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HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: SAL Y LUZ PARA TODOS” [Mt. 5:13-20]. Quinto Domingo después de la Epifanía.

Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E13.

HOY, ES QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE LA EPIFANÍA. LA LECTURA ES DEL SANTO EVANGELIO


SEGÚN SAN MATEO 5 [13-20… “A”] [5/II/2023]

“13 Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal
pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
14 Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte
más alta de un cerro y que todos pueden ver. 15 Nadie enciende una lámpara para meterla debajo
de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están
en la casa. 16 De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y
muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a
Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo. 17 No crean que vine a quitar la ley ni a decir que la 1
enseñanza de los profetas ya no vale. Al contrario: vine a darles su verdadero valor. 18 Yo les
aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni siquiera un punto o una coma se quitará de la
ley, hasta que todo se cumpla. 19 Por eso, si alguien no obedece uno solo de los mandatos de Dios,
aun el menos importante, será la persona menos importante en el reino de Dios. Lo mismo le
sucederá al que enseñe a otros a desobedecer. Pero el que obedezca los mandamientos y enseñe
a otros a obedecerlos, será muy importante en el reino de Dios. 20 Yo les aseguro que, si ustedes
no son más obedientes que los fariseos y los maestros de la Ley, nunca entrarán en el reino de
Dios.”

Esta es la Palabra del Señor. [Sal. 112: 1-10; Is. 58: 1-12; I Co. 2: 1- 16; Mt. 5: 13- 20].

“JESÚS: SAL Y LUZ PARA TODOS”.


1. “Jesús: nuestro compromiso de ser sal de la tierra…” La enseñanza del Maestro es intensa y
oportuna según sus objetivos de enseñanza; sus lecciones son apreciadas y aceptadas por cada
generación en el tiempo. El texto señala nuestro personal compromiso con Él, e identificándonos
con su misión redentora, o sea, para que seamos parte de la acción propuesta de acercar a los
hombres al reino de D y hacernos uno con Él en su fin salvador. Sin dudarlo, su propuesta es,
integrarnos a su equipo evangelizador, o sea, conformar el ejército de soldados de su reino, el
más poderoso y siempre vigente de la historia. Su voz es directa, no da lugar sino a comprender
que se refiere a nosotros: USTEDES SON LA SAL… es una comparación con la Sal, mineral vital en
el equilibrio y sostenimiento de la vida humana, estas palabras nos colocan en el escrutinio de
los hombres, no es extraño que muchos llamados a ser sal para el mundo se empeñen en hacer
un trabajo para beneficio propio, siendo indiferentes a la necesidad de los hombres; así muchos
insisten en asuntos meramente terrenales de prosperidad, fama, materialidad, anhelos de
poder, ideologización, enfocados en los poderes de este mundo, etc. Según JUAN CALVINO,
“Cuando incumplimos el compromiso de dar sabor a la tierra, la consecuencia anunciada por
Jesús es terrible en su juicio, porque no queda más que ser pisoteada por los hombres y
desechada…” así, la consecuencia de nuestra negligencia, el descuido de nuestra misión con
Cristo, resulta peligrosa a nuestro propósito de servicio y a la vez se vuelve un agravio al reino de
Cristo. Es importante reconocer que la sal es una sustancia abundante en la tierra, útil y necesaria
para la preservación de la vida, a los alimentos, el paladar de humanos y especies diversas; hay
una faceta triste relacionada con este mineral; cuando el invasor inglés colonizó a la India, utilizó
el chantaje de la sal y prohibió mediante una ley, que los ciudadanos indios, en su propio país,
recolectaran y comercializaran su propia sal; en marzo de 1930 el pueblo, liderado por Mahatma
Gandhi, realizó una marcha de 300 kms. Como protesta pacífica para enfrentar la crueldad de los
invasores y despiadados ingleses y recuperar su derecho de producir y consumir su propio
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: SAL Y LUZ PARA TODOS” [Mt. 5:13-20]. Quinto Domingo después de la Epifanía.
Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E13.

mineral. Estas acciones valientes y decididas tuvieron sus repercusiones positivas; es ejemplar el
hecho que un pueblo luchó valientemente por la recuperación del mineral esencial. Jesús nos
anima también a leudar la tierra con el bien, con nuestras buenas acciones, a dar alegría y
seguridad al prójimo, con sencillez, humildad, y dando honor al que todo lo hace posible. Como
la sal renueva y preserva, elimina residuos tóxicos, estimula nuestro organismo, así la humanidad
nos necesita para darle sentido a la vida, dar sabor a la amargura de realidades extenuantes y
situaciones difíciles para que el sabor del Creador y redentor se haga presente hoy día.
2. “Jesús: nuestro compromiso de ser la Luz para este mundo…” Un segundo compromiso del
reino lo representa la designación de Jesús que seamos la Luz para este mundo; mientras la sal
es una sustancia que se materializa, algo distinto ocurre con este fenómeno maravilloso, la Luz,
ésta resulta difícil de comprenderla en su naturaleza, aunque la percibimos con nuestros sentidos 2
al igual que la sal; el Maestro nos dice: USTEDES SON LA LUZ… se sabe que esta se compone de
ciertas ondas con capacidad de propagarse a inmensas velocidades y desplazarse en una
dirección recta; las palabras de Cristo son indicadoras de lo que debe expresar nuestra vida
cristiana; en la antigüedad, hubo filósofos que se detuvieron a reflexionar sobre el fenómeno, y
para el caso, llegaron a entender que la Luz era algo de lo más cercano a LA VERDAD [Empédocles,
Euclides]. Así como los hombres que buscan conocimiento saben que se aproximan a algo de
mucho valor humano y divino, Jesús con mucha más razón nos comisiona a un compromiso con
este tesoro celestial para iluminar con nuestra conducta y testimonio al mundo que transita en
un ambiente de oscuridad; además nos advierte que somos puestos como ejemplares, vistos por
el mundo, puestos al escrutinio de los de afuera, así que a manera de un padre que aconseja nos
emite este mensaje: “Ustedes tienen que estar siempre listos. Deben ser como los sirvientes
de aquel que va a una fiesta de bodas. Ellos se quedan despiertos con las lámparas encendidas,
pendientes de que su dueño llame a la puerta para abrirle de inmediato…” [Lc. 12:35-38].
Luego, el Apóstol instruye sobre el comportamiento ante los hombres, “Tratamos de hacer todo
bien ante D y ante la gente” [II Co. 8:21]. Hermanos, este evangelio nos convoca, junto a las
huestes cristianas en cada generación y el mundo, para iluminar con su Palabra, para mostrar un
testimonio y conducta ejemplar, ser conductores de su luz, estar cobijados siempre bajo su
magno resplandor. La realidad de este mundo está nublada por las sombras de la guerra, la
enfermedad, corrupción, hambre, ingratitud de los hombres de poder, etc. ser iluminados, es la
respuesta bíblica para muchos que habitan en la oscuridad. El profeta nos recuerda su mensaje:
“Aunque tu gente viva en la oscuridad, verá una gran luz, una luz alumbrará a los que vivan en
las tinieblas” [Is. 9:1]. Hermanos, este llamado es a mostrar nuestras acciones y conductas de
integridad no solo ante D, también ante los hombres, somos convocados a interiorizar su Palabra;
someter nuestros vicios y resaltar las virtudes del Evangelio; nos llama al abandono de nuestra
soberbia y poner de relieve nuestras virtudes, atendiendo la afirmación del apóstol: “…Ustedes
son su pueblo. D mismo los sacó de la oscuridad del pecado y los hizo entrar en su luz
maravillosa. Por eso anuncien las maravillas que D ha hecho” [I Pd. 2:9].
3. “Jesús la importancia de la Ley y del reino de D ...” No es requerido desestimar el pasado, para
hacer prevalecer lo actual, el Evangelio no está enemistado con la Ley, de hecho, ambos deben
ser vistos en sus reflejos, y así el mensaje del reino resulta muy favorecido sabiendo que ambos
proceden del mismo D; la Ley no es mala o defectuosa en su contenido, sino en su interpretación
y en que a lo largo de los siglos el espectro de la religión con sus ordenanzas se fortaleció más
que la justicia y la misericordia; la base de ambos es su amor ilimitado, según lo afirma el apóstol:
“…habiendo advertido su inmensa riqueza en su amor cuyas reservas son incalculables” [Ef.
2:4]. La Ley además es conductora, el vehículo portador del misterio innovador del Evangelio de
Jesucristo y su admirable Gracia; a eso se debe la protección que hace Jesús de su cumplimiento
e importancia de quienes sinceramente observan y practican con rectitud sus ordenanzas. El
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: SAL Y LUZ PARA TODOS” [Mt. 5:13-20]. Quinto Domingo después de la Epifanía.
Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E13.

asunto esencial en Cristo es su demostrable entrega, vida y testimonio de amor para los hijos de
este reino y el mundo; esa demostración y práctica de su mensaje descansa en la operación
inequívoca del Espíritu Santo quien es el impulsor natural de esta vida novedosa para los hijos
de su reino. En su época, como hoy, muchos usaban un lenguaje piadoso, citaban las ordenanzas,
las aplicaban a los más débiles, sin embargo, no se regían por la instrucción de la Ley. Los líderes
y administradores de la religión habían caído en el deterioro moral, malicia y negligencia
extinguiendo la luz a los más débiles, en consecuencia, debilitaron la autoridad de la misma Ley
y sus profetas, propiciando la aniquilación de lo poco que quedaba. Este mismo mensaje sirve de
advertencia y exhortación a quienes oyen su evangelio; propone una medida que supere la
actitud de quienes fingen la fe, utilizan la religión para sus fines egoístas y de una falsa grandeza;
en estos días es notoria la debilidad de la iglesia para ser sazón y portadora de luz; ha habido un 3
interés por ser condescendiente con los valores del mundo, y los métodos e interés por la fama,
materialidad y beneficio propio. Su propósito nunca queda en el vacío, D ha cumplido su promesa
que operaría en el corazón de los hombres, esculpiendo su deseo y voluntad por la obra maestra
del Santo Espíritu, dando valor al vaticinio del profético que dice: “… por eso mi nuevo pacto con
el pueblo será este: Haré que mis enseñanzas las aprendan de memoria, y que sean la guía de
su vida, yo seré su D, y ellos serán mi pueblo. Les juro que así será. Ya no hará falta que unos
sean maestros de otros, y que les enseñen a conocerme, porque todos me conocerán, desde
el más joven hasta el más viejo. Yo les perdonaré todas sus maldades, y nunca más me acordaré
de sus pecados. Les juro que así será” [Jer. 31: 32-34]. Esta gracia inmejorable está dispuesta
para todos, vengan, seamos parte del proyecto de Cristo y su reino: participemos de su sazón y
su apreciada luz.

OREMOS: Líbranos, oh D, de la esclavitud de nuestros pecados, y danos la luz para brillar entre los
hombres, otórganos el sabor que el mundo necesita para que vean la maravilla de tus promesas
abundantes que nos has manifestado en tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo; que vive y reina
contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

…Y QUE EL SEÑOR TE BENDIGA Y TE GUARDE, QUE EL SEÑOR HAGA RESPLANDECER SU ROSTRO


SOBRE TI, Y TE MIRE CON BUENOS OJOS, QUE EL SEÑOR VUELVA HACIA TI SU ROSTRO Y TE
CONCEDA LA PAZ. AMÉN.

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