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Nº
1601/2021.
VISTO:
RESULTA:
I) Con fecha 15/3/21 se presenta la Dra. María Elisa Molinari en su carácter de apoderada de
Felicitas Godoy e inicia esta acción de amparo contra la Administración Nacional de la Seguridad
Social (ANSES) con el objeto de que se le reconozca a la joven el derecho a la rehabilitación de
los beneficios de pensión por fallecimiento de sus progenitores y sean otorgadas hasta los 21
años, y en caso de acreditar prosecución de estudios o capacitación en arte u oficio se extienda
hasta la edad de 25 años.
Al relatar los hechos señala que los padres de la peticionante fallecieron en un accidente
automovilístico y que quedó bajo la tutela de sus abuelos paternos, tramitando estos últimos las
correspondientes prestaciones ante ANSES Udai Ayacucho.
Indica que comenzó a percibir un beneficio de pensión directa por fallecimiento de su madre,
Patricia Aldana Pierani -14-5-9318331-1-9- y también el beneficio de pensión directa por
fallecimiento de su padre Leonel Godoy - 15-5-9461652-1-.
Explica que “a sabiendaS” de que los beneficios previsionales serían dados de baja al cumplir la
mayoría de edad, peticionó a la administración su extensión.
Da cuenta que el trámite fue denegado con el fundamento del límite de edad -18 años- dispuesto
por el art. 53 de la ley 24.241.
Expone que su representada tiene una hermana menor de edad, Paulina Godoy —de quien su
abuelo es tutor-, quien acreció los beneficios que coparticipaban, pasando la nombrada el 70% del
haber de los causantes y que ello significó una reducción del ingreso mensual en la economía del
hogar de un 20% por cada beneficio caduco, porque como bien lo calculó y reconoció ANSES
corresponde el pago de 90% del haber del causante repartido entre las dos copartícipes existentes
en el beneficio en cuestión en condición de hijas menores del mismo y al quedar un solo
beneficiario se recalcula la prestación en un 70% del haber del causante.
Declara que subsiste únicamente con ayuda de sus abuelos y lo que percibe su hermana, que no
tiene más ingresos que los señalados y que a pesar de su mayoría de edad, sigue siendo
vulnerable ante la pérdida de sus progenitores por carecer de independencia económica..
Explica la letrada que lo preocupante para Felicitas es la edad avanzada de sus abuelos y que
ante la falta de ellos, carezca de la cobertura de una obra social.
Entiende que la vía elegida es la correcta para arribar a una sentencia en el corto plazo que le
garantice el otorgamiento de los beneficios pretendidos considerando que están en juego derechos
de carácter alimentario que no admiten una extensa demora.
Considera que si bien el límite proviene de una ley, dicha norma debe armonizarse en conjunto con
el ordenamiento jurídico actual, tales como la Convención sobre los Derechos del Niño, o la ley
26.061 que creó el Sistema Integral de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes, y el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación que adopta la doctrina de la
protección integral.
En esa línea —dice la Dra Molinari-, la ley 26.579 al establecer la mayoría de edad a los dieciocho
años, agrega una excepción, disponiendo que en materia de previsión y seguridad social, los
beneficios se extenderán hasta los veintiún años, salvo que las leyes vigentes establezcan una
distinta.
Asimismo, dice la letrada, el artículo 3 de esa ley amplió hasta los veintiún años la obligación
alimentaria de los padres hacia los hijos, lo cual fue receptado por el art. 658 del Código Civil.
De ello deduce que, si existe la obligación de los progenitores de prestar alimentos hasta esa
edad, parece lógico suponer que el derecho a pensión —que también posee naturaleza
alimentaria, generado por el fallecimiento de los padres, también pueda extenderse hasta ese
límite temporal.
Manifiesta que los beneficios se constituyen de primera necesidad para la continuidad de sus
estudios terciarios que era voluntad de sus padres fallecidos y de su abuelo, su único sostén
económico y requiere que el beneficio de pensión se extienda hasta la edad de 25 años,
comprometiéndose a acreditar en forma fehaciente ante el ente previsional su carácter de
alumna regular y que su estudio o preparación profesional le impide sostenerse
independientemente. Ofrece prueba, funda en derecho.
Reclama se liquiden las diferencias debidas con más sus intereses a la tasa activa, por la parte
proporcional que las beneficiarias dejaron de percibir desde la fecha de baja de los beneficios
hasta su efectiva rehabilitación y puesta al pago, teniendo en cuenta que corresponde el pago del
90% del haber del causante repartido entre las dos copartícipes existentes en los beneficios en
cuestión, en condición de hijas menores de edad, absteniéndose ANSES de aplicar cargo en los
beneficios percibidos por la hermana menor Paulina Godoy D.N.I. N° 48.427.576.
II) El 16/3/21 toma intervención el Fiscal Federal Dr. Juan Pablo Curi en los términos del art. 41 de
la ley 24.946.
III) El 19/3/21 se da traslado previsto el art. 8 de la ley 16.986 mediante envío DEO N° 1972970.
Efectúa una serie de negativas y entrando en el fondo de la cuestión, discute la vía procesal
elegida argumentando que existen otros medios procesales y que la acción de amparo debe ser
reservada para las delicadas y extremas situaciones en las que por falta de otros medios legales
peligra la salvaguarda de derechos fundamentales.
Por otro lado indica que la actora resulta excluida de la enumeración taxativa del artículo 53 de la
Ley 24.241 respecto de las personas que tienen derecho a la pensión por fallecimiento.
En cuanto al reclamo de que se abone diferencia que se suscita por la acreencia del beneficio
pensionario de su hermana, la Dra. Cellillo cuestiona la solvencia económica de la joven Godoy
alegando que no se encuentra desamparada por estar bajo la tutela de su abuelo y agrega que se
podría deducir su afiliación a dos obras sociales.
Ofrece prueba y solicita el rechazo de la demanda, con costas a la contraria.
Expone que el informe producido por la contraria se limita exclusivamente a objetar la vía procesal
en la que tramita la pretensión.
Agrega que hay un error de la demandada en su responde, que provocan que el informe carezca
de validez jurídica, aclara que la
CONSIDERANDO:
Entiende la parte actora que posee derecho a la prestación previsional que solicita pues, si bien
reconoce que el beneficio establecido en el art. 53 de la ley 24.241 prevé que el mismo se
extiende hasta los dieciocho años en el caso de los hijos, no es menos cierto que conforme la ley
26.579 -mediante la cual se redujo de veintiuno a dieciocho los años para alcanzar la mayoría de
edad-, exceptúa de ese límite en materia de previsión y seguridad social, manteniéndolo en los
veintiún años.
Destaca que no resulta equitativo un trato diferenciado en cuanto a la protección económica de las
personas entre 18 y 21 años, según cuenten con sus padres vivos o no.
De su lado, la apoderada de ANSES se apega a la literalidad del texto del artículo 53 de la ley
24.241 —tal como lo hiciera la resolución administrativa aquí atacada-, y, por ende, entienden que
no es viable la rehabilitación del beneficio de pensión.
Es decir que no se halla controvertido que la actora era titular de una pensión por fallecimiento de
sus padres, que percibió los haberes hasta que cumplió los dieciocho años, que luego fue dado de
baja y que se denegó su pedido de rehabilitación de aquella.
Trabada de ese modo la litis, pasará al análisis de los hechos y las pruebas reunidas en el
expediente.
Hasta aquí se efectuó el análisis de los hechos y las pruebas reunidas en el expediente.
En primer término, diré que el presente asunto se analizará a la luz de los principios tutelares de la
seguridad social, los cuales tienen soporte constitucional y convencional.
Como bien puntualiza Germán J. Bidart Campos: ‘El derecho pensionario tiene, además del art. 14
bis de la C.N., otra ascendencia constitucional reconocida desde mucho antes de la reforma de
1957, en el derecho de propiedad. El beneficio otorgado importa, para su titular, la adquisición de
un status que queda protegido por el derecho constitucional de propiedad inviolable y que ingresa
a su patrimonio con carácter, “en principio”, irrevocable." (v. Manual de la Constitución Reformada,
Ed. EDIAR, T. II pág. 242).
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (aprobado por ley 23.313),
en su artículo 4 dispone que: ... “Los Estados Partes en el presente pacto reconocen que, en el
ejerááo de los derechos garantizados conforme al presente pacto por el Estado, éste podrá
someter tales derechos únicamente a limitaciones determinadas por ley, sólo en la medida
compatible con la naturaleza de esos derechos y con el exclusivo objeto de promover el bienestar
general en una sociedad democrática”.
Este instrumento —por conducto del art. 75 inc. 22 de la Carta Magna-, tiene jerarquía
constitucional. El apartamiento de sus disposiciones podría, eventualmente, generar
responsabilidad a la República Argentina.
Por ello es preciso ser cuidadoso al momento de aplicar el derecho interno, a efectos de no entrar
en colisión con una norma superior.
En este caso, el artículo 53 de la ley 24.241 limita el beneficio de pensión a los hijos hasta
los dieciocho años.
Ahora bien, el Código Civil y Comercial de la Nación, -que es una norma posterior-, extiende la
obligación alimentaria hasta los veintiún años o, incluso hasta los veinticinco años, en caso de
hijos que se hallen cursando estudios terciarios o universitarios.
En los casos de las normas citadas, se trata de derechos de índole alimentaria, con la diferencia
que en el primer supuesto, los alimentantes han fallecido y en el segundo aún vive.
No parece justo que, por la circunstancia de que los progenitores obligados a prestar alimentos
hayan muerto, y su derechohabiente pierda el derecho a la percepción de aquellos al arribar a los
dieciocho años de edad mientras que, si el o los padres viven, el alimentado pueda solicitarlos tres
años más de esa edad.
Por el contrario, quien ha pasado por el duro trance de la pérdida de un ser querido, objetivamente
se halla en peor condición de quien tiene la dicha de contar con progenitor; entonces, ¿cómo
podría recibir un trato menos favorecedor?.
Es la consagración convencional del principio de progresividad de los derechos, en virtud del cual
la interpretación de las normas así como cualquier revisión o modificación constitucional o legal,
debe realizarse de la manera más favorable al ejercicio, protección y garantía del derecho.
Justamente, en esa dirección se alinea la ley 26.579 cuando —en su artículo 5-, amplía, -para su
goce-, los beneficios previsionales y de seguridad social hasta los veintiún años, es decir tres años
más allá de la mayoría de edad.
En comparación, la ley previsional, para el mismo supuesto, reduce ese límite hasta los dieciocho
años. Entonces, conforme lo desarrollado más arriba, es necesario adoptar medidas que tiendan a
desarrollar y fortalecer derechos.
Por eso, en este caso, he de aplicar por analogía la manda contenida en el Código Civil y
Comercial de la Nación y hacerla extensiva al campo del derecho previsional.
No parece equitativo que reciba un trato diferenciado —con menor derecho-, quien haya perdido a
sus progenitores.
A esta altura, es conducente recordar el análisis efectuado en circunstancias similares por Cámara
Federal de Mar del Plata en el expediente “GOLONE, EMILIANO SEBASTIAN c/ ANSES
s/PENSIONES” FMP N° 27147/2017 mediante sentencia de fecha 1/2/2021: “... sin perjuicio de la
claridad que arroga la normativa en esta temática específica —art. 53 inc. e) de la ley 24.241-, tal
como lo adelantara, la valoración que ha de conáliarse debe ser sistémica y conglobante,
alcanzando así, no solo al resto de la legislación vigente, sino también a los principios que irradia
el sistema constitucional, con expresa vertiente garantista y pro hómine (Art. 75 Inc. 22 y 23 CN), y
que funcionan en su conjunto como elementos que apoyan la interpretación judicial en términos de
ésta modalidad de razpnabilidad”.
También que “... la Seguridad Social debe amparar no solo a los trabajadores, o a aquellos que
instituidos por la ley como derechohabientes, poseen aptitud para adquirir el beneficio de pensión
ante la contingencia ocurrida, sino que además debe atender también a toda aquella persona que
se halle frente a una situación que lo ponga en riesgo, afectando la calidad de vida, la salud o la
manutención^”.
Por el análisis efectuado, hallo acreditada la necesidad de la actora de contar con el beneficio
previsional que reclama. En virtud de ello, citas legales y doctrinarias, RESUELVO:
V) Intimar a la demandada para que en el plazo de quince días proceda a la rehabilitación y pago
mensual y consecutivo de los Beneficios N° 14-5-9318331-1-9 y N° 15-5-9461652-1 y entregue la
documentación necesaria para tramitar la afiliación al seguro de salud de PAMI.
VI) Condenar a la administración para que abone en el término de 15 días las diferencias debidas
en un 20% por cada prestación, con más sus intereses calculados aplicando un promedio que
resulte de las sumas líquidas que se obtengan de la tasa activa (cartera general/préstamos)
nominal, actual, vencida a 30 días del Banco de la Nación Argentina y de la tasa pasiva promedio
que publica mensualmente el BCRA (Comunicado N ° 14.290) conforme el criterio sustentado por
el Superior en “ Vázquez, Alberto Hugo C/ Anses S/reajuste de haberes” Expte N° 41046703/2008,
desde la fecha de baja del beneficio hasta la de su efectiva rehabilitación y puesta al pago,
recalculando las prestaciones en un 90% del haber del causante, coparticipado en un 45% a partir
de su fecha de rehabilitación.
X) Protocolícese. Notifíquese.-