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DESARROLLO EVOLUTIVO DEL NIÑO, APRENDIZAJE MOTOR EN

NIÑOS DE 0 – 6 AÑOS Y SU ENTORNO.

El desarrollo evolutivo del niño de 0 a 6 años es un proceso complejo y fascinante


que abarca diferentes áreas de desarrollo, incluyendo el físico, cognitivo, lingüístico,
socioemocional y moral.

Descripción general de las principales etapas de desarrollo durante este período:

A. Desarrollo físico: Durante los primeros meses de vida, los bebés experimentan
un rápido crecimiento físico. A medida que crecen, desarrollan habilidades motoras
como levantar la cabeza, voltearse, gatear y finalmente caminar. También
desarrollan habilidades motoras finas, como agarrar objetos pequeños y
manipularlos.

B. Desarrollo cognitivo: Durante los primeros años de vida, los niños comienzan a
desarrollar habilidades cognitivas básicas. Al principio, su capacidad de atención y
memoria es limitada, pero gradualmente se vuelven más sofisticadas. Aprenden a
reconocer y recordar objetos, a resolver problemas simples y a comprender
conceptos básicos como causa y efecto.

C. Desarrollo lingüístico: Durante los primeros años de vida, los niños adquieren
habilidades lingüísticas fundamentales. Comienzan a balbucear y producir sonidos
vocales, luego pasan a producir palabras y frases simples. A medida que crecen, su
vocabulario y capacidad para formar oraciones más complejas aumenta.

D. Desarrollo socioemocional: Durante los primeros años de vida, los niños


comienzan a desarrollar una conciencia de sí mismos y de los demás. Aprenden a
reconocer y expresar emociones básicas como felicidad, tristeza y enojo. También
comienzan a desarrollar habilidades sociales, como compartir, tomar turnos y
cooperar con otros niños.

E. Desarrollo moral: Durante los primeros años de vida, los niños comienzan a
desarrollar un sentido de lo que está bien y lo que está mal. Aprenden a seguir reglas
básicas y a entender conceptos como la justicia y la equidad. También comienzan a
desarrollar empatía y comprensión hacia los demás.

Aprendizaje Motor.

Durante el período de desarrollo del aprendizaje motor en niños de 4 a 6 años, se


produce un gran avance en las habilidades motoras gruesas y finas.

Principales etapas de desarrollo durante este período:


A. Coordinación motora gruesa: Los niños de 4 a 6 años comienzan a desarrollar
habilidades motoras gruesas más avanzadas. Pueden correr, saltar, trepar y
equilibrarse con mayor facilidad y coordinación. También pueden lanzar y atrapar
una pelota con más precisión y fuerza.

B. Coordinación motora fina: Durante este período, los niños también mejoran sus
habilidades motoras finas. Pueden manejar con mayor destreza instrumentos de
escritura, como lápices y crayones, y pueden comenzar a escribir letras y números.
También pueden recortar con tijeras y realizar actividades que requieren una mayor
precisión manual, como ensartar cuentas en un hilo.

C. Desarrollo de la lateralidad: A medida que los niños crecen, también


comienzan a desarrollar preferencias laterales, es decir, si son diestros o zurdos.
Esta etapa es importante para el desarrollo de habilidades motoras específicas, como
la escritura.

D. Mejora de la coordinación mano-ojo: Durante este período, los niños también


mejoran su coordinación mano-ojo. Pueden realizar actividades que requieren una
mayor precisión visual y motora, como armar rompecabezas o construir con
bloques.

E. Desarrollo del equilibrio y la postura: Los niños de 4 a 6 años también mejoran


su equilibrio y postura. Pueden mantenerse de pie sobre un solo pie durante un
período de tiempo más largo y pueden realizar actividades que requieren un mayor
control postural, como montar en bicicleta sin rueditas de apoyo.

SECUENCIA DEL DESARROLLO MOTOR EVOLUCIÓN DESDE EL


PRIMER A CUARTO TRIMESTRE Y DESDE LOS 2 A 6 AÑOS.

Durante el primer trimestre de vida, el bebé desarrolla el control postural y el


equilibrio básico. Alrededor de los 2 meses, puede levantar la cabeza cuando está boca
abajo y mantenerla estable por períodos cortos. Hacia los 4 meses, puede sentarse con
apoyo y mantener la cabeza erguida.

Durante el segundo trimestre, el bebé comienza a desarrollar habilidades motoras


finas y gruesas en las manos. Puede agarrar objetos con las manos y llevarlos a la boca.
Hacia los 6 meses, puede sentarse sin apoyo y comenzar a gatear o arrastrarse.

En el tercer trimestre, el bebé continúa desarrollando habilidades motoras gruesas,


como gatear y ponerse de pie con apoyo. También puede comenzar a caminar con ayuda.

A partir de los 2 años, el niño comienza a desarrollar habilidades motoras más


refinadas, como correr, saltar y lanzar. A esta edad, puede caminar de manera
independiente y subir escaleras con ayuda. Hacia los 3 años, puede saltar con ambos pies y
lanzar una pelota con cierta precisión.

A medida que el niño crece, continúa perfeccionando sus habilidades motoras. A los
4 años, puede correr de manera más coordinada y comenzar a aprender a pedalear una
bicicleta. Hacia los 5 años, puede saltar sobre un pie y realizar movimientos más precisos
con las manos, como recortar con tijeras. A los 6 años, puede realizar actividades más
complejas que requieren coordinación y equilibrio, como andar en bicicleta sin rueditas de
apoyo, movimientos más precisos con las manos, como recortar con tijeras.

DESARROLLO CONTROL POSTURAL Y EQUILIBRIO.

El desarrollo del control postural y equilibrio es la integración de los múltiples


procesos somatosensoriales que tienen el fin de lograr la estabilidad y orientación postural
deseada contrarrestando la fuerza de la gravedad que actúa sobre el cuerpo. Para lograrlo,
integra la información que proviene de los sistemas sensoriales auditivo, vestibular, visual y
propioceptivo. En un punto del desarrollo en torno a los 12 meses, el niño necesita volver a
calibrar estos sistemas sensoriales y motores para lograr el equilibrio dentro de unos límites
de estabilidad dentro de una base de sustentación más estrecha.

La información sensorial tiene una influencia directa y altamente relevante sobre


esta capacidad debido a que el sistema nervioso recibe inputs constantes. En primer lugar,
desde el sistema visual. Que proporciona información externa, la posición y los
movimientos corporales que se realizan. En segundo lugar, el sistema vestibular, que aporta
información sobre el movimiento lineal y angular que realiza la cabeza en el espacio e
incluyendo la gravedad. Y el sistema propioceptivo, que está integrado por piel, músculos,
tendones y ligamentos aporta información sensitiva sobre el movimiento corporal. Recibida
y procesada la información, es el sistema nervioso central (SNC) el encargado de
desencadenar la información aferente que ejecuta los procesos de activación neuromuscular
de las acciones musculoesqueléticas (fuerza, tensión muscular, tono y contracción), sobre
los principales sistemas corporales necesarios para el mantenimiento de la postura y la
estabilidad corporal.

El mantenimiento de la postura y controlar el equilibrio corporal es crucial para los


niños. Esta capacidad es importante para levantarse o sentarse, actividades fundamentales
para su desarrollo y mejora de otro tipo acciones diarias necesarias a lo largo de la vida.

DESARROLLO DE LA MOTRICIDAD FINA Y GRUESA EN LA MANO.

Motricidad gruesa

La adquisición de habilidades de carácter grueso se concibe como un proceso


sistémico, en donde la percepción visual y la ejecución de movimientos influyen de forma
recíproca.Las motricidad gruesa implica los grandes movimientos del cuerpo.
Etapa de 0 a 6 meses

En esta etapa existe una dependencia completa de la actividad refleja, en especial la


succión. Si nos vamos hacia los 4 meses, comienzan a los movimientos de carácter
voluntario, debido a los estímulos externos.

6 meses a 1 año de vida

Se caracteriza por la organización de las nuevas posibilidades de movimiento. Se


puede denotar una movilidad mayor que se va integrando con la elaboración del espacio y
tiempo. Muy ligada con el tono muscular y la maduración específica del proceso de
crecimiento.

1 a 2 años de vida

Sobre el año de vida, el niño/a ya consigue andar de forma autónoma y puede subir
escalones con cierta ayuda. Al llegar a los 2 años de vida ya consigue correr y saltar con los
pies juntos. Además, se pone en cuclillas y aparecen nuevas especificidades en el
movimiento.

3 a 4 años de vida

En esta etapa ya se consolida lo adquirido hasta entonces. Ciertas habilidades


motrices básicas como correr se consolidan y ya experimenta nuevas experiencias como
andar de puntillas, subir escaleras sin ayuda ni apoyos, etc.

5 a 7 años de edad

Aparece el equilibrio en una fase muy importante, en esta edad se va adquiriendo


total autonomía. Se automatizan los conocimientos adquiridos hasta este momento y se
perfeccionan.

A partir de los 7 años

Es a partir de los 7 y 8 años de edad cuando la maduración se completa y es el


momento más adecuado para realizar actividades que favorezcan el equilibrio y la
coordinación de movimientos.

Motricidad fina

El control de dicha motricidad hace referencia a la coordinación de las funciones de


carácter neurológico, esquelético y muscular. Constituye un refinamiento más específico
del control de los movimientos gruesos y por tanto, se demora más en el tiempo su
desarrollo y expresión. Es más, el control de esta motricidad fina es uno de los elementos
que se emplean para precisar la edad de desarrollo que tiene un niño o niñas.
0 a 12 meses

No tienen control óculo-manual, pero hacia el final del año de vida, ya aparece
ciertos inicios de control sobre sus manos (tocar la palma, cerrar el puño, etc).

Este último movimiento hace referencia a un reflejo inconsciente llamado «reflejo


Darwininsta» y desaparece a los 3-4 meses. Por tanto en este momento, puede agarrar un
objeto puesto en la mano pero sin ningún conocimiento voluntario.

La coordinación óculo-manual comienza a desarrollarse a partir de los 3-4 meses,


comenzando así un nuevo periodo llamado ensayo-error, al ver los objetos e intentar
cogerlos. Finalmente sobre el quinto mes, ya consiguen coger un objeto dentro de su
alcance. El logro de motricidad fina más relevante de esta etapa, aparece a partir de los 12
meses, es el conocido por coger cosas empleando los dedos como tenazas (pellizcado).

1 a 3 años de edad

La propia curiosidad y el desarrollo del niño/a hace que se atreva a manipular


objetos de un modo cada vez más complejo. Los dibujos que se ejecutan son garabatos,
pero comienzan a realizar figuras más o menos circulantes que les servirán de patrón para
ejecutar dibujos más complejos.

3 a 5 años de edad

En esta etapa comienzan a experimentar un salto evolutivo motriz importante.


Comienzan con un mayor control del lápiz y dibujan figuras humanas, animales y demás
con trazos simples. Pero es hacia el final de esta etapa, cuando ya disponen de un mayor
dominio óculo-manual. En el manejo de tijeras, plastilina, etc.

5 años de edad

A partir de los 5 años de edad los niños/as consolidan y avanzan notablemente más
allá del desarrollo logrado en la anterior etapa. Perfeccionan lo adquirido con anterioridad.
Ya cortan y pegan con criterio y son capaces de abrochar botones pequeños y tener un
mayor control motriz en tareas de carácter rutinario.

Sistema sensorial Control postural y equilibrio: reacciones de enderezamiento,


equilibrio y defensa.

1. Reacciones de Enderezamiento. Son aquellas que permiten que el niño logre la


correcta alineación de la cabeza en el espacio, es decir, con respecto al plano horizontal, de
la cabeza con relación al tronco y del tronco con respecto a las extremidades, actos todos
que se realizan por la información aferente procedente de los ojos, de los laberintos, de los
propioceptores de la nuca y músculos espinales, y a partir de los receptores del tacto y
presión de la piel del cuerpo. Se han tratado someramente en Aptitudes corporales. Se
dividen en:

Enderezamiento de la cabeza, que consiste en la capacidad de enderezar la


cabeza hasta el plano horizontal cuando el niño es mantenido en decúbito ventral, en
decúbito dorsal e inclinado en diversos ángulos. También se observa en la capacidad
de mantener alineada la cabeza con el cuerpo cuando el niño es levantado tirando de
los brazos desde el decúbito dorsal. La reacción de enderezamiento de la cabeza
debe de estar completamente establecida hacia el tercer mes.

Enderezamiento sagital, que consiste en mantener el cuerpo y las


extremidades en el mismo plano horizontal cuando el niño es sostenido en el aire.
Se haya presente en la posición de decúbito ventral al finalizar el segundo mes y en
la posición de decúbito dorsal unas pocas semanas más tarde.

Enderezamiento por anulación de la rotación, que consiste en intentar un


giro aplicado a la columna vertebral, por ejemplo estirando un brazo o una pierna
hacia el lado opuesto cuando el niño se haya en posición de decúbito dorsal, no es
tolerado por éste que se opone a la rotación girando el resto del cuerpo hacia la
dirección original. Se obtiene hacia el cuarto mes.

2. Reacciones de Paracaídas. Surgen como respuesta de defensa del organismo a


una caída brusca y se pueden explorar proyectando al niño hacia abajo, lateralmente,
frontalmente y hacia atrás.

Hacia abajo, se realiza cuando el niño es descendido verticalmente hacia una


superficie de tal modo que los pies se pongan en contacto y sitúe el cuerpo sobre
ella; se verifica una extensión, abducción y ligera rotación externa de las
extremidades inferiores. Se observa hacia el 5º mes.

Lateralmente, colocado el niño en posición sentada con las piernas colgantes


se le empuja hacia un lado y se observa como el brazo de este lado se extiende
bruscamente para alcanzar la superficie y evitar la caída. Se realiza a partir del sexto
mes.

Frontalmente, con el niño en el regazo del examinador bruscamente se le


empuja hacia delante en dirección hacia la mesa y el niño extenderá sus brazos al
frente para protegerse. Está presente al 7º-8º mes.

Reacción hacia atrás, si el niño es sometido a un empujón hacia atrás hace un


movimiento de extensión hacia atrás de los hombros con brazos y muñecas
extendidas. Aparece hacia el décimo mes no recogiéndose tan regularmente como
las otras reacciones de paracaídas.
3. Reacciones de Equilibrio. Son las reacciones posturales más complejas por las
que alcanza su máxima perfección la capacidad de mantener el cuerpo siempre dentro de
nuestro centro de gravedad o equilibrio. Cuando esto se ha logrado totalmente, y solo
entonces, es posible la deambulación directa. Al igual que las otras reacciones el equilibrio
se aprende en diferentes fases iniciándose el proceso hacia los cinco meses. Se puede
explorar en varias posiciones.

Equilibrio en decúbito ventral: colocando al niño en esta posición sobre una


superficie plana que puede ser basculada lateralmente se observa un arqueamiento
compensador del organismo por el cual este se aleja de la dirección de la
basculación, es decir, aparece cóncavo hacia el lado estimulado y se puede
acompañar de una abducción del brazo y la pierna y una rotación hacia abajo de las
caderas. Se inicia hacia los seis meses de edad.

Equilibrio en decúbito dorsal, puede hallarse la misma respuesta que en la


posición ventral y al mismo estimulo un mes más tarde aproximadamente.

Equilibrio en posición sentado, el niño sentado sobre una plataforma


responderá a un suave desplazamiento lateral de ésta mediante una flexión lateral
del tronco y la cabeza en la dirección opuesta para mantenerlos en el plano vertical.

Equilibrio arrodillado, se desarrolla más lentamente, primero en la posición


de andar a gatas y mas tarde en la posición arrodillada con el tronco vertical; con
desplazamiento del tronco hacia el lado opuesto al estimulado; se logra entre los
ocho y los doce meses.

Equilibrio en la posición erecta, se logra poco antes de comenzar a andar, se


desarrolla lentamente después del duodécimo mes perfeccionándose gradualmente
en el grado de basculación que puede ser compensada sin que se produzca la caída.
El balanceo del cuerpo no es la única compensación posible puede dar un paso
lateralmente, mantener el equilibrio con los brazos o una pierna.

Valoración y Diagnostico de Fisioterapia (Evaluación Neurológica del Recién


Nacido, Lactante, Preescolar y Escolar).

Recién Nacido.

Para evaluar un bebé recién nacido, un fisioterapeuta puede usar varias técnicas. Por
ejemplo, se puede evaluar la capacidad del bebé de hacer una flexión espontánea del tronco,
la capacidad de mantenerse en una posición de flexión de la cadera y la capacidad de
sostener la cabeza, también se puede evaluar la capacidad del bebé de sostener la mirada, la
iniciativa para tomar la mirada, la capacidad de controlar el movimiento de la cabeza y los
reflejos, como el reflejo de estiramiento y el reflejo plantar.
Dependiendo de los resultados de la valoración, se puede hacer un diagnóstico como
déficit de movimiento, retraso en el desarrollo de los reflejos, retraso del desarrollo motor y
retraso neurológico. Cada diagnóstico es diferente y se ajusta al caso específico del bebé.
Una vez que se hace el diagnóstico, el fisioterapeuta puede empezar a trabajar en la
rehabilitación del bebé. Esto podría incluir la educación de los padres, terapias manuales,
actividades para estimular el desarrollo y entrenamiento de los reflejos. Se trabaja también
con el bebé en el tratamiento, es decir, con el bebé directamente.

El examen neurológico de un bebé recién nacido es un proceso en el cual se evalúan


los sistemas motor, sensorial y neurológico del recién nacido. El pediatra por lo general
evalúa entre 24 y 48 horas después de la llegada del bebé, otros aspectos de la valoración
neurológica de un recién nacido: es donde se revisa la postura, la síntesis de las
extremidades, la seguridad del sistema nervioso, la tonicidad y los reflejos. También se
pueden evaluar las capacidades auditivas, visuales, orales y lingüísticas, además de la
capacidad para la alimentación.

Objetivos: es el rectificar en el neonato sin problemas la supuesta integridad


funcional del sistema nervioso y descartar o poner de manifiesto la existencia de una
disfunción neurológica cuando existan elementos de la anamnesis que la hagan probable.

Lactante.

Cuando se evalúa un lactante, el fisioterapeuta utiliza varias técnicas y métodos para


conocer el estado del desarrollo del lactante y si hay algún retraso en el desarrollo. Entre
estos métodos, se usa la observación, la evaluación motora, la evaluación del movimiento y
la evaluación sensorial: En las pruebas de observación se toma en cuenta la forma de
comportarse del lactante, como cómo interactúa con los padres, la capacidad de socializar
con otros bebés y su interés en los juguetes. También se evalúa el estado de salud y la
integridad de la piel. En las pruebas de movimiento, se observa la capacidad de movimiento
y las habilidades de posición y control postural.

El aspecto neurológico es parte de la evaluación global del lactante, que incluye


también aspectos cognitivos y lingüísticos. En lo que respecta a la parte neurológica, se
evalúan aspectos como la consciencia, el sistema nervioso autónomo, la circulación y la
respiración; En el diagnóstico puede ser una variedad de cosas, dependiendo del resultado
de la evaluación. Por ejemplo, puede haber un diagnóstico de retraso en el desarrollo motor,
retraso en la atención o retraso en el habla.

Después del diagnóstico, se puede diseñar un plan de tratamiento individualizado,


que incluye las intervenciones adecuadas para tratar los retrasos en el desarrollo. La
intervención de fisioterapia con lactantes puede incluir las prácticas de movimiento y
posición, de retención y de control sensorial. También puede incluir el uso de equipamiento
y materiales especiales.
Preescolar.

En el caso de un niño de preescolar, el fisioterapeuta realiza una valoración global


del desarrollo del niño, en la cual se evalúa la capacidad del niño en aspectos como el
desarrollo físico, la locomoción, la coordinación, la función respiratoria, la capacidad
cognitiva y emocional, así como su habilidad social; Además, el fisioterapeuta también
evalúa si el niño presenta retraso en algún área del desarrollo, como retraso en el habla, en
el comportamiento o en las habilidades motrices. Esta evaluación proporciona una base
para el tratamiento y el apoyo necesarios para el desarrollo del niño.

Cuando se realiza la evaluación, el fisioterapeuta no puede dar un diagnóstico de por


sí, pero puede detectar indicios de algún trastorno y enviar a los padres a un médico
especialista. El médico puede realizar pruebas más extensas para diagnosticar si el niño
padece algún trastorno neurológico.

Escolar.

La valoración del fisioterapeuta incluye aspectos adicionales, como la capacidad de


la escritura del niño, la habilidad de controlar la presión, la coordinación del ojo y la mano,
la capacidad de la coordinación motora fina y los patrones de comportamiento motor. El
fisioterapeuta también evalúa aspectos de la educación y la vida escolar del niño, como su
desempeño académico y social, la calidad de la relación con los compañeros de clase y el
rendimiento de la atención. También se considera si hay algún patrón de movimiento
disruptivo en el niño.

El diagnóstico del niño escolar se realiza mayormente por un psiquiatra, que puede
determinar si el niño padece un trastorno neurológico como la dislexia, el trastorno por
déficit de atención (TDA), el autismo o la ansiedad. El psiquiatra puede hacer
recomendaciones para ayudar al niño a superar el problema o También puede haber un
diagnóstico psicomotor, que se realiza por un psicólogo. El psicólogo evalúa la capacidad
motora del niño, como su movilidad, la coordinación y la capacidad de aprendizaje motor.
Puede evaluar la estrategia motora del niño, como el uso eficaz de la energía, la
organización del esfuerzo y la planificación del desplazamiento.

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