciones económicas entre formal e informal. La
informalidad se expresa en tres modalidades: las actividades y las
ocupaciones que se ejercen en las calles, las plazas y en los espacios abiertos
sin cumplir con los requisitos que señalan la ley de los establecimientos
mercantiles; las actividades y las ocupaciones que se ejecutan en la
clandestinidad, pero entrabado y entretejido con las diversas instituciones
públicas y privadas; las actividades y las ocupaciones que acontecen

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enlazadas y envueltas con la ilicitud, la ilegalidad y la acciones delictivas. La
mayoría de las actividades y las ocupaciones que se tipifican informales no
son ilegales ni ilícitas. Pero existen una diversidad de oficios, profesiones y
ocupaciones que se pueden calificarse antijurídicas por su relación y ligazón
con las organizaciones delincuenciales.

Existe una tendencia teórica de identificar a la economía informal con la


ilegalidad por tres actividades que se califican delitos: el contrabando, la
comercialización de las mercancías robadas y el narcotráfico. La realidad
señala que no todas las actividades y las ocupaciones que se ejercen tienen
relaciones con esas tres actividades; pero sí muestra que es en los
establecimientos mercantiles, especialmente en la venta de los repuestos de
toda índole, los centros de esparcimiento, los bares y las cantinas, donde la
ilicitud y la ilegalidad se manifiestan a través de la legalidad. Los centros de
atención a la salud, sean públicos y privados, se encuentran inmiscuidos en
la venta de los órganos, la sustracción de los recién nacidos, el lucro con las
donaciones de la sangre, el desvío de los medicamentos, las certificaciones
de las incapacidades laborales ficticias, la expedición de certificados de
defunción irregulares y las modificaciones en los resultados de los análisis
clínicos.

Las ventas de las mercancías replicadas, clonadas o reproducidas sí son


generalizadas en las actividades y las ocupaciones comerciales callejeras.
Aquí se revela no solamente la violación de los derechos de las patentes, las
marcas, los nombres comerciales y la propiedad intelectual, sino también se
atenta contra el sistema de producción. La proliferación de las imitaciones,
las copias y las reproducciones de las mercancías, las ideas, los
descubrimientos y las invenciones suceden dentro de la economía formal,
pero que sus desplazamientos y su realización son acontecimientos
informales e ilegales.

Por la persistencia y el crecimiento del ejército de reserva, la población


dependiente total y de la población sin derechos políticos, para garantizar la

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subsistencia familiar, sucede el aumento de la población dependiente parcial.
El desempleo que en los países oprimidos es transgeneracional, ante el
escaso mercado laboral, a una parte de la Población Económicamente Activa
expulsa y orilla a la economía informal. Los profesionales que egresan de las
instituciones de educación superior, al no llegar a ubicarse en las fuentes de
trabajo en el ejercicio de su profesión, se dedican a una diversidad de
ocupaciones que inclusive denigran su formación. Los desplazados por la
automatización del sistema de producción, los desechados por haber
cumplido su vida útil, los negados en la selección para integrar la fuerza
laboral y los despedidos de los centros de trabajo, para seguir garantizando
su subsistencia y de su familia, tienen que engrosar las filas de la economía
informal. Es el único lugar que no exige los requisitos y las condiciones para
laboral. En sus dos formas, ser patrón anónimo o trabajador sin derechos, la
única disponibilidad primordial es la capacidad de escabullirse de las
persecuciones.

Existe una relación directa entre las dos formas del acontecer económico:
formal e informal. Entre las personas que se dedican a la economía informal,
como una norma moral, pero que desdice las buenas costumbres y la buena
fe, se despliegan tres exigencias:

 “Si no sabes esconderte, correr y escapar mejor no te acerques a


quienes estamos sudando frío y mirando a todos los lados”.

 “Si quieres trabajar en las calles, en los talleres y en los lugares muy
ocultos tienes que tener un pulmón sano”.

 “Si no sabes gritar, cantar y hablar hasta convencer al cliente no eres


de los nuestros, pero sí puedes servirnos de orejas y ojos”.

No existen otras normas, moralidades y exigencias en la economía informal.


En las tres exigencias se encuentran insertadas la lealtad, la entrega, la
honestidad, la hermandad, la sumisión y la obediencia. La formación y la

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preparación quedan en segundo orden: hay que tener suficiente fuerza para
cargar los bultos y los fardos. Otro elemento presente en la economía
informal es el factor tiempo: no existe una jornada laboral. Las labores y las
actividades pueden efectuarse en minutos, horas o en días. Precisamente por
este motivo, quienes trabajan en el comercio ambulante, expresan: “como no
tengo quien me ordene, aquí hago las cosas cuando necesito tener los
centavos en el bolsillo”. La forma de la realización de las actividades y las
ocupaciones económicas en la economía informal, caracterizada por una alta
movilidad, es completamente opuesta a la jerarquización de los cargos, la
burocracia y las subalternalidades que saturan a la economía formal.

Ambas formas del acontecer económico llegan a utilizarse. La economía


formal para la realización de las mercancías siempre envía las que no se llegan
a venderse en los supermercados, las tiendas, los clubes y los centros
comerciales a la economía informal. La economía informal para allegarse y
surtirse de las mercancías acude a la economía formal. Hay una
interdependencia. Los mercados formales y los mercados negros se
correlacionan y se complementan. No existe algún espacio habitado del
territorio nacional libre de la economía informal. Existen poblados y ciudades
que se dedican en su totalidad a la economía informal. En estos lugares,
solamente las instituciones del Estado Nacional, operan no como su
contraparte, sino como símbolos de la presencia de la autoridad.

Los tres sectores del proceso económico nacional, en un esfuerzo por


controlar la economía informal, exigen la protección de la economía formal.
Esta propuesta se asume y se presenta como la legalización de la economía
informal. La preocupación general en el país por el crecimiento de la
economía informal es económica, política y jurídica. Pero la complejidad, la
heterogeneidad y la multiplicidad de las actividades económicas informales
dificultan tanto su interpretación como su resolución. Las diversas
apreciaciones de la economía informal, en especial por parte de las
instituciones del Estado Nacional, en vez de delimitar su causa y origen,

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quedan valorando únicamente en sus resultados y consecuencias. Por todas
partes visualizan los daños que ocasiona tanto a los establecimientos
mercantiles como al erario público. Todas las apreciaciones y las soluciones
planteadas quedan externadas en tres acciones:

En estas propuestas predominan las acciones persecutorias y legaloides.


Todas las personas y las instituciones que plantean la eliminación, la
desaparición, la legalización o la penalización de los operantes de la
economía informal argumentan tres situaciones: que no pagan los impuestos,
que no cumplen con las leyes vigentes y que significan un peligro para la
estabilidad social. El problema no está en que deben cumplir con las
obligaciones fiscales, sino en QUÉ forma del emplazamiento territorial de las
actividades y las ocupaciones económicas permitidas, autorizadas y formales
deben ubicarse.

La economía nacional, una complejidad ocupacional y organicidad, contiene


a los tres sectores aprobados en el Pacto Político y a las dos modalidades
operacionales en que se bifurca. Tal situación obedece a un problema de
fondo: cómo se encuentra conformada el mecanismo central del progreso
social que es el sistema de propiedad de la tierra. El problema general y
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principal de la economía nacional se concentra en un asunto: el acceso, la
posesión, la disposición y la utilización de los medios de producción. Estos
medios de producción son dos: la tierra, el suelo, el territorio, el espacio y el
lugar por un lado, y por el otro, los recursos disponibles seccionados en
renovables y no renovables.

Sin estas dos disponibilidades, por su carácter fundante, no existe el país y


tampoco el proceso económico. Los sectores económicos, las actividades y
las ocupaciones económicas quedan determinadas y delimitadas por estas
dos disponibilidades:

Todo el edificio y la estructura del orden social se levantan sobre las dos
disponibilidades: la tierra y los recursos. Ambas disponibilidades conforman
el patrimonio, el haber, la riqueza y la posesión del Estado Nacional. La
jurisdicción se establece apropiándose, controlando y disponiendo las dos
disponibilidades. El desarrollo económico, el bienestar de la población y el
avance al porvenir suceden con la utilización de las dos disponibilidades. Por

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eso, Lebret, al plantear la economía humana y el desarrollo integrado,
establece como criterio rector del salto de las condiciones precarias,
inferiores y de carencias a la nueva dimensión existencial de SER MÁS a la
dialéctica necesidades-disponibilidades, necesidades-potencialidades y
necesidades-posibilidades (Dinámica concreta del desarrollo ). Denis Goulet
afirma que el mecanismo principal de la ascensión civilizatoria se halla en el
sistema de propiedad (Ética del desarrollo). El sistema de propiedad, en las
condiciones actuales, se divide en tres: la propiedad estatal, la propiedad
privada y la propiedad colectiva o comunal.

El Estado Nacional al dirigir al proceso económico trata y busca correlacionar


los tres tipos de propiedad con las cuatro disponibilidades que concretan las
actividades y las ocupaciones económicas: la tierra, los recursos, las
tecnologías y los conocimientos científicos. En todo el devenir, la
preocupación y la acción, se han dirigido a la conciliación del aspecto social
y el ámbito individual de la propiedad. Por la regulación prevaleciente, los
sistemas de propiedad, quedan subordinadas al logro del bienestar social.
Las tres formas de propiedad que existen en el país, con intensidades y
contribuciones variadas, sostienen al acontecer económico y dan operatividad
al proceso de producción. Los tres sectores, las tres formas de propiedad y
las tres regiones, en una relación asimétrica, permiten el avance histórico con
intensidades disímiles. Las poblaciones dentro de esta relación desigual y
dispar procuran acontecer sus procesos existenciales.

Los tipos de propiedad existentes en el país operan en forma enfrentada. La


propiedad privada siempre busca acaparar, concentrar y controlar los medios
de producción. En este proceder busca reducir e incluso desaparecer a la
propiedad colectiva. Mientras la propiedad estatal se expresa en tres formas:
el Estado Nacional es el dueño del territorio nacional, los espacios que no se
pueden enajenar y las posesiones de las empresas públicas. Según la
Constitución Política, el Estado Nacional, es el quien concesiona a los
habitantes y a las instituciones privadas la titularidad de una extensión

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territorial. Esta formalidad niega la perennidad del sistema de propiedad
comunitaria, porque autoriza el cambio de la titularidad con las enajenaciones
y las transferencias.

En la coexistencia reñida entre los sistemas de propiedad, es el colectivismo,


quien resiente con mayor intensidad. La reducción de los territorios
comunitarios son aceleradas en algunas zonas, lentas en otras y simplemente
acotadas en unas. El argumento para enajenar las tierras comunitarias son
dos: no contribuyen de modo significativo al producto interno bruto; son
tierras ociosas por no tener un alto rendimiento. La mira de los gigantes
planetarios y de las grandes empresas privadas es apoderarse de las tierras
colectivas. Las reservas forestales, mineras, hidrológicas, energéticas y de los
recursos disponibles se encuentran en su mayor parte dentro del sistema de
propiedad comunitaria.

La coexistencia de los tres tipos de propiedad, por ser los estilos de posesión
y utilización de las disponibilidades fundantes del orden social, en apariencia
se externa como una diversidad. Pero una situación los aglomera: la
obtención de los medios de subsistencia y los procesos del desarrollo
acontecen con los medios de producción y las disponibilidades empujados
por las necesidades crecientes. Los sistemas de propiedad tienen importancia
por ser la riqueza natural que posibilitan la satisfacción de las necesidades,
el bienestar y el progreso histórico. La utilidad de la ciencia, las tecnologías,
el poder y de las normas jurídicas llega a percibirse y concretarse en la
disposición y el usufructo de la propiedad. La replicación, la multiplicación,
el poblar y la continuidad de la especie acontecen con la posesión y el uso de
la propiedad.

Dos situaciones conceden la primacía en el orden social a la propiedad. Es el


espacio de la localización y la realización de las actividades y las ocupaciones
económicas. Es el sitio de ubicación residencial de las poblaciones. En la
propiedad de la tierra se asienta un país, una nación y una colectividad. El
anhelo, la búsqueda y el interés de las personas y de las familias es acceder

25
a un determinado sistema de propiedad. Poseer la tierra, contar con una
extensión territorial y disponer el suelo significa garantizar los medios de
subsistencia. Todas las actividades, las ocupaciones y las operaciones
económicas tienen lugar en el espacio. La espacialidad o la territorialidad
demarcan al acontecer económico.

Las poblaciones ubicadas en forma desigual en el territorio nacional,


divididos en tres grupos: las que poseen la propiedad privada, las que tienen
la propiedad colectiva y las que no tienen la propiedad, concurren en el
proceso económico según el sector social en que son aceptadas como los
patrones o la fuerza laboral. Las poblaciones que carecen de la propiedad de
la tierra, por disponer únicamente sus energías, son propensos a las
migraciones transfronterizas, las ocupaciones en la economía informal y
hasta a las participaciones en las organizaciones delictivas. La propiedad de
la tierra condiciona la permanencia, la estabilidad y la continuidad de las
actividades y las ocupaciones económicas. Por ser imprescindible para las
residencias y la realización del proceso de producción es altamente cotizada.
En los centros urbanos su precio es muy elevado. La propiedad en sus tres
modalidades se halla sujeta a la enajenación. Precisamente por esta razón, la
iniciativa privada, procura extender sus dominios, controles y posesiones.

El sector social de la economía nacional, a pesar que dispone de una ingente


extensión territorial, siempre avanza con limitaciones diversas y severas.
Estas limitaciones son de tres tipos: la falta de disponibilidad del kapital para
las creaciones y las producciones a gran volumen; la imposibilidad de
disponer las tecnologías de las últimas generaciones; la incapacidad de
posesionarse en las ramas, los ejes y las áreas claves de las actividades
económicas. Con la economía humana, el sector social, tiene que perfilarse
como una unidad de producción de alta dinamicidad.

26
II

Modelos de Empresa

Para efectuar el emplazamiento territorial de las actividades y las ocupaciones


económicas es importante tomar en cuenta tres situaciones: las necesidades
de las poblaciones y los problemas históricos no resueltos, atendidos ni
satisfechos; las disponibilidades existentes para incursionar en la solución de
los problemas económicos; el tipo de negocio, empresa y modelo de empresa
se debe conformar, constituir y operar. Una vez clarificado estos tres asuntos
claves, conforme al sector económico en que se ubica: la iniciativa privada o
las agrupaciones de la economía solidaria, conforme a las leyes
correspondientes vigentes se procede a constituir la sociedad, la agrupación
o la asociación.

Es preciso entender qué se entiende por empresa y empresario. La empresa


es una persona moral que se dedica a la creación, la producción, la colocación
y a la realización de las mercancías dentro de una jurisdicción, varios países
o en los mercados globales. Para tal acontecer, aparte de colocar el kapital
financiero o realizar las inversiones, con las obtenciones de las ganancias
genera la acumulación multiplicante. En este ámbito, la empresa, es la
institución económica básica que sedimenta y sostiene a la sociedad actual.
El empresario es el socio, el participante, el integrante o el miembro de la
persona moral que se llama empresa. Puede ser un simple aportante del
kapital, el posesor de las acciones, el disfrutante de las ganancias repartidas
o formar parte de la administración.

Por las cautelaciones del Pacto Político y las leyes reglamentarias aplicables a
las instituciones económicas básicas, la empresa, es forzosamente una
persona moral. Sin esta condicionalidad, un negocio de la persona física, por

27
muy grande y voluminoso sea, no es una empresa. La diferenciación entre la
persona física y la persona moral es abismal. La empresa es un organismo
complejo, una institución estructurada con una multiplicidad de instancias
operativas, que esconde a sus integrantes, dueños y socios por dejarse ver
únicamente a través de sus factores y sus operaciones. La persona física no
puede operar desde el anonimato. Los negocios, las actividades y las
ocupaciones de las personas físicas son directas, visibles y personales;
porque, aparte de ser propietario, es laborante. Tener una estructura
ramificada no significa que sea una empresa. Sus relaciones y sus
obligaciones son menores que de una empresa. Su forma de constitución es
totalmente diferente de las personas morales. Para existir y operar basta con
que cuente con una localización, la autorización para funcionar en un
determinado giro mercantil y estar registrado como contribuyente.

Otro asunto que debe aclararse es la diferencia entre el emprendedor y el


empresario. La característica principal de los y de las emprendedores es la
formulación de las ideas con relación a las formas y los modos de hallar los
centros laborales, las fuentes de ingresos y la obtención de los medios de
subsistencia. Para tal suceso, puede generar sus propias ideas y planes o
asimilar las ideas ajenas con la finalidad de afinar, ampliar y mejorar. El
idealismo singulariza a los y a las emprendedores. Pueden tener la
conformación de una empresa o la ejecución de un negocio entre sus
visiones, objetivos e intereses. Sin embargo, no todos ni todas las
emprendedores, por su carencia de los medios, los recursos y las
disponibilidades, llegan a concretar sus ideas, ejecutar sus planes y alcanzar
los resultados que buscan.

Pasar de la condición de emprendedores a la calidad de empresarios es un


proceso de accionar en CINCO ámbitos: seleccionar el modelo asociativo que
autorizan las leyes vigentes; depurar a los posibles socios, asociados o
participantes con los requisitos que exigen las normas jurídicas aplicables;
determinar las actividades y las ocupaciones que conforman los objetivos

28
sociales; conformar el kapital inicial diferenciando entre los socios
mayoritarios y minoritarios; alcanzar el consenso en la elección de la
denominación o la razón social. Este es una forma de aplicar la selectividad
para ser empresario. Tal evento significa que no todas las personas que
aspiran a ser empresarios pueden lograr. Este es una forma de desdecir a las
continuas propagandas de la igualdad de oportunidades para todos. Además
es la muestra clara de que la igualdad jurídica no es aplicable en toda su
extensión y significado.

Quienes quedan purificados con las delimitaciones y los requisitos que


establecen las leyes para ser integrantes de las formas societarias y
asociativas de ejercer las actividades y las ocupaciones económicas, siendo
una persona física o emprendedora, pueden ser empresarios. Ser empresario
es entrar por un filtro a la cultura empresarial. Son pocas las personas físicas
que llegan a ser empresarios. La mayoría de las personas y los individuos que
anhelan, piensan y hasta buscan ser empresarios, por el filtro existente, se
quedan en calidad de emprendedores, personas físicas con actividades
económicas lucrativas y en soñantes de llegar a la cultura empresarial. Para
ser empresario hay que cruzar el túnel de los tormentos. De las cuatro
direcciones: el frente, el detrás, el lado izquierdo y el lado derecho, aparte de
surgir los impedimentos y los obstáculos, salen los monstruos visibles e
invisibles que no dejan atravesar. Unos con el susto se retiran, otros tratan
de pelear sin lograr vencer, algunos quedan tumbados y únicamente los
privilegiados llegan a la otra parte.

El empresario es un emprendedor, un pionero, un capitalista y un generador


de los centros labores de manera coligada, conglomerada y aglutinada. Es la
persona que supera y trasciende al emprendimiento con la formación de una
institución como la UNIDAD ECONÓMICA esencial en la sociedad
contemporánea. La vocación de empresarios, por la institucionalidad que
prevalece, no es ni puede ser fuera de las formas societarias y asociativas de
crear y producir. El disponer el dinero en abundancia no significa que se tiene

29
la vocación empresarial. Tener y poseer la riqueza tampoco significa ser
empresario. Tener un alto espíritu emprendedor, disponer un plan y llegar a
concretar un sueño sin estar integrado a una sociedad o asociación no es ser
empresario. Por eso, en base a la legislación vigente, debe distinguirse los
empresarios de los emprendedores:

Las poblaciones ubicadas diferenciadamente en el territorio nacional,


compuesta por las razas y las clases sociales, concurren al emplazamiento
territorial de las actividades y las ocupaciones económicas bajo dos estilos:
emprendedores y empresarios ubicándose dentro de las personas físicas o
las personas morales. El país se halla sostenido por tres sujetos agentes
históricos: las personas, las colectividades y las instituciones múltiples. Ser
emprendedor es la iniciativa de las personas. Ser empresario es quedar
subsumido y asimilado como persona física por la persona moral. Puede
decirse que el empresario es el generador de la personalidad y de la capacidad
jurídica de las instituciones económicas básicas. La empresa es el resultado

30
de las aglutinaciones de las personas físicas, los y las emprendedores y de
las personas morales. La empresa es la confluencia de los intereses, la
conjunción del dinero a invertirse y el consenso sobre los giros mercantiles.
En términos jurídicos puede decirse que la empresa es la conglomeración de
las voluntades y la expresión de los intereses correlacionados. Es la
comunidad de los consensos económicos.

Decir que el empresario es la persona que disponiendo las informaciones, los


conocimientos, los contactos, la creatividad y la innovación reúne el dinero,
los equipos, los materiales y al personal para poner en marcha un negocio
exitoso es tener una concepción errada sobre la cultura empresarial. Significa
desconocer por completo las normas jurídicas vigentes. Afirmar que la
existencia de las oportunidades de ganar impulsa a ser empresario es una
consideración descabellada. Pensar que disponer las capacidades suficientes
para innovar, adaptarse a los cambios y tomar las decisiones induce a ser
empresario es una concepción revolcada del proceso económico. Guiarse con
las acciones, las decisiones y los logros de otras personas que llegaron a
formar parte de la cultura empresarial es desconocer por completo la
identidad, la personalidad y el carácter de uno. Es cierto que los ejemplos, las
experiencias y las vivencias ayudan a despejar algunas dudas, pero no pueden
conformar el modelo a aplicarse e implementarse. Pensar que sin la necesidad
de asociarse se llega a ser empresario, por las disponibilidades abundantes
que se tiene, significa que se tiene aversión a la socialización.

Tener el miedo a la forma societaria de luchar por la vida y la subsistencia


conlleva a dedicarse a las actividades económicas independientes. Para
muchos indica que es la mejor forma de liberarse de tantos malentendidos y
confrontaciones. Existe la creencia de que las formas societarias son peligros
para las aportaciones, porque los resultados generados benefician a otros.
Con este criterio, una inmensa cantidad de emprendedores, se lanzan a
realizar sus sueños y planes. Mientras otros, por carecer de las posibilidades
y las disponibilidades, buscan socios y coparticipantes. Cuando una persona

31
siente temor a perder su aportación, en el fondo de su mente y sentimiento,
chisporrotea el individualismo y el egoísmo. Así evita la asociación, la
aglutinación y la socialización con una diversidad de argumentos. Pero de
pronto deja relucir su personalismo: cuánto me corresponde de las ganancias
si me asocio. Al momento de señalar las condiciones y los requisitos, en un
desvanecer sus pretensiones, afirma que no dispone de los documentos. Para
ser empresario, según el Pacto Político y las leyes correspondientes vigentes,
se tiene que cumplir con DIVERSOS requisitos y condiciones:

La normatividad jurídica vigente es específico en señalar tres asuntos con


relación a la conformación de las empresas: la existencia de las personas
físicas con capacidad jurídica para ejercer y efectuar los negocios jurídicos;
la unión de las personas que en consenso DECLARAN compartir los derechos,
los deberes, las responsabilidades y las obligaciones contractuales; la
aportación financiera para la conformación del KAPITAL inicial. Muchas de las
32
personas emprendedoras, al conocer las condicionalidades, se desaniman y
se retiran. Cuando se cumplen estas tres situaciones elementales, una vez
contando con la autorización de la razón social, se procede a seguir las
siguientes etapas:

Por la demora en las gestiones y los trámites, la propaganda gubernamental


y de las consultorías de constituir las empresas en horas y días, aparte de ser
una demagogia, es totalmente desconocedora de las estipulaciones legales.
La legislación vigente no permite acortar los términos y los plazos. Tampoco
se pueden saltar los pasos, porque no existen los eventos y los sucesos
correlativos, sino consecutivos y secuenciales. Desde la autorización de la
razón social hasta lograr la inscripción en el Registro Público de la Propiedad
y el Comercio transcurren meses y no días o semanas. Las personas físicas
que pueden ejercer alguna actividad y ocupación económica pueden iniciar
sus operaciones inclusive antes de contar con las autorizaciones. Porque
solamente requieren dos certificaciones: la de autoridad fiscal y de la
autoridad que aplica la ley de los establecimientos mercantiles. Así existe una
diferencia marcada entre las empresas y las personas físicas con actividades

33
económicas lucrativas. De hecho, las personas físicas, en su totalidad, inician
sus labores, sus negocios y sus actividades sin realizar algún trámite para
funcionar. Inclusive una buena cantidad de estas personas no disponen de la
autorización de las instancias de control fiscal. Pueden tardar meses sin
contar con algunas acreditaciones oficiales.

Llegar a ser empresario significa esperar un tiempo largo. Durante el proceso


de la acreditación de la personalidad y la capacidad jurídica, por la prohibición
de la legalidad prevaleciente, la institución en formación, no puede ejercer
ningún acto económico y mercantil. Durante la gestación, la conformación y
la adquisición de la personalidad y la capacidad jurídica, todos los socios,
aparte de estar a la expectativa, asumen los gastos. Todas las gestiones, los
trámites, las certificaciones y las acreditaciones implican los desembolsos de
dinero en distintas formas y de manera variada. Así, constituir una empresa,
no es efectuar un solo acto, sino una diversidad de acciones, procederes y
procedimientos. Los trámites se realizan en varias instituciones del Estado
Nacional con plazos totalmente diferentes y con los requisitos absolutamente
distintos.

No existe la inmovilidad en la constitución de las empresas. Lo que abunda


son los trámites y las gestiones. Acudir a las diferentes instituciones del
Estado Nacional no solamente exige la disponibilidad del tiempo, sino
también del dinero. La obtención de los requisitos y la presentación de las
solicitudes pueden ser inmediatas o demoradas. El tiempo de atención
dependen de cuatro factores: la actitud de los servidores públicos, la
documentación en orden, la no existencia de las filas y la agilidad del quien
recibe los trámites. Inclusive para recibir las notificaciones, las respuestas y
las resoluciones se cumplen los cuatro procedimientos. Las instancias
gubernamentales que atienden con citas, aunque tienen programadas de
modo computarizado las recepciones, suelen distorsionarse. Los trámites vía
internet o por línea, aparentemente rápidos e inmediatos, por la saturación
de la red y por las interrupciones en el servidor aunado a algunas oscilaciones

34
en la energía eléctrica, se demoran. Cuando existe la necesidad de adjuntar
los archivos, los videos, las fotografías y otros elementos digitalizados, por
la delimitación del tamaño en MB, tiene que procederse a la modificación, la
compactación o la reducción. En todas las formas de trámites existen
inconvenientes, demoras y alteraciones.

Constituir alguna de las modalidades de empresa que autorizan las leyes, al


sujetarse a los mismos procedimientos, es demorada. Las leyes aplicables
indican la existencia de las siguientes modalidades empresariales:

Quienes disponen de dinero suficiente y pretenden ejercer una determinada


actividad y ocupación económica, por la disyuntiva que propone la legalidad
vigente, pueden optar por una de las modalidades empresariales: personales
o sociedades mercantiles. El primer caso no es el negocio de la persona
natural, sino una compañía en donde la familia queda expresada a través de
algún integrante como persona moral. Por ser una entidad, la empresa
unipersonal, adquiere la condición de ser la pequeña empresa. Tal situación
no significa la imposibilidad de convertirse en una gran empresa. El tamaño

35
con que se inicia, con las operaciones crecientes, puede modificarse en
términos extensivos o reductivos. El crecimiento en el volumen y el nivel de
producción permiten el aumento del tamaño. La acumulación es el factor
decisorio del crecimiento, el aumento y de la extensión. Esta depende de las
ganancias que se obtienen. Existe una relación directa entre la inversión, la
producción, los ingresos, las ganancias, las acumulaciones y las expansiones.
Esta es la perspectiva que guía y delimita la existencia empresarial.

Para la constitución de la empresa unipersonal, las leyes vigentes, autorizan


solamente algunos tipos. Existen restricciones tanto en las responsabilidades
contractuales como en la generación de los ingresos. Generalmente se llama
las sociedades por acciones simplificada. Su existencia y sus operaciones
suceden dentro del régimen de las sociedades mercantiles. La única situación
que la distingue es la cantidad de socios. Se asume dos formas de la empresa
unipersonal: originaria y derivada. Es originaria cuando solamente existe un
accionista y socio. Es derivada cuando habiéndose constituido con dos socios
queda en propiedad de un único accionista. La sociedad unimembre, por su
condición de personal moral, aparece como ilógica en la valoración general.
Por acontecer las relaciones plurilaterales, en caso de no separar el
patrimonio personal y el del ente social, tiene responsabilidad ilimitada.

Únicamente en las sociedades mercantiles no existen las limitaciones


operacionales. En las agrupaciones de la economía solidaria sí existen ciertos
condicionamientos tanto en su estructura como en los alcances de sus
operaciones. En general, las restricciones y las prohibiciones, se hallan
estipuladas en las diversas leyes. Todas las formas de empresas, todos los
tipos de sociedades, incluidas las asociaciones de carácter humanitario,
tienen que sujetarse a las norma jurídicas vigentes. El pacto social, el
instrumento jurídico que pauta la taxonomía operacional, no puede aplicarse
ni ejercerse fuera de la legalidad vigente. Es importante comprender que, las
empresas, existen y funcionan, dentro de cuatro coberturas legales: el Pacto
Político, las leyes reglamentarias, los acuerdos de las organizaciones

36
mundiales y el pacto social. Rodeadas por las normas jurídicas, las empresas,
surgen, existen y realizan sus objetivos sociales. Existe un dicho popular
sobre esta situación: “las empresas pueden todo si la ley las permite, pero no
pueden obtener la ganancia si no hay la venta de las mercancías aunque la
ley otorgue todas las prerrogativas”.

En la legislación vigente, teniendo como centro normativo al código de


comercio, la ley de sociedades mercantiles y al código civil, aparecen las
siguientes figuras y tipos societarios:

Para adoptar alguno de los tipos societarios dentro de la economía solidaria,


aparte de usar las leyes mercantiles, hay que sujetarse a las leyes especiales
y exclusivas. El sector social de la economía nacional se rige por cuatro leyes
complementadas: la ley de la economía social y solidaria, la ley de las
cooperativas, la ley agraria y la ley del instituto nacional de los pueblos
indígenas. El Pacto Político contiene referencias directas al sector social de la
economía nacional. A diferencia de las sociedades mercantiles, las
instituciones económicas del sector social, no persiguen fines lucrativos de
37
forma exclusiva, sino que, al colocar a las colectividades en el centro del
proceso económico, privilegian la cooperación, la solidaridad, la reciprocidad,
la coparticipación y la corresponsabilidad en el trabajo y en la disposición de
sus resultados. La obtención de la ganancia queda en segundo término,
porque la esencia de la economía solidaria es la generación de los ingresos
subsumiendo las relaciones contractuales con las tradiciones ancestrales de
producir. Puede decirse que se trata de la combinación del mercantilismo con
las prácticas colectivas que vienen desde tiempos antiguos:

La economía solidaria no es un fenómeno nuevo y reciente. El Pacto Político


de los países latinoamericanos, en forma clara y reconociendo los acuerdos,
los pactos y los tratados mundiales, acepta la existencia del sector social de
la economía nacional. Tres asuntos reconoce la Constitución Política: las
comunidades y los pueblos originarios conforman la base y la identidad
nacional; las formas de gobierno, la producción, la creencia y la cultura
ancestrales siguen persistiendo protegidos nacional y mundialmente; los
territorios y los estilos de vida colectivos no pueden ser atacados ni
38
destruidos. Con este reconocimiento, una parte del sector social o un
segmento de la economía solidaria, existe y opera. Las comunidades
campesinas, los ejidos y los pueblos indígenas forman este segmento mayor
de la economía solidaria. Pero es la parte del sector social con mayores
atrasos, dificultades y carencias. Sus operaciones económicas generalmente
son deficitarias.

En la protohistoria surge el colectivismo y el comunitarismo. En el devenir,


enfrentando a una multiplicidad de embates y confinamientos, logra
continuar con persistencia y resistencia. La esencia del colectivismo y el
comunitarismo son cuatro procederes y a la vez las reglas guiantes: la ayuda
mutua, la reciprocidad, la solidaridad y la cooperación. Son las formas
primeras, antiguas y actuales de acceder, encontrar, disponer y usar los
medios de subsistencia. Por tener como cimiento a la aglomeración que
replica, multiplica y da continuidad a la especie: la familia, son las primeras
instituciones que sostienen al orden histórico. En la actualidad, al
considerarse el sector social del proceso económico nacional, queda
extendida a la totalidad poblacional: las personas que pertenecen a todas las
razas y las clases sociales que no pueden llegar a pertenecer a las sociedades
mercantiles pueden concurrir en la economía solidaria.

Las diversas agrupaciones de la economía solidaria, por la ausencia del dinero


suficiente para insertarse en las formas societarias mercantiles, son las
respuestas de los pobres, los excluidos y de las discriminadas a cuatro
sucesos económicos globales:

 La escasez del mercado de trabajo dentro del sistema asalariado tanto


en las empresas públicas, las empresas privadas y en las diversas
instituciones del Estado Nacional.

 La insuficiente disponibilidad de los medios de producción individuales


para impulsar una actividad económica propia, independiente y con
resultados cada vez mejores.

39
 La necesidad de disminuir a la población dependiente total y reducir el
crecimiento del ejército de reserva.

 La ejercitación de las profesiones, las técnicas, los oficios, las


vocaciones y las habilidades en una conglomeración que combina las
tradiciones ancestrales y el régimen asalariado.

El KAPITAL SOCIAL, las poblaciones con determinados y diferenciados niveles


de adiestramiento, abundan en todos los países. La economía solidaria
concede la oportunidad, el lugar y la ocupación a las personas que no pueden
entrar a trabajar en los otros dos sectores de la economía nacional: el sector
público y el sector privado. Tampoco tienen las posibilidades de integrarse a
una empresa unipersonal o societaria. En tales situaciones y condiciones, la
economía solidaria, sí es UNA ALTERNATIVA organizacional, económica y
hasta política al régimen del salario incapaz de absorber como patrones o la
fuerza laboral a las poblaciones. Para que la economía solidaria adquiera
relevancia dentro de la economía nacional es importante que acontezcan
cuatro eventos: la legalidad vigente debe conceder la autonomía
organizacional y operativa a las colectividades y las comunidades originarias
sin imponer al mercantilismo; las relaciones contractuales deben quedar
sometidas a las relaciones de concordia contributiva; debe aceptarse la
diferencia en las aportaciones y las participaciones, porque el otorgar los
medios de producción más el trabajo es superior a la simple concesión del
trabajo; la dirección, la gestión y la administración de las instituciones de la
economía solidaria deben suceder con las reglas primigenias y ancestrales
pautados en el Pacto Político.

Asumir la equidad y la igualdad como rasgos y principios es incorrecto. Las


diferenciaciones en las aportaciones y las participaciones no significan ni
pueden implicar las discriminaciones y menos los sojuzgamientos. La
democracia que se practica en la economía solidaria es completamente
diferente a la democracia liberal burguesa. Las diferentes leyes especiales y

40
exclusivas que existen para impulsar la economía solidaria, por contener los
criterios equiparados con las sociedades mercantiles, introducen en las
operaciones completamente colectivistas los procedimientos individualistas.
En la economía solidaria, el individualismo y el personalismo, son fenómenos
extraños y ajenos.

Las leyes que regulan la economía solidaria, reconociendo la importancia de


la persona y de la institución, exigen una VALORACIÓN constante, especial y
global del KAPITAL SOCIAL. No se trata únicamente de aceptar el
ANTROPOCENTRISMO, sino de situar en lo ANTROPOGÉNICO (la colectividad
sujeta al avance sin interrupciones) y en el ANTROPOIESIS (la comunidad en
proceso de autodesarrollo, autogobierno y de autopropulsión). Valorar los
sujetos agentes de la economía solidaria significa aplicar la exigencia de
Lebret: de todos los hombres y mujeres, con todos los varones y mujeres, y,
para todos los hombres y mujeres . La globalidad y la integralidad tienen que
cimentar la economía solidaria. El localismo, el nacionalismo y el
fraccionalismo no son las características ni las particularidades de la
economía solidaria, sino el holismo. Desde la globalidad, pero no desde la
integralidad, operan las agrupaciones de la economía solidaria. Desde la
precariedad concurren en la dinámica económica nacional. Su dinamicidad
queda atrapada y succionada por los otros dos sectores del acontecer
económico nacional.

El modelo empresarial de la economía solidaria es completamente societaria.


No puede ni debe existir la empresa unipersonal. La razón es simple: la
economía solidaria opera siempre en términos multitudinarios. Tampoco
tiene lugar y rol en la economía solidaria los negocios propios, las
ocupaciones independientes y las acciones aisladas. Pero sí rige el
autoempleo, porque en todas las formas de sociedad en la economía
solidaria, todos sus integrantes y participantes tienen la doble
condicionalidad: son patrones y a las vez laborantes. Precisamente aquí
radica la total y completa diferencia de las agrupaciones de la economía

41
solidaria de todas las formas y tipos de las sociedades mercantiles. Solamente
en el ámbito de las sociedades mercantiles existen las dos modalidades
empresariales: unipersonales y corporativas. La diversidad de los tipos y las
formas empresariales permean a las jurisdicciones. Esta variedad de las
tipologías empresariales obedecen a la existencia de los tres sectores, los tres
sistemas de propiedad y los dos tipos de personas en la economía nacional.

Adoptar cualquiera de las figuras societarias que corresponden al sector


privado y al sector social significa combatir tres eventos que son obstáculos
para la cultura empresarial: la ineficacia de las acciones y los procesos
aislados, individuales y solitarios en la solución de los problemas sociales; la
debilidad de las inversiones en menor escala; la persistencia de las formas
tradicionalistas de producir, dirigir y realizar los negocios. Estas situaciones
son contrarias a la organización, la operación y la dirección científica,
estratégica y sinérgica de las empresas. Son lastres que no permiten la
consolidación, el avance y la expansión.

La forma societaria de luchar por la vida y la subsistencia, aparte de dar la


continuidad a las instituciones básicas que cimientan al orden social, sienta
las bases y las condiciones para la cercanía, la aglomeración y la unidad de la
diversidad y la multiplicidad. Las distintas formas societarias configuran la
unicidad orgánica de la pluralidad. Este es el logro mayor alcanzado por la
humanidad en los estilos de acceso, posesión y disposición de los medios de
subsistencia. La existencia legalizada de varias formas de asociación, con
toda certeza, es muestra de que el colectivismo es la manera compartida de
impulsar el desarrollo.

Tanto las sociedades mercantiles como las instituciones de la economía


solidaria, en términos jurídicos y políticos, pertenecen a la iniciativa privada.
Dentro del ordenamiento jurídico, las personas y las instituciones, si no son
parte de las instancias, las instituciones y las dependencias del Estado
Nacional son privadas, particulares y gobernadas. Los dos sectores de la
economía nacional, en su condición de privados, constituyen la parte

42
numerosa del acontecer económico. El proceso económico nacional y mundial
sucede dentro de la interacción y la nexación entre lo público y lo privado. El
Pacto Político al autorizar la existencia de tres sectores económicos en la vida
nacional, en la multiplicidad de las leyes reglamentarias, queda opacado con
la diferenciación exclusiva de lo público y lo privado:

Los modelos y los tipos empresariales operan dentro de la lógica y la dinámica


de lo público y lo privado. El Estado Nacional reconoce el rol destacado tanto
de las sociedades mercantiles como de las agrupaciones de la economía
solidaria. Los tres sectores de la economía nacional, todas las modalidades
empresariales y la totalidad de los tipos societarios, por sus producciones y
efectos, al satisfacer las necesidades de las poblaciones, se colocan dentro
de la perspectiva de la búsqueda del bien común y el bienestar general.
Existen y operan orientadas hacia una sociedad en desarrollo persistente y
creciente.

En las recomendaciones de los organismos mundiales, más que diferenciar lo


público y lo privado, prevalecen las exigencias de sinergias efectivas entre el
sector público y privado como un requisito para alcanzar el desarrollo y el

43
progreso de los países. Son los dos ámbitos de la vida histórica. En el ámbito
de las empresas, esta dualidad procedimental, se manifiesta en tres eventos:
la existencia de los bienes públicos inalienables e imprescriptibles que
formalmente corresponden a todas las poblaciones de la jurisdicción en
contraposición a los bienes privados; el aprovechamiento de estos bienes son
totalmente opuestos; el dominio público por servir como soporte básico para
las prestaciones de los servicios y la construcción de las infraestructuras es
controlante, vigilante y acotante del dominio privado. Pero en ambos casos,
las posesiones y los resultados generados, con intensidades y periodicidades
variadas, contribuyen al bien común.

Según el ordenamiento jurídico o el sistema jurídico nacional, las empresas


en todas sus modalidades, tipos y tamaños, tienen cuatro finalidades: obtener
las ganancias para la subsistencia de los socios y los participantes por una
parte, pero por la otra, la generación de la acumulación que se multiplica;
satisfacer las necesidades crecientes de las poblaciones y resolver los
diversos problemas; contribuir al bien común, el bienestar general y al
desarrollo nacional; defender los sistemas de propiedad, el estado derecho y
el orden democrático. Todas las formas y los tipos de empresas confluyen en
estas tareas y objetivos. Cuando las empresas no realizan su objetivo social
ni cumplen su misión en el acontecer económico nacional y planetario dentro
de la perspectiva del desarrollo integral suceden dos fenómenos: son
negligentes en sus obligaciones sociales y son infieles a su ideario. No es que
dejan de funcionar, sino que reducen su existencia y sus operaciones a la
simple obtención de la ganancia para permanecer.

Todas las empresas se singularizan por la realización de las inversiones. Sin


esta operación, la colocación del dinero, no pueden cumplir su misión ni
concretar su objetivo social. Precisa y exactamente, el tamaño de las
empresas, se determina no por la cantidad de trabajadores que tienen, sino
por el MONTO DEL KAPITAL invertido. Cuanto mayor sea el volumen del
dinero movilizado, colocado y gastado, la estructura operativa de las

44
empresas, es compleja y altamente dinámica. La productividad y la
competitividad son impulsadas por los desplazamientos, el movimiento y las
colocaciones del dinero. Es el dinero que condiciona la estructura, la dinámica
y las operaciones de las empresas. La calidad, el rendimiento y hasta la lealtad
de la fuerza laboral se logran con el dinero.

La variedad de las empresas se percibe por el monto y el volumen del dinero


que invierten, los ingresos que perciben, las relaciones que establecen, los
mercados en que se posesionan, las influencias que ejercen, las tecnologías
que disponen y el proceso de ahorro y la acumulación que llegan a acontecer.
A partir de estas situaciones se pueden ubicar los tipos de empresas que
existen en el país. La localización, el tamaño, los giros mercantiles, el
volumen de la producción, los tipos de las obligaciones y el flujo de la liquidez
son las consecuencias y los resultados del monto y la periodicidad de las
inversiones. La diferenciación de las empresas por su tamaño en pequeñas,
medianas, grandes y gigantes por un lado, y por el otro, en dinámicas y
tradicionales obedece al dinero disponible de inmediato, los activos fijos, el
patrimonio y la capacidad de acumulación:

45
El país se halla saturado no por las pequeñas y las medianas empresas, sino
por una diversidad de personas físicas que se dedican a las actividades y las
ocupaciones económicas. La mayoría de estas personas, seguramente por la
información no clara que circula, se califican de empresarios. Cinco son las
particularidades de las personas físicas con las actividades económicas
lucrativas: tienen aversión a la forma asociativa de crear y producir; son
reacios a las innovaciones; sienten temor a las responsabilidades fiscales; son
incapaces de acontecer las acumulaciones que crecen y se multiplican; el
manejo opaco de la documentación mercantil. Precisamente estas situaciones
muestran tanto su incapacidad como su reacio a asociarse para concurrir en
la cultura empresarial.

En medio de esta saturación, emergen en cantidad insignificante las empresas


pequeñas y medianas, pero con aspiraciones de convertirse en dinámicas y
grandes. Quienes difunden que abundan las empresas pequeñas y medianas,
sin duda, desconocen por completo la condición y la calidad de ser empresas
conforme a los ordenamientos legales vigentes. Inclusive las empresas
unipersonales son escasas. En la apreciación y la valoración de las empresas,
entre los intelectuales y los investigadores, se presentan tres sucesos que no
corresponde a la realidad: la mayoría de los empleos generan las pequeñas y
las medianas empresas en el país; hay que incentivar y apoyar a los pequeños
y medianos empresarios por su contribución al desarrollo nacional; las
pequeñas y medianas empresas son la base de la economía del país. Vista
desde la legislación, las pequeñas y las medianas empresas, por su número
bajo no son los actores importantes en el desarrollo productivo. La afirmación
de que PYME representa el 80% del empresariado nacional y genera más de
50% del empleo es completamente inverosímil.

Al desglosarse las magnitudes macroeconómicas del país, pero contrastado


con las empresas registradas en el Registro Público de la Propiedad y el
Comercio, relucen cuatro sucesos que desdicen a las informaciones
antojadizas que pululan: no son los principales fuentes de empleo; no son los

46
mecanismos de promoción de los centros laborales; no pueden romper los
cuellos de botella que existe en el sistema de producción; no son los
protagonistas de la producción flexible y la innovación. Cuando se constatan
los registros de las sociedades mercantiles y las agrupaciones de la economía
solidaria en el Sistema de Administración Tributaria, se descubre para la
sorpresa de muchos, que sobreabundan las personas físicas con las
actividades económicas lucrativas sin pertenecer a una forma societaria. A su
vez, confrontando las informaciones que se divulgan con los datos que
manejan las instituciones de la seguridad social, salta a la vista un hecho
innegable: son la fuerza laboral de las empresas grandes, los filiales de los
gigantes planetarios, las empresas públicas, las megaconglomeraciones y la
burocracia que gozan de las prestaciones sociales.

Los acostumbrados a la analogía, siempre comparándose con los sucesos en


los países opresores y las grandes potencias y superpotencias globales,
desconociendo siempre la legalidad operante, sostienen que las grandes
empresas y los gigantes planetarios de Japón, Alemania, Inglaterra y los
Estados Unidos de América tienen su apoyo e impulso en las pequeñas y las
medianas empresas. Algunos llegan a la desfachatez de mencionar que las
personas operantes de la economía informal son pequeños empresarios (BID,
El nuevo rostro empresarial, indagación sobre el empresariado juvenil en
América Latina y el Caribe; G. Stumpo Carlo Ferraro, compilador, Políticas de
apoyo a las PYMES en América Latina ; Carlo J. Gelmetti, Pymes globales.
Estrategias y prácticas para la internacionalización de empresas PYME ; Gladys
López Acevedo y W. Tan Wong, Evaluación de impacto de los programas PYME
en Latinoamérica y el Caribe; David Wong Cam, Los grandes pequeños
negocios. Empresarios y finanzas; CEPAL, Manual de la micro, pequeña y
mediana empresa; BANCO MUNDIAL, Base de datos de indicadores micro,
pequeñas y medianas empresas; CEPAL, MIPYMES en América Latina; BANCO
MUNDIAL, Doing Business Report). Por las pautas que proceden de las
organizaciones mundiales, el reconocimiento de las personas físicas con las
actividades económicas lucrativas como empresarios, en un esfuerzo por
47
anular las normas jurídicas en el ámbito mercantil, comienza a generalizarse.
Con la finalidad de ocultar los problemas en el sistema de producción
nacional, a todas las formas del emplazamiento territorial de las actividades
y las ocupaciones económicas, incorporan dentro de la categoría empresa.

En el Código de Comercio, la ley de las sociedades mercantiles y las diferentes


leyes especiales no describe ni definen lo que es la empresa. La definición se
encuentra en la legislación laboral y el código fiscal: la unidad económica en
donde se efectúan las actividades empresariales. Admitir que la persona física
es una empresa es una aberración gnoseológica y epistemológica. Por la
ausencia de la definición puede inferirse que en el sistema jurídico nacional
la empresa carece de personalidad jurídica. El Código civil sí reconoce a las
personas morales con vocación empresarial a la Nación, los estados, los
Municipios, las empresas públicas, las sociedades mercantiles, los sindicatos,
las sociedades cooperativas y mutualistas, las asociaciones civiles y a las
personas morales extranjeras.

La empresa tampoco es la actividad. La empresa es una institución regida por


el pacto social. La vocación del empresario se expresa en ser agricultores,
ganaderos, pescadores, industriales, financieros, comerciantes y prestadores
de servicios. Para su operatividad combina los sujetos agentes económicos
dentro de las relaciones contractuales o el régimen asalariado. Las creaciones
y las producciones realizan extrayendo, desplazando, triturando, mezclando,
combinando, aleando y modificado los recursos disponibles. Desde el punto
de vista económico y jurídico, LA EMPRESA, es una institución jurídica
totalmente independiente de la persona del empresario y del fondo de
operaciones. La empresa es una convención colectiva y una entidad jurídica.

Para evitar las confusiones entre la empresa y la persona física con las
actividades económicas lucrativas, por su contenido único, se usa el término
sociedad y empleador. Las sociedades mercantiles y las agrupaciones de la
economía solidaria cuentan con las organizaciones patronales y las
federaciones de la economía social. La economía solidaria, por estar

48
sedimentada y alentada por el colectivismo y el comunitarismo, siempre
defiende y opera la forma societaria de realizar las creaciones y las
producciones. Tal postura no significa combatir y desconocer a las
determinaciones y las acciones económicas de las personas físicas o
naturales. La economía solidaria, invita y convoca, a adoptar la modalidad
asociativa o societaria de la lucha por la vida y la subsistencia. El
individualismo, al tener como dato base y prueba contundente a la familia
que es una aglomeración y una complementariedad, tiene que ser superado
y trascendido con la aglutinación, la socialización y con la colectivización. La
abundancia de las personas físicas con las actividades económicas lucrativas,
en todos los espacios del territorio nacional, muestra que el individualismo
prevalece en vez de la cooperación, la solidaridad y la reciprocidad.

Poltronar al individualismo es negar al mercado libre. El espacio de la


realización de las mercancías, el mercado, es la confluencia de las personas
consensadas por el precio y no por los intereses. En ese lugar cohabitan las
multitudes que en otros sitios son antagónicas. La economía solidaria, por su
procedencia y rumbo, sostiene la coexistencia, la codependencia, la
coparticipación y la corresponsabilidad. En este sentido es contrario a la
mentalidad personalista, separatista, oportunista y arribista. La economía
solidaria busca el desarrollo, el mejoramiento y el bienestar colectivo, global
e integral. Las comunidades originarias pertenecen a una institución muy
antigua que opera al comunitarismo y la solidaridad. Esta es la base fundante
de la economía solidaria. La legalidad vigente únicamente concede
reconocimiento para su operación persistente.

Todas las formas societarias en la economía solidaria son dinámicas. Por


resultar de la cultura laboral colectiva, utilizando el sistema de propiedad
comunitaria de la tierra y de las disponibilidades diversas, combinan tres
tipos de acciones: familiares, colectivas y empresariales. Impulsan no la
igualdad de los derechos, sino la defensa de los intereses comunes, la
participación plena y de la territorialidad comunitaria con todos sus

49
contenidos y componentes. Puede asegurarse que, la economía solidaria, es
la acción organizada, disciplinada y guiada para la satisfacción de las
necesidades crecientes, el desarrollo pleno y el bienestar óptimo tanto de las
personas, las familias y de las instituciones concurrentes y participantes. Con
este actuar común, a través de las interacciones asimétricas y desiguales con
los otros sectores de la economía nacional, llega a confluir en el desarrollo
nacional.

En las formas societarias de la economía solidaria se presentan tres


problemas: las comunidades campesinas, los pueblos indígenas y los ejidos
son personas morales conforme al Pacto Político y tal condición son aceptadas
y reconocidas por las instituciones del Estado Nacional, pero no son sujetos
a crédito en las instituciones financieras; las otras formas societarias existen
y funcionan según las leyes especiales y exclusivas, pero al incluir como
integrantes a los miembros de las tres personas morales imponen el
individualismo; la adopción por parte de las tres personas morales otras
modalidades asociativas significa la segregación de una parte. Las leyes
especiales y exclusivas al acontecer estas fragmentaciones merman y
debilitan al sector social de la economía nacional.

Las empresas que se constituyen según las tipicidades autorizadas para la


economía solidaria, por la integración de los miembros con individuos con
capacidad jurídica, dejan fuera a la mayoría de la población que viven bajo el
reconocimiento del Pacto Político como personas morales. La paradoja
organizacional que enfrenta el sector social de la economía nacional es
anecdótica: hay que salir de ser integrante de la persona moral para formar
parte de otra persona moral. Esta conversión, por sus alcances e implicancias,
tiene visos de un cambio confesional: negar la creencia que se practica para
practicar otra creencia.

50
III

Economía Humana y Cultura


Empresarial

Se admite que el país es multinacional, multicultural y multilingüística. Tal


propuesta es cierta. La población nacional es una mezcla de razas y clases
sociales que conservan en un porcentaje considerable a las comunidades
originarias. La plataformación y la superposición de las culturas son
claramente identificables. El sincretismo cultural es más bien una subsunción
de la cultura nativa por las culturas transplantadas e implantadas
forzadamente. La llamada cultura popular es una manifestación de las
culturas exógenas a través de las creaciones, las expresiones y las
realizaciones culturales, artísticas y artesanales originarias.

La penetración del capitalismo, principalmente con los financiamientos de los


procesos de la independencia y la formación del Estado Nacional, por no
establecer las bases firmes del desarrollo industrial, deja que el país siga
avanzando en el atraso económico. La industrialización llega tardíamente. La
dinamización de la economía nacional acontece con la presencia de los
gigantes planetarios. Son estas empresas que se instalan en los ejes centrales
y principales del acontecer económico nacional. Los diferentes avances,
logros y desarrollos en el país acontecieron y siguen sucediendo con las
operaciones económicas de las grandes empresas y de los gigantes
planetarios.

En el progreso histórico nacional, desde que se formó el Estado Nacional, a


pesar de adoptar a la democracia como sistema político y forma de gobierno,
siguen subsistiendo las formas ancestrales de organizarse de las poblaciones.

51
Es la continuidad del colectivismo antiguo. Por la importancia que tiene en las
gestas multitudinarias en que participa, con la finalidad de conceder su lugar
en la dinámica económica, se eleva al colectivismo ancestral a una entidad
jurídica en el Pacto Político. Con ese reconocimiento, emerge el sector social
de la economía nacional, dentro del impulso integrador. Elevar al colectivismo
a una persona moral, aparte de combatir al individualismo, conlleva otorgar
un dinamismo y la vitalidad orgánica a los ejidos, las comunidades indígenas,
las organizaciones de los trabajadores, las cooperativas, las mutualidades,
las agrupaciones profesionales, las asociaciones humanitarias y las
organizaciones diversas de la sociedad civil. Así la economía solidaria aparece
en la cultura nacional y en la cultura empresarial como un suceso de
DIVERSIFICACIÓN de las formas de acceso, obtención y disposición de los
medios de subsistencia. La economía solidaria es uno de los contenidos y a
la vez componentes de la cultura.

Se puede asumir que la cultura es el nivel de vida alcanzado en el devenir


conforme a las relaciones múltiples del ser social, donde la interacción con la
Naturaleza y el Universo constituyen su materialidad, acondicionan su
existencia y forman su conciencia. La cultura es el resultado de la dialéctica
ser social-medio ambiente. Es la situacionalidad geográfica e histórica a
través del trabajo. Los diversos elementos de la superestructura, desde la
religión hasta la política, son formas de expresar los resultados del trabajo
siempre en función de elevar a las labores, las acciones y las actividades a
una dimensión mayor.

El trabajo que crea y produce los medios de subsistencia, desde que se


instituyó el proceso de producción, siempre es socializada. En la sociedad
contemporánea, el trabajo, opera con diversas instituciones, donde las
empresas constituyen la parte concentrante y dinámica. Los trabajos
organizados, guiados y controlados suceden en el sistema asalariado . Esta
forma de acceder, poseer y disponer los medios de producción, los
instrumentos de producción y luego los medios de subsistencia GENERAN las

52
diversas costumbres, tradiciones, hábitos, reglas, relaciones, procederes,
comportamientos y estilos de vida. A esta forma de vivir, comportarse y
progresar se llama CULTURA EMPRESARIAL. Esta cultura particular existe y
opera dentro de la cultura nacional y mundial. La cultura empresarial se
desenvuelve bajo el influjo y la cobertura de la interacción recíproca entre la
cultura nacional, la cultura transplantada y las diversas culturas que existen
en el Planeta.

Para que exista, opere y continúe la cultura empresarial, en todos los países,
deben acontecer cuatro fenómenos esenciales:

a. El emplazamiento territorial de las actividades y las ocupaciones


económicas tiene que ubicarse dentro del sistema de propiedad de la
tierra, el sector económico y en alguna de las tipologías societarias que
reconoce el Pacto Político y las diversas leyes reglamentarias. La
espacialidad nacional es básica para el florecimiento económico.

b. El Estado Nacional, por ser el rector del proceso económico, tiene que
conceder las condiciones, las garantías, las protecciones y las
perspectivas de desarrollo a todas las formas de las instituciones
económicas básicas. Es la seguridad jurídica que debe prevalecer en
todos los espacios del territorio nacional y en todo momento. La
coexistencia de los sectores y de los sistemas de propiedad de la tierra
es esencial para que el sistema de producción pesista con avances
significativos.

c. Las dos formas de trabajo en el país, el régimen asalariado y el estilo


cooperativo, al quedar complementados, permiten la convergencia de
los sectores económicos y la interpenetración de los sistemas de
propiedad de la tierra. Solamente el trabajo, las labores, genera, crea y
produce los medios de subsistencia. Las diversas y las diferentes
transformaciones, las construcciones, las edificaciones, los resultados

53
y los desarrollos suceden con el trabajo. El trabajo genera, amplía y
transforma la materialidad existencial. Solamente el trabajo crea,
genera y conserva la cultura empresarial. La raíz del orden histórico es
el trabajo. Entender la cultura empresarial significa y exige colocar al
trabajo en el lugar determinante.

d. Las dos fuerzas aglomeradas coparticipantes en el proceso de


producción, las federaciones patronales y las organizaciones obreras,
tienen que vivir en consenso, aceptación y codependencia.

Las formas de la lucha por la vida y la subsistencia delimitan la dinámica de


la cultura empresarial. La cultura empresarial es la convergencia y la
confluencia de dos tipos de estilos de vida: los de los empresarios, los socios
y de los patrones frente a los de los trabajadores, los obreros y de los
empleados. Cada estilo de vida, en una especie de contracultura, despliega
sus haberes, tenencias y posesiones arrastrando tras sí a las poblaciones
existentes. En todos los países, la cultura empresarial, permite el movimiento
de la cultura en general. La razón es simple: los ingresos surgen y se
desplazan de las instituciones económicas básicas al conjunto de la sociedad.

Para entender la cultura empresarial es fundamental tomar en consideración


tres tópicos vivenciales: la institucionalidad que admite la codependencia
consensada y a la vez conflictuada de los participantes en el proceso de
producción; la distribución de los resultados del trabajo en forma desigual;
los efectos que ocasionan las realizaciones de las mercancías y el uso de los
ingresos distribuidos. En el centro de la cultura empresarial, estos tres
sucesos, de manera retroalimentada, operan con movimientos trepidatorios.

Todos los planteamientos sobre la cultura empresarial fuera de la esfera de


los tres tópicos son banales. Quienes usan organizational culture assessment
para considerar la cultura empresarial como la generación de los activos
intangibles que favorecen el cambio y desarrollan a las instituciones incurren
en tres problemas de carácter ontológico: conceder importancia decisiva a la

54
forma en vez de reconocer al ser como la esencia de los acontecimientos
históricos y en especial del proceso de producción; cercenar las realizaciones
de las mercancías en una multiplicidad de establecimientos que el mercado
segmenta; revolcar el movimiento del dinero en una operatividad goteada (N.
J. Adler, International dimensions of organizational behavior; M. A. Alles,
Comportamiento organizacional: cómo lograr un cambio cultural a través de
gestión por competencias; K. S. Cameron y R. E. Quinn, Diagnosing and
changing organizational culture: base on the competing values framework ;
D. R. Denison, What is the difference between organizational culture and
organizational climate? A native’s point of vie won a decade of paradigm wars ;
Leading culture change in global organizations: Aligning culture and strategy ;
G. Eckhardt, Culture’s consequences: Comparing values, behaviors,
institutions and organizations across nations; A. Flores, Documento de
trabajo: la cultura empresarial en un contexto de competitividad ; Documento
de trabajo: la empresa como proceso cultural; J. P. Kotter, Cultura de empresa
y rentabilidad; R. Lessem, Gestión de la cultura corporativa; R. Sheen, La
cultura organizacional y su impacto en la gestión empresarial; S. Vangen y N.
Winchester, Managing cultural diversity in collaborations: A focus on
management tensions).

Los especialistas en desarrollo organizacional, siempre aplicando


organizational culture assessment, presentan cuatro tipos de cultura
empresarial: tribal (la empresa como un clan que se mantiene unida por la
tradición y la lealtad); adhocrática (la empresa como el lugar de compromisos
y de cambios); acorazada (la empresa como el espacio de la seguridad
subsistencial); apolínea (la empresa como generador de la belleza y de la
grandeza). Visitando a cuatro tipos de empresas: mineras, automotrices,
petroleras y constructoras, en vez de encontrar algunas de las culturas
empresariales que los especialistas mencionan, se percibe la forma
combinada y simbiótica. Los cuatro modelos no existen en forma separada,
sino en total compactación en todas las empresas. Ciertamente, la cultura
empresarial, según los países, las localizaciones y los giros mercantiles,
55
muestran singularidades especiales. Tales aspectos no indican que sean
modelos únicos y sobresalientes. Son simples especificidades que las
diferencian de otras latitudes. Lo que concede la fisonomía a cada empresa
no es su estructura operacional, sino el TIPO de emplazamiento territorial de
las actividades y las ocupaciones económicas que ejerce.

Una costumbre prevalece en las investigaciones sobre las empresas y la


cultura empresarial: el reduccionismo y el fraccionalismo. Como la mayoría
de los planteamientos proceden de las instituciones que mantienen vínculos
directos escasos o nulos con el proceso de producción, por su
abstraccionismo, no llegan a entender la dinámica interna de las instituciones
económicas básicas. Desde un valorar el contexto general en que existen y
operan las empresas, aplicando la deducción, consideran que muchos de sus
aseveraciones son correctas. Ir desde el exterior hacia el interior, pero sin
llegar a estar en el interior, es un proceder metodológico que condena y
combate Lebret (Guía del Militante; Dinámica concreta del desarrollo;
Principios para la acción; Manual de encuesta social). Lebret recomienda:
colocarse en el plano real de las situaciones concretas que se hallan en el
mundo y llegar a una visión global coherente.

La cultura empresarial, por la diversidad de los giros mercantiles, opera con


doce dimensiones:

a) El poder que se manifiesta de tres formas: el poder central controlante


del Estado Nacional, el poder ordenante de los socios y los mandos
altos de las empresas, y, el poder de la fuerza laboral organizada. Los
tres tipos de poder al combinarse con las sapiencias disciplinarias y las
tecnologías permiten la realización del trabajo.

b) La composición mixta tanto de la dirección como la fuerza laboral. La


preponderancia de la masculinidad en el ámbito empresarial va
quedando desechada. El empoderamiento económico de la mujer,
pautado desde las organizaciones mundiales bajo la equidad de género

56
y la igualdad, va adquiriendo fuerza. Desde el Parlamento y las
instituciones controlantes de la rotación y la alternancia de los cargos
públicos de elección popular se exigen la aplicación de la igualdad
entre los varones y las mujeres. La equidad de género deviene así en la
parte medular del movimiento feminista.

c) La taxonomía de las empresas por las disposiciones legales, en especial


por el pacto social, son verticales. El orden, la autoridad y la jerarquía
traspasan todas las instancias y los niveles organizacionales.

d) El individualismo en las instituciones económicas básicas queda


soterrada por la socialización. No es el trabajo en equipo, sino el
cumplimiento de las directrices y de las órdenes de manera
concatenada.

e) Los intereses confrontados. Las dos fuerzas directamente participantes


en el proceso de producción, la conglomeración patronal y la fuerza
laboral, al condensar los intereses particulares en un solo interés
global, protegen a través el consenso y la concertación.

f) Las responsabilidades, los deberes y las obligaciones multiformes y


polidireccionales. La contractualidad en la cultura empresarial es
variada, diversificada y de cumplimiento forzoso. Desde que inicia sus
operaciones, las empresas, entran a establecer una multiplicidad de
compromisos, deberes y responsabilidades.

g) Las relaciones de las instituciones económicas básicas son


multimodales. Existen las relaciones exclusivamente patronales, otras
de carácter institucional, algunas son particulares de los mandos y
acontecen las relaciones propias de la fuerza laboral. Todas las
relaciones acontecen según la dinámica interna y externa de las

57
empresas. Además existen algunas relaciones privadas y otras
públicas. Esta diversidad de las relaciones, que deben aumentar según
la consolidación de las empresas, ayudan en el posesionamiento de los
espacios, el acceso a los mercados y en la colocación del dinero.

h) Los planes y las cronogramaciones. Los planes en la actualidad son


globales, estratégicos y situacionales. Los planes son de largo plazo y
de operación inmediata. Las cronogramaciones son en cada periodo de
producción.

i) La acumulación multiplicante sucede una vez que las ganancias


permiten la separación de un parte para conformar el kapital de
inversión, la innovación y de expansión.

j) Las modificaciones, las innovaciones y hasta las transformaciones de


las empresas son procesos periódicos.

k) La legalidad existente. Las empresas funcionan acordonadas por una


diversidad de leyes que regulan sus relaciones y sus obligaciones; pero
su interioridad queda regida por el pacto social.

l) La espacialidad y la territorialidad enmarcan a las empresas. La


localización, el establecimiento mercantil, los lugares de recorrido del
kapital y de las mercancías, las zonas de control, los sitios de
posesionamiento y los mercados en donde se colocan las mercancías
permiten su existencia y su persistencia.

Sin excepción, las dimensiones, son procederes y procesos sociales. Los


recursos disponibles, los materiales, los insumos y otras cosas son movidos,
triturados, combinados y convertidos en las mercancías por la fuerza laboral.
No existe algo dentro de las empresas que sucedan sin la concurrencia de las
personas. Las tecnologías, por automatizadas y digitalizadas sean, entran en

58
operación bajo la directa intervención de las personas. Las empresas y la
cultura empresarial es una confluencia de las personas. Las interacciones, las
reciprocidades y las intercomunicaciones son inmediatas, directas, mediadas,
consensadas, demoradas, cronogramadas e intercaladas. Los mecanismos
que impulsan a la cultura empresarial son las multitudes agrupadas en dos
bandos: los patrones y la fuerza laboral. Las mercancías, las tecnologías y el
dinero son las herramientas indispensables para trabajar, obtener los
resultados y garantizar los medios de subsistencia. Sin esta realización no
existe y no puede haber la cultura empresarial.

Por esa razón, en la doctrina de la economía humana, las empresas son


AGREGADOS DE UNIDADES en donde bullen las tensiones favorables y
desfavorables, las actitudes que inhiben o impulsan, las acciones que frenan
o empujan, las mentalidades que retrasan o dinamizan, y, las aspiraciones
que retardan o agilizan el desarrollo integral. Lebret considera a las empresas
como los polos de función económica limitada: una y varias empresas
generan las funciones políticas y culturales. Por su efecto de propagación: las
empresas son polos de funciones múltiples en una zona o en espacios
extensos. De allí, la cultura empresarial, no debe conducir a la creación de
los polos, las aglomeraciones y las estructuras de costo físico y humano
oneroso (Dinámica concreta del desarrollo). El dinamismo económico tiene y
debe singularizar a la cultura empresarial.

La esterilidad, la improductividad, la infructuosidad y la infecundidad son


fenómenos dañinos para la cultura empresarial. Lebret es preciso en plantear
cinco sucesos de importancia vital: establecer una teoría y una praxis de la
intervención óptima; las energías de renovación deben ser superiores al peso
de los poderes de conservación; las tensiones entre los empresarios
(nacionales y extranjeros, liberales y direccionistas, abiertos y
tradicionalistas, antiguos y nuevos) debe orientarse a la conciencia colectiva
para evitar las confrontaciones patológicas; en vez de que exista las
relaciones de dominación y exclusión tiene que prevalecer la solidaridad en

59
la base de las jerarquías múltiples para proteger a las personas; la moral, el
arte y la conducta efervescente deben concurrir en la integración social rica y
viva (Dinámica concreta del desarrollo). De esta manera, el poder, no consiste
en ser el guardián de un orden social que favorece la discriminación, sino de
enrumbar y garantizar el derecho de todos y todas a la vida y al bienestar.

En la economía humana, la moral, las virtudes y los valores, no se introducen


desde el exterior como cuestiones normativas. El motivo tiene su explicación
en el pacto social: el código de conducta y de comportamiento empresarial
se encuentran incrustados en la parte donde se estipulan los requisitos para
ser socios, integrar la administración y en las causales de la separación o la
exclusión. Quienes plantean que la moral y la ética empresarial se encuentran
en la visión, misión y los valores institucionales DESCONOCEN por completo
las normas jurídicas que regulan a las instituciones económicas básicas. En
las operaciones económicas, la moral imperante, viene desde tiempos muy
antiguos: LAS BUENAS COSTUMBRES Y LA BUENA FE. Estas dos formas de
moralidad empresarial se hallan en la legalidad vigente, pero introducido en
el pacto social o los Estatutos.

Considerar que generando un código de ética se logra que las empresas son
socialmente responsables, actúan con integridad y proceden conforme a
derecho es una falacia. El contenido de la Declaración de Doha: Promover una
Cultura de Legalidad, en su módulo Integridad y Ética Empresarial, es
completamente anómala: “la empresa tiene que garantizar retornos
razonables para sus accionistas antes de aportar beneficios para mejorar la
sociedad”. Las empresas, precisamente por la presencia de los intereses
consensados, crean los valores y producen las mercancías para resolver los
diversos problemas acontecidos por las necesidades. Su contribución al
desarrollo nacional, al bien común y a la sociedad es quíntuple: las
inversiones, la creación de empleos, la realización de las mercancías, el pago
de los impuestos y la aportación con fines humanitarios. Por este motivo, la
Declaración de Doha, al plantear “constituir una cultura de integridad en el

60
lugar de trabajo” es antieconómico y antidesarrollo. Las pautas y las
directrices de las organizaciones planetarias para la cultura empresarial, por
conceder un rol impermeabilizante de las instituciones económicas básicas,
son atípicas interpretadas con el ordenamiento legal. La moral, la ética y los
valores no son y ni pueden ser elementos externos. Cuando la legalidad
vigente impone lo que debe y tiene que hacerse, cumplirse y efectuarse al
estar autorizados y permitidos, por su ligazón a la noción de rectitud y lo
justo, introducir la moral significa la duplicidad de las normas obligatorias
que determinan las relaciones sociales.

El comportamiento digno, responsable, correcto y justo no es un asunto


posterior a la constitución de la empresa. Por los filtros existentes para ser
socios, accionistas, participantes y miembros de las sociedades mercantiles
o de las agrupaciones de la economía solidaria, la moral y la ética, quedan
aclimatadas en el pacto social. La afirmación de Amartya Kuman Sen, premio
Nobel de economía de 1998, es improcedente: “la economía moderna se ha
visto sustancialmente empobrecida por la distancia creciente entre economía
y ética”. No falta el timón ético, pero sí abundan las corrupciones, la
impunidad, el despilfarro y la descomposición por dos motivos: la existencia
de la sociedad dividida en las clases sociales antagónicas y la partitura del
Planeta en dos tipos de países; la operación de la opresión, el despojo, el
deslizamiento patrimonial y el sojuzgamiento amparada en la legalidad. Las
prescripciones legales y las exigencias morales, por la existencia de los
deberes y los derechos nacionales y supranacionales, al quedar superpuestas,
dejan a los procederes y los comportamientos dentro del criterio: si no está
prohibido todo está permitido.

Todos los códigos de éticas existentes, por cierto ensalzan ser óptimos
empresarios, no exigen un asunto que LEBRET considera fundamental: SER
MÁS Y MEJOR PARA QUE EL POSEER, EL TENER Y EL VALER SIRVAN AL BIEN
COMÚN. En la economía humana prevalece una exigencia esencial: es
importante cuidar la base económica, porque de ella depende cómo se

61
obtienen los medios de subsistencia y qué se hacen con los resultados del
trabajo. En las empresas sigue prevaleciendo el planteamiento de Milton
Friedman: la responsabilidad social de las empresas es aumentar sus
ganancias (New York Times, 1970). Esta es la verdad. Porque sin las ganancias
no pueden cumplir sus objetivos sociales y menos satisfacer las necesidades
crecientes. La postura de Peter Drucker es cierta: gestión es hacer las cosas
bien, liderazgo es hacer lo correcto (Gestionar en tiempos turbulentos;
Innovación y emprendimiento; El management del futuro; Desafíos de la
gerencia en el siglo XXI). Tal es la normatividad vigente sintetizado en el pacto
social.

Las empresas, y por consiguiente la cultura empresarial, no son amorales,


sino completamente determinativos regimentados. La legalidad opera
empapada con la moral y hasta con la religiosidad. Las instituciones
económicas básicas, por su composición heterogénea y los intereses
confrontados, en sus transacciones y sus posesionamientos, oscilan entre la
moralidad y la legalidad. Las normas de operación económica admiten la
presencia y la efectividad de tres cánones que regulan el comportamiento, la
conducta y el proceder de los sujetos agentes económicos: la moral religiosa
en sus diferentes variantes; el derecho romano recodificado y reordenado; las
tradiciones ancestrales. A estas regulaciones se añaden los diversos acuerdos
y las resoluciones globales de las organizaciones planetarias.

No son la ética y la moral que edifican a las empresas y a la cultura


empresarial en la justicia, la democracia, la dignidad y la responsabilidad. Es
la imperiosa necesidad de obtener la ganancia que reconoce, pauta y legaliza
el ordenamiento jurídico. Son las leyes correspondientes a las actividades
económicas que imponen las dos bardas dentro de las cuales deben
efectuarse las transacciones y las operaciones económicas: lo prohibido y lo
autorizado, lo permitido y lo condenado, lo lícito y lo ilícito, lo legal y lo ilegal,
lo reconocido y lo rechazado, y, lo justo y lo injusto.

62
IV

Trepidación y Periplo Empresarial

Se presenta como una novedad dos eventos antiguos: la interrelación de los


valores, las creencias y la mística empresarial como un propulsor de la
efectividad y el éxito operacional; el comportamiento ético de los directivos
de las empresas como la garantía de la buena imagen institucional y de los
resultados óptimos. Quienes postulan semejantes acertijos, sin duda, no
conocen ni tienen noticias del proceder de los pioneros, los cuáqueros y de
los puritanos en el aposentamiento de la burguesía en los países
anglosajones. El capitalismo surge, se asienta y se expande precisamente con
la laboriosidad, la industriosidad, la capacidad de ahorro, la lucha contra la
incertidumbre y con el misticismo.

Desde que surgen las instituciones, especialmente el sistema de producción,


la dirección, el mando y la conducción es fundamental. El planteamiento
generalizado: el liderazgo es un proceso y una aptitud de influencia en el
comportamiento de las personas y para el logro de las metas establecidas,
aparte de ambivalente, es incoherente. La dirección y el mando no son para
influir, sino para COMANDAR todos y cada uno de los planes, los actos y las
operaciones de la empresa. La conducción tampoco es el organizador de los
equipos (S. A. Castro, Teorías implícitas del liderazgo, contexto y capacidad
de conducción; M. Delaray y P. Yudit, Hacia una nueva cultura organizacional:
la cultura del conocimiento; J. W. Newstrom, Comportamiento humano en el
trabajo; S. Robbins y T. Judge, Comportamiento organizacional).

Todas las interpretaciones y las propuestas sobre la cultura empresarial,


aparte de conceder importancia central a las buenas ideas y a los planes de
negocios, insisten en los tipos de liderazgo, los estilos de administración y

63
en las técnicas de la mercadotecnia. Son importantes dentro de la cultura
empresarial, pero son sucesos y acciones que dependen de cuatro
combinaciones: las fuerzas vivas aglomeradas en dos frentes con sus
derechos y sus obligaciones consensados, pero con los intereses diferentes;
el dinero y la inversión; los recursos disponibles, el trabajo y las órdenes de
operación; la ciencia, las tecnologías y el poder. Sin estas combinaciones no
existen las empresas en operación.

Es correcta la afirmación de que la cultura empresarial es la cultura laboral.


El trabajo al extraer y convertir la riqueza natural en la riqueza social es la
fuente del vivir en salud, vitalidad y expansión. Las empresas son las
movilizadoras, las concentradoras y las acontecedoras del trabajo. Las
empresas en todos sus tipos y tamaños, en todas las localizaciones, son las
succionadoras de las energías del KAPITAL SOCIAL con intensidades, grados
y amplitudes variadas en cada periodo de producción. Pero la reposición, la
recarga y la restauración de las energías es débil, racionada y limitada.

Las empresas existen y operan dentro de la simbiosis de los conocimientos


científicos, las destrezas, las vocaciones, las aptitudes, las facultades, las
capacidades, los intereses, las pasiones, las emociones, los ideales, las
virtudes, los valores, los derechos, las obligaciones, las doctrinas, las
creencias y la moral. Todas las fuerzas que concurren y participan, directa o
indirectamente, siempre despliegan y desenvuelven esta confluencia. En el
interior de las empresas hierven las razones y las voluntades cruzadas. Los
resultados de las creaciones y las producciones, las consecuencias del
trabajo, las mercancías, recorren los espacios en donde son colocadas
empapadas con el sudor de la fuerza laboral, pero se realizan manoseadas
por una diversidad de personas.

Dirigir, administrar y conducir a las empresas no consisten en la simple


vigilancia, control, coordinación, diseño, planificación, representación,
organización, evaluación y manejo de las disponibilidades. Tales procederes,
actos y labores son básicas en todas las instituciones. La conducción de las

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empresas es más que esas actividades. Una de las FUNCIONES de la
conducción empresarial es saber comunicarse con el lenguaje universal del
proceso de producción: el dinero, el kapital, la inversión, los costos, los
valores, los precios y las multiplicaciones. Quienes no tienen las habilidades
y las posibilidades de hablar este lenguaje no pueden ser los administradores,
los dirigentes y los conductores de las empresas. La sabiduría indica que, la
conducción de una institución que impulsa el acontecer económico, requiere
de la aptitud para realizar los cálculos. El cálculo económico es la concreción
de la dialéctica necesidades-disponibilidades-potencialidades-posibilidades.

Las tres grandes labores de la conducción: el posesionamiento situacional,


los procesos transaccionales y los acontecimientos transformacionales, por
abarcar una diversidad de acciones y determinaciones, dependen del manejo
del cálculo económico. Los mandos de las empresas, por la mutabilidad del
contexto general y la variabilidad de los acontecimientos económicos, tienen
que compenetrarse con las cuatro dimensiones de las instituciones
económicas básicas: el ámbito legal, el aspecto político, la dimensión
financiera y el nivel organizativo. Estas dimensiones siempre se hallan
vinculadas con los costos, las relaciones y las operaciones múltiples.

En cada dimensión de la taxonomía empresarial, los conductores o los


directivos, efectúan lo que se puede denominar la trepidación y los periplos
empresariales. Se trata de la aplicación de siete V y cuatro D: valoración,
versatilidad, verificación, vigilancia, vaticinio, verbosidad y virajes;
dispensación, decretos, devoción y datación. Estas V y D conforman la
inteligencia estratégica que tiene y debe guiar toda la existencia, las
operaciones y las perspectivas de las empresas.

Conducir las empresas, conforme a las diferentes externaciones de los


empresarios exitosos, es un arte y una ciencia. Andrés Lalanne, desde su
experiencia como rector de la Universidad CLAEH, señala que las instituciones
por su complejidad, es la conjunción del arte del vivir con el arte de dirigir ( El
arte de dirigir organizaciones). En tal sentido, los dirigentes de las empresas,
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aparte de estar despiertos y sinérgicos, son especialistas en siete asuntos
institucionales: son amantes de la Naturaleza y el Universo, son impulsantes
de la dignidad humana, son apreciantes de las culturales, son ejercitantes del
pensar crítico y de escribir sintetizado, son protectores del patrimonio
colectivo, son fomentantes del bien común y son generadores de la
multiplicación de las disponibilidades. Estas acciones muestran que los
conductores de las empresas son personas de formación polivalente,
mentalidad abierta, personalidad multimodal, decisiones firmes y de
relaciones diversificadas.

La dirección de las empresas no es una simple aplicación de las técnicas, los


procedimientos y de los mecanismos. Es una labor de creación: recta ratio
factibilium. Para tal labor se requieren la creatividad, la imaginación, la
autenticidad, la visión, la pasión, la emoción y un estado de ánimo alegre. Es
la persona que sabe combinar las vibraciones, los movimientos, las luces, los
colores, las sombras, los ruidos, los modelos, los valores y las virtudes. De
esta manera, ante una complejidad de situaciones y problemas, encuentra la
solución pertinente.

Quienes dirigen a las empresas son artistas y científicos que dan forma,
contenido y rumbo. Lo que significa que los mandos y los conductores de las
empresas son descubridores, inventores y estrategas. La conducción de las
empresas es una labor de ingeniería. La conducción empresarial no solamente
consiste en desplegar una serie de atributos sobre los subalternos y los
sujetos participantes en el proceso de producción, sino también significa
aprender, condensar y autodirigirse. Significa a la vez velar que el orden, la
disciplina, la autoridad y la jerarquía prevalezcan para el buen funcionamiento
organizacional logrando los resultados suficientes, óptimos y acumulables
(Francisco Bobadilla Rodríguez, Empresas con alma: el arte de dirigir la
organización; Helmut Maucher, El arte de dirigir la empresa; J. A. Dávila y E.
Taracena, Hacer empresa: la aventura de dirigir; Mario Borghino, El arte de
dirigir; C. Llano, La enseñanza de la dirección y el método de caso ; E.

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Taracena, La empresa, una institución de la sociedad; Damián Frontera Roig,
El arte de dirigir empresas; Miguel A. Martínez-Echevarría, Dirigir empresas:
de la teoría a la realidad; Ángel Hernández, La lógica y el arte de decidir; Bob
Sellers, Errores de grandes empresarios; Francisco Mochon Morcillo, El arte
de dirigir una empresa; José Ramón Pin, Consistencia. La estrategia de la
empresa es la estrategia sobre sus personas; Santiago García García, El arte
de dirigir personas hoy; Guillermo Bilancio, La emoción de dirigir).

La totalidad de los especialistas sugieren que las empresas tengan un


liderazgo fuerte y eficiente para alcanzar el éxito y mantenerse en la cima.
Ser un buen líder y altamente motivador exigen los consultores a los
emprendedores que buscan o pretenden entrar a la cultura empresarial. Tales
proposiciones son aceptables, pero no pueden constituir la parte medular.
Louis-Joseph Lebret señala que dirigir las instituciones es desplegar LA
CONDUCTA RACIONAL DE LA ACCIÓN. El conductor a la vez tiene que ser
político, diplomático, apóstol, místico y guerrero que cumple su rol en el
drama de la cotidianidad (En el combate del mundo; Guía del Militante).

En la conducción de las empresas, por su triple cobertura existencial, los


directivos y los mandos combinan al drama personal y el drama institucional
dentro del drama mundial. Son capaces de acontecer las grandes
transformaciones y las construcciones diseñando, modelando y operando no
solamente un plan, sino un PROGRAMA DE VIDA y un estilo del vivir. Llevados
por una misión planetaria, contribuir al desarrollo global a través de la
satisfacción de las necesidades crecientes y sedimentar el bienestar general,
cumplen su labor de jefes siempre oteando al futuro y efectuando una
prognosis sobre las nuevas posibilidades de dar más valor al mundo y
dignificar a las personas.

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Con la finalidad de fomentar las acciones que mejoran la economía popular
se esquematiza la forma de entrada de la economía humana dentro de la
cultura empresarial. ECONOMÍA HUMANA Y CULTURA EMPRESARIAL es una
síntesis de las prácticas concretas que se vienen implementando a través de
las iniciativas locales en los Estados Unidos Mexicanos. Tiene como los
elementos propulsantes a los cuatro agentes sujetos económicos. Cada
sujeto agente económico asume la economía humana desde su
situacionalidad. Estos sujetos agentes aceptan la economía humana no en la
condición de doctrina económica, sino en calidad de modelo operativo en el
acceso, la obtención y la disposición de los medios de subsistencia. Aplican
por ser proposiciones que permiten realizar los saltos y los escalamientos de
las condiciones precarias a otra dimensión y nivel de mayores beneficios y
satisfacciones.

ORALIA CARRILLO PÉREZ, economista, responsable en México de


la Red Internacional de Economía Humana (RIEH) y Coordina el
Programa de Desarrollo Global de la Mujer en el Centro
Transdisciplinario para el Humanismo Económico, A. C.

SERAPIO MUCHA YAROS, economista y teólogo, forma parte de la


conducción del Centro Transdisciplinario para el Humanismo
Económico, A. C.

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