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Este documento describe varios modelos de Iglesia y pastoral a lo largo de la historia. Menciona modelos como la Iglesia de cristiandad frente a la Iglesia misionera, la tensión entre la evangelización y la sacramentalización, e Iglesia como institución frente a las redes de comunicación como las comunidades eclesiales de base en América Latina, que promueven una Iglesia del pueblo, comunión y liberadora.
Este documento describe varios modelos de Iglesia y pastoral a lo largo de la historia. Menciona modelos como la Iglesia de cristiandad frente a la Iglesia misionera, la tensión entre la evangelización y la sacramentalización, e Iglesia como institución frente a las redes de comunicación como las comunidades eclesiales de base en América Latina, que promueven una Iglesia del pueblo, comunión y liberadora.
Este documento describe varios modelos de Iglesia y pastoral a lo largo de la historia. Menciona modelos como la Iglesia de cristiandad frente a la Iglesia misionera, la tensión entre la evangelización y la sacramentalización, e Iglesia como institución frente a las redes de comunicación como las comunidades eclesiales de base en América Latina, que promueven una Iglesia del pueblo, comunión y liberadora.
Introducción En los países de población predominantemente católica se advierte, a partir del Vaticano II, una coexistencia normalmente conflictiva entre diversos modos de concebir, sentir y manifestar, con acciones y palabras, lo que tradicionalmente se ha llamado el sentido de la Iglesia (sensus Ecclesiae), a saber, el modo de entender o vivir la realización de la Iglesia en la sociedad o la vida de los cristianos - individual o comunitariamente- en el mundo. 1. El fenómeno de los modelos de Iglesia Un modelo trata de explicar una concepción o paradigma sobre la Iglesia. En la acción pastoral un modelo es un proyecto operativo o plan concreto de actuación que relaciona de un modo dinámico todas las tareas que intervienen en el proceso de la praxis. A. Dulles ha propuesto cinco derivados de una eclesiología comparada, a saber, la Iglesia como institución, comunión mística, sacramento, heraldo, servicio y escatología. En la línea iniciada por A. Dulles, J. Marins propone seis: la Iglesia como institución, sacramento, palabra, servicio, comunidad y liberación, para culminar con el modelo de «Iglesia del pueblo, comunidad liberadora y pascual» reflejada en las comunidades de base de América Latina a partir de diversas concepciones filosóficas. 1. El fenómeno de los modelos de Iglesia Th. F. O'Meara habla de cinco sistemas de modelos entresacados de la historia y estructura de la Iglesia: neoplatónico, aristotélico, nominalista, idealista y fenomenológico-histórico. De acuerdo a determinadas «prácticas eclesiales», L. Boff describe varias eclesiologías propias de América Latina: Iglesia como civitas Dei (totalidad «ad intra»), como mater et magistra (antiguo pacto colonial), como Sacramentum salutis (modernización de la Iglesia) e Iglesia a partir de los pobres (nuevo modelo de la teología y praxis de liberación). J. Losada describe «cuatro imágenes en la Iglesia actual», que en realidad son modelos: Iglesia exorcista, arca de salvación, mater et magistra e Iglesia profética y servidora. V. Codina enumera tres modelos de eclesiología: el primero es el «preconciliar» (Vaticano I) centrado en la potestas, al que A. J. de Almeida denomina institucional-jerárquico. 1. El fenómeno de los modelos de Iglesia El segundo es el conciliar (Vaticano II) basado en la comunión, denominado también comunitario-carismático; y tercero el posconciliar (Medellín- Puebla) o histórico-liberador, propio de la Iglesia de los pobres y oprimidos. En una gran síntesis histórica y teológica del cristianismo, H. Küng desarrolla seis «grandes paradigmas que han estructurado la visión cristiana de la realidad y que se han ido transformando a lo largo de la historia de la teología y de la Iglesia»: el antiguo helenístico-bizantino, el medieval romano-católico, el de la reforma evangélico-protestante, el de la modernidad ilustrada y el de la postmodernidad postilustrada. Por consiguiente, al plasmar un modelo quedamos condicionados no sólo por la dificultad de representar una realidad misteriosa como es la Iglesia, sino por el añadido de la capacidad individual en el acto de imaginar o retratar. 2. Modelos eclesiales y pastorales • Pastoral de cristiandad – pastoral misionera: La primera tensión eclesial, correspondiente al binomio Iglesia de cristiandad-Iglesia misionera, fue formulada antes del concilio por teólogos y pastoralistas de la misión, vivida personalmente por sacerdotes obreros, religiosas encamadas en barriadas y movimientos apostólicos seglares, reflejada en la expresión «leer el evangelio en los signos de los tiempos». Recordemos el despertar eclesial y apostólico que surgió entre 1935 y 1955 en todo el orbe católico, especialmente en la Iglesia de Francia. En este tiempo se despliega un vocabulario rico reflejado en los términos: «evangelización», «comunidad», «testimonio», «compromiso», etc., dentro de la dialéctica escatología - encarnación deudora de las corrientes teológicas anteriores al concilio. 2. Modelos eclesiales y pastorales • Evangelización y sacramentalización: La tensión entre lo evangélico y lo sacramental surge constantemente en la historia de la acción pastoral a consecuencia, asimismo, de distintas visiones de Iglesia. La dialéctica entre la palabra y sacramento se formula al acabar la segunda guerra mundial mediante el binomio evangelización - sacramentos, puesto de relieve en los conflictos entre «evangelizadores» y «sacramentalistas». Desde 1950 se rescata teológicamente el concepto de sacramento a partir de la fe, de la categoría de encuentro entre personas, palabra y sacramentalidad de la Iglesia. El Vaticano II asume estas perspectivas en la línea de la acción misionera al describir los sacramentos como signos que suponen, alimentan, robustecen y expresan la fe para evitar esquizofrenias entre acción evangelizadora y acción litúrgica. 2. Modelos eclesiales y pastorales • Iglesia como Institución o redes de comunicación: A partir del Vaticano II surgen en América Latina las comunidades eclesiales de base como nuevo modelo de Iglesia, potenciado en sus orígenes por el plan de pastoral de conjunto del episcopado brasileño a finales de 1965, correspondiente al quinquenio 1965-1970. En Medellín obtienen las comunidades de base carta de ciudadanía. Es extraordinaria su extensión por la Iglesia latinoamericana, en conjunción con el desarrollo de la teología de la liberación. Innumerables escritos describen su experiencia, rasgos básicos y alcance evangelizador. El modelo eclesial de base parte de la opción por el pueblo, los pobres y la liberación. L. Boff lo describe con estos rasgos: 1) Es Iglesia del pueblo, no para el pueblo, sino con el pueblo, a saber: pueblo de Dios, con responsabilidad compartida frente un modelo de Iglesia clerical. 2) Es Iglesia-comunión, comunidad de fe y de caridad, con signos sacramentales liberadores, dialogante, con relaciones fraternas, frente a una Iglesia impositiva, centrada en el binomio autoridad-obediencia. 3) E, Iglesia profética y liberadora, que se compromete en lo social, toma conciencia de los derechos humanos, detecta injusticias y defiende a los explotados, frente a una Iglesia aliada con los burgueses, desencarnada, con sólo ritos y sacramentos.