Está en la página 1de 4

QUE SALVACIÓN TAN GRANDE

Título : Una salvación tan grande


Texto : Hebreos 2.3
“¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan
grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el
Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”.
Predicador : Tomás A. Parillo
Fecha : 2 de septiembre de 2018
===================================================

INTRODUCCIÓN
En la carta a los Hebreos se nos exhorta a ser diligentes para
no descuidar una salvación tan grande la cual ha sido provista por
nuestro Dios. Cuando pensamos en las palabras que el autor
utiliza, una salvación tan grande, nos hace pensar en lo grande y
maravillosa que realmente es la obra expiatoria que nos ha librado
de la condenación eterna. Pero, ¿por qué decimos que la salvación
que Dios nos ofrece es grande? Veamos en esta ocasión al menos
tres razones.
I. LA SALVACIÓN ES GRANDE PORQUE NOS SALVA DE LAS
CONSECUENCIAS DEL PECADO.
“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando
a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:13-15
Es una salvación tan grande porque nos salva de las
consecuencias del pecado. La consecuencia del pecado es la
condenación eterna y por ello en las Escrituras se nos exhorta
a huir del pecado y buscar la misericordia de Dios: “Porque la
paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jesús Señor nuestro”, (Romanos 6.23). En
Colosenses se nos dice que gracias a la salvación que Dios nos
ofrece nos libró de:
1. La condenación eterna, perdonando nuestros pecados y
anulando el acta que nos acusaba: Y a vosotros, estando
muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,
os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los
pecados, anulando el acta de los decretos que había contra
nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz.
2. Liberándonos del poder del diablo y sus demonios: y
despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
De esta forma hoy somos libres de la condenación eterna y
del imperio de Satanás ya que hemos venido a ser hijos de
Dios.

II. LA SALVACIÓN ES GRANDE PORQUE DEPENDE DE LA


OBRA EXPIATORIA DEL HIJO DE DIOS.
“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió
por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un
justo; con todo, pudiera ser que alguno osará morir por el
bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que,
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Romanos
5:6-8
Es una salvación tan grande porque depende de la obra
expiatoria de Cristo. Nuestra salvación no consiste en las
obras que nosotros u otro hombre pueda hacer, sino está
basada en la obra de Cristo y por eso Pablo decía: Porque
Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los
impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con
todo, pudiera ser que alguno osará morir por el bueno. Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros. Como seres pecadores
nuestras justicias jamás lograrían agradar a Dios y ser
suficientes como para salvarnos de la condenación eterna, de
allí que Isaías dice: “Si bien todos nosotros somos como
suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia;
y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos
llevaron como viento”, (Isaías 64:6). De esta forma ningún
sacrificio lograría ser aceptable delante de Dios para
redimirnos de nuestros pecados: “Porque la ley, teniendo la
sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las
cosas nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen
continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.
De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan
este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de
pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de
los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos
cabríos no puede quitar los pecados”, (Hebreos 10:1-4). Por
ello, Dios envió a su Hijo para hacer aquello que nosotros no
lograríamos, ofrecer un sacrificio perfecto por todas nuestras
maldades: “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para
llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado, para salvar a los que le
esperan”, (Hebreos 9:28). En este sentido nuestra salvación
realmente es tan grande porque es gracias al sacrificio de
Cristo Jesús.

III. LA SALVACIÓN ES GRANDE PORQUE ES GRATUITA.


“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús”. Romanos 3:24
Nuestra salvación es una salvación tan grande porque es
gratuita. Definitivamente la gran bondad de Dios se muestra
en el sentido de que la salvación de nuestra alma no se gana
por obras o méritos humanos sino es un don gratuito que Dios
otorga: Siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús. Desde el Antiguo
Testamento Dios ha venido anunciando lo maravillosa que
sería su salvación y que esta sería gratuita: “A todos los
sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid,
comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino
y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro
trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del
bien, y se deleitará vuestra alma con grosura”, (Isaías 55:1-2).
Ahora bien, esta salvación es un regalo de Dios no porque no
valga nada, sino al contrario, su precio es incalculable ya que
vale la sangre del Hijo de Dios y nadie podría reunir los
suficientes méritos o las suficientes riquezas como para
comprarla. Es esta la razón por la cual la salvación no es por
obras, sino a través de la fe en el Hijo de Dios: “Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”,
(Efesios 2:8-9). Por esta razón decimos que es una grande
salvación.

CONCLUSIÓN.
La salvación que el Señor nos ofrece es un don tan grande cuyo
valor expiatorio es incalculable debido a las siguientes razones:
1. Porque nos salva de las consecuencias del pecado y el
infierno.
2. Porque se obtiene a través del sacrificio expiatorio de su
Hijo.
3. Porque es gratuita, no por obras, sino por fe.

También podría gustarte