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Fractura de ambas ramas púbicas homolateral asociada a: fractura del ala del sacro, disyunción sacroilíaca o
fractura del ilion homolateral.
Fractura bilateral de ambas ramas púbicas y fractura bilateral del ala del sacro o del ilion.
Fractura homolateral de ambas ramas púbicas y fractura contralateral del ala del sacro o del ilion.
La mayoría de las fracturas de la pelvis causan un dolor intenso en la ingle, incluso cuando la persona afectada
está tumbada o sentada. El dolor empeora mucho cuando la persona intenta caminar, aunque algunas pueden
hacerlo.
Si las fracturas pélvicas son graves e inestables, el sujeto tiene dolor extremo y no puede caminar. Sin embargo,
algunas fracturas menores son mucho menos dolorosas.
Si se lesionan otras estructuras, el paciente puede presentar otros síntomas. Puede aparecer sangre en la orina,
dificultad para orinar, pérdida incontrolable de orina (incontinencia), o sangrado por el recto o la vagina.
DIAGNOSTICO
• Para diagnosticar del punto de vista clínico una fractura de pelvis, es importante tanto la
inspección, palpación y evaluación radiológica. Al evaluar un paciente con un probable
traumatismo pélvico debemos observar la presencia de asimetría pélvica, heridas asociadas,
tanto anteriores, región perineal y posteriores, uretrorragia, sangre en introito vaginal y
hematomas subcutaneos masivos.
• Radiografías.
• Tomografía computarizada.
• Exploración física.
TRATAMIENTO
Las fracturas pélvicas menores y estables suelen curarse sin causar discapacidades permanentes. La cirugía rara vez es
necesaria y reposo en cama. No obstante, el reposo en cama debe durar el menor tiempo posible. Los medicamentos contra
el dolor (analgésicos), pueden ayudar a aliviar el dolor.
Las fracturas pélvicas graves que suelen ser inestables, deben ser inmovilizadas. Normalmente se estabiliza la articulación
envolviendo la pelvis con una cinta o una sábana, o con un dispositivo especialmente diseñado para este propósito. Para
estabilizar de forma más segura la lesión, el médico puede aplicar una estructura metálica rígida a la pelvis, por fuera del
cuerpo usando tornillos largos que se introducen a través de la piel hasta los huesos. Este dispositivo se llama un fijador
externo.
Una vez que la lesión es más estable,
generalmente se realiza una cirugía para
alinear los fragmentos óseos colocando
placas y tornillos para mantenerlos en su
lugar (lo que se denomina reducción abierta y
fijación interna o RAFI). Una vez
estabilizada la pelvis, se recomienda que el
afectado comience a caminar lo más pronto
posible.
COMPLICACIONES
Hemorragia retroperitoneal:
La hemorragia o hematoma retroperitoneal es la complicación más frecuente y la principal causa de
muerte en pacientes con traumatismo pélvico. La pelvis está en contacto con abundantes plexos venosos y
arteriales, por lo que debemos sospechar la existencia de hematoma retroperitoneal en todo paciente
politraumatizado con fractura de pelvis.
Rotura vesical:
Son los pacientes con fracturas inestables y los que presentan líneas de fractura próximas al pubis, en los
que existe mayor riesgo de que se presente. La rotura vesical puede ser extraperitoneal o intraperitoneal, lo
más frecuente.
Lesiones nerviosas:
El nervio ciático es el que resulta dañado con mayor frecuencia. El nervio obturador puede resultar
lesionado en fractura-luxación central de cadera. El nervio femoral es el que se afecta con mayor
frecuencia y en relación con luxaciones anteriores de cadera. En las fracturas del sacro pueden resultar
afectadas las raíces sacras.