Está en la página 1de 3

HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: SIMIENTE DE VIDA Y ESPERANZA PARA EL MUNDO” [Mt. 13: 1-9, 18-23]. SEPTIMO DOM.

DESP. DE PENTECOSTÉS. Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E35.

LA LECTURA DE ESTE DÍA, ES DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 11 [16-19, 25-30… “A”]
[16/VII/2023]

“1 Ese mismo día, Jesús salió de la casa donde estaba, fue a la orilla del Lago de Galilea, y allí se sentó para
enseñar. 2 Como mucha gente llegó a escucharlo, tuvo que subir a una barca y sentarse para enseñar desde
allí. La gente permaneció de pie en la playa. 3 Jesús les enseñó muchas cosas por medio de ejemplos y
comparaciones. Les puso esta comparación: 4 Un campesino salió a sembrar trigo. Mientras sembraba,
algunas semillas cayeron en el camino. Poco después vinieron unos pájaros y se las comieron. 5 Otras
semillas cayeron en un terreno con muchas piedras y poca tierra. Allí pronto brotaron plantas de trigo, pues
la tierra era poco profunda. 6 Pero las plantas no vivieron mucho tiempo porque no tenían buenas raíces, y
se quemaron cuando salió el sol. 7 Otras semillas cayeron entre espinos. Cuando los espinos crecieron,
apretaron las espigas de trigo y no las dejaron crecer. 8 Pero otras semillas cayeron en tierra buena y 1
produjeron una cosecha muy buena. En algunos casos, las semillas sembradas produjeron espigas con cien
semillas, otras produjeron espigas con sesenta semillas, y otras produjeron espigas con treinta semillas. 9
¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten mucha atención!... 18 Ahora, pongan atención y les diré lo que
significa el ejemplo del campesino. 19 Hay algunos que escuchan el mensaje del reino de Dios, pero como
no lo entienden, el diablo viene y hace que lo olviden. Éstos son como las semillas que cayeron junto al
camino. 20 Las semillas que cayeron entre piedras representan a los que oyen el mensaje del reino de Dios,
y lo aceptan rápidamente y con gran alegría, 21 pero como no entienden muy bien el mensaje, su alegría
dura muy poco. Cuando tienen problemas, o los maltratan por ser obedientes a Dios, enseguida se olvidan
del mensaje. 22 Luego, están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que
oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas. Sólo piensan en lo que necesitan y en
cómo hacerse ricos. 23 Finalmente, las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que oyen el
mensaje y lo entienden. Éstos sí cambian sus vidas y hacen lo bueno. Son como esas semillas que produjeron
espigas con cien, con sesenta, y hasta con treinta semillas.”

Esta es la Palabra del Señor. [Sal. 65: 9-13; Is. 55:10-13; Ro. 8: 1-11; Mt. 13: 1-9, 18-23].

“JESÚS: SIMIENTE DE VIDA Y ESPERANZA PARA EL MUNDO”


1. “Jesús: compromiso pedagógico e interés en la gente…” El compromiso educativo del Maestro
con la gente es recurrente a lo largo de su obra, en ello expresa su gran responsabilidad e
incansable interacción con cada audiencia; su modelo pedagógico es tan inclusivo que igual
habló para cada individuo incluyendo la niñez y personas en el ocaso de sus días, su efecto fue
tal, que cualquier corazón sediento de D, encuentra apagar su sed y satisface su deseo natural
de comunión con el Creador; su salvación se manifiesta en los enfermos que encuentran su
sanidad y en el moribundo que germina la esperanza inequívoca de la vida eterna; los
quebrantados, los defraudados por el agobio del gobernante y sus pesadas demandas, todos sin
excepción, encontraban la luz de la verdad, el sendero que les ofrecía una salida y respuesta a
su necesidad; hasta sus opositores quedaban atónitos por su luz. Este Jesús, no estaba dispuesto
a racionar su cátedra en lo limitado de las condiciones del hombre, el mundo fue su espacio, el
campo su monitor de imágenes controladas, una barca el podio desde donde dictó su
enseñanza, el viento y oleaje fueron el amplificador de su voz portentosa y penetrante que
persuade el alma de los hombres. Sus largas horas, días enteros de conferencias no evitaba que
sus oyentes permanecieran atentos, de pie, apropiándose de cada verdad aprendida. El poder
de su enseñanza cuyo fruto son valores para la vida, principios indestructibles y poderosos para
guiar las decisiones de su audiencia, no tenía comparación, su efectividad es recordada por el
profeta cuando exclama: “La lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven a subir sin antes
mojar y alimentar la tierra. Así es como brotan las semillas y el trigo que comemos. Eso mismo
ocurre con mi Palabra cuando sale de mis labios: no vuelve a mí, sin antes cumplir mis
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: SIMIENTE DE VIDA Y ESPERANZA PARA EL MUNDO” [Mt. 13: 1-9, 18-23]. SEPTIMO DOM.
DESP. DE PENTECOSTÉS. Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E35.

órdenes, sin antes hacer lo que yo quiero” [Is. 55:10-11]. Las imágenes empleadas verbalizan
esa verdad llegada para guiar el destino del hombre. Su Palabra eterna es simiente interminable,
milagrosa, increíblemente sustentadora de su creación y lista para garantizar la vida a cualquier
escala.
2. “Jesús: la imagen del sembrador y la semilla …”. En las muchas figuras que ofrece la vida,
selecciona una común, muy practicada por el pueblo, dado que se trata de una sociedad
agrícola, cuyo sustento viene de la actividad productora de granos o cereales, esencial para el
sostenimiento de la vida de todos. Habla de 2 actores, el sembrador y la semilla; usa una figura
didáctica de mucho aprecio para la vida, ya que este mundo a pesar del desprecio de muchos,
aún es vital para la sustentabilidad alimentaria de los seres que poblamos al mundo, o sea, el
pan llega a diario a cada mesa por causa de la energía del hombre que labra la tierra y el germen 2
de la semilla que produce alimento en abundancia, gracias a la bondad del D proveedor de la
vida. Reafirmando este principio, el registro del Evangelio declara, “Jesús decía: Yo puedo darles
la vida, pues soy el Pan que da vida… El que cree en mí es como si comiera pan del cielo, y
nunca estará separado de D. yo he bajado del cielo, y puedo hacer que todos los que me oyen
tengan vida eterna…” [Jn. 6: 48-51]. Sus palabras vinculan el alimento con la bondad inequívoca
del buen D y la vida sustentable tanto terrena como eterna; con sobrada razón su enseñanza en
la oración dice: “Danos la comida que necesitamos hoy” [Mt. 6:11] creando comunión,
armonía, dependencia y redención entre el Creador y su criatura. San Agustín, en su obra SOBRE
LA ARMONÍA DE LOS EVANGELIOS (De consensu evangelistarum), ofrece una identificación de
etas imágenes. Dice que: “Cristo es el sembrador y, los diferentes tipos de terreno
mencionados, son como los diversos estados del corazón humano que recibe la Palabra de
Dios. También enfatiza la necesidad de una fe viva y una buena disposición del corazón para
que la Palabra de Dios pueda arraigar y dar fruto en la vida de una persona”. Así hermanos,
dar buen fruto para D se relaciona con la fertilidad del terreno de nuestro corazón; somos
conscientes que la adversidad es capaz de echar a perder la buena semilla y hasta usarla con un
fin distinto; advierte que aparecerán obstáculos contra la efectividad de la fuerza natural de la
simiente; además, el adversario desencadenará fieros ataques contra el desarrollo de la semilla
del Evangelio, intentando ahogar su crecimiento; a la vez declara la superioridad de las buenas
nuevas porque una vez sembrada en buenos corazones es una obra indetenible, su germinación
y crecimiento proveerá energía al grano, resistirá al viento impetuoso, el maltrato de los
adversarios, el azote de los tiempos; este poderoso don del cielo no permitirá que el hombre
fenezca, proveerá sus nutrientes a tiempo, será alimento y vitamina para dar vigencia y sustento
al mundo. Somos convocados a fertilizar nuestros corazones con buena voluntad, con el deseo
vehemente de tener comunión con nuestro creador por su Palabra revelada, de caminar juntos
por el sendero de la verdad manifestada por el Hijo de D. El Apóstol habla con autoridad del
papel de la semilla y el sembrador: “D les ha cambiado su modo de vivir. Es como si Ustedes
hubieren vuelto a nacer, no de padres humanos, que finalmente mueren, sino gracias al
mensaje de D, y es que ese mensaje da vida y nada puede destruirlo. Pues la Escritura dice:
Todo ser humano es como la hierba; y su grandeza es como las flores: la hierba se seca, y las
flores se caen, pero la Palabra del Señor permanece para siempre; y esa Palabra es la buena
semilla que el Señor Jesucristo les ha enseñado.” [I Pd. 1:23-25].
3. “Jesús: esperanza y vida para el mundo…” La importancia de una explicación a sus apóstoles,
no es otra sino exhibir su redención inigualable para el hombre; su viraje dialógico es una
relación de 3 argumentos de descuido de parte del hombre por una acción contundente del D
de la salvación que trae por medio del Evangelio; por un lado están los que descuidan la
importancia de su Palabra, quienes se recrean con una alegría momentánea y quienes descuidan
el aprendizaje a largo plazo y no pagan un precio por el conocimiento que salva, también las
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: SIMIENTE DE VIDA Y ESPERANZA PARA EL MUNDO” [Mt. 13: 1-9, 18-23]. SEPTIMO DOM.
DESP. DE PENTECOSTÉS. Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T4E35.

ilusiones pasajeras operan ilusoriamente y muchos tratan de demostrar el lado errado del
servicio el cual honra al hombre y suplanta el honor del Señor. por el otro lado, D manifiesta su
la vida y esperanza eterna para cada corazón que Él desee redimir. Su gracia y soberanía está
por sobre cualquier rechazo, descuido y oposición del adversario; en otras palabras, D cumplirá
sus propósitos designados en la eternidad y su Palabra ejercerá el poder necesario para honrar
sus promesas, en otras palabras, nada podrá detener la fuerza redentora según lo haya
dispuesto en sus decretos eternos e inalterables. Juan Calvino, teólogo protestante del siglo XVI,
en su obra "Institución de la religión cristiana" y su explicación de la figura del sembrador,
enfatiza la soberanía de Dios en la salvación y destaca que “El éxito o fracaso de la semilla (la
Palabra de Dios) no depende únicamente de la habilidad del sembrador (el predicador o
evangelista), sino de la obra del Espíritu Santo en el corazón del oyente. Además, subraya la 3
importancia de una fe genuina y una respuesta adecuada a la Palabra de Dios”. Esta parábola
nos invita a reflexionar sobre el estado de nuestro corazón y nuestra disposición para recibir la
Palabra de Dios. ¿Estamos abiertos y receptivos a su mensaje? ¿Estamos dispuestos a
profundizar en su significado y permitir que transforme nuestras vidas? Asimismo, recordemos
que el poder de la semilla está en sí misma, en su naturaleza intrínseca de crecer y dar fruto. La
semilla no se queda quieta, sino que se expande multiplicando su potencial. Además, esperemos
siempre algo de su poder o influencia, donde una sola acción de la persona de fe puede
sorprendernos, ya que una pequeña semilla puede dar lugar a una planta o árbol gigantesco con
fruto abundante. D ha dejado previsto el poder de la simiente para que su mundo no perezca.

OREMOS: Poderoso Señor, atiende, en tu bondad, las súplicas de tu pueblo que clama a ti, y
concede que podamos recibir y compartir la vida de tu preciosa simiente cuyo germen es
esperanza redentora para la humanidad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y
el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Y… QUE EL SEÑOR OMNIPOTENTE Y MISERICORDIOSO: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO NOS


BENDIGA Y NOS GUARDE… AMÉN.

También podría gustarte