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Este documento discute las resistencias inconscientes que mantienen los trastornos de ansiedad. Explica que los pacientes se aferran a sus trastornos porque les proporcionan algún tipo de beneficio inconsciente, aunque no son conscientes de ello. También sugiere que después de superar un trastorno ansioso, los pacientes a menudo mantienen cierta desconfianza latente de que pueda volver, aunque el enfoque más eficaz es recuperar la confianza en uno mismo y fortalecer la idea de que se trató
Este documento discute las resistencias inconscientes que mantienen los trastornos de ansiedad. Explica que los pacientes se aferran a sus trastornos porque les proporcionan algún tipo de beneficio inconsciente, aunque no son conscientes de ello. También sugiere que después de superar un trastorno ansioso, los pacientes a menudo mantienen cierta desconfianza latente de que pueda volver, aunque el enfoque más eficaz es recuperar la confianza en uno mismo y fortalecer la idea de que se trató
Este documento discute las resistencias inconscientes que mantienen los trastornos de ansiedad. Explica que los pacientes se aferran a sus trastornos porque les proporcionan algún tipo de beneficio inconsciente, aunque no son conscientes de ello. También sugiere que después de superar un trastorno ansioso, los pacientes a menudo mantienen cierta desconfianza latente de que pueda volver, aunque el enfoque más eficaz es recuperar la confianza en uno mismo y fortalecer la idea de que se trató
mantener la ansiedad»), sino que a la vez se blinde por el
gran «favor» que «para seguir sobreviviendo» se entiende
que proporciona en lo sucesivo. En la psicoterapia práctica observamos el mencionado blindaje a través de los muchos frenos o resistencias al cambio existentes, que sin darse uno mismo cuenta, mantienen el trastorno y, en ocasiones, parecen hacerlo «intocable». En efecto, las resistencias a eliminar la ansiedad no dejan de ser algo contradictorio y solo comprensible desde el conservadurismo radical; de hecho, irónicamente podríamos decir sin miedo a errar que «el fin justifica los medios»; como no podía ser de otra manera, tales resistencias son de entidad inconsciente y, por ello, poco o nada declarables. En definitiva, se hace realmente difícil (cuando no imposible) conocer qué beneficios pueden obtenerse con el trastorno, su reconocimiento permitiría comprobar la «coherencia» del proceso y el repertorio inconsciente de temores, aunque a nivel práctico, este hecho no incide sino indirectamente en el abordaje psicoterapéutico. A la pregunta de si se será o no la «misma persona» tras dejar atrás un proceso ansioso, suscribimos gracias a la experiencia clínica que, con respecto al olvido del problema, siempre suele quedar una especie de desconfianza latente (a veces manifiesta) de que este vuelva, por ello no hay un planteamiento cognitivo más eficaz que el de devolverse la confianza a uno mismo y fortalecer la idea de que se trató únicamente de una equivocación emocional y que se tienen suficientes recursos con los que cambiar radicalmente el planteamiento de analizar la realidad. Soy de la opinión de que el paso por la ansiedad debe dejar al sujeto en mejores condiciones a como estaba cuando le sobrevino