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La interacción entre el receptor CD28 en los linfocitos T y las moléculas coestimuladoras B7-1 y B7-2 en las células presentadoras de antígeno desempeña un papel fundamental en la activación de los linfocitos T al proporcionar la señal coestimuladora necesaria junto con el reconocimiento del antígeno. Esta interacción promueve la respuesta inmune, la proliferación y diferenciación de los linfocitos T en células efectores y de memoria. Sin embargo, también induce la expresión
Descripción original:
Escula bonita
Título original
Vía de señalización de la activación del linfocito T
La interacción entre el receptor CD28 en los linfocitos T y las moléculas coestimuladoras B7-1 y B7-2 en las células presentadoras de antígeno desempeña un papel fundamental en la activación de los linfocitos T al proporcionar la señal coestimuladora necesaria junto con el reconocimiento del antígeno. Esta interacción promueve la respuesta inmune, la proliferación y diferenciación de los linfocitos T en células efectores y de memoria. Sin embargo, también induce la expresión
La interacción entre el receptor CD28 en los linfocitos T y las moléculas coestimuladoras B7-1 y B7-2 en las células presentadoras de antígeno desempeña un papel fundamental en la activación de los linfocitos T al proporcionar la señal coestimuladora necesaria junto con el reconocimiento del antígeno. Esta interacción promueve la respuesta inmune, la proliferación y diferenciación de los linfocitos T en células efectores y de memoria. Sin embargo, también induce la expresión
Vía de señalización de la activación del linfocito T
La estimulación del linfocito T es un proceso que incluye una secuencia y
modificaciones en la expresión de moléculas de superficie, tras la identificación del antígeno y recibir la estimulación, los linfocitos T sufren alteraciones distintivas en su apariencia y desempeño.
Uno de los eventos clave en la activación del linfocito T es la coestimulación.
La coestimulación es necesaria para que los linfocitos T respondan adecuadamente a la presencia de un antígeno. La vía coestimuladora más caracterizada es aquella en la que interviene el receptor de superficie del linfocito T CD28 y las moléculas coestimuladoras B7-1 (CD80) y B7-2 (CD86).
La interacción de CD28 con B7-1 o B7-2 proporciona una señal
coestimuladora necesaria para la activación adecuada del linfocito T. Esta interacción aumenta la respuesta del linfocito T y promueve su proliferación, supervivencia y diferenciación hacia linfocitos efectores y de memoria, en caso de la ausencia de la coestimulación a través de CD28, los linfocitos T pueden entrar en un estado de falta de reactividad prolongada o incluso apoptosis.
Reiterando importancia de la vía CD28:B7 en la activación de linfocitos T
vírgenes ha sido ampliamente demostrada. Esta interacción proporciona la "segunda señal" necesaria junto con el reconocimiento del antígeno por parte del receptor del linfocito T (TCR) que constituye la "primera señal", donde la unión de CD28 a B7-1 o B7-2 potencia las señales del TCR y estimula la expresión de proteínas de supervivencia, citocinas y receptores para citocinas, lo que resulta en una respuesta inmune más efectiva.
En pocas palabras la interacción entre CD28 y las moléculas coestimuladoras
B7-1 y B7-2 desempeña un papel fundamental en la activación del linfocito T. Esta vía coestimuladora proporciona una señal necesaria para la activación completa del linfocito T, promoviendo su respuesta inmune y su diferenciación hacia linfocitos efectores y de memoria.
Uno de los cambios más llamativos es el incremento en la expresión de la
molécula CD69 en los linfocitos T activados, donde CD69 se adhiere al receptor para la esfingosina 1-fosfato 1 (S1PR1) y disminuye su presencia en la superficie celular, este decaimiento en la expresión de S1PR1 tiene consecuencias en la migración de los linfocitos T y puede contribuir a su retención en los órganos linfoides, cabe destacar que CD69 es una molécula presente en la superficie de los linfocitos T activados, tras recibir el estímulo por el reconocimiento del antígeno y la coestimulación.
Además, se ha observado que CD69 participa en la activación y proliferación
de los linfocitos T, se ha demostrado que la presencia de CD69 se relaciona con una mayor capacidad de proliferación de los linfocitos T y una mayor producción de citocinas, como la interleucina 2 (IL-2), Además también interviene en la regulación de la apoptosis de los linfocitos T fomentando la supervivencia celular.
Asimismo, de la interacción entre CD28 y las moléculas coestimuladoras B7-
1 y B7-2, durante la activación del linfocito T también se produce la inducción de moléculas inhibidoras como CTLA-4 y PD-1, las cuales tienen un papel crucial en la regulación de la activación continua del linfocito T y pueden limitar la generación excesiva de la respuesta inmune.
La expresión de CTLA-4 y PD-1 aumenta después de la activación del
linfocito T, que también actúan como inhibidores de la activación del linfocito T al competir con CD28 por la unión a las moléculas coestimuladoras B7-1 y B7-2.
La unión de CTLA-4 a B7-1 y B7-2 bloquea la señal coestimuladora necesaria
para la activación completa del linfocito T, lo que resulta en una inhibición de la respuesta inmune, mientras que PD-1 es una molécula inhibidora que se expresa en la superficie de los linfocitos T activados, su interacción con su ligando PD-L1, que se encuentra en las células presentadoras de antígeno, también inhibe la activación del linfocito T, esta interacción disminuye la producción de citocinas y la proliferación celular, y promueve la aparición de un estado de anergia o agotamiento del linfocito T.
Estos cambios en la expresión de moléculas de superficie y las señales
coestimulatorias, junto con la inducción de moléculas inhibidoras como CTLA-4 y PD-1, conducen a la activación del linfocito T y el inicio de respuestas funcionales. Estas respuestas incluyen la producción de citocinas, que son moléculas clave en la regulación de la respuesta inmune, la proliferación celular para amplificar la respuesta y la diferenciación hacia subpoblaciones especializadas de linfocitos T, como las células T helper (CD4+) o las células T citotóxicas (CD8+)
Bibliografía:
Abbas, A. K. (2022). INMUNOLOGIA CELULAR Y MOLECULAR (10a.