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Señor de Sipán

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Señor de Sipán

Gobernante Moche

Reconstrucción forense del rostro que tuvo el Señor de Sipán.

Reinado

c. Siglo III

Información personal

Nacimiento Valle de Moche, Antiguo Perú

Fallecimiento Valle de Moche

Entierro Huaca Rajada

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El Señor de Sipán fue un antiguo gobernante mochica del siglo III, cultura que
dominó el norte del Antiguo Perú. Sus restos fueron descubiertos en julio de
1987 por un equipo peruano de arqueólogos liderado por Walter Alva y Luis
Chero Zurita.
Este hallazgo marcó un importante hito en la arqueología del continente
americano porque, por primera vez, se halló intacto y sin huellas de saqueos,
un entierro real de una civilización peruana anterior a los incas. El ataúd de
madera en que fue enterrado fue el primero en su tipo que se encontró
en América y reveló la magnificencia y majestuosidad del único gobernante y
guerrero del antiguo Perú encontrado hasta la fecha de su descubrimiento,
cuya vida transcurrió alrededor del año 250 de nuestra era.

Índice

• 1Ubicación
• 2Hallazgo
• 3El sacerdote y el Viejo Señor de Sipán
• 4Pruebas de ADN
• 5Museo
• 6Documental
• 7Véase también
• 8Referencias
• 9Enlaces externos

Ubicación[editar]
Su descubrimiento se realizó en el centro poblado
de Sipán en Chiclayo Lambayeque, anexo de Saltur del distrito de Zaña;
perteneció a la cultura Mochica que rendía culto al dios Aiapaec como divinidad
principal, y también adoraron al mar y la Luna.
Encontramos dentro de la cultura moche dos áreas geográficas: los mochica
del norte y los mochica del sur.
Los mochica del sur ocuparon los valles sureños de la costa norte de los andes
centrales: valle de Culebras, valle de Huarmey, valle de Casma, valle de
Nepeña, valle del Santa, valle de Virú, valle de Moche y valle de Chicama.
Los mochica del norte ocuparon los valles más norteños: valle de
Jequetepeque, valle de Zaña, valle de Lambayeque y valle de Chancay.
El Señor de Sipan perteneció a estos mochica del norte los cuales se
caracterizaron por no tener un gobernante central y común y en cada uno de
los valles citados gobernaba un señor y el Señor de Sipán fue uno de ellos.

Hallazgo[editar]
Alrededor de 600 objetos recuperados en la tumba del Señor de Sipán.
Sobresalen la vestimenta, que medía aproximadamente 1.67 m, los tres pares
de orejeras de oro y turquesa o el collar formado por veinte frutos de maní, de
los cuales diez están elaborados en plata y otros diez en oro, aludiendo a la
dualidad presente en la cosmovisión mochica. Se trata de un símbolo religioso
de los dioses principales, el Sol y la Luna, y hace referencia a la visualización
de ambos dioses en el firmamento en un momento del día. Es decir, el perfecto
equilibrio deseado, según la mitología mochica. Además el maní significaba el
comienzo o el renacer.
Junto a los del Señor de Sipán se encontraron restos de otros ocho individuos, 1
tres mujeres, cuatro hombres y un niño. Se cree que las mujeres podrían haber
sido concubinas, mientras que los hombres han sido interpretados como un jefe
militar, un vigía y un soldado, este último con los pies amputados. Además, se
hallaron restos de dos llamas y un perro.

El sacerdote y el Viejo Señor de Sipán[editar]


Debajo de la tumba del Señor de Sipán se encontraron otras dos, la
del sacerdote y la del Viejo Señor de Sipán.
En la del sacerdote, se hallaron piezas que indicaban que sería uno de los
principales personajes en la jerarquía religiosa de la civilización mochica. Este
sacerdote, por los análisis de ADN efectuados, fue contemporáneo al Señor de
Sipán. En las piezas que le acompañaban destacan, además de símbolos
religiosos como el sol y la luna, la copa o el cuenco destinados a los sacrificios,
una corona de cobre bañada en oro y adornada con un búho con sus alas
extendidas y otros elementos para el culto a la Luna y el Sol. La presencia de
este personaje hace suponer que los mochicas eran gobernados mediante
un estado teocrático.
Por los mismos análisis de ADN, se ha probado que con una diferencia de
cuatro generaciones, el Viejo Señor de Sipán era un antepasado directo del
mismo Señor de Sipán, por lo que se podría pensar en una alta jerarquía
hereditaria.

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