Está en la página 1de 5

Norberto Bobbio en su libro el futuro de la democracia, Propone un cuidadoso análisis

acerca de las promesas aún no cumplidas y los obstáculos que ha tenido la democracia
para surgir y consolidarse dentro de la sociedad mundial. A pesar de sus limitaciones
como forma de gobierno el autor no dura en defender y considerar que esta es la opción
más viable en el escenario político entre otras formas de carácter autocrático y rígido,
Teniendo en cuenta que el autor en un principio cree que la democracia y la
democratización en el mundo ha sido un dinamismo y posibilidades para ampliar la
cobertura de participación y derecho al voto. 

la democracia, para el autor, se caracteriza por un conjunto de reglas que establece quién
tiene derecho a tomar decisiones colectivas y por qué procedimientos, pero también las
decisiones grupales son tomadas por individuos. Para que una decisión tomada por
individuos sea aceptada como decisión colectiva, debe tomarse sobre la base de reglas
que definen quiénes son las personas autorizadas. 

En cuanto a los sujetos llamados a tomar decisiones colectivas, un régimen democrático


se caracteriza por el hecho de que este poder se atribuye a un número muy elevado de
miembros del grupo. Cuando se dice que en el último siglo se ha producido un proceso de
democratización en algunos países, se quiere decir que el número de electores ha ido
aumentando sucesivamente Modalidades de decisión: Regla básica de la democracia –
regla de la mayoría, a partir de la cual se consideran decisiones colectivas y por lo tanto
para todo el grupo son vinculantes si las decisiones son aprobadas por al menos la
mayoría de quienes tienen la autoridad para tomar la decisión. 

Si es válida una decisión tomada por mayoría, con mayor motivo lo será una decisión
tomada por unanimidad la cual, según Bobbio, sólo es posible en un grupo reducido u
homogéneo, es necesaria cuando sólo hay dos decisores, lo que distingue claramente la
decisión consensuada de la tomada por ley. Para ello, deben garantizarse los derechos a
la libertad, expresión, reunión, asociación, etc., derechos a partir de los cuales nació el
Estado liberal, Estado que ejerce poderes dentro de los límites del reconocimiento
constitucional de la sociedad. llamados -inviolables- derechos del individuo.

La democracia surge de la concepción individualista de la sociedad, en la que la sociedad,


especialmente la sociedad política, es un producto artificial de la voluntad individual. Una
hipótesis de este concepto es la de los soberanos que crean sociedades políticas de
acuerdo con otros individuos igualmente soberanos. El modelo ideal de una sociedad
democrática era una sociedad centrípeta. Nuestra realidad es una sociedad centrífuga,
con no uno sino muchos centros de poder, dignos del nombre policéntrico o poliárquico.

Porque la democracia moderna, que nació como una democracia representativa, se


caracteriza por una forma de representación en la que los representantes (valga la
redundancia), que están llamados a defender los intereses del pueblo, no pueden recibir
mandatos relevantes. El principio que subyace a la representación política es
diametralmente opuesto al principio que subyace a los representantes de intereses, según
el cual los representantes que deben velar por sus intereses particulares están sujetos a
los mandatos correspondientes. Para el autor las democracias modernas se han
caracterizado por una representación política en la que los representantes convocados
para defender los intereses nacionales no pueden estar sujetos a mandatos coercitivos.
Tiene autoridad absoluta
Dichos sistemas se caracterizan por relaciones triangulares en las que el gobierno
interviene meramente como intermediario entre los partidos sociales como método de
solución de los conflictos sociales mediante procedimientos independientes de la
representación política y que son expresiones típicas de la representación. un concepto
clave en el texto es el “Mandato Imperativo" es un principio político asociado a un modo
de funcionamiento (según un método particular de toma de decisiones selectivas) a nivel
organizacional que parte de las necesidades definidas por el organismo u organización.
Un grupo, y, en su caso, la delegación inmediata de uno o más individuos (externos o
internos al grupo), denominados agentes, para realizar acciones definidas en tiempo y
sustancia.

Otra de las promesas no cumplidas que señala el autor, es la derrota del poder
oligárquico. El principio inspirador del pensamiento democrático ha sido siempre la
libertad entendida como autonomía, como la capacidad de legislar por sí mismo, según la
famosa definición de Rousseau, que conduce a una perfecta identificación entre quien
establece una regla de conducta y quien recibe una regla de conducta, y en consecuencia
conduciría a la eliminación de la distinción tradicional entre gobernantes y gobernados en
la que se basa todo pensamiento político. La presencia de élites en el poder no borra la
diferencia entre regímenes democráticos y autocráticos. Schumpeter argumentó que el
sello distintivo del gobierno democrático no es la ausencia de élites sino la presencia de
muchas élites que compiten entre sí para ganar el voto popular. Un elitista italiano
distinguió a las élites que imponen de las que proponen.

Si la democracia no ha logrado derrotar por completo al poder oligárquico, mucho menos


la democracia ha logrado ocupar todos los espacios en los que se ejerce el poder que
toma decisiones vinculantes para todo un grupo social. Si se quiere saber si ha habido
desarrollo democrático en un determinado país, se deben examinar los espacios donde se
puede ejercer el derecho a participar. La concesión de derechos políticos fue una
consecuencia natural de la concesión de libertades, pues la única garantía del respeto a
las libertades reside en el derecho a controlar el poder al que corresponde esa garantía.

Es bien sabido que la democracia nació con la perspectiva de borrar para siempre el
poder invisible de la sociedad humana, para dar vida a un gobierno cuyas acciones
deberían haber sido realizadas públicamente. La obligación de publicar los registros
gubernamentales es importante para que el ciudadano pueda conocer y
consecuentemente controlar las acciones de quienes están en el poder, ya que la
publicidad es una forma de control y permite distinguir lo que es legítimo y lo que no lo es.
Es más que una falsa promesa, es una tendencia que contradice las premisas: la
tendencia ya no por el máximo control del poder por parte de los ciudadanos, sino por el
contrario por el máximo control de los sujetos por el poder.

Otra promesa no cumplida por la democracia, según Bobbio, la educación para los
ciudadanos; Nunca ha faltado en los discursos de apología de la democracia que la
educación democrática se desarrolla gracias a la puesta en práctica de las propias
prácticas democráticas. Un remedio contra la tiranía de la mayoría radica precisamente en
lograr que la clase popular participe en las elecciones. La participación electoral tiene un
gran valor educativo; a través de la discusión política, el trabajador logra comprender la
relación entre los hechos lejanos y sus intereses personales, y establecer relaciones tanto
con los ciudadanos como con aquellos con quienes se relaciona cotidianamente y es
miembro consciente de la comunidad. Disminuyó el voto de opinión y aumentó el
intercambio de votos, voto clientelista (apoyo político a cambio de favores personales) -
John Stuart Mill: la diferencia entre ciudadanos activos (aquellos que se comprometen con
la toma de decisiones y la articulación de preguntas) y ciudadanos pasivos (no
preocupado por lo que sucede en la política).

Otro obstáculo imprevisto es el crecimiento constante de la burocracia, una estructura de


poder ordenada jerárquicamente de arriba abajo que se opone al sistema democrático de
poder. Si construimos un sistema con diferentes grados de poder en la sociedad, la
sociedad democrática del poder va de abajo hacia arriba y la sociedad burocrática va de
arriba hacia abajo. Los estados burocráticos y democráticos históricamente han estado
más estrechamente relacionados entre sí, nos guste o no, fue una respuesta a una
demanda desde abajo, una demanda democrática.

El funcionamiento del sistema democrático en su conjunto plantea un debate sobre la


"impotencia" de la democracia. Desde el primer estado liberal hasta el estado
democrático, se ayudó a la sociedad civil a liberar a la sociedad civil del sistema político,
de modo que la sociedad civil se convirtió cada vez más en una fuente de demandas
inagotables para el gobierno. La cantidad y velocidad de estas demandas es tal que
ningún sistema político es capaz de adaptarse a ellas, por eficiente que sea, lo que lleva
tanto a la "sobrecarga" como a la necesidad de que los sistemas políticos tomen
decisiones drásticas, creando insatisfacción cuando no lo hacen. satisfecho. La velocidad
con la que los ciudadanos hacen las demandas al gobierno contrasta con la lentitud de los
complicados procedimientos de un sistema político democrático.

En el siguiente capitulo, Bobbio hace una descripción analítica acerca de la democracia


representativa y la democracia directa, en las cuales retoma las cuestiones del liberalismo
antiguo y moderno hasta el punto de hacer una crítica tajante y además, el autor toma una
posición radical frente a los "socialismos reales".  La primera sirve para disminuir las
controversias sobre principios, donde son claves la Asamblea de Representantes y el
referéndum, los que al aplicarse muestran el paso de la democracia representativa hacia
la directa, Ia segunda refleja la realidad en donde se resuelven los conflictos de intereses.

Bobbio señala que en la disertación sobre las transformaciones de la democracia es


importante y más útil centrar el análisis en la diferencia entre los ideales democráticos y la
democracia real. Ve un proceso de democratización en la transición de la democracia
política a la socialdemocracia, es decir, con una expansión creciente del poder; es decir,
cuando la democratización pasa de la sociedad política a la sociedad civil, o de la
representativa a la directa. Por ello, consideramos una conclusión importante que el
desarrollo de la democracia no debe interpretarse ni entenderse como un nuevo tipo de
democracia, sino como la ocupación de nuevos espacios que antes existían.
 
teniendo en cuenta lo anterior, Bobbio señala "se debe hablar justamente de un verdadero
y propio cambio en el desarrollo de las instituciones democráticas, que puede ser
resumido sintéticamente en la siguiente formula: de la democratización del Estado a la
democratización de la Sociedad" (1984, p.43) lo anterior hace referencia a que para el
autor, hay otros centros de poder, como la sociedad civil, Lo vincula a una comprensión
de la unión entre democracia y pluralismo; a partir de ahí muestra que mientras la teoría
democrática considera el poder autocrático (poder desde arriba), la teoría pluralista
considera el poder monocrático (poder concentrado en una mano), proveyendo poder
desde abajo como solución para el primero y poder distribuido para el segundo.
Es un dato importante considerar que la democracia nació de la concepción individualista
de la Sociedad, donde el estado de derecho garantiza, al mismo tiempo, la libertad
individual. expresión estatal individual, tiene interdependencia con el estado democrático.

El conocimiento sugiere que el liberalismo, como teoría económica, apoya una economía
de mercado; Más como teoría política, expresa el gobierno mínimo del Estado; Esto
significa sustraer al Estado de su dominio y participación en la esfera de las relaciones
económicas, pues su intervención debe ser considerada como la excepción y no la regla.

 
¿Son compatibles el liberalismo y la democracia? Bobbio cree que sí, y pone sobre la
mesa una atrayente polémica relacionada con los tipos de liberalismo, socialismos, la
democracia y la cuestión contractual dentro de la política.

Finalmente, deja abierta una dramática reflexión acerca de si en estos tiempos estamos
viviendo el gobierno de los hombres o el gobierno de las leyes. Bobbio prefiere el
gobierno de las leyes y no el de los hombres. De igual forma, recalca que en la actualidad
el gobierno de las leyes celebra su triunfo en la democracia, entendiendo ésta como el
conjunto de reglas para solucionar los conflictos sin derramamiento de sangre. El autor
confirma que la democracia es el gobierno de las leyes por excelencia, porque en el
mismo momento en el que un régimen democrático pierde de vista este principio
inspirador que le es propio, cambia rápidamente en su contrario, en una de las tantas
formas de gobierno autocrático, del que están llenas las narraciones de los historiadores y
las reflexiones de los escritores políticos.

A modo de conclusión, bobbio señala primero las frustraciones históricas del proyecto
democrático: en lugar de una sociedad orgánica, basada en un pueblo soberano, tenemos
una sociedad poliárquica o policrática en la que conviven y chocan varios gobernantes; -A
pesar de la adopción de un sistema de representación política impersonal o nacional, oa
causa de ella, opera un neocorporativismo basado en la representación de intereses; la
oligarquía sobrevive como un poder de facto ya veces de jure; La democracia electoral se
ha reducido al ámbito de la política, por lo que el mundo cultural y económico mantiene
instituciones y prácticas abiertamente antidemocráticas; El secreto de Estado no solo
sobrevive sino que se multiplica y diluye aún más el tema de la transparencia rusa como
sello distintivo de un régimen democrático; y la iluminación de los ciudadanos ha
progresado muy poco, en gran parte debido a la prevalencia de las voces de interés sobre
las voces de fe.

Con algo de optimismo, el autor subraya el relativo fortalecimiento de las grandes


democracias liberales en Occidente y reafirma las clásicas preocupaciones éticas que hoy
se nos presentan en los cuatro valores fundamentales de la democracia como cultura:
tolerancia, procedimientos pacíficos, gradualidad en el cambio social. y fraternidad
humana.

En el segundo capítulo encontramos una sugerente discusión en torno a uno de los


aspectos más problemáticos de la teoría y la práctica democráticas: la representación o
mediación entre gobernados y poderosos, o votantes y elegidos. Bobbio criticó con
severidad el declive de la representación política pero al mismo tiempo salió en defensa
de la democracia representativa, que es la única que existe, aunque imperfectamente, y
que no se diferencia cualitativamente de la llamada democracia directa. El pensador de
Turín, en cambio, muestra cómo la diferencia entre uno y otro no es una propiedad sino
un grado; hay un ambiente entre ellos que debe enfatizarse ya que ambos son necesarios
pero no suficientes si se adoptan por separado.

También podría gustarte