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El pasado, el presente, las prospectivas de la Salud Pública.

En el mundo previo a la medicina actual, no existían vacunas, y enfermedades


hoy olvidadas o erradicadas, como la viruela, el tifus y el cólera, arrasaban con
millones de vidas de modo imparable. No existía tampoco el concepto de
higiene. Y las “terapias medicinales” que se practicaban no eran más que
desatinos y suposiciones sin ningún tipo de base. Evidentemente, era de
esperarse que en aquel mundo sumido en el desconocimiento y
desinformación (propio de la época) la atención médica brindada a sus
pacientes fuese igual de escaza y precaria.

Zumo de remolacha para tratar hemorragias debido al color rojo cerúleo que
semejaba a la sangre o el consumo de nueces por su apariencia similar a un
cerebro para aliviar migrañas, son el más descabellado ejemplo y vistazo de
una sociedad sin ápice de concomimiento medicinal, por supuesto sin
mencionar las presencia de pensamientos religiosos y sociales giraban en
torno a la salud y enfermedad; como podría ser la creencia de antaño que las
epidemias eran causa de demonios o un castigo divino. Tal era el caso de la
medicina Mesopotámica en el año 4000 a.C.

En la Edad Media el tipo de atención médica que recibían las personas


procedía principalmente de conocimientos empíricos sobre la herbolaria,
claramente para afecciones sencillas. Sin embargo, aquellas víctimas de
enfermedades catastróficas como la peste o el sarampión, a las cuales la
población de entonces era muy susceptible debido a la poca higiene de la
época, se veían arrastrados a hogares de asistencia donde eran aislados y
excluidos de la población para morir. Concientización

Aunque décadas más tarde, en el siglo XIV a partir de una visión más racional
de la enfermedad, fue posible pensar en formas de evitar las epidemias de la
época. Con la liberación de la investigación científica durante ese período,
grandes descubrimientos se hicieron como una manera de prevenir algunas
enfermedades y contener el contagio de otros. Una de ellas fueron las vacunas.

Actualmente, la medicina ha recolectado innumerables avances en cuanto a


proteger la salud o curar la enfermedad. La evolución de los sistemas de salud,
hacia servicios más equitativos, efectivos y eficientes, ha exigido
modificaciones en la función, el financiamiento y con gran frecuencia,
cambios estructurales significativos, especialmente en campos críticos como
el estilo de conducción, especialmente si existe un sistema plural en el
financiamiento y entrega de servicios, cuyos objetivos son compartidos por las
partes; el sector público debe ejercer un liderazgo que oriente, estimule y
regule el funcionamiento del Sistema y sus organismos de ejecución, incluidos
los sectores social y privado.

Sin embargo, los progresos alcanzados no han sido suficientes para responder
a las necesidades, y grandes sectores de la población no tienen acceso a los
medicamentos básicos; las áreas críticas del suministro siguen siendo un
proceso de compras inoperante, con almacenamiento inadecuado, deficiente
distribución y uso irracional de los mismos. Además no existe en la mayoría
de países un sistema de datos confiables, ni instrumentos de evaluación de
programas y servicios, en términos de eficacia, eficiencia y calidad.

La salud pública ha creado su propio espacio, el mismo que no está


mereciendo la prioridad y atención adecuadas. Su práctica actual contempla lo
que se puede hacer en medicina y atención médica, no obstante no nos limita
ni subordina exclusivamente a ellas.

En una observación a largo plazo sobre el destino que le depara a la Salud


Pública en los años venideros se podría decir, en términos muy simples, que
no es muy buena. El reto principal de la salud pública es lograr que la sociedad
y sus decisores políticos perciban el valor humano, su entorno social y
económico para evitar la enfermedad y el sufrimiento cuando se pueden
prevenir. Lo cual se vislumbra enrevesado con la presencia de grupos o
movimientos reivindicativos sin fundamentos (como los anti-vacunas o anti-
ciencia) que siembran desconfianza en una parte de la población con
argumentos insostenibles y acientíficos que llevan a la desinformación, y
posteriormente representan una amenaza para la sociedad y la salud de ésta.

Otra probable causal para que el desarrollo de la Salud Pública vaya en


declive es, sorprendentemente, la futura generación de trabajadores de la
salud. Tal vez no toda la generación, empero, una parte un poco significativa
de ésta. Puesto que, si bien no registrado, se han apreciado pequeños
porcentajes, en distintos lugares del mundo, de estudiantes de la salud
alegando que la atención médica debería ser exclusiva del sector privado, pues
si el o los individuos no cuentan con los recursos necesarios para mantener o
costear un tratamiento no deberían pedir atención en primer lugar. En
resumidas cuentas, ven la salud como un privilegio y no como un derecho
universal. Por supuesto, se tratan de minorías con esta clase de pensamientos y
que claramente son amonestadas y corregidas, pero aún así son pensamientos
peligrosos para personas que están calificando para cuidar y velar por el
bienestar de otras.
Evolución de los diferentes modelos para abordar el proceso Salud-
enfermedad.

Es imposible separar la salud y la enfermedad y por lo tanto su relación, por


cierto muy compleja, puede describirse más como un continuo con diferentes
niveles de equilibrio que como una separación de ambos conceptos (Terris,
1975). El proceso salud-enfermedad es una serie de categorización que sirve
para comprender las actitudes en base a distintos factores frente a fenómeno
dado. Lo de más consideración dentro del concepto del proceso salud-
enfermedad es su abordaje, dicho abordaje se aplica o lleva a cabo a través de
modelos teóricos.

La diversidad de modelos teóricos y disciplinas involucradas en el análisis de


los determinantes y condicionantes del proceso salud-enfermedad, es
singularmente extensa, se ha visto que a través del tiempo el ser humano ha
elaborado diferentes modelos conceptuales sobre los determinantes del
proceso salud-enfermedad. Dichos modelos han sido acordes con el nivel
científico y tecnológico alcanzado y con la forma de organización social
predominantes en cada época y cultura.

Dada su complejidad, el proceso en cuestión presenta dificultades para su


comprensión y análisis. Se han desarrollado varios modelos que intentan
desde diferentes perspectivas dar cuenta del fenómeno. El análisis de modelos
teóricos que abordan como mismo objeto de estudio y desde diferentes
disciplinas el proceso salud-enfermedad, incluyó once propuestas, las cuales
paulatinamente van desarrollándose con el transcurrir de vueltas completas
alrededor del sol.

Modelo Mágico-Religioso

Este propone que la enfermedad resulta de espíritus; representa un castigo


divino, o un estado de purificación que pone a prueba la fe religiosa. Las
fuerzas desconocidas (benignas y malignos) constituyen las variables
determinantes y condicionantes del estado de salud-enfermedad que priva en
un individuo ó en una sociedad.

Modelo Sanitarista
Para este modelo, la salud-enfermedad es consecuencia de las condiciones
insalubres que rodean al hombre, en este sentido, las condiciones ambientales
son los determinantes primarios, promoviendo la introducción de medidas de
saneamiento contra los índices de mortalidad.

Modelo Social

El elemento central de análisis que propone este modelo, es que la salud-


enfermedad se genera en las condiciones de trabajo y de vida del ser humano y
de cada conjunto poblacional. Introduce como variables determinantes el
estilo de vida, factores del agente y factores del ambiente. Privilegia a lo
social como el factor más importante.

Modelo Unicausal

Estipula que la salud-enfermedad es la respuesta a la presencia activa de


agentes externos. Constituye un fenómeno dependiente de un agente biológico
causal y de la respuesta del individuo, donde se busca el agente patógeno o el
factor causal de cada enfermedad.

Modelo Multicausal

La influencia simultánea de factores que corresponden al agente, al huésped y


al ambiente, son en primera instancia los condicionantes del estado de salud
que guarda el individuo o un conjunto poblacional.

Modelo Geográfico

La enfermedad resulta de la interacción de factores patológicos y factores


propios del ambiente geográfico; privilegia el ambiente geográfico como
factor determinante del proceso salud-enfermedad.

Modelo Epidemiológico

Incorpora el modelo multicausal para el estudio de la salud-enfermedad


colectiva e introduce la red de causalidad, donde el elemento central de
análisis es la identificación de los factores de riesgo, elemento que constituye
su mayor ventaja.

Modelo Histórico-Social
Propone que existen perfiles diferenciales de salud-enfermedad que guardan
una estrecha relación con el contexto histórico, el modo de producción y las
clases sociales.

Modelo Ecológico

Propone que la salud--enfermedad resulta de la interacción agente-huésped-


ambiente en un contexto tridimensional que descubre tanto las relaciones de
factores causales entre sí, como las relaciones directas con el efecto.

Modelo Económico

Incorpora la teoría del capital humano en los determinantes de la salud


enfermedad y conceptualiza a la salud como un bien de inversión y de
consumo para estar alerta ante la enfermedad.

Modelo Interdisciplinario

El estado de salud-enfermedad, tanto a nivel individual como social, resulta de


la interacción de factores que se abordan de manera interdisciplinaria y que
operan jerárquicamente en diferentes niveles de determinación. Existen
determinantes básicos a nivel sistémico, determinantes estructurales a nivel
socio-estructural, determinantes próximos a nivel institucional-familiar y, a
nivel individual el propio estado de salud.

En resumen, si bien es cierto que el desarrollo de estos modelos ha dado


avances importantes en el entendimiento de los determinantes y
condicionantes del proceso salud-enfermedad, también es cierto que es
cuestionable hasta qué punto los modelos contienen o despertarán lo que
comúnmente se denomina "sesgo convencional", es decir, si existiese algún
escenario en el que estas propuestas genuinamente estables se encuentren
falsas y desmentidas probablemente seguirían hallando apoyo en personas
particularmente simpatizantes que las defenderían a capa y espada.

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