La psicoterapia es verdaderamente eficaz cuando se
trata de hacer comprender al sujeto cuál es el juego
simbólico al que se está sometiendo cruelmente (romper la minimización), desactivando la propia inseguridad por inadecuada y engañosa, a la vez que trata de exponer con realismo el papel usualmente neutro y no interviniente de los demás (reducción de la maximización) en la valoración de la vida de uno mismo. Hemos podido ver, en el marco descrito, el uso del propio organismo como «diana alertadora» de un problema personal (que habitualmente viene de lejos en la biografía), que se recuerda cada día por su elevado significado en cuanto a que necesariamente la interacción social es un elemento permanente e importante; en definitiva, un secreto de la ansiedad que a buen seguro eliminará los complejos de muchas personas si atienden a su significado profundo.
2.6. Estoy cada vez más incómodo... ¡Me atrapo!
La persona de carácter introvertido lo pasa mal en
clase cuando llega aquel profesor concreto que tiene por costumbre sacar a la pizarra a los alumnos. Así, se esconde tras el compañero de delante, se tapa con el libro o hace ver que está escribiendo algo en la libreta, justo cuando parece que el docente va a hacerla salir al encerado, se protege para no ser visto, puesto que su salida a la pizarra no es percibida más que como la singularización ante los demás, con la consecuente y temida valoración negativa que se pueda dar. Este hecho es tan común como lo es el típico alumno extravertido (y en ocasiones «pesado») que siempre estaría en la tarima, aunque no supiera dar respuestas ante el resto de los