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San Pablo y la cruz desde la

Carta a los Romanos

Por David Romero


Introducción
El encuentro de Pablo con Jesús fue marcado por la cruz y la
resurrección.
La cruz es el símbolo del fracaso de Jesús, desde la visión humana, por
eso es locura para los paganos y escándalo para los judíos (1 Cor 1,23).
La cruz es un símbolo de contradicción hermenéutica, pues identifica un
ser que ha transgredido la ley, un maldito para el imperio y un idólatra
para la religión judía.
La cruz sigue siendo un misterio en la revelación divina, pues es la
primera vez que un Dios muere bajo el poder temporal de los humanos.
La cruz es símbolo del amor, no del sufrimiento.
Analicemos Rom 5,1-11
1 Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios,
por nuestro Señor Jesucristo, 2 por quien hemos obtenido también, mediante la fe, el
acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios. 3 Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo
que la tribulación engendra la paciencia; 4 la paciencia, virtud probada; la
virtud probada, esperanza, 5 y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha
sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido
dado. 6 En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerzas, en el tiempo señalado,
Cristo murió por los impíos; - 7 en verdad, apenas habrá quien muera por un justo;
por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir -; 8 más la prueba de que
Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por
nosotros. 9 ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre,
seremos por él salvos de la cólera! 10 Si cuando éramos enemigos, fuimos
reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya
reconciliados, seremos salvos por su vida! 11 Y no solamente eso, sino que también
nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido
ahora la reconciliación.
Cristo con su cruz nos ha salvado, pero no por ninguna
concesión, sino porque su sacrificio en la cruz es un don de
salvación; pero ¿qué es salvación?
Cristo con su cruz nos ha transmitido el amor, pues ya no es
obediencia ciega o por temor, sino por libertad nos dejamos
cautivar por ese amor.
La fe que nos pide Dios no es una condición para que Dios me
salve, sino que es la única condición de salvación. La fe es la
práctica de ajustarse a la voluntad de Dios dada por Jesús.
Ahora, para Pablo, ¿cuál es el camino para hacer la voluntad
de Dios? Es la cruz.
La cruz es el lugar sagrado, donde se nos dio el perdón y la
liberación de nuestros pecados, porque al actuar como Cristo
nos pide nos hace corregirnos de la dinámica del mal. De ahí,
Pablo inaugura una pedagogía contra el mal: conocer las
consecuencias del pecado.
No hay que subestimar el mal, pues es tan serio que mató a
Jesús. Si vivimos en pecado constante, conscientes del mal que
hacemos y no rectificamos, el sacrificio de Cristo no nos habrá
servido para nada, Cristo, para nosotros, murió en vano por mi
desobediencia ciega (directa o indirecta) – reclamo de Pablo.
(Efecto Mariposa).
Por tanto, el orgullo es vanagloria, pues solo la humildad y la
obediencia podrán hacernos descubrir al crucificado y la
pedagogía de la pobreza.
Analicemos Rom 3, 27-31:
27 ¿Dónde está, entonces, el derecho a gloriarse? Queda
eliminado.!? ¿Por qué ley? ¿Por la de las obras? No. Por la ley
de la fe. 28 Porque pensamos que el hombre es justificado por la
fe, sin las obras de la ley. 29 ¿Acaso Dios lo es únicamente de
los judíos y no también de los gentiles? ¡Sí, por cierto!, también
de los gentiles; 30 porque no hay más que un solo Dios, que
justificará a los circuncisos en virtud de la fe y a los incircuncisos
por medio de la fe. 31 Entonces ¿por la fe privamos a la ley de
su valor? ¡De ningún modo! Más bien, la consolidamos.

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