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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL PERÚ

Tarea académica 02

Trabajo que como parte del curso de Derecho Procesal


Administrativo presentan los alumnos:

CHAVEZ INFANTE, Angie Cód. U20209524

MAYURI IDROGO, Anjhelo Mauricio Cód. U20242093

PARRA CHACALIAZA, Flavio Augusto Cód. U20227770

HERNANDEZ FLORES, Anthony Renán Cód. U20218233

Ica, 08 de Noviembre del 2022


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Procedimiento Administrativo Sancionador

1. Introducción

El presente trabajo, logramos encontrar un antes y un después respecto al tema

sancionador administrativo en el ordenamiento administrativo peruano en la LPAG.

Antes de esta norma sólo podíamos encontrar regulaciones sumamente dispersas,

fragmentadas, sectoriales es decir aplicables únicamente a ámbitos específicos de la

actuación administrativa, cuyo común denominador era haber sido diseñadas

exclusivamente desde la perspectiva de los funcionarios públicos con el objeto de

facilitar a las entidades administrativas el ejercicio de dicha potestad, con casi ninguna

preocupación por la búsqueda de la armonía o equilibrio que necesariamente debería

existir con los derechos de los privados que son destinatarios de la actividad

administrativa y menos aún consciencia de los derechos, garantías y principios

constitucionales que han de necesariamente observarse en el ejercicio de la potestad

sancionadora de la administración pública.

Uno de los factores que más influyó en la determinación de incorporar en la

LPAG un Capítulo dedicado a la regulación de la potestad sancionadora y del

procedimiento sancionador lo constituyó el muy importante cambio del rol del Estado

peruano en la economía operado durante la última década del Siglo pasado en el que

mutó su rol tradicional empresarial y protagónico en la economía para desempeñar un

rol esencialmente regulador, lo que trajo consigo un fuerte potenciamiento de las

potestades sancionadoras otorgadas a las entidades de la administración pública para

asegurar el acatamiento de los agentes económicos a los marcos legales sectoriales

dictados en ejercicio de la referida potestad regulatoria del Estado. Dicha situación


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generó la necesidad de establecer en la LPAG un marco legal sistematizador de los

aspectos centrales de la potestad y del procedimiento administrativo sancionador que

establece las reglas y garantías para su correcto ejercicio, de carácter vinculante para

todas las entidades administrativas.

La jurisprudencia constitucional sobre la potestad sancionadora de la

administración que hasta la fecha ha dictado el Tribunal Constitucional peruano ha

tenido como consecuencia la reinterpretación en clave constitucional de las reglas y

principios garantistas que sobre la materia contiene la LPAG. La línea seguida por el

Tribunal Constitucional ha supuesto la concreción de los derechos fundamentales y los

principios constitucionales reguladores de la potestad punitiva del Estado en la

interpretación de los principios y reglas positivizados en el Capítulo regulador de la

potestad y del procedimiento sancionador en la LPAG. De esa manera se potencia

ostensiblemente el rango jurídico de la mayor parte de dichas disposiciones legales

haciendo indisponible su acatamiento por el legislador que ni siquiera mediante la

aprobación de leyes especiales sobre la materia podría apartarse de dichas reglas y

principios de carácter constitucional, lo que es más evidente en el caso de la

administración pública, que está obligada a la aplicación de los referidos principios y

reglas garantistas en la tramitación de los respectivos procedimientos administrativos

sancionadores.

1.1. Definición de Procedimiento Administrativo Sancionador

El procedimiento administrativo sancionador tiene como finalidad general

corregir o depurar a aquellos sujetos de derecho que contravienen las disposiciones

legales en materia administrativa, es decir, permite que se sancione a los administrados

que transgredan normas de índole administrativa o que incurran en conductas

tipificadas, como infracción dentro del sector público, y que tengan de manera expresa
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y como finalidad específica, la imposición de una sanción al administrado. Todo ello

en función que el actuar del sujeto infractor o hecho factico se subsuman a la

descripción general que tiene la norma, amparados en el principio de legalidad.

Se le impone una sanción al administrado, basado en el ius puniendi que tiene

el Estado para aplicar sanciones y logar un normal desenvolvimiento en sociedad; sin

embargo, como lo indican María y Zerpa (2007), ¿qué sucede cuando el Estado excede

sus funciones y hace uso de su facultad de imperium para transgredir el derecho del

administrado y ocasionar así un daño que puede incluso ser irreparable?

En tal caso se encuentran dos posibles situaciones. La primera de ellas parte del

supuesto en el cual la administración, actuando de buena fe, comete un error por

medio del cual se vulnera el derecho del administrado, quien al ser detectado al

momento de la impugnación del que vio vulnerado su derecho, es resuelto y asunto

arreglado; no obstante, se puede ver también que existen casos en los cuales la

administración pública vulnera de manera consciente el derecho del administrado, ante

lo cual se parte del desagradable supuesto de que se está ante un acto doloso de la

administración o, en el peor de los casos, ante un acto de corrupción.

2. Principios del Procedimiento Administrativo Sancionador

Ahora que se han establecido los conceptos pertinentes a efectos de

comprender a cabalidad sobre el procedimiento sancionador, resulta menester

presentar cuáles son los principios que este mismo ostenta. Se enmarcan en el artículo

248 del TUO de la Ley 27444, a continuación, se detallarán y explicarán cada uno de

estos:

2.1 Legalidad:

"Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la potestad

sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias


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administrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un

administrado, las que en ningún caso habilitarán a disponer la privación de

libertad."

Entendemos que las entidades administrativas deben actuar acorde a las

facultades para las cuales fueron concebidas, no excediéndose de sus funciones, pues

de lo contrario incurrirían en arbitrariedad. Ahora bien, sucede lo mismo ante un

procedimiento sancionador, pues se les faculta a las instituciones estatales a través de

una norma con fuerza de ley con la única finalidad de sancionar a los administrados

ante ciertas infracciones cometidas, sin embargo, no podrán privarles de la libertad a

los mismos, ya que no es de su competencia imponer dicha opresión.

2.2 Debido Procedimiento:

"No se pueden imponer sanciones sin que se haya tramitado el procedimiento

respectivo, respetando las garantías del debido procedimiento. Los

procedimientos que regulen el ejercicio de la potestad sancionadora deben

establecer la debida separación entre la fase instructora y la sancionadora,

encomendándolas a autoridades distintas."

De ella inferimos que, en primera medida, se deben acatar los procedimientos

respectivos previo a la imposición de una sanción, ello con el objetivo de garantizar y

respetar el derecho al debido procedimiento de los administrados. Se da inicio al

procedimiento sancionador con la fase instructiva, la misma que culmina una vez

emitida y notificada el informe en tanto que indique o se corrobore la existencia de

una infracción o falta del servidor o administrador. Posterior a ello, se ejecuta la

sanción respectiva, todo ello deberá cumplirse ante las autoridades competentes.

2.3 Razonabilidad:
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"Las autoridades deben prever que la comisión de la conducta sancionable

no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir las normas

infringidas o asumir la sanción. Sin embargo, las sanciones a ser aplicadas

debenser proporcionales al incumplimiento calificado como infracción,

observando los siguientes criterios que se señalan a efectos de su

graduación.

a) El beneficio ilícito resultante por la comisión de la infracción;

b) La probabilidad de detección de la infracción;

c) La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;

d) El perjuicio económico causado;

e) La reincidencia, por la comisión de la misma infracción dentro del plazo

de un (1) año desde que quedó firme la resolución que sancionó la

primera infracción.

f) Las circunstancias de la comisión de la infracción; y

g) La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor."

De manera breve podemos concluir señalando que el principio de la

razonabilidad se encuentra sujeto al principio de la proporcionalidad, pues se debe

prever "los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que

respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción del cometido estatal". Así

mismo, se deben tomar en cuenta ciertos criterios como por ejemplo la gravedad de la

infracción; evaluar si existió un menoscabo pecuniario; verificar si el sujeto es

reincidente o no, entre otros.

2.4. Tipicidad:
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"Solo constituyen conductas sancionables administrativamente las

infracciones previstas expresamente en normas con rango de ley mediante

su tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía.

Las disposiciones reglamentarias de desarrollo pueden especificar o

graduar aquellas dirigidas a identificar las conductas o determinar

sanciones, sin constituir nuevas conductas sancionables a las previstas

legalmente, salvo los casos en que la ley o Decreto Legislativo permita

tipificar infracciones por norma reglamentaria.

A través de la tipificación de infracciones no se puede imponer a los

administrados el cumplimiento de obligaciones que no estén previstas

previamente en una norma legal o reglamentaria, según corresponda.

En la configuración de los regímenes sancionadores se evita la tipificación

de infracciones con idéntico supuesto de hecho e idéntico fundamento

respecto de aquellos delitos o faltas ya establecidos en las leyes penales o

respecto de aquellas infracciones ya tipificadas en otras normas

administrativas sancionadoras".

Este principio guarda cierto grado de relación con el principio de legalidad,

pues la sanción que se le imponen a los administrados debe encontrarse expresamente

dentro de una norma, siendo tipificado tanto la infracción cometida como la sanción o

penalidad correspondiente. En esa misma línea, el Tribunal Constitución, se pronuncia

sobre ello y considera a la tipicidad como "[...] una de las manifestaciones del

principio de legalidad respecto de los límites que se imponen al legislador penal o

administrativo, a efectos de que las prohibiciones estén redactadas con un nivel de

precisión suficiente que permita a cualquier ciudadano de formación básica,


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comprender sin dificultad lo que se está proscribiendo bajo amenaza de sanción en una

determinada disposición legal."

En pocas palabras, se refiere a que la tipicidad de las sanciones se encuentre

redactado lo más sencillo posible para que sea comprendido hacia la ciudadanía.

2.5 Irretroactividad:

"Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en el momento de

incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las

posteriores le sean más favorables. Las disposiciones sancionadoras

producen efecto retroactivo en cuanto favorecen al presunto infractor o al

infractor, tanto en lo referido a la tipificación de la infracción como a la

sanción y a sus plazos de prescripción, incluso respecto de las sanciones en

ejecución al entrar en vigor la nueva disposición".

Todas las normas ostentan de un carácter irretroactividad, esto quiere decir que

no podrán surtir efectos una vez que se encuentren derogados, dicha regla aplica

también para las normas administrativas sancionadoras. No obstante, como en todo

juego existe una excepción a la misma regla, y sucede lo mismo en el ámbito legal,

pues únicamente serán retroactivas las normas que sean favorables al administrado

infractor máxime cuando se trate de normas que recién entran en vigor, estas también

podrán ser aplicadas al infractor siempre que resulten más conveniente, de no ser así,

pues se cometería la arbitrariedad administrativa.

2.6 Concurso De Infracciones:

"Cuando una misma conducta califique como más de una infracción se

aplicará la sanción prevista para la infracción de mayor gravedad, sin

perjuicio que puedan exigirse las demás responsabilidades que establezcan

las leyes."
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En el ámbito penal se considera a este principio como concurso ideal de

delitos, misma que tiene total semejanza con el presente principio, ya que de una sola

acción se desencadenan diversos ilícitos. Sucede lo mismo en el ámbito

administrativo, una sola infracción supone la comisión de diversas transgresiones, sin

embargo, será aplicable la sanción que padezca de mayor gravedad conforme lo

establecido en el ordenamiento jurídico.

2.7 Continuación De Infracciones:

"Para determinar la procedencia de la imposición de sanciones por

infracciones en las que el administrado incurra en forma continua, se

requiere que hayan transcurrido por lo menos treinta (30) días hábiles

desde la fecha de la imposición de la última sanción y que se acredite haber

solicitado al administrado que demuestre haber cesado la infracción dentro

de dicho plazo. Las entidades, bajo sanción de nulidad, no podrán atribuir

el supuesto de continuidad y/o la imposición de la sanción respectiva, en los

siguientes casos:

a) Cuando se encuentre en trámite un recurso administrativo interpuesto

dentro del plazo contra el acto administrativo mediante el cual se impuso la

última sanción administrativa.

b) Cuando el recurso administrativo interpuesto no hubiera recaído en acto

administrativo firme.

c) Cuando la conducta que determinó la imposición de la sanción

administrativa original haya perdido el carácter de infracción

administrativa por modificación en el ordenamiento, sin perjuicio de la

aplicación de principio de irretroactividad a que se refiere el inciso 5."


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Cuando se dice infracciones continuas esta alude a cuando el administrado o

infractor civil haya cometido una conducta indebida reiteradas veces, sin embargo,

deberá tener un espacio de tiempo no mayor de 30 días para que se consuma la figura.

2.8 Causalidad:

"La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omisiva o

activa constitutiva de infracción sancionable."

Esta alude a que se debe declarar la culpabilidad o infracción a aquel sujeto o

autoridad administrativa que bien haya cometido el ilícito o haya dejado de hacer,

como, por ejemplo, no expedir un acto administrativo; deberá ser posible evidenciar la

existencia de una causa-efecto en relación con el hecho acontecido, así como también

deberá ser pertinente para ocasionar una lesión. La responsabilidad será únicamente

imputada a dicho infractor.

2.9 Presunción De Licitud:

"Las entidades deben presumir que los administrados han actuado

apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en contrario."

Todas las entidades se encuentran obligadas a acatar la presunción de licitud

hasta que no se demuestre lo contrario, es decir una presunción iuris et de iure. Este

principio es derivado del principio de inocencia el cual se regula en el artículo 2, inc.

24 del CPP. Dicho de otra forma, todo infractor será presumido como inocente hasta

que no se demuestre lo contrario, es decir, su culpabilidad a través de medios de cargo.

2.10 Culpabilidad:

"La responsabilidad administrativa es subjetiva, salvo los casos en que

por ley o decreto legislativo se disponga la responsabilidad administrativa

objetiva."
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"Previo a la modificación de la Ley 27444 solo existía la responsabilidad

meramente objetiva, es decir, se exige la culpabilidad como un principio de

personalidad de las infracciones y la responsabilidad por el hecho". (Ministerio de

Justicia y Derechos Humanos, 2017, p.27). Posterior a la modificación, se admite al

dolo y a la culpa a manera de responsabilidad subjetiva lo cual constituye un

instrumento indispensable para la atribución de una infracción administrativa.

2.11 Non Bis In Idem:

"No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una pena y una

sanción administrativa por el mismo hecho en los casos en que se aprecie

la identidad del sujeto, hecho y fundamento. Dicha prohibición se extiende

también a las sanciones administrativas, salvo la concurrencia del

supuesto de continuación de infracciones a que se refiere el inciso 7."

Ante este principio se infiere que ninguna persona puede ser juzgado o

sancionado dos veces por el mismo hecho, pues es considerada como antijuridica. Esta

se regula en diversos documentos legales, tales como la CPP (Art. 139.3) , en el

ámbito internacional se regula dentro del Pacto Internacional de Derechos Civiles y

Políticos (Art. 14.7) como en la Convención Americana de Derechos Humanos

(Artículo 8.4).

Ahora bien, siguiendo el plano administrativo, se advierte que ningún infractor

podrá ser sancionado dos veces por el mismo hecho, pues esto configuraría una

vulneración a su derecho fundamental, por lo tanto, será subsumible siempre que se

presente la identidad del sujeto, hecho y fundamento. (Ministerio de Justicia y

Derechos Humanos, 2017, p.31).

3. Determinación de la Responsabilidad y Prescripción del Procedimiento

Administrativo Sancionador
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3.1. Determinación de la Responsabilidad

La Responsabilidad dentro del marco Procedimental Administrativo

Sancionador es una de las causales que se tiene que llegar a determinar para que exista

de manera posterior una sanción administrativa. Para ello, podemos definir a la

Responsabilidad como aquella consecuencia de las acciones u omisiones imputables a

los agente públicos, incurridas en el ejercicios de sus funciones, que infraccionan

algún precepto que guía su gestión1.

La determinación de la Responsabilidad dentro de un Proceso Administrativo

Sancionador puede darse de tres tipos, responsabilidad administrativa funcional,

responsabilidad civil y responsabilidad penal.

Asimismo, se puede advertir que según la novena disposición final de la Ley

N° 27785 – Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General

de la República, define las responsabilidades administrativas, funcional, civil y penal,

de la siguiente forma:

3.1.1. Responsabilidad Administrativa Funcional

Es aquella en la que incurren los servidores y funcionarios por

haber contravenido el ordenamiento jurídico administrativo y las normas

internas de la entidad a la que pertenecen, se encuentre vigente o

extinguido el vínculo laboral o contractual al momento de su

identificación durante el desarrollo de la acción de control. Incurren

también en responsabilidad administrativa funcional los servidores y

funcionarios públicos que, en el ejercicio de sus funciones, desarrollaron

una gestión deficiente.

1
Responsabilidad. Procedimiento Administrativo Sancionador. Contraloría General de la República. Recuperado
de:https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/1661406/Procedimiento%20Administrativo%20Sancionador
%20%E2%80%93%20PAS.pdf
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3.1.2. Responsabilidad Civil

Es aquella en la que incurren los servidores y funcionarios

públicos, que, por su acción u omisión, en el ejercicio de sus funciones

hayan ocasionado un daño económico a su Entidad o al Estado,

incumpliendo sus funciones, por dolo o culpa. La obligación del

resarcimiento es de carácter contractual y solidaria, y la acción

correspondiente prescribe a los diez (10) años de ocurridos los hechos

que generan el daño económico.

3.1.3. Responsabilidad Penal

Es aquella en la que incurren los servidores y funcionarios

públicos, que en ejercicio de sus funciones han efectuado un acto u

omisión tipificado como delito.

3.2 Determinación de la Responsabilidad según el Artículo 251° de la

Ley de Procedimiento Administrativo

(…) Las sanciones administrativas que se impongan al administrado

son compatibles con el dictado de medidas correctivas conducentes a ordenar la

reposición o la reparación de la situación alterada por la infracción a su estado

anterior, incluyendo la de los bienes afectados, así como con la indemnización por

los daños y perjuicios ocasionados, las que son determinadas en el proceso judicial

correspondiente. Las medidas correctivas deben estar previamente tipifi cadas, ser

razonables y ajustarse a la intensidad, proporcionalidad y necesidades de los

bienes jurídicos tutelados que se pretenden garantizar en cada supuesto concreto.

Cuando el cumplimiento de las obligaciones previstas en una

disposición legal corresponda a varias personas conjuntamente, responderán en


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forma solidaria de las infracciones que, en su caso, se cometan, y de las sanciones

que se impongan (…)2.

3.3 Prescripción del Procedimiento Administrativo Sancionador

(…) La facultad de la autoridad para determinar la existencia de

infracciones administrativas prescribe en el plazo que establezcan las leyes

especiales, sin perjuicio del cómputo de los plazos de prescripción respecto de

las demás obligaciones que se deriven de los efectos de la comisión de la

infracción. En caso ello no hubiera sido determinado, dicha facultad de la

autoridad prescribirá a los cuatro (4) años.

EI cómputo del plazo de prescripción de la facultad para determinar la

existencia de infracciones comenzará a partir del día en que la infracción se

hubiera cometido en el caso de las infracciones instantáneas o infracciones

instantáneas de efectos permanentes, desde el día que se realizó la última

acción constitutiva de la infracción en el caso de infracciones continuadas, o

desde el día en que la acción cesó en el caso de las infracciones permanentes.

EI cómputo del plazo de prescripción sólo se suspende con la iniciación del

procedimiento sancionador a través de la notificación al administrado de los

hechos constitutivos de infracción que les sean imputados a título de cargo, de

acuerdo a lo establecido en el artículo 255, inciso 3. Dicho cómputo deberá

reanudarse inmediatamente si el trámite del procedimiento sancionador se

mantuviera paralizado por más de veinticinco (25) días hábiles, por causa no

imputable al administrado.

La autoridad declara de oficio la prescripción y da por concluido el

procedimiento cuando advierta que se ha cumplido el plazo para determinar la

existencia de infracciones. Asimismo, los administrados pueden plantear la


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Artículo 251° de la Ley Orgánica del Procedimiento Administrativo.
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prescripción por vía de defensa y la autoridad debe resolverla sin más trámite

que la constatación de los plazos. En caso se declare la prescripción, la

autoridad podrá iniciar las acciones necesarias para determinar las causas y

responsabilidades de la inacción administrativa, solo cuando se advierta que

se hayan producido situaciones de negligencia (…)3.

4. Caducidad a Corde a los Procesos Administrativos Sancionadores

La caducidad es una figura relativamente nueva en el procedimiento

sancionador peruano. Su incorporación en la Ley del Procedimiento Administrativo

General se produjo con las modificaciones realizadas por el Decreto Legislativo N°

1272 a fines del año 2016. Su regulación no está libre de vacíos (pese al poco tiempo

de vigencia, fue modificada en el año 2018) y ha sido objeto de diversas

interpretaciones por parte de las diversas entidades de la administración.

La caducidad del procedimiento sancionador ha sido recientemente regulada en

nuestro ordenamiento jurídico e incorporada de forma general en la Ley del

Procedimiento Administrativo General (LPAG), a raíz de las modificaciones

introducidas por el Decreto Legislativo N° 1272 a fines del año 2016. En pocas

palabras, la caducidad implica someter al procedimiento sancionador a un plazo fatal

que, luego de transcurrido sin que se haya expedido resolución final, provoca el

archivo del procedimiento. La razón de su incorporación se encuentra en que muchos

procedimientos sancionadores se extendían por demasiado tiempo, cargando al

ciudadano imputado con ese “pesar” por meses e incluso años. Por ello, se ha visto la

necesidad de encauzar los procedimientos sancionadores dentro de un plazo

razonable1 (conforme lo exige, además, el principio del debido procedimiento),

3
Artículo 251° de la Ley Orgánica del Procedimiento Administrativo.
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otorgando seguridad a los ciudadanos e impulsando la eficacia en la actuación de los

poderes públicos

4.1. Fundamento de la caducidad

La caducidad se materializa en una regla según la cual el procedimiento

administrativo sancionador se archiva cuando ha transcurrido determinado lapso desde

que se inició el procedimiento sin que el mismo haya culminado en primera instancia,

con la notificación del respectivo acto administrativo. En ese sentido, la caducidad

tiene como objeto fijar un límite (temporal) a la potestad sancionadora del Estado.

Siendo así, la regla de la caducidad (como todas las reglas que se manifiestan en el

Derecho administrativo) puede ser vista desde dos ópticas. Primero, de cara al

ciudadano, es una garantía que le permite saber de antemano cuánto durará el

procedimiento sancionador al que se encuentra sometido. Segundo, de cara a la

administración, la caducidad es una carga que se le impone para instruir y resolver en

un lapso determinado de tiempo, de manera que utilice sus recursos adecuada y

eficientemente.

La seguridad jurídica como principio que fundamenta la regla de caducidad no

debería dejar lugar a dudas. Es más que evidente que el ciudadano debe saber el

tiempo al que estará sometido a la potestad sancionadora de la administración. Ello le

permitirá prever, por ejemplo, cuánto gastará en asesoría por dicho procedimiento,

cuándo podría quedar sujeto al pago de una multa, cuándo podría quedar sujeto al

cumplimiento de una medida correctiva, entre otros.

4.2. La regulación de la caducidad en la Ley del Procedimiento

Administrativo General

Como indiqué al inicio, la caducidad ha sido regulada por primera vez en

nuestro ordenamiento jurídico con la reforma producida a raíz del Decreto Legislativo
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N° 1272. Luego de ello, la regulación de la figura ha sufrido modificaciones con el

Decreto Legislativo N° 1452. A la fecha, el artículo 259 del TUO de la LPAG,

aprobado por Decreto Supremo N° 004-2019-JUS, regula la caducidad en los

siguientes términos:

Artículo 259.- Caducidad administrativa del procedimiento sancionador

1. El plazo para resolver los procedimientos sancionadores iniciados de oficio

es de nueve (9) meses contados desde la fecha de notificación de la imputación de

cargos. Este plazo puede ser ampliado de manera excepcional, como máximo por tres

(3) meses, debiendo el órgano competente emitir una resolución debidamente

sustentada, justificando la ampliación del plazo, previo a su vencimiento. La

caducidad administrativa no aplica al procedimiento recursivo. Cuando conforme a ley

las entidades cuenten con un plazo mayor para resolver la caducidad operará al

vencimiento de este.

2. Transcurrido el plazo máximo para resolver, sin que se notifique la

resolución respectiva, se entiende automáticamente caducado administrativamente el

procedimiento y se procederá a su archivo.

3. La caducidad administrativa es declarada de oficio por el órgano

competente. El administrado se encuentra facultado para solicitar la caducidad

administrativa del procedimiento en caso el órgano competente no la haya declarado

de oficio.

4. En el supuesto que la infracción no hubiera prescrito, el órgano competente

evaluará el inicio de un nuevo procedimiento sancionador. El procedimiento caducado

administrativamente no interrumpe la prescripción.

5. La declaración de la caducidad administrativa no deja sin efecto las

actuaciones de fiscalización, así como los medios probatorios que no puedan o no


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resulte necesario ser actuados nuevamente. Asimismo, las medidas preventivas,

correctivas y cautelares dictadas se mantienen vigentes durante el plazo de tres (3)

meses adicionales en tanto se disponga el inicio del nuevo procedimiento sancionador,

luego de lo cual caducan, pudiéndose disponer nuevas medidas de la misma naturaleza

en caso se inicie el procedimiento sancionador.

Del texto citado se desprende toda la regulación de la caducidad en materia

administrativa en el Perú. Para empezar, la norma fija un plazo de caducidad de nueve

meses, con la posibilidad excepcional de ser ampliado como máximo por tres meses

adicionales, pero mediando para ello una resolución debidamente sustentada. Cabe

destacar que este es un plazo que opera por defecto, ante la ausencia de una norma

especial que prevea un plazo diferente.

4.3. ¿Puede iniciarse un nuevo procedimiento luego de la caducidad?

Como he señalado previamente, la norma permite que, luego de la caducidad, el

órgano competente evalúe si amerita el inicio de un nuevo procedimiento. Vale notar

que la norma no obliga a la Administración a iniciar un nuevo procedimiento. De ello

se deduce que la norma se aparta del llamado principio de oficialidad y otorga un

margen de discrecionalidad a la autoridad para evaluar si corresponde o no iniciar un

nuevo procedimiento.

4.4. Medidas de Carácter Provisional

La Ley 27.444, del procedimiento administrativo general, regula las medidas

cautelares en su art. 146, en el que se prevé que una vez iniciado el procedimiento

administrativo, «la autoridad competente mediante decisión motivada y con elementos

de juicio suficientes puede adoptar, provisoriamente bajo su responsabilidad, las

medidas cautelares establecidas en esta Ley u otras disposiciones jurídicas aplicables,

mediante decisión fundamentada, si hubiera posibilidad de que sin su adopción se


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arriesga la eficacia de la resolución a emitir». Nos encontramos ante una regulación

muy similar a la recogida en el art. 72.1 LPC en cuanto al sentido y finalidad de esta

potestad. 

4.5. Singularidad de las medidas provisionales del procedimiento

administrativo frente a las medidas cautelares del proceso judicial

Se afirma con cierta frecuencia que las medidas provisionales son una

manifestación de la tutela cautelar en el procedimiento administrativo. Esa convicción

se refleja incluso en la denominación que reciben en la Ley peruana 27.444, que alude

a ellas con el nombre de «medidas cautelares». Pero conviene hacer desde el comienzo

algunas precisiones sobre esa afirmación, pues en el fondo de la misma subyace una

equiparación poco meditada entre las medidas cautelares del proceso judicial y las

medidas provisionales en el procedimiento administrativo.

4.6. El procedimiento administrativo sancionador

El procedimiento administrativo sancionador en diferentes doctrinas ha sido

mencionado como parte del ius puniendi del Estado para proteger el interés público.

Según la Guía práctica sobre el procedimiento administrativo sancionador del

Ministerio de Justicia nos menciona que es el conjunto de actos de la administración

pública para determinar la existencia de responsabilidades administrativas, es decir de

la presunta comisión de una infracción.

Cabe mencionar que la administración pública para concretar una sanción

necesita, por principio de legalidad, que se le atribuya esta potestad a través de la

normativa, como lo exige el ordenamiento jurídico para otorgar garantías al

administrado.
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En ese sentido podríamos decir que los criterios aplicados por una entidad

como Indecopi son propias de esta institución y diferentes de los criterios aplicados

por Osiptel. En principio las diferencias nos remiten a los requisitos de validez del

acto administrativo, ya que por materia una institución no tendrá competencia sobre

las atribuciones de la otra.

4.7. Medidas Correctivas

Las medidas correctivas, al igual que las sanciones tienen que estar señaladas

previamente, en estricto cumplimiento del principio de legalidad establecido en el

inciso 1.1 del artículo IV de los principios del procedimiento administrativo y el inciso

1 del artículo 230 de la misma norma. En ese sentido, al momento de determinar la

responsabilidad del particular, como lo señala el artículo 232.1 del TUO de la Ley

27444:

Las sanciones que le impongan al administrado son compatibles con el dictado

de medidas correctivas conducentes a ordenar la reposición o reparación de la

situación alterada por la infracción a su estado anterior incluyendo la de los bienes

afectados, así como con la indemnización por los daños y perjuicios ocasionados, las

que son determinadas en el proceso judicial correspondiente. Las medidas correctivas

deben estar previamente tipificadas, ser razonables y ajustarse a la intensidad,

proporcionalidad y necesidades de los bienes jurídicos tutelados que se pretenden

garantizar en cada supuesto concreto.


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5. Conclusiones

(1)

(2) Se concluye mencionando que existen once principios del procedimiento administrativo

sancionador, cuyo objetivo versa en la protección de los derechos fundamentales de los

administrados infractores a efectos de eludir que se les atribuya una sanción arbitraria o que

exista un abuso de poder por parte de los funcionarios administrativos.

(3) La Responsabilidad dentro del marco Procedimental Administrativo Sancionador es una

de las causales que se tiene que llegar a determinar para que exista de manera posterior una

sanción administrativa. Para ello, podemos definir a la Responsabilidad como aquella

consecuencia de las acciones u omisiones imputables a los agentes públicos, incurridas en el

ejercicio de sus funciones, que infraccionan algún precepto que guía su gestión. Asimismo, la

Prescripción del Procedimiento Administrativo Sancionador se da transcurridos los cuatro

(04) años.

(4) La caducidad del procedimiento sancionador constituye una figura relativamente nueva en

nuestro Derecho administrativo. Sin embargo, en el poco tiempo de vida que tiene ha forzado

a la administración pública a interpretar de distintas formas la norma que la regula, no solo

para delimitar sus alcances, sino también para cubrir determinados vacíos.
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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

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