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TEMARIO ADMINISTRATIVO.

PARTE GENERAL

La invalidez de los actos administrativo.


TEMA Supuestos de nulidad de pleno derecho y anulabilidad.
12 El principio de conservación del acto administrativo.

LA INVALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVO.


 Teoría de la invalidez.
 Sanción de la invalidez:
 Diferencias entre nulidad y anulabilidad.

SUPUESTOS DE NULIDAD DE PLENO DERECHO Y ANULABILIDAD.


 Nulidad:
 Los que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional.
 Los dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la materia o del territorio.
 Los que tengan un contenido imposible.
 Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de ésta.
 Los dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido o de
las normas que contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los órganos
colegiados.
 Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren
facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición.
 Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición de rango de Ley.
 Anulabilidad: Regla general

EL PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO.


→ Convalidación
→ Incomunicación
→ Conservación
→ Conversión

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TEMARIO ADMINISTRATIVO. PARTE GENERAL

LA INVALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVO.


La invalidez es una situación del acto administrativo caracterizada porque faltan o están viciados
algunos de sus elementos. Sólo a partir de la declaración formal administrativa o judicial de
invalidez, cede la “presunción de validez” del acto, y el acto se convierte en inválido e ineficaz.
Unos vicios originan simplemente una nulidad relativa o anulabilidad que cura el transcurso del
tiempo o la subsanación de los defectos, mientras que otros originan la nulidad absoluta o de pleno
derecho, que conduce a la anulación del acto.
La nulidad de pleno derecho produce efecto general erga omnes (frente a todos), por lo que resulta
oponible frente a terceros, y su alegación tiene carácter definitivo e insanable. No es confirmable y es
imprescriptible.
La anulabilidad sume al acto en una situación transitoria en la que su invalidez depende de que
quien esté legitimado pida, y consiga, judicialmente la anulación. Es confirmable y prescribe.
La diferencia más importante es la que se produce en la revisión de oficio:
 La revisión de oficio de actos nulos puede hacerse en cualquier tiempo (la acción de nulidad es
imprescriptible)
 La revisión de los actos anulables declarativos de derechos deben ser recurridos en lesividad en el
plazo de 4 años.
Otras diferencias son:
1. La nulidad tiene carácter automático mientras que la anulabilidad tiene carácter rogado de la
anulabilidad.
2. Solo es posible la convalidación en los actos anulables.
3. La impugnación y la revisión de los actos nulos de pleno derecho puede hacerse en cualquier
tiempo, mientras que la de los actos anulables declarativos de derechos deben ser recurridos en los
plazos establecidos para cada tipo de recurso o revisados en plazo de 4 años.
4. La suspensión de la ejecutividad de los actos nulos de pleno derecho cuando son impugnados es
más fácil.
La Ley 39/2015 establece como regla general la anulabilidad, siendo así la nulidad, la excepción.
Además recoge una serie de “irregularidades no invalidantes”; vicios menores que, como su propio
nombre indica no hacen inválido al acto administrativo.
SUPUESTOS DE NULIDAD DE PLENO DERECHO Y ANULABILIDAD.
LA NULIDAD DE PLENO DERECHO
El acto nulo de pleno derecho es aquél que, por estar afectado de un vicio especialmente grave, no
debe producir efecto alguno y, si lo produce, puede ser anulado en cualquier momento sin que a esa
invalidez pueda oponerse la subsanación del defecto o el transcurso del tiempo. Las infracciones que
determinan la nulidad radical aparecen recogidas en el art.47 LPACAP, y son:
A) Actos que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional. Es la
categoría más cercana a la inexistencia del acto y tiene como objetivo reforzar la protección de los
derechos fundamentales.
B) Actos dictados por órganos manifiestamente incompetentes por razón de la materia y del
territorio.
El TS ha manifestado que la incompetencia material y territorial debe ser palmaria, clara,
evidente, terminante, notoria; es decir:

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- cuando se invade la competencia de otros poderes del Estado (judicial o legislativo)


- cuando se invaden competencias de otro órgano administrativo, siempre y cuando esta
incompetencia aparezca de forma patente, a primera vista, sin necesidad de un esfuerzo dialéctico
o de una interpretación laboriosa.
La incompetencia jerárquica se considera una infracción del ordenamiento jurídico de menor
entidad que provoca que el acto administrativo sea anulable y pueda ser convalidado cuando el
órgano competente sea el superior jerárquico del que dictó el acto.
C) Actos de contenido imposible. Se habla de actos de contenido imposible:
- por falta de sustrato personal (nombramiento como funcionario a una persona fallecida)
- por falta de sustrato material (cuando la ejecución de un acto es material o técnicamente
imposible)
- por falta de sustrato jurídico (revocación de un acto ya anulado)
D) Actos que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de ésta. Debe
tratarse de una conducta tipificada en el CP o en las leyes penales especiales, no bastando que el
hecho pueda constituir solo una infracción administrativa o disciplinaria que pueda cometer la
autoridad o el funcionario con motivo de la emanación de un acto administrativo.
A juicio de RAMÓN PARADA, debe admitirse la competencia de la Administración y los
Tribunales Contencioso-Administrativos para una calificación prejudicial objetiva del presunto
delito como acción típica y antijurídica a los solos efectos de anulación del acto, pero sin por ello
prejuzgar condena, ni condicionar la actuación de los Tribunales penales sobre los elementos
subjetivos del delito.
E) Actos dictados con falta total y absoluta del procedimiento.
El alcance invalidatorio de los vicios de forma la LPACAP reduce al mínimo los efectos
invalidatorios de los vicios de procedimiento, de manera que o en la falta total y absoluta de
procedimiento podríamos encuadrar por ejemplo la adjudicación directa de una plaza de
funcionario vacante cuando corresponde sacarla a concurso o a oposición; o la selección de un
contratista por concierto directo cuando lo procedente era seguir el procedimiento de subasta; o
cuando un procedimiento tramitado para la aprobación de un plan parcial de urbanismo termina
con la modificación de un Plan General so pretexto de que los trámites de uno y otro son
coincidentes. También, en los actos de gravamen sancionadores y arbitrales, la falta de vista y
audiencia del interesado provoca la nulidad.
F) Actos dictados con infracción de las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los
órganos colegiados.
Los órganos colegiados se rigen por sus reglas específicas y a falta de ellas por la normativa
básica establecida en la Ley 40/2015, reglas de las que hay que partir para determinar cuáles son
las que pueden ser consideradas esenciales y cuya falta determina la nulidad.
Para la jurisprudencia son esenciales la convocatoria, siendo nulo el acuerdo tomado sobre una
cuestión no incluida en el orden del día, la composición del órgano, especialmente en los casos en
que es heterogénea, el quórum de asistencia y votación que determina la voluntad del órgano, y
que debe concurrir no solo en la iniciación de esta, sino durante todo el curso de la sesión.
G) Actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento por los que se adquieren facultades o
derechos sin los requisitos esenciales.
El origen de esta causa de nulidad está en una jurisprudencia muy consolidada que negaba validez
a los actos presuntos por silencio administrativo positivo. La ley extiende esa invalidez con la
sanción máxima de la nulidad de pleno derecho, a los actos expresos contrarios al ordenamiento
cuando de ello se deduce que se adquieran facultades o derechos sin los requisitos esenciales para
su adquisición.

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H)Cualesquiera otros que se establezcan expresamente en una disposición legal.


Según la LPACAP, con referencia específica a los supuestos en que se califiquen por ley otros
supuestos de nulidad de pleno derecho, supone que esta categoría puede ser ampliada no sólo a las
leyes estatales, sino también por leyes autonómicas, con lo que será el criterio variable de cada
legislador el que marque la frontera de ahora en adelante entre la nulidad de pleno derecho y la
anulabilidad.
I) La nulidad radical de las disposiciones administrativas. El grado de invalidez aplicable a los
reglamentos es la nulidad de pleno derecho, pues a las causas que determinan la nulidad de pleno
derecho de los actos administrativos se suman los supuestos en que la disposición administrativa
infrinja la CE, las leyes u otras disposiciones de rango superior, las que regulen materias
reservadas a la ley y las que establezcan la retroactividad de disposiciones sancionadoras no
favorables o restrictivas de los derechos individuales; porque aquella invalidez puede dar lugar en
la aplicación del reglamento inválido a una infinita serie de actos administrativos, que serían
asimismo inválidos (comunicación de reglamentos a los actos).
LA ANULIDAD DE PLENO DERECHO.
La Ley 39/2015 regula la anulabilidad en el art.48:
1. Son anulables los actos de la Administración que incurran en cualquier infracción del
ordenamiento jurídico, incluso la desviación de poder.
2. No obstante, el defecto de forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto carezca de los
requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de los
interesados.
3. La realización de actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas sólo
implicará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la naturaleza del término o plazo.
La anulabilidad es la regla general de invalidez de los actos en el ordenamiento jurídico español: los
actos administrativos que incurran en cualquier infracción del ordenamiento jurídico serán anulables,
salvo que incurran en las infracciones más graves (las establecidas en el 47.1) que serán nulos de
pleno derecho. 2 matizaciones:
 Los DEFECTOS DE FORMA de los actos, pueden dar lugar:
- a nulidad, si los vicios son muy graves: “dictados prescindiendo total y absolutamente del
procedimiento legalmente establecido”, que quedan reducidos al cambio de procedimiento y a la
ausencia del trámite de vista y audiencia en los actos de gravamen, sancionadores y arbitrales.
- a irregularidad no invalidante, en caso de los vicios menores.
- a anulabilidad “cuando el acto carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin
o dé lugar a la indefensión de los interesados.”
 El CUMPLIMIENTO DE LOS PLAZOS, que sólo implicará anulabilidad del acto “cuando así lo
imponga la naturaleza del término o plazo”.
El TS exige además que la naturaleza del plazo venga impuesta imperativamente por la norma, y
la notoriedad o prueba formal de la influencia del tiempo en la actuación de que se trate.
Los actos anulables son CONVALIDABLES:
 Por la subsanación de los defectos de los que adolecen.
 Por el transcurso del tiempo para interponer recursos administrativos (adquieren firmeza y se
convierten en “actos firmes o consentidos” o el de revisión de oficio de actos favorables).

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EL PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO.


La LPACAP, congruente con la aplicación restrictiva de la invalidez y la preferencia de la
anulabilidad, trata de reducir al mínimo las consecuencias fatales de la patología de los actos
Administrativos. Nuestro ordenamiento jurídico establece una medida restrictiva de la invalidez para
los actos anulables (la convalidación) y otras tres medidas restrictivas de la invalidez comunes a
actos nulos y anulables (la incomunicación, la conversión y la conservación).
Convalidación: La LPACAP (art. 52) admite la convalidación de los actos anulables subsanando los
vicios de que adolezcan.
Los efectos de la convalidación se producen sólo desde la fecha del acto convalidatorio, a menos que
se den los supuestos de hecho que justifican con carácter general el otorgamiento de eficacia
retroactiva. De la convalidación se excluyen la omisión de informes o propuesta preceptiva, pues si
están previstas para ilustrar la decisión final, no tiene sentido que se produzcan a posteriori.
La convalidación de la incompetencia jerárquica deberá efectuarse por ratificación del órgano
superior, admitiendo el TS la que tiene lugar al desestimar este el recurso de alzada interpuesto
contra el acto administrativo del órgano inferior incompetente.
En la convalidación por la falta de autorizaciones administrativas la jurisprudencia exige que estas se
produzcan a posteriori, y que el otorgamiento por el órgano competente se haga ajustadamente a la
legalidad vigente.
Incomunicación: La incomunicación de la nulidad (art.49 LPACAP) evita los contagios entre las
partes sanas y las viciadas de un acto o de un procedimiento y se admite tanto, de actuación a
actuación dentro de un mismo procedimiento (“la invalidez de un acto no implicará la de los
sucesivos en el procedimiento que sean independientes del primero”), como de elemento a elemento
dentro de un mismo acto administrativo (“la nulidad o anulabilidad en parte del acto administrativo
no implicará la de las partes del mismo independientes de aquella salvo que la parte viciada sea de tal
importancia que sin ella el acto no hubiera sido dictado”).
La consecuencia de la incomunicación de la invalidez es el principio de conservación, que obliga al
órgano que declare la nulidad a la “conservación de aquellos actos y trámites cuyo contenido se
hubiera mantenido igual de no haberse realizado la infracción origen de la nulidad”.
Conversión: La conversión es la técnica por la cual un acto inválido puede producir otros efectos
válidos distintos de los previstos por su autor. Se recoge en el art.50 LPACAP que establece que “los
actos nulos o anulables que, sin embargo, contengan los elementos constitutivos de otro distinto
producirán los efectos de este”.
Exige que el acto converso esté dirigido al mismo fin y cumpla los requisitos de forma y fondo
establecidos para su producción. Por otra parte excluye la conversión cuando el acto administrativo
en que debería convertirse el acto administrativo viciado fuese contra el propósito evidente de la
autoridad que lo dictó, cuando sus efectos jurídicos sean más desfavorables para el interesado que los
del acto administrativo viciado, si los vicios son muy graves, o si implica ejercer una potestad
reglada en forma discrecional.

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