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A. Desarrollo físico: Durante los primeros meses de vida, los bebés experimentan
un rápido crecimiento físico. A medida que crecen, desarrollan habilidades motoras
como levantar la cabeza, voltearse, gatear y finalmente caminar. También
desarrollan habilidades motoras finas, como agarrar objetos pequeños y
manipularlos.
B. Desarrollo cognitivo: Durante los primeros años de vida, los niños comienzan a
desarrollar habilidades cognitivas básicas. Al principio, su capacidad de atención y
memoria es limitada, pero gradualmente se vuelven más sofisticadas. Aprenden a
reconocer y recordar objetos, a resolver problemas simples y a comprender
conceptos básicos como causa y efecto.
C. Desarrollo lingüístico: Durante los primeros años de vida, los niños adquieren
habilidades lingüísticas fundamentales. Comienzan a balbucear y producir sonidos
vocales, luego pasan a producir palabras y frases simples. A medida que crecen, su
vocabulario y capacidad para formar oraciones más complejas aumenta.
E. Desarrollo moral: Durante los primeros años de vida, los niños comienzan a
desarrollar un sentido de lo que está bien y lo que está mal. Aprenden a seguir reglas
básicas y a entender conceptos como la justicia y la equidad. También comienzan a
desarrollar empatía y comprensión hacia los demás.
Aprendizaje Motor.
B. Coordinación motora fina: Durante este período, los niños también mejoran sus
habilidades motoras finas. Pueden manejar con mayor destreza instrumentos de
escritura, como lápices y crayones, y pueden comenzar a escribir letras y números.
También pueden recortar con tijeras y realizar actividades que requieren una mayor
precisión manual, como ensartar cuentas en un hilo.
A medida que el niño crece, continúa perfeccionando sus habilidades motoras. A los
4 años, puede correr de manera más coordinada y comenzar a aprender a pedalear una
bicicleta. Hacia los 5 años, puede saltar sobre un pie y realizar movimientos más precisos
con las manos, como recortar con tijeras. A los 6 años, puede realizar actividades más
complejas que requieren coordinación y equilibrio, como andar en bicicleta sin rueditas de
apoyo, movimientos más precisos con las manos, como recortar con tijeras.
Motricidad gruesa
1 a 2 años de vida
Sobre el año de vida, el niño/a ya consigue andar de forma autónoma y puede subir
escalones con cierta ayuda. Al llegar a los 2 años de vida ya consigue correr y saltar con los
pies juntos. Además, se pone en cuclillas y aparecen nuevas especificidades en el
movimiento.
3 a 4 años de vida
5 a 7 años de edad
Motricidad fina
No tienen control óculo-manual, pero hacia el final del año de vida, ya aparece
ciertos inicios de control sobre sus manos (tocar la palma, cerrar el puño, etc).
1 a 3 años de edad
3 a 5 años de edad
5 años de edad
A partir de los 5 años de edad los niños/as consolidan y avanzan notablemente más
allá del desarrollo logrado en la anterior etapa. Perfeccionan lo adquirido con anterioridad.
Ya cortan y pegan con criterio y son capaces de abrochar botones pequeños y tener un
mayor control motriz en tareas de carácter rutinario.
Recién Nacido.
Para evaluar un bebé recién nacido, un fisioterapeuta puede usar varias técnicas. Por
ejemplo, se puede evaluar la capacidad del bebé de hacer una flexión espontánea del tronco,
la capacidad de mantenerse en una posición de flexión de la cadera y la capacidad de
sostener la cabeza, también se puede evaluar la capacidad del bebé de sostener la mirada, la
iniciativa para tomar la mirada, la capacidad de controlar el movimiento de la cabeza y los
reflejos, como el reflejo de estiramiento y el reflejo plantar.
Dependiendo de los resultados de la valoración, se puede hacer un diagnóstico como
déficit de movimiento, retraso en el desarrollo de los reflejos, retraso del desarrollo motor y
retraso neurológico. Cada diagnóstico es diferente y se ajusta al caso específico del bebé.
Una vez que se hace el diagnóstico, el fisioterapeuta puede empezar a trabajar en la
rehabilitación del bebé. Esto podría incluir la educación de los padres, terapias manuales,
actividades para estimular el desarrollo y entrenamiento de los reflejos. Se trabaja también
con el bebé en el tratamiento, es decir, con el bebé directamente.
Lactante.
Escolar.
El diagnóstico del niño escolar se realiza mayormente por un psiquiatra, que puede
determinar si el niño padece un trastorno neurológico como la dislexia, el trastorno por
déficit de atención (TDA), el autismo o la ansiedad. El psiquiatra puede hacer
recomendaciones para ayudar al niño a superar el problema o También puede haber un
diagnóstico psicomotor, que se realiza por un psicólogo. El psicólogo evalúa la capacidad
motora del niño, como su movilidad, la coordinación y la capacidad de aprendizaje motor.
Puede evaluar la estrategia motora del niño, como el uso eficaz de la energía, la
organización del esfuerzo y la planificación del desplazamiento.