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7 de febrero, 2022

Paola Soberanes García


Comentario de lectura
Lectura: Del autoritarismo a la democracia, Leonardo Morlino

Como hemos visto en la lectura con el autor Morlino, es un hecho que hablar de una
democracia única e igual en todos los países es algo irónico. Si bien, cada Estado tiene sus
propias reglas, cada Estado tiene sus propios objetivos, ninguno funciona de igual forma y,
por ello, difícilmente podríamos dar una sola definición a la democracia. Es por esto, por lo
que me pregunto, entonces ¿algún día podremos llamar democrático a un Estado?

Varios filósofos y filósofas, entre ellos, Claude Lefort, aseguran que los conceptos
no son uno mismo en todas las situaciones y que estos se ven modificados por el contexto
en el que las personas lo aplicamos. Aunque, Morlino asegura que hay cuatro procesos de
un régimen democrático (2009), cada proceso, es un hecho, contiene variables diferentes
según los acontecimientos a los que se enfrenta.

Las transformaciones en los regímenes políticos es algo inevitable, pues es a través


de estas que estos regímenes se reconstruyen según el clima político al que se enfrentan.
Morlino considera dos transformaciones destacables que surgen en paralelo: la competición
y la participación (2009). No obstante, cuando se considera a la política de masas como un
factor que influye en las transformaciones, pareciera que esta misma puede impedirla.
Puesto que, cuando un grupo social se involucra en la política, a mi parecer, vuelve mucho
más complicado la transformación de un régimen. No quiero decir que apoyo la exclusión
de los grupos sociales de la política, pero si creo que en ningún momento se va a favorecer
a cada uno de estos grupos y, en el momento en que uno de estos entra a la política,
entonces velara solo por intereses particulares de ese grupo y sin considerar a la pluralidad
de grupos y necesidades.

Por otro lado, me parece interesante retomar el tema de los derechos políticos,
sociales y civiles. Si bien, considero que esta división de derechos debería de permanecer
muy clara ante los ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes, como ante los funcionarios,
funcionaras y funcionaries, es decir, clara a ante los ojos de todas, todos, todes. Existen
varios principios que una democracia debe tener para que el régimen sea considerado como
tal; no obstante, muchos de estos principios son cuestionables. Por lo que, pensando sin ser
tan profunda la propuesta, considero que las personas, en general, no conocen todos y cada
uno de los derechos a los que estamos sujetos cuando nos consideramos ciudadanos,
ciudadanas, ciudadane. Por ello, a veces pareciera que exigimos una democracia, exigimos
una respuesta inmediata, pero muchas veces no asumimos las responsabilidades que nos
confieren. Es decir, pedimos, pero no damos.

De este modo, considero que si se mantuviera la división de derechos como el texto


lo plantea y fuera muy clara y todos, todas todes, lo recordamos siempre, nos sería de
mucho más facilidad poder tener un compromiso verdadero y real a lo que nos confiere
como ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes. Un gobierno democrático me parece
insostenible sin la cooperación no solo de las autoridades sino de todos, todas, todes les
pertenecientes al Estado.

Bibliografía
Morlino, Leonardo. (2009). Democracias y democratizaciones. Madrid: Centro de
investigaciones Sociológicas. Del autoritarismo a la democracia, 88-115.

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