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CAPITULO 9

MOLÉCULAS ACCESORIAS DEL LINFOCITO T

INTRODUCCIÓN
La interacción entre el antígeno y el receptor debe ser lo suficientemente “intensa” para generar
una señal que induzca la activación del linfocito que reconoció el antígeno y en muchos casos es
necesario que la señal generada a partir del receptor sea reforzada.
A esta función sirven diversas proteínas de membrana que tienen funciones cruciales en el
desarrollo de la respuesta inmunitaria. Además muchas de las funciones efectoras de la célula
linfoide, y particularmente de la célula T, están mediadas por moléculas de membrana. El
conjunto de estas moléculas de membrana que no participan en el reconocimiento del antígeno
pero que refuerzan las señales generadas a partir del receptor y/o sirven para el desarrollo de las
funciones efectoras o aún más a la adhesión intercelular se conocen como moléculas accesorias y
fueron descubiertas y caracterizadas mediante el uso de anticuerpos monoclonales. Muchas de
esas moléculas se designan con las siglas CD seguidas de un número arábigo.
Cada molécula CD (del ingles, clusters of differentiation) o antígeno CD (como también se les
describe en la literatura especializada) es reconocida por un determinado grupo de anticuerpos
monoclonales, lo que permite su designación como grupo de diferenciación (Ej., CD1, CD2,
CD3, CD4, etc) se expresan en la membrana plasmáticas de muchas células del sistema
inmunitario (leucocitos) pero también se han identificado en otros tipos celulares. La
identificación de una molécula CD en una célula en particular se usa como marcador fenotípico
pues sirven para identificar a la célula, la estirpe a la que pertenece o el estadio de maduración en
el que se encuentra. Por otra parte, muchas moléculas CD tienen funciones concretas tales como
la traducción de señales, activación celular, adhesión intercelular, entre otras. A continuación se
describirán las moléculas accesorias del linfocito T.

MOLÉCULAS ACCESORIAS DEL LINFOCITO T Y SUS PROPIEDADES


En primer lugar debemos señalar que las moléculas accesorias de los linfocitos T se unen en
forma específica a otras moléculas, llamadas ligando las cuales se expresan en la superficie de las
células con las que interactúa el linfocito T (por ejemplo CPA, linfocitos B y células endoteliales)

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Elaborado por Irma F Agrela
Moléculas accesorias

e incluso algunos de los ligandos de las moléculas accesorias están presentes en la matriz
extracelular.
Otra propiedad de las moléculas accesorias del linfocito T es que estas proteínas son codificadas
por genes no polimórficos y por lo tanto invariables; esto significa que la secuencia de
aminoácidos es idéntica en todos clones de linfocito T de un individuo y entre los individuos de
una misma especie.
Finalmente y como se describirá más adelante, las moléculas accesorias del linfocito T cumplen
diferentes funciones: algunas se encargan de transducir señales bioquímicas que junto con las
señales procedentes del receptor promueven la activación de la célula (CD4, CD8, CD28) otras
son indispensables en el desarrollo de las funciones efectoras llevadas a cabo por el linfocito T
(FasL y CD40L) otras facilitan la adherencia del linfocito T a las CPA permitiendo que ambas
células interactúen el tiempo suficiente para que se produzca una respuesta (integrinas). Otras
moléculas accesorias son responsables de la localización preferencial de los linfocitos T vírgenes
en los tejidos linfoides (Selectina L) o de la retención de los linfocitos T efectores en los tejidos
(CD44) y otras moléculas accesorias sirven como marcadores fenotípicos lo cual es utilizado en
el laboratorio para su cuantificación y aislamiento físico (CD2).

LAS MOLÉCULAS CD4 Y CD8 SON LOS CORRECEPTORES DEL LINFOCITO T


Estas proteínas de la membrana de los linfocitos T interactúan con las regiones no polimórficas
de las moléculas CPH expresadas en las CPA o en la célula blanco y generan señales de
activación que junto con las señales emitidas por el complejo receptor del linfocito T (TCR),
inician la activación de los linfocitos T. Gracias a su estrecha participación en el reconocimiento
del antígeno las moléculas CD4 y CD8 se conocen como correceptores de las células T.
Estas moléculas no se expresan en todas las células T; únicamente se expresan en los linfocitos T
cuyo receptor antigénico es del tipo / (o también llamado TCR-2); sin embargo, la expresión
de estas molécula se hace en forma excluyente; esto significa que si la célula T expresa el CD4
no expresará el CD8 y si expresa el CD8 no expresará el CD4; es decir cada linfocito T /
maduro expresa uno de los dos correceptores pero nunca los dos. Se ha establecido que la gran
mayoría de los linfocitos T / de sangre periférica (≈65%) expresan el CD4 y sólo una pequeña
fracción de estos linfocitos (≈35%) expresan el CD8. Los linfocitos T que expresan la molécula
CD4 cumplen funciones de cooperación intercelular mediante la secreción de citocinas; en otras

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palabras su función es “ayudar” a otras células del sistema inmunitario como los linfocitos B y
los macrófagos, a cumplir con sus funciones efectoras. Por su parte, la función de los linfocitos T
citotóxicos destruyen células infectadas por patógenos intracelulares lo que permite evitar que
otras células sean invadidas por los microorganismos y expresan el CD8.
La molécula CD4 es una glucoproteína trasmembrana que se expresa en forma monomérica y es
miembro de la superfaminila de las inmunoglobulinas ya que la región extracelular posee cuatro
dominios Ig (Figura 9.1), los dominios amino terminal interactúan con el dominio 2 de la
molécula CPH de clase II; además de participar en el reconocimiento del antígeno reforzando las
señales procedentes del receptor, la molécula CD4 es utilizada por el virus de inmunodeficiencia
adquirida (VIH), el agente etiológico del síndrome de inmunodeficiencia humana (VIH), para
infectar a las células que expresan el CD4; es por ello que este virus infecta selectivamente a los
linfocitos T cooperadores al utilizar la molécula CD4 como “puerta de entrada” a la célula”.

Figura 9.1. Estructura de las moléculas CD4 y CD8 o correceptores del linfocito T /. Son
glucoproteínas transmembrana que pertenecen a la superfamilia de las Ig poseen estructuras
moleculares diferentes pero ambas generan señales que junto con las señales generadas por el complejo
receptor del linfocito T contribuyen a la activación de la célula durante el reconocimiento antigénico

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La molécula CD8 aunque también es un miembro de la superfamilia de las inmunoglobulinas


tiene una estructura diferente y de hecho es un heterodímero de membrana formado por dos
cadenas de aminoácidos de secuencia diferentes unidas por un puente disulfuro intercatenario,
ambas cadenas poseen un único dominio Ig (Figura 9.1) que interactúan con el dominio 3 de la
molécula CPH de clase I. Durante el reconocimiento antigénico el receptor de la célula T
interacciona con el péptido antigénico ubicado en la ranura de unión al péptico de la molécula del
CPH mientras que la molécula CD4 o la molécula CD8 (según el caso) interaccionan con el
dominio 2 ó 3 (regiones conservadas) de la molécula de CPH de clase II o clase I,
respectivamente (Figura 9.2). Esto determina la restricción por CPH de los linfocitos T ya que un
linfocito T CD8 sólo reconocerá péptidos si están asociados a moléculas CPH de clase I y los
linfocitos T CD4 sólo reconocerán péptidos asociados a moléculas CPH de clase II, esto garantiza
que se active una clase particular de linfocito (cooperador CD4 o citotóxico CD8) en respuesta a
un tipo particular de infección ya que, como se describirá más adelante, los péptidos procedentes
del extracelular se asocian a moléculas del CPH de clase II que son reconocidos por linfocitos T
CD4 y los péptidos procedentes del intracelular se asocian a moléculas CPH de clase I y son
reconocidos por linfocitos T CD8.

Figura 9.2. Interacción entre las moléculas del CPH y las moléculas correceptoras, CD8 y CD4.
Durante la presentación del péptido antigénico estas moléculas transducen señales y fortalecen la unión
del linfocito T a la CPA o a la célula diana. La unión selectiva de CD4 a las moléculas del CPH de
clase II y de CD8 a las moléculas de clase I determina la restricción de los linfocitos T /β por el CPH

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LAS MOLÉCULAS CD28 y CTLA-4 SON RECEPTORES DE LAS MOLÉCULAS B7


Las moléculas B7 (B7.1 y B7.2 o CD80 y CD86, respectivamente) son glucoproteínas de
membrana que se expresan en la superficie de las CPA, tales como células dendríticas, linfocitos
B y macrófagos. Estas moléculas tienen una función esencial en la activación del linfocito T ya
que sirven de coestimuladores de la célula T durante la fase de reconocimiento y activación de las
células T. Para que ocurra la activación del linfocito T, éste debe recibir dos señales diferentes
una procedente de complejo receptor/correceptor y otra procedente de las moléculas
coestimuladoras presentes en la CPA. En otras palabras las señales procedentes del complejo
receptor y del correceptor son necesarias para la activación del linfocito; sin embargo, el
reconocimiento del antígeno es insuficiente para inducir la activación de las células T.
Entre los receptores de B7 que inducen señales activadoras se describe a la molécula CD28 un
homodímero de membrana cuyas cadenas polipeptídicas están unidas por un puente disulfuro
intercatenario y poseen un único dominio extracelular tipo inmunoglobulina; en los seres
humanos, la molécula CD28 se expresa en más del 90% de los linfocito T CD4+ y en 50% de los
linfocitos T CD8+. La unión de la molécula CD28 de los linfocitos T a las moléculas B7 de las
CPA induce la expresión de moléculas antiapoptósicas, estimula la síntesis de factores de
crecimiento y citocinas y favorece la proliferación y diferenciación de los linfocitos T y
representa una señal indispensable para la activación de la célula T.

Figura 9.3. Interacción de la CPA con el linfocito T durante la presentación del antígeno. Para que el
linfocito T se active éste debe reconocer el antígeno; sin embargo la señal procedente del receptor (1°
señal), aunque necesaria, no es suficiente para activar la célula. Para la activación del linfocito T es
indispensable que la molécula CD28 interactué con la molécula B7, esta segunda interacción genera la
segunda señal (o coestimulación) para que linfocito T se active; de lo contrario el linfocito T aunque
reconozca el antígeno, no se activará

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Debido a la importancia de las moléculas coestimuladoras en la generación de las respuestas


inmunitarias adaptativas, la expresión de moléculas coestimuladoras está finamente regulada. Por
ejemplo, las moléculas coestimuladoras sólo se expresa en CPA “profesionales” (linfocitos B,
células dendríticas y macrófagos), no se expresan o se expresan a bajo nivel en las CPA en
reposo, su expresión aumenta gracias a diferentes estímulos tales como la presencia de productos
de origen microbiano (como el LPS), las señales procedentes del receptor para INF-, y la unión
del CD40 con el CD40L, entre otros.
La ausencia de coestimulación mediada por la interacción entre B7 y CD28 determina el
desarrollo de la respuesta inmunitaria mediada por linfocitos T; cuando una célula T reconoce
efectivamente un péptido antigénico asociado a una molécula del CPH pero no recibe la
coestimulación adecuada (digamos la CPA se encuentra en reposo y por lo tanto no expresa
moléculas coestimuladoras) el linfocito T no se activará y morirá por apoptosis o entra en un
estado denominado anergia; un linfocito T anérgico no responderá al antígeno aún cuando en el
futuro interactué con una CPA activada. La ausencia de coestimuladores en las CPA desactivadas
o “en reposo” situadas en los tejidos normales contribuye al mantenimiento de la tolerancia frente
a antígenos propios.
Otro receptor de las moléculas B7 es la molécula CTLA-4 (por sus siglas en ingles cytotoxic T
lymphocyte antígen T es decir antígeno del linfocito T citotóxico 4) o CD152, esta molécula no se
expresa en células en reposo, su expresión se inicia después que el linfocito T se ha activado en
respuesta al reconocimiento antigénico; estructuralmente CTLA-4 es similar a CD28 pero se une
a B7 con una fuerza que supera la fuerza con la que la molécula B7 se une a CD28; es decir la
afinidad de CTLA-4 por B7 es superior a la afinidad de CD28 por B7. Esto significa que CTLA-4
se unirá a B7 aún cuando el número de moléculas B7 sea pequeño, como sucede cuando las CPA
están en reposo o cuando las CPA ya no están expuestas a microbios o la respuesta inmunitaria
innata ha desaparecido.
Cuando B7 se une a CD28 el linfocito T se activa pero cuando B7 se une a CTLA-4 el linfocito T
se inhibe. En otras palabras, la unión de CTLA-4 a B7 da lugar a una respuesta totalmente
opuesta; cuando B7 interactúa con CTLA-4, la activación del linfocito T cesa y esto permite
extinguir la respuesta inmune celular y retornar a la homeostasis. Ambas moléculas reconocen el
mismo ligando pero la respuesta de la célula es totalmente opuesta. Debido a la elevada afinidad
de CTLA-4 por B7, CTLA-4 desplaza a CD28, evitando la unión de B7 a CD28; es decir CTLA-

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4 actúa “secuestrando” las moléculas B7 presentes sobre la CPA. Adicionalmente, la cola


citoplasmática de la CTLA-4 posee estructuras capaces de reclutar fosfatasas, estas enzimas
“roban” los grupos fosfatos de los residuos ITAM bloqueando las señales activadoras
procedentes del complejo receptor-correceptor del linfocito T y del CD28.
Debido al papel de la molécula CTLA-4 en la inhibición de la respuesta inmunitaria mediada por
linfocitos T, esta molécula participa en el fenómeno de tolerancia y las anomalías en su
expresión o función conduce al desarrollo de enfermedades autoinmunitarias.

LA MOLÉCULA CD2 CUMPLE DOS TIPOS DE FUNCIONES DIFERENTES


La molécula CD2 es una glucoproteína que está presente en más del 90% de los linfocitos T
maduros, en 50-70% de los timocitos y en los linfocitos citolíticos naturales (también conocidos
como células asesinas naturales). Estructuralmente, contiene dos dominios Ig extracelulares, una
región transmembrana hidrófoba y una cola citoplasmática larga. En los seres humanos la
molécula CD2 se une a la molécula LFA-3 (por sus siglas en ingles, leukocite funtion associated
antigen 3 o antígeno 3 asociado a la función del leucocito) que se expresa en una gran variedad
de células hematopoyéticas y no hematopoyéticas.
La molécula CD2 actúa como molécula de adhesión y como transductor de señales. Se ha
señalado que algunos anticuerpos anti-CD2 bloquean la adhesión de los linfocitos T a otras
células que expresan el ligando lo que sugiere su papel como molécula de adhesión. Estos
anticuerpos inhiben la respuesta de los linfocitos T citotóxico y de los linfocitos T cooperadores
ya que la adhesión de la célula T a la célula diana o a la CPA es fundamental en la respuesta
mediada por linfocitos T.
Cuando se cultivan linfocitos T con anticuerpos anti-CD2 y anti-TCR/CD3, se observa que las
células en cultivo proliferan y secretan citocinas, esto sugiere que la molécula CD2 puede
potenciar las respuestas de linfocitos T activados. La evidencia experimental demuestra que la
molécula CD28 y CD2 pueden compensarse mutuamente ya que se ha observado que ratones con
anomalías en la expresión y función de CD28 y CD2 muestras defectos más graves en el
desarrollo de la respuesta inmunitaria celular que aquellos que tienen alteraciones en la expresión
o función en una de las dos moléculas, lo que indica que ambas moléculas pueden compensarse
entre sí. Lo anteriormente señalado demuestra que la molécula CD2 participa en la generación de
señales que promueven la activación de las células T.

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La molécula CD2 puede unirse a eritrocitos de carnero, este dato puede ser útil si se desea aislar
físicamente células T en el laboratorio. Además debido a que los linfocitos T (pero no los
linfocitos B) pueden unirse a eritrocitos de carneros a través de la CD2, los linfocitos T son
fácilmente identificables gracias a su capacidad para fijar eritrocitos de carnero y formar rosetas
E las cuales se observan mediante microscopia óptica como célula linfoides rodeadas por
eritrocitos. Esta estrategia permite diferenciar linfocitos T (formadores de rosetas E) de los
linfocitos B (no formadoras de rosetas E) y determinar el número de linfocitos T en sangre
periférica. En la actualidad se utilizan anticuerpos monoclonales fluorescentes anti-CD2 para
enumerar linfocito T.

LAS MOLÉCULAS CD40L Y FasL PARTICIPAN EN EL DESARROLLO DE LAS


FUNCIONES EFECTORAS DEL LINFOCITO T
Los linfocitos T CD4+ activados (o efectores) expresan el ligando de CD40 (CD40L o CD154)
que se une a la molécula CD40. La molécula CD40 se expresa en la membrana plasmática de
linfocitos B, macrófagos, células dendríticas y células endoteliales. La interacción de CD40 y
CD40L provoca la activación de las células que expresan el CD40 (linfocitos B, macrófagos,
células dendríticas y células endoteliales). La unión de CD40 y CD40L es una de las señales que
utiliza el linfocito cooperador efector para estimular la proliferación de linfocitos B y la síntesis
de anticuerpos en el curso de una respuesta inmunitaria humoral frente antígenos
timodependientes. Así mismo, durante el desarrollo de las respuesta inmunitarias frente a
microorganismos resistentes a los mecanismos microbicidas de los fagocitos, los macrófagos
pueden ser activados y “volverse más agresivos” gracias a las señales procedentes de la
interacción CD40 y CD40L.
Los linfocitos T activados expresan un ligando del receptor de muerte celular llamado Fas (o
CD95) la unión de la molécula Fas (expresado en la membrana plasmática de muchas células) al
ligando del Fas (o FasL) del linfocito T activado induce la muerte de la célula que expresa la
molécula Fas. Esta interacción da lugar a la activación de enzimas llamadas caspasas y con ello
se inicia un proceso que culmina con la muerte de la célula portadora del Fas por apoptosis. Este
proceso es importante en la eliminación de linfocitos T estimulados por un antígeno; las personas
que carecen de moléculas Fas funcionales padecen de una enfermedad llamada síndrome
linfoproliferativo autoinmunitario (SLPA) caracterizada por la inflamación de los ganglios

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linfáticos y enfermedades autoinmunitarias que afectan a células sanguíneas, plaquetas y células


hepáticas; la causa de la enfermedad radica en la incapacidad del individuo de controlar el
número de linfocitos T activados debido a un defecto en el gen que codifica la molécula Fas.
Además, la interacción entre FasL (del linfocito) y la molécula Fas (de la célula diana) es uno de
los mecanismos utilizados por el linfocito T citotóxico para eliminar células infectadas. La unión
del FasL del linfocito T citotóxico y el Fas de la célula infectada provoca el “suicidio de la célula
infectada” o apoptosis.

LAS SELECTINAS E INTEGRINAS MEDIAN LA ADHESIÓN INTERCELULAR, SON


MOLÉCULAS DE ADHESIÓN
Una propiedad “única” de las células linfoides y de los leucocitos en general que las diferencia
del resto de las células corporales es su capacidad de movilizarse a través de la sangre hacia los
tejidos (incluyendo los tejidos linfoides) y de vuelta a la sangre; en otras palabras, las células que
forman parte del sistema inmunitario (linfocitos, monocitos, neutrófilos, eosinófilos y basófilos=
leucocitos) “van y viene” desde la sangre a los tejidos y viceversa. El tráfico de leucocitos está
muy bien controlado por moléculas de adhesión y sus ligandos, este grupo de moléculas
participan en la interacción de los leucocitos con las células endoteliales y en el proceso de salida
de los leucocitos de los vasos sanguíneos a los tejidos circundantes (extravasación) e incluso en
su retención en esos tejidos. Además las moléculas de adhesión también participan en diversos
eventos en los cuales se requiere la adhesión de una célula a otra como sucede, por ejemplo,
durante la presentación del antígeno donde es imprescindible que los linfocitos T se adhieran
firmemente a la CPA a fin de que puedan producirse los eventos necesarios para la activación del
célula T después del reconocimiento del complejo péptido-molécula CPH.
En términos generales las moléculas de adhesión son glucoproteínas de membrana que poseen
una región extracelular que se une al ligando, una porción transmembrana que ancla la molécula
a la membrana plasmática de la célula y es de carácter hidrófoba y una porción o cola
citoplasmática que puede transducir señales. Estas moléculas se expresan en la membrana de los
leucocitos (entre ellos los linfocitos T) y las células endoteliales y permiten que dos células se
adhieran una a otra (linfocito T- APC o leucocito- célula endotelial); como veremos la adhesión
es un requisito para que se ejecuten muchos de los eventos que dan origen a la respuesta
inmunitaria. Estas moléculas pertenecen a dos familias: selectinas e integrinas y sus

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correspondientes ligandos. Una molécula del linfocito T denominada CD44 también cumple
funciones de adhesión como se describirá en breve.
Selectinas y sus ligandos
Las selectinas poseen dominios extracelular tipo lectina y se unen a carbohidratos de las
glucoproteínas; las selectinas y sus ligandos se expresan en leucocitos y células endoteliales. La
familia de las selectinas está formada por tres miembros designados con las letras P, E y L
(selectinas P, selectina E y selectina L). Gracias a la interacción de las selectinas y sus ligandos,
los leucocitos se adhieren a las células endoteliales; pero debido a que la interacción entre
selectinas y sus ligando es débil y por lo tanto breve (se establece y se rompe rápidamente); en
consecuencia, la adhesión del leucocito al endotelio también lo es; de manera que el leucocito se
une y se separa del endotelio, rodando sobre éste mientras es arrastrado por la sangre que fluye.
La unión transitoria del leucocito al endotelio no permite la extravasación de la célula hacia el
tejido inflamado pero favorece la exposición del leucocito a los diferentes factores inflamatorios
que se están produciendo en el sitio de la infección, entre ellos las quimiocinas.
Las selectinas P y E se expresan en las células endoteliales durante una reacción inflamatoria
aunque la selectina P se expresa también en plaquetas. Las células endoteliales expresan estas
moléculas cuando reciben un estímulo inflamatorio tales como citocinas proinflamatorias (FNT y
la IL-1), productos de origen microbiano como el lipopolisacárido (LPS), la histamina de los
mastocitos y la trombina (un producto de la cascada de la coagulación). Los ligandos para las
selectinas P y E se conocen como mucinas, un grupo de proteínas ricas en serina y treonina muy
glucosiladas que se expresan en forma constitutiva (es decir sin estímulo) en los leucocitos. Un
ejemplo de estas moléculas lo representa la mucina PSGL-1 o ligando glucoproteico de la
selectina P-1.
La selectina L se expresa en los leucocitos pero no en las células endoteliales, los ligandos para
selectina L son sialomucinas, descritos como diriginas o adresinas del ganglio (tales como
GlyCAM-1, MadCAM y CD34) se expresan en células endoteliales altas de los ganglios
linfáticos. En la inmunidad adaptativa la selectina L promueve el asentamiento de los linfocitos T
vírgenes en los ganglios linfáticos; gracias a las enormes concentraciones de selectina L que
expresan los linfocitos vírgenes (superiores a las que expresan los linfocito T efectores y de
memoria), son estas células las que predominantemente se adhieren a las células endoteliales
altas de los ganglios linfáticos. Los ligando de selectina L también se expresan en células

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endoteliales, particularmente en células endoteliales activadas por citocinas como el FNT y la IL-
1 en los lugares de inflamación, la unión de selectina L a estos ligandos favorece la unión de los
leucocitos a las células endoteliales.
Integrinas y sus ligandos
Son proteínas heterodímericas formadas por dos cadenas:  y ; se han descrito más de 30
integrinas formadas por una de entre más de 15 cadenas  diferentes unidas no covalentemente
con una de las siete cadenas  descritas (Figura 9.4). Las cabezas globulares interaccionan con el
ligando de integrina y los dominios citoplasmáticos interaccionan con el citoesqueleto de la
célula. Las mejor caracterizadas son la LFA-1 (antígeno de función leucocitario-1) y la VLA-4
(antígeno muy tardío), ambas se expresan en los leucocitos (incluyendo los linfocitos T).

Figura 9.4. Estructura de las integrinas. Son heterodímeros de membrana formados por dos cadenas de
aminoácidos diferentes denominadas  y . Estas moléculas son indispensables en la ejecución de la
mayoría de las funciones de los linfocitos que dependen de la adhesión tales como la adhesión al
endotelio durante la migración de éstos a los tejidos inflamados, el reconocimiento del antígeno o la
destrucción de células infectadas mediada por linfocitos T citotóxicos

Uno de los ligandos de la integrina LFA-1 es la molécula de adhesión intercelular-1 (ICAM-1),


un miembro de la superfamilia de las Ig ya que su dominio extracelular contiene dominios
globulares similares a los dominios de las inmunoglobulinas, y se expresa en las células
endoteliales activadas por citocinas proinflamatorias y en otras células tales como macrófagos,
células dendríticas, linfocitos, queratinocitos y fibroblastos. La interacción entre la molécula

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LFA-1 y la molécula ICAM-1 es importante en el desarrollo de las funciones del linfocito que
dependen de la adhesión tales como la adhesión de los leucocitos al endotelio, la interacción de
las células T colaboradoras con CPA durante la presentación del antígeno y la destrucción de la
célula diana mediada por linfocitos T citotóxico. Otros ligandos para LFA-1 son las moléculas
ICAM-2 e ICAM-3 que se expresan en células endoteliales y linfocitos, respectivamente.
La molécula VLA-4 media la fijación de los leucocitos a células endoteliales al interaccionar con
la molécula VCAM-1 (molécula de adhesión a la célula vascular 1) un miembro de la
superfamilia de las Ig cuya expresión en células endoteliales es inducida por citocina
inflamatorias. La unión de VLA-4 y VCAM-1 promueve el pasaje de los leucocitos a los focos de
inflamación; de manera que esta interacción es importante para que se produzca el reclutamiento
de los leucocitos en los focos inflamatorios. Además la molécula VLA-4 puede interactuar con
componentes de la matriz extracelular como la fibrinonectina lo que favorece el desplazamiento
de los leucocitos a través de los tejidos inflamados y/o infectados.

Una característica de las integrinas es que pueden modificar la afinidad por sus ligandos de
acuerdo a las señales que reciben
Durante el reconocimiento del antígeno, los linfocitos T “examinen” las CPA, esta interacción
inicial, mediada por integrinas es débil, pero permite que la célula T “revise” el péptido-molécula
CPH que está siendo presentado por la CPA; si la célula T reconoce el péptido-molécula CPH
expresado por la CPA, la célula linfoide recibe una señal que provoca un cambio de
conformación en la integrina; este cambio en la conformación de la integrina incrementa la
afinidad de ésta por su ligando. La modificación de la afinidad de la integrina por su ligando
fortalece la interacción entre el linfocito y la CPA lo que permite que ambas células estén unidas
el tiempo suficiente para que se produzca una respuesta productiva que inducirá la activación del
linfocito T.
Un fenómeno similar sucede cuando los leucocitos se exponen a quimiocinas, la exposición de
los leucocitos a quimiocinas induce un cambio de conformación de las integrinas del leucocito,
este cambio conformacional incrementa la afinidad de las integrinas por su ligando, el
citoesqueleto del leucocito se reorganiza y el leucocito se adhiere firmemente a la célula
endotelial, paso critico en la migración trasepitelial de la célula leucocitaria.

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De hecho, los defectos de la adhesión de los leucocitos pueden ser la causa de infecciones
bacterianas recurrentes como sucede en una enfermedad hereditaria denominada deficiencia de
adhesión leucocitaria (LAD) que afecta a los pacientes desde edad muy temprana y compromete
seriamente su vida. Los afectados tienen recuentos elevados de granulocitos y la función de los
linfocitos T y B así como también de las células asesinas naturales son casi normales; sin
embargo, los leucocitos son incapaces de adherirse al endotelio y alcanzar el foco infeccioso. La
causa de esta enfermedad son las alteraciones significativas en el proceso de reclutamiento de los
leucocitos debido a alteraciones en los genes que codifican para las integrinas o sus ligandos, esto
demuestra el papel que juegan las integrinas en las respuesta inmunitarias.

CD44 UNA PROTEÍNA DE LA FAMILIA DE UNIÓN AL CARTÍLAGO


La molécula CD44 es una glucoproteína de membrana que se expresa en todos los leucocitos y
por ende en los linfocitos T; también se expresa en timocitos, macrófagos, fibroblastos y
eritrocitos; está involucrada en la adhesión intercelular, la adhesión de las células linfoides a
diferentes componentes de la matriz extracelular y la migración. Se une al hialuronato un
componente importante de la matriz extracelular aunque también puede interactuar con otros
componentes de la matriz extracelular tales como el laminina, fibronectina y colágeno.
Una característica interesantes es que su expresión en linfocitos T vírgenes es menor que en
linfocitos T efectores y de memoria; gracias al hecho de que está proteína se une al hialuronato es
responsable de la retención preferencial de los linfocitos T efectores y de memoria en los focos
de infección ubicados en los tejidos extralinfoides, también participa en la unión de este grupo de
linfocitos al endotelio en los lugares de inflamación y en los tejidos mucosos.

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Cuadro 9.1. Moléculas accesorias del linfocito T


Molécula Expresado en Ligando Expresado enFunción
CD4 65% de los LT / Dominio 2 de la M, CD, LB Transducción de
molécula CPH de señales
clase II (Correceptor)
CD8 35% de los LT / Dominio 3 de la Todas las Transducción de
molécula CPH de células señales
clase I nucleadas (Correceptor)
CD2 Linfocitos T maduros, LFA-3 Varias células Transducción de
timocitos y células señales y
asesinas naturales adhesión
intercelular
CD28 LT vírgenes (90% de los B7 (CD80 y CD81) M, CD, LB Transducción de
LT CD4+ y en 50% de señales
los LT CD8+) (coestimulación)
CTLA-4 LT activados B7 (CD80 y CD81) M, CD, LB Transducción de
señales
(inhibición)
CD40L LT CD4+ activados CD40 M, CD, LB Promueve la
activación de M,
CD, LB
FasL LT activados Fas (CD95) Diversas células Induce la muerte
de la célula que
expresa el Fas
LFA-1 Timocitos y leucocitos ICAM-1 Linfocitos, Adhesión
endotelio,
fibroblastos y
queratinocitos
ICAM-2 Endotelio
ICAM-3 Linfocitos
VLA-4 Leucocitos VCAM-1 y Células Adhesión
Fibrinonectina endoteliales
Selectina Leucocitos Glucoproteínas Células Adhesión
L endoteliales
CD44 Leucocitos Hialuronato Matriz Adhesión
extracelular
M= macrófago; CD=célula dendrítica; LB= linfocitos B

GLOSARIO
Anticuerpos monoclonales: un anticuerpo tipo de anticuerpos, derivados de un único clon
capaz de reconocer un único determinante de linfocito B, son utilizados ampliamente en el
antigénico producido por una célula llamada diagnóstico y tratamiento de diversas
hibridoma, célula obtenida in vitro, gracias a la enfermedades gracias a su extraordinaria
fusión de un linfocito B y una línea tumoral de especificidad
linfocito B inmortal (célula de mieloma). Este

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Elaborado por Irma F Agrela
Moléculas accesorias

Gen no polimórfico: gen para el cual existen que ocasiona que en el proceso de transcripción
una única secuencia de nucleótidos y cualquier las enzimas responsables “se salten ciertos
variación en la secuencia podría dar origen a una exones”. Los promotores son tejido-específico,
proteína no funcional por lo que diferentes tejidos expresan diferentes
Gen polimórfico: gen para el cual existen productos proteicos de un mismo gen.
múltiples alelos o formas alternativas; la Lectina: proteínas que unen azucares con
secuencia de nucleótidos varía entre los elevada especificidad, participan en los
individuos de una población. La existencia del fenómenos de reconocimiento, tanto a nivel
polimorfimo genético determina variaciones en molecular como celular (bacterias utilizan
el fenotipo de una población lectinas para unirse a las células que infectan).
Histamina: es un importan mediador de la Ligando: molécula de membrana que interactúa
inflamación y de las reacciones alérgicas; se con un receptor celular
trata de una amina biógena que se encuentra Trombina: es una enzima generada durante la
almacenada en los gránulos citoplasmáticos de activación de la cascada de la coagulación, cuya
los mastocitos; entre los efectos biológicos de la función es degradar el fibrinógeno
histamina se señalan la vasodilatación y la Venulas endoteliales altas (VEA): son vénulas
contracción de la musculatura lisa de los especializadas ubicadas en los ganglios linfáticos
bronquios y del intestino y en el tejido linfoide asociado a las mucosas; las
Isoforma: distintas formas de una misma células endoteliales de VEA son gruesas, casi
proteína codificadas por el mismo gen. A partir cubicas y expresan moléculas de adhesión únicas
del gen se sintetizan diferentes ARN mensajero que determinan la migración selectiva de ciertos
gracias al empleo de diferentes promotores lo grupos de linfocitos

Ud puede profundizar sus conocimientos en:


Abbas y Lichtman. (2012). “Inmunología Celular y Molecular”. Séptima Edición (en español).
Editorial Elsevier Saunders, España.
Abbas y Lichtman. (2008). “Inmunología Celular y Molecular”. Sexta Edición (en español). Editorial
Elsevier Saunders, España.
Delves, Martin, Burton, Roit. (2006). “Roit: Inmunología, fundamentos”. 11° edición (en español)
Editorial Panamericana
Fainboim y Geffner. (2005). Introducción a la inmunología humana. Quinta edición (en español)
Editorial Panamericana
Kindt, Goldsby y Osborne. (2007). “Inmunología de Kuby”. Sexta Edición (en español). Editorial
McGraw Hill, México
Parham. (2005). “Inmunología”. Segunda edición (en español). Editorial Panamericana

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Elaborado por Irma F Agrela

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