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CANALIZACIÓN VÍAS DE ACCESO

• Vía periférica: de elección, más fácil, rápida y segura, preferentemente antecubital y como
alternativa yugular externa.

• Vía intraósea: segunda elección (puntos tibial y humeral, de fácil acceso).


CUIDADOS POSTRESUCITACIÓN
1. Vía aérea y ventilación:
• Se recomienda el uso de capnografía para confirmar y vigilar de forma continua la posición del tubo traqueal,
así como la calidad de la RCP.
• Evitar la hiperoxemia. Mantener la saturación de oxígeno en torno a 94-98 %.

2. Corazón y sistema cardiovascular:


• Es fundamental un ecocardiograma precoz para valorar la disfunción miocárdica.
• La monitorización hemodinámica invasiva podría ayudar a guiar el tratamiento en cuanto a la resucitación con
fluidos y al uso de inotrópicos y vasopresores.

3. Optimización de la recuperación neurológica:


• Sedación: Los pacientes precisan estar bien sedados durante el tratamiento con hipotermia terapéutica. Los
fármacos de acción corta permitirán una valoración neurológica más precoz.
• Control de las convulsiones: Se tratan con valproato, levetiracetam, fenitoína, propofol, benzodiacepinas o
barbitúrico.
• Control de la glucosa: existe una fuerte asociación entre las hiperglucemias en el síndrome postparada y el mal
pronóstico neurológico. Se recomienda mantener niveles de glucemia entre 80-140 mg/dl, evitando valores > 180
mg/dl.
• Control de la temperatura: Trate la hipertermia con antipiréticos y considere el enfriamiento activo. La hipotermia
moderada (34-36 °C) es una medida neuroprotectora.

4. Valoración adicional:
Analítica con: bioquímica, hemograma, coagulación y gasometría arterial; ECG; radiografía de tórax;
ecocardiografía; tomografía computarizada craneal
INDICADORES DE RCP
Se deben iniciar maniobras de RCP siempre ante un paciente en PCR excepto en los siguientes casos:
1. Si el paciente presenta signos de muerte biológica.
2. Si es consecuencia de la evolución de una enfermedad irreversible con mal pronóstico acorto plazo o si ha
expresado su deseo de no ser reanimado.
3. Si el paciente lleva más de 10 minutos en PCR sin que se hayan iniciado maniobras de SVB, salvo en
situaciones de menor riesgo de daño cerebral ante la hipoxia prolongada.
4. En caso de que existan víctimas múltiples, no se realizará RCP a un paciente si existe otro paciente en
situación crítica con mayor probabilidad de supervivencia.
5. Si el inicio de las maniobras de RCP supone un riesgo vital para el reanimador.
SUSPENSIÓN DE LA RCP
1. Si mientras se realizan las maniobras de RCP se informa de que la PCR fue consecuencia de la evolución
final de una enfermedad incurable.
2. Si se nos informa de que el paciente lleva más de 10 min en PCR antes de comenzar las maniobras de
RCP, excepto en las situaciones comentadas anteriormente.
3. Si el intervalo entre el inicio de la RCP básica y la avanzada es > 30 min.
4. Si se recupera la ventilación y circulación espontáneas.
5. Si solo existe un reanimador y este queda exhausto.
RECOMENDACIONES RCP EN PACIENTES
CON SOSPECHA O INFECCIÓN
CONFIRMADA POR COVID-19
Adaptación del algoritmo de SVA para pacientes con sospecha o infección confir-mada por COVID-19
La atención de un paciente en PCR implica una generación de aerosoles y, por ello, una probabilidad de
transmisión del virus alta. Al esquema de primera valoración del paciente se le añade una primera “D” de
“Danger”, haciendo referencia a la exposición a un peligro.

1. ¿Existen órdenes de no reanimación?


Se ha propuesto un modelo de prioridad de asistencia en función de la capacidad de supervivencia de la persona
según la situación clínica, comorbilidad y disponibilidad de recursos. Se debe dejar constancia en la historia
clínica del paciente las órdenes de no reanimación como planificación de estrategia de cuidados.
2. Antes de iniciar cualquier maniobra de reanimación el equipo debe lavarse las manos y colocarse el equipo de
protección individual con el nivel de protección adecuado frente a técnicas con alta generación de aerosoles:
bata impermeable de manga larga + doble guante + mascarilla FPP3 + gafas integrales.
3. ¿No responde y no respira con normalidad?
Una vez protegidos, confirmar la presencia de PCR valorando la respuesta a estímulos y la presencia de
ventilación espontánea y pulso. NO se recomienda la realización de la maniobra “ver-oír-sentir”. Se
recomiendan exploraciones a mayor distancia e igual de fiables. Si se confirma la PCR, active el equipo
de SVA, informe de la sospecha de COVID-19: priorice la oxigenación y limite el número de
reanimadores al mínimo imprescindible.

4. Monitorizar
El riesgo de arritmias puede ser más elevado en relación con los fármacos utilizados para el tratamiento
de la COVID-19 actualmente (alargan el QT), así como la inestabilidad clínica de estos pacientes por el
SDRA grave.

¿Es posible monitorizar de forma inmediata?


• Sí: comprobar ritmo cardiaco y desfibrilar ANTES de iniciar la RCP 30:2 (se prioriza la des-
fibrilación precoz).
• No: inicio de RCP 30:2, conectar el monitor desfibrilador.
− Compresiones: Mantener la vía aérea cubierta durante las compresiones. Considerar el uso de
sistema de compresiones mecánicas tipo LUCAS.
− Ventilaciones: Priorizar la oxigenación y un manejo avanzado de la vía aérea con bajo riesgo de
generar aerosoles, idealmente, con un tubo endotraqueal con neumotamponamiento. Utilizar filtros
HEPA

5. Administración de fármacos
Existe una contraindicación para amiodarona con algunos fármacos usados en el tratamiento de la
COVID-19 se debe considerar el uso alternativo de lidocaína. Si existe la sospecha de que la PCR es
secundaria a TV/FV por prolongación de QT la amiodarona estaría contraindicada y se usa sulfato de
magnesio.

6. Causas reversibles
A la hora de considerar y corregir la causa de la PCR, la hipoxia, la trombosis y la toxicidad por
fármacos adquieren una especial relevancia.

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