Está en la página 1de 5

DESARROLLO MOTRIZ

Los bebés no necesitan ser enseñados para aprender sus habilidades motrices básicas, su sistema
nervioso central, músculos y huesos están programados para desarrollarse de forma natural a
medida que el bebé crece y experimenta con su cuerpo y el entorno que lo rodea. El ambiente
también juega un papel importante en el desarrollo motor de los bebés al ofrecer las
oportunidades correctas para explorar y practicar.

Los bebés aprenden a moverse explorando su entorno y practicando sus habilidades motoras en
situaciones naturales, sin necesidad de instrucciones específicas.

Hitos del desarrollo motriz

El desarrollo motriz se refiere al proceso por el cual los bebés y los niños adquieren y perfeccionan
sus habilidades motoras, es decir, sus movimientos físicos. Estas habilidades incluyen desde las
más básicas, como agarrar objetos o gatear, hasta las más complejas, como correr, saltar, lanzar y
atrapar objetos.

Los hitos del desarrollo motriz se refieren a las habilidades que se esperan que los niños adquieran
en ciertas etapas de su desarrollo, y estos hitos son importantes para evaluar el desarrollo motor
del niño y detectar posibles retrasos o problemas en el desarrollo. Es importante señalar que cada
niño se desarrolla a su propio ritmo y que el cumplimiento exacto de los hitos del desarrollo motriz
puede variar de un niño a otro.

La Prueba de Exploración del Desarrollo de Denver es una herramienta de evaluación que se


utiliza para medir el progreso en el desarrollo de los niños desde el nacimiento hasta los seis años
de edad. La prueba fue creada por un equipo de médicos y profesionales de la salud y el desarrollo
infantil en la década de 1960 y se ha actualizado varias veces desde entonces.

La prueba se enfoca en cuatro áreas principales de desarrollo:

1. Habilidades motoras gruesas, (las que usan los músculos grandes), como rodar o atrapar
una pelota. “se refieren a los movimientos grandes y coordinados, como gatear, caminar y
correr”.
2. Habilidades motoras finas, (con músculos pequeños), como tomar una sonaja y copiar un
círculo. “se refieren a movimientos más precisos y delicados, como manipular objetos
pequeños y escribir”.
3. Lenguaje, (por ejemplo, conocer las definiciones de las palabras).
4. Desarrollo personal/social, (como sonreír de manera espontánea y vestirse sin ayuda).

Las habilidades motoras gruesas se refieren a los movimientos grandes y coordinados, como
gatear, caminar y correr, mientras que las habilidades motoras finas se refieren a movimientos más
precisos y delicados, como manipular objetos pequeños y escribir.

Además de las habilidades motoras, la prueba también evalúa el desarrollo del lenguaje,
incluyendo la comprensión y el uso del lenguaje, y la personalidad y el desarrollo social, como la
capacidad de interactuar con otros niños y adultos. La prueba es administrada por un profesional
capacitado y puede ser utilizada para identificar a los niños que no están desarrollándose de
manera normal o que pueden necesitar servicios adicionales para alcanzar su potencial completo.
TABLA “de acuerdo con el Manual de Capacitación II de Denver.”

Cuando se habla del desarrollo del motor promedio del bebé, se hace referencia al 50% de las
normas de Denver. Sin embargo, la normalidad abarca un espectro amplio, con alrededor de la
mitad de los bebés dominando las habilidades antes de las edades indicadas y la otra mitad
después. Es importante tener en cuenta que las normas de Denver se establecieron en la población
occidental y no son necesariamente válidas para evaluar a los niños de otras culturas.

PROGRESO CARACTERÍSTICO DEL CONTROL DE LA CABEZA Y LAS MANOS Y LA LOCOMOCIÓN.

Control de cabeza: Al nacer, la mayoría de los niños pueden mover la cabeza de un lado a otro,
incluso si están acostados de espaldas. Si se acuestan boca abajo, levantan la cabeza lo suficiente
para voltearla. En los dos o tres primeros meses, elevan cada vez más la cabeza, hasta el punto que
pierden el equilibrio y se van de espaldas. A los cuatro meses, la mayoría de los bebés puede
mantener erguida la cabeza mientras se sostienen en brazos o si están en posición sedente.

Los recién nacidos pueden mover la cabeza de lado a lado, pero no pueden sostenerla por
sí solos. Durante los primeros 2-3 meses, van ganando fuerza en el cuello y levantan la cabeza cada
vez más alto. A los 4 meses, la mayoría de los bebés pueden mantener la cabeza erguida mientras
se sostienen en brazos o en posición sedente.

Control de manos: Los bebés nacen con un reflejo de prensión. Si se le toca la palma de la mano a
un bebé, el bebé aprieta fuerte el puño. Alrededor de los tres meses y medio, casi todos ellos
toman objetos de tamaño moderado, como una sonaja, pero tienen problemas para agarrar
objetos más pequeños. Más tarde comienzan a aferrar objetos con una mano y a pasarlos a la otra
y luego a sostener (pero no a levantar) objetos pequeños. En algún momento entre los 7 y los 11
meses, sus manos se coordinan lo suficiente para levantar cualquier objeto pequeño, como un
chícharo, para lo cual tienen que usar los dedos como una pinza. A los 15 meses, el niño promedio
puede construir una torre de dos cubos. Algunos meses después del tercer cumpleaños, el niño
promedio copia un círculo bastante bien.
Los recién nacidos tienen movimientos de agarre reflejo, pero no pueden controlar
conscientemente sus manos. Hacia los 3-4 meses, comienza a agarrar y sostener objetos, y hacia
los 8-10 meses, pueden transferir objetos de una mano a otra y usar las manos juntas para
manipular objetos.

Locomoción: Después de los tres meses, el bebé promedio comienza a rodar de manera deliberada
(y no por accidente, como antes). Primero lo hace del frente hacia atrás y luego en dirección
inversa. El bebé promedio se sienta sin ayuda a los seis meses y puede asumir una posición
sedente hacia los ocho meses y medio.

Entre los seis y los 10 meses, la mayoría de los bebés aprenden a desplazarse por sí solos mediante
el gateo o el arrastre. Este nuevo logro de locomoción tiene importantes consecuencias cognitivas
y psicosociales.

El gateo en los bebés tiene ramificaciones cognitivas y psicosociales, ya que les ayuda a adquirir
mayor sensibilidad y percepción de los objetos, a juzgar distancias y profundidades, ya buscar
claves de sus cuidadores para saber si una situación es segura o peligrosa. Además, el gateo es
importante en el desarrollo motor del bebé y puede influir en la forma en que se desarrollan otras
habilidades, como el lenguaje y la socialización.

El bebé promedio puede pararse agarrándose de la mano de alguien o del mobiliario a los siete
meses, mientras que logra pararse por sí solo a los once meses y medio. Caminar es el mayor logro
motriz de la infancia, pero los humanos lo hacen más tarde que otras especies debido a la pesada
cabeza y las piernas cortas de los bebés. Antes de poder pararse solos, los bebés practican
desplazándose sosteniéndose de los muebles y, luego de lograr pararse solos, la mayoría de los
infantes dan sus primeros pasos sin ayuda hacia los 11 meses y medio, y en cuestión de semanas,
alrededor del primer cumpleaños, caminan bastante bien y pasan al estado de niño.

Los recién nacidos no tienen control motor sobre su cuerpo y se mueven a través de
reflejos. A los 4-6 meses, empieza a gatear y arrastrarse, ya los 8-12 meses, aprenden a ponerse de
pie y caminar con apoyo. Hacia los 18-24 meses, la mayoría de los niños pueden caminar de forma
independiente.
DESARROLLO MOTRIZ Y PERCEPCIÓN

La percepción sensorial es importante para que los niños aprendan sobre sí mismos y su entorno,
lo que les permite tomar decisiones informadas sobre cómo moverse. La experiencia motora y la
conciencia del cuerpo también afecta la percepción, ya que los niños aprenden a anticipar lo que
puede suceder si se mueven de ciertas maneras. Además, se destaca la conexión bidireccional
entre la percepción y la acción, que es mediada por el desarrollo del cerebro y proporciona a los
niños información valiosa sobre ellos mismos y su mundo.

La actividad sensorial y motriz parece bastante bien coordinada desde el nacimiento. Los bebés se
estiran y toman objetos hacia los cuatro o cinco meses; a los cinco meses y medio, pueden adaptar
su estiramiento a objetos que se mueven o giran.

El texto explica que, aunque se esperaba que el uso de la vista era esencial para que los bebés
pudieran estirarse y alcanzar objetos, los investigadores han descubierto que los infantes pueden
utilizar otras claves sensoriales para lograrlo, como el sonido o la memoria de la localización de los
objetos. Además, se menciona que los bebés algo mayores, de cinco a siete meses y medio,
pueden agarrar objetos móviles fluorescentes en la oscuridad, lo que demuestra una conciencia de
la trayectoria y velocidad del objeto para anticipar el punto de contacto. En resumen, el texto
destaca la capacidad de los bebés para utilizar diferentes claves sensoriales para alcanzar objetos y
su habilidad para anticipar la trayectoria de los mismos.
La percepción de la profundidad es una capacidad que depende de varias claves visuales que
condicionan la imagen de un objeto en la retina, incluyendo la coordinación binocular y el control
motriz. Además, se menciona que las claves cinéticas, que se producen por el movimiento del
objeto o del observador, también influyen en la percepción de la profundidad. Se destaca que los
bebés pueden sostener su cabeza durante un momento a los tres meses, lo que les permite
averiguar si un objeto se mueve.

La percepción háptica es la capacidad de los bebés de adquirir información a través de la


manipulación de los objetos, no sólo a través de la vista. Esta habilidad se desarrolla alrededor de
los cinco a siete meses, cuando los bebés pueden estirarse y tomar objetos. La percepción háptica
les permite a los bebés responder a claves como el tamaño relativo y las diferencias de texturas y
formas de los objetos que manipulan.

También podría gustarte