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Tema 4
Tema 4
4.1 Introducción
4.2 Modelos neurales del lenguaje.
4.2.1 Primeras propuestas:
- Aportaciones de P. Broca; C. Wernicke; Lichtheim y Dejerine.
- Anti-localizacionistas
- N. Geschwind
4.1 INTRODUCCIÓN
Esta etapa ocupó el final de los años 60 y toda la década de los 70.
Ahora, se desarrollaron técnicas que permitían definir dónde se encontraba la
lesión en el cerebro y qué efectos producía. Ya no es necesario esperar al
examen post mortem, sino que se puede, por primera vez, saber que le está
pasando al cerebro de manera simultánea al examen clínico.
Al principio estas técnicas eran dolorosas, pero rápidamente se
desarrollaron para evitarlo.
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3º ETAPA Desarrollo de la etapa anterior e incorporación de estudios
funcionales.
Así, rápidamente se pudieron empezar a realizar estudios de grupo
(n1), cosa que antes era imposible (paso de la 2º etapa a la 3º etapa).
Más tarde, en los años 80, se desarrollaron técnicas que permitían
estudios más potentes y más precisos. Fue en esta etapa en la que se desarrolló
la RMf.
Además, se desarrollaron estudios funcionales. Esta posibilidad (donde
ya el sujeto puede no tener una lesión) permite trabajar con sujetos normales y
se pueden amplían los estudios de la relación cerebro-lenguaje a la población
general.
Los modelos actuales incluyen los estudios lesionales y los estudios funcionales.
- Estudios lesionales: Localización de áreas o sistemas asociados a los déficits
lingüísticos.
- Estudios funcionales: evidencias de áreas implicadas en un proceso, no
determinando si son esenciales. Lo bueno es combinar ambas informaciones.
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Fue la primera demostración de que una lesión cerebral podía afectar a
una función cerebral tan compleja como el lenguaje y que, además, solo
afectaba a la producción del mismo. Broca denominó a esa afectación afemia,
pero posteriormente fue cambiado el término por el de afasia (que se
mantiene hasta la actualidad). Se produce como consecuencia de una lesión en
el giro frontal izquierdo.
Lichteim (1885): Nunca trabajó codo a codo con Wernicke, pero se produjo una
especie de desarrollo conjunto entre los dos. Iban mejorando detalles de los
descubrimientos que hacían. Por ello, se habla del modelo Wernicke-Lichteim.
Este modelo se representa en el dibujo de Lichteim en forma de casa y que
recibe el nombre de Casa de Wernicke – Lichteim (lo vemos más adelante,
pág.4)
Lichteim propone la existencia de un centro donde estén las
representaciones de los objetos (memoria semántica actual). Tiene que haber
un centro donde el medio que nos rodea este conceptualmente representado.
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Para que se comprenda el lenguaje, sería necesario que el trabajo del área de
Wernicke enlazara con ese centro. De forma que, si oigo el sonido campana,
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cuando el sonido llega a área de Wernicke e identificamos que es un sonido
metálico, de algo que esta normalmente en un campanario; para procesar
realmente que eso que oigo es una campana, el área de Wernicke tiene que
conectar con el centro donde está representado ese concepto. Por otro lado,
ese centro de los conceptos debe estar en conexión con el área de Broca.
Si se lesionasen están conexiones, no las áreas concretas, también
tendríamos afasia. Si se produce la lesión entre Wernicke y el centro conceptos
proponen que se llame afasia sensorial transcortical; si la lesión estuviera entre
el área de Broca y el área de los conceptos se llamaría afasia motora
transcortical.
Para entender mejor esta explicación, se adjunta el siguiente esquema:
a= entrada de información
auditiva.
m= Salida motora.
A= área de Wernicke.
M= área de Broca.
Si se lesionara 1, se trataría de
una lesión de Broca. Si se
lesionara 3, sería afasia de
conducción. Con una lesión en el
punto 6, hablaríamos de una
afasia
sensorial transcortical. Con lesión en 4, sería una afasia motora transcortical. La lesión
en 7 no sería una afasia, sino que realmente el problema está en que no entra bien la
información auditiva (problemas en el input). La lesión en 5 sería un problema
articulatorio (output), de la salida motora.
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Aproximaciones anti-localizacionistas: P.Marie, H. Head, K. Goldstein.
Se produce una reacción frente a los modelos conexionistas y
localizacionistas. Este movimiento se mantiene hasta mediados del s. XX. Se
pretendía demostrar que el cerbero funcionaba como una entidad global, como
un procesador holístico y que, cuando se interrumpe ese procesamiento como
consecuencia de una lesión, se van a ver afectados múltiples procesos. De tal
forma que no podemos establecer funciones específicas en áreas específicas, ya
que todo el cerebro participa en todas las funciones.
Estos autores siempre mantuvieron posturas mucho más globalistas. Ni
el localizacionismo extremo ni el globalismo extremo se mantienen en la
actualidad.
N. Geschwind (1972)
En los años 70 apróx., con la aparición de los estudios in vivo de varios
sujetos, se refuerzan los modelos conexionistas del lenguaje. Aquí tuvo un
papel importante Geschwind, que trabajó, entre otras cosas, las bases neurales
del lenguaje. Gracias a estos trabajos diferencia entre elementos puramente
lingüísticos y elementos inespecíficos (que participan también en el lenguaje,
pero en un sentido más amplio).
Geschwind trabajaba en un hospital que atendía a veteranos heridos de
guerra en EE.UU. Estos veteranos tenían la obligación de contribuir a las
investigaciones (por el hecho de tener un hospital para ellos). Aquí había un
área especializada en el estudio de las afasias. A partir de todos los datos
recogidos, Geschwind lo que hace es comprobar todas las aportaciones de los
autores clásicos. Es por esto, por lo que a menudo se habla del modelo
Geschwind- Wernicke, atendiendo a la reformulación con material empírico
que hace sobre la obra de Wernicke.
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Geschwind estudia el caso de una paciente que ha sufrido intoxicación
por monóxido de carbono (sobrevivió) y presentaba un cuadro de afectación
del lenguaje muy peculiar: no era capaz de comprender el lenguaje (ni hablado
ni escrito), no tenía habla espontánea, pero era capaz de repetir palabras y
frases automáticamente sin dar signos de comprensión. No comprensión, no
producción, sí repetición.
Cuando se estudia el cerebro se observa que las zonas afectadas eran
muy extensas, afectaban a la corteza y a la sustancia blanca subyacente, y
sufría una isquemia hemodinámica (falta de oxígeno en el flujo sanguíneo) en el
territorio limítrofe entre la arteria cerebral media y la posterior.
El área de Wernicke estaba intacta, el área de Broca estaba sin lesionar,
las conexiones no estaban lesionadas; pero la zona perisilviana (alrededor de la
cisura de Silvio), estaba intacta; pero esta zona había quedado aislada del
procesamiento de la corteza asociativa. Esto significa que, aunque Wernicke
funcionaba bien, no tenía posibilidad de alcanzar la corteza asociativa
extrasilviana.
Broca estaba disponible pero no había influencia de la corteza asociativa
sobre Broca, por lo que no se producía el habla. Pero la zona aislada de la
corteza asociativa sí funcionaba, es decir, no estaba dañada y se podía producir
repetición.
- Zona motora (parte del área 4): Controla los movimientos y es fundamental
para que se pueda producir el lenguaje. Por ejemplo, la musculatura
laringofaringea y el área auditiva tienen que funcionar correctamente para que
el lenguaje se ejecute correctamente (output).
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B= Broca
M= área motora
W= Wernicke
GA= Giro angular
V= Área visual
A= Área auditiva
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- Funcionales: han permitido confirmar la importancia de las áreas que habían
sido definidas por los trabajos clásicos. Además, permite precisar hasta qué
punto otros sistemas participan también en el lenguaje:
o Córtex frontal inferior izquierdo: Área de broca (área 44-45). Queda
activado en variedad de tareas: procesamiento fonológico, semántico,
sintáctico, producción lingüística.
o Gradiente funcional postero-anterior: mayores demandas relacionadas
con el procesamiento fonológico: AB 44 y córtex insular. Mayores
demandas semánticas (AB47).
o Giro angular izquierdo: Se activa no solo con tareas de lectura o
escritura, sino cuando se hace procesamiento semántico. Posible
participación en el sistema temporo-parietal para procesamiento
semántico.
o Córtex inferotemporal izquierdo (AB37/20) posible participación en
lectura, acceso léxico y procesos semánticos. Es decir, es una zona que
está muy vinculada al lenguaje.
Así, las formulaciones actuales han puesto de manifiesto la participación de todas áreas
que no se consideran los centros típicos del lenguaje.
Las formulaciones actuales que combinan todos estos resultados proponen que el
lenguaje es el resultado de la actividad de amplias redes funcionales, constituidas por
diversas regiones corticales y subcorticales, y por numerosas interconexiones
recíprocas. Cuando hablamos de redes, hablamos de la participación de múltiples
áreas de la corteza que están conectadas entre sí recíprocamente (no de manera
unidireccional). Si intentamos representar gráficamente estos modelos nos costaría
bastante, por la cantidad de centros y conexiones.
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activando y conectando [según yo actúo con esa taza, siguiendo el
ejemplo anterior].
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Otros componentes de la red neural del lenguaje:
- Hemisferio derecho: Hay otra parte que actúa como un componente general de
inicio del lenguaje. Son zonas del hemisferio derecho y participan en la
producción de automatismo verbal (reproducir canciones muy familiares,
refranes…). Esto significa que, cuando se lesiona el hemisferio izquierdo, se
pueden seguir manteniendo los automatismos verbales. Esta zona también
tiene mucho que ver con la capacidad de captar las narraciones y los discursos.
Gracias al HD (hemisferio derecho) captamos la prosodia (ritmo y entonación
del lenguaje).
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Tiene un gran papel en la producción del lenguaje: transformar las
representaciones auditivas en sus correspondientes programas y secuencias de
articulación. En la fase de compresión y recepción del lenguaje también
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participaría: cuando, para comprender el contenido del lenguaje, el orden de
las palabras es importante (la secuenciación de las palabras).
Captar la estructura sintáctica de las palabras es importante. Ejemplo: el
perro mordió a Juan (para entender la frase el orden, en este caso, no es muy
importante), pero frases como “María besó a Juan” aquí si es importante
porque Juan no besó a María, María besó a Juan porque está suelta como
gabete (¿a que sí, Abri?). En el último ejemplo, el orden de la frase es
importante porque el sentido cambiaría si no especificamos el orden.
Si yo lo que quiero es decir algo que se me ha ocurrido (no desde el lenguaje, sino
del pensamiento; es decir, ni lo leemos ni lo oímos). En este caso el proceso es el
mismo, el área de Wernicke tendría que recibir info de esas áreas para formar la
representación neural de la palabra y transmitirla al área de W; que, la trasladará al
área de Broca.
Si, en cambio, yo lo que quiero es transformar algo que he visto, en lenguaje, tengo
que seleccionar la forma visual concreta para ello, si esta área está dañada tendría
problemas.
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Mesulam también incorpora unas áreas encargadas de la recuperación léxica:
áreas preléxicas. Estas áreas estarían ubicadas próximas a las áreas vinculadas a la
percepción de los objetos (se habla de una cierta especificidad).
Las áreas preléxicas se activarían cuando vemos un objeto, en el momento en el
que lo estamos procesando a nivel perceptivo. Esta activación sería necesario que se
transmitiera al área de Wernicke para que se accediera a la forma lingüística
correspondiente al objeto. De la misma forma, cuando queremos referirnos a un
objeto, utilizaríamos las mismas áreas para evocar la forma lingüística.
Tanto Damasio como Mesulam han mantenido los grandes tipos de afasia. La
tipología de afasia no ha cambiado, se sigue hablando de afasia de Broca y afasia de
Wernicke.
Si el problema consiste en que no llega el input auditivo al sistema perisilviano
posterior, va a haber un problema de lenguaje, pero no es una afasia (recalcan que hay
algunos trastornos que pueden parecer afasias, pero realmente no lo son).
De la misma manera, si la lesión se encuentra en el área motora del área 44, o a
sus conexiones, vamos a tener un problema del lenguaje, pero tampoco va a ser una
afasia. Podemos tener una pérdida del lenguaje, pero sin llegar a ser una afasia, en
este caso, más bien se trata de un problema motor.
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